viernes, 31 de marzo de 2023

1 de abril del 2023: sábado de la quinta semana de Cuaresma

 

(Cántico de Jeremías 31 y Juan 11, 45-57) El buen pastor mantiene unido a su rebaño, se preocupa de reunir a sus ovejas en un solo lugar, en un solo redil. Así, Jesús, el Buen Pastor, quiere reunirnos a todos en la unidad, y por eso está dispuesto a dar su vida.



Primera lectura

Lectura de la profecía de Ezequiel (37,21-28):

ESTO dice el Señor Dios:
«Recogeré a los hijos de Israel de entre las naciones adonde han ido, los reuniré de todas partes para llevarlos a su tierra. Los hará una sola nación en mi tierra, en los montes de Israel. Un solo rey reinará sobre todos ellos. Ya no serán dos naciones ni volverán a dividirse en dos reinos.
No volverán a contaminarse con sus ídolos, sus acciones detestables y todas sus transgresiones. Los liberaré de los lugares donde habitan y en los cuales pecaron. Los purificaré; ellos serán mi pueblo y yo seré su Dios.
Mi siervo David será su rey, el único pastor de todos ellos. Caminarán según mis preceptos, cumplirán mis prescripciones y las pondrán en práctica. Habitarán en la tierra que yo di a mi siervo Jacob, en la que habitaron sis padres: allí habitarán ellos, sus hijos y los hijos de sus hijos para siempre, y mi siervo David será su príncipe para siempre.
Haré con ellos una alianza de paz, una alianza eterna. Los estableceré, los multiplicaré y pondré entre ellos mi santuario para siempre; tendré mi morada junto a ellos, yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo. Y reconocerán las naciones que yo soy el Señor que consagra Israel, cuando esté mi santuario en medio de ellos para siempre».

Palabra de Dios

 

 

Salmo (Cántico de Jeremías)

Jr 31,10.11-12ab.13



R/.
 El Señor nos guardará como un pastor a su rebaño

V/. Escuchad, pueblos, la palabra del Señor,
anunciadla a las islas remotas:
«El que dispersó a Israel lo reunirá,
lo guardará como un pastor a su rebaño. R/.

V/. Porque el Señor redimió a Jacob,
lo rescató de una mano más fuerte».
Vendrán con aclamaciones a la altura de Sión,
afluirán hacia los bienes del Señor. R/.

V/. Entonces se alegrará la doncella en la danza,
gozarán los jóvenes y los viejos;
convertiré su tristeza en gozo,
los alegraré y aliviaré sus penas. R/.

 

 

Lectura del santo evangelio según san Juan (11,45-57):

EN aquel tiempo, muchos judíos que habían venido a casa de María, al ver lo que había hecho Jesús, creyeron en él. Pero algunos acudieron a los fariseos y les contaron lo que había hecho Jesús.
Los sumos sacerdotes y los fariseos convocaron el Sanedrín y dijeron:
«¿Qué hacemos? Este hombre hace muchos signos. Si lo dejamos seguir, todos creerán en él, y vendrán los romanos y nos destruirán el lugar santo y la nación».
Uno de ellos, Caifás, que era sumo sacerdote aquel año, les dijo:
«Vosotros no entendéis ni palabra; no comprendéis que os conviene que uno muera por el pueblo, y que no perezca la nación entera».
Esto no lo dijo por propio impulso, sino que, por ser sumo sacerdote aquel año, habló proféticamente, anunciando que Jesús iba a morir por la nación; y no solo por la nación, sino también para reunir a los hijos de Dios dispersos.
Y aquel día decidieron darle muerte. Por eso Jesús ya no andaba públicamente entre los judíos, sino que se retiró a la región vecina al desierto, a una ciudad llamada Efraín, y pasaba allí el tiempo con los discípulos.
Se acercaba la Pascua de los judíos, y muchos de aquella región subían a Jerusalén, antes de la Pascua, para purificarse. Buscaban a Jesús y, estando en el templo, se preguntaban:
«¿Qué os parece? ¿Vendrá a la fiesta?».
Los sumos sacerdotes y fariseos habían mandado que el que se enterase de dónde estaba les avisara para prenderlo.

Palabra del Señor

 

Los efectos del ministerio de Jesús

 

Los sumos sacerdotes y los fariseos convocaron el Sanedrín y dijeron:
«¿Qué hacemos? Este hombre hace muchos signos. Si lo dejamos seguir, todos creerán en él, y vendrán los romanos y nos destruirán el lugar santo y la nación».

 

Juan 11:47–48

 

 

El ministerio público de Jesús tuvo dos efectos principales sobre la gente.  Entre la gente, muchas personas, estaban llegando a creer en Él y estaban pendientes de cada una de Sus palabras. Lo buscaron y comenzaron a comprender que Él era el Mesías prometido. Esta fue la respuesta de la fe. Pero la reacción de los principales sacerdotes y los fariseos fue mucho más mundana. 

En el pasaje anterior, vemos a un grupo de líderes religiosos que están completamente consumidos por preocupaciones mundanas hasta el punto de que estas preocupaciones ahogan todos los asuntos de fe.

Mientras el Sanedrín se reunía y discutía lo que debían hacer, Caifás, el sumo sacerdote de ese año, habló y dio consejos que representan perfectamente esta visión mundana. Él dijo: «Vosotros no entendéis ni palabra; no comprendéis que os conviene que uno muera por el pueblo, y que no perezca la nación entera»

Caifás y muchos otros líderes religiosos de la época parecían estar mucho más preocupados por su estatus y poder mundanos que por los asuntos de la verdadera fe y la salvación eterna. Si hubieran sido hombres que amaran profundamente a Dios y buscaran sólo su santa voluntad, entonces se habrían regocijado de que el ministerio de Jesús fuera tan fructífero en la vida de la gente. Habrían dado gracias a Dios, día y noche, por el privilegio de ver las antiguas profecías sobre el Mesías hacerse realidad ante sus propios ojos. Deberían haber tenido gozo y gratitud, y deberían haber permitido que esas bendiciones espirituales crecieran dentro de ellos y les dieran el valor que necesitaban para salir y morir con nuestro Señor si fuera necesario. Pero en cambio, eligieron sus vidas cómodas y su estatus mundano por encima de la verdad, y decidieron que Jesús necesitaba morir.

