lunes, 31 de marzo de 2014

En los 100 años del nacimiento de Octavio Paz. El laberinto de la Soledad

Más que ateo, Octavio Paz, (de quien el mundo cultural celebra este 31 de marzo 100 años de su nacimiento) prefiere considerarse agnóstico, y más que agnóstico, prefiere decir que perdió la fe y que “está buscando”. Como no acepta el ateísmo “fácil” de negar a Dios y quedarse tranquilo, subraya a menudo el sinsentido en que se mueve el mundo moderno al haber perdido la religión como forma vivificadora de la sociedad antigua y medieval, pero esto no le parece motivo suficiente —ni lo es— para concluir en la existencia de Dios. No puede haber desgracia mayor que la no-existencia de Dios, pero, si ése es el caso, no le queda al hombre más que atenerse a su desgracia: “al desaparecer el poder divino, sustento de la creación, el suelo se hunde bajo sus pies”: muerto Dios muere también el hombre.


No sabemos a ciencia cierta porque ciertos libros u obras y correspondientes autores tienen privilegio en nuestra vida, en los inicios y fundamentos de nuestra existencia .  Mientras que hay otros escritores o poetas que descubrimos más tarde y hace que nos preguntemos  porque no fuimos asiduos a ellos, porque desconocemos tanto de su vida y de su obra.  Quizás porque nuestros padres, maestros  y demás tutores culturales no gustaba de ellos?

Casos particulares en mi vida son por ejemplo, el peruano Mario Vargas Llosa, Álvaro Mutis y el ensayista y poeta mexicano de quien se celebra hoy un siglo de su nacimiento: Octavio Paz. Autores con los cuales nunca he tenido una comunión o un vínculo emotivo (sea de admiración o aversión) pero de quienes  tampoco puedo afirmar categóricamente que me sean indiferentes.

Descubro que los 3 autores citados tienen algo en común: su mirada reticente y crítica a la Fe Católica (Iglesia, Dios de la revelación judío - bíblica, etc). Puede ser aquella, una de las causas de que no sean tan afines para mí, ni presentes en la historia de mi aprendizaje y cultura integral. Pero, cómo es posible que no me inspiren el mismo sentimiento Camus, Nietzsche o el mismo Freud, quizás más renuentes, agnósticos de cara al fenómeno religioso?

Sin lugar a dudas los escritores influyen en nuestra vida y en nuestras decisiones de vida. Ellos son maestros sea de entusiasmo o de decepción, de sentido o sin sentido, de compromiso con el mundo o indiferencia vital.

Lo que he aprendido por ejemplo de Octavio Paz lo he asimilado en las últimas horas, pues solo retenía en mi cabeza que era mexicano, que había ganado el Premio Nobel de Literatura en algún año de los 90…No sabía con certeza si era más narrador, poeta o ensayista…Ahora sé que cultivó y exploto todos los géneros literarios y que su grandeza, según, sus biógrafos y lectores fue la calidad de su verso, la riqueza y precisión de su lenguaje, su sensibilidad ante la mujer, el amor y su inquietud por el ser y esencia del hombre, y en quien descubrió una semilla de divinidad y trascendencia…Quizás su experiencia humana no lo llevara a Dios o que Dios le llevara al hombre, no, en Paz la reflexión sobre el hombre le hace sugerir una posible existencia de Dios”.

Octavio Paz, sin confesarse nunca totalmente ateo desconfiaba del Dios bíblico revelado, se mostró simpatizante con la espiritualidad de la religión budista, pero nunca dejó de sentir nostalgia por el catolicismo influido por su madre y que vivió en su infancia.

Pero, no se puede obviar que Octavio Paz más que ninguno otro autor compatriota suyo contribuye a la definición e identidad de la “mexicanidad”.  Consciente de su propia historia personal, enriquecido por sus viajes y gran bagaje cultural, escribe el que sería uno de sus más conocidos ensayos “El Laberinto de la soledad”; “en este texto brillante en estilo y redacción, no solamente el escritor intenta la imposible definición de la mexicanidad, por otro lado, él entiende y coloca a la nación mexicana en el centro de los eventos que han marcado su formación. “El hombre, según entiendo, no está en o dentro de la historia; él es historia”, escribe, insistiendo sobre el buen fundamento o las bases de su proyecto y la necesidad de comprender el pueblo mexicano en la mirada de la historia, pero también de leer la historia como el espejo de la identidad mexicana”.

