lunes, 29 de enero de 2018

29 de enero del 2018: 4o lunes del TO (II)

La prioridad de Jesús, es la salud o lo que es igual,  la salvación de los seres humanos. Para salvar así sea uno solo no duda en sacrificar una piara (o sea un grupo de cerdos), lo que debía representar una importante suma de dinero para su propietario…Y quien diría que a veces, nos parece que los servicios sociales son demasiado caros!



Lectura del santo evangelio según san Marcos (5,1-20):

En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos llegaron a la orilla del lago, en la región de los gerasenos. Apenas desembarcó, le salió al encuentro, desde el cementerio, donde vivía en los sepulcros, un hombre, poseído de espíritu inmundo; ni con cadenas podía ya nadie sujetarlo; muchas veces lo habían sujetado con cepos y cadenas, pero él rompía las cadenas y destrozaba los cepos, y nadie tenía fuerza para domarlo. Se pasaba el día y la noche en los sepulcros y en los montes, gritando e hiriéndose con piedras.
Viendo de lejos a Jesús, echó a correr, se postró ante él y gritó a voz en cuello: «¿Qué tienes que ver conmigo, Jesús, Hijo de Dios Altísimo? Por Dios te lo pido, no me atormentes.»
Porque Jesús le estaba diciendo: «Espíritu inmundo, sal de este hombre
Jesús le preguntó: «¿Cómo te llamas?»
Él respondió: «Me llamo Legión, porque somos muchos.»
Y le rogaba con insistencia que no los expulsara de aquella comarca. Había cerca una gran piara de cerdos hozando en la falda del monte.
Los espíritus le rogaron: «Déjanos ir y meternos en los cerdos.»
Él se lo permitió. Los espírituinmundos salieron del hombre y se metieron en los cerdos; y la piara, unos dos mil, se abalanzó acantilado abajo al lago y se ahogó en el lago. Los porquerizos echaron a correr y dieron la noticia en el pueblo y en los cortijos. Y la gente fue a ver qué había pasado. Se acercaron a Jesús y vieron al endemoniado que había tenido la legión, sentado, vestido y en su juicio. Se quedaron espantados. Los que lo habían visto les contaron lo que había pasado al endemoniado y a los cerdos. Ellos le rogaban que se marchase de su país. Mientras se embarcaba, el endemoniado le pidió que lo admitiese en su compañía. Pero no se lo permitió, sino que le dijo: «Vete a casa con los tuyos y anúnciales lo que el Señor ha hecho contigo por su misericordia.»
El hombre se marchó y empezó a proclamar por la Decápolis lo que Jesús había hecho con él; todos se admiraban.

Palabra del Señor




Reflexión

Desde el pasado 3 de diciembre hemos iniciado el nuevo año litúrgico perteneciente al ciclo B.

Recordemos que la Iglesia nos ofrece una pedagogía de lectura continua y suscinta de toda la Biblia (al menos de los pasajes más representativos y significativos en el transcurso de 3 años), repartida en los 3 ciclos llamados Año A, año B y año C, así el último año A fue el 2017, el próximo año será año C y en este 2018 nos ubicamos en el año B. Cada año tiene un evangelio central, que ilumina nuestra meditación y reflexión a lo largo de los domingos y demás días del año . El año A corresponde a San Mateo, el año C a San Lucas y este año B nos acompaña la narración evangélica de San Marcos.

Y por qué leer a San Marcos?

Este evangelio es corto, preciso y original. Tiene un proyecto coherente; pero está lleno de sorpresas. Jesús manifiesta la venida del Reino de Dios a través de curaciones y milagros…y por lo tanto, de manera frecuente, Él se mantiene alejado de las multitudes, evadiendo y alejándose de aquellos que le buscan.

Jesús sana muchos enfermos…y al mismo tiempo no cesa de pedirles que no hablen de ello a nadie.

Jesús reune auditores, personas privilegiadas que lo escuchan, sus discípulos, quienes reciben un mensaje particular…y por lo tanto frecuentemente les reprocha por no comprender.

A veces se dice que el evangelio de Marcos, es entre todos los evangelios el más fácil de leer…De cualquier modo, su lectura abre perspectivas tónicas y sorprendentes sobre la historia de Jesús.