Una hermosa verdad para reflexionar dentro de este contexto es que Dios usa todas las cosas para Su gloria y para la salvación de aquellos que creen. Con esta reunión del Sanedrín, estos hombres comenzaron a tramar la muerte de Jesús. Eventualmente, usaron el engaño, la manipulación, la intimidación y el miedo para lograr su objetivo. 

Pero, aunque desde una perspectiva mundana estos líderes religiosos equivocados “ganaron”, desde una perspectiva divina, Dios usó su maldad para lograr el mayor bien que el mundo haya conocido jamás. Por su malicia, la pasión y la muerte de Jesús dieron paso a la vida nueva de la Resurrección.

Reflexiona hoy sobre el hecho de que Dios puede usar todas las cosas para nuestro bien. Ya sea en medio de la corrupción, la persecución, la discordia, el pecado, la enfermedad o cualquier otro mal de la vida, cuando nos volvemos a Dios con fe y entrega, Él es capaz de transformar todas las cosas y producir por medio de ellas abundancia de buenos frutos, si sólo lo dejamos y confiamos en la fe. 

Entrégate a Dios en oración, hoy, ofrécele cualquiera de las preocupaciones encontradas que te hayan afectado, y permítete creer la simple verdad de que nada puede impedirte el glorioso cumplimiento de la voluntad de Dios. Todas las cosas pueden ayudar a la salvación de tu alma y terminar en la gloria eterna de Dios.

 

Mi glorioso Señor, fuiste amado por muchos, pero también odiado por algunos. Los que tenían poder y autoridad no podían ver más allá de sus ambiciones mundanas, por lo que comenzaron a conspirar contra ti. Dame la gracia, amado Señor, de ver cada acto de mal infligido sobre mí como una oportunidad para que Tú produzcas el bien. Eres glorioso, amado Señor. Que seas glorificado en todas las cosas. Jesús, en Ti confío.

 


9 de abril del 2022: sábado de la quinta semana de cuaresma


(Juan 11, 45-57) Sí, Jesús vino a la fiesta. Aceptó ser aclamado, luego condenado y crucificado. Cada vez que nos reunimos para darle la bienvenida, él está presente a nuestro lado y nos llena de su amor.



Primera lectura

Lectura de la profecía de Ezequiel (37,21-28):

ESTO dice el Señor Dios:
«Recogeré a los hijos de Israel de entre las naciones adonde han ido, los reuniré de todas partes para llevarlos a su tierra. Los hará una sola nación en mi tierra, en los montes de Israel. Un solo rey reinará sobre todos ellos. Ya no serán dos naciones ni volverán a dividirse en dos reinos.
No volverán a contaminarse con sus ídolos, sus acciones detestables y todas sus transgresiones. Los liberaré de los lugares donde habitan y en los cuales pecaron. Los purificaré; ellos serán mi pueblo y yo seré su Dios.
Mi siervo David será su rey, el único pastor de todos ellos. Caminarán según mis preceptos, cumplirán mis prescripciones y las pondrán en práctica. Habitarán en la tierra que yo di a mi siervo Jacob, en la que habitaron sis padres: allí habitarán ellos, sus hijos y los hijos de sus hijos para siempre, y mi siervo David será su príncipe para siempre.
Haré con ellos una alianza de paz, una alianza eterna. Los estableceré, los multiplicaré y pondré entre ellos mi santuario para siempre; tendré mi morada junto a ellos, yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo. Y reconocerán las naciones que yo soy el Señor que consagra Israel, cuando esté mi santuario en medio de ellos para siempre».

Palabra de Dios

 

 

Salmo

Jr 31,10.11-12ab.13



R/.
 El Señor nos guardará como un pastor a su rebaño

V/. Escuchad, pueblos, la palabra del Señor,
anunciadla a las islas remotas:
«El que dispersó a Israel lo reunirá,
lo guardará como un pastor a su rebaño. R/.

V/. Porque el Señor redimió a Jacob,
lo rescató de una mano más fuerte».
Vendrán con aclamaciones a la altura de Sión,
afluirán hacia los bienes del Señor. R/.

V/. Entonces se alegrará la doncella en la danza,
gozarán los jóvenes y los viejos;
convertiré su tristeza en gozo,
los alegraré y aliviaré sus penas. R/.

 

 

Lectura del santo evangelio según san Juan (11,45-57):

EN aquel tiempo, muchos judíos que habían venido a casa de María, al ver lo que había hecho Jesús, creyeron en él. Pero algunos acudieron a los fariseos y les contaron lo que había hecho Jesús.
Los sumos sacerdotes y los fariseos convocaron el Sanedrín y dijeron:
«¿Qué hacemos? Este hombre hace muchos signos. Si lo dejamos seguir, todos creerán en él, y vendrán los romanos y nos destruirán el lugar santo y la nación».
Uno de ellos, Caifás, que era sumo sacerdote aquel año, les dijo:
«Vosotros no entendéis ni palabra; no comprendéis que os conviene que uno muera por el pueblo, y que no perezca la nación entera».
Esto no lo dijo por propio impulso, sino que, por ser sumo sacerdote aquel año, habló proféticamente, anunciando que Jesús iba a morir por la nación; y no solo por la nación, sino también para reunir a los hijos de Dios dispersos.
Y aquel día decidieron darle muerte. Por eso Jesús ya no andaba públicamente entre los judíos, sino que se retiró a la región vecina al desierto, a una ciudad llamada Efraín, y pasaba allí el tiempo con los discípulos.
Se acercaba la Pascua de los judíos, y muchos de aquella región subían a Jerusalén, antes de la Pascua, para purificarse. Buscaban a Jesús y, estando en el templo, se preguntaban:
«¿Qué os parece? ¿Vendrá a la fiesta?».
Los sumos sacerdotes y fariseos habían mandado que el que se enterase de dónde estaba les avisara para prenderlo.