Así pues se encuentra en este ensayo una mezcla de influencias y de cohabitaciones que forman la esencia de México, así como también la personalidad del escritor mismo. “Si México ha nacido en el siglo XVI, ha sido en calidad de hijo de una doble violencia imperial y unitaria: la de los aztecas y la de los españoles”.  En el fundamento de la civilización mexicana contemporánea, los vestigios de las civilizaciones prehispánicas se mezclan con los estigmas de la colonización europea que ellos mismos se confrontan ante la influencia de los Estados Unidos, vecinos. Paz funda su estudio de carácter mexicano sobre esta cronología y esta geografía capitales, antes de explicar cómo la independencia y la revolución terminan por unificar el país incluyendo en él a todas las clases hasta ahora alejadas por la lógica colonial.

Dentro de una multitud de signos distintivos íntimamente ligados a la historia del país y de los pueblos que coexisten, Octavio Paz logra erigir una cartografía elocuente del “mexicano”. Describe entonces en la mexicanidad una virilidad exacerbada, una cultura de la muerte, un gusto del orden y de la forma, una identidad construida entre rechazo y herencia de los valores del antiguo continente. Pero si el escritor opone bien una cierta objetividad de los criterios a lo complejo de la empresa, la definición anunciada al final de las páginas, destaca bien un análisis psicológico subjetivo de una generalización que es posible protestar. Por otro lado bajo la excusa de una mirada crítica de su país, Octavio Paz no contiene ni se traga sus palabras y no justifica para nada a sus compatriotas: una crítica que él estima es necesaria para la liberación y para la reconstrucción del ser y nación mexicanos.

Este  ensayo antropológico de Octavio Paz revela ampliamente su arte sabio del lenguaje. Alrededor de una onra poetica mayor-él publica su primera colección de poemas “Luna Silvestre”  en 1933, a la edad de 19 anos-.

Paz, aporta un cuidado considerable a sus textos en prosa e incorpora códigos estilísticos, con frecuencia, cercanos a la poesía, magnificando los hechos verificados de la historia y mezclando a ello la fuerza de los mitos, que él considera están en la base de la política contemporánea.


Poeta, novelista, crítico literario, traductor, ensayista y periodista, Octavio Paz ha marcado el siglo XX con su huella, dejando tras de él- entre otras cosas, una obra poética que le hizo merecedor del Premio Nobel de Literatura en 1990: además una cantidad considerable de ensayos culturales y sociales donde “El laberinto de la soledad” se destaca entre todos  como el fundamento y testimonio más legendario.


Referencia:

http://evene.lefigaro.fr/livres/actualite/octavio-paz-labyrinthe-solitude-1857.php

FELICES 127 años EL ESPECTADOR!


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Por estos días postreros de marzo, el más célebre diario de Bogotà y yo diría que también  el mas influyente de Colombia cumple 127 años.

De los 127 años de existencia del ESPECTADOR, 37 hacen parte de mi vida, pues fue en 1977 cuando tendría un ejemplar del diario en mis manos. Mi padre con ciertos prejuicios o desconfianzas aun para los colores partidistas, me aclaró desde el primer momento y a tan tierna edad que aquel era un periódico liberal…poco después comprendería que mi progenitor simpatizaba más  con el color azul y no el rojo del periódico capitalino…Por muchos años, creo que hasta terminada mi adolescencia me decía con malicia plena de humor  “este si es mucho liberal” cuando se enteraba que yo lo compraba…

El Espectador llegaba todos los días a mi municipio MARQUETALIA- CALDAS entre la 1 y 2 de la tarde procedente de Bogotá en el Rápido Tolima. El distribuidor era Don Antonio López y su familia, propietarios de la Tienda de abarrote más grande de la plaza principal y cuya razón social era y sigue siendo “Almacén La Cita”. Eran 3 días de la semana en los que le pedía plata a mi papa para adquirir el periódico los jueves por “La Revista del Jueves”, los sábados por “La Tele revista 7 días” y los Domingos por la revista “Los Monos”.

Y es que EL ESPECTADOR me enganchó por aquellas publicaciones en especial LA TELE REVISTA 7 DÍAS y LOS MONOS y en menor medida la revista del jueves y el  magazín dominical.

 Primero LA TELE REVISTA que nació en esos días a finales de los 70s, y la coleccioné por mucho tiempo. Asiduo televidente en mi infancia y adolescencia, aquel tabloide que aparecía los sábados me posibilitaba saber de los avances de los programas de televisión, de series como LA FAMILIA INGALLS, EL TUNEL DEL TIEMPO, etc, emisiones en furor para esa época. Mismo al correo de los televidentes lectores envié unas cuantas cartas y mi alegría era inmensa al verlas publicadas…Así pues el ESPECTADOR me haría descubrir mi afición por la critica, las reseñas y opiniones sobre lo que veía y escuchaba.