En el pasaje que leemos este 4o lunes del TO, como siempre, siendo un relato de milagro, nos presenta a Jesús como maestro, o amo quien tiene dominio sobre los elementos, los espíritus malignos, las enfermedades y la muerte. Para Marcos, estos actos extraordinarios dan o aportan un tipo de señalamiento de Jesús: Él es quien tiene autoridad y poder para intervenir en las situaciones humanas, así Él se revela como Hijo de Dios. Los testigos son sorprendidos, a veces atemorizados, por su poder de liberación.



Reflexión (2)

Marcos 5,1-20: Los que lo habían visto les contaron lo ocurrido al endemoniado y lo de los puercos. Entonces comenzaron a rogarle que se alejara de su término.



En torno a la fiesta del Bicentenario del inicio de la guerra de la Independencia empezó a transmitirse en un canal de la televisión nacional un programa llamado Décadas y que todavía al final del año 2010 se seguía transmitiendo, en el que se recuperaron algunos temas y algunos cantantes de los 60´s, de los 70´s, de los 80´s y de los 90´s. Uno de mis cantantes preferidos fue incluído: Neil Diamond y entre los temas que se incluyeron estaba uno que hoy se ha dado cita en mi memoria: "El no es malo, es mi hermano", y la verdad es que este tema tiene mucho que decirnos a todos y lo refiero el día de hoy en que el Señor en su misericordia se apiada de un joven al rescatarlo de una situación poco digna en la que su vida de persona se desarrolla entre los muertos y, lo que es peor todavía, cuando este joven ha recuperado el rostro del ser humano y sus relaciones existen algunos que se molestan ya que este milagro del Señor tuvo el "alto" costo de una piara de cerdos, y en la balanza de aquella población eran más importantes los cerdos que la vida digna de aquel joven.

Y es que el Evangelio nos muestra el día de hoy un rasgo primordial en la vida del Señor: Jesús se detiene por el necesitado, mientras que la comunidad se sigue de largo porque el necesitado les suele ser incómodo y les estorba en sus planes o les altera su agenda, o lo que resulta peor les hace perder sus "riquezas". Esto también es lo que pasaba con el ciego Bartimeo (Cfr. Mc. 10,46-52), camino de Jericó. La comunidad pasó de largo y, aún más, le manda a callar; Jesús no acepta esta actitud: se detiene e incorpora al ciego al grupo aunque el grupo tenga que alterar sus planes.

A veces la incorporación del que está fuera -por impresionante que sea- le cuesta muy caro a la comunidad: Mc 5,1-20 "Entonces toda la gente de los garasenos le rogaron que se fuera, porque estaban poseídos por un gran temor".

La comunidad de los egoístas no quiere pagar el costo de la incorporación del hermano que vive marginado.

El marginado es aquel que vive al margen de la vida de todos, es por ello que el hablar en este momento de aquellos que viven marginados nos debiera hacer incluir a un gran número de personas demasiado conocidas: los enfermos, los adictos, los que tienen capacidades diferentes, los huérfanos, los indigentes, los desempleados y subempleados, los ancianos y,… quizá algunos de nuestros mismos hermanos, padres y abuelos o de tus hijos, esposo o esposa.

En ocasiones, los más desprotegidos, por increíble que parezca, son aquellos que están a nuestro lado.

Pero recuperarlos tiene un costo, ¿un costo? Sí, tiene un costo "muy alto" que las personas en nuestro egoísmo no queremos pagar. Recuperar a nuestros padres del abandono en el que los tenemos significa pagar el costo elevadísimo de nuestro valioso tiempo, de alterar nuestros planes y proyectos, de no hacer todas las cosas que queremos hacer, de dejar de asistir a todos los lugares que queremos asistir, de "perder nuestra mañana de domingo" en cosas intrascendentes.

"Caín, Caín, ¿Dónde está tu hermano?" ha preguntado el Divino Creador al hijo de Adán y Eva, a lo que él le responde: "¿Acaso soy el responsable de mi hermano?" ¿Y tú que le responderías al Señor?

¿No seremos tú y yo de los nuevos habitantes de nuestra Gerasa que valoramos más una piara de cerdos que a las personas?


Escrita por:
Pbro. Rogelio Narváez Martínez
(fuente aplicación Misal)

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