Palabra del Señor

 

 

 

Uno de ellos, Caifás, que era sumo sacerdote aquel año, les dijo:
«Vosotros no entendéis ni palabra; no comprendéis que os conviene que uno muera por el pueblo, y que no perezca la nación entera».

Juan 11:49–50

 

 

Como en la reflexión del día anterior, es importante que empecemos a centrarnos en el sufrimiento y muerte de Jesús. 

 

La Semana Santa comienza este domingo, por lo que esta es la época del año en que Dios quiere que miremos fijamente a Su Cruz. Es importante mirarla desde todos los ángulos, para tratar de entender lo que estaba pasando, lo que estaba experimentando Jesús, lo que estaban experimentando los discípulos e incluso lo que estaban experimentando los fariseos y los sumos sacerdotes.

 

En el Evangelio de hoy y en el versículo citado arriba, vemos el pensamiento de Caifás, el sumo sacerdote. Sus palabras son interesantes porque son tristes y proféticas al mismo tiempo. Él, junto con los otros principales sacerdotes y los fariseos, estaban comenzando a planear la muerte de Jesús. Pero lo revelador es la aparente motivación de Caifás y los demás. 

 

Jesús estaba ganando popularidad y tenían miedo de que esta popularidad agitara las cosas con los romanos. También estaban celosos de que Jesús hubiera atraído a tantos. Entonces Caifás ofrece la lógica retorcida de que es mejor que muera un hombre en lugar de que muera toda la gente. En otras palabras, parecía pensar que debido a que Jesús se estaba volviendo tan popular, y la gente escuchaba a Jesús más que a los principales sacerdotes y fariseos, que era mejor eliminar el "problema" para que las cosas pudieran volver a la normalidad, a la forma en que estaban.

 

Esto revela el hecho de que los fariseos estaban más preocupados por ellos mismos y por su estatus que por la Verdad. Es sorprendente que una de sus críticas a Jesús fuera que estaba haciendo demasiadas señales y prodigios. Que extraño. Si los principales sacerdotes y los fariseos estuvieran interesados ​​en la Verdad, también habrían visto la gloria y la autoridad divina de Jesús y habrían llegado a creer en Él y seguirlo. Pero no pudieron tragarse su orgullo y aceptar el llamado de seguir a alguien más que a ellos mismos. No podían dejar ir su posición de autoridad.

 

A menudo vemos esta misma experiencia en nuestra vida diaria. Queremos ser el centro de atención. Y muy a menudo, cuando vemos que a alguien le va bien o recibe elogios, podemos sentirnos celosos. Y nuestros celos a menudo pueden convertirse en una forma de envidia. La envidia significa que estamos enojados y entristecidos por la bondad de otros. Quisiéramos superarlos y queremos verlos fallar.

 

El ideal es ser uno de esos fieles seguidores de Jesús. Esto es especialmente importante para reflexionar la semana que viene mientras presencias el crecimiento de la hostilidad hacia nuestro Señor. ¿Qué harías si estuvieras allí? ¿Seguirías estando con Jesús a pesar de los ataques de los demás? A medida que crecía la hostilidad hacia Jesús, ¿te alejarías de Él o te acercarías más a Él en amor y compromiso?

 

Reflexione, hoy, sobre la próxima conmemoración de la pasión de nuestro Señor. Deje que su mente comience a reflexionar sobre las muchas reacciones y experiencias que la gente tuvo esa primera Semana Santa. póngase en sus zapatos y trate de vivirlo con Jesús. El objetivo es encontrarnos allí al pie de la Cruz con Él el Viernes Santo con amor y valentía, estando junto a Él y amándolo en cada paso del camino.

 

 

Mi perseguido Señor, que te siga en esta próxima Semana Santa. Que tenga el amor que necesito para amarte aun en Tu rechazo y dolor. Ayúdame a despojarme de toda envidia y egoísmo ya verte especialmente en los sufrimientos de los demás y en su bondad. Jesús, en Ti confío.

jueves, 30 de marzo de 2023

31 de marzo del 2023: viernes de la quinta semana de Cuaresma

 

(Jeremías 20, 10-13) No es raro que, en el trabajo, en la familia e incluso en la Iglesia, nos enfrentemos a divisiones de todo tipo. Como Jeremías, sepamos confiarnos plenamente en Dios…Quién sabe qué milagros de reconciliación veremos cumplirse…


 

Primera lectura

Lectura del libro de Jeremías (20,10-13):

OÍA la acusación de la gente:
«“Pavor-en-torno”,
delatadlo, vamos a delatarlo».
Mis amigos acechaban mi traspié:
«A ver si, engañado, lo sometemos
y podemos vengarnos de él».
Pero el Señor es mi fuerte defensor:
me persiguen, pero tropiezan impotentes.
Acabarán avergonzados de su fracaso,
con sonrojo eterno que no se olvidará.
Señor del universo, que examinas al honrado
y sondeas las entrañas y el corazón,
¡que yo vea tu venganza sobre ellos,
pues te he encomendado mi causa!
Cantad al Señor, alabad al Señor,
que libera la vida del pobre
de las manos de gente perversa.

Palabra de Dios

 

 

Salmo

Sal 17,2-3a.3bc-4.5-6.7

R/.
 En el peligro invoqué al Señor, y me escuchó

V/. Yo te amo, Señor; tú eres mi fortaleza;
Señor, mi roca, mi alcázar, mi libertador. R/.

V/. Dios mío, peña mía, refugio mío,
escudo mío, mi fuerza salvadora, mi baluarte.
Invoco al Señor de mi alabanza
y quedo libre de mis enemigos. R/.