La revista LOS MONOS fue caso aparte, desde mi adolescencia hasta mi juventud la seguí, la leía inclusive siendo ya mayor y me dio tristeza el día que saldría la última edición. En un mismo tabloide muy práctico y con un  diseño colorido y atractivo podía realizar pasatiempos y  leer varias tiras cómicas como LOS PICAPIEDRA, el fantasma, educando a papa, y mis preferidas  GARDFIELD  y CALVIN Y HOBBES.

Aquel día de 1986 cuando asesinaron a don GUILLERMO CANO, yo era un adolescente de 17 años y nunca olvidaré mi conmoción y emoción en aquella jornada de silencio de todos los medios que sucedió a tan fatídico episodio de la historia periodística de nuestro país.

Don Guillermo fue y siempre será para mi un hombre digno de admiración, valiente, un profeta de los tiempos modernos que fue fiel a sus principios de los que estaba convencido, buscador de la Verdad y sin duda alguna una de las personalidades mas influyentes de finales del siglo XX en Colombia.


Hoy en la distancia y ya con casi 45 años, continúo siendo su lector asiduo por internet…Y en este jueves cuando llega a sus 127 años digo: gracias infinitas  a la familia CANO,  a todos los periodistas – columnistas, reporteros de ayer y hoy, empleados, y gente allegada que han hecho posible que perdure hasta hoy EL ESPECTADOR…


lunes, 24 de marzo de 2014

30 de marzo del 2014: 4o Domingo de Cuaresma A

Curando a un ciego de nacimiento, Jesús se revela como LA LUZ DEL MUNDO. El Bautismo hace “nacer a la luz”, como Pablo les  recuerda a los bautizados de la comunidad de Éfeso.




EVANGELIO DE NUESTRO SENOR JESUCRISTO SEGÚN SAN JUAN CAPITULO 9, VERSICULOS 1-41

1. Al pasar, Jesús vio a un hombre que era ciego de nacimiento.

2. Sus discípulos le preguntaron: «Maestro, ¿quién ha pecado para que esté ciego: él o sus padres?»

3. Jesús respondió: «Esta cosa no es por haber pecado él o sus padres, sino para que unas obras de Dios se hagan en él, y en forma clarísima.

4. Mientras es de día tenemos que hacer la obra del que me ha enviado; porque vendrá la noche, cuando nadie puede trabajar.

5. Mientras estoy en el mundo, soy la luz del mundo.»

6. Dicho esto, hizo un poco de lodo con tierra y saliva, untó con él los ojos del ciego

7. y le dijo: «Vete y lávate en la piscina de Siloé (que quiere decir el Enviado).» El ciego fue, se lavó y, cuando volvió, veía claramente.

8. Sus vecinos y los que lo habían visto pidiendo limosna, decían: «¿No es éste el que se sentaba aquí y pedía limosna?»

9. Unos decían: «Es él. » Otros, en cambio: «No, es uno que se le parece».

10. Pero él afirmaba: «Sí, soy yo.» Le preguntaron: «¿Cómo es que ahora puedes ver?»

11. Contestó: «Ese hombre al que llaman Jesús hizo barro, me lo aplicó a los ojos y me dijo que fuera a lavarme a la piscina de Siloé. Fui, me lavé y veo.»

12. Le preguntaron: «¿Dónde está él?» Contestó: «No lo sé.»

13. La gente llevó ante los fariseos al que había sido ciego.

14. Pero coincidió que ese día en que Jesús hizo lodo y abrió los ojos al ciego, era día de descanso.

15. Y como nuevamente los fariseos preguntaban al hombre cómo había recobrado la vista, él contestó: «Me puso barro en los ojos, me lavé y veo.»

16. Algunos fariseos, pues, dijeron: «Ese hombre, que trabaja en día sábado, no puede venir de Dios.» Pero otros decían: «¿Puede ser un pecador el que realiza tales milagros?» Y estaban divididos.

17. Entonces hablaron de nuevo al ciego: «Ese te ha abierto los ojos, ¿qué piensas tú de él?» El contestó: «Que es un profeta.»

18. Los judíos no quisieron creer que siendo ciego había recobrado la vista, hasta que no llamaran a sus padres.

19. Y les preguntaron: «¿Es éste su hijo? ¿Y ustedes dicen que nació ciego? ¿Y cómo es que ahora ve?»

20. Los padres respondieron: «Sabemos que es nuestro hijo y que nació ciego.

21. Pero cómo es que ahora ve, no lo sabemos, y quién le abrió los ojos, tampoco. Pregúntenle a él, que es adulto y puede responder de sí mismo.»

22. Los padres contestaron así por miedo a los judíos, pues éstos habían decidido expulsar de sus comunidades a los que reconocieran a Jesús como el Mesías.

23. Por eso dijeron: «Es mayor de edad, pregúntenle a él.»

24. De nuevo los fariseos volvieron a llamar al hombre que había sido ciego y le dijeron: «Confiesa la verdad; nosotros sabemos que ese hombre que te sanó es un pecador.»

