viernes, 18 de julio de 2025

19 de julio del 2025: sábado de la decimoquinta semana del tiempo ordinario-I

 

Posteriormente

(Éxodo 12, 37-42) Que la noche de la salida de Egipto fuera una noche de vela para Israel resulta evidente. Pero no olvidemos que primero fue una noche de vela para el Señor. Esto hace eco al salmo:
«No duerme ni reposa el guardián de Israel. El Señor te guarda, está a tu lado y te protege» (Sal 120[121], 4-5).
Es una convicción que debe acogerse con una fe que se alimenta de la experiencia vivida, sabiendo que, como Jacob (cf. Gn 28, 16), la mayoría de las veces sólo descubrimos la presencia de Dios a posteriori, es decir, después de haber vivido los acontecimientos.

Emmanuelle Billoteau, ermite

 


  

Primera lectura

Éx 12,37-42

Fue la noche en que el Señor sacó a Israel de la tierra de Egipto

Lectura del libro del Éxodo.

EN aquellos días, los hijos de Israel marcharon de Ramsés hacia Sucot: eran seiscientos mil hombres de a pie, sin contar los niños. Además, les seguía una multitud inmensa, con ovejas y vacas, y una enorme cantidad de ganado.
Cocieron la masa que habían sacado de Egipto en forma de panes ácimos, pues aún no había fermentado, porque los egipcios los echaban y no los dejaban detenerse. Tampoco se llevaron provisiones.
La estancia de los hijos de Israel en Egipto duró cuatrocientos treinta años.
Cumplidos los cuatrocientos treinta años, el mismo día, salieron de Egipto las legiones del Señor.
Fue la noche en que veló el Señor para sacarlos de la tierra de Egipto. Será la noche de vela, en honor del Señor, para los hijos de Israel por todas las generaciones.


Palabra de Dios.

 

Salmo

Sal 136(135),1 y 23-24. 10-12.13-15

R. Porque es eterna su misericordia.

O bien:

R. Aleluya.

V. Den gracias al Señor porque es bueno. R.

V. En nuestra humillación se acordó de nosotros. R.

V. Y nos libró de nuestros opresores. R.

V. Él hirió a Egipto en sus primogénitos. R.

V. Y sacó a Israel de aquel país. R.

V. Con mano poderosa, con brazo extendido. R.

V. Él dividió en dos partes el mar Rojo. R.

V. Y condujo por en medio a Israel. R.

V. Arrojó en el mar Rojo al faraón y a su ejército. R.

 

Aclamación

R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V. Dios estaba en Cristo reconciliando al mundo consigo, y ha puesto en nosotros el mensaje de la reconciliación. R.

 

Evangelio

Mt 12,14-21

Les mando que no lo descubrieran. Así se cumplió lo dicho por el profeta

Lectura del santo Evangelio según san Mateo.

EN aquel tiempo, al salir de la sinagoga, los fariseos planearon el modo de acabar con Jesús.
Pero Jesús se enteró, se marchó de allí y muchos lo siguieron.
Él los curó a todos, mandándoles que no lo descubrieran.
Así se cumplió lo dicho por medio del profeta Isaías:
«Miren a mi siervo, mi elegido,
mi amado, en quien me complazco.
Sobre él pondré mi espíritu
para que anuncie el derecho a las naciones.
No porfiará, no gritará, nadie escuchará su voz
por las calles.
La caña cascada no la quebrará,
la mecha vacilante no la apagará,
hasta llevar el derecho a la victoria;
en su nombre esperarán las naciones».

Palabra del Señor.



Dios vela por nosotros… incluso cuando no lo notamos
Marco: Año Jubilar – Peregrinos de la esperanza


Queridos hermanos y hermanas en el Señor:

En este sábado, en que la Iglesia contempla con amor filial a la Santísima Virgen María, y dentro del camino que nos ofrece el Año Jubilar de la Esperanza, la Palabra de Dios nos abre a una profunda verdad: Dios vela por nosotros incluso en la noche, incluso cuando creemos que está ausente, incluso cuando no sentimos su cercanía.


🌃 “Fue una noche de vela para el Señor”

La primera lectura (Éx 12,37-42) nos presenta la noche de la salida de Egipto: el gran éxodo, la liberación de los israelitas tras siglos de esclavitud. El texto dice: “Aquel día fue una noche de vela en honor del Señor, porque los sacó de Egipto.” Pero el comentario que hemos leído añade un matiz precioso: esa noche fue primero una noche de vela para el mismo Dios.

