jueves, 27 de julio de 2017

Viviendo extraordinariamente el tiempo ordinario: 27 de julio del 2017 jueves de la 16a semana del TO





Cada uno,  tarde o temprano, se encuentra en una u otra situación de la parábola. Se trata de escuchar el llamado del Señor en nuestros corazones y descubrir día a día los frutos que el Evangelio puede producir en nosotros y alrededor de nosotros.




Primera lectura
Lectura del libro del Éxodo (19,1-2.9-11.16-20b):

Aquel día, a los tres meses de salir de Egipto, los israelitas llegaron al desierto de Sinaí: saliendo de Rafidín, llegaron al desierto de Sinaí y acamparon allí, frente al monte.
El Señor dijo a Moisés: «Voy a acercarme a ti en una nube espesa, para que el pueblo pueda escuchar lo que te digo, y te crea en adelante.»
Moisés comunicó al Señor lo que el pueblo había dicho. Y el Señor le dijo: «Vuelve a tu pueblo, purifícalos hoy y mañana, que se laven la ropa y estén preparados para pasado mañana; pues el Señor bajará al monte Sinaí a la vista del pueblo.»
Al tercer día, al rayar el alba, hubo truenos y relámpagos y una densa nube sobre el monte y un poderoso resonar de trompeta; y todo el pueblo que estaba en el campamento se echó a temblar. Moisés hizo salir al pueblo del campamento para ir al encuentro de Dios y se detuvieron al pie del monte. Todo el Sinaí humeaba, porque el Señor había descendido sobre él en forma de fuego. Subía humo como de un horno, y todo el monte retemblaba con violencia. El sonar de la trompeta se hacía cada vez más fuerte; Moisés hablaba, y Dios le respondía con el trueno. El Señor bajó al monte Sinaí, a la cumbre del monte, y llamó a Moisés a la cima de la montaña.

Palabra de Dios


Salmo
Dn 3,52.53.54.55.56

R/. A ti gloria y alabanza por los siglos

Bendito eres, Señor, Dios de nuestros padres,
bendito tu nombre, santo y glorioso. R/.

Bendito eres en el templo de tu santa gloria. R/.

Bendito eres sobre el trono de tu reino. R/.

Bendito eres tú, que sentado sobre querubines sondeas los abismos. R/.

Bendito eres en la bóveda del cielo. R/.




Lectura del santo evangelio según san Mateo (13,10-17):

En aquel tiempo, se acercaron a Jesús los discípulos y le preguntaron: «¿Por qué les hablas en parábolas?»
Él les contestó: «A vosotros se os ha concedido conocer los secretos del reino de los cielos y a ellos no. Porque al que tiene se le dará y tendrá de sobra, y al que no tiene se le quitará hasta lo que tiene. Por eso les hablo en parábolas, porque miran sin ver y escuchan sin oír ni entender. Así se cumplirá en ellos la profecía de Isaías: "Oiréis con los oídos sin entender; miraréis con los ojos sin ver; porque está embotado el corazón de este pueblo, son duros de oído, han cerrado los ojos; para no ver con los ojos, ni oír con los oídos, ni entender con el corazón, ni convertirse para que yo los cure." ¡Dichosos vuestros ojos, porque ven, y vuestros oídos, porque oyen! Os aseguro que muchos profetas y justos desearon ver lo que veis vosotros y no lo vieron, y oír lo que oís y no lo oyeron.»

Palabra del Señor


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Preciosos para Dios

Dios  da cita, les da la oportunidad a Moisés y a los Israelitas de encontrarse con Él en el monte Sinaí. Comienza una nueva etapa: la alianza. Dios hace de Israel su pueblo, un pueblo amado y precioso a sus ojos. Sin dudar, el pueblo se compromete también a ser su pueblo…Después veremos, si el entusiasmo inicial se prolongará…Lo cierto es que el pueblo ha dicho sí y por ahora eso es lo más importante.

En el Evangelio, Jesús quiere hacerles entender a los discípulos que no es posible explicar "El Reino de los cielos"- el Reino de Dios- a la manera como se describe un objeto visible. De cara a una multitud que no escucha y no  comprende, Jesús cambia de método. Él cuenta o narra parábolas, historias, en las cuales, las situaciones bien conocidas por su auditorio son puestas en escena de manera sorprendente; de esta manera, Jesús espera desconcertar a sus interlocutores y llevarlos a reflexionar y asumir posición (tomar decisiones).

jueves, 20 de julio de 2017

Viviendo extraordinariamente el tiempo ordinario: 20 de julio del 2017 jueves de la 15a semana del TO



(Éxodo 3, 13-20) Dios tiene un nombre. Él es Aquel que es. Aquel que es incapaz de quedarse con los brazos cruzados ante la desgracia o miseria humana. Ésta es la razón por la que Jesús hacía milagros. Él tenía el mismo corazón de Dios, que se conmueve ante el sufrimiento de cada uno de sus hijos.






Primera lectura
Lectura del libro del Éxodo (3,13-20):

En aquellos días, Moisés, después de oír la voz del Señor desde la zarza ardiendo, le replicó: «Mira, yo iré a los israelitas y les diré: "El Dios de vuestros padres me ha enviado a vosotros." Si ellos me preguntan cómo se llama, ¿qué les respondo?»
Dios dijo a Moisés: «"Soy el que soy"; esto dirás a los israelitas: "Yo-soy me envía a vosotros."»
Dios añadió: «Esto dirás a los israelitas: "Yahvé (Él-es), Dios de vuestros padres, Dios de Abrahán, Dios de Isaac, Dios de Jacob, me envía a vosotros. Este es mi nombre para siempre: así me llamaréis de generación en generación." Vete, reúne a los ancianos de Israel y diles: "El Señor, Dios de vuestros padres, de Abrahán, de Isaac y de Jacob, se me ha aparecido y me ha dicho: 'Os tengo presentes y veo cómo os tratan los egipcios. He decidido sacaros de la opresión egipcia y llevaros al país de los cananeos, hititas, amorreos, fereceos, heveos y jebuseos, a una tierra que mana leche y miel'." Ellos te harán caso, y tú, con los ancianos de Israel, te presentarás al rey de Egipto y le diréis: "El Señor Dios de los hebreos nos ha encontrado, y nosotros tenemos que hacer un viaje de tres jornadas por el desierto para ofrecer sacrificios al Señor, nuestro Dios." Yo sé que el rey de Egipto no os dejará marchar si no es a la fuerza; pero yo extenderé la mano, heriré a Egipto con prodigios que haré en el país, y entonces os dejará marchar.»

Palabra de Dios


Salmo
Sal 104,1.5.8-9.24-25.26-27

R/. El Señor se acuerda de su alianza eternamente

Dad gracias al Señor, invocad su nombre,
dad a conocer sus hazañas a los pueblos.
Recordad las maravillas que hizo,
sus prodigios, las sentencias de su boca. R/.

Se acuerda de su alianza eternamente,
de la palabra dada, por mil generaciones;
de la alianza sellada con Abrahán,
del juramento hecho a Isaac. R/.

Dios hizo a su pueblo muy fecundo,
más poderoso que sus enemigos.
A éstos les cambió el corazón
para que odiasen a su pueblo,
y usaran malas artes con sus siervos. R/.

Pero envió a Moisés, su siervo,
y a Aarón, su escogido,
que hicieron contra ellos sus signos,
prodigios en la tierra de Cam. R/.


Lectura del santo evangelio según san Mateo (11,28-30):

En aquel tiempo, exclamó Jesús: «Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Cargad con mi yugo y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis vuestro descanso. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera.»

Palabra del Señor


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Cuál es tu nombre? Cómo te llamas?

