lunes, 30 de noviembre de 2015

6 de diciembre del 2015: 2o Domingo de Adviento (C)

Desde el segundo domingo del Adviento, nuestra esperanza se transforma en alegría. 
Dios supera nuestra espera y expectativa y nos ofrece saborear desde ya los frutos de la salvación prometida.
Acojamos con entusiasmo esta Buena Noticia de la próxima venida de Cristo que nos abre el camino de la paz y de la felicidad sin fin.







EVANGELIO
LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS 3, 1-6

En el año quince del reinado del emperador Tiberio, siendo Poncio Pilato gobernador de Judea, y Herodes virrey de Galilea, y su hermano Felipe virrey de Iturea y Traconítide, y Lisanio virrey de Abilene, bajo el sumo sacerdocio de Anás y Caifás, vino la Palabra de Dios sobre Juan, hijo de Zacarías, en el desierto.

Y recorrió toda la comarca del Jordán, predicando un bautismo de conversión para perdón de los pecados, como está escrito en el libro de los oráculos del Profeta Isaías.

-- Una voz grita en el desierto: preparad el camino del Señor, allanad sus senderos; elévense los valles, desciendan los montes y colinas; que lo torcido se enderece, lo escabroso se iguale. Y todos verán la salvación de Dios.

Palabra del Señor.




A guisa de introducción:

Una ruta hacia la FELICIDAD

Nada tan banal, aparentemente, como la palabra FELICIDAD. Pero definirla es más difícil. Con frecuencia la felicidad es totalmente sencilla. O simple. Es ante todo la suma de nuestras buenas horas (“bonheur”, dicen los franceses) de esos momentos a veces breves de plenitud, cuando se tiene la impresión de estar plenos, de vivir en armonía. Presencia real o evocada de las personas que amamos. Alegría interior. Conciencia en paz. Pero la felicidad es mucho más que la suma de los buenos momentos. Ella supone también una coherencia global de la vida, un acuerdo interior que le dona sentido a lo que hacemos.

“Despójate de tu vestido de luto”, dice el profeta a la ciudad de Jerusalén. Toma la ruta de la audacia y de la libertad, la ruta que Dios mismo ha trazado a través de valles y montañas para venir a tu encuentro. En la fuente de la felicidad, hay alguien, Dios, que viene hacia nosotros. Es uno de los nombres dados a Jesús, Emmanuel, Dios, en medio de nosotros. Juan Bautista lo anuncia en el desierto: gracias a esta ruta, “todos verán la salvación de Dios” (Lucas 3,6)

En la vida, no todo es color de rosa. Nosotros lo sabemos lo suficiente. Pero la felicidad esta ya aquí ya que Dios llega para estar en medio de nosotros y nos llena de su presencia (cada vez que oramos, celebramos la Eucaristía, nos reconciliamos, amamos o ayudamos a alguien…). Esta presencia cambia en adelante nuestras tristezas en esperanza y nuestros miedos en coraje. Ella ilumina nuestra alegría y le da a nuestros amores un sabor de eternidad.




Aproximación psicológica al texto del evangelio:

Una voz prepara una pista al Señor

Jesús no se encontraba inscrito o matriculado en ninguna de las corrientes socio-políticas o político-religiosas de su tiempo. Jesús no se identificaba ni con los sacerdotes que comandaban en el templo, ni con los laicos fariseos que se habían replegado alrededor de las sinagogas, ni con las comunidades ascéticas del desierto del Mar Muerto, ni con los zelotes (guerrilleros o revolucionarios de la época).

De hecho hay una excepción importante: Jesús se mostró bastante interesado y vibró ante el movimiento lanzado por Juan Bautista, al punto de comprometerse públicamente con él.

El movimiento del Bautista puede entonces brindarnos preciosas informaciones sobre lo que le atraía o interesaba a Jesús. Se podría resumir este movimiento en 3 líneas:

1.     Juan también guarda distancia, se tiene lejos   tanto de la “religión”  como de la “política”, en el sentido de las instituciones y de las estructuras; es “en el desierto”  que él actúa, allí donde el hombre, desnudo, desprovisto de sus funciones, de sus roles y de sus rutinas, se encuentra confrontado consigo mismo.
2.     Su objetivo es conducir a sus contemporáneos a resituarse de cara a Dios, y de cara a un Dios que se prepara a emerger (surgir) en la historia;
3.     Esta radicalización espiritual lo lleva a atacar tanto las deformaciones religiosas (cfr. Mateo 3,7-10) como a los abusos del poder político (cfr. Lucas 3,19-20) y a la injusticia  (Lucas 3,10-14) que observa alrededor.

Estas opciones de Juan Bautista debían suscitar profundas resonancias en Jesús. No solamente este último se solidariza con Juan recibiendo su bautismo, sino que llegará mismo a decir:  “Juan es un profeta y más que un profeta”… (cfr. Lucas 7,26)

Varias veces en el evangelio Jesús manifiesta estima y admiración por las personas que encuentra en su recorrido por azar (Natanael, el centurión, el joven rico, la viuda del templo…) Pero acá vemos más que estima y admiración: se manifiesta una adhesión profunda a lo que Juan ha tratado de vivir y de hacer vivir a los otros.