¡Qué misterio más grande! Antes de que el pueblo estuviera en vela, Dios ya estaba despierto, atento, vigilante, lleno de compasión y justicia. El salmo lo confirma con poesía sublime: “El Señor no duerme ni reposa. Es tu guardián, tu sombra protectora.”

Cuando los israelitas corrían con pies descalzos hacia la libertad, no lo hacían solos. Dios iba delante como una columna de fuego, y detrás como centinela silencioso. Es decir: la historia de la salvación es historia de un Dios que no duerme, que vela, que espera pacientemente el momento oportuno para actuar, como lo hará más adelante en la plenitud de los tiempos, en el seno de María.


👁️ “No lo supe, pero el Señor estaba allí”

El comentario también nos recuerda a Jacob, aquel patriarca que durmió con una piedra por almohada y soñó con una escalera al cielo. Al despertar exclamó: “¡Verdaderamente el Señor estaba en este lugar y yo no lo sabía!” (Gn 28,16).

Cuántas veces en nuestra vida nos pasa lo mismo. Solo después de haber atravesado el valle oscuro, comprendemos que no estábamos solos. En el momento no entendemos, nos quejamos, sentimos que Dios está lejos. Pero, al mirar en retrospectiva, como desde una colina elevada, vemos cómo su mano nos sostenía.

Este es el sentido del título francés: “Après-coup”, o sea, la fe que reconoce a Dios después del golpe, después del suceso, en el eco del acontecimiento. Es una fe que no se construye en teorías, sino en la experiencia. Es la fe del pueblo que ha vivido el dolor y ha sido salvado. Es la fe que en este Año Jubilar debemos reavivar, testimoniar y enseñar.


🙌 Jesús, el Siervo de la esperanza

El Evangelio de hoy (Mt 12,14-21) presenta a Jesús como el Siervo de Yahveh, humilde y manso, que no grita, no rompe la caña resquebrajada ni apaga la mecha que apenas humea. Este es el rostro del Mesías que Mateo toma del profeta Isaías. Un Mesías que no impone, sino propone; que no castiga, sino que espera; que no exige fuerza, sino que camina con los débiles.

Así ha sido también el estilo de Dios con su pueblo en Egipto, y así fue el estilo de Dios con María. Ella también vivió noches de silencio, de espera, de dolor, y de éxodo interior. Desde su “sí” en Nazaret hasta el Gólgota, María fue mujer de vela, de esperanza callada, de luz que se enciende en la noche. ¿No fue acaso la primera discípula en vivir el “après-coup”? María entendió muchas cosas después, guardándolas en su corazón, como dice Lucas.


🎒 Peregrinos de la esperanza… como María

Queridos hermanos: en este Año Jubilar que nos llama a ser peregrinos de la esperanza, miremos a María y aprendamos a caminar con Dios aunque no lo veamos del todo. Aprendamos a vivir las noches creyendo que Él vela por nosotros. Aprendamos a mirar nuestra historia personal y comunitaria, con los ojos del alma, reconociendo su fidelidad.

Como dice el salmo responsorial: “Dad gracias al Señor, porque es eterna su misericordia… Él nos libró de nuestros enemigos y nos sacó de Egipto con brazo poderoso.” Él sigue obrando así hoy, aunque muchas veces solo lo comprendamos “después”.


🙏 Conclusión: Oración jubilar

Señor Dios que no duermes ni descansas,
que velas por tus hijos aún en sus noches más largas,
te damos gracias por habernos liberado,
por habernos acompañado en tantos silencios,
y por habernos enviado a tu Hijo Jesús,
el Siervo manso, la luz que no se apaga.

Que como María,
madre vigilante, mujer del alba,
sepamos confiar incluso cuando no entendemos,
y al mirar atrás, reconozcamos con humildad:
Tú estabas allí, y yo no lo sabía.

Amén.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por visitar mi blog, Deje sus comentarios que si son hechos con respeto y seriedad, contestaré con mucho gusto. Gracias. Bendiciones




20 de julio del 2025: decimosexto domingo del tiempo ordinario-Ciclo C

  Vigilancia y espontaneidad Podríamos pensar, al imaginar a Abraham "sentado a la entrada de su tienda […] a la hora más calurosa de...