martes, 25 de febrero de 2020

Miércoles de Ceniza 2020


(Joel 2, 12-18) La conversión tiene siempre una dimensión comunitaria. Volver a Dios es orar en asamblea, es dar de uno mismo, de su tiempo a los demás, es compartir lo que se tiene con los pobres.





 Primera lectura
Lectura de la profecía de Joel (2,12-18):

«Ahora, oráculo del Señor, convertíos a mí de todo corazón con ayuno, con llanto, con luto. Rasgad los corazones y no las vestiduras; convertíos al Señor, Dios vuestro, porque es compasivo y misericordioso, lento a la cólera, rico en piedad; y se arrepiente de las amenazas.» Quizá se arrepienta y nos deje todavía su bendición, la ofrenda, la libación para el Señor, vuestro Dios. Tocad la trompeta en Sión, proclamad el ayuno, convocad la reunión. Congregad al pueblo, santificad la asamblea, reunid a los ancianos. Congregad a muchachos y niños de pecho. Salga el esposo de la alcoba, la esposa del tálamo. Entre el atrio y el altar lloren los sacerdotes, ministros del Señor, y digan: «Perdona, Señor, a tu pueblo; no entregues tu heredad al oprobio, no la dominen los gentiles; no se diga entre las naciones: ¿Dónde está su Dios? El Señor tenga celos por su tierra, y perdone a su pueblo.»

Palabra de Dios
Salmo
Sal 50,3-4.5-6a.12-13.14.17

R/.
 Misericordia, Señor: hemos pecado

Misericordia, Dios mío, por tu bondad,
por tu inmensa compasión borra mi culpa;
lava del todo mi delito, limpia mi pecado. R/.

Pues yo reconozco mi culpa,
tengo siempre presente mi pecado:
contra ti, contra ti sólo pequé,
cometí la maldad que aborreces. R/.

Oh Dios, crea en mí un corazón puro,
renuévame por dentro con espíritu firme;
no me arrojes lejos de tu rostro,
no me quites tu santo espíritu. R/.

Devuélveme la alegría de tu salvación,
afiánzame con espíritu generoso. Señor,
me abrirás los labios,
y mi boca proclamará tu alabanza. R/.

Segunda lectura
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios (5,20–6,2):

Nosotros actuamos como enviados de Cristo, y es como si Dios mismo os exhortara por nuestro medio. En nombre de Cristo os pedimos que os reconciliéis con Dios. Al que no había pecado Dios lo hizo expiación por nuestro pecado, para que nosotros, unidos a él, recibamos la justificación de Dios. Secundando su obra, os exhortamos a no echar en saco roto la gracia de Dios, porque él dice: «En tiempo favorable te escuché, en día de salvación vine en tu ayuda»; pues mirad, ahora es tiempo favorable, ahora es día de salvación.

Palabra de Dios
EvangelioLectura del santo evangelio según san Mateo (6,1-6.16-18):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos; de lo contrario, no tendréis recompensa de vuestro Padre celestial. Por tanto, cuando hagas limosna, no vayas tocando la trompeta por delante, como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles, con el fin de ser honrados por los hombres; os aseguro que ya han recibido su paga. Tú, en cambio, cuando hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha; así tu limosna quedará en secreto, y tu Padre, que ve en lo secreto, te lo pagará. Cuando recéis, no seáis como los hipócritas, a quienes les gusta rezar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas, para que los vea la gente. Os aseguro que ya han recibido su paga. Tú, cuando vayas a rezar, entra en tu aposento, cierra la puerta y reza a tu Padre, que está en lo escondido, y tu Padre, que ve en lo escondido, te lo pagará. Cuando ayunéis, no andéis cabizbajos, como los hipócritas que desfiguran su cara para hacer ver a la gente que ayunan. Os aseguro que ya han recibido su paga. Tú, en cambio, cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara, para que tu ayuno lo note, no la gente, sino tu Padre, que está en lo escondido; y tu Padre, que ve en lo escondido, te recompensara.»

Palabra del Señor




Evocación de la ceniza

Cuando era pequeño, recuerdo que los miércoles de ceniza causaban cierta fascinación en mi. Ir al templo a dónde íbamos casi que obligados por los profesores y con el beneplácito de nuestros padres para que el sacerdote nos hiciera una pequeña cruz en la frente me hacía pensar muchas cosas, preguntarme para qué servía aquello, qué objeto tenia dejarse trazar un signo con ceniza de húmeda que según nos contaban era hecha con lo que quedaba después de quemar ciertos ramos bendecidos, precisamente el domingo de ramos del año inmediatamente anterior.   Aquella crucecita, los infantes venidos de los hogares con fe de carbonero  hacíamos el esfuerzo por conservarla  sobre nuestra pequeña frente toda la jornada y no lavarla ni quitarla hasta el día siguiente cuando tocaba baño obligatorio…A veces uno jugaba o corría y por el excesivo sudor ella se deshacía poco a poco,  y caía o en ocasiones a causa de la rasquiña que atacaba  sobre la parte frontal por la extraña sustancia sobre la piel y  en un arrebato espontáneo  pasábamos la muñeca para rascarnos y de paso borrar casi totalmente la cruz…inmediatamente después de esto venia un enfriamiento del estomago por el miedo sentido  por el atentado inconsciente contra aquella figurita tan sagrada para nosotros…


Es verdad que aquel sacramental (no sacramento)  de la imposición de la ceniza solo lo entendería yo particularmente con el paso de los años. Aunque es usual encontrar aun hoy muchas personas que no tienen la suficiente claridad sobre el por qué de este gesto con el que iniciamos el denominado tiempo de Cuaresma.