Y  cuando el poder interrumpe brutalmente la carrera de Juan, es Jesús mismo quien se pone en movimiento, tomar la batuta…(cfr. Marcos 1,14).

Para todo aquel que se encuentra inmerso en la sociedad, toda sociedad es una jungla, es decir, un conjunto complejo de corrientes y de contra corrientes entre las cuales no siempre es fácil situarse.

Jesús no escapaba a esta condición humana. Con el fin de situarse claramente en su medio, de manera que corresponda a las miradas de Dios sobre él, Él ha tenido necesidad de alguien para darle pista.

En una jungla social, Juan Bautista abre el camino para Jesús. Y el mismo Jesús dirá más tarde a aquellos que al igual que Él tienen la intención de situarse socialmente y espiritualmente: “Yo soy el camino” (Juan 14,6).

La confesión de los pecados:

Estamos en el momento que precede a la llegada de sucesos importantes - parece decir Juan Bautista- y es el momento de mirar el lugar donde se sitúa cada quien y hacer los cambios que se imponen, de lo contrario todo será un fracaso.  Este es en sustancia el mensaje de Juan, he aquí lo que propone: confesar sus pecados, para poder estar listos de cara a los eventos.

La confesión de los pecados, es a menudo vista o practicada como una escandalosa alienación; como un sacramento pasado de moda, innecesario y parecía creerse “No sirve para nada”…Por un lado, uno se acusa, uno se flagela como si se fuera un criminal, uno se humilla y de modo muy frecuente uno ennegrece el cuadro u horizonte vital pensando complacer a Dios si uno se disminuye. De otro lado, uno deja de lado la culpa o pretende ignorarla en medio de los afanes de la vida, creyendo como los fariseos y los saduceos denunciados por Juan, que un bautismo o que una buena confesión va a solucionar las cosas (cfr. Mateo 3,7-9).

Más allá de estas caricaturas, muy frecuentemente reales, la confesión de los pecados puede efectivamente dar acceso al Reino, es decir, a una vida de libertad, de paz y de comunión.

Juan llega para sacudir a sus contemporáneos y hacerlos salir de sus torpezas y de su inconsciencia, hacerles descubrir su fondo, convertirles, hacerlos tornar hacia lo esencial, y hacerles tomar su vida en mano (produciendo un fruto que corresponda con su conversión- Mateo 3,8).

Para realizar todo eso, la confesión de los pecados es una manera adecuada, porque ella presupone una evaluación de mi práctica, lo que me lleva a la vez  a tomar una conciencia más viva  de mis acciones (o actos)  y a clarificar los valores implícitos a partir de los  cuales yo funciono.

Confesar mis pecados, es expresar claramente las incoherencias que yo he identificado entre mis aspiraciones y mi práctica, es asumir la responsabilidad en esas incoherencias (en lugar de refugiarme o justificarme en mi herencia, en mi ambiente, mi cónyuge o mi carácter!)

Confesar los pecados, es al mismo tiempo, ser enviado a una reorganización inevitable de mis actitudes concretas y de mi práctica cotidiana.

Quien negará, que como tal, la confesión concientiza, unifica y libera, que ella vuelve a poner en contacto con las mejores aspiraciones que yo llevo en mí y que ella desemboca en una reapropiación y en una renovación de mis prácticas?

La mejor manera como  Juan podía  “preparar la ruta” para Jesús es convidando sus más cercanos “a hacerse bautizar confesando sus pecados” , y los creyentes  de hoy  de qué mejor manera pueden prepararse a acoger el perdón, la salvación, el Reino, en una palabra, la presencia y la acción de Dios en su vida?



REFLEXIÓN CENTRAL:

Toda carne vera la salvación de Dios

Estamos en el 2º domingo de adviento, y tradicionalmente el tiempo de adviento es un tiempo de espera, de alegría, un tiempo de preparación para la navidad con certeza, pero de manera más radical es un tiempo de espera de salvación,  un tiempo de renovación de la esperanza.

El evangelio de hoy describe las circunstancias históricas que rodearon el comienzo de la predicación y misión del Bautista.

El marco temporal y geográfico es muy preciso. Uno viene siempre de alguna parte, de un ambiente, de una calle, de un barrio. Uno habla tal lengua (la lengua maternal). Uno está marcado por su padre y su madre (bien dice Serrat en la canción “Esos locos bajitos”, donde los padres hablan de los hijos: “cargan con nuestros dioses, y nuestro idioma, con nuestros rencores y nuestro porvenir… Les vamos trasmitiendo nuestras frustraciones con la leche templada y en cada canción”).  Aun más,  Uno está marcado por la cultura, por los cantos y las danzas de su ambiente, por sus leyendas, por los colores o los valores de su medio.  El ser humano no es universal. Nace singular, particular, encarnado, con las ventajas y las limitaciones de esta primera inserción…nacemos como nos enseñaba la introducción a la filosofía “condicionados”. Es a partir de esta primera identidad como enseguida uno puede ampliar su punto de vista, universalizar su mirada.  Antes de llegar a ser un ciudadano del mundo, uno es ante todo el hijo de una familia, de un pueblo (qué viva Marquetalia!), de una calle, de un barrio. De esto es necesario acordarse antes de comprender los gestos y las palabras de Jesús….