En la antigüedad, cada divinidad tenía un nombre propio. Pero acaso un nombre puede decir todo de Dios?  Por el nombre que Dios revela a Moisés, se describe por su presente (yo soy), su futuro (yo seré) y su pasado (Yo soy el Dios de vuestros ancestros). Los musulmanes utilizan su rosario (Tasbish) de 99 granos,  para invocar los 99 nombres de Dios, aduciendo que no hay centésimo o nombre número 100 que pueda ser pronunciado, porque éste nombre sólo lo sabe Dios, es desconocido, es impronunciable. En la tradición judía, por respeto, no se pronuncia jamás el nombre divino compuesto de 4 consonantes (el famoso tetragrama) YHWH. Se reemplaza con Señor, Dios u otro sustantivo o adjetivo que invoque una cualidad suya,  como se llama en las biblias y en la liturgia.

En el Evangelio, vemos  que ante el peso o fardo opresor de la ley, de los ritos, prohibiciones, de las órdenes, Jesús nos ofrece su carga ligera. Él ofrece un sentido a nuestras vidas humilladas, Él no suprime la fatiga, ni las lágrimas, ni la sangre, sino que  lo  que exige de nosotros, Él nos da el poder de ofrecerlo. Él acepta unirse, entrar en comunión con nuestra condición despreciada, para rehacerla por dentro y trazar un sendero que será el de la libertad de los hijos de Dios. Dónde encontramos nuestra alegría? De dónde viene?  emana de nuestra vida, de sus pruebas y de la oración? La alegría es siempre, entrar en la alegría del otro, de Dios y de  los demás hombres, nuestros hermanos…Nuestro consentimiento del plan de Dios y la comunión con nuestros hermanos se convierten en las fuentes de nuestra paz interior. Seguros de ser amados, hasta en nuestra pobreza, la alabanza, entonces vendrá para habitar nuestros corazones.



miércoles, 19 de julio de 2017

Viviendo extraordinariamente el tiempo ordinario: 19 de julio del 2017 miércoles de la 15a semana del TO



(Mateo 11,25-27) La celebridad, la fama, el prestigio, el reconocimiento, como lo queramos llamar, no se iguala a la sabiduría revelada por el Espíritu a los pequeños y humildes. Una vida de compasión y sincera, abierta a la caridad evangélica, que sabe a dónde va, vale más  que muchos saberes y poderes





Primera lectura
Lectura del libro del Éxodo (3,1-6.9-12):

En aquellos días, Moisés pastoreaba el rebaño de su suegro Jetró, sacerdote de Madián; llevó el rebaño trashumando por el desierto hasta llegar a Horeb, el monte de Dios. El ángel del Señor se le apareció en una llamarada entre las zarzas. Moisés se fijó: la zarza ardía sin consumirse.
Moisés se dijo: «Voy a acercarme a mirar este espectáculo admirable, a ver cómo es que no se quema la zarza.»
Viendo el Señor que Moisés se acercaba a mirar, lo llamó desde la zarza: «Moisés, Moisés.»
Respondió él: «Aquí estoy.»
Dijo Dios: «No te acerques; quítate las sandalias de los pies, pues el sitio que pisas es terreno sagrado.»
Y añadió: «Yo soy el Dios de tus padres, el Dios de Abrahán, el Dios de Isaac, el Dios de Jacob.»
Moisés se tapó la cara, temeroso de ver a Dios.
El Señor le dijo: «El clamor de los israelitas ha llegado a mí, y he visto cómo los tiranizan los egipcios. Y ahora marcha, te envío al Faraón para que saques a mi pueblo, a los israelitas.»
Moisés replicó a Dios: «¿Quién soy yo para acudir al Faraón o para sacar a los israelitas de Egipto?»
Respondió Dios: «Yo estoy contigo; y ésta es la señal de que yo te envío: cuando saques al pueblo de Egipto, daréis culto a Dios en esta montaña.»

Palabra de Dios



Salmo
Sal 102,1-2.3-4.6-7

R/. El Señor es compasivo y misericordioso

Bendice, alma mía, al Señor,
y todo mi ser a su santo nombre.
Bendice, alma mía, al Señor,
y no olvides sus beneficios. R/.

Él perdona todas tus culpas
y cura todas tus enfermedades;
él rescata tu vida de la fosa
y te colma de gracia y de ternura. R/.

El Señor hace justicia
y defiende a todos los oprimidos;
enseñó sus caminos a Moisés
y sus hazañas a los hijos de Israel. R/.


Lectura del santo evangelio según san Mateo (11,25-27):

En aquel tiempo, exclamó Jesús: «Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a la gente sencilla. Sí, Padre, así te ha parecido mejor. Todo me lo ha entregado mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.»

Palabra del Señor



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Un encuentro que descalza

Cuando Moisés hace una pausa en su trabajo de pastor, es ahí como Dios viene a su encuentro y se le revela. Intrigado y curioso ante un fenómeno extraño, Moisés corre para ver la zarza ardiendo sin consumirse. Entonces, Dios lo llama por su nombre. Una relación decisiva nace aquí, tan fuerte que suscita el respeto y va hacer cambiar tanto la vida de Moisés como la de su pueblo.

En el Evangelio, una vez más, Jesús deja ver su total dependencia del Padre. Él es su enviado y es el mismo Padre quien lleva a cabo su obra de salvación; al mismo tiempo Jesús se da cuenta que quienes son sensibles a su llamado y dejan permear la Buena Noticia son los sencillos, los pobres…Nadie viene al Hijo sino por el Padre.

martes, 18 de julio de 2017

Viviendo extraordinariamente el tiempo ordinario: 18 de julio del 2017 martes de la 15a semana del TO



(Mateo 11,20-24)  Es mucho más fácil ignorar todos los pequeños milagros de los cuales somos testigos cada día que  reconocerlos. Percibir esos signos de la presencia de Dios en nuestro vida, es permanecer en el amor y la confianza.




Primera lectura
Lectura del libro del Éxodo (2,1-15a):

En aquellos días, un hombre de la tribu de Leví se casó con una mujer de la misma tribu; ella concibió y dio a luz un niño. Viendo qué hermoso era, lo tuvo escondido tres meses. No pudiendo tenerlo escondido por más tiempo, tomó una cesta de mimbre, la embadurnó de barro y pez, colocó en ella a la criatura, y la depositó entre los juncos, junto a la orilla del Nilo. Una hermana del niño observaba a distancia para ver en qué paraba. La hija del Faraón bajó a bañarse en el Nilo, mientras sus criadas la seguían por la orilla. Al descubrir la cesta entre los juncos, mandó a la criada a recogerla. La abrió, miró dentro, y encontró un niño llorando.
Conmovida, comentó: «Es un niño de los hebreos.»
Entonces, la hermana del niño dijo a la hija del Faraón: «¿Quieres que vaya a buscarle una nodriza hebrea que críe al niño?»
Respondió la hija del Faraón: «Anda.»
La muchacha fue y llamó a la madre del niño.
La hija del Faraón le dijo: «Llévate al niño y críamelo, y yo te pagaré.»
La mujer tomó al niño y lo crió.
Cuando creció el muchacho, se lo llevó a la hija del Faraón, que lo adoptó como hijo y lo llamó Moisés, diciendo: «Lo he sacado del agua.»
Pasaron los años, Moisés creció, fue adonde estaban sus hermanos, y los encontró transportando cargas. Y vio cómo un egipcio maltrataba a un hebreo, uno de sus hermanos. Miró a un lado y a otro, y, viendo que no había nadie, mató al egipcio y lo enterró en la arena.
Al día siguiente, salió y encontró a dos hebreos riñendo, y dijo al culpable: «¿Por qué golpeas a tu compañero?»
Él le contestó: «¿Quién te ha nombrado jefe y juez nuestro? ¿Es que pretendes matarme como mataste al egipcio?»
Moisés se asustó pensando: «La cosa se ha sabido.» Cuando el Faraón se enteró del hecho, buscó a Moisés para darle muerte; pero Moisés huyó del Faraón y se refugió en el país de Madián.

