lunes, 30 de agosto de 2021

31 de agosto del 2021: martes de la vigésima segunda semana del tiempo ordinario

 

(1 Tesalonicenses 5, 1-6.9-11) No se trata de tener miedo de no estar bien con Dios. Más bien, se trata de adquirir la paz interior hoy e irradiarla. Luego, amarnos y consolarnos.



Primera lectura

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses (5,1-6.9-11):

En lo referente al tiempo y a las circunstancias no necesitáis, hermanos, que os escriba. Sabéis perfectamente que el día del Señor llegará como un ladrón en la noche. Cuando estén diciendo: «Paz y seguridad», entonces, de improviso, les sobrevendrá la ruina, como los dolores de parto a la que está encinta, y no podrán escapar. Pero vosotros, hermanos, no vivís en tinieblas, para que ese día no os sorprenda como un ladrón, porque todos sois hijos de la luz e hijos del día; no lo sois de la noche ni de las tinieblas. Así, pues, no durmamos como los demás, sino estemos vigilantes y despejados.
Porque Dios no nos ha destinado al castigo, sino a obtener la salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo; él murió por nosotros para que, despiertos o dormidos, vivamos con él. Por eso, animaos mutuamente y ayudaos unos a otros a crecer, como ya lo hacéis.

Palabra de Dios

 

 

Salmo

Sal 26,1.4.13-14

R/.
 Espero gozar de la dicha del Señor
en el país de la vida


El Señor es mi luz y mi salvación,
¿a quién temeré?
El Señor es la defensa de mi vida,
¿quién me hará temblar? R/.

Una cosa pido al Señor, eso buscaré:
habitar en la casa del Señor por los días de mi vida;
gozar de la dulzura del Señor,
contemplando su templo. R/.

Espero gozar de la dicha del Señor
en el país de la vida.
Espera en el Señor, sé valiente,
ten ánimo, espera en el Señor. R/.

 

Lectura del santo evangelio según san Lucas (4,31-37):

En aquel tiempo, Jesús bajó a Cafarnaún, ciudad de Galilea, y los sábados enseñaba a la gente. Se quedaban asombrados de su doctrina, porque hablaba con autoridad.
Había en la sinagoga un hombre que tenía un demonio inmundo, y se puso a gritar a voces: «¿Qué quieres de nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido a acabar con nosotros? Sé quién eres: el Santo de Dios.»
Jesús le intimó: «¡Cierra la boca y sal!»
El demonio tiró al hombre por tierra en medio de la gente, pero salió sin hacerle daño.
Todos comentaban estupefactos: «¿Qué tiene su palabra? Da órdenes con autoridad y poder a los espíritus inmundos, y salen.» Noticias de él iban llegando a todos los lugares de la comarca.


Palabra del Señor

 


Autoridad y poder

 

Todos comentaban estupefactos: «¿Qué tiene su palabra? Da órdenes con autoridad y poder a los espíritus inmundos, y salen.» Noticias de él iban llegando a todos los lugares de la comarca.

 

Lucas 4: 36–37

 

Jesús acababa de enfrentarse a la ira de muchos en su ciudad natal de Nazaret, por lo que se fue de allí y viajó unas 30 millas hasta Cafarnaúm, una ciudad al norte del mar de Galilea. Este se convertiría en Su nuevo hogar durante Su ministerio público. 


La reacción que recibió en Cafarnaúm fue muy diferente a la que recibió en Nazaret. Mientras enseñaba en la sinagoga de Cafarnaúm, se le acercó un hombre poseído por un demonio, Jesús reprendió al demonio y lo expulsó, y la gente se asombró. Se corrió la voz sobre Jesús rápidamente. Después de esto, Jesús realizó muchos otros milagros y la gente siguió asombrada de Él.

 

¿Qué fue lo que impresionó a la gente de Cafarnaúm? En parte fue la "autoridad y el poder" con los que Jesús habló y actuó. Pero no era solo esto, ya que Jesús también lo había hecho en Nazaret, donde la gente no creía en Él. 


En Cafarnaúm no Jesús no fue diferente, parece que la gente era diferente. Jesús ganó muchos corazones en Cafarnaúm porque la gente estaba abierta al don de la fe. De hecho, cuando Jesús se estaba preparando para partir de Cafarnaúm, la gente le rogó que se quedara. Aunque finalmente Jesús también encontraría resistencia por parte de la gente de allí, su reacción inicial fue de fe.

 

¿Quieres que Jesús actúe poderosamente en tu vida? ¿Quieres que Él actúe sobre ti con autoridad y poder? Muchas personas, de vez en cuando, pueden sentir que sus vidas están algo fuera de control. Experimentan debilidad, confusión, falta de dirección y cosas por el estilo. Por esa razón, la verdadera "autoridad y poder" espiritual es muy bienvenida. ¿Qué tipo de autoridad y poder necesitas que Jesús ejerza sobre tu vida hoy?

 

Piensa en un niño pequeño que está asustado. Cuando esto sucede, el niño recurre a un padre amoroso en busca de consuelo y seguridad. El abrazo de un padre ayuda inmediatamente a disipar el miedo y la preocupación del niño. Así es Dios con nosotros. Debemos ver a Jesús como la fuente de calma en nuestras vidas. Él es el único que es capaz de ordenar nuestras vidas, liberándonos de los ataques del maligno, trayendo paz y calma a nuestras emociones desordenadas y claridad a nuestras preguntas y dudas. Pero esto solo será posible si estamos abiertos. Su poder nunca cambia, pero solo puede entrar en nuestras vidas cuando cambiamos y cuando reconocemos nuestra debilidad y nuestra necesidad de que Él tome el control.

 

Reflexiona hoy sobre la infinita autoridad espiritual y el poder de nuestro Señor. Es un poder más allá de cualquier otra cosa que podemos imaginar. Quieres ejercer esta autoridad en tu vida por amor. ¿Qué te impide tomar un mayor control de tu vida? ¿Qué pecado o tentación quiere reprender Jesús en tu vida? ¿De qué opresión quiere Él liberarte? 