Lucas nos dice en el evangelio de hoy que la Palabra de Dios le fue dirigida a Juan Bautista cuando estaba en el desierto. Juan es un profeta, es decir, un hombre inspirado por Dios  y que habla en nombre de Dios.

Los profetas son más que simples adivinos (como solemos creer), no solo son personas que solo predicen el futuro. Son personas que hablan en nombre de Dios y bajo su inspiración….

Juan proclama un bautismo de conversión para el perdón de los pecados. Él bautiza la gente en las aguas del Jordán.

En todas las religiones, el agua lava y purifica. Se practica a menudo abluciones. Juan va más lejos. El lava enteramente. De manera simbólica, él anuncia el perdón de los pecados y llama a la conversión.

Juan no acepta las lasitudes, ignominias, injusticias y pecados de su tiempo. Demasiada gente abdica ante el mal, la injusticia, la mediocridad, la mentira, el miedo. Juan quiere despertarlos y ayudarles a recuperar su dignidad. Él anuncia que Dios viene.
“Preparen el camino del Señor, allanen la ruta”

Todos tenemos experiencias con las carreteras o autopistas. Mis paisanos de Marquetalia (en Colombia) saben que por varias décadas estuvimos sufriendo con nuestras vías intermunicipales  (que comunican con Manzanares y La Victoria), afectados por la corrupción política, la desviación de los recursos y sumado a ello la accidentalidad geográfica, los inviernos …paso mucho tiempo y tuvimos que armarnos de mucha paciencia  para que por fin hoy tengamos asfalto nuevo, líneas bien claras y demarcadas y derechas… y por fin las carreteras como deben ser,  hoy son poco a poco una  realidad.

A la gente de su tiempo, Juan anuncia la autopista de Jesús, él relanza la esperanza. Él evoca el antiguo exilio y dice a la gente de su país que el exilio ha terminado y que Dios está cerca. Ellos no están más en exilio en otro país, ellos están exiliados en su propia casa, distanciados unos de otros, distanciados de ellos mismos. Ellos están desesperados, desechados. Ellos no osan ni creer ni esperar. Entonces Juan recuerda la antigua esperanza y la vuelve a poner en ruta.

Al escribir su evangelio, Lucas cita todo el versículo del libro de Isaías: “y todo hombre verá la salvación de Dios”. Sería necesario traducir: “y toda carne verá  la salvación de Dios”…

Toda carne verá la salvación de Dios, ésto evoca los humanos; pero la palabra carne parece designar nuestra dimensión corporal y carnal. La salvación no se encuentra simplemente en la cabeza, y luego la palabra carne también puede designar al mundo animal. La salvación es la enorme esperanza que Dios hace surgir en nosotros, con la cual podemos hacer cambiar el corazón de los hombres y mujeres…

Al comienzo de su evangelio, Lucas parece hablar de un país bien pequeño y de una época muy limitada: el año 28 de nuestra era. Pero, en realidad el mensaje de Juan Bautista por los contornos o pistas del profeta Isaías, evoca el exilio a Babilonia, la gente de Palestina en el tiempo de Jesús y también a toda carne.

No es algo meramente del pasado. También nos corresponde hoy salir de nuestros exilios, de nuestras esclavitudes, y construir la ruta del Señor.
“Jerusalén quítate el vestido de tristeza y de miseria”  (Baruc 5,1).

Esto es entrar en el Adviento. Retomar la esperanza. Es abrir los ojos y hacer frente a  nuestras mentiras y nuestros compromisos. Es aguzar el oído y escuchar la Promesa de Dios.
“Dios conducirá Israel en la alegría”  (Baruc 5,9).

Es a nuestro mundo y comunidad  que se dice esto, hoy bajo el reino de Trump de Vladimir Putin, de Macron, de Ivan Duque, mientras que Pedro, Santiago o Juan reinan  en la provincia, en la región o la ciudad. La palabra de Dios nos es dirigida, anunciada…habrá alguien como Juan para escucharla y retomar el camino de la esperanza?




OBJETIVO-VIDA PARA LA SEMANA

1.     El adviento es un tiempo de esperanza. Qué puedo hacer para renovar mi esperanza y cultivar la alegría? Una pista: por ejemplo puedo como mínimo buscar una buena noticia en los periódicos y compartirla…

2.     El tiempo del Adviento nos invita a pensar en los otros, en sus realizaciones, sus dificultades…Qué puedo hacer por las personas tristes que me rodean? Una pista: puedo por ejemplo decir un buen cumplimento, una palabra amable o felicitación a alguien que trabaja y hace bien las cosas en la sombra (discretamente), o en silencio.


3.     El adviento es pervertido o contaminado sin cesar por la publicidad y el abuso de consumación. Qué puedo hacer para cambiar esta situación?. Una pista: personalmente puedo hacer un lugar en mi corazón para ver de otra manera el mundo, deteniéndome en las grandes cosas que hacen las personas ordinarias (o normales).




ORACION-CONTEMPLACION

Tus caminos hacia nosotros Señor,
siempre han sido de derecho y de justicia,
de humildad y de perdón,
de luz y de paz.
Por qué es necesario que nuestros caminos hacia Ti
sean tan a menudo tortuosos e imbuidos de injusticia,
de ambición y de rencor,
de tinieblas y de conflictos?