Palabra de Dios


Salmo                                 
Sal 68,3.14.30-31.33-34

R/. Humildes, buscad al Señor,
y revivirá vuestro corazón


Me estoy hundiendo en un cieno profundo
y no puedo hacer pie;
he entrado en la hondura del agua,
me arrastra la corriente. R/.

Pero mi oración se dirige a ti, Dios mío,
el día de tu favor;
que me escuche tu gran bondad,
que tu fidelidad me ayude. R/.

Yo soy un pobre malherido;
Dios mío, tu salvación me levante.
Alabaré el nombre de Dios con cantos,
proclamaré su grandeza con acción de gracias. R/.

Miradlo, los humildes, y alegraos,
buscad al Señor, y revivirá vuestro corazón.
Que el Señor escucha a sus pobres,
no desprecia a sus cautivos. R/.


Lectura del santo evangelio según san Mateo (11,20-24):

En aquel tiempo, se puso Jesús a recriminar a las ciudades donde había hecho casi todos sus milagros, porque no se habían convertido: «¡Ay de ti, Corozaín, ay de ti, Betsaida! Si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros que en vosotras, hace tiempo que se habrían convertido, cubiertas de sayal y ceniza. Os digo que el día del juicio les será más llevadero a Tiro y a Sidón que a vosotras. Y tú, Cafarnaún, ¿piensas escalar el cielo? Bajarás al infierno. Porque si en Sodoma se hubieran hecho los milagros que en ti, habría durado hasta hoy. Os digo que el día del juicio le será más llevadero a Sodoma que a ti.»

Palabra del Señor


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Por la fuerza que viene de Dios

La madre de Moisés está dispuesta a todo, con tal de conservar la vida de su hijo. La hermana de Moisés, hace todo lo que está al alcance de sus manos para preservar la vida de su hermano. La hija del faraón, se opone ante la prohibición de no dejar vivir los hijos de los hebreos. Estas 3 mujeres valientes simbolizan a todos aquellos que se resisten, se oponen a las leyes injustas y no inspiradas en Dios, para proteger y salvar a las personas en peligro por las decisiones de leyes y gobiernos injustos. Por otro lado, Moisés, promovido en la corte del rey de Egipto, adquiriendo autoridad, un día toma consciencia  de la situación de su pueblo. Él toma partido en defensa del pueblo hasta mismo cometer un homicidio. Criminal para los egipcios, no reconocido por los hebreos, se echa a todo el mundo de enemigo. Él no defenderá a su pueblo apoyado sólo en sus propias fuerzas. Sólo Dios,  es quien salva y libera.

En el Evangelio, Jesús pronuncia palabras de lamentación sobre las ciudades que no han aceptado su mensaje. La palabra "Ay" que es sinónimo de "mala suerte", "desgraciada", significa "vea pues", "yo veo"…No es una maldición, sino un grito de tristeza. Reprochar, reclamar, es el distintivo, la marca de un amor verdadero. La persona que ama a la otra persona con sinceridad, demuestra así su amor. Cuando uno ama a alguien, se le dificulta aceptar que actúe de una manera distinta a la que uno espera, que no corresponda a nuestro amor…Uno quiere advertirle de las consecuencias funestas a las cuales se precipita por su falta de fidelidad, de responsabilidad en el amor…Esto es cierto para la persona enamorada, pero también lo es  para el padre o madre de familia, el pedagogo, el amigo, el hermano… Y esta experiencia Jesús la vivió. Él ha hablado sinceramente, sin rodeos a la gente de sus defectos, de sus errores ; realizó signos milagrosos en su favor y ellos no le respondieron…Sus llamados a la conversión, fueron en vano en estas ciudades mencionadas…

Cada uno de nosotros, de una manera u otra, tenemos una falla en nosotros, una parte de nuestro ser se niega a asumir su identidad. Por ejemplo a alguien le costará asumir su papel de padre o madre con su hijo, a otro le costará tener relaciones armoniosas con los demás, otros renunciarán fácilmente a su propia dignidad con tal de ganarse la amistad de un grupo…En cada uno, habrá una hemorragia; recibamos en esa parte  herida de nuestro ser, la Palabra  del Señor que nos llama, descubramos en su exigencia la marca de un verdadero amor que nos quiere libres, autónomos, responsables…Que respondiendo a su llamado, podamos renovarnos, despertarnos, para decirnos al menos que nuestra manera de hacer, de ser actualmente no es suficiente…para abrirnos así a la conversión y llegar a tener la vida en abundancia que nuestro Maestro promete…

sábado, 15 de julio de 2017

Viviendo extraordinariamente el tiempo ordinario: 15 de julio del 2017 sábado de la 14a semana del TO



(Mateo 10, 24-33) Transmitir un mensaje de amor, de comunión y de perdón, puede a veces provocar la división, el odio y la violencia. El Señor quien sabe todo de nosotros, ve los temores que sentimos. Él nos pide entonces dejarnos impregnar y guiar por su amor.




Primera lectura
Lectura del libro del Génesis (49,29-32;50,15-26a):

En aquellos días, Jacob dio las siguientes instrucciones a sus hijos: «Cuando me reúna con los míos, enterradme con mis padres en la cueva del campo de Efrón, el hitita, la cueva del campo de Macpela, frente a Mambré, en Canaán, la que compró Abrahán a Efrón, el hitita, como sepulcro en propiedad. Allí enterraron a Abrahán y a Sara, su mujer; allí enterraron a Isaac y a Rebeca, su mujer; allí enterré yo a Lía. El campo y la cueva fueron comprados a los hititas.»
Cuando Jacob terminó de dar instrucciones a sus hijos, recogió los pies en la cama, expiró y se reunió con los suyos.
Al ver los hermanos de José que había muerto su padre, se dijeron: «A ver si José nos guarda rencor y quiere pagarnos el mal que le hicimos.»
Y mandaron decirle: «Antes de morir tu padre nos encargó: "Esto diréis a José: Perdona a tus hermanos su crimen y su pecado y el mal que te hicieron". Por tanto, perdona el crimen de los siervos del Dios de tu padre.» José, al oírlo, se echó a llorar.
Entonces vinieron los hermanos, se echaron al suelo ante él, y le dijeron: «Aquí nos tienes, somos tus siervos.»
Pero José les respondió: «No tengáis miedo; ¿soy yo acaso Dios? Vosotros intentasteis hacerme mal, pero Dios intentaba hacer bien, para dar vida a un pueblo numeroso, como hoy somos. Por tanto, no temáis; yo os mantendré a vosotros y a vuestros hijos.»
Y los consoló, hablándoles al corazón. José vivió en Egipto con la familia de su padre y cumplió ciento diez años; llegó a conocer a los hijos de Efraín, hasta la tercera generación, y también a los hijos de Maquir, hijo de Manasés; los llevó en las rodillas.
José dijo a sus hermanos: «Yo voy a morir. Dios cuidará de vosotros y os llevará de esta tierra a la tierra que prometió a Abrahán, Isaac y Jacob.»
Y los hizo jurar: «Cuando Dios cuide de vosotros, llevaréis mis huesos de aquí.» José murió a los ciento diez años de edad.

Palabra de Dios


Salmo
Sal 104,1-2.3-4.6-7

R/. Humildes, buscad al Señor, y revivirá vuestro corazón


Dad gracias al Señor, invocad su nombre,
dad a conocer sus hazañas a los pueblos.
Cantadle al son de instrumentos,
hablad de sus maravillas. R/.