Hay que saber que la Iglesia católica ha tomado esto de la tradición de la Biblia y que lo ha conservado por siglos. En Israel se proclamaban ayunos públicos  en el tiempo de sufrimiento y de pruebas. La gente vestía de luto, reemplazaban sus vestidos por especies de sacos (o costales), no se peinaban y se cubrían el rostro con cenizas (practica que la Iglesia conserva en la liturgia de cada miércoles de ceniza). En el Evangelio Jesús no dice que estos signos de penitencia sean inútiles, igualmente el ayuno que expresa el arrepentimiento y acompaña la oración  (Mateo 4,1, Marcos 2,20), pero hace la precisión que estos gestos no bastan por sí solos ni son lo esencial. Ellos deben ir acompañados de un sentimiento de amor al prójimo, sentimiento de perdonar a quienes nos han ofendido y buscar la justicia.

Al imponernos la ceniza somos conscientes de nuestra condición de seres dependientes, de nuestra condición de creaturas, de Hijos de Dios, de nuestra debilidad, de nuestra finitud, de nuestra condición de pecadores.

La primera lectura  del libro de Joel proclamada resume muy bien el objetivo de este tiempo de Gracia que hoy nuevamente iniciamos, por la boca del profeta,  Dios nos dice: “ Convertíos  (Volved ) a  mí de todo corazón, todavía es tiempo, hay oportunidad, no es tarde para que ayunen, lloren y se lamenten…”, en una palabra para convertirnos. Durante los siguientes  40 días escucharemos continuamente esta invitación al cambio, a la purificación para tener la visión y el corazón más diáfanos y que nos permitan volver a sentir la cercanía de Dios que quiere lo mejor para nosotros.  

Sin duda alguna, imbuidos en esta sociedad turbulenta, de bullicio, de sensacionalismo y superficialidad no es raro que perdamos de vista que es lo esencial en nuestra vida, cuál es el sentido de nuestro trabajo, de nuestros afanes…La Palabra de Dios  en este confuso mundo se diluye, se pierde, la relativizamos y damos prioridad a otras voces, a otros llamados que al responderlos, no pueden colmar nuestro corazón como lo hace el mensaje divino contenido en el evangelio de Jesucristo.

Para introducir esta Cuaresma (palabra que quiere decir 40) la Iglesia nos propone una meditación viva sobre el PECADO Y LA MUERTE, y el rito de la ceniza nos recuerda nuestra condición de mortales y pecadores.



Mensaje del Papa Francisco para la Cuaresma 2020



«En nombre de Cristo os pedimos que os reconciliéis con Dios» (2 Co 5,20)
Queridos hermanos y hermanas:
El Señor nos vuelve a conceder este año un tiempo propicio para prepararnos a celebrar con el corazón renovado el gran Misterio de la muerte y resurrección de Jesús, fundamento de la vida cristiana personal y comunitaria. Debemos volver continuamente a este Misterio, con la mente y con el corazón. De hecho, este Misterio no deja de crecer en nosotros en la medida en que nos dejamos involucrar por su dinamismo espiritual y lo abrazamos, respondiendo de modo libre y generoso.
  1. El Misterio pascual, fundamento de la conversión                                                       La alegría del cristiano brota de la escucha y de la aceptación de la Buena Noticia de la muerte y resurrección de Jesús: el kerygma. En este se resume el Misterio de un amor «tan real, tan verdadero, tan concreto, que nos ofrece una relación llena de diálogo sincero y fecundo» (Exhort. ap. Christus vivit, 117). Quien cree en este anuncio rechaza la mentira de pensar que somos nosotros quienes damos origen a nuestra vida, mientras que en realidad nace del amor de Dios Padre, de su voluntad de dar la vida en abundancia (cf. Jn 10,10). En cambio, si preferimos escuchar la voz persuasiva del «padre de la mentira» (cf. Jn 8,45) corremos el riesgo de hundirnos en el abismo del sinsentido, experimentando el infierno ya aquí en la tierra, como lamentablemente nos testimonian muchos hechos dramáticos de la experiencia humana personal y colectiva.
  2. Por eso, en esta Cuaresma 2020 quisiera dirigir a todos y cada uno de los cristianos lo que ya escribí a los jóvenes en la Exhortación apostólica Christus vivit: «Mira los brazos abiertos de Cristo crucificado, déjate salvar una y otra vez. Y cuando te acerques a confesar tus pecados, cree firmemente en su misericordia que te libera de la culpa. Contempla su sangre derramada con tanto cariño y déjate purificar por ella. Así podrás renacer, una y otra vez» (n. 123). La Pascua de Jesús no es un acontecimiento del pasado: por el poder del Espíritu Santo es siempre actual y nos permite mirar y tocar con fe la carne de Cristo en tantas personas que sufren.
  3. Urgencia de conversión
    Es saludable contemplar más a fondo el Misterio pascual, por el que hemos recibido la misericordia de Dios. La experiencia de la misericordia, efectivamente, es posible sólo en un «cara a cara» con el Señor crucificado y resucitado «que me amó y se entregó por mí» (Ga 2,20). Un diálogo de corazón a corazón, de amigo a amigo. Por eso la oración es tan importante en el tiempo cuaresmal. Más que un deber, nos muestra la necesidad de corresponder al amor de Dios, que siempre nos precede y nos sostiene.

