9 de febrero del 2014: 5o Domingo del Tiempo Ordinario A
Tras los pasos de
Cristo y a su manera, somos invitados a ser luz en nuestro mundo, aportando
justicia, compasión, solidaridad y libertad en nuestros ambientes de vida.
EVANGELIO DE NUESTRO
SEÑOR JESUCRISTO SEGÚN SAN MATEO CAPÍTULO 5, VERSÍCULOS 13 AL 16:
13 Ustedes son la sal
de la tierra. Pero si la sal se vuelve insípida, ¿cómo podrá ser salada de
nuevo? Ya no sirve para nada, por lo que se tira afuera y es pisoteada por la
gente.
14 Ustedes son la luz
del mundo: ¿cómo se puede esconder una ciudad asentada sobre un monte? 15 Nadie enciende una
lámpara para taparla con un cajón; la ponen más bien sobre un candelero, y
alumbra a todos los que están en la casa. 16Hagan, pues, que brille
su luz ante los hombres; que vean estas buenas obras, y por ello den gloria al
Padre de ustedes que está en los Cielos.
PALABRA DE DIOS
A guisa de introducción:
La luz de la vida
En mi pueblo las llamaban “termitas”, una especie de insectos
hormigas con alas que en cierta época del año, sobre todo caracterizada por el
frío y las lluvias, venían en gran número a rodear y estrellarse contra las
bombillas de luz, en casas y en vías públicas para morir casi que
instantáneamente. Las más conocidas son las polillas o “chapolas” (maripositas
blancas) que atraídas por cualquier tipo de luz, sea de una hoguera o de una
fuente eléctrica, a fuerza de acercarse mucho terminan por “achicharrarse”.
Después de contemplar esto no es raro que uno piense “cruel luz que seduce
estos insectos sin ofrecerles nada…porque tal vez buscan por medio de ella una
guía, una orientación, y por el contrario terminan excitadas, confundidas y
aniquiladas…Maldita luz que les ha conducido a la muerte pero no a la vida!”.
Y uno se pone a pensar y a reflexionar sobre nuestro mundo
donde tantas falsas luces brillan, nos atraen y nos seducen, pero sin ofrecer
nada más que una vuelta o u “tour” insensato.
En el evangelio de este domingo, Jesús nos dice: “ustedes son la luz del mundo”, uuuf! Qué
responsabilidad, qué carga tan pesada! A mí me gustaría esconderme en un
pequeño rincón o debajo de un mueble con mi pequeña luz, y que el mundo se las
arregle! Mismo si pareciera que para Jesús, el compromiso del discípulo de ser
luz no es negociable…
Entonces, cómo ser una verdadera luz, y no como aquella de la
hoguera o de las fosforescentes que atraen peligrosamente y que engañan a los
insectos? El profeta Isaías nos da la respuesta: “comparte tu pan con el hambriento, acoge en tu casa al pobre sin
abrigo o sin techo, viste a aquel que no tiene vestido. Entonces tu luz
brillará como la aurora”.
Un simple gesto puede desencadenar en una vida la aurora de
un mundo nuevo.
APROXIMACIÓN PSICOLÓGICA AL TEXTO DEL EVANGELIO
Descendientes de los profetas
Cuando uno toma estos cuatros versículos de manera aislada, es difícil discernir el sentido de las expresiones “sal de la tierra” y “luz del mundo”. Uno puede pensar vagamente en el deber del discípulo de Jesús “dar testimonio”, pero todavía ahí, la cuestión de la naturaleza de este testimonio resta pendiente.
Las cosas cambian si se comprende esta breve sección (versículos 11 al 16) como un desarrollo, explicación ampliada de la última bienaventuranza, que se refiere a los perseguidos por la justicia (v.10) esta idea de la persecución por la justicia aparece en efecto como el hilo que comunica sólidamente los versículos entre sí (v.11 al 16).