Tú que nos has enviado tus profetas,
Tú que has venido a nosotros
en la persona de tu Hijo,
el Resucitado, el Emmanuel,
que ha prometido caminar con nosotros
hasta el final de los tiempos,
Condúcenos de nuevo hacia Ti, Señor.
Vuelve a poner en nuestros corazones la alegría de la ruta
y la felicidad de la misión
que tu Hijo nos ha confiado
dejándonos su Evangelio de Salvación.
Que Él sea nuestro guía y nuestra luz
sobre las rutas del amplio mundo
para que nosotros proclamemos tu Gloria
en medio de las naciones.



REFERENCIAS Bibliográficas:


Revista litúrgica SIGNES D’AUJOURDHUI,  edición canadiense, 2009.


HÉTU, Jean-Luc. Les Options de Jésus.

BEAUCHAMP, André. Comprendre la Parole, année C.  Novalis, 2006.

Pequeño Misal "prions en Église", edición quebequense , Novalis, 2012,2015.


domingo, 22 de noviembre de 2015

29 de noviembre del 2015: Primer Domingo de Adviento (C)

De pie, enderecen la cabeza!


En el centro de los tumultos de nuestra historia, Dios permanece fiel a su promesa de felicidad. En Jesús, su Hijo es necesario poner en alto su Buena Noticia: desde ya germen del derecho y la justicia! Nuestra redención o salvación se acerca: enderecemos la cabeza y permanezcamos despiertos en santidad, sin reproches!



EVANGELIO
LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS 21, 25-38.34-36

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
-- Habrá signos en el sol y la luna y las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes, enloquecidas por el estruendo del mar y del oleaje. Los hombres quedarán sin aliento por el miedo y la ansiedad, ante lo que se le viene encima al mundo, pues los astros temblarán. Entonces, verán al Hijo del Hombre venir en una nube, con gran poder y majestad. Cuando empiece a suceder esto, levantaos, alzad la cabeza; se acerca vuestra liberación.

Guardaos de que no se hagan pesados vuestros corazones por el libertinaje, por la embriaguez y por la preocupaciones de la vida, y venga aquel Día de improvisto sobre vosotros, como un lazo; porque vendrá sobre todos los que habitan toda la faz de la tierra. Estad en vela, pues, orando en todo tiempo para que tengáis fuerza y escapéis a todo lo que está para venir, y podáis estar en pie delante del Hijo del hombre.
                            
Palabra del Señor




A guisa de introducción:

Andar con la verdad es fuente de libertad y felicidad

Solemos decir o escuchar estas expresiones : “el pecado es cobarde”; “tanto miedo y tan poquita vergüenza”; “cuando se teme es porque la conciencia no está tranquila”; “es difícil mentir cuando la madre nos mira a los ojos”; “no hay nada oculto que no llegue a saberse ni nada secreto que no llegue a descubrirse”…

La semana pasada Jesucristo se nos presentaba en el evangelio de Juan y ante Poncio Pilato como el  Rey de la verdad,  como aquel que ha venido para dar testimonio de la verdad.  Y la verdad, andar en la verdad es andar con la cabeza erguida, levantada (pero sin falso orgullo)…Lejos de toda hipocresía, de toda vanidad y toda mentira.  Un ser humano que se esfuerza por vivir la verdad en su vida es un ser humano verdaderamente libre como Jesús. Qué lejos estaba Pilatos del Reino.

Pero andar en la verdad no solamente nos hace libres sino que también nos hace felices plenamente.

Un hombre o mujer  plenamente libre y feliz es una persona graduada en humanidad…Pero es verdad que es difícil hallarlos…

Entonces ese es el reto (o tarea) que nos propone Jesús por su primera venida (nacimiento en Belén), por su permanente presencia (en los sacramentos, en la vida fraterna de amor  y solidaridad) y en su esperado retorno (al final de los tiempos, en el día conocido solo por el Padre del cielo…atención profetas de malos augurios, milenaristas y últimamente simpatizantes de las profecías mayas “veintiunodecembrinas 2012!”).

Y entonces el reto o desafío que puede tomar toda una vida es la conversión, erguirnos de nuestras jorobas, levantar la cabeza y la mirada hacia el infinito saliendo de nuestras oscuridades y miserias (pecado) y obtener la liberación del único que puede salvarnos: Jesucristo.

La cabeza baja es propia de los tímidos (por temperamento y o carácter), de los tristes (por sentimiento), de los avergonzados (ante la moral y la justicia), pero también puede ser el gesto de los que ya nada esperan, de los que se duermen en los laureles, de los indiferentes ante los eventos de la fe…

Jesús nos invita en este domingo a levantar nuestras cabezas, a ponernos derechos. Por qué?  Porque Él habla en verdad de “La venida del Hijo del Hombre”. Esta venida o llegada (o retorno) no es sinónimo de peligro y no debe alborotarnos el miedo, sino todo lo contrario debe suscitar e nosotros la paz, la tranquilidad…

La venida de Jesús es fuente de esperanza, sea en Belén hace 2000 años, en nuestra vida trajinada de hoy, al final de nuestros días o al final de los tiempos.  En esta esperanza reposan todas nuestras esperanzas, pequeñas y grandes, que estamos llamados a vivir en este periodo del Adviento que hoy comenzamos.