    De hecho, el cristiano reza con la conciencia de ser amado sin merecerlo. La oración puede asumir formas distintas, pero lo que verdaderamente cuenta a los ojos de Dios es que penetre dentro de nosotros, hasta llegar a tocar la dureza de nuestro corazón, para convertirlo cada vez más al Señor y a su voluntad.
    Así pues, en este tiempo favorable, dejémonos guiar como Israel en el desierto (cf. Os 2,16), a fin de poder escuchar finalmente la voz de nuestro Esposo, para que resuene en nosotros con mayor profundidad y disponibilidad. Cuanto más nos dejemos fascinar por su Palabra, más lograremos experimentar su misericordia gratuita hacia nosotros. No dejemos pasar en vano este tiempo de gracia, con la ilusión presuntuosa de que somos nosotros los que decidimos el tiempo y el modo de nuestra conversión a Él.
  4. La apasionada voluntad de Dios de dialogar con sus hijos
    El hecho de que el Señor nos ofrezca una vez más un tiempo favorable para nuestra conversión nunca debemos darlo por supuesto. Esta nueva oportunidad debería suscitar en nosotros un sentido de reconocimiento y sacudir nuestra modorra. A pesar de la presencia —a veces dramática— del mal en nuestra vida, al igual que en la vida de la Iglesia y del mundo, este espacio que se nos ofrece para un cambio de rumbo manifiesta la voluntad tenaz de Dios de no interrumpir el diálogo de salvación con nosotros. En Jesús crucificado, a quien «Dios hizo pecado en favor nuestro» (2 Co 5,21), ha llegado esta voluntad hasta el punto de hacer recaer sobre su Hijo todos nuestros pecados, hasta «poner a Dios contra Dios», como dijo el papa Benedicto XVI (Enc. Deus caritas est, 12). En efecto, Dios ama también a sus enemigos (cf. Mt 5,43-48).

    El diálogo que Dios quiere entablar con todo hombre, mediante el Misterio pascual de su Hijo, no es como el que se atribuye a los atenienses, los cuales «no se ocupaban en otra cosa que en decir o en oír la última novedad» (Hch 17,21). Este tipo de charlatanería, dictado por una curiosidad vacía y superficial, caracteriza la mundanidad de todos los tiempos, y en nuestros días puede insinuarse también en un uso engañoso de los medios de comunicación.
  5. Una riqueza para compartir, no para acumular sólo para sí mismo
    Poner el Misterio pascual en el centro de la vida significa sentir compasión por las llagas de Cristo crucificado presentes en las numerosas víctimas inocentes de las guerras, de los abusos contra la vida tanto del no nacido como del anciano, de las múltiples formas de violencia, de los desastres medioambientales, de la distribución injusta de los bienes de la tierra, de la trata de personas en todas sus formas y de la sed desenfrenada de ganancias, que es una forma de idolatría.
    Hoy sigue siendo importante recordar a los hombres y mujeres de buena voluntad que deben compartir sus bienes con los más necesitados mediante la limosna, como forma de participación personal en la construcción de un mundo más justo. Compartir con caridad hace al hombre más humano, mientras que acumular conlleva el riesgo de que se embrutezca, ya que se cierra en su propio egoísmo. Podemos y debemos ir incluso más allá, considerando las dimensiones estructurales de la economía. Por este motivo, en la Cuaresma de 2020, del 26 al 28 de marzo, he convocado en Asís a los jóvenes economistas, empresarios y change-makers, con el objetivo de contribuir a

    diseñar una economía más justa e inclusiva que la actual. Como ha repetido muchas veces el magisterio de la Iglesia, la política es una forma eminente de caridad (cf. PÍO XI, Discurso a la FUCI, 18 diciembre 1927). También lo será el ocuparse de la economía con este mismo espíritu evangélico, que es el espíritu de las Bienaventuranzas.
    Invoco la intercesión de la Bienaventurada Virgen María sobre la próxima Cuaresma, para que escuchemos el llamado a dejarnos reconciliar con Dios, fijemos la mirada del corazón en el Misterio pascual y nos convirtamos a un diálogo abierto y sincero con el Señor. De este modo podremos ser lo que Cristo dice de sus discípulos: sal de la tierra y luz del mundo (cf. Mt 5,13-14).
Francisco
Roma, junto a San Juan de Letrán, 7 de octubre de 2019
Memoria de Nuestra Señora, la Virgen del Rosario