Gloriaos de su nombre santo,
que se alegren los que buscan al Señor.
Recurrid al Señor y a su poder,
buscad continuamente su rostro. R/.

¡Estirpe de Abrahán, su siervo;
hijos de Jacob, su elegido!
El Señor es nuestro Dios,
él gobierna toda la tierra. R/.


Lectura del santo evangelio según san Mateo (10,24-33)

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus apóstoles: «Un discípulo no es más que su maestro, ni un esclavo más que su amo; ya le basta al discípulo con ser como su maestro, y al esclavo como su amo. Si al dueño de la casa lo han llamado Belzebú, ¡cuánto más a los criados! No les tengáis miedo, porque nada hay cubierto que no llegue a descubrirse; nada hay escondido que no llegue a saberse. Lo que os digo de noche decidlo en pleno día, y lo que escuchéis al oído, pregonadlo desde la azotea. No tengáis miedo a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma. No, temed al que puede destruir con el fuego alma y cuerpo. ¿No se venden un par de gorriones por unos cuartos? Y, sin embargo, ni uno solo cae al suelo sin que lo disponga vuestro Padre. Pues vosotros hasta los cabellos de la cabeza tenéis contados. Por eso, no tengáis miedo; no hay comparación entre vosotros y los gorriones. Si uno se pone de mi parte ante los hombres, yo también me pondré de su parte ante mi Padre del cielo. Y si uno me niega ante los hombres, yo también lo negaré ante mi Padre del cielo.»

Palabra del Señor


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"No tengan miedo"

Terminamos hoy la lectura del libro del Génesis.

Después de la muerte de su padre, los hijos de Jacob tienen miedo que José se vengue del mal que le han hecho. No es fácil cargar con las faltas cometidas contra los otros. Pero José apacigua a sus hermanos, les asegura que no tomará ninguna represalia. La sabiduría de Dios ha transformado el mal: el sujeto o persona de sufrimiento se convierte en el medio de salvar la vida de muchos (cfr. Jesucristo).

Al final de su vida, José, "el hombre de los sueños", sabe que sus descendientes retornarán al país de Canaán. Como su padre, él quiere ser parte del viaje. Con la muerte de José, finaliza una etapa de oro en las relaciones entre hebreos y egipcios. En adelante, la tierra de asilo se convertirá en tierra de servilismo, de esclavitud.

En el Evangelio, Jesús invita a sus discípulos a confesar su fe en el momento del riesgo, del miedo, sin temer a los perseguidores que no pueden sino afectarlos físicamente. Uno tiene toda la razón del mundo al temerle a Dios, pues Él tiene todo poder sobre el hombre, sobre su cuerpo y sobre su alma. Y al mismo tiempo Él también es aquel que se preocupa por cada uno de nosotros y nos cuida, pues valemos mucho más que los gorriones.





viernes, 14 de julio de 2017

Viviendo extraordinariamente el tiempo ordinario: 14 de julio del 2017 viernes de la 14a semana del TO



(Mateo 10,16-23) Seguir a Jesús no es algo fácil. Pero todo es posible para quien deposite su confianza en el Espíritu Santo, ya que él nos hace verdaderos mensajeros y testigos de Cristo vivo.





Primera lectura
Lectura del libro del Génesis (46,1-7.28-30):

En aquellos días, Israel, con todo lo suyo, se puso en camino, llegó a Berseba y allí ofreció sacrificios al Dios de su padre Isaac.
Dios le dijo a Israel en una visión de noche: «Jacob, Jacob.»
Respondió: «Aquí estoy.»
Dios le dijo: «Yo soy Dios, el Dios de tu padre; no temas bajar a Egipto, porque allí te convertiré en un pueblo numeroso. Yo bajaré contigo a Egipto, y yo te haré subir; y José te cerrará los ojos.»
Al salir Jacob de Berseba, los hijos de Israel hicieron montar a su padre, con los niños y las mujeres, en las carretas que el Faraón había enviado para transportarlos. Tomaron el ganado y las posesiones que habían adquirido en Canaán y emigraron a Egipto Jacob con todos sus descendientes, hijos y nietos, hijas y nietas, y todos los descendientes los llevó consigo a Egipto. Jacob despachó por delante a Judá, a visitar a José y a preparar el sitio en Gosén. Cuando llegaban a Gosén, José mandó preparar la carroza y se dirigió a Gosén a recibir a su padre. Al verlo, se le echó al cuello y lloró abrazado a él.
Israel dijo a José: «Ahora puedo morir, después de haberte visto en persona, que estás vivo.»

Palabra de Dios



Salmo
Sal 36,3-4.18-19.27-28.39-40

R/. El Señor es quien salva a los justos

Confía en el Señor y haz el bien,
habita tu tierra y practica la lealtad;
sea el Señor tu delicia,
y él te dará lo que pide tu corazón. R/.

El Señor vela por los días de los buenos,
y su herencia durará siempre;
no se agostarán en tiempo de sequía,
en tiempo de hambre se saciarán. R/.

Apártate del mal y haz el bien,
y siempre tendrás una casa;
porque el Señor ama la justicia
y no abandona a sus fieles.
Los inicuos son exterminados,
la estirpe de los malvados se extinguirá. R/.

El Señor es quien salva a los justos,
él es su alcázar en el peligro;
el Señor los protege y los libra,
los libra de los malvados
y los salva porque se acogen a él. R/.




Lectura del santo evangelio según san Mateo (10,16-23):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus apóstoles: «Mirad que os mando como ovejas entre lobos; por eso, sed sagaces como serpientes y sencillos como palomas. Pero no os fiéis de la gente, porque os entregarán a los tribunales, os azotarán en las sinagogas y os harán comparecer ante gobernadores y reyes, por mi causa; así daréis testimonio ante ellos y ante los gentiles. Cuando os arresten, no os preocupéis de lo que vais a decir o de cómo lo diréis: en su momento se os sugerirá lo que tenéis que decir; no seréis vosotros los que habléis, el Espíritu de vuestro Padre hablará por vosotros. Los hermanos entregarán a sus hermanos para que los maten, los padres a los hijos; se rebelarán los hijos contra sus padres, y los matarán. Todos os odiarán por mi nombre; el que persevere hasta el final se salvará. Cuando os persigan en una ciudad, huid a otra. Porque os aseguro que no terminaréis con las ciudades de Israel antes de que vuelva el Hijo del hombre.»

Palabra del Señor



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Evangelio y violencia

Muchos que se dicen no creyentes, no cristianos se atreven a decir que no creen en la Biblia, y critican sobre todo al Antiguo Testamento por sus muchas historias de violencia, de guerra, de injusticia, de corrupción y de muerte. Y cabe preguntarles, acaso la historia y mismo la actualidad no están  plenas de casos de violencia, de injusticia, de corrupción y muerte también? Estamos casi terminando ya la lectura del libro del Génesis que empezamos a leer hace dos semanas y hemos seguido la historia de los patriarcas, de los herederos de la promesa de Dios: Abraham, Isaac, Jacob y sus doce hijos, fundamento  y raíces del pueblo escogido Israel, embajador a través de la historia de la revelación de Dios a manifestarse universalmente. Su historia, la historia de este pueblo elegido,  tiene mucho que ver con la nuestra, con nuestra historia personal, de familias, de país…Nuestro corazón vemos es tan capaz de la ternura como de la agresividad; capaz de albergar odio, pero también capaz de emanar reconciliación, perdón, anhelo de fraternidad. A través de esta historia vario-pinta, de tragicomedia, Dios nos acompaña, Dios no olvida sus promesas a pesar de nuestro pecado. El quiere que los hombres se reconcilien.
 El pasaje del Génesis que escuchamos hoy nos muestra a Jacob que ahora se llama Israel orando a Dios, ofreciéndole sacrificios, dándole gracias y confiando nuevamente en su Palabra. Jacob debe dejar su tierra e ir como lo hizo Abraham a esa tierra para él desconocida: Egipto. Antes de bajar al gran país, le dice  Dios: "No temas bajar a Egipto porque allí te convertiré en un pueblo numeroso". Bien dicen que Dios escribe derecho en renglones torcidos.