25. El respondió: «Yo no sé si es un pecador, lo que sé es que yo era ciego y ahora veo.»

26. Le preguntaron: «¿Qué te hizo? ¿Cómo te abrió los ojos?»

27. El les dijo: «Ya se lo he dicho y no me han escuchado. ¿Para qué quieren oírlo otra vez? ¿También ustedes quieren hacerse discípulos suyos?»

28. Entonces comenzaron a insultarlo. «Tú serás discípulo suyo. Nosotros somos discípulos de Moisés.

29. Sabemos que a Moisés le habló Dios, pero ése no sabemos ni siquiera de dónde es.»

30. El hombre contestó: «Esto es lo extraño: él me ha abierto los ojos y ustedes no entienden de dónde viene.

31. Es sabido que Dios no escucha a los pecadores, pero al que honra a Dios y cumple su voluntad, Dios lo escucha.

32. Jamás se ha oído decir que alguien haya abierto los ojos de un ciego de nacimiento.

33. Si éste no viniera de Dios, no podría hacer nada.»

34. Le contestaron ellos: «No eres más que pecado desde tu nacimiento, ¿y pretendes darnos lecciones a nosotros?» Y lo expulsaron.

35. Jesús se enteró de que lo habían expulsado. Cuando lo encontró le dijo: «¿Tú crees en el Hijo del Hombre?»

36. Le contestó: «¿Y quién es, Señor, para que crea en él?»

37. Jesús le dijo: «Tú lo has visto, y es el que está hablando contigo.»

38. El entonces dijo: «Creo, Señor». Y se arrodilló ante él.

39. Jesús añadió: «He venido a este mundo para llevar a cabo un juicio: los que no ven, verán, y los que ven, se volverán ciegos.»

40. Al oír esto, algunos fariseos que estaban allí con él le dijeron: «¿Así que también nosotros somos ciegos?»

41. Jesús les contestó: «Si fueran ciegos, no tendrían pecado. Pero ustedes dicen: "Vemos", y esa es la prueba de su pecado.»



A guisa de introducción

El desaparecido escritor portugués José Saramago (1922  +2010), tenía una forma de escribir sugerente y arrobadora. Sus imágenes dantescas o la descripción de situaciones plenas de absurdo o sin sentido, conquistaron y siguen conquistando a muchos lectores en el mundo. Por esto mismo, los escritos del autor lusitano pueden causar 2 diferentes reacciones en sus lectores, sea una crítica pesimista alrededor de la existencia humana y su absurdo o por el contrario lanzar al lector hacia un cuestionamiento de las estructuras, de las personas y las causas que dan origen a escenarios plenos de tragedia, oscuridad y sin sentido.

AL momento de galardonarlo con el Nobel de Literatura, La Academia Sueca destacó su capacidad para «volver comprensible una realidad huidiza, con parábolas sostenidas por la imaginación, la compasión y la ironía».[

Saramago es el autor de la novela llamada  Ensaio sobre a Cegueira “ o “Ensayo sobre la ceguera”, en francés se le tituló  “L”aveuglement”.

EL libro apareció en 1995  La obra narra como una extraña epidemia condena a una ciudad a la ceguera blanca. A través de su parábola bien narrada, José Saramago  aborda las consecuencias de la ceguera que afecta a toda la humanidad.

Aquel libro que leí en el verano de 1998 me impresionó bastante, pues la novela subraya las consecuencias de la pérdida de los principios de la civilización, en la escena aparecen seres humanos que luchan por sobrevivir ante la enfermedad devastadora y enceguecedora…Cuando no hay luz, cuando “No se quiere ver” o no se ve, la deshumanización avanza sin freno.

En el evangelio de este 40 Domingo de Cuaresma, se nos narra el encuentro de Jesús con un hombre ciego de nacimiento.

 Este hombre nunca ha visto una sonrisa, ni lágrimas. Él no puede admirar el azul del cielo ni el verde de la primavera. Vive en un mundo sin luz, donde solo cuentan el tacto y el oído. A la salida del templo, Jesús lo ve. En él reconoce a todos los seres humanos, esos ciegos que andan a tropezones en un mundo de tinieblas y de horizontes cerrados. Es ahora cuando Jesús toma la iniciativa de repetir el gesto del Creador (Gen 2,7). Con el barro y por su palabra: “ve a lavarte…”, hace del ciego un ser nuevo. El invidente pasa de las tinieblas de la noche a la luz del día, a la luz de la fe que abre los ojos de su corazón: “yo creo Señor”.
Además de mostrar a Jesús como el Salvador, esta curación del ciego nos enseña la profunda significación del bautismo. Por este sacramento, llegamos a ser hijos de la luz. Recibimos la luz de Cristo resucitado: luz de Pascua que ha vencido la noche de la tumba y es fuego de Pentecostés que inunda nuestros corazones del amor de Dios y de los demás.