Qué esperan ustedes para ustedes mismos hoy? Qué es lo que esperan para su comunidad o familia mañana? Qué es lo que esperan para el futuro de  sus hijos y nietos?

Si al igual que yo ustedes creen que Dios es fiel a sus promesas y que puede realizar para nosotros lo que ha realizado en su Hijo, no duden en hablarle de lo que ustedes esperan.

No vayan a creer que sus sueños, sus deseos y sus oraciones no son dignos de encontrar un sitio en su corazón. Y sobretodo “levanten la cabeza” (desháganse de sus vergüenzas, de sus pecados, de sus esclavitudes, tristezas y miedos, de todo lo que les impide levantar la cabeza y mirar con pureza, dignidad y alegría) ) para así poder percibir su luz que nos atrae hacia Él. 

miércoles, 18 de noviembre de 2015

22 de noviembre del 2015: Fiesta de Cristo, Rey del Universo (B)

El Rey que festejamos en este día se presenta como Aquel que ha venido a dar testimonio de la VERDAD. Y nosotros sabemos lo que ese testimonio le ha costado ( y o le trajo como consecuencia).
La VERDAD incomoda siempre: ahora bien, a quien la dice se le hace callar, o bien se le ridiculiza, o aun todavía se le mata.


EVANGELIO

 LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN
SAN JUAN 18, 33b– 37

En aquel tiempo, preguntó Pilatos a Jesús:

-- ¿Eres tú el rey de los judíos?

Jesús le contestó:

-- ¿Dices eso por tu cuenta o te lo han dicho otros de mí?

Pilatos replicó:

-- ¿Acaso yo soy judío? Tu gente y los sumos sacerdotes te han entregado a mí ¿Qué has hecho?

Jesús le contestó:

-- Mi reino no es de este mundo. Si me reino fuera de este mundo, mi guardia habría luchado para que no cayera en manos de los judíos. Pero mi reino no es de aquí.

Pilatos le dijo:

-- Conque, ¿tú eres rey?

Jesús le contestó:

-- Tú lo dices: Soy Rey. Yo para esto he nacido y por eso he venido al mundo; para ser testigo de la verdad. Todo el que es de la verdad, escucha mi voz.

Palabra del Señor



A guisa de introducción:

La realeza de Jesús

Cuando era niño y adolescente recuerdo mi participación en las procesiones de semana santa de mi pueblo, antecedidas por grandes estatuas (que llamábamos imágenes) y el sacerdote acompañado de sus servidores o monaguillos…El domingo de ramos con que se abría la semana mayor y que festeja la entrada de Jesús a Jerusalén, era representado por el mismo sacerdote que hacia de Jesús y montaba sobre un burro…y todo mundo entonaba casi todo el tiempo aquella legendaria canción:

TU REINARAS, ESTE ES EL GRITO
QUE ARDIENTE EXHALA NUESTRA FE,
TU REINARAS OH REY BENDITO, PUES TU DIJISTE REINARE…

REINE JESÚS POR SIEMPRE,
REINE SU CORAZÓN,
EN NUESTRA PATRIA Y EN NUESTRO SUELO
QUE ES DE MARIA LA NACION…

TU REINARAS, DICHOSA ERA,
DICHOSO PUEBLO CON TAL REY,
SERA TU CRUZ NUESTRA BANDERA
TU AMOR SERA YA NUESTRA LEY …

Pero lo cierto es que aquel canto popular escuchado con mucha atención tiene en resumen el mensaje del evangelio de este domingo: “la soberanía de Jesús, es el deseo ardiente de los cristianos, de su fe…Que Jesús reine es la esperanza de la llegada de un mundo mejor; su reino será el comienzo de una nueva época, de una sociedad nueva, de un mundo más fraternal y justo."

En este domingo, como Iglesia Católica celebramos a Cristo Rey, fiesta que fue instaurada por el Papa Pio XI en 1925. La fiesta fue una respuesta de la Iglesia a la subida al poder del fascismo con Mussolini en Italia. Era una protesta contra la exclusión de Dios de la sociedad. Esta exclusión es de actualidad aun.

Jesús, Dios, hoy continúa compareciendo ante los tribunales humanos. Se acomoda o se ubica a Dios en el dominio de las conciencias, en la vida privada, pero es prohibido o se impide que se le haga aparecer en público. Pero la fiesta de este día va más allá de las cuestiones políticas y de las prioridades.

En el mundo antiguo, el rey, el reino, la ciudad, el estado, además de ser ideas políticas, eran también símbolos religiosos cargados de esperanza.

La celebración de Cristo, Rey del Universo, no es una reflexión sobre el gobierno de los hombres, pues nos encontramos en otro orden de ideas. Este evangelio dice que Jesús ha venido al mundo para dar testimonio de la verdad. Jesús es la luz que  nos hace ver los hombres y las cosas tal como son. Jesús hace aparecer la verdad, Él le proporciona un sentido a nuestra vida y a nuestra muerte. La fiesta de Cristo, rey del universo, propone una respuesta al sentido mismo del mundo, ella le da significación al universo.

