sábado, 6 de septiembre de 2025

The Walking Dead: más que una serie de zombis, una reflexión sobre la vida y la fe

 

 Durante muchos años “pasé de agache” ante The Walking Dead (TWD), negándome a visionarla o a querer saber algo de ella. Fue así como a finales del 2024, me animé a darle una oportunidad y ha sido una sorpresa grata, porque como dicen muchos expertos en series, es mucho más que una serie sobre muertos que caminan o “zombies” que llaman…

P. Gusqui





Una historia que atrapó a millones

The Walking Dead es una serie estadounidense que se estrenó en 2010, inspirada en el cómic homónimo creado por Robert Kirkman. Su premisa inicial parece sencilla: un mundo devastado por una epidemia que convierte a las personas en caminantes, y un pequeño grupo de sobrevivientes que lucha por mantenerse con vida.

Con los años, sin embargo, la historia se alejó de ser “solo” una trama de zombis. La serie evolucionó hacia un drama humano donde lo central no son los caminantes, sino los dilemas éticos, morales y espirituales de los protagonistas: ¿cómo vivir cuando la civilización se ha derrumbado?, ¿qué significa mantener la humanidad en medio del caos?, ¿qué precio tiene la esperanza?, ¿hasta dónde se puede perdonar?


Entre el apocalipsis y la condición humana

Quienes nunca la han visto podrían pensar que es solo terror o violencia. Pero en realidad, TWD es un espejo de la condición humana:

  • Los caminantes son la amenaza externa, pero la verdadera tensión proviene de las decisiones internas de los vivos.
  • Cada temporada plantea la pregunta: ¿qué nos hace seguir siendo humanos? ¿La ley, la comunidad, la misericordia, la fe?
  • La lucha de los protagonistas es también una parábola sobre la fragilidad de nuestras sociedades y la necesidad de reconstruir vínculos cuando todo parece perdido.

Una mirada desde la fe

Lo interesante es que incluso desde la teología y la reflexión cristiana ha habido voces que reconocen el valor profundo de la serie.

Patheos: “The Walking Dead es plenamente católica”

En el portal Patheos, la bloguera católica Katrina Fernandez escribió un artículo titulado Theology of the Dead Body. Allí afirma que la serie está “rebosante de temas de redención, gracia, perdón, de dejar atrás el pasado y volver tras el error”. También subraya que presenta de forma muy clara el poder destructivo del pecado y la naturaleza corruptora del mal.

Más allá de la ficción, TWD puede verse como una metáfora sobre cómo el ser humano, sin la gracia de Dios, se convierte en un “muerto viviente”, atrapado en el pecado, y cómo solo la redención ofrece verdadera vida.

First Things: una “cultura de vida” en medio de la muerte

Por su parte, la autora católica Abigail Rine Favale, en la revista First Things, explica que TWD defiende, paradójicamente, una cultura de la vida. Según ella, la verdadera amenaza no son los caminantes, sino el riesgo de que los vivos renuncien a defender la dignidad humana. La serie enseña que incluso en un mundo en ruinas, merece la pena proteger la vida, cuidar de los débiles y mantener la solidaridad.


Para quienes quieran descubrirla

Como pastor, no puedo recomendar la serie a la ligera —contiene escenas fuertes, propias de un drama posapocalíptico—, pero sí puedo decir que verla con mirada crítica y creyente puede convertirse en un ejercicio de discernimiento.

En medio de su crudeza, TWD plantea preguntas que también resuenan en el Evangelio:

  • ¿Qué significa “dar la vida” por los amigos?
  • ¿Cómo perdonar en un mundo donde el rencor parece dominar?
  • ¿De qué manera la esperanza puede sostenernos en los momentos más oscuros?

Conclusión

Hoy entiendo por qué tantos la consideran una serie de culto. En el fondo, The Walking Dead nos recuerda que lo que está en juego no es solo sobrevivir, sino cómo vivir, y sobre todo, para quién vivir.

Quizás por eso, lejos de ser un simple entretenimiento de zombis, se ha convertido en una oportunidad para dialogar sobre la fe, la esperanza y la dignidad humana en un mundo que también, en muchos sentidos, parece caminar entre sombras.

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