sábado, 8 de febrero de 2020

9 de febrero del 2014: 5o Domingo del Tiempo Ordinario A


Tras los pasos de Cristo y a su manera, somos invitados a ser luz en nuestro mundo, aportando justicia, compasión, solidaridad y libertad en nuestros ambientes de vida.



EVANGELIO DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO SEGÚN SAN MATEO CAPÍTULO 5, VERSÍCULOS 13 AL 16:

Referencias versículo 13http://www.sobicain.org/images/bol1.gif13 Ustedes son la sal de la tierra. Pero si la sal se vuelve insípida, ¿cómo podrá ser salada de nuevo? Ya no sirve para nada, por lo que se tira afuera y es pisoteada por la gente.
Referencias versículo 1414 Ustedes son la luz del mundo: ¿cómo se puede esconder una ciudad asentada sobre un monte? 15 Nadie enciende una lámpara para taparla con un cajón; la ponen más bien sobre un candelero, y alumbra a todos los que están en la casa. Referencias versículo 1616Hagan, pues, que brille su luz ante los hombres; que vean estas buenas obras, y por ello den gloria al Padre de ustedes que está en los Cielos.


PALABRA DE DIOS


A guisa de introducción:

La luz de la vida

En mi pueblo las llamaban “termitas”, una especie de insectos hormigas con alas que en cierta época del año, sobre todo caracterizada por el frío y las lluvias, venían en gran número a rodear y estrellarse contra las bombillas de luz, en casas y en vías públicas para morir casi que instantáneamente. Las más conocidas son las polillas o “chapolas” (maripositas blancas) que atraídas por cualquier tipo de luz, sea de una hoguera o de una fuente eléctrica, a fuerza de acercarse mucho terminan por “achicharrarse”.

 Después de contemplar esto no es raro que uno piense “cruel luz que seduce estos insectos sin ofrecerles nada…porque tal vez buscan por medio de ella una guía, una orientación, y por el contrario terminan excitadas, confundidas y aniquiladas…Maldita luz que les ha conducido a la muerte pero no a la vida!”.

Y uno se pone a pensar y a reflexionar sobre nuestro mundo donde tantas falsas luces brillan, nos atraen y nos seducen, pero sin ofrecer nada más que una vuelta o u “tour” insensato.

En el evangelio de este domingo, Jesús nos dice: “ustedes son la luz del mundo”, uuuf! Qué responsabilidad, qué carga tan pesada! A mí me gustaría esconderme en un pequeño rincón o debajo de un mueble con mi pequeña luz, y que el mundo se las arregle! Mismo si pareciera que para Jesús, el compromiso del discípulo de ser luz no es negociable…

Entonces, cómo ser una verdadera luz, y no como aquella de la hoguera o de las fosforescentes que atraen peligrosamente y que engañan a los insectos? El profeta Isaías nos da la respuesta: “comparte tu pan con el hambriento, acoge en tu casa al pobre sin abrigo o sin techo, viste a aquel que no tiene vestido. Entonces tu luz brillará como la aurora”.


Un simple gesto puede desencadenar en una vida la aurora de un mundo nuevo.




APROXIMACIÓN PSICOLÓGICA AL TEXTO DEL EVANGELIO

Descendientes de los profetas

Cuando uno toma estos cuatros versículos de manera aislada, es difícil discernir el sentido de las expresiones “sal de la tierra” y “luz del mundo”. Uno puede pensar vagamente en el deber del discípulo de Jesús “dar testimonio”, pero todavía ahí, la cuestión de la naturaleza de este testimonio resta pendiente.

Las cosas cambian si se comprende esta breve sección (versículos 11 al 16) como un desarrollo, explicación ampliada de la última bienaventuranza, que se refiere a los  perseguidos por la justicia (v.10) esta idea de la persecución por la justicia aparece en efecto como el hilo que comunica sólidamente los versículos entre sí (v.11 al 16).