Para vivir la cuaresma día a día: 27 de febrero del 2020


Primer Jueves de Cuaresma




Primera lectura

Lectura del libro del Deuteronomio (30,15-20):

MOISÉS habló al pueblo, diciendo:
«Mira: hoy pongo delante de ti la vida y el bien, la muerte y el mal. Pues yo te mando hoy amar al Señor, tu Dios, seguir sus caminos, observar sus preceptos, mandatos y decretos, y así vivirás y crecerás y el Señor, tu Dios, te bendecirá en la tierra donde vas a entrar para poseerla.
Pero, si tu corazón se aparta y no escuchas, si te dejas arrastrar y te postras ante otros dioses y les sirves, yo os declaro hoy que moriréis sin remedio; no duraréis mucho en la tierra adonde tú vas a entrar para tomarla en posesión una vez pasado el Jordán.
Hoy cito como testigos contra vosotros al cielo y a la tierra. Pongo delante de ti la vida y la muerte, la bendición y la maldición. Elige la vida, para que viváis tú y tu descendencia, amando al Señor, tu Dios, escuchando su voz, adhiriéndote a él, pues él es tu vida y tus muchos años en la tierra que juró dar a tus padres, Abrahán, Isaac y Jacob».

Palabra de Dios

Salmo

Sal 1

R/.
 Dichoso el hombre 
que ha puesto su confianza en el Señor


V/. Dichoso el hombre
que no sigue el consejo de los impíos,
ni entra por la senda de los pecadores,
ni se sienta en la reunión de los cínicos;
sino que su gozo es la ley del Señor,
y medita su ley día y noche. R/.

V/. Será como un árbol
plantado al borde de la acequia:
da fruto en su sazón
y no se marchitan sus hojas;
y cuanto emprende tiene buen fin. R/.

V/. No así los impíos, no así;
serán paja que arrebata el viento.
Porque el Señor protege el camino de los justos,
pero el camino de los impíos acaba mal. R/.

Evangelio de hoy

Lectura del santo evangelio según san Lucas (9,22-25):

EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«El Hijo del hombre tiene que padecer mucho, ser desechado por los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, ser ejecutado y resucitar al tercer día».
Entonces decía a todos:
«Si alguno quiere venir en pos de mí, que se niegue a sí mismo, tome su cruz cada día y me siga. Pues el que quiera salvar su vida la perderá; pero el que pierda su vida por mi causa la salvará. ¿De qué le sirve a uno ganar el mundo entero si se pierde o se arruina a sí mismo?».

Palabra del Señor


Llamados a elegir

La adolescencia  es un drama,  y a veces un gran problema para los padres de familia, no solo por las perturbaciones que ella provoca al interior del hogar, sino también porque a esta edad, su hijo “se les sale de las manos”. 

Él o ella,  está sometido(a) a una gran cantidad de influencias (a veces alocadas, deformadoras, incontrolables) que ellos (los padres) no pueden controlar: sus profesores, el internet, los juegos video, y sobre todo sus amigos. Cuántas vidas se arruinan por la mala elección que se hace a esta edad!

Es un poco parecido al drama de Dios. Él nos suplica hoy en la primera lectura del Deuteronomio: “Escoge entonces la vida!” Pero es como si la vida y la muerte, desgracia y felicidad estuvieran mezcladas. La muerte se disfraza a veces de vida, y la infelicidad se viste de felicidad, o bienestar! La cuaresma es un tiempo para ver claro…para escuchar bien este llamado y elegir (escoger, decidirse) LA VIDA!

Nuestras desgracias y nuestras alegrías no son siempre el fruto de grandes elecciones decisivas (decisiones). A menudo, ellas son el resultado de pequeñas opciones (elecciones) que repetimos.


Hoy trato de descubrir, encontrar esas “pequeñas decisiones” de mi vida cotidiana  y de ver hacia (qué) dirección, hacia dónde  y o hacia quien  me conducen ellas finalmente…

Elegir la vida, es optar por el Señor, sus mandamientos, su camino. Es vivir en el amor y dejar que este mismo amor nos anime. Elegir la vida, es vivir en total fraternidad con los hermanos, que como nosotros , caminan hacia el Reino.
Elegir la vida, es siempre optar por el amor.

sábado, 15 de febrero de 2020

16 de febrero del 2014 : 6o Domingo del Tiempo Ordinario A



Ser  “el alma del mundo”

El ser humano ha sido creado libre y capaz de observar “la Ley” y “los profetas”. Jesús no ha venido para abolir la ley sino para completarla, llevarla a su plenitud. A las personas que observan su enseñanza con amor y fidelidad, se les promete  la alegría y felicidad plenas. Ellas entraran un día en “el Reino de los Cielos”.



EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO CAPITULO 5, VERSICULOS 17 AL 37:

En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos:
No crean que he venido a suprimir la Ley o los Profetas. He venido, no para deshacer, sino para llevar a la forma perfecta.
18.En verdad les digo: mientras dure el cielo y la tierra, no pasará una letra o una coma de la Ley hasta que todo se realice.
19.Por tanto, el que ignore el último de esos mandamientos y enseñe a los demás a hacer lo mismo, será el más pequeño en el Reino de los Cielos. En cambio el que los cumpla y los enseñe, será grande en el Reino de los Cielos.
20.Yo se lo digo: si no hay en ustedes algo mucho más perfecto que lo de los Fariseos, o de los maestros de la Ley, ustedes no pueden entrar en el Reino de los Cielos.
21.Ustedes han escuchado lo que se dijo a sus antepasados: «No matarás; el homicida tendrá que enfrentarse a un juicio.»
22.Pero yo les digo: Si uno se enoja con su hermano, es cosa que merece juicio. El que ha insultado a su hermano, merece ser llevado ante el Tribunal Supremo; si lo ha tratado de renegado de la fe, merece ser arrojado al fuego del infierno.
23.Por eso, si tú estás para presentar tu ofrenda en el altar, y te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti,
24.deja allí mismo tu ofrenda ante el altar, y vete antes a hacer las paces con tu hermano; después vuelve y presenta tu ofrenda.
25.Trata de llegar a un acuerdohttp://cdncache1-a.akamaihd.net/items/it/img/arrow-10x10.png con tu adversario mientras van todavía de camino al juicio. ¿O prefieres que te entregue al juez, y el juez a los guardias que te encerrarán en la cárcel?
26.En verdad te digo: no saldrás de allí hasta que hayas pagado hasta el último centavo.
27.Ustedes han oído que se dijo: «No cometerás adulterio.»
28.Pero yo les digo: Quien mira a una mujer con malos deseos, ya cometió adulterio con ella en su corazón.
29.Por eso, si tu ojo derecho te está haciendo caer, sácatelo y tíralo lejos; porque más te conviene perder una parte de tu cuerpo y no que todo tu cuerpo sea arrojado al infierno.
30.Y si tu mano derecha te lleva al pecado, córtala y aléjala de ti; porque es mejor que pierdas una parte de tu cuerpo y no que todo tu cuerpo sea arrojado al infierno.
31.También se dijo: «El que se divorcie de su mujer, debe darle un certificado de divorcio.»
32.Pero yo les digo: Si un hombre se divorcia de su mujer, a no ser por motivo de infidelidad, es como mandarla a cometer adulterio: el hombre que se case con la mujer divorciada, cometerá adulterio.
33.Ustedes han oído lo que se dijo a sus antepasados: «No jurarás en falso, y cumplirás lo que has jurado al Señor.»
34.Pero yo les digo: ¡No juren! No juren por el cielo, porque es el trono de Dios;
35.ni por la tierra, que es la tarima de sus pies; ni por Jerusalén, porque es la ciudad del Gran Rey.
36.Tampoco jures por tu propia cabeza, pues no puedes hacer blanco o negro ni uno solo de tus cabellos.
37.Digan sí cuando es sí, y no cuando es no; cualquier otra cosa que se le añada, viene del demonio.


A guisa de introducción:

“Ser el alma del mundo”

El título que se da a estas líneas ha sido puesto entre comillas puesto que está inspirado en la carta de un autor cristiano del siglo II que nosotros podremos leer hoy aun con un vivo interés.

El nombre del autor de esta carta es desconocido. Sabemos sin embargo que su destinatario, llamado Diogneto, era pagano, y que buscaba conocer mejor quiénes eran los cristianos a menudo perseguidos y que vivían cerca de él.

La carta asegura que ante la mirada de los otros, los cristianos no tienen nada que los distinga de los otros ciudadanos. Ellos viven en las mismas ciudades, comen las mismas comidas, visten de la misma forma, hablan el mismo lenguaje y ejercen sus deberes cívicos o civiles como todo el mundo.

Lo que los caracteriza o los distingue, es que ellos viven de acuerdo a la enseñanza de Jesús en quien creen. Ellos aman a todo el mundo, incluyendo a quienes los persiguen. Ellos perdonan incluso a quienes los ofenden.

Ellos no protestan cuando se les golpea. “Viven en la tierra-precisa él-pero su ciudadanía está en el Cielo”. Después el autor concluye: “Para decirlo en pocas palabras: los cristianos son en el mundo lo que el alma es en el cuerpo”.

Esta frase me reviene al Espíritu leyendo el evangelio de hoy. Reléanlo, ustedes lo verán.