Cuando Cristo dice a Pilato que su Reino no es de este mundo, no quiere decir que su reino no puede existir ahora. El afirma preferiblemente que su Reino no está basado sobre el modelo que nos ofrece el mundo que conocemos. No es una soberanía de poder, de riquezas y de privilegios, pero si es  una soberanía de servicio y de fraternidad. Y, lo que muestra lo mejor y la mas grande diferencia entre el reinado del emperador Tiberio César (anclado en el poder de Roma en el momento)   y el de Cristo, es el perdón que JESÚS ofrece a quienes le han condenado a muerte: "Padre, perdónales porque no saben lo que hacen" (Lc 23,34).

Estamos invitados a luchar contra la idolatría de todas las cosas que intentan ocupar el lugar de Dios en el mundo y en nuestra vida.

Proclamar que Cristo es rey del universo, significa aceptar que Él reina concretamente en nuestra vida, sobre nuestra pequeña vida o existencia, tan llena de cuidados y preocupaciones. Su reinado transfigura toda nuestra existencia.

No es una revolución lo que Jesús anuncia. Él ha siempre hablado de su reinado de manera imaginada. Y lo ha comparado con la higuera de la cual brotan sus yemas y anuncia en el otoño el verano. Para Él, este reino no podía estar constituido que por lo pobres, los pacíficos, los humildes y los misericordiosos. La violencia no puede abrir las puertas de este reino. El reino, tantas veces anunciado por Jesús, es un cambio en la condición humana.

Jesús quiere impregnar  todo con su Espíritu, de verdad y de su vida : el dominio privado como el dominio publico, el mundo de la familia como el mundo del trabajo y del ocio (o los placeres o hobbies). Es imposible trazar una frontera visible entre el reino de Dios y el reino del mundo; las dos realidades están estrechamente mezcladas, tanto en la Iglesia como en la Sociedad y en el Estado.

Jesús había confiado su mensaje a Nicodemo (Jn 3,1 ss). Una noche, Él le había confiado el secreto: “nadie al menos que nazca de lo alto, no puede entrar en el reino de Dios…el viento sopla donde quiere, tu escuchas su voz pero no sabes ni de donde viene ni a donde va”.

Jesús ante Pilato ha dado testimonio de una verdad que supera las « verdades » de los políticos, de los historiadores, de los científicos y de todos los sociólogos. Pilato había preguntado a Jesús : Eres Tu el rey de los judíos? Para cada uno de nosotros la pregunta es la siguiente: Eres Tu quien reina en mi corazón y en mi espíritu?




Aproximación psicológica del evangelio :

El hombre frente a mí

La necesidad de seguridad nos lleva a querer precisar si el hombre que tenemos al frente es un amigo o un enemigo. Si es un amigo, el problema está arreglado puesto que él quiere mi bien, o por lo menos su interés coincide (está en sintonía) con el mio. En el caso contrario, es decir, si lo logro identificar como enemigo, me siento igualmente reconfortado, tranquilo, porque el peligro está netamente localizado, y yo puedo clarificar mis estrategias y movilizar mis fuerzas.

Mas, la persona que está frente a mi puede negarse a ser tanto mi amigo como mi enemigo, y es ahí cuando mi ansiedad aumenta. Porque en ese momento, estoy obligado a permanecer en lo que veo y o vivo, yo me veo a la merced de lo que va a revelarme de él mismo, yo me veo continuamente amenazado a tener que modificar mi visión de las cosas y a reorganizar mis actitudes y mis practicas. No seria esto el doble rechazo de Jesús ante Pilato?

Para hacer disminuir mi ansiedad, para simplificarme las cosas, yo invento, al lado de la alternativa amigo-enemigo, una etiqueta, una  salida titulada: “no aplica”. Porque si yo puedo decidir que el hombre frente a mi no tiene nada que ver conmigo, que sus asuntos no interfieren  en los míos, esto arregla por lo tanto mi problema de seguridad.

Esta tercera vía es la que asume Pilato, en un plano personal. El hombre que está frente a él no le parece que sea decididamente un enemigo. Pero tampoco él esta dispuesto a ver como amigo, ni a dejar entrar en su vida a este hombre y su misterio. El escoge la etiqueta “no aplica o no corresponde” : no hay entonces ningún lazo o relación de afinidad ni de oposición, entre las preocupaciones de este hombre y las mías. “Qué es la VERDAD?”  “Qué es la realeza?”  Qué  y o cuál es ese valor que viene de otra parte pero que acá está manifestado?

Con esta tercera vía, la del levantamiento de hombros (como la de quien dice “Eso no me incumbe”, “ eso a mi que me importa”), Pilato cree salir indemne, sano al no haber optado por la vía de la amistad o por la vía de la oposición.

Pensándolo bien, la reacción de Pilato es la misma de una multitud de cristianos. Todos aquellos que en la practica creen que el Reino de Jesús es un Reino celeste y no un reino “en el mundo” (o del mundo) (v.37) utilizan (u optan por) la tercera vía, que es una vía de evasión (evitar, escapar).

Todos aquellos que creen que Jesús viene a salvar nuestra alma y que la salvación consiste a creer en Dios, marcan, “chulean” la casilla de la categoría (etiqueta) “No aplica” a todas las pretensiones de Jesús en materia social.