 Esta luz, la hemos recibido para vivir todos los días y propagarla alrededor de nosotros.

Una de las Gracias de la Cuaresma es tomar conciencia de que somos bautizados llamados a vivir como hijos (as) de la luz.



Aproximación psicológica al texto del Evangelio:


"Si fueran ciegos no tendrían pecado"

En su primera carta, Juan nos pide mantener nuestras “entrañas abiertas” de cara a nuestros hermanos; es decir, de dejarnos invadir interiormente por aquello que ellos son y por lo que ellos viven (1 Jn 3,17).

Cuando por egoísmo o por miedo, yo cierro mis entrañas, cuando yo me vuelvo duro interiormente, la realidad exterior no puede tocarme más ni tampoco interrogarme. El dialogo extraído de este pasaje del evangelio, ilustra bien este fenómeno de insensibilidad, presentándonos la reacción de fariseos después de la curación realizada en el hombre y ante quien sus ojos están cerrados.

- Ese, No es aquel que estaba ciego;

- - Sí, es él;

- - Sí, pero ha sido curado un día de Sabbat, entonces Jesús no viene de Dios;

- -…Y por tanto Él ha hecho un milagro…;

- - Vamos a preguntarle a sus padres si él estaba verdaderamente ciego;

- - Si, él lo estaba;

- - Nosotros, de todas formas preferimos ser discípulos de Moisés;

- - …ustedes, a pesar de todo, están en presencia de alguien que hace milagros en nombre de Dios…

- - Tú, no vengas para darnos lecciones, tú no eres nadie!

Los fariseos de ninguna manera se dejan interpelar por los eventos nuevos, mismo si Jesús les recuerda que su misión consiste justamente en cuestionarse. Él les dice: “si ustedes fueran ciegos no tendrían pecado” (v.41).

Dicho de otra manera, si ustedes admitieran que tienen un problema, y que hay cosas en las que ustedes tienen dificultad de ver, de comprender, ustedes no tendrían pecado, pero ustedes niegan su problema, su dificultad de ver: “ustedes dicen: nosotros vemos; por eso su pecado permanece”.

Jesús interroga a todo el mundo. Cuando digo que yo no veo, yo estoy preparado para interrogarme, para morir (renunciar) a mis viejas creencias o actitudes que me impiden ver. Y de pronto yo llego a ser capaz de aprender de nuevo a ver, a amar y a vivir. Porque Jesús hace que me pregunte en mi incapacidad confesada y me dice: estas bien seguro de que tu no ves nada? Fija tu mirada acá (sobre mí) para ver…y yo comienzo entonces a comprender cosas…

Inversamente, Jesús les dice a aquellos que dicen ver, o que se dicen “que todo está bajo control”: “estás plenamente seguro de que ves claro, y que comprendes todo?” Y de repente, la persona llega a comprender que no ve todo, que no todo está bajo control como pensaba. Y una vez que ella acepta o dice: “Yo no veo”, se alista para nacer de nuevo, para comprometerse en el momento indicado en su liberación personal.

El pecado no es tener problemas, sino más bien que el pecado consiste en negarlos para evitar de tomarlos en serio a la mano…Como nos decía un viejo profesor sabio en el seminario: “no te preocupes o te despreocupes… ocúpate!”


Para un cuestionamiento:

Jesús afirma: “es para una interrogación (una dificultad, una protesta) que yo he venido al mundo”. Acoger la salvación, es aceptar dejarse interrogar o cuestionar por Jesús. Esta afirmación puede llevarnos a parafrasear la primera carta de San Juan: “Quien no ama a su hermano a quien ve, no puede amar a Dios a quien no ve” (Jn 4,20) llegando a ser: “Aquel que no se deja inquietar (cuestionar) por su hermano, a quien ve, no puede dejarse interrogar por Jesús a quien no ve”. Aquel que no tolera que se le hable de sí mismo, de sus actitudes y de sus comportamientos, no tolerara en suma que Jesús lo haga de igual manera por su Palabra”.

Una de las razones por las cuales nosotros rechazamos los cuestionamientos, es evidentemente por nuestro miedo a cambiar algo en nuestra manera de ver y de hacer. Es por ello que nosotros somos- de manera más tendenciosa- llevados a mantener los otros (“a raya”) a distancia, por miedo a que un verdadero encuentro con ellos no venga a iluminarnos nuestra vivencia. “En efecto, todo el que obra mal odia la luz y no se acerca a ella, por temor de que sus obras sean descubiertas” (Jn 3,20).