En el Evangelio, el relato que escuchamos hoy insiste particularmente en los enfrentamientos de los seguidores de Jesús con los judíos. Encontramos las preocupaciones que tenía la comunidad cristiana de Mateo, en el momento en que este evangelio era escrito. En efecto, muchos de sus miembros provenían de la comunidad judía. Solamente la fidelidad a Cristo le permitirá a los  apóstoles, sostenidos por el Espíritu Santo, superar  oposiciones y disensiones.

jueves, 13 de julio de 2017

Viviendo extraordinariamente el tiempo ordinario: 13 de julio del 2017 jueves de la 14a semana del TO



(Génesis 44, 18-21.23b-29; 45, 1-5) Lo que en principio podamos ver como un fracaso o una desgracia, más tarde puede revelarse como una etapa hacia el bienestar o una situación mejor de vida, un encuentro crucial que nos llena de alegría hoy . 
Dios nunca busca o quiere castigarnos, tengamos pues entonces confianza en Él.




Primera lectura
Lectura del libro del Génesis (44,18-21.23b-29;45,1-5):

En aquellos días, Judá se acercó a José y le dijo: «Permite a tu siervo hablar en presencia de su señor; no se enfade mi señor conmigo, pues eres como el Faraón. Mi señor interrogó a sus siervos: "¿Tenéis padre o algún hermano?", y respondimos a mi señor: "Tenemos un padre anciano y un hijo pequeño que le ha nacido en la vejez; un hermano suyo murió, y sólo le queda éste de aquella mujer; su padre lo adora." Tú dijiste: "Traédmelo para que lo conozca. Si no baja vuestro hermano menor con vosotros, no volveréis a verme." Cuando subimos a casa de tu siervo, nuestro padre, le contamos todas las palabras de mi señor; y nuestro padre nos dijo: "Volved a comprar unos pocos víveres." Le dijimos: "No podemos bajar si no viene nuestro hermano menor con nosotros"; él replicó: "Sabéis que mi mujer me dio dos hijos: uno se apartó de mí, y pienso que lo ha despedazado una fiera, pues no he vuelto a verlo; si arrancáis también a éste de mi presencia y le sucede una desgracia, daréis con mis canas, de pena, en el sepulcro."»
José no pudo contenerse en presencia de su corte y ordenó: «Salid todos de mi presencia.»
Y no había nadie cuando se dio a conocer a sus hermanos. Rompió a llorar fuerte, de modo que los egipcios lo oyeron, y la noticia llegó a casa del Faraón.
José dijo a sus hermanos: «Yo soy José; ¿vive todavía mi padre?»
Sus hermanos se quedaron sin respuesta del espanto.
José dijo a sus hermanos: «Acercaos a mí.»
Se acercaron, y les repitió: «Yo soy José, vuestro hermano, el que vendisteis a los egipcios. Pero ahora no os preocupéis, ni os pese el haberme vendido aquí; para salvación me envió Dios delante de vosotros.»

Palabra de Dios



Salmo
Sal 104,16-17.18-19.20-21

R/. Recordad las maravillas que hizo el Señor

Llamó al hambre sobre aquella tierra:
cortando el sustento de pan;
por delante había enviado a un hombre,
a José, vendido como esclavo. R/.

Le trabaron los pies con grillos,
le metieron el cuello en la argolla,
hasta que se cumplió su predicción,
y la palabra del Señor lo acreditó. R/.

El rey lo mandó desatar,
el Señor de pueblos le abrió la prisión,
lo nombró administrador de su casa,
señor de todas sus posesiones. R/.



Lectura del santo Evangelio según san Mateo (10,7-15):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus apóstoles: «ld y proclamad que el reino de los cielos está cerca. Curad enfermos, resucitad muertos, limpiad leprosos, echad demonios. Lo que habéis recibido gratis, dadlo gratis. No llevéis en la faja oro, plata ni calderilla; ni tampoco alforja para el camino, ni túnica de repuesto, ni sandalias, ni bastón; bien merece el obrero su sustento. Cuando entréis en un pueblo o aldea, averiguad quién hay allí de confianza y quedaos en su casa hasta que os vayáis. Al entrar en una casa, saludad; si la casa se lo merece, la paz que le deseáis vendrá a ella. Si no se lo merece, la paz volverá a vosotros. Si alguno no os recibe o no os escucha, al salir de su casa o del pueblo, sacudid el polvo de los pies. Os aseguro que el día del juicio les será más llevadero a Sodoma y Gomorra que a aquel pueblo.»

Palabra del Señor



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Un perdón que libera

La historia de José aparece hoy recortada. La disponibilidad para sacrificarse de Judá, no se nos cuenta.  

José se aprovecha de su posición y autoridad en Egipto para ejercer presión sobre sus hermanos y hacerles confesar el mal que han hecho (al venderlo a él como esclavo). Estos últimos, le han infligido a su anciano padre Jacob un terrible sufrimiento al hacerle creer que su hijo preferido (José) había muerto (Génesis 37, 31-35). Judá, encuentra al fin las palabras para expresar el remordimiento de los hermanos culpables. Habiendo él mismo perdido también a su esposa y dos de sus hijos (38,1-12), Judá  está dispuesto a sacrificarse (quedándose como rehén o esclavo cerca de José, en intercambio con Benjamín a quien quiere hacer traer José)  para evitarle a su padre otro duelo que sería fatal.

Y en el momento  de este emocionante encuentro con sus hermanos, José les explica cómo entiende él lo sucedido. Dios ha organizado y dispuesto todo así para salvar a su familia. Dios se ha servido de todos para cumplir sus proyectos. Entonces por qué José los ha tratado así de tan mala forma para hacerlos confesar? Era necesario que ellos expresaran su remordimiento después de tanto tiempo de silencio. Ahora José puede perdonarlos y liberarlos de su culpabilidad.

En el Evangelio, vemos a los embajadores de choque! Jesús le da a sus discípulos la misma autoridad que Él ha recibido de Dios: la de predicar y de sanar. Mateo es explícito, es únicamente a los hijos de Israel que Jesús envía a sus apóstoles en misión. Sigue una serie de recomendaciones que harán de ellos buenos embajadores, disponibles, eficaces, al servicio de Dios.

La expresión "sacudan el polvo de los pies", significa romper todo contacto. Jesús no  impone nunca la Palabra de Dios, simplemente la propone.

miércoles, 12 de julio de 2017

Viviendo extraordinariamente el tiempo ordinario: 12 de julio del 2017 Miércoles de la 14a semana del TO



(Génesis 41, 55-57,42,5-7a.17-24 y Mateo 10,1-7) Uno comienza a ser bueno con alguien que sufre, porque ha sentido angustia al verlo en tan triste situación. Dejarse tocar por el otro, es actuar como Dios, ser como Él, y así lo ha comprendido  José; ser como los discípulos que Cristo envía hacia los más pobres, los más vulnerables.