He aquí la cadena: los discípulos serán perseguidos (v.11) como los profetas lo han sido también (v.12); los discípulos son los nuevos profetas (v.13-14) de quienes su testimonio no debe relajarse, omitirse o esconderse (v.15), mas al contrario, llevar a la humanidad a reconocer a Dios (v.16).

Desde esta perspectiva , las cosas se aclaran. En calidad de discípulos de Jesús y sucesores de los profetas, los creyentes deben vivir abiertamente según sus convicciones, sin disminuir su luz o debilitarla.

Esta tentación llegara de modo inevitable, ya que los nuevos profetas enfrentarán, llegado el momento, insultos, difamaciones y represión. Pero hay que resistir, perseverar, porque si ellos se callan, quién hablara? Si aquellos que han escuchado el llamado de Dios, y son interpelados a tomar partido  por los oprimidos y ponerse de su lado, se desaniman, dejan todo acabar y o se acomodan, quién continuará el combate?

Dios no puede ser presentado, reconocido, “glorificado” (v.16) que ahí donde su amor por el pobre, el desfavorecido y el explotado se manifiesta y actúa gracias  a los discípulos de Jesús. La  “luz” que Dios quiere reflejar sobre “las manos debilitadas, las rodillas que se doblan y los corazones que desfallecen” (Is 35,3-4), ella no puede pasar que por aquellos que viviendo como Jesús, llegan a ser los relevos de Dios.


No se trata para los cristianos de ganar un concurso de popularidad por sus buenas obras, como una lectura distraída o complaciente del versículo 16 podría hacernos creer. Se trata de “construir la paz” (v.9) al lado de los pobres, de tener hambre y sed de justicia” (v.6), de compartir activamente la sed de Dios por la fraternidad y la justicia, y esto al precio del rechazo social el más doloroso (y o difícil). Su futuro es en esta dirección, nos dice Jesús.



REFLEXIÓN CENTRAL

SER LUZ Y SAL PARA EL MUNDO

Jesús compara la misión del cristiano con la sal y la luz.

Él no dice “lleguen a ser”, sino más bien: “ustedes son”. Qué hace uno con la sal? Gracias a que muchas veces he hecho la pregunta, he podido concluir lo siguiente:


1.     La sal realza el gusto de los alimentos: nuestra misión como cristianos, consiste en darle sabor e ideales a la vida.
2.     La sal impide que los alimentos se corrompan: como cristiano, yo debo evitar el mal y ayudar a la gente a abandonar esos senderos de muerte.
3.     La sal Purifica las llagas y cicatriza las heridas: si uno está herido no conviene replegarse sobre sí mismo y ante todo se debe permitir a las personas heridas de rencontrar su dinamismo interior.
4.     La sal hace fundir el hielo e impide que uno se resbale o se deslice: Un cristiano debe evitar corromperse por los caminos del facilismo. Hemos de ser testigos para las personas en búsqueda de sentido de la vida.
5.     La sal impide la deshidratación: Alimentarnos de Dios a través de la oración, los sacramentos y la solidaridad comunitaria con el fin de llegar a ser alimento de Dios para los buscadores de Dios alrededor de nosotros. (En pequeñas dosis la sal es beneficiosa, mientras que en fuertes dosis, llega a ser nociva; entonces es necesario saber dosificarla para una mejor salud física y espiritual).

Hay diferentes tipos o clases de sal: la sal refinada de cocina, el calcio, la sal de vaca (sal de alimentación pecuaria)…así como también hay diferentes personalidades al servicio del evangelio.

Y la LUZ? Ella ilumina, calienta y guía en la noche. He aquí otra realidad esencial de nuestra misión como cristianos: iluminar, dar calor a los corazones fríos, guiar hacia lo esencial. Y todavía acá es preciso decir que hay diferentes tipos de luz: están las luces indispensables en la vida diaria para nuestro bienestar como el cuadrante luminoso que nos asegura la noche para prolongar el sueño, como las luces de las decoraciones de navidad, y después están las luces que enceguecen, que no aportan nada a los otros como la del auto que uno se encuentra en la carretera y donde el conductor no baja las luces a nuestro paso en sentido inverso.