Como Jesús lo dice aquí, nosotros no queremos ser desenmascarados, preferimos conservar nuestra mascara de modo que los demás no sepan que se pasa en realidad en nuestra vida. Pues, si ellos llegaran a conocernos tal como realmente somos, quizás entonces dejarían de amarnos. Y si hay algo que no queremos perder, es bien seguro, la estima de los otros. En efecto, cuando nosotros funcionamos (lo que ocurre frecuentemente) teniendo como principio extravagante (raro, loco…) que si los otros dejan de pensar bien de nosotros, nuestra vida no tiene ningún sentido.

Ahora, Jesús ha vivido justamente lo contrario y nos dice también exactamente lo contrario. Relájate tú, no intentes pretenderte perfecto, no ambiciones nunca de ningún modo arreglar tus problemas antes de dejarte conocer. “Quien buscara conservar su vida (a los ojos de los hombres) la perderá, y quien la perdiera la salvará” (Lucas 17,33). Si quieres salvar todo sin arriesgar nada, sin cambiar nada, tú perderás todo. Pero si aceptas arriesgar cosas (la bella imagen que los otros tienen de ti, tu seguridad interior…), si asumes el riesgo de reconocer y o admitir tus limitaciones, tus errores y tus contradicciones, tu saldrás adelante. Y es para ayudarte a vivir este caminar de cuestionamiento por lo que yo he venido…

***

Fariseos, judíos o nosotros mismos con frecuencia nos encerramos en nuestras certezas culturales religiosas o de identidad (idiosincrasia o nos volvemos “indios sin Gracia” de la Gracia de Dios) que nos impiden abrir los ojos y ver la realidad de Cristo Resucitado.
El ciego de Nacimiento no tiene prejuicios o ideas ya elaboradas (ya hechas) sobre el mundo puesto que él es ciego de nacimiento. Él es libre para reconocer al Salvador del Mundo bajo la condición de aceptar el baño con el agua viva (el bautismo) que hace renacer y llegar a ser hijo de Dios.



REFLEXIÓN CENTRAL:


De quién es la culpa?

A quienes creemos o tenemos FE se nos dice a menudo frases de corte existencialista sartriano como ésta: “Si Dios existiera no habrían guerras,  aquellas epidemias, esas desgracias. “

Sin pretender responder de entrada a esta cuestión, sugerimos un elemento de reflexión. Cada minuto, 23 niños mueren de hambre en el mundo. Y uno puede decir, en efecto: “Por qué Dios permite que en el mundo mueran 23 niños?”. Sin embargo, en el mismo minuto se gasta más de un millón de dólares para comprar fusiles, cañones, bombarderos,  Ahora entonces, Dios puede decirnos: “yo les doy un millón de dólares. Si con eso no basta para alimentar 23 niños, yo puedo darles un poco más, pero ustedes quizás podrían ensayar, tratar de solucionar el problema con ese millón de dólares…”

EL Director del Centro de Investigaciones Demográficas en Francia decía: “La tierra tiene con qué alimentar 40 mil millones de habitantes (de los 7000 millones que tiene hoy aproximadamente)”. Entonces, parece ser que Dios ha dado todo lo necesario. Es justo de nuestra parte acusar a Dios? Y cuando nosotros miramos a Cristo sobre la cruz, podemos seguir acusándolo aun?

Cuando se ven niños sufriendo por cáncer u otras enfermedades, la cuestión es lanzada por personas, mismo creyentes: “Es que Dios existe verdaderamente?” “Como puede Él permitir que los niños sufran?

Confrontados al mismo misterio de un mundo imperfecto y a veces destructor, creyentes e incrédulos pueden ponerse de acuerdo aquí: Si un Dios Bueno y amoroso existe, por qué ha creado un mundo con tantas lagrimas y sufrimientos?

Para estas preguntas no existe ninguna respuesta. Miremos de nuevo la respuesta de Jesús a sus discípulos en el evangelio de este domingo, cuando estos le piden que explique por qué este hombre nació ciego. Su respuesta podría ser parafraseada así: “yo no tengo explicación, y no pierdan tiempo buscando un culpable. Eso no aportará ninguna solución. Al contrario, este tipo de discusión nos paralizará en “Lo que está establecido” (statu quo), esto nos encerrará en nuestras limitaciones, en nuestro horizonte estrecho, dentro de lo que ya sabemos.

Miremos mejor una tal situación como un llamado que se le hace a nuestro corazón y a nuestra inteligencia para actuar, para encontrar soluciones, para ayudar y al hacerlo, seremos los brazos y las piernas de Dios.

Haciendo esto, estaremos marchando hacia horizontes infinitos para profundizar por nuestra misma  acción cada vez más, en el misterio de este mundo”.