V/. Me cercaban olas mortales,
torrentes destructores me aterraban,
me envolvían las redes del abismo,
me alcanzaban los lazos de la muerte. R/.

V/. En el peligro invoqué al Señor,
grité a mi Dios:
desde su templo él escuchó mi voz,
y mi grito llegó a sus oídos. R/.

 

 

Lectura del santo evangelio según san Juan (10,31-42):

EN aquel tiempo, los judíos agarraron piedras para apedrear a Jesús.
Elles replicó:
«Os he hecho ver muchas obras buenas por encargo de mi Padre: ¿por cuál de ellas me apedreáis?».
Los judíos le contestaron:
«No te apedreamos por una obra buena, sino por una blasfemia: porque tú, siendo un hombre, te haces Dios».
Jesús les replicó:
«¿No está escrito en vuestra ley: “Yo os digo: sois dioses”? Si la Escritura llama dioses a aquellos a quienes vino la palabra de Dios, y no puede fallar la Escritura, a quien el Padre consagró y envió al mundo, ¿decís vosotros: “¡Blasfemas!” Porque he dicho: “Soy Hijo de Dios”? Si no hago las obras de mi Padre, no me creáis, pero si las hago, aunque no me creáis a mí, creed a las obras, para que comprendáis y sepáis que el Padre está en mí, y yo en el Padre».
Intentaron de nuevo detenerlo, pero se les escabulló de las manos. Se marchó de nuevo al otro lado del Jordán, al lugar donde antes había bautizado Juan, y se quedó allí.
Muchos acudieron a él y decían:
«Juan no hizo ningún signo; pero todo lo que Juan dijo de este era verdad».
Y muchos creyeron en él allí.

Palabra del Señor

 

 

******

 

Entrando al desierto



“Si no hago las obras de mi Padre, no me crean; pero si las hago, aunque no me crean, crean las obras, para que se den cuenta y comprendan que el Padre está en mí y yo en el Padre ”. 

 

Juan 10: 37–39

 

 

Estas palabras pronunciadas por Jesús tuvieron lugar durante la fiesta de la Dedicación en Jerusalén. Jesús había estado predicando claramente sobre su relación con el Padre Celestial, y esto estaba provocando que algunos se indignaran hasta el punto de intentar arrestarlo en ese mismo momento. Pero escapó y regresó al desierto donde había sido bautizado por Juan. Mientras Jesús permanecía en el desierto, mucha gente se le acercó para estar con él y escuchar sus palabras. Mientras escuchaban, empezaron a creer.

 

Es interesante notar el contraste de reacciones. En Jerusalén, dentro del área del Templo, entre grandes multitudes reunidas para la fiesta de la Dedicación, Jesús fue cada vez más rechazado y perseguido. Pero cuando regresó al desierto y la gente tuvo que venir a verlo, escucharon y creyeron. Este contraste nos presenta una forma en la que creceremos más fácilmente en nuestra fe y ayudaremos a otros a crecer en su fe. Específicamente, se nos invita a ir al "desierto" para encontrarnos con nuestro Señor, lejos del ajetreo de la vida, y también debemos invitar a otros a unirse a nosotros en ese viaje.

 

Es cierto que, mientras estaba en Jerusalén, hubo personas que tropezaron con Jesús mientras enseñaba y fueron conmovidos por Su palabra y llegaron a creer. Pero también está claro que, cuando la gente tuvo que comprometerse con el esfuerzo de buscarlo en un lugar desierto, sus palabras fueron aún más transformadoras.

 

En nuestras propias vidas, dentro de las actividades ordinarias de la vida, como la asistencia regular a la Misa, se nos dará la oportunidad de escuchar el Evangelio y profundizar nuestra vida de fe. Pero todos debemos tomarnos un tiempo para buscar a Jesús “en el desierto”, por así decirlo, para estar aún más dispuestos a escucharlo y creer. Estas "experiencias del desierto" se presentan de muchas formas. Quizás sea una experiencia tan simple como entrar en su habitación solo para orar y meditar en la Palabra de Dios. O tal vez sea una participación en un estudio bíblico, un programa devocional en línea o un evento de catequesis parroquial. O tal vez sea la opción de irse un fin de semana o más para un retiro guiado donde todo lo que se hace durante un tiempo es orar y escuchar a nuestro Señor.

 

A lo largo de la historia, santo tras santo nos ha mostrado el valor de salir a rezar para estar con nuestro Señor, en un lugar donde se silencian las muchas otras distracciones de la vida y las muchas voces del mundo, para que Dios pueda hablar al corazón. y para que podamos responder más plenamente.

 

Reflexione hoy sobre la invitación que Jesús le está haciendo para salir a encontrarse con Él en el desierto. ¿Dónde está ese lugar? ¿Cómo puede realizar este corto viaje mientras se mantiene al día con los importantes deberes de la vida? No dude en buscar el desierto al que le llama nuestro Señor, para que allí pueda encontrarse con Él, escuchar Su voz y responder con total generosidad.

 

 

Mi Señor Jesús, me estás llamando a entrar más profundamente en una relación de amor contigo. Mi divino Señor, dame la gracia que necesito para decirte “Sí” y entrar en el desierto de silencio y oración que necesito para escuchar Tu voz. Llévame hacia ti, mi Señor, y ayúdame a creer más plenamente todo lo que deseas decir. 