Jesús dice: “Mi reino no es de aquí”. Yo no he aprendido mis valores aquí, yo veo competiciones, luchas por el poder, ambición de riquezas, explotación del hombre por el hombre, acrobacias mentales por mantener la religión (las creencias, la fe) alejada, o fuera de la vida concreta. Y los valores de los cuales yo vengo a testimoniar aquí son: el compartir, el  hambre y la sed de justicia, la asistencia o ayuda, la opción por los que tienen hambre y son incomprendidos, el decir no a la sobre consumación e incentivar el  redescubrimiento de lo humano…

Ante tales “pretensiones”, Pilato no es el único que levanta los hombros como diciendo “ a mi eso que me importa! ”.




Reflexión CENTRAL


Y qué tipo de rey?

La fiesta de Cristo Rey del Universo, coincide con el último domingo del año litúrgico, el último domingo del tiempo ordinario…Este año B (del evangelio de Marcos, leemos prestado el pasaje del evangelio de San Juan, cuando Jesús comparece ante Pilato para ser juzgado antes de ser llevado a la cruz (Jn 18).

Jesús es rey, ya que Dios es creador y salvador. En calidad de Hijo Único de Dios, se dice que Jesús es creador y salvador del mundo entero. La Biblia expresa esta idea en términos de nobleza, de poder y de Gloria cuando se lee: “Él es el soberano de los reyes de la tierra…” o todavía cuando leemos: “A Él la Gloria y el poder por los siglos de los siglos…” Y así sucesivamente. Sin embargo, es necesario que pongamos atención a las imágenes y símbolos bíblicos y no tomarlos tan al pie de la letra. Jesús no es un rey como los reyes del mundo o los presidentes de nuestros países y nuestras sociedades. Jesús no es rey al estilo o manera humanos. La profundidad de Dios permanece en el misterio, y está  más allá de todas nuestras experiencias y percepciones.

Jesús es rey porque ha vivido una vida humana configurada por la Verdad. Él ha sido un ser humano sin falsedad, sin desviación o perversión (torcidos). Es así como ha llegado a ser para nosotros sus discípulos, el REY DE LA VERDAD, el rey DEL SER HUMANO, EL MODELO SUPREMO DE LA INTEGRIDAD HUMANA.

ES JESÚS quien nos muestra como vivir y amar, como ser un humano. Jesús ha vivido en intimidad con Dios Padre. Él ha sido fiel ante Dios. Él ha optado por ser servidor de la humanidad, lavarle los pies sin cesar por amor, hasta subir a la cruz.

El reino de Dios no es un territorio, es una manera de ser, una manera de vivir, una presencia en el corazón del mundo. Su carta fundamental (o constitución) está inspirada en las bienaventuranzas  y viviendo de acuerdo a esta carta, seguimos el camino trazado por Jesús, el camino de la santidad. Cuando Jesús declara: “Mi Reino no es de este mundo, si mi reino fuera de este mundo, tendría guardias que habrían peleado y me hubieran defendido para que no fuera entregado a los judíos”. Jesús es un rey cuya única corona será la corona de espinas, pero en definitiva será Él quien tendrá la ultima palabra cuando atraviese el tiempo…

Jesús vendrá al fin de los tiempos, pero a la vez Él está siempre presente. De la misma manera, nosotros podemos igualmente encontrárnoslo sin por lo tanto verlo, sobretodo en los más pequeños, los que sufren, los marginados. El rostro de Dios se descubre en el rostro de nuestro prójimo, y en muchos lugares donde le busquemos con sinceridad.


Jesús ha elegido vivir en la verdadera libertad. La fiesta de Cristo Rey del Universo, nos invita a reconsiderar,  a volver a mirar donde vamos a buscar la verdad para nuestras vidas, a examinar nuestra visión de las cosas, a examinar la rectitud de nuestros comportamientos.

Es muy fácil convencerse de tener la verdad o de andar en la verdad. Es suficiente con rodearnos de gente como nosotros, con personas que se nos parecen y que nos reflejan o devuelven la imagen como un espejo. Un buen servidor del Reino debe por tanto rodearse de colaboradores lo suficientemente diferentes y que le den una visión del mundo de manera complementaria. Sin ser necesario escoger personas que sean negativas, es suficiente con que ellas seas flexibles o adaptables. Todo es cuestión de alcanzar el difícil equilibrio. Sin embargo, como es de  fácil sostener un punto de vista estrecho sobre lo que presentamos entonces como la gran verdad. Cuántas personas pretenden poseer la verdad y se encierran en sus certezas? Cuántas instituciones se erigen con orgullo sobre una base pretenciosa de verdad?

Todos hemos de funcionar con aquello que percibimos de la VERDAD.

Dios es la única verdad. Dar un paso atrás en lo referente a nuestra propia creencia puede hacer verdaderos nuestros propósitos, separando a los dogmas de la fe, de igual modo si todos ellos están en relación con la fe. La práctica religiosa no se resume en conceptos y fenómenos culturales. Esto, no es conocer a Dios…Nuestra vida en Iglesia debe estar impregnada de la humildad de los buscadores de Dios.