Miremos. Cuando nos vemos confrontados a un ser querido que tiene limitaciones físicas, un hándicap, o que está herido o que sufre terriblemente, nosotros actuamos por amor, pero también con la esperanza de que nuestros gestos contribuyan a mejorar su situación. De igual manera, todo enfermo acepta  luchar, mientras que crea que puede salir de su situación.

Esta FE puede ser alimentada por la Palabra de Jesús contenida en el evangelio de este día: “La situación del ciego de nacimiento posibilitará la ocasión de ver las acciones de Dios a través de él”. En otras palabras, no solamente los hándicaps, o limitaciones o heridas físicas o la enfermedad no son obra de Dios, pero el solo hecho de cuidar las personas marcadas por los avatares de la vida y el trabajar por su bienestar, reflejan el corazón de Dios, nos pone en el diapasón de su acción en el mundo.

Nosotros no estamos solos, puesto que trabajamos con Dios. No me digan: “pero por qué entonces no ha hecho un mundo mejor desde el primer instante, para no vernos confrontados a reparar las vasijas quebradas?”  Quizás nos sea necesario y urgente olvidar la imagen de un Dios Todopoderoso, y volvernos hacia la figura del Todo humilde y compasivo?

La clave para comprender el evangelio del ciego de nacimiento, es la de comprender, « meternos en la cabeza «  que es necesario morir a ciertas imágenes de Dios para poder ver claro al fin. Es que Dios existe? Ciertamente no aquel que se encuentra en muchas de nuestras imágenes. Ciertamente no aquel de los sicarios colombianos que pedían (y aun piden, quizás)   a Él y a la Virgen bendecir sus armas y municiones para cometer sus asesinatos.

Ciertamente no aquel de los fariseos fijos y anclados (paralizados) en sus prácticas religiosas. Yo encuentro revelador el gesto de Jesús, al escupir para formar el lodo con su saliva y con el fin de solidificarla sobre los ojos del ciego. Es, aceptando este lodo como el ciego progresará hacia la luz.

Aquí no se puede osar comparar el lodo con la “bacinilla” o “pato”, pensando tanto en el enfermo como en la persona que debe vaciarla (s)?

Tratar de comprender este mundo, es tratar de conocer a Dios. Y al aceptar morir a muchas de nuestras ideas (creencias fijas, prejuicios, agüeros…), no estamos abriendo acaso la puerta a Aquel que se ha presentado como LA LUZ DEL mundo?





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jueves, 20 de marzo de 2014

EVANGELIO Y REFLEXIÒN DEL DIA 20 DE MARZO 2014


EVANGELIO DEL DIA 20 DE MARZO 2014

SEGUNDO JUEVES DE CUARESMA

SAN LUCAS 16, 19-31

Había un hombre rico que se vestía con ropa finísima y comía regiamente todos los días.

20. Había también un pobre, llamado Lázaro, todo cubierto de llagas, que estaba tendido a la puerta del rico.

21. Hubiera deseado saciarse con lo que caía de la mesa del rico, y hasta los perros venían a lamerle las llagas.

22. Pues bien, murió el pobre y fue llevado por los ángeles al cielo junto a Abraham. También murió el rico, y lo sepultaron.

23. Estando en el infierno, en medio de los tormentos, el rico levantó los ojos y vio a lo lejos a Abraham y a Lázaro con él en su regazo.

24. Entonces gritó: «Padre Abraham, ten piedad de mí, y manda a Lázaro que moje en agua la punta de su dedo y me refresque la lengua, porque me atormentan estas llamas.»

25. Abraham le respondió: «Hijo, recuerda que tú recibiste tus bienes durante la vida, mientras que Lázaro recibió males. Ahora él encuentra aquí consuelo y tú, en cambio, tormentos.

26. Además, mira que hay un abismo tremendo entre ustedes y nosotros, y los que quieran cruzar desde aquí hasta ustedes no podrían hacerlo, ni tampoco lo podrían hacer del lado de ustedes al nuestro.»

27. El otro replicó: «Entonces te ruego, padre Abraham, que envíes a Lázaro a la casa de mi padre,

28. a mis cinco hermanos: que vaya a darles su testimonio para que no vengan también ellos a parar a este lugar de tormento.»

29. Abraham le contestó: «Tienen a Moisés y a los profetas; que los escuchen.»

30. El rico insistió: «No lo harán, padre Abraham; pero si alguno de entre los muertos fuera donde ellos, se arrepentirían.»

31. Abraham le replicó: «Si no escuchan a Moisés y a los profetas, aunque resucite uno de entre los muertos, no se convencerán.»