Jesús, en Ti confío.

miércoles, 29 de marzo de 2023

30 de marzo del 2023: jueves de la quinta semana de cuaresma

 

Misa crismal:  


En las diócesis del mundo, este día, los sacerdotes, los diáconos y los fieles se congregan alrededor de su Obispo ya que Cristo los ha consagrado por la unción del bautismo y a algunos por el sacramento del Orden.
Ellos renuevan sus compromisos al servicio del pueblo de Dios.
Durante esta misa diocesana por excelencia, el aceite  para la unción de los enfermos, el  aceite para los catecúmenos  y el aceite del santo crisma son consagrados y servirá para los bautismos, confirmaciones , ordenaciones y consagraciones de iglesias

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Lectura del libro del Génesis (17,3-9):

EN aquellos días, Abrán cayó rostro en tierra y Dios le habló así:
«Por mi parte, esta es mi alianza contigo: serás padre de muchedumbre de pueblos.
Ya no te llamarás Abrán, sino Abrahán, porque te hago padre de muchedumbre de pueblos. Te haré fecundo sobremanera: sacaré pueblos de ti, y reyes nacerán de ti.
Mantendré mi alianza contigo y con tu descendencia en futuras generaciones, como alianza perpetua. Seré tu Dios y el de tus descendientes futuros. Os daré a ti y a tu descendencia futura la tierra en que peregrinas, la tierra de Canaán, como posesión perpetua, y seré su Dios».
El Señor añadió a Abrahán:
«Por tu parte, guarda mi alianza, tú y tus descendientes en sucesivas generaciones».

Palabra de Dios



Salmo

Sal 104,4-5.6-7.8-9

R/.
 El Señor se acuerda de su alianza eternamente

V/. Recurrid al Señor y a su poder,
buscad continuamente su rostro.
Recordad las maravillas que hizo,
sus prodigios, las sentencias de su boca. R/.

V/. ¡Estirpe de Abrahán, su siervo;
hijos de Jacob, su elegido!
El Señor es nuestro Dios,
él gobierna toda la tierra. R/.

V/. Se acuerda de su alianza eternamente,
de la palabra dada, por mil generaciones;
de la alianza sellada con Abrahán,
del juramento hecho a Isaac. R/.




Lectura del santo evangelio según san Juan (8,51-59):

EN aquel tiempo, dijo Jesús a los judíos:
«En verdad, en verdad os digo: quien guarda mi palabra no verá la muerte para siempre».
Los judíos le dijeron:
«Ahora vemos claro que estás endemoniado; Abrahán murió, los profetas también, ¿y tú dices: “Quien guarde mi palabra no gustará la muerte para siempre”? ¿Eres tú más que nuestro padre Abrahán, que murió? También los profetas murieron, ¿por quién te tienes?».
Jesús contestó:
«Si yo me glorificara a mí mismo, mi gloria no valdría nada. El que me glorifica es mi Padre, de quien vosotros decís: “Es nuestro Dios”, aunque no lo conocéis. Yo sí lo conozco, y si dijera “No lo conozco” sería, como vosotros, un embustero; pero yo lo conozco y guardo su palabra. Abrahán, vuestro padre, saltaba de gozo pensando ver mi día; lo vio, y se llenó de alegría».
Los judíos le dijeron:
«No tienes todavía cincuenta años, ¿y has visto a Abrahán?».
Jesús les dijo:
«En verdad, en verdad os digo: antes de que Abrahán existiera, yo soy».
Entonces cogieron piedras para tirárselas, pero Jesús se escondió y salió del templo.

Palabra del Señor

////


1

Con Abraham y el pueblo, Dios concluye una primera alianza. Por Cristo, Él también concluye una Nueva. Y como toda Alianza, supone necesariamente el amor y la fidelidad.


DEJARNOS GUIAR POR LA PROMESA DIVINA

A pesar de la decepción que ha provocado sus querellas históricas por su oposición, las 3 religiones que profesan un Dios único (judaísmo, cristianismo e Islamismo) reclaman de manera visceral  y afectuosa a Abraham como su padre en la fe. Ciertamente que el patriarca arameo no esperaba  que su descendencia iba a separarse a causa de su legado espiritual.

De otro lado, Abraham tenía ya sus propias creencias, y cuando él decide confiar en Yahvé, se encuentra presto a inventar el camino de la fe en un Dios único. Abraham no era judío, ni cristiano, ni musulmán, y la promesa que se le hace sobrepasa el horizonte de un solo pueblo. Su verdadera descendencia se reconoce no a partir de una pertenencia étnica o geográfica, sino más bien a partir de la fe pura.

Somos nosotros hijos e hijas de Abraham? Somos nosotros como el patriarca, seducidos por ese Dios único que nos habla en los momentos claves de nuestra vida como también en los encuentros (citas) y tareas de cada día?

Dónde estamos nosotros en nuestra aventura interior y en nuestra caminar en presencia del Dios único?

Hemos sentido (experimentado) como Abraham la alegría de vivir en alianza con Dios y la felicidad de ver sus promesas cumplidas y o realizadas?



2

Viviendo el momento


 

«En verdad, en verdad os digo: antes de que Abrahán existiera, yo soy».
Entonces cogieron piedras para tirárselas, pero Jesús se escondió y salió del templo.

 

Juan 8:58–59

 

Cuando Moisés se encontró con Dios en la zarza ardiente, Dios le reveló Su nombre: YO SOY. El Catecismo de la Iglesia Católica enseña que esta revelación del nombre de Dios “es a la vez un nombre revelado y algo así como el rechazo de un nombre”. Expresa que Dios está “infinitamente por encima de todo lo que podamos entender o decir”. Él es el “Dios escondido”. Él es también un “Dios que se hace cercano a los hombres” en todos y cada uno de los momentos de nuestra vida” (Ver CIC #206).

 

En nuestro Evangelio de hoy, Jesús se identifica con este Dios escondido. Afirma que solo Él conoce a Su Padre y que el Padre lo glorifica porque Él es el gran YO SOY. Para la gente de esa época, esta fue una revelación impactante, al menos para aquellos que no pudieron comprender esta verdad en la fe. Pero ese nombre misterioso nos revela no solo la esencia de Dios, también nos revela cómo debemos relacionarnos con este Dios infinito, escondido, exaltado y glorioso.

