lunes, 28 de mayo de 2018

28 de mayo del 2018: Octava semana del tiempo ordinario



(Marcos 10, 17-27) Qué es lo que me impide asumir plenamente mi envío?
Cuáles son los bienes que me impiden desprenderme, desapegarme y salir a proclamar la Buena Noticia en alegría y libertad? Tomarse el tiempo y reflexionar, para nombrar lo que me impide volverme decididamente al Señor es el primer paso a realizar.


Primera lectura
Lectura de la primera carta del apóstol san Pedro 1, 3-9
Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que en su gran misericordia, por la resurrección de Jesucristo de entre los muertos, nos ha hecho nacer de nuevo para una esperanza viva, para una herencia incorruptible, pura, imperecedera, que os está reservada en el cielo. La fuerza de Dios os custodia en la fe para la salvación que aguarda a manifestarse en el momento final. Alegraos de ello, aunque de momento tengáis que sufrir un poco, en pruebas diversas: así la comprobación de vuestra fe -de más precio que el oro, que, aunque perecedero, lo aquilatan a fuego-llegará a ser alabanza y gloria y honor cuando se manifieste Jesucristo. No habéis visto a Jesucristo, y lo amáis; no lo veis, y creéis en él; y os alegráis con un gozo inefable y transfigurado, alcanzando así la meta de vuestra fe: vuestra propia salvación.
Salmo
Sal 110, 1-2. 5-6. 9ab y 10c R. El Señor recuerda siempre su alianza.
Doy gracias al Señor de todo corazón,
en compañía de los rectos, en la asamblea.
Grandes son las obras del Señor,
dignas de estudio para los que las aman. R/.
El da alimento a sus fieles,
recordando siempre su alianza;
mostró a su pueblo la fuerza de su obrar,
dándoles la heredad de los gentiles. R/.
Envió la redención a su pueblo,
ratificó para siempre su alianza;
la alabanza del Señor dura por siempre. R/.
Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Marcos 10, 17-27
En aquel tiempo, cuando salta Jesús al camino, se le acercó uno corriendo, se arrodilló y le preguntó: -«Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna?»
Jesús le contestó: -« ¿Por qué me llamas bueno? No hay nadie bueno más que Dios. Ya sabes los mandamientos: no matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, no estafarás, honra a tu padre y a tu madre.»
Él replicó: -«Maestro, todo eso lo he cumplido desde pequeño.»
Jesús se le quedó mirando con cariño y le dijo: -«Una cosa te falta: anda, vende lo que tienes, dale el dinero a los pobres, así tendrás un tesoro en el cielo, y luego sígueme.»
A estas palabras, él frunció el ceño y se marchó pesaroso, porque era muy rico. Jesús, mirando alrededor, dijo a sus discípulos: -«¡ Qué difícil les va a ser a los ricos entrar en el reino de Dios! »
Los discípulos se extrañaron de estas palabras. Jesús añadió: -«Hijos, ¡qué difícil les es entrar en el reino de Dios a los que ponen su confianza en el dinero! Más fácil le es a un camello pasar por el ojo de una aguja, que a un rico entrar en el reino de Dios.»
Ellos se espantaron y comentaban: -«Entonces, ¿quién puede salvarse?»
Jesús se les quedó mirando y les dijo: -«Es imposible para los hombres, no para Dios. Dios lo puede todo.»



Reflexión:

Por qué leer la 1a Carta de San Pedro?

Este escrito del siglo I, nos indica cómo vivir dentro de una sociedad que tiene otros valores, distintos a los nuestros como creyentes.
Los cristianos en nuestro tiempo son a menudo minoría. Al seguir el camino propuesto por Cristo, los cristianos van contra la corriente y esta carta invita a la fidelidad y a la valentía.
En el pasaje inicial que leemos hoy, Pedro agradece a Dios por el don o regalo recibido…No se refiere a algo material sino a algo más preciado y esencial.  Dios le permite a aquel que cree a sentirse reconocido y libre. Amado por Dios es capaz de amar a los demás. La fe ofrece al mismo tiempo un objetivo y un camino. Desde ahora, desde nuestra vida acá abajo, la fe ofrece el aperitivo de cosas aún mucho más bellas. Esta esperanza ayuda a distinguir o reconocer aquello que es verdaderamente importante.

De la Buena Voluntad a la opción radical

En el Evangelio, vemos el encuentro de Jesús con un joven rico. Este hombre respeta y observa con atención los mandamientos de Dios, y sin embargo siente inquietud, permanece intranquilo. Esto nos demuestra que es difícil pasar de una buena voluntad a una opcion radical…y esto es difícil si sólo confiamos en nuestras propias fuerzas…No obstante, al reconocernos frágiles, le permitimos a Dios actuar…y esto es lo que significa "ser salvado" o "entrar en el Reino de Dios".



Bibliografía:

dominicos.org (para los textos litúrgicos).

prionseneglise.org

ZeBible


viernes, 4 de mayo de 2018

4 de mayo del 2018: Santos Felipe y Santiago Apóstoles



El Padre nos atrae hacia el Hijo, y el Hijo nos atrae hacia el Padre. Un mismo movimiento de amor gratuito por el cual la vida en Dios nos es dada una y otra vez.