Como cristianos, somos invitados a convertirnos en luces indispensables y necesarias. Nunca luces de iluminación que enceguecen o que encandilan como la de aquel que pone su luz plenamente dentro de la vista de los demás,  y que no busca más que su interés personal: una luz que enceguece a veces, pero deja el corazón amargado.

El desafío como cristianos: permanecer conectados a Cristo, unidos a Él.

Esto me recuerda el día que mi lámpara de escritorio no se iluminaba. Yo cambié la bombilla: esta tampoco funcionaba. Entonces yo decidí desconectarla para ver qué sucedía…y en seguida descubrí que alguien la había ya desconectado. Yo la volví a conectar y funcionó muy bien.

Entonces, es necesario permanecer conectados a Cristo para irradiar su presencia e iluminar en su nombre. Un último detalle importante: la sal que es utilizada y la luz que ilumina son dos elementos que no se aportan nada a ellas mismas. Ellas están ahí para el servicio de los otros.

Es así también como servir a Cristo, es olvidarse de sí mismo por la felicidad de los otros.

Es el conjunto de todas nuestras llamas o flamas juntas que producirán el fuego del amor y del cual el mundo tiene necesidad, y no olvides nunca que si tú no te gastas, si tú no ardes por amor, hay seguramente alguien alrededor de ti que se muere de frío.




OBJETIVO DE VIDA PARA LA SEMANA :

1.     Ahora que los días se alargan, doy gracias a Dios por la luz de Cristo, siempre más fuerte que las tinieblas.

2.     Confío al Señor las zonas oscuras de mi vida y le pido de sazonar mi vida con el sabor del evangelio.

3.     Aprovecho todas las ocasiones de mi cotidianidad para testimoniar, en palabras y en actos la esperanza que habita mi corazón.



ORACIÓNMEDITACIÓN

Yo, Señor, Yo soy la sal y la luz de las cuales el mundo necesita?
Yo puedo influenciar el ambiente y el espacio en el cual vivo?
De qué manera Tú me sacudes! Es verdad, yo he recibido tanto de Ti!..
Yo tengo en el corazón tu mensaje de amor.
Yo llevo dentro de mí tu promesa de vida,
Tú que eres la verdadera sal y la verdadera luz.
Que tu Palabra me inspire las palabras y las actitudes
que traducen tu sabor y tu claridad!

Para ser Sal y Luz como Tù, yo puedo acercarme de un vecino enfermo
Y ser para él una presencia y reconfortarlo.
Yo puedo tenderle la mano  a alguien que me ha hecho daño,
Y reconciliarme con él en vez de levantar sobre él mi mano.
Yo puedo valorizar el trabajo de un colega que es menospreciado,
Yo puedo ayudar a un joven a distinguir lo verdadero de lo falso.
Yo puedo interpelar a mis amigos,
e invitarlos a apreciar la belleza de las personas, sin importar quienes sean.
Yo puedo velar por la paz en mi familia,
Yo puedo…

No es fácil, Señor.
Es necesario que yo vaya contra la corriente de una sociedad
que pregona el individualismo y la afirmación del YO.
Me hace falta coraje para proclamar mi fe y mi esperanza.
Mas, quédate conmigo, Señor.
Haz que no pierda jamás el gusto por Ti!

Yo te doy gracias, Señor,
Por las personas que son sal de humanidad y de ternura en mi vida.
Por su presencia fiel y su confianza,

ellas son luz en mi camino y fuente de alegría.


REFERENCIAS

Pequeño Misal “Prions en Église”, edición quebequense, 2011-2014. Novalis.


HÉTU, Jean-Luc. Les Options de Jésus.


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