 

Cuando Jesús reveló su identidad, no dijo: “antes que Abraham naciera, yo era”. Él dice: “YO SOY”. Esto revela que Jesús no solo existió antes de Abraham, sino que Su existencia trasciende todo tiempo. Él siempre y en todas partes ES. Aunque esto puede parecer demasiado filosófico para algunos, es un concepto importante de entender por dos razones importantes. Primero, nos da una mayor comprensión de Dios. Pero, segundo, nos revela cómo debemos relacionarnos con Dios todos los días.

 

Dios no es un Dios del pasado. No es un Dios del futuro. Es un Dios del momento presente. Si vamos a entrar en una relación con Dios, entonces debemos darnos cuenta de que solo podemos encontrarlo en el momento presente. Él es el Aquí y el Ahora, por así decirlo. Y debemos buscarlo aquí y ahora, solo en este momento presente.

 

A veces nos encontramos viviendo en el pasado. En la medida en que nuestro pasado nos haya ayudado o lastimado en este momento presente, debemos abordarlo. Pero la forma de hacerlo es buscando la gracia sanadora de Dios hoy, permitiendo que el pasado desaparezca en Su abundante misericordia. 

 

Otras veces tratamos de vivir en el futuro, angustiándonos por lo que está por venir. Pero Dios no mora en el futuro porque, para Él, todo el tiempo es aquí y ahora. Por lo tanto, no debemos angustiarnos por el futuro, preocuparnos por él o tratar de vivir en él ahora. Todo lo que tenemos es este momento presente, y es en este momento que Dios viene a nuestro encuentro. Él está aquí, y debemos encontrarlo aquí, volviéndonos a Él y Su gracia hoy.

 

Reflexiona hoy sobre esta profunda y misteriosa revelación de nuestro Señor. Piensa en su identidad como el gran “YO SOY”. Medita en ese nombre. Medita en su significado. Míralo como una forma en que Jesús te está invitando a encontrarlo en este momento presente solo. Vive en este momento. El pasado se fue; el futuro aún no está aquí. Vive donde Dios existe, aquí y ahora, porque ese es el único lugar donde encontrarás a nuestro Señor.

 

 

Mi Señor, Tú eres el Gran Yo Soy. Trasciendes todos los tiempos. Ayúdame a encontrarte hoy, a dejar atrás el pasado, mirar hacia el futuro y vivir contigo solo en este momento. Mientras te encuentro aquí, amado Señor, ayúdame a amarte con todo mi corazón. Jesús, en Ti confío.


martes, 28 de marzo de 2023

29 de marzo del 2023: miércoles de la quinta semana de cuaresma


(Daniel 3, 14-20.91-92.95) Todos soñamos con la libertad. Pero ¿dónde la encontramos? ¿Haciendo lo que queramos? ¿O no es más bien siendo fieles a la palabra de Dios, como lo fueron los tres jóvenes en el horno?


(Juan 8, 31-42) Es viniendo entre nosotros que Dios nos libra del mal. Jesús, su Hijo, por el don de su vida, por su misericordia y su deseo de reconciliar todo en su Padre, es la fuente de la verdadera libertad.


Primera lectura

Lectura de la profecía de Daniel (3,14-20.91-92.95):


EN aquellos días, el rey Nabucodonosor dijo:
«¿Es cierto, Sidrac, Misac y Abdénago, que no teméis a mis dioses ni adoráis la estatua de oro que he erigido? Mirad: si al oír tocar la trompa, la flauta, la cítara, el laúd, el arpa, la vihuela y todos los demás instrumentos, estáis dispuestos a postraros adorando la estatua que he hecho, hacedlo; pero, si no la adoráis, seréis arrojados inmediatamente al horno encendido, y ¿qué dios os librará de mis manos?».
Sidrac, Misac y Abdénago contestaron al rey Nabucodonosor:
«A eso no tenemos por qué responderte. Si nuestro Dios a quien veneramos puede librarnos del horno encendido, nos librará, oh rey, de tus manos. Y aunque no lo hiciera, que te conste, majestad, que no veneramos a tus dioses ni adoramos la estatua de oro que has erigido».
Entonces Nabucodonosor, furioso contra Sidrac, Misac y Abdénago, y con el rostro desencajado por la rabia, mandó encender el horno siete veces más fuerte que de costumbre, y ordenó a sus soldados más robustos que atasen a Sidrac, Misac y Abdénago y los echasen en el horno encendido.
Entonces el rey Nabucodonosor se alarmó, se levantó y preguntó, estupefacto, a sus consejeros:
«¿No eran tres los hombres que atamos y echamos al horno?».
Le respondieron:
«Así es, majestad».
Preguntó:
«Entonces, ¿cómo es que veo cuatro hombres, sin atar, paseando por el fuego sin sufrir daño alguno? Y el cuarto parece un ser divino».
Nabucodonosor, entonces, dijo:
«Bendito sea el Dios de Sidrac, Misac y Abdénago, que envió un ángel a salvar a sus siervos, que, confiando en él, desobedecieron el decreto real y entregaron sus cuerpos antes que venerar y adorar a otros dioses fuera del suyo».

Palabra de Dios

 

 

Salmo

 Dn 3,52.53.54.55.56



R/. A ti gloria y alabanza por los siglos


V/. Bendito eres, Señor, Dios de nuestros padres.
Bendito tu nombre, santo y glorioso. R/.

V/. Bendito eres en el templo de tu santa gloria. R/.

V/. Bendito eres sobre el trono de tu reino. R/.

V/. Bendito eres tú, que sentado sobre querubines sondeas
los abismos. R/.

V/. Bendito eres en la bóveda del cielo. R/.