 Ella me hace pensar también en lo que Jesús espera de parte de todos sus discípulos: “ustedes son la sal de la tierra…Ustedes son la luz del mundo” (Mateo 5,13-14).

Fragmento  de la carta a Diogneto acà:




Aproximación psicológica al texto del Evangelio

La ley del mínimo o mayor esfuerzo?

Un maestro espiritual pregunto un día a sus discípulos: “como se puede distinguir el día de la noche…En otras palabras cómo puedo saber si es de día o es de noche?” Un primer discípulo responde: “yo sé que es de día, cuando yo veo de lejos un animal y yo puedo reconocer con certeza si se trata de un perro o de un lobo”. “Bella afirmación- dijo el maestro- pero no es la buena respuesta”.

Un segundo discípulo dice: “yo sé que es de día, cuando yo veo un árbol de frutas y yo puedo identificar si se trata de un manzano o un peral”. Y el maestro responde: “esta respuesta es parecida a la primera”, dice el maestro.

Un tercer discípulo afirma: “cuando yo pongo frente a frente un hilo blanco y un hilo negro y si yo veo mejor el hilo blanco, quiere decir que es de noche. Por el contrario si yo veo mejor el hilo negro, quiere decir que es de día”. Bella respuesta-responde una vez más el maestro-  pero hay algo más evidente que eso”.

Finalmente el maestro termina por explicar: “Cuando yo veo llegar una persona a lo lejos y si mi corazón se llena de alegría, poco importa la persona que se acerca, es porque yo estoy viviendo en el día o en la luz. Si la llegada de una persona me desespera, es porque yo estoy sumido en las tinieblas de la noche”. He aquí un buen resumen del evangelio de hoy: Para conservar el corazón en el día o en la luz, Jesús nos propone la Ley del mayor esfuerzo.

La ley consiste siempre en hacer lo mínimo para asegurarse una vivencia social que permite la supervivencia de cada ser humano. Por ejemplo, un rincón de la calle es peligroso, y se coloca un semáforo que cada transeúnte, conductor o peatón debe respetar. A nivel espiritual, la ley del mínimo esfuerzo se identifica con este tipo de preguntas que escuchamos de vez en cuando: “la misa es obligatoria? Es necesario orar todos los días? Hay que perdonar siempre? » Atrevámonos a responder NO a estas preguntas y ustedes verán como la gente se relaja, va dejando poco a poco las obligaciones. Muchas personas se contentaran con el mínimo esfuerzo. Esta actitud no nos lleva lejos, dice Jesús.

La Ley del Máximo Esfuerzo consiste en descentrarse de su EGO para centrarse en los otros y en Dios. Ella llama a la gratuidad del corazón, a la disponibilidad y al respeto de cada persona. El amor en el origen de nuestro actuar conduce “a lo MAXIMO”. Es así, como por ejemplo que la fidelidad al conyugue no debe nunca reducirse a no engañarlo sexualmente con una tercera persona. Es necesario ponerse en comunión interior con el otro.

Para resumir la enseñanza del evangelio de hoy, yo pienso en un periodista que preguntó un día a la Madre Teresa: “Qué es lo que deberíamos cambiar en primer lugar en la Iglesia?” Y la Madre Teresa le respondió: “usted y yo, querido señor”. La esencia misma de todas las formas de conflicto es el orgullo mientras que el camino hacia la plenitud de la armonía siempre será la humildad.

Nosotros no tenemos ningún poder sobre nada ni nadie, mismo si se trata de la persona que amamos más que a nada y a nadie  en el mundo. Nuestro único poder, es AMAR (La ley del mayor –máximo esfuerzo). John Kennedy decía: “no te preguntes qué hace tu país por ti, sino más bien pregúntate qué haces tú por tu país”

Entonces, preguntémonos en los días que siguen qué hacemos concretamente para que  las personas sean más felices alrededor de nosotros, para que Cristo sea más y mejor conocido gracias a nuestro actuar cotidiano. He aquí la Ley del Máximo esfuerzo que Jesús propone a sus discípulos, a los de ayer, pero igualmente a nosotros sus discípulos de hoy.