Primera lectura
Lectura del libro del Génesis (41,55-57;42,5-7.17-24a):

En aquellos días, llegó el hambre a todo Egipto, y el pueblo reclamaba pan al Faraón; el Faraón decía a los egipcios: «Dirigíos a José y haced lo que él os diga.»
Cuando el hambre cubrió toda la tierra, José abrió los graneros y repartió raciones a los egipcios, mientras arreciaba el hambre en Egipto. Y de todos los países venían a Egipto a comprarle a José, porque el hambre arreciaba en toda la tierra. Los hijos de Jacob fueron entre otros a comprar grano, pues había hambre en Canaán. José mandaba en el país y distribuía las raciones a todo el mundo. Vinieron, pues, los hermanos de José y se postraron ante él, rostro en tierra.
Al ver a sus hermanos, José los reconoció, pero él no se dio a conocer, sino que les habló duramente: «¿De dónde venís?»
Contestaron: «De tierra de Canaán, a comprar provisiones.»
Y los hizo detener durante tres días.
Al tercer día, les dijo: «Yo temo a Dios, por eso haréis lo siguiente, y salvaréis la vida: si sois gente honrada, uno de vosotros quedará aquí encarcelado, y los demás irán a llevar víveres a vuestras familias hambrientas; después me traeréis a vuestro hermano menor; así probaréis que habéis dicho la verdad y no moriréis.»
Ellos aceptaron, y se decían: «Estamos pagando el delito contra nuestro hermano, cuando le veíamos suplicarnos angustiado y no le hicimos caso; por eso nos sucede esta desgracia.»
Intervino Rubén: «¿No os lo decía yo: "No pequéis contra el muchacho", y no me hicisteis caso? Ahora nos piden cuentas de su sangre.»
Ellos no sabían que José les entendía, pues había usado intérprete. Él se retiró y lloró; después volvió a ellos.

Palabra de Dios


Salmo
Sal 32,2-3.10-11.18-19

R/. Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros,
como lo esperamos de ti


Dad gracias al Señor con la cítara,
tocad en su honor el arpa de diez cuerdas;
cantadle un cántico nuevo,
acompañando los vítores con bordones. R/.

El Señor deshace los planes de las naciones,
frustra los proyectos de los pueblos;
pero el plan del Señor subsiste por siempre,
los proyectos de su corazón, de edad en edad. R/.

Los ojos del Señor están puestos en sus fieles,
en los que esperan en su misericordia,
para librar sus vidas de la muerte
y reanimarlos en tiempo de hambre. R/.


Lectura del santo evangelio según san Mateo (10,1-7):

En aquel tiempo, Jesús, llamando a sus doce discípulos, les dio autoridad para expulsar espíritus inmundos y curar toda enfermedad y dolencia. Éstos son los nombres de los doce apóstoles: el primero, Simón, llamado Pedro, y su hermano Andrés; Santiago el Zebedeo, y su hermano Juan; Felipe y Bartolomé, Tomás y Mateo, el publicano; Santiago el Alfeo, y Tadeo; Simón el Celote, y Judas Iscariote, el que lo entregó.
A estos doce los envió Jesús con estas instrucciones: «No vayáis a tierra de gentiles, ni entréis en las ciudades de Samaria, sino id a las ovejas descarriadas de Israel. Id y proclamad que el reino de los cielos está cerca.»

Palabra del Señor

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Sin rencores

Volvemos a dar otro salto largo en el libro del Génesis, y pasamos del capítulo 32 al 41. En esos capítulos se habla del encuentro de Jacob y Esaú quienes se reconcilian después de varios años de enemistad; la venganza de Simeón y Leví, dos hijos de Jacob que vengan la deshonra de su hermana Dina; se nos narra también en estos capítulos omitidos el nacimiento de Benjamín (el último hijo de Jacob) y la muerte de Raquel, se habla de la descendencia de Esaú y se inicia la historia de José, uno de los hijos más queridos de Jacob y que había sido vendido por sus hermanos a los Madianitas. José, es otro de los grandes protagonistas de este libro.
En el pasaje de hoy se nos muestra cómo José a pesar de las grandes dificultades vividas y los malos momentos pasados, mantiene su fe en Dios. Él, esclavo hebreo se ha convertido en alguien importante y poderoso en Egipto. Hasta ahora, Egipto había sido para él tierra de sufrimiento. En adelante será el lugar donde él se reconstruye. En previsión ante los años de vacas flacas, José trabaja fuertemente por la prosperidad del país. A pesar del sufrimiento que ha experimentado, José decide velar por el bienestar de su segunda patria, antes que rumiar un sentimiento antiegipcio.  Para su satisfacción y dándosele la razón, sus propios sueños que desesperaban tanto a sus hermanos, están realizándose.  José esconde su identidad a sus hermanos, porque teme ver su reacción cuando vean que ha llegado a ser como un egipcio?  y para vengarse del mal que le han hecho? José está en posesión de autoridad ante sus hermanos que lo creen muerto.  Su estrategia de intimidación da resultado: en prisión los hijos de Jacob se dan cuenta de lo malos que han sido con su hermano José y la manera perversa como lo han tratado. Será que a cada uno nos corresponde, en los momentos de debilidad, preguntarse por el mal que se ha hecho a los demás?

En el Evangelio, Jesús presenta su Dream team (equipo soñado)o A-Team (los magníficos)?  Jesús escoge doce compañeros con personalidades muy diversas y en misma cantidad o número que las tribus de Israel.  Ellos serán partícipes de su misión, encargados de llevar su Palabra y ser sus testigos en el mundo entero. Se anuncia desde ya, la traición de Judas, como signo de las conspiraciones y de los enemigos que en ese momento ya querían apresar, acusar y condenar a muerte a Jesús.


lunes, 10 de julio de 2017

Viviendo extraordinariamente el tiempo ordinario: 11 de julio del 2017 martes de la 14a semana del TO



(Mateo 9,32-38) Más importante que las palabras pronunciadas es la calidad de la presencia misericordiosa. La caridad y el don de sí, exigen continuamente sacrificio y mucho esfuerzo. La cosecha es abundante y el maestro busca sin cesar nuevos obreros. haremos parte nosotros de los decididos y elegidos?



Primera lectura del Libro de Génesis 32,22-32. 

Y aquella noche Jacob permaneció en el campamento, mientras sus regalos iban delante de él.
Aquella noche, Jacob se levantó, tomó a sus dos mujeres, a sus dos sirvientas y a sus once hijos, y cruzó el vado de Iaboc.
Después que los hizo cruzar el torrente, pasó también todas sus posesiones.
Entonces se quedó solo, y un hombre luchó con él hasta rayar el alba.
Al ver que no podía dominar a Jacob, lo golpeó en la articulación del fémur, y el fémur de Jacob se dislocó mientras luchaban.
Luego dijo: "Déjame partir, porque ya está amaneciendo: .Pero Jacob replicó: "No te soltaré si antes no me bendices".
El otro le preguntó: "¿Cómo te llamas?", "Jacob", respondió.
El añadió: "En adelante no te llamarás Jacob, sino Israel, porque has luchado con Dios y con los hombres, y has vencido".
Jacob le rogó: "Por favor, dime tu nombre". Pero él respondió: "¿Cómo te atreves a preguntar mi nombre?". Y allí mismo lo bendijo.
Jacob llamó a aquel lugar con el nombre de Peniel, porque dijo: "He visto a Dios cara a cara, y he salido con vida".
Mientras atravesaba Peniel, el sol comenzó a brillar, y Jacob iba rengueando del muslo.


Salmo 17(16),1.2-3.6-7.8b.15.