 

 

Lectura del santo evangelio según san Juan (8,31-42):

EN aquel tiempo, dijo Jesús a los judíos que habían creído en él:
«Si permanecéis en mi palabra, seréis de verdad discípulos míos; conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres».
Le replicaron:
«Somos linaje de Abrahán y nunca hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo dices tú: “Seréis libres”?».
Jesús les contestó:
«En verdad, en verdad os digo: todo el que comete pecado es esclavo. El esclavo no se queda en la casa para siempre, el hijo se queda para siempre. Y si el Hijo os hace libres, seréis realmente libres. Ya sé que sois linaje de Abrahán; sin embargo, tratáis de matarme, porque mi palabra no cala en vosotros. Yo hablo de lo que he visto junto a mi Padre, pero vosotros hacéis lo que le habéis oído a vuestro padre».
Ellos replicaron:
«Nuestro padre es Abrahán».
Jesús les dijo:
«Si fuerais hijos de Abrahán, haríais lo que hizo Abrahán. Sin embargo, tratáis de matarme a mí, que os he hablado de la verdad que le escuché a Dios; y eso no lo hizo Abrahán. Vosotros hacéis lo que hace vuestro padre».
Le replicaron:
«Nosotros no somos hijos de prostitución; tenemos un solo padre: Dios».
Jesús les contestó:
«Si Dios fuera vuestro padre, me amaríais, porque yo salí de Dios, y he venido. Pues no he venido por mi cuenta, sino que él me envió».

Palabra del Señor

 


"La Verdad os hará libres"


EN aquel tiempo, dijo Jesús a los judíos que habían creído en él:
«Si permanecéis en mi palabra, seréis de verdad discípulos míos; conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres».

Juan 8:31–32

 

Estas palabras tienen el potencial de hacer o marcar una diferencia transformadora en nuestras vidas. 

Tenga en cuenta que Jesús pronunció estas palabras “a los judíos que habían creído en él”. Es decir, los que habían aceptado su palabra y eran, por tanto, sus verdaderos discípulos. Nosotros que también creemos en Jesús debemos considerar estas palabras cuidadosamente. El corazón de esta enseñanza es doble: debemos llegar a “conocer la verdad” para que la verdad que lleguemos a conocer “nos haga libres”. 

Esta enseñanza de Jesús es excepcionalmente útil tanto a nivel psicológico como espiritual.

En primer lugar, a nivel puramente psicológico, una de las mayores ayudas para una buena salud mental es la verdad. La mayoría de las veces, cuando uno lucha con varias formas de depresión, es porque ve aspectos de su vida con confusión. "¿Por qué esta persona me hizo esto?" O "¿Cómo voy a superar esto?" O “Mi vida es un desastre y no hay salida”. Estos y otros pensamientos similares conducirán inevitablemente a la depresión por una simple razón: se basan en pensamientos erróneos.

Una de las mejores formas de asesoramiento psicológico es lo que podría llamarse “terapia de la verdad”. Cada pregunta desesperante que tenemos y cada conclusión deprimente a la que hemos llegado en la vida debe ser reexaminada a la luz de la mente de Dios. 

¿Qué piensa Dios? ¿Qué hay en la mente de Dios al respecto? Esas verdades que esperan ser descubiertas son la verdad que “nos hará libres”. 

La depresión se supera más fácilmente cuando miramos nuestra vida de la manera en que Dios mira nuestra vida. Esto produce esperanza, y la esperanza libera las cadenas de la depresión y la confusión.

En un nivel espiritual, estos principios se aplican aún más. La verdad sobre el pecado, el perdón, la salvación y el Cielo debe ser conocida profundamente y abrazada por completo. Cuando negamos la verdad del pecado o del perdón, entonces vivimos dentro de una mentira y permanecemos atados por esa mentira. 

La verdadera libertad espiritual que conduce a la salvación y la eternidad en el Cielo se obtiene solo cuando abrazamos de todo corazón la santa y perfecta verdad espiritual que Dios nos ha dado. Debemos conocer claramente nuestro pecado, arrepentirnos de él, buscar el perdón de Dios, enmendar nuestra vida y vivir la nueva vida de gracia a la que estamos llamados.

Reflexiona, hoy, sobre esta enseñanza poderosamente transformadora de Jesús: “conoce la verdad, y la verdad te hará libre”. 

¿Qué verdades psicológicas y espirituales necesitas conocer más profundamente? ¿Qué confusión o ceguera queda? Busca el remedio de la Verdad tal como está en la mente de Dios y ten por seguro que te espera la libertad.

 

Dios de toda Verdad, Tu Palabra es liberadora, transformadora y nos llena de esperanza. Que pueda volver mi mente a Ti y a Tu santa Palabra para que pueda conocer la Verdad a medida que Tú la pronuncias y permitir que esa Verdad transformadora me libere. Jesús, en Ti confío.

 


lunes, 27 de marzo de 2023

28 de marzo del 2023: martes de la quinta semana de Cuaresma

 (Juan 8, 21-30) Jesús no desprecia a sus interlocutores. Son más bien ellos quienes se burlarán de él clavándolo en una cruz. Dios los dejará ir tan lejos en la mentira para que todo su ser finalmente se abra a su misericordia.

Jesús tiene un solo deseo: hacer la voluntad de su Padre para que participemos activamente en el vínculo de amor que nos une unos a otros. Así nos asegura que nunca más estaremos solos.

 



Primera lectura

Lectura del libro de los Números (21,4-9):

EN aquellos días, desde el monte Hor se encaminaron los hebreos hacia el mar Rojo, rodeando el territorio de Edón.
El pueblo se cansó de caminar y habló contra Dios y contra Moisés:
«¿Por qué nos has sacado de Egipto para morir en el desierto? No tenemos ni pan ni agua, y nos da náuseas ese pan sin sustancia».
El Señor envió contra el pueblo serpientes abrasadoras, que los mordían, y murieron muchos de Israel.
Entonces el pueblo acudió a Moisés, diciendo:
«Hemos pecado hablando contra el Señor y contra ti; reza al Señor para que aparte de nosotros las serpientes».
Moisés rezó al Señor por el pueblo y el Señor le respondió:
«Haz una serpiente abrasadora y colócala en un estandarte: los mordidos de serpientes quedarán sanos al mirarla».
Moisés hizo una serpiente de bronce y la colocó en un estandarte. Cuando una serpiente mordía a alguien, este miraba a la serpiente de bronce y salvaba la vida.