 

Reflexión

Responder a Dios, acogiendo la Palabra de su Hijo :

 Muy a menudo, cuando una película tiene éxito, sus realizadores se esmeran por sacar una segunda parte o bien adaptarla en una serie de tv, que relance la historia con los mismos personajes. Ese fue el caso por ejemplo de M.A.S.H, originalmente película y después convertida en serie de tv a comienzos de los 70’s,  “Fame”, entre otras. Y en concreto de películas con segundas partes (que nunca fueron buenas, tenemos ejemplos a montón), excepto quizás “Shrek” y la saga de Stars War.

Es un poco lo que hace Jesús en el texto del evangelio de este 20 de marzo del 2014, segundo jueves de cuaresma.

Esta historia del rico que no tiene nombre (en español lo llaman “Epulón”) y del pobre denominado Lázaro, era muy conocida en la antigüedad. El relato pretendía mostrar un cambio  completo de la suerte en el otro mundo: era el turno para el rico de sufrir y para el pobre de ser feliz.

Pero he aquí que Jesús relance la historia y como en una película crea una segunda parte sobre una nueva pista: un debate entre Abraham (padre y modelo en la fe) y el rico que busca salvar a sus hermanos de la infelicidad y del mal que habitan el lugar donde él ha llegado. Esto permite a Jesús  enunciar de manera clara el centro de su mensaje (del Evangelio): “La herramienta” privilegiada y usada por Dios para convertirnos, para hacernos crecer y transformarnos en su imagen, no son los milagros o prodigios, ni tampoco la aparición de un muerto! No. La herramienta de la cual Dios se sirve para tocarnos, sacudirnos, conmovernos, alimentarnos y llegar a Él, es su PALABRA! Y su PALABRA HECHA HOMBRE (CARNE): CRISTO. Nos corresponde a nosotros hoy decidir si la acogemos o no!

(Carême au quotidien, Georges Madore, Jean-Pierre Prevost)

 

Reflexión (2)

 

Una vez más es san Lucas quien nos transmite una de las más bellas parábolas de Jesús: la del pobre Lázaro y el rico Epulón. Es una escena que cada día, cada minuto, se repite en el mundo actual y a la que quizás ya nos hemos acostumbrado.

Este evangelio no quiere hacer referencia tan sólo a la desigualdad en la distribución de los bienes materiales que hay en el mundo y la necesidad de la solidaridad y caridad cristianas, sino que es un reflejo de la trascendencia de la vida humana. No hemos sido creados para este mundo pasajero y limitado, sino para la vida eterna. El que se apega a las cosas materiales, como el rico, se verá despojado de todo tras la muerte, pues lo único que ha acumulado en vida, las riquezas, también perecerán. Sin embargo lo que propone Jesús con esta parábola es vivir en este mundo con los ojos puestos en el cielo, nuestra verdadera patria y nuestro verdadero fin.

Por último, Cristo nos muestra la necesidad fundamental de la fe en la vida del hombre. ¿Cuántas veces excusamos nuestra falta de fe en que no podemos ver y tocar a Jesús más que bajo las especies de pan y de vino? Jesucristo nos dice muy claramente: “Si no oyen a Moisés y los Profetas, tampoco creerán si un muerto resucita”. Pidamos hoy a Dios como fruto de esta reflexión que nos conceda el don de la fe.


 

 

martes, 18 de marzo de 2014

19 DE MARZO : ODA A SAN JOSÉ



 Como un hombre anónimo e insignificante
te imaginan los literatos paganos.
Para Saramago, tú fuiste crucificado por error...

y por estar en el lugar y la hora equivocados.

Para los evangelistas apócrifos,
fuiste un hombre demasiado soso,
el viejito barbado al que le florece el bastón
signo de la elección divina para ser esposo de María.

Nuestros evangelistas oficiales Mateo y Lucas,
te presentan lacónico, discreto, íntimo,
pero no dejan de insistir en tu fidelidad a Dios
y en el sentido preclaro y divino que tienes de la justicia.

Oh San José, qué poco se te ha cantado
los homenajes para ti han sido fugaces y escasos.
En la novena del pesebre te llamábamos padre putativo
riéndonos antes de descubrir al sinónimo de adoptivo.

Eras joven imberbe o viejo experimentado?
Agricultor o carpintero, te dedicabas a oficios varios?
Poco importa saber a qué te dedicabas puntualmente,
Tu mérito estuvo en hacer las veces de padre humano de Jesús.
 
Tu corazón e inteligencia eran grandes,
tus manos no sabían más que de trabajo productivo,
y tu alma de judío fiel a los mandamientos divinos,
respiraba magnánima y denodada ternura.

Buen esposo de María, digno objeto de nuestro homenaje,
Nuestro corazón hoy te pide: guarda, guarda a tus hijos.
Testigo del nacimiento y de los jóvenes años de Cristo,
nuestro corazón hoy te suplica: ora, ora por nosotros …

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