Escucha, Señor, mi justa demanda,
atiende a mi clamor;
presta oído a mi plegaria,
porque en mis labios no hay falsedad.
Tú me harás justicia,
porque tus ojos ven lo que es recto:

si examinas mi corazón
y me visitas por las noches,
si me pruebas al fuego,
no encontrarás malicia en mí.
Mi boca no se excedió
Yo te invoco, Dios mío, porque tú me respondes:

inclina tu oído hacia mí y escucha mis palabras.
Muestra las maravillas de tu gracia,
tú que salvas de los agresores
a los que buscan refugio a tu derecha.
Escóndeme a la sombra de tus alas.
Pero yo, por tu justicia, contemplaré tu rostro,

y al despertar, me saciaré de tu presencia.



Evangelio (Mt 9,32-38):

 En aquel tiempo, le presentaron un mudo endemoniado. Y expulsado el demonio, rompió a hablar el mudo. Y la gente, admirada, decía: «Jamás se vio cosa igual en Israel». Pero los fariseos decían: «Por el Príncipe de los demonios expulsa a los demonios».

Jesús recorría todas las ciudades y aldeas, enseñando en sus sinagogas, proclamando la Buena Nueva del Reino y sanando toda enfermedad y toda dolencia. Y al ver a la muchedumbre, sintió compasión de ella, porque estaban vejados y abatidos como ovejas que no tienen pastor. Entonces dice a sus discípulos: «La mies es mucha y los obreros pocos. Rogad, pues, al Dueño de la mies que envíe obreros a su mies».


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La marca de Dios

De manera extraña, la liturgia nos hace saltar casi  4 capítulos del Génesis (29 al 32) omitiendo leer varios aspectos de la vida de Jacob y donde se narra el encuentro con Raquel su esposa más amada, así como el matrimonio con ella y su hermana Lía, sin hablar de su descendencia, su huida de la casa de su (doblemente) suegro Labán, una vez se ha hecho un hombre muy rico y su pacto de no agresión con él.

Hoy escuchamos otro pasaje misterioso donde Jacob combate cuerpo a cuerpo con un adversario desconocido. El patriarca recibe golpes que le dejarán marcas de por vida y ante los cuales resiste. De esta manera, Jacob recibe un nuevo nombre: Israel que evoca una lucha con Dios. Jacob no sale indemne de este combate y cojeará para siempre. En adelante no podrá confiar sólo en sus propias fuerzas, pero deberá permanecer siempre dependiente de Dios.

En el Evangelio, vemos cómo en la época de Jesús, se pensaba que las enfermedades mentales y otras aflicciones, como la epilepsia, se debían a la posesión de la persona por parte de un demonio. En otras épocas se habló de alienación mental. Estos dos términos "alienación" y "posesión", expresan la idea que la persona afectada ha perdido el control de su vida. A través de sus milagros, Jesús restaura la integridad física y mental de las personas y les devuelve su plena dignidad. Se trata siempre de una liberación y de una recuperación. Jesús libera y salva.

Que como San Benito Abad, santo del día podamos vivir siempre dependientes de Dios, atentos a la escucha de su palabra, que libera y salva .

Viviendo extraordinariamente el tiempo ordinario: 10 de julio del 2017 Lunes de la 14a semana del TO



Qué maravilloso es saber que Dios permanece cerca a nosotros como lo hacía con Jacob. El lugar del encuentro con el Señor, es siempre el corazón humano, un corazón de piedra que su presencia transforma en corazón de carne.



Primera lectura
Lectura del libro del Génesis (28,10-22a):

En aquellos días, Jacob salió de Berseba en dirección a Jarán. Casualmente llegó a un lugar y se quedó allí a pernoctar, porque ya se había puesto el sol. Cogió de allí mismo una piedra, se la colocó a guisa de almohada y se echó a dormir en aquel lugar. Y tuvo un sueño: Una escalinata apoyada en la tierra con la cima tocaba el cielo. Ángeles de Dios subían y bajaban por ella.
El Señor estaba en pie sobre ella y dijo: «Yo soy el Señor, el Dios de tu padre Abrahán y el Dios de Isaac. La tierra sobre la que estás acostado, te la daré a ti y a tu descendencia. Tu descendencia se multiplicará como el polvo de la tierra, y ocuparás el oriente y el occidente, el norte y el sur; y todas las naciones del mundo se llamarán benditas por causa tuya y de tu descendencia. Yo estoy contigo; yo te guardaré dondequiera que vayas, y te volveré a esta tierra y no te abandonaré hasta que cumpla lo que he prometido.»
Cuando Jacob despertó, dijo: «Realmente el Señor está en este lugar, y yo no lo sabía.»
Y, sobrecogido, añadió: «Qué terrible es este lugar; no es sino la casa de Dios y la puerta del cielo.»
Jacob se levantó de madrugada, tomó la piedra que le había servido de almohada, la levantó como estela y derramó aceite por encima. Y llamó a aquel lugar «Casa de Dios»; antes la ciudad se llamaba Luz.
Jacob hizo un voto, diciendo: «Si Dios está conmigo y me guarda en el camino que estoy haciendo, si me da pan para comer y vestidos para cubrirme, si vuelvo sano y salvo a casa de mi padre, entonces el Señor será mi Dios, y esta piedra que he levantado como estela será una casa de Dios.»

Palabra de Dios


Salmo
Sal 90,1-2.3-4.14-15ab

R/. Dios mío, confío en ti

Tú que habitas al amparo del Altísimo,
que vives a la sombra del Omnipotente,
di al Señor: «Refugio mío, alcázar mío,
Dios mío, confío en ti.» R/.

Él te librará de la red del cazador,
de la peste funesta.
Te cubrirá con sus plumas,
bajo sus alas te refugiarás. R/.

«Se puso junto a mí: lo libraré;
lo protegeré porque conoce mi nombre,
me invocará y lo escucharé.
Con él estaré en la tribulación.» R/.


Lectura del santo evangelio según san Mateo (9,18-26):

En aquel tiempo, mientras Jesús hablaba, se acercó un personaje que se arrodilló ante él y le dijo: «Mi hija acaba de morir. Pero ven tú, ponle la mano en la cabeza, y vivirá.»
Jesús lo siguió con sus discípulos. Entretanto, una mujer que sufría flujos de sangre desde hacía doce años se le acercó por detrás y le tocó el borde del manto, pensando que con sólo tocarle el manto se curaría.
Jesús se volvió y, al verla, le dijo: «¡Animo, hija! Tu fe te ha curado.»
Y en aquel momento quedó curada la mujer.
Jesús llegó a casa del personaje y, al ver a los flautistas y el alboroto de la gente, dijo: «¡Fuera! La niña no está muerta, está dormida.»
Se reían de él. Cuando echaron a la gente, entró él, cogió a la niña de la mano, y ella se puso en pie. La noticia se divulgó por toda aquella comarca.

Palabra del Señor

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Cielo y tierra Q.A.P

En 1990 apareció una película de cine llamada "Jacob's Ladder" (La escalera de Jacob en España y Alucinaciones del pasado en Hispanoamérica), protagonizada por Tim Robins, cuyo argumento nada tiene que ver con el célebre relato del Génesis que leemos hoy. Si la película tiene tintes terroríficos y desesperanzadores, lo contrario pasa con el pasaje del Génesis; que a propósito ha inspirado a muchos artistas plásticos:

“Y tuvo un sueño; soñó con una escalera apoyada en tierra, y cuya cima tocaba los cielos, y he aquí que los ángeles de Dios subían y bajaban por ella.” (Génesis 28:12) Jacob había salido de la casa parental huyendo de la furia de su hermano Esaú. Y, sentándose para descansar con la cabeza apoyada en una piedra, adormeció y tuvo un sueño extraño.