He aquí la cadena: los discípulos serán perseguidos (v.11) como los profetas lo han sido también (v.12); los discípulos son los nuevos profetas (v.13-14) de quienes su testimonio no debe relajarse, omitirse o esconderse (v.15), mas al contrario, llevar a la humanidad a reconocer a Dios (v.16).
Desde esta perspectiva , las cosas se aclaran. En calidad de discípulos de Jesús y sucesores de los profetas, los creyentes deben vivir abiertamente según sus convicciones, sin disminuir su luz o debilitarla.
Esta tentación llegara de modo inevitable, ya que los nuevos profetas enfrentarán, llegado el momento, insultos, difamaciones y represión. Pero hay que resistir, perseverar, porque si ellos se callan, quién hablara? Si aquellos que han escuchado el llamado de Dios, y son interpelados a tomar partido por los oprimidos y ponerse de su lado, se desaniman, dejan todo acabar y o se acomodan, quién continuará el combate?
Dios no puede ser presentado, reconocido, “glorificado” (v.16) que ahí donde su amor por el pobre, el desfavorecido y el explotado se manifiesta y actúa gracias a los discípulos de Jesús. La “luz” que Dios quiere reflejar sobre “las manos debilitadas, las rodillas que se doblan y los corazones que desfallecen” (Is 35,3-4), ella no puede pasar que por aquellos que viviendo como Jesús, llegan a ser los relevos de Dios.
No se trata para los cristianos de ganar un concurso de popularidad por sus buenas obras, como una lectura distraída o complaciente del versículo 16 podría hacernos creer. Se trata de “construir la paz” (v.9) al lado de los pobres, de tener hambre y sed de justicia” (v.6), de compartir activamente la sed de Dios por la fraternidad y la justicia, y esto al precio del rechazo social el más doloroso (y o difícil). Su futuro es en esta dirección, nos dice Jesús.
REFLEXIÓN CENTRAL
SER LUZ Y SAL PARA EL MUNDO
Jesús compara la misión del cristiano con la sal y la luz.
Él no dice “lleguen a ser”, sino más bien: “ustedes son”. Qué hace uno con la sal? Gracias a que muchas veces he hecho la pregunta, he podido concluir lo siguiente:
1. La sal realza el gusto de los alimentos: nuestra misión
como cristianos, consiste en darle sabor e ideales a la vida.
2. La sal impide que los alimentos se corrompan: como
cristiano, yo debo evitar el mal y ayudar a la gente a abandonar esos senderos
de muerte.
3. La sal Purifica las llagas y cicatriza las heridas: si
uno está herido no conviene replegarse sobre sí mismo y ante todo se debe
permitir a las personas heridas de rencontrar su dinamismo interior.
4. La sal hace fundir el hielo e impide que uno se
resbale o se deslice: Un cristiano debe evitar corromperse por los caminos del
facilismo. Hemos de ser testigos para las personas en búsqueda de sentido de la
vida.
5. La sal impide la deshidratación: Alimentarnos de Dios
a través de la oración, los sacramentos y la solidaridad comunitaria con el fin
de llegar a ser alimento de Dios para los buscadores de Dios alrededor de
nosotros. (En pequeñas dosis la sal es
beneficiosa, mientras que en fuertes dosis, llega a ser nociva; entonces es
necesario saber dosificarla para una mejor salud física y espiritual).
Hay diferentes tipos o clases de sal: la sal
refinada de cocina, el calcio, la sal de vaca (sal de alimentación pecuaria)…así
como también hay diferentes personalidades al servicio del evangelio.
Y la LUZ? Ella ilumina,
calienta y guía en la noche. He aquí
otra realidad esencial de nuestra misión como cristianos: iluminar, dar calor a
los corazones fríos, guiar hacia lo esencial. Y todavía acá es preciso decir
que hay diferentes tipos de luz: están las luces indispensables en la vida
diaria para nuestro bienestar como el cuadrante luminoso que nos asegura la
noche para prolongar el sueño, como las luces de las decoraciones de navidad, y
después están las luces que enceguecen, que no aportan nada a los otros como la del
auto que uno se encuentra en la carretera y donde el conductor no baja las
luces a nuestro paso en sentido inverso.
Como cristianos, somos invitados a convertirnos en luces indispensables y necesarias. Nunca luces de iluminación que enceguecen o que encandilan como la de aquel que pone su luz plenamente dentro de la vista de los demás, y que no busca más que su interés personal: una luz que enceguece a veces, pero deja el corazón amargado.
El desafío como cristianos: permanecer conectados a Cristo, unidos a Él.
Esto me recuerda el día que mi lámpara de escritorio no se iluminaba. Yo
cambié la bombilla: esta tampoco funcionaba. Entonces yo decidí desconectarla
para ver qué sucedía…y en seguida descubrí que alguien la había ya desconectado.
Yo la volví a conectar y funcionó muy bien.
Entonces, es necesario permanecer conectados a Cristo para irradiar su
presencia e iluminar en su nombre. Un último detalle importante: la sal que es
utilizada y la luz que ilumina son dos elementos que no se aportan nada a ellas
mismas. Ellas están ahí para el servicio de los otros.
Es así también como servir a Cristo, es olvidarse de sí mismo por la
felicidad de los otros.
Es el conjunto de todas nuestras llamas o flamas juntas que producirán el
fuego del amor y del cual el mundo tiene necesidad, y no olvides nunca que si tú
no te gastas, si tú no ardes por amor, hay seguramente alguien alrededor de ti
que se muere de frío.
OBJETIVO DE
VIDA PARA LA SEMANA :
1.
Ahora que los días se alargan, doy
gracias a Dios por la luz de Cristo, siempre más fuerte que las tinieblas.
2.
Confío al Señor las zonas oscuras de
mi vida y le pido de sazonar mi vida con el sabor del evangelio.
3.
Aprovecho todas las ocasiones de mi cotidianidad
para testimoniar, en palabras y en actos la esperanza que habita mi corazón.
ORACIÓN- MEDITACIÓN
Yo, Señor, Yo
soy la sal y la luz de las cuales el mundo necesita?
Yo puedo
influenciar el ambiente y el espacio en el cual vivo?
De qué manera
Tú me sacudes! Es verdad, yo he recibido tanto de Ti!..
Yo tengo en
el corazón tu mensaje de amor.
Yo llevo
dentro de mí tu promesa de vida,
Tú que eres la
verdadera sal y la verdadera luz.
Que tu
Palabra me inspire las palabras y las actitudes
que traducen
tu sabor y tu claridad!
Para ser Sal
y Luz como Tù, yo puedo acercarme de un vecino enfermo
Y ser para él
una presencia y reconfortarlo.
Yo puedo
tenderle la mano a alguien que me ha
hecho daño,
Y reconciliarme
con él en vez de levantar sobre él mi mano.
Yo puedo
valorizar el trabajo de un colega que es menospreciado,
Yo puedo
ayudar a un joven a distinguir lo verdadero de lo falso.
Yo puedo
interpelar a mis amigos,
e invitarlos
a apreciar la belleza de las personas, sin importar quienes sean.
Yo puedo
velar por la paz en mi familia,
Yo puedo…
No es fácil, Señor.
Es necesario
que yo vaya contra la corriente de una sociedad
que pregona
el individualismo y la afirmación del YO.
Me hace falta
coraje para proclamar mi fe y mi esperanza.
Mas, quédate conmigo,
Señor.
Haz que no
pierda jamás el gusto por Ti!
Yo te doy
gracias, Señor,
Por las personas
que son sal de humanidad y de ternura en mi vida.
Por su
presencia fiel y su confianza,
ellas son luz
en mi camino y fuente de alegría.
REFERENCIAS
Pequeño Misal
“Prions en Église”, edición quebequense, 2011-2014. Novalis.
HÉTU, Jean-Luc. Les Options de Jésus.
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