Primera lectura
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (8,26-40):

EN aquellos días, un ángel del Señor habló a Felipe y le dijo:
«Levántate y marcha hacia el sur, por el camino de Jerusalén a Gaza, que está desierto».
Se levantó, se puso en camino y, de pronto, vio venir a un etíope; era un eunuco, ministro de Candaces, reina de Etiopía e intendente del tesoro, que había ido a Jerusalén para adorar. Iba de vuelta, sentado en su carroza, leyendo al profeta Isaías.
El Espíritu dijo a Felipe:
«Acércate y pégate a la carroza».
Felipe se acercó corriendo, le oyó leer el profeta Isaías, y le preguntó:
«¿Entiendes lo que estás leyendo?».
Contestó:
«Y cómo voy a entenderlo si nadie me guía?».
E invitó a Felipe a subir y a sentarse con él. El pasaje de la Escritura que estaba leyendo era este:
«Como cordero fue llevado al matadero,
como oveja muda ante el esquilador,
así no abre su boca.
En su humillación no se le hizo justicia.
¿Quién podrá contar su descendencia?
Pues su vida ha sido arrancada de la tierra».
El eunuco preguntó a Felipe:
«Por favor, ¿de quién dice esto el profeta?; ¿de él mismo o de otro?».
Felipe se puso a hablarle y, tomando píe de este pasaje, le anunció la Buena Nueva de Jesús. Continuando el camino, llegaron a un sitio donde había agua, y dijo el eunuco:
«Mira, agua. ¿Qué dificultad hay en que me bautice?».
Mandó parar la carroza, bajaron los dos al agua, Felipe y el eunuco, y lo bautizó. Cuando salieron del agua, el Espíritu del Señor arrebató a Felipe. El eunuco no volvió a verlo, y siguió su camino lleno de alegría.
Felipe se encontró en Azoto y fue anunciando la Buena Nueva en todos los poblados hasta que llegó a Cesarea.

Palabra de Dios


Salmo
Sal 65,8-9.16-17.20

R/. Aclamad al Señor, tierra entera

Bendecid, pueblos, a nuestro Dios,
haced resonar sus alabanzas,
porque él nos ha devuelto la vida
y no dejó que tropezaran nuestros pies. R/.

Los que teméis a Dios, venid a escuchar,
os contaré lo que ha hecho conmigo:
a él gritó mi boca
y lo ensalzó mi lengua. R/.

Bendito sea Dios, que no rechazó mi súplica
ni me retiró su favor. R/.


Lectura del santo evangelio según san Juan (6,44-51):

EN aquel tiempo, dijo Jesús al gentío:
«Nadie puede venir a mí si no lo atrae el Padre que me ha enviado, Y yo lo resucitaré en el último día.
Está escrito en los profetas: “Serán todos discípulos de Dios”. Todo el que escucha al Padre y aprende, viene a mí.
No es que alguien haya visto al Padre, a no ser el que está junto a Dios: ese ha visto al Padre. En verdad, en verdad os digo: el que cree tiene vida eterna.
Yo soy el pan de la vida. Vuestros padres comieron en el desierto el maná y murieron; este es el pan que baja del cielo, para que el hombre coma de él y no muera.
Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre.
Y el pan que yo daré es mi carne por la vida del mundo».

Palabra del Señor



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Leer juntos para comprender mejor

Dios mismo ha preparado este sorprendente encuentro entre  Felipe y el alto funcionario etiope. 

El hombre, simpatizante del judaismo, ha venido desde muy lejos en búsqueda de Dios, pero él permanece hambriento. 

Él lee las Escrituras, pero no comprende nada. Como extranjero y eunuco- es decir, mutilado sexualmente y sin poder tener hijos- normalmente no tiene acceso a la bendición de Dios (Deuteronomio 23,2; Isaías 56,3.7) Él se muestra particularmente sensible a este pasaje de Isaías 53, que habla justamente de "descendencia"? En todo caso, él va a descubrir a Jesús, gracias a las explicaciones de Felipe.

Cuando leemos la Biblia en grupo, encontramos tesoros que antes no veíamos solos. El etiope se marcha muy contento. Él es el primer cristiano de Africa.

En el Evangelio, vemos cómo Cuando Nuestro Señor Jesucristo se encontraba en este mundo comunicaba normalmente sus gracias espirituales y corporales a través del contacto físico de su persona, esto es, o con su viva voz, o tocando con su mano, como cuando por ejemplo absolvió a la pecadora (Lc 7, 48) o sanó al leproso y al ciego de nacimiento (Mc 1, 41; Jn 9, 6).

Pero ahora que Jesús ha subido al cielo, ¿cómo podrá estar en contacto con nosotros y comunicarnos su gracia? Lo hace primero a través de la Palabra recibida por los testigos, los santos,  a través de la larga Tradición de 2000 años, a través de los sacramentos de la Iglesia: en ellos está presente Él mismo, como a través de la persona de su ministro también hoy nos toca, nos sana, nos alimenta y nos consuela.

Acercarse con fe a los sacramentos es encontrarse con Jesús resucitado y vivo, con Él que es nuestro único Salvador.

Que Santiago y San Felipe, apóstoles y  miembros privilegiados del grupo de los 12, intercedan por nosotros, que su testimonio nos ilumine para que seamos hoy testigos efectivos y afectivos del Señor Resucitado.

2
(para la lectura de 1 Corintios 15,1-8)


El mundo, la sociedad de nuestros días, parece querer conservar y valorar todas las tradiciones culturales, históricas, profanas, excepto la religiosa cristiana- católica. Esta última, con toda certeza la esencial, fundamental para su destino final como humanidad…En la que puede encontrar su Salvación.

Hoy, Pablo en su carta instiga a los Corintios como  recién convertidos al Evangelio a no desechar la tradición recibida, la predicación de los testigos de la Resurrección. En este mensaje está el centro de la fe cristiana: Cristo ha muerto por nuestros pecados y ha resucitado. Pablo hace parte de una cadena de testigos, a él otros testigos  también le han transmitido la Buena Noticia. Él mismo, al igual que otros han visto a Cristo Resucitado. Para Pablo, esta Buena Noticia, no es una invención, sino que se arraiga en una larga tradición de textos y de revelaciones de las cuales hablan las Sagradas Escrituras.


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