 

Reflexiona sobre ti mismo sintiéndote un miembro de la ciudad de Cafarnaúm que recibe plenamente a Jesús, estás asombrado de Él y lo deseas en tu vida. Su obra en tu vida depende de ti y de tu respuesta a Él. Llámalo y déjalo entrar.


 

Mi poderoso Señor, Tú y solo Tú puedes tomar autoridad sobre mi vida y traer orden y paz. Por favor, quita cualquier duda y terquedad de mi corazón para que pueda abrirme a Ti y a Tu gracia. Toma la autoridad de mi vida, querido Señor, y condúceme a Tu santísima voluntad. Jesús, en Ti confío.

domingo, 29 de agosto de 2021

30 de agosto del 2021: Lunes de la vigésima segunda semana del tiempo ordinario (I)

 

(Lucas 4, 16-30) Las Buena Nueva no tiene fronteras. Todos están invitados a darle la bienvenida sin desconfianza ni prejuicios. Lo que no hizo la gente de Nazaret. Simplemente no podían imaginar que el Mesías que estaban esperando podría ser uno de ellos.


Primera lectura

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses (4,13-18):

No queremos que ignoréis la suerte de los difuntos para que no os aflijáis como los hombres sin esperanza. Pues si creemos que Jesús ha muerto y resucitado, del mismo modo, a los que han muerto, Dios, por medio de Jesús, los llevará con él. Esto es lo que os decimos como palabra del Señor: Nosotros, los que vivimos y quedamos para cuando venga el Señor, no aventajaremos a los difuntos. Pues él mismo, el Señor, cuando se dé la orden, a la voz del arcángel y al son de la trompeta divina, descenderá del cielo, y los muertos en Cristo resucitarán en primer lugar. Después nosotros, los que aún vivimos, seremos arrebatados con ellos en la nube, al encuentro del Señor, en el aire. Y así estaremos siempre con el Señor. Consolaos, pues, mutuamente con estas palabras.

Palabra de Dios

 

 

Salmo

Salmo responsorial Sal 95,1.3.4-5.11-12a.12b-13

R/.
 El Señor llega a regir la tierra

Cantad al Señor un cántico nuevo,
cantad al Señor, toda la tierra.
Contad a los pueblos su gloria,
sus maravillas a todas las naciones. R/.

Porque es grande el Señor, y muy digno de alabanza,
más temible que todos los dioses.
Pues los dioses de los gentiles son apariencia,
mientras que el Señor ha hecho el cielo. R/.

Alégrese el cielo, goce la tierra, retumbe el mar
y cuanto lo llena; vitoreen los campos
y cuanto hay en ellos. R/.

Aclamen los árboles del bosque,
delante del Señor, que ya llega, ya llega
a regir la tierra: regirá el orbe con justicia
y los pueblos con fidelidad.
 R/.

 

 

Lectura del santo evangelio según san Lucas (4,16-30):

En aquel tiempo, fue Jesús a Nazaret, donde se había criado, entró en la sinagoga, como era su costumbre los sábados, y se puso en pie para hacer la lectura. Le entregaron el libro del profeta Isaías y, desenrollándolo, encontró el pasaje donde estaba escrito: «El Espíritu del Señor está sobre mí, porque él me ha ungido. Me ha enviado para anunciar el Evangelio a los pobres, para anunciar a los cautivos la libertad, y a los ciegos la vista; para dar libertad a los oprimidos, para anunciar el año de gracia del Señor.» Y, enrollando el libro, lo devolvió al que le ayudaba y se sentó. Toda la sinagoga tenía los ojos fijos en él.
Y él se puso a decirles: «Hoy se cumple esta Escritura que acabáis de oír.» Y todos le expresaban su aprobación y se admiraban de las palabras de gracia que salían de sus labios.
Y decían: «¿No es éste el hijo de José?»
Y Jesús les dijo: «Sin duda me recitaréis aquel refrán: "Médico, cúrate a ti mismo" y' "haz también aquí en tu tierra lo que hemos oído que has hecho en Cafarnaún".»
Y añadió: «Os aseguro que ningún profeta es bien mirado en su tierra. Os garantizo que en Israel había muchas viudas en tiempos de Elías, cuando estuvo cerrado el cielo tres años y seis meses, y hubo una gran hambre en todo el país; sin embargo, a ninguna de ellas fue enviado Elías, más que a una viuda de Sarepta, en el territorio de Sidón. Y muchos leprosos habla en Israel en tiempos de] profeta Elíseo; sin embargo, ninguno de ellos fue curado, más que Naamán, el sirio.»
Al oír esto, todos en la sinagoga se pusieron furiosos y, levantándose, lo empujaron fuera del pueblo hasta un barranco del monte en donde se alzaba su pueblo, con intención de despeñarlo. Pero Jesús se abrió paso entre ellos y se alejaba.

Palabra del Señor

 

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Una reacción emocional ante Jesús



“Al oír esto, todos en la sinagoga se pusieron furiosos y, levantándose, lo empujaron fuera del pueblo hasta un barranco del monte en donde se alzaba su pueblo, con intención de despeñarlo. Pero Jesús se abrió paso entre ellos y se alejaba.”

Lucas 4: 28-30


 

Es difícil creer que aquellas personas que conocieron a Jesús, los del pueblo en el que se había criado, reaccionaron de una manera tan severa ante nuestro Señor. Jesús acababa de entrar en la sinagoga y leyó del profeta Isaías, quien declaró que "el Espíritu del Señor" estaba sobre él y que había venido a "proclamar la libertad a los cautivos". La misión de Jesús fue clara. Él era el Mesías, enviado por el Padre, en cumplimiento de las enseñanzas de los profetas, y, sin embargo, Jesús fue rechazado hasta el punto de que la gente lo echó del pueblo y trató de arrojarlo por un acantilado cerca del pueblo para matarlo.

 

Nuevamente, es difícil comprender las emociones extremas que las personas experimentaron con respecto a Jesús. Algunos llegaron a amar a Jesús con la más profunda pasión, otros se indignaron y buscaron quitarle la vida.

 

Una cosa que estas emociones extremas experimentadas por muchos, deberían decirnos, es que no podemos permanecer indiferentes ante Jesús cuando realmente escuchamos sus palabras. La indiferencia llega cuando se ignora a Jesús. Pero cuando se le escucha y se le comprende, queda claro que su mensaje exige una respuesta. Si no lo aceptamos completamente mientras escuchamos su mensaje, entonces seremos tentados a rechazarlo a Él y todo lo que Él hable.

 

Jesús quiere hacer lo mismo con nosotros. Quiere una respuesta nuestra. Primero, quiere que lo escuchemos, que comprendamos la naturaleza radical de su mensaje, y luego que hagamos una elección. Quiere que lo sigamos con pasión y celo, que creamos en todo lo que nos enseñe y que, como resultado, cambiemos radicalmente nuestras vidas. Y si no cambiamos, entonces las palabras de Jesús nos desafiarán y provocarán una respuesta.

 

Un ejemplo de esto que es común hoy en día es la fuerte respuesta que a veces proviene de un adolescente o un adulto joven cuando un padre amoroso los confronta cuando comienzan a extraviarse. Cuando se confronta con amor y con la verdad, a menudo se evoca y se agita la emoción. Pero eso no siempre es malo. La tentación por parte de los padres es retroceder y descomprometerse. Pero eso no es lo que Jesús hizo con la gente del pueblo. Dijo la verdad con amor y aceptó su respuesta. Lo mismo ocurre con aquellos que confrontamos en nuestras vidas. A veces debemos decir la verdad dura pero amorosa que otros necesitan escuchar, incluso si sabemos que no les gustará y querrán atacarnos.  Al final, desafiarlos con compasión y verdad puede finalmente convencerlos. No sabemos lo que finalmente les sucedió a los habitantes del pueblo que trataron de matar a Jesús ese día por ira,

 

Reflexione hoy sobre el valor y el amor que Jesús tuvo cuando enfrentó y desafió directamente a sus propios paisanos por su falta de fe. Trate de entender que el desafío que Jesús les hizo fue un acto de misericordia que les ofreció para sacarlos de la indiferencia. 

 

En tu vida, ¿hay formas en las que necesitas ser desafiado? ¿Hay cosas a las que has reaccionado con fuerza e incluso con una forma de rabia? Trata de verte a ti mismo como una de esas personas que se enfurecieron con nuestro Señor. Has de estar abierto a cualquier forma en que hayas reaccionado negativamente a lo que Jesús te ha dicho. Considera, también, cualquier forma en la que Jesús quiera usarte para hablar Su claro mensaje de amor a otra persona, incluso si sabes que puede que no lo reciba de inmediato. Ora por coraje, compasión,



Mi desafiante Señor, Tú deseas que todos Tus hijos se vuelvan a Ti con todo su corazón. Tus castigos son actos de misericordia destinados a sacarnos de la indiferencia. Por favor, háblame las verdades que necesito escuchar este día y úsame para compartir Tu santa palabra con otros, especialmente con los de mi propia familia. Jesús, en Ti confío.

 

viernes, 27 de agosto de 2021

28 de agosto del 2021: sábado de la vigésima primera semana del tiempo ordinario- Memoria de San Agustín

 

(1 Tesalonicenses 4:9-11) Pablo escribe: esforzaos por mantener la calma, ocupándoos de vuestros propios asuntos …”
En la complejidad y la velocidad aterradora de nuestras sociedades modernas, estas palabras de gran simplicidad nos traen a todos, en calidad de seres humanos, un soplo de vida.



Santo del día:

San Agustín

Después de llevar una vida frívola, Agustín emprendió una larga búsqueda de Dios en las sectas maniqueas y la filosofía neoplatónica. Equilibró su fe a través de los escritos de San Pablo y la influencia de San Ambrosio, obispo de Milán. Habiéndose convertido en obispo de Hipona en el norte de África, Agustín fue un pastor incomparable y un escritor de fe penetrante.

También nosotros, al igual que San Agustín, cuya memoria celebramos hoy tenemos que mantener viva nuestra esperanza y caridad...Y al igual que él, obedeciendo al Evangelio, hacer fructificar nuestros talentos.

 Agustín vivió muchos años alejado de la única Verdad; con su gran inteligencia la buscó donde no estaba, al fin la encontró, la abrazó y la trasmitió a los demás. De él es la frase “Tarde te amé hermosura tan antigua y tan nueva, tarde te amé; curaste mi ceguera”. 

 Es uno de los grandes Santos Padres de la Iglesia, por sus enseñanzas.

 Consagró su vida a devolver la unidad rota a la Iglesia de África. Destacó por su entusiasmo, su espíritu conciliar y conciliador, su generosidad y por su apuesta por el diálogo. Todo ello facilitó que católicos y donatistas alcanzasen la reconciliación, haciendo de Agustín de Hipona una referencia para el ecumenismo del nuevo milenio.

Murió en 430.

 

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Primera lectura

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses (4,9-11):

Acerca del amor fraterno no hace falta que os escriba, porque Dios mismo os ha enseñado a amaros los unos a los otros. Como ya lo hacéis con todos los hermanos de Macedonia. Hermanos, os exhortamos a seguir progresando: esforzaos por mantener la calma, ocupándoos de vuestros propios asuntos y trabajando con vuestras propias manos, como os lo tenemos mandado.

Palabra de Dios

 

 

Salmo

Sal 97,1.7-8.9

R/.
 El Señor llega para regir los pueblos con rectitud

Cantad al Señor un cántico nuevo,
porque ha hecho maravillas:
su diestra le ha dado la victoria, su santo brazo. R/.

Retumbe el mar y cuanto contiene,
la tierra y cuantos la habitan;
aplaudan los ríos,
aclamen los montes. R/.

Al Señor, que llega para regir la tierra.
Regirá el orbe con justicia
y los pueblos con rectitud. R/.

 

 

Lectura del santo evangelio según san Mateo (25,14-30):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola: «Un hombre, al irse de viaje, llamó a sus empleados y los dejó encargados de sus bienes: a uno le dejó cinco talentos de plata, a otro dos, a otro uno, a cada cual según su capacidad; luego se marchó. El que recibió cinco talentos fue en seguida a negociar con ellos y ganó otros cinco. El que recibió dos hizo lo mismo y ganó otros dos. En cambio, el que recibió uno hizo un hoyo en la tierra y escondió el dinero de su señor. Al cabo de mucho tiempo volvió el señor de aquellos empleados y se puso a ajustar las cuentas con ellos. Se acercó el que había recibido cinco talentos y le presentó otros cinco, diciendo: "Señor, cinco talentos me dejaste; mira, he ganado otros cinco." Su señor le dijo: "Muy bien. Eres un empleado fiel y cumplidor; como has sido fiel en lo poco, te daré un cargo importante; pasa al banquete de tu señor." Se acercó luego el que había recibido dos talentos y dijo: "Señor, dos talentos me dejaste; mira, he ganado otros dos." Su señor le dijo: "Muy bien. Eres un empleado fiel y cumplidor; como has sido fiel en lo poco, te daré un cargo importante; pasa al banquete de tu señor." Finalmente, se acercó el que había recibido un talento y dijo: "Señor, sabía que eres exigente, que siegas donde no siembras y recoges donde no esparces, tuve miedo y fui a esconder tu talento bajo tierra. Aquí tienes lo tuyo." El señor le respondió: "Eres un empleado negligente y holgazán. ¿Con que sabías que siego donde no siembro y recojo donde no esparzo? Pues debías haber puesto mi dinero en el banco, para que, al volver yo, pudiera recoger lo mío con los intereses. Quitadle el talento y dádselo al que tiene diez. Porque al que tiene se le dará y le sobrará, pero al que no tiene, se le quitará hasta lo que tiene. Y a ese empleado inútil echadle fuera, a las tinieblas; allí será el llanto y rechinar de dientes."»

Palabra del Señor

 

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Mantener la calma

"Mantener la calma", recomiendan los apóstoles remitentes de esta carta (Pablo, Timoteo, Silas) a los tesalonicenses. A veces el miedo al futuro, el miedo a lo que viene y mismo la expectativa de la venida del Señor puede hacer perder la paz y entorpecer el trabajo, las actividades en pro de la construcción del Reino. Pero la clave está en el amor fraterno, dicen Pablo y sus compañeros, en otras palabras "quien ama, no teme".

 

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Se acercó el que había recibido cinco talentos y le presentó otros cinco, diciendo: "Señor, cinco talentos me dejaste; mira, he ganado otros cinco." Su señor le dijo: "Muy bien. Eres un empleado fiel y cumplidor; como has sido fiel en lo poco, te daré un cargo importante; pasa al banquete de tu señor."

 

 Mateo 25: 20–21

 

 

A menudo, cuando se nos presenta una historia de éxito versus tragedia, nuestra atención se dirige primero a la tragedia. La parábola que se nos da hoy, la Parábola de los Talentos, nos presenta a tres personas. Dos de las personas muestran historias de gran éxito. Una, sin embargo, ofrece una historia más trágica. La trágica historia termina cuando el amo le dice al criado que enterró su dinero que él es un "siervo negligente y holgazán, (otras traducciones dicen malvado y perezoso"). Pero ambas historias de éxito terminan con el maestro diciendo: "Muy bien. Eres un empleado fiel y cumplidor”. Y al segundo, que había recibido dos talentos, en concreto le dice: “como has sido fiel en lo poco, te daré un cargo importante…”

 

Centrémonos en estas historias de éxito.

 

Los dos sirvientes que tuvieron éxito duplicaron el dinero del amo. Incluso desde un punto de vista secular, eso es muy impresionante. Si estuvieras invirtiendo dinero con un asesor financiero y poco después de invertir te dijeran que tu dinero se ha duplicado, estarías bastante satisfecho. Esa tasa de rendimiento es poco común. Este es el primer mensaje que debemos tomar de esta parábola. Duplicar los dones y las gracias que Dios nos da es muy factible. La razón de esto no es principalmente por nosotros; más bien, es por Dios. Por su propia naturaleza, los dones de Dios para nosotros están destinados a crecer. Por su misma naturaleza, la gracia fluye en superabundancia; y, cuando cooperamos con la gracia de Dios, crece de manera exponencial.

Cuando consideras tu propia vida, ¿qué dones te ha dado Dios que quiere que uses para Su gloria? ¿Hay dones enterrados que permanecen estancados o, lo que es peor, se usan para propósitos contrarios al plan divino para tu vida? Algunos de los dones más obvios que se te dieron dentro de tu propia naturaleza son tu intelecto y voluntad. Además, es posible que tengas un talento extra de una forma u otra. Todos estos son regalos que se dan a un nivel natural. Además de estos, Dios a menudo otorga dones sobrenaturales en abundancia cuando comenzamos a usar lo que tenemos para Su gloria y para la salvación de otros. Por ejemplo, si trabajas para compartir las verdades de nuestra fe con otros, Dios comenzará a profundizar sus dones sobrenaturales de Consejo, Sabiduría, Conocimiento y Comprensión para que puedas hablar acerca de Dios y Su voluntad. Los siete dones del Espíritu Santo se encuentran entre los ejemplos más claros de dones sobrenaturales dados por Dios de la siguiente manera: sabiduría, entendimiento, consejo, fortaleza, conocimiento, piedad, temor del Señor. La oración que concluye esta reflexión proviene de una novena tradicional al Espíritu Santo y no solo pide estos dones, sino que también da una breve descripción de ellos para una mejor comprensión. 

 

Reflexiona hoy sobre el hecho de que lo que Dios te ha dado, tanto a nivel natural como sobrenatural, debe dedicarse al servicio de Dios y de los demás. ¿Haces esto? ¿Tratas de usar cada talento, cada don, cada parte de lo que eres para la gloria de Dios y el bien eterno de los demás? Si no lo haces, esos dones disminuirán. Si lo haces, verás crecer esos dones de la gracia de Dios de muchas maneras. 

 

Esfuérzate por comprender los dones que has recibido y resuelve firmemente usarlos para la gloria de Dios y la salvación de las almas. Si lo haces, también oirás a nuestro Señor decirte un día: "Muy bien. Eres un empleado fiel y cumplidor”

 

Oh, Señor Jesucristo,

concédeme el Espíritu de Sabiduría, para que desprecie las cosas perecederas de este mundo y aspire solo a las cosas que son eternas; 

el Espíritu de Entendimiento, para iluminar mi mente con la luz de Tu divina verdad; 

el Espíritu de consejo, para que pueda elegir el camino más seguro para agradar a Dios y ganar el cielo; 

el Espíritu de Fortaleza, para que pueda llevar mi cruz contigo y que pueda vencer con valor todos los obstáculos que se oponen a mi salvación; 

el Espíritu de conocimiento, para que pueda conocerte a Dios y conocerme a mí mismo y perfeccionarme en la ciencia de los santos; 

el Espíritu de Piedad, para que encuentre dulce y amable el servicio a Dios; 

el Espíritu de temor del Señor, para que me llene de una amorosa reverencia hacia Dios y pueda temer de alguna manera desagradarle. Jesús, en Ti confío.

 

 

Oración de San Agustín a la Virgen María:

 

¡Oh Esposa de Cristo, hermosa entre las mujeres apoyada en tu Esposo por ser de su luz, sales inmaculada, iluminada y purificada, y con su ayuda quedas a salvo del pecado! Con todo mérito se te alaba en el Cantar de los Cantares: "Tus delicias están en el amor". Este amor no permite que se pierda tu alma con aquella de los impíos; Él pone en alto nivel tu causa, Él es tenaz como la muerte y forma tus delicias. ¡Que género de muerte envidiable: no es penosa sino deliciosa!

Celebramos con gozo, oh, María, el día en que has dado a luz al Salvador; Tú, Novia del creador de las bodas; tú, Virgen, la única de las vírgenes. Con la caridad ferviente de tu fe has merecido que brotara de ti aquel Santo Germen, el creador te ha elegido por ser su más graciosa criatura, bienaventurada por haberlo concebido, pero todavía más bienaventurada por haberlo aceptado con tu fe. Con tu fe has concebido al Sembrador de la fe. Has merecido dar a luz al Hijo de Dios; tú, la más humilde. Madre fiel y santa, has hecho la voluntad del Padre y lo has hecho por entero; feliz, porque todavía antes de dar a la luz a Cristo has acogido al Maestro, has escuchado la palabra de Dios y la has puesto en práctica. Has acogido la verdad en la mente más que en tu vientre. Por ésto eres santa, por eso eres bienaventurada.

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29 de agosto del 2021: 22o Domingo del Tiempo Ordinario (B)


"Todos los días la gente se arregla el cabello, ¿por qué no el corazón?"


(Frase atribuida a Ernesto "Che" Guevara, pero dicen que originalmente es un proverbio chino, utilizado después por Gandhi y por el CHE)




Hermanos:

Dios deposita sobre nosotros una mirada penetrante que va directo al corazón y que conoce las intenciones profundas. Cumplir con ritos o rituales no nos asegura el encuentro con el Señor. Dispongámonos a escuchar nuestra vida interior para reflejar mejor su amor y poner en práctica sus mandamientos.
Hoy el Señor nos invita a ver de otra manera todas esos asuntos y actividades que nos ocupan. Que este encuentro espiritual sea la ocasión para mirar con ojos nuevos nuestras vidas, nuestros compromisos, nuestros valores, nuestras prioridades.





L    E   C   T   U   R   A   S

PRIMERA LECTURA
LECTURA DEL LIBRO DEL DEUTERONOMIO 4, 1-2.6-8

Moisés habló al pueblo diciendo:
-- Ahora, Israel, escucha los mandatos y decretos que yo os mando cumplir. Así viviréis y entrareis a tomar posesión de la tierra que el Señor Dios de vuestros padres os va a dar. Estos mandatos son vuestra sabiduría y vuestra inteligencia a los ojos de los pueblos que, cuando tengan noticia de todos ellos, dirán: "Cierto que esta gran nación es un pueblo sabio e inteligente." Y, en efecto, ¿hay alguna nación tan grande que tenga los dioses tan cerca como lo está el Señor Dios de nosotros siempre que lo invocamos? Y, ¿cuál es la gran nación, cuyos mandatos y decretos sean tan justos como toda esta Ley que hoy os doy?

Palabra de Dios




SALMO RESPONSORIAL
SALMO 14

R.- SEÑOR, ¿QUIÉN PUEDE HOSPEDARSE EN TU TIENDA?

El que procede honradamente
y practica la justicia,
el que tiene intenciones legales
y no calumnia con su lengua. R.-

El que no hace mal a su prójimo
ni difama al vecino,
el que considera despreciable al impío
y honra a los que temen al Señor. R.-

El que no retracta lo que juró
aun en daño propio,
el que no presta dinero a usura
ni acepta soborno contra el inocente.
El que así obra nunca fallará. R.-




SEGUNDA LECTURA
LECTURA DE LA CARTA DEL APÓSTOL SANTIAGO 1, 17-18.21b.22-27

Mis queridos hermanos:
Todo beneficio y todo don perfecto viene de arriba, del Padre de los astros, en el cual no hay fases ni periodos de sombra. Por propia iniciativa, con la Palabra de la verdad, nos engendró, para que seamos como la primicia de sus criaturas. Aceptad dócilmente la Palabra que ha sido planteada y es capaz de salvarnos. Llevadla a la práctica y no os limitéis a escucharla engañándoos a vosotros mismos. La religión pura e intachable a los ojos de Dios Padre es ésta: visitar huérfanos y viudas en sus tribulaciones y no mancharse las manos con este mundo.

Palabra de Dios




ALELUYA St. 1, 17-18

El Padre por propia iniciativa, nos engendró con la Palabra de la verdad, para que seamos como las primicias de sus criaturas.



EVANGELIO
LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MARCOS 7,1-8,14-15.21-23

En aquel tiempo se acercó a Jesús un grupo de fariseos con algunos letrados de Jerusalén y vieron que algunos discípulos comían con manos impuras (es decir, sin lavarse las manos). (Los fariseos, como los demás judíos, no comen sin lavarse antes las manos, restregando bien, aferrándose a la tradición de sus mayores, y al volver de la plaza no comen si lavarse antes, y se aferran a otras muchas tradiciones, de lavar vasos, jarras y ollas). Según eso, los fariseos y los letrados preguntaron a Jesús:
-- ¿Por qué comen tus discípulos con mano impuras y no siguen tus discípulos la tradición de los mayores?
Él les contestó:
-- Bien profetizó Isaías de vosotros, hipócritas, como está escrito: “Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí. El culto que me dan está vacío, porque la doctrina que enseñan son preceptos humanos.” Dejáis a un lado el mandamiento de Dios para aferraros a la tradición de los hombres.
En otra ocasión llamó Jesús a la gente y les dijo:
-- Escuchad y entended todos: Nada que entre de fuera puede hacer al hombre impuro; lo que sale de dentro es lo que hace impuro al hombre. Porque de dentro del corazón del hombre salen los malos propósitos, las fornicaciones, robos, homicidios, adulterios, codicias, injusticias, fraudes, desenfreno, envidia, difamación, orgullo, frivolidad. Todas esas maldades salen de dentro y hacen al hombre impuro.

Palabra del Señor




A guisa de introducción:

Demos a Dios el primer lugar


Cuando queremos darle gusto a alguien, buscamos un regalo para darle; lo escogemos con mucho cuidado y atención porque queremos que sea una demostración de nuestro afecto para esa persona. Después le pedimos al vendedor o dependiente que nos haga un paquete regalo con una buena y bella envoltura.

El evangelio de este domingo nos habla de gestos religiosos tradicionales: lavarse las manos, lavar los vasos, hacer aspersiones…Normalmente, estos gestos deberían ser el signo de una voluntad de purificación interior. Es un poco parecido al papel que envuelve el regalo que se quiere ofrecer. El problema es que al interior no hay nada bueno. No hay ninguna intención o esfuerzo de conversión. A menudo, nosotros actuamos por guardar las apariencias: queremos que la gente tenga una buena opinión nuestra. A Dios no lo podemos engañar porque Él ve lo que hay en nuestro corazón.

“Este pueblo me honra con los labios pero su corazón está lejos de mi. El culto que ellos me rinden es inútil”. Los escribas y fariseos le reprochan a Jesús no seguir la tradición de los antiguos o antepasados. Pero para Jesús, la verdadera pureza, la verdadera raíz de toda moralidad, es nuestro corazón.

Esta palabra se repite dos veces: “Su corazón está lejos de mi…Es del interior, del corazón del ser humano que salen los pensamientos perversos.”  Jesús nos invita a sincerarnos. Se trata de verificar la autenticidad de nuestros actos. Frecuentemente hay un desequilibrio o desnivel importante entre aquello que los demás pueden ver de nosotros y nuestras actitudes profundas. Esto es la hipocresía, querer parecer lo que uno no es.

Este evangelio nos pone en contacto con lo concreto de nuestras vidas. Los más bellos sentimientos pueden degradarse rápidamente en superficialidad banal. Por ejemplo, es importante que los padres de familia se preocupen por la higiene corporal de sus hijos; pero es verdad que también deben velar por la formación de su conciencia. Uno ve  jóvenes y adultos que no soportan la menor tacha de suciedad en el bordo de las uñas o al interior de las orejas pero que dejan invadir su corazón de podredumbre moral. Si el exterior no corresponde al interior, nuestros gestos son vacios.

Este domingo preguntémonos: nuestros gestos religiosos son verdaderos? Salen ellos del fondo del corazón?

Hoy, hemos escuchado esta palabra de los profetas repetida por Jesús: “Es inútil el culto que me rinden…”Esta fórmula va más lejos: cada uno de nosotros debe preguntarse sobre sus propias prácticas; acerca de ese culto inútil que a veces le ofrecemos a Dios, qué es eso? A veces escuchamos este reproche: “usted va a  misa todos los domingos pero tampoco desaprovecha una ocasión para criticar al vecino…”

Este culto inútil se manifiesta también cuando nos contentamos con un mínimo esfuerzo o programa para tranquilizar nuestra conciencia, cuando hacemos justo lo que es necesario para estar en regla, cuando pensamos que la misa del sábado en la mañana puede valerse por la del domingo. Al actuar de esta manera, nosotros medimos lo que vamos a ofrecerle a Dios. No olvidemos una cosa: que Jesús no ha medido su amor por nosotros. Él se dio del todo: los mandamientos de Dios se resumen en el amor.

Lo que Dios espera de nosotros es que nuestra vida esté llena de su presencia y de su amor. Démosle a Dios el primer lugar en nuestras vidas y dejémosle actuar en nosotros. Si Él nos muestra nuestro pecado, nuestra hipocresía, no es para amargarnos la vida o enterrarnos,  sino para curarnos y hacernos felices. 






Aproximación psicológica al texto del evangelio:

Pregunten por lo que es válido (o verdadero)

Cuidar mi apariencia externa no me dispensa de cuidar mi interior.

1.     Cuanto tiempo y energía gastamos en nuestros ritos de aseo (ducha, peinado, maquillaje…), en nuestras ceremonias de matrimonio, de funerales, de grandes fiestas!
Las conveniencias sociales nos exigen que aparezcamos “bien”, y sobre todo que no pasemos vergüenzas.
Y después nos sentimos contentos, satisfechos, cuando alguien nos dice: “ha sido un lindo matrimonio! La cantante cantó super lindo; ella nos conmovió! O bien: ”el celebrante habló de las cualidades del difunto con palabras muy realistas”!

2.     En el fondo, es fácil tener buena conciencia con nuestros « bellos ritos o ceremonias », con nuestras « buenas acciones » que hacemos ante el mundo!

Por lo tanto la perversión de la religión es siempre posible. Ella se manifiesta ahí donde alguien hace reglamentos que constituyen sus asunto o preocupación, ahí donde alguien se ocupa de supersticiones, de ritos externos, de acciones para llamar solamente la atención, para evitar el sentimiento de culpa!

Los mecanismos de defensa son procesos que empleamos para no darle la cara a los problemas (o enfrentarlos). Su número y clasificación es infinito, puesto que cada uno de nosotros puede desplegar mucha creatividad para evitar VER  ( o ser consciente de) lo que hace mal.

Un mecanismo de defensa debe quedar secreto, porque si uno toma conciencia de estar escondiendo algo, se deja de tener buena conciencia y todo queda por recomenzar. Es por ello que nosotros nos volvemos tan agresivos-la mayor parte del tiempo sin saberlo o al menos sin saber las razones o el por qué- frente a aquellos que vienen a intervenir o inmiscuirse en nuestros problemas.

En tiempos de Jesús, el fariseísmo se manifestaba como un mecanismo de defensa bien popular. No hablamos del movimiento religioso como tal, que era un esfuerzo por tomar en serio la fe y encarnarla en la vida diaria.  Hacemos referencia más bien a la utilización inconsciente del movimiento religioso con fines sicológicos.

Esencialmente, el mecanismo consistía en lo siguiente: yo me centro en mis fortalezas exteriores, y durante este tiempo no me ocupo (o me preocupo) por lo que sucede en mi. Yo me abandono a la fe, y esto me dispensa de tener que decidir cómo vivir mi vida, cómo voy a unificar todo lo que fermenta en mí.

Pero Jesús no era un tonto, Él veía claramente cómo funcionaba el mecanismo y se proponía desmontarlo cada vez que se le presentaba la ocasión. Él decía a los fariseos: ustedes bien saben que los verdaderos problemas no están allí donde ustedes los ubican (los ponen) en el exterior ; ustedes bien saben que los verdaderos asuntos parten desde el interior. Comiencen entonces por mirar lo que pasa en ustedes (en su interior).

En lugar de debatir sin cansancio cuestiones religiosas estériles, enfrenten las verdaderas cuestiones: sus ambiciones desaforadas y su gusto por poseer, su agresividad y su gusto por dominar a los demás, su deseo y sus fantasías sexuales, su gusto por el prestigio y todos sus sueños desmesurados (vv.22-23).

Si ustedes no miran esto, es así como llegarán a ser “impuros”, es decir confundidos, indignos e inapropiados para el culto, incapaces de situarse o ponerse ante Dios en la serenidad y la apertura. Es ahí donde su religión debe comenzar.

Jesús, entonces no sugiere abandonar las costumbres transmitidas por los ancestros…No rebaja ni denigra las precauciones tomadas por las personas que se preocupan de respetar la ley judía. Él propone solamente la coherencia entre el gesto visible y el fondo del corazón, esta zona intima del ser humano donde se toman las grandes decisiones.

Observar una tradición sin recordar la razón espiritual de este comportamiento puede degenerar en obsesión. Los gestos vacíos, desprovistos de su sentido no le dicen nada a Dios. Al contrario, los gestos realizados con plena conciencia de la relación que ellos quieren expresar, son pertinentes.

Ahora, Con tales confrontaciones no es sorprendente que Jesús haya sido rechazado y no es sorprendente tampoco que haya pasajes de evangelio sobre los que pasamos bastante rápido!





REFLEXIÓN CENTRAL:

Una religión de corazón

Al escuchar la Palabra de Dios cada domingo, descubrimos lo que el Señor dice a la humanidad para conducir su vida. Esta palabra es luz para su ruta. La primera lectura nos muestra y hace evocar   al pueblo de Israel que gracias a la mano de Dios ha sido liberado y  conducido por Moisés en el desierto. Dios les da la ley y al dársela les ofrece “un pasaporte para la libertad”. En efecto, solo los pueblos libres tienen una ley. Los otros son sometidos a la arbitrariedad y a la violencia. Esto lo constatamos todos los días.

La lectura del libro del Deuteronomio que hemos escuchado, fue escrito mucho tiempo después del éxodo. Sobre la montaña del Sinaí, Dios ha hecho alianza con su pueblo. Él se ha comprometido con el pueblo y Dios ha sido fiel a su promesa. Pero el pueblo no ha sido siempre fiel a la alianza. Finalmente abandonaron los caminos de Dios, sin comprender hasta qué punto Dios los ama.

El autor del libro del Deuteronomio nos recuerda que la ley dada en el Sinaí es una ley para ponerla en práctica y para vivirla. Ella es el orgullo de Israel de cara a las naciones paganas. Esta ley se resume en dos grandes mandamientos: El amor a Dios y el amor a nuestros hermanos.

El primer mandamiento mira a Dios: “Tu amaras al Señor tu Dios…santificarás el día del Señor…” Lo primordial, es recordar que Dios es nuestro Creador y que está apasionado de amor por el mundo. Fuera de Él, toda búsqueda de felicidad es vana (que lo diga S. Agustín, en sus “confesiones”, modelo de vida y ejemplo de santidad para la Iglesia, en este día cuando elaboro esta reflexión: 28 de agosto).

Todo lo que tenemos, todo lo que somos es un don de Dios. La sola actitud digna de un creyente es la de poner toda su confianza en este Dios y construir su vida sobre Él. Nosotros somos reenviados al gran mandamiento del amor. Es ahí donde encontramos la verdadera y única felicidad.

El cuarto y séptimo mandamiento mandamiento hace referencia al prójimo: “Amaras a tu padre y a tu madre…respetaras los bienes del prójimo…” Se trata de evitar todo aquello que puede hacer mal a los otros. Dios ama su pueblo con un amor apasionado. Nuestra respuesta debe ser cada día más parecida y o cercana a la altura de la respuesta de Dios. Es esencial para  todos que escuchemos los mandamientos y los pongamos en práctica.

Vivimos en un mundo que enfrenta la violencia diariamente, la indiferencia, el desprecio y toda clase de desgracias. Nuestra misión es la de vivir de otro modo y formar la sociedad alternativa del amor, el perdón, la justicia y la unidad en la tolerancia.