REFLEXIÓN CENTRAL
Para llegar a ser como Él
Domingo pasado, el evangelio nos pedía ser « sal de la tierra » y « luz del mundo ». Pero hoy, la palabra de Jesús parece ser bien austera y radical : pues a la ley del primer o Antiguo Testamento, parece agregarle una moral imposible como ese control perfecto de los pensamientos y del corazón.
No se trata simplemente de eso. Jesús no es un moralista puntilloso o mojigato que daría reglas de buena conducta, sumándolas a las prohibiciones de la Ley Mosaica, sino màs bien, con  toda la dulzura que le caracteriza, Él nos invita a la santidad. Ciertamente, Él conoce nuestras pobrezas humanas, pero sabe también lo que podemos llegar a ser: hombres y mujeres resucitados con Él.
Él dice « llevar a su realización o plenitud « la Ley y los Profetas, el Primer o Antiguo Testamento. Hacer pleno o llevar a la plenitud, es en otras palabras magnificar, hacer grande, darle toda su plenitud.
En el momento de la Transfiguración sobre el Monte Tabor, Jesús aparece reluciente, lleno de luz ante sus 3 apóstoles (Pedro, Santiago y Juan), manifestando que Moisés (representando la Primera o antigua Ley), y Elías (a los Profetas) permanecen a su lado.
El objetivo o cometido de la Ley, es el hombre de pie.
Jesús nos ofrece un camino de resurrección, un camino de divinización. Nosotros hemos de actuar y llegar a ser como Él, este Jesús que lleva a su realización las Escrituras. Y como lo hace Él? Nosotros lo vemos en Mateo 22, 36-40 : « Maestro, en la Ley, cual es el Gran Mandamiento? »- « Tu amaras el Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y todo tu espíritu. Este es el primero y más grande mandamiento. Y el segundo mandamiento es parecido a este: Amaras tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos depende toda la Ley y Los Profetas ».
Y para ello Jesús da 6 ejemplos : 3 son tomados y o presentados este domingo, los otros 3 nosotros los escucharemos dentro de 8 días. Hoy, Jesucristo habla de
1. la ternura o dulzura de los gestos (« Ve primero a reconciliarte »)

2. De la rectitud de la mirada, (« si tu ojo derecho te hace caer, sácatelo »)

3. De la sinceridad en las palabras, (« que tu si, sea si… »)

Vivir la Ternura y la no violencia en las relaciones humanas, es cosa difícil. Sin llegar hasta el asesinato, las noticias, nos hacen constatar que las tensiones y los rencores, no faltan. Por lo tanto, al menos nos queda claro que sea posible « dar lo mejor de nosotros mismos », si nosotros vivimos centrados en la oración y en la reconciliación fraternal. “Ve primero a reconciliarte con tu hermano, y enseguida ven a presentar tu ofrenda”.


Ternura (dulzura) y no violencia en las relaciones humanas son cosas difíciles. No es el deseo de un hombre por una mujer lo que condena Jesús, sino el apropiarse de la esposa o novia de otro. Es difícil para nosotros mirar los otros sin que nuestros ojos sean afectados o turbios por causa del deseo o sensualidad o la envidia consentida …Acá vemos por qué Jesús nos propone de ver el mundo como Él lo ve: por una mirada que engrandece al otro (a), que lo respeta y no hace de él (ella) un objeto.
La palabra verdadera o sincera, el lenguaje claro son necesarios para vivir en comunidad y en la confianza mutua. Nuestro lenguaje debe llegar a ser tan verdadero que no se necesite juramento…Jesús nos ofrece a cada uno de nosotros un camino de Luz y de verdad.


Lo que nos presenta Jesús, no son palabras al viento, peroratas vacías, al estilo de los escribas y fariseos, encerrados en sus leyes y o sofismas casuísticos. La Palabra del maestro es una palabra que conduce al ser humano al centro de su propio corazón: 

que tu bondad venga, 

que tu amor sea bello, 
que tu lenguaje sea verdadero!


“Es a nosotros que Dios, por el Espíritu, ha revelado esta sabiduría, porque el Espíritu ve el fondo de todas las cosas, e igualmente las profundidades de Dios” (2ª lectura de hoy). Si, con la Gracia de Dios, “ Si tu lo quieres, tu puedes observar los mandamientos” (primera lectura de este día).
Queridos amigos, los textos de este domingo, nos propone pistas importantes que nos llevarán a escoger la felicidad (o realización). Para ello, hemos de recordar que nuestro “SI” al mensaje de Cristo, debe reflejar nuestra identidad profunda de bautizados.
Que esta celebración nos ayude a comprender el mensaje de Jesús y a acoger la belleza del camino de esperanza que Él nos ha abierto a cada uno de nosotros, y a toda nuestra comunidad.
Buen domingo! Y Feliz semana!

sábado, 8 de febrero de 2020

9 de febrero del 2014: 5o Domingo del Tiempo Ordinario A


Tras los pasos de Cristo y a su manera, somos invitados a ser luz en nuestro mundo, aportando justicia, compasión, solidaridad y libertad en nuestros ambientes de vida.



EVANGELIO DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO SEGÚN SAN MATEO CAPÍTULO 5, VERSÍCULOS 13 AL 16:

Referencias versículo 13http://www.sobicain.org/images/bol1.gif13 Ustedes son la sal de la tierra. Pero si la sal se vuelve insípida, ¿cómo podrá ser salada de nuevo? Ya no sirve para nada, por lo que se tira afuera y es pisoteada por la gente.
Referencias versículo 1414 Ustedes son la luz del mundo: ¿cómo se puede esconder una ciudad asentada sobre un monte? 15 Nadie enciende una lámpara para taparla con un cajón; la ponen más bien sobre un candelero, y alumbra a todos los que están en la casa. Referencias versículo 1616Hagan, pues, que brille su luz ante los hombres; que vean estas buenas obras, y por ello den gloria al Padre de ustedes que está en los Cielos.