Palabra de Dios

 

 

Salmo

Sal 101,2-3.16-18.19-21



R/.
 Señor, escucha mi oración,
que mi grito llegue hasta ti


V/. Señor, escucha mi oración,
que mi grito llegue hasta ti;
no me escondas tu rostro
el día de la desgracia.
Inclina tu oído hacia mí;
cuando te invoco,
escúchame enseguida. R/.

V/. Los gentiles temerán tu nombre,
los reyes del mundo, tu gloria.
Cuando el Señor reconstruya Sión
y aparezca en su gloria,
y se vuelva a las súplicas de los indefensos,
y no desprecie sus peticiones. R/.

V/. Quede esto escrito para la generación futura,
y el pueblo que será creado alabará al Señor.
Que el Señor ha mirado desde su excelso santuario,
desde el cielo se ha fijado en la tierra,
para escuchar los gemidos de los cautivos
y librar a los condenados a muerte. R/.

 

 

Lectura del santo evangelio según san Juan (8,21-30):

EN aquel tiempo, dijo Jesús a los fariseos:
«Yo me voy y me buscaréis, y moriréis por vuestro pecado. Donde yo voy no podéis venir vosotros».
Y los judíos comentaban:
«¿Será que va a suicidarse, y por eso dice: “Donde yo voy no podéis venir vosotros”?».
Y él les dijo:
«Vosotros sois de aquí abajo, yo soy de allá arriba: vosotros sois de este mundo, yo no soy de este mundo. Con razón os he dicho que moriréis en vuestros pecados: pues, si no creéis que Yo soy, moriréis en vuestros pecados».
Ellos le decían:
«¿Quién eres tú?».
Jesús les contestó:
«Lo que os estoy diciendo desde el principio. Podría decir y condenar muchas cosas en vosotros; pero el que me ha enviado es veraz, y yo comunico al mundo lo que he aprendido de él».
Ellos no comprendieron que les hablaba del Padre.
Y entonces dijo Jesús:
«Cuando levantéis en alto al Hijo del hombre, sabréis que “Yo soy”, y que no hago nada por mi cuenta, sino que hablo como el Padre me ha enseñado. El que me envió está conmigo, no me ha dejado solo; porque yo hago siempre lo que le agrada».
Cuando les exponía esto, muchos creyeron en él.

Palabra del Señor

 

***********


El lenguaje de Jesús 


"Cuando les exponía esto, muchos creyeron en él."

 

Juan 8:30

 

Jesús había estado enseñando de manera velada pero muy profunda acerca de quién era él. En pasajes anteriores, se refirió a sí mismo como el "pan de vida", el "agua viva", la "luz del mundo", e incluso asumió el antiguo título de Dios "YO SOY". Además, continuamente se identificaba con el Padre Celestial como Su Padre con quien estaba perfectamente unido y por quien fue enviado al mundo para hacer Su voluntad. 

Por ejemplo, justo antes del pasaje que leemos hoy, Jesús dice claramente: "Cuando hayáis levantado al Hijo del hombre, entonces sabréis que Yo Soy, y que no hago nada por mi propia cuenta; sino que, lo que el Padre me ha enseñado" (Juan 8:28 ). Y fue por esto que muchos llegaron a creer en Él. ¿Pero por qué?

 

Mientras continúa el Evangelio de Juan, la enseñanza de Jesús sigue siendo misteriosa, profunda y velada. Después de que Jesús dice verdades profundas sobre quién es Él, algunos oyentes llegan a creer en Él, mientras que otros se vuelven hostiles hacia Él. ¿Cuál es la diferencia entre los que llegan a creer y los que finalmente matan a Jesús? La respuesta simple es la fe. Tanto los que llegaron a creer en Jesús como los que orquestaron y apoyaron Su asesinato escucharon la misma enseñanza de Jesús. Sin embargo, sus reacciones fueron muy diferentes.


Lo mismo es cierto para nosotros hoy. Al igual que aquellos que escucharon estas enseñanzas por primera vez de los propios labios de Jesús, también se nos presenta la misma enseñanza. Se nos da la misma oportunidad de escuchar sus palabras y recibirlas con fe o rechazarlas o ser indiferentes. ¿Es usted uno de los muchos que llegaron a creer en Jesús por estas palabras?

 

La lectura de estas enseñanzas veladas, misteriosas y profundas de Jesús tal como se presentan en el Evangelio de Juan requiere un regalo especial de Dios, así estas palabras tendrán algún impacto en nuestras vidas. La fe es un don. No es solo una decisión ciega para creer. Es una elección basada en ver. Pero es un ver hecho posible sólo por una revelación interior de Dios a la que damos nuestro asentimiento. 


Por lo tanto, Jesús como el Agua Viva, el Pan de Vida, el gran YO SOY, la Luz del Mundo y el Hijo del Padre solo tendrá sentido para nosotros y solo tendrá un efecto en nosotros cuando estemos abiertos y recibamos la luz interior del don de la fe. Sin esa apertura y recepción, seremos hostiles o indiferentes.

 

Reflexione hoy sobre el lenguaje profundo, velado y misterioso de Dios. Cuando lee este lenguaje, especialmente en el Evangelio de Juan, ¿Cuál es su reacción? Reflexione cuidadosamente sobre su reacción; y, si descubre que usted es menos que alguien que ha llegado a comprender y creer, busque la gracia de la fe este día para que las palabras de nuestro Señor transformen poderosamente su vida.


 

Mi Señor, Tu enseñanza acerca de Quién eres está más allá de la razón humana. Es profunda, misteriosa y gloriosa, más allá de toda comprensión. Por favor, dame el don de la fe para que pueda llegar a saber quién eres mientras medito en la riqueza de tu santa Palabra. Creo en ti, querido Señor. Ayuda a mi incredulidad. Jesús, en Ti confío.

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