 La escalera de Jacob, la lucha con el ángel toman significados religiosos, morales y muy a menudo simbólicos. De acuerdo con cada visión interpretativa, descubrimos variantes místicas, filosóficas, poéticas. Encontramos este tema en frescos medievales, en la obra de maestros como Rembrandt, en la Biblia ricamente ilustrada de Chagall y en los trabajos de muchos artistas contemporáneos. Las pinturas son, a veces, representaciones iconográficas, otras veces permiten amplios  paralelismos interpretativos. La escalera sugiere la evolución de la vida biológica y espiritual o la vida como una lucha incesante. Los peldaños son emblemáticos: ascensos y descensos (o caídas). En las tradiciones espirituales se acentúan las valencias simbólicas de la escalera como modelo de ascensión, progreso, perfeccionamiento.

La  visión de la escalinata o escalera, sugiere que la comunicación entre el mundo de los hombres y el mundo de Dios es posible. Y esta es una experiencia interior que cambia la vida de Jacob. Dios confirma, reafirma así la promesa que había hecho al padre (Isaac) y al abuelo (Abraham) de Jacob. La promesa no depende de la actitud de Jacob que ha hecho trampa, ha engañado y se ha fugado. Este es un regalo de Dios que no falta a su palabra, a sus promesas.

En el Evangelio, como pasa en otros pasajes, San Mateo insiste en la fe de los interlocutores de Jesús. La fe no es solamente creer en Dios, es confiar también totalmente en Jesús, y en lo que Él puede hacer.



viernes, 7 de julio de 2017

Viviendo extraordinariamente el tiempo ordinario: 8 de julio del 2017 sábado de la 13a semana del TO


Uno no puede proclamar un mensaje inédito y pleno de vida si no se está habitado por esta vida. Esa que Jesús nos aporta y que nos transforma en profundidad. Así es como uno se da cuenta si está verdaderamente habitado por su palabra o si uno la ha dejado escapar.




Primera lectura
Lectura del libro del Génesis (27,1-5.15-29):

Cuando Isaac se hizo viejo y perdió la vista, llamó a su hijo mayor: «Hijo mío.»
Contestó: «Aquí estoy.»
Él le dijo: «Mira, yo soy viejo y no sé cuándo moriré. Toma tus aparejos, arco y aljaba, y sal al campo a buscarme caza; después me guisas un buen plato, como sabes que me gusta, y me lo traes para que coma; pues quiero darte mi bendición antes de morir.»
Rebeca escuchó la conversación de Isaac con Esaú, su hijo. Salió Esaú al campo a cazar para su padre. Rebeca tomó un traje de su hijo mayor, Esaú, el traje de fiesta, que tenía en el arcón, y vistió con él a Jacob, su hijo menor; con la piel de los cabritos le cubrió los brazos y la parte lisa del cuello. Y puso en manos de su hijo Jacob el guiso sabroso que había preparado y el pan.
Él entró en la habitación de su padre y dijo: «Padre.»
Respondió Isaac: «Aquí estoy; ¿quién eres, hijo mío?»
Respondió Jacob a su padre: «Soy Esaú, tu primogénito; he hecho lo que me mandaste; incorpórate, siéntate y come lo que he cazado; después me bendecirás tú.»
Isaac dijo a su hijo: «¡Qué prisa te has dado para encontrarla!»
Él respondió: «El Señor, tu Dios, me la puso al alcance.»
Isaac dijo a Jacob: «Acércate que te palpe, hijo mío, a ver si eres tú mi hijo Esaú o no.»
Se acercó Jacob a su padre Isaac, y éste lo palpó, y dijo: «La voz es la voz de Jacob, los brazos son los brazos de Esaú.»
Y no lo reconoció, porque sus brazos estaban peludos como los de su hermano Esaú. Y lo bendijo.
Le volvió a preguntar: «¿Eres tú mi hijo Esaú»
Respondió Jacob: «Yo soy.»
Isaac dijo: «Sírveme la caza, hijo mío, que coma yo de tu caza, y así te bendeciré yo.»
Se la sirvió, y él comió. Le trajo vino, y bebió.
Isaac le dijo: «Acércate y bésame, hijo mío.»
Se acercó y lo besó.
Y, al oler el aroma del traje, lo bendijo, diciendo: «Aroma de un campo que bendijo el Señor es el aroma de mi hijo; que Dios te conceda el rocío del cielo, la fertilidad de la tierra, abundancia de trigo y vino. Que te sirvan los pueblos, y se postren ante ti las naciones. Sé señor de tus hermanos, que ellos se postren ante ti. Maldito quien te maldiga, bendito quien te bendiga.»

Palabra de Dios


Salmo
Sal 134

R/. Alabad al Señor porque es bueno

Alabad el nombre del Señor,
alabadlo, siervos del Señor,
que estáis en la casa del Señor,
en los atrios de la casa de nuestro Dios. R/.

Alabad al Señor porque es bueno,
tañed para su nombre, que es amable.
Porque él se escogió a Jacob,
a Israel en posesión suya. R/.

Yo sé que el Señor es grande,
nuestro dueño más que todos los dioses.
El Señor todo lo que quiere lo hace:
en el cielo y en la tierra,
en los mares y en los océanos. R/.


Lectura del santo evangelio según san Mateo (9,14-17):

En aquel tiempo, se acercaron los discípulos de Juan a Jesús, preguntándole: «¿Por qué nosotros y los fariseos ayunamos a menudo y, en cambio, tus discípulos no ayunan?»
Jesús les dijo: «¿Es que pueden guardar luto los invitados a la boda, mientras el novio está con ellos? Llegará un día en que se lleven al novio, y entonces ayunarán. Nadie echa un remiendo de paño sin remojar a un manto pasado; porque la pieza tira del manto y deja un roto peor. Tampoco se echa vino nuevo en odres viejos, porque revientan los odres; se derrama el vino, y los odres se estropean; el vino nuevo se echa en odres nuevos, y así las dos cosas se conservan.»

Palabra del Señor



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Engaño, artimañas y bendición!

Recuerdo que de niño, al  leer este pasaje del libro del Génesis que escuchamos hoy me sorprendí mucho, me dije, esto está mal hecho, qué mal ejemplo dan Rebeca y Jacob, esposa e hijo de Isaac, al engañarlo, aprovechándose de su vejez y ceguera. Es con todo algo misterioso lo que sucede, pues hay varios pecados: burla y engaño a un padre anciano, mentira cínica y pronunciamiento del nombre de Dios para adquirir ventajas. Con todo, Dios parece aprobar esta teatralidad de Rebeca y Jacob, misteriosamente será este último, el hijo menor quien recibirá la bendición pronunciada sobre él por parte de su padre. La bendición atraerá sobre Jacob fecundidad, fuerza y victoria contra los enemigos y la posesión de una tierra. No olvidemos que Jacob será el padre de las futuras 12 tribus de Israel, fundamento del pueblo de la promesa.

En el Evangelio, vemos cómo Jesús no es que se oponga al ayuno, sino a la tristeza que suele acompañarlo. El Reino de Dios es una Buena Noticia que aporta cosas nuevas (lo nuevo). Alegrémonos porque lo nuevo llama a lo nuevo. Y ante el mensaje nuevo deben surgir corazones nuevos. A renovar pues nuestro corazón ya, tomando conciencia de la novedad que ha traído y sigue trayendo Jesús, trabajemos por  la conversión a la cual nos llama Jesús y su evangelio constantemente.

Que María, Madre de Gracia y de Misericordia nos ayude a ser leales y fieles, a ser coherentes, a buscar siempre su favor y bendición que estén en perfecto acuerdo  con un testimonio de amor y misericordia en nuestra relación con los demás. 

Que nuestra Madre del Cielo, siempre nos ayude desear la novedad presente en Jesús, cambiando así nuestro corazón.


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