Jesús viene a nuestro encuentro. Es suficiente con abrirle realmente la puerta de nuestros corazones y de nuestra vida para descubrir la VERDAD, para poder hacer de Él nuestro REY.



Comentario de la Biblia Latinoamericana

Mi realeza no procede de este mundo. Conviene recordar lo dicho en Lc 8,10: con una misma palabra, en el Evangelio, se designa el reino, o sea, el país que gobierna el rey; el reinado, o sea, el gobierno del rey; la realeza, o sea, la dignidad y el poder del rey. En este encuentro de Jesús con Pilato debemos hablar, no de reino, sino más bien de realeza. Aquí, al usar el Evangelio tres veces la misma palabra, pusimos la primera vez: realeza; la segunda: si fuera rey como; y la tercera: mi reinado. En todo caso, sería un error interpretar las palabras de Jesús así: «Mi reino no es de este mundo, o sea, que no me interesan los problemas sociales y políticos de este mundo y me conformo con dar una salvación espiritual, en forma individual, a las almas creyentes.» Asimismo sería un error entender la frase: no tendrías ningún poder sobre mí si no lo hubieras recibido de lo Alto, como la afirmación de que las autoridades tienen su poder directamente de Dios y no tenemos el derecho de remplazarlas por otras menos corrompidas, o más capaces. Ver el comentario de Rom 13,1.Jesús, atado de manos, actúa como rey frente al gobernador Pilato, prisionero de su cargo y de sus propias ambiciones. Jesús no es rey como los de este mundo, porque no tiene el poder que somete a los hombres. Jesús, rey de los judíos, no ha venido a resucitar el reino y la nación independiente de los judíos, sino a introducirlos en el Reino de la verdad, patria sin fronteras y familia espiritual que Dios les había prometido desde siglos. Pues bien, la verdad no progresa con las armas, sino gracias al testimonio de quienes la han reconocido; puede ocurrir que los testigos de la verdad sean perseguidos: no son ellos los que persiguen. Mi realeza no procede de este mundo. Jesús recalca que su autoridad la debe solamente al padre que lo envió. En esto difiere de las otras autoridades que se han establecido por la fuerza o ganándose el sufragio de sus compatriotas. A Pilato lo había nombrado el emperador de Roma, y debía su carrera a varias protecciones. ¿Cómo un hombre así tendría poder sobre el Hijo de Dios y lo crucificaría por miedo al pueblo, si no fuera para cumplir un decreto de lo Alto? Pues ni siquiera un pájaro cae a tierra sin que lo permita el Padre. Dios no acepta que el destino de sus hijos sea destruido por criaturas humanas, por temibles que éstas sean. Él cuida de cada uno de nosotros en forma tal que aun la injusticia que se comete en contra nuestra sirve para sus planes, para bien nuestro. Y porque nuestra suerte depende a la vez del Padre y de las autoridades humanas, debemos creer que él las guía en muchas oportunidades, aun cuando su poder sea de este mundo, es decir, de una legitimidad muy discutible.


OBJETIVO –VIDA DE LA SEMANA:

1.     Medito en esta palabra del Señor:  «Todo el que está del lado de la verdad escucha mi voz.» (Jn 18,37).

2.     Pienso y o soy consciente de los sucesos felices y difíciles de mi vida cotidiana.

3.     Iluminado por la Palabra de Jesús, busco como ser más sincero o  estar en “sintonía con la VERDAD”  viviendo estas situaciones.



ORACIÓN

En este día, te damos gracias Señor Jesús,
por haber sido uno de los nuestros, cercano de los pequeños y de los pobres
y lleno de compasión por las multitudes abandonadas y hambrientas,
Nosotros te damos gracias señor Jesús,
por haber sabido rodearte de discípulos y no de cortesanos,
de hombres y mujeres de corazón simple y generoso
y no de los grandes de este mundo sedientos de poder.

Tu sola Gloria ha sido HACER la voluntad del Padre
y de servir a los más pequeños, los más frágiles, los abandonados.
Tu sola alegría ha sido la de  dar a cada uno
su dignidad de hijo de Dios
Y ofrecer tu Reino, prometido a los humildes,
a los infelices y a los excluidos,
rompes todas las fronteras e inventas un mundo nuevo
Con los colores de una humanidad al fin reconciliada.

Bendice, Señor Jesús, los esfuerzos de todos esos hombres y esas mujeres,
quienes con humildad y paciencia, trabajan por ese Reino nuevo
luchando contra la pobreza, la injusticia, la violencia y el odio.
Abre, Señor Jesús, el corazón de los poderosos y de los ricos
para que se dejen tocar por la tristeza e infelicidad
de tantos hermanos en humanidad.
Que la alegría de tu Resurrección
anime cada uno de nuestros gestos, cada una de nuestras acciones.
Que Venga Señor Jesús, el día de tu regreso (retorno).
Venga, señor Jesús, tu Reino de Justicia, de amor y de paz.



REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS:



http://betania.es  (para las lecturas)


Pequeno Misal  "Prions en Église", edicion quebequense 2009, 2012.


HÉTU, Jean-Luc. Les Options de Jésus


Reflexiones de Serge Lefebvre en francés 





y otras diversas fuentes ...

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