En su carta (segunda lectura) Santiago se dirige a los nuevos bautizados. Los invita precisamente a vivir de otra manera como muestra el mundo. El día del bautismo, ellos han entrado a la asamblea  de los seguidores de Cristo (Iglesia) y han acogido la vida nueva.  La invitación para todos es  ser luz en medio de las tinieblas de la humanidad. En el centro de esta vida nueva que se abraza está Jesucristo. Él es la Palabra dada-ofrecida para que el mundo tenga la vida. Esta Palabra está  sembrada en cada uno de nosotros; nos corresponde acogerla con humildad pues ella tiene la capacidad de salvarnos. Como en el Deuteronomio, Santiago nos invita a ponerla en practica:  “la manera pura e irreprochable de practicar la religión es asistiendo a los huérfanos y a las viudas y conservarse dignos (limpios) en medio del mundo”.

En el Evangelio, vemos a Jesús frente a los fariseos. Estos últimos son los guardianes de la ley de Moisés y las tradiciones. Hoy, los fariseos constatan numerosas infracciones cometidas por los discípulos de Jesús. Se trata de faltas contra las tradiciones de los antiguos. Pero Jesús les reprocha el que dejen de lado los mandamientos de Dios para apegarse a las tradiciones humanas (o de hombres). Hoy, Jesús quiere también decirnos a nosotros que lo mas importante no es lavarse las manos sino lavar el corazón. Jesús nos invita a ser sinceros y actuar con verdad en  todos nuestros actos  y practicas religiosas, en nuestra oración y en todo aquello que es importante para nosotros.

Este evangelio nos invita a hacer nuestro examen de conciencia: hay palabras que suenan maluco, disuenan en nuestros oídos. Ellas no corresponden con sentimientos sinceros. A nosotros no nos gusta que se nos hable como si se nos estuviera recitando una lección. A Dios le sucede (ocurre) igual. Él no acepta de nuestra parte oraciones vacías, vacías de nuestro corazón. Nosotros no podemos llegar a Dios sino con el corazón. En nuestra vida de relación con Dios y la de Dios con nosotros, todo se juega a nivel del corazón. Vivir en cristiano, es vivir intensamente esta alianza de amor entre Dios y nosotros. Solo esto importa.

Uno comprende entonces por qué Jesús se muestra desconcertado por las críticas de los fariseos que le reprochan no respetar las tradiciones religiosas. Si el evangelio nos reporta este suceso, es para fijar la atención en nuestros comportamientos. Como ellos, tenemos fácilmente  la tendencia a juzgar la religión de los otros. La intolerancia no existe que entre los islamistas o musulmanes, decimos.  Cuando ella también puede presentarse entre los “cristianos”. Tengámoslo y dejémoslo claro: la intolerancia no tiene nada que ver con el evangelio.

Criticando y denunciando, no hacemos  que agregar un poco más de amargura a este mundo. Nuestra batalla contra el mal debe comenzar al interior de nosotros, en nuestro corazón. Es en el corazón que debemos plantar las buenas hierbas de la solidaridad, de la amistad, de la paciencia, de la humildad, de la piedad, de la misericordia y del perdón. El camino hacia esta plantación, es el evangelio que nos lo traza. El evangelio o la Buena Nueva de Jesucristo nos  enseña todos los días a poner un poco más de amor en nuestra vida.

Por su enseñanza y su ejemplo, Jesús nos ha mostrado qué tipo de comunidad estamos llamados a constituir. Él quiere que dejemos al Espíritu Santo tocar nuestros corazones, modelarlos y transformarlos en corazones abiertos, acogedores, compasivos y amorosos (amantes).  Su Palabra en el evangelio de hoy es un llamado a recordar que toda nuestra vida parroquial será una adoración de Dios si ella construye una comunidad de creyentes  en el que los corazones y las vidas están fundamentadas (tienen sus bases) en el amor y el servicio.

San Ireneo nos recuerda que Dios es verdaderamente glorificado cuando la comunidad se muestra de verdad VIVA y humana. Los otros hombres y mujeres serán atraídos por nosotros y por la FE, si ellos nos ven acogedores, abiertos, atentos y dispuestos a servir.

En este día, nos dirigimos a Ti Señor y te suplicamos: “Tu que eres la Luz, Tu que eres el amor, pon en nuestras tinieblas tu Espíritu de amor”.


OBJETIVO DE VIDA PARA LA SEMANA:

En la sociedad y en la Iglesia, nadie puede escapar o desentenderse de las leyes y las tradiciones. Esta semana yo me pregunto por qué y cómo las observo: por costumbre, por miedo o por conformismo? O por velar  por el bien común, por la justicia y  por el respeto de los otros?




  ORACIÓN-MEDITACIÓN:

Señor, quien puede gloriarse de no ser o haber sido fariseo?
Quien no gusta vivir de “buenas “ pero falsas apariencias?
Mostrar el mejor lado, aparecer intachable, fuerte, centrado…

Quien no pretende ocultar las arrugas del alma y del rostro?
Payasos la mayor parte del tiempo reímos por no llorar,
ante la tragedia o la desgracia, nos consolamos diciendo
que es mejor reír que sollozar…

Pero solo Tu y nadie más que Tu Señor conoces nuestro interior.
Pero también sabes Señor del inmenso deseo que con San Pablo nos habita:
hacer el bien que queremos y evitar el mal que no queremos.

Ayúdanos Señor a potenciar día a día lo mejor de nosotros;
Ayúdanos a dejar la impronta de
nuestros talentos y valores recibidos, en el mundo,
en nuestra familia, nuestra sociedad y parroquia.

Que saquemos lo mejor de nosotros
evitando la critica malsana y el juicio separatista;
que saque primero la paja de mi ojo
antes de pretender sacar la paja del ojo de mi hermano.

Enséname a ver lo que profeso, creo y enseño
y depúralo de todo error o escándalo.
Que no me crea mejor que los demás,
mas que busque siempre ver lo mejor en ellos;
así yo seré de verdad un discípulo tuyo,
toda mi vida será una ofrenda
que sabrá responder al esplendor de tu amor

y así recordar o mostrar tu presencia beneficiosa y que hace feliz
a los hombres y mujeres que encuentro
Y con los que convivo…Amen.





REFERENCIAS:


1. Pequeno "prions en Église", edicion quebequense, Novalis, septiembre 2009-2012.

2. HÉTU, Jean-Luc. Les options de Jésus.





Otras fuentes de internet y experiencia personal.






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