PALABRA DE DIOS


A guisa de introducción:

La luz de la vida

En mi pueblo las llamaban “termitas”, una especie de insectos hormigas con alas que en cierta época del año, sobre todo caracterizada por el frío y las lluvias, venían en gran número a rodear y estrellarse contra las bombillas de luz, en casas y en vías públicas para morir casi que instantáneamente. Las más conocidas son las polillas o “chapolas” (maripositas blancas) que atraídas por cualquier tipo de luz, sea de una hoguera o de una fuente eléctrica, a fuerza de acercarse mucho terminan por “achicharrarse”.

 Después de contemplar esto no es raro que uno piense “cruel luz que seduce estos insectos sin ofrecerles nada…porque tal vez buscan por medio de ella una guía, una orientación, y por el contrario terminan excitadas, confundidas y aniquiladas…Maldita luz que les ha conducido a la muerte pero no a la vida!”.

Y uno se pone a pensar y a reflexionar sobre nuestro mundo donde tantas falsas luces brillan, nos atraen y nos seducen, pero sin ofrecer nada más que una vuelta o u “tour” insensato.

En el evangelio de este domingo, Jesús nos dice: “ustedes son la luz del mundo”, uuuf! Qué responsabilidad, qué carga tan pesada! A mí me gustaría esconderme en un pequeño rincón o debajo de un mueble con mi pequeña luz, y que el mundo se las arregle! Mismo si pareciera que para Jesús, el compromiso del discípulo de ser luz no es negociable…

Entonces, cómo ser una verdadera luz, y no como aquella de la hoguera o de las fosforescentes que atraen peligrosamente y que engañan a los insectos? El profeta Isaías nos da la respuesta: “comparte tu pan con el hambriento, acoge en tu casa al pobre sin abrigo o sin techo, viste a aquel que no tiene vestido. Entonces tu luz brillará como la aurora”.


Un simple gesto puede desencadenar en una vida la aurora de un mundo nuevo.




APROXIMACIÓN PSICOLÓGICA AL TEXTO DEL EVANGELIO

Descendientes de los profetas

Cuando uno toma estos cuatros versículos de manera aislada, es difícil discernir el sentido de las expresiones “sal de la tierra” y “luz del mundo”. Uno puede pensar vagamente en el deber del discípulo de Jesús “dar testimonio”, pero todavía ahí, la cuestión de la naturaleza de este testimonio resta pendiente.

Las cosas cambian si se comprende esta breve sección (versículos 11 al 16) como un desarrollo, explicación ampliada de la última bienaventuranza, que se refiere a los  perseguidos por la justicia (v.10) esta idea de la persecución por la justicia aparece en efecto como el hilo que comunica sólidamente los versículos entre sí (v.11 al 16).

He aquí la cadena: los discípulos serán perseguidos (v.11) como los profetas lo han sido también (v.12); los discípulos son los nuevos profetas (v.13-14) de quienes su testimonio no debe relajarse, omitirse o esconderse (v.15), mas al contrario, llevar a la humanidad a reconocer a Dios (v.16).

Desde esta perspectiva , las cosas se aclaran. En calidad de discípulos de Jesús y sucesores de los profetas, los creyentes deben vivir abiertamente según sus convicciones, sin disminuir su luz o debilitarla.

Esta tentación llegara de modo inevitable, ya que los nuevos profetas enfrentarán, llegado el momento, insultos, difamaciones y represión. Pero hay que resistir, perseverar, porque si ellos se callan, quién hablara? Si aquellos que han escuchado el llamado de Dios, y son interpelados a tomar partido  por los oprimidos y ponerse de su lado, se desaniman, dejan todo acabar y o se acomodan, quién continuará el combate?

Dios no puede ser presentado, reconocido, “glorificado” (v.16) que ahí donde su amor por el pobre, el desfavorecido y el explotado se manifiesta y actúa gracias  a los discípulos de Jesús. La  “luz” que Dios quiere reflejar sobre “las manos debilitadas, las rodillas que se doblan y los corazones que desfallecen” (Is 35,3-4), ella no puede pasar que por aquellos que viviendo como Jesús, llegan a ser los relevos de Dios.


No se trata para los cristianos de ganar un concurso de popularidad por sus buenas obras, como una lectura distraída o complaciente del versículo 16 podría hacernos creer. Se trata de “construir la paz” (v.9) al lado de los pobres, de tener hambre y sed de justicia” (v.6), de compartir activamente la sed de Dios por la fraternidad y la justicia, y esto al precio del rechazo social el más doloroso (y o difícil). Su futuro es en esta dirección, nos dice Jesús.



REFLEXIÓN CENTRAL

SER LUZ Y SAL PARA EL MUNDO

Jesús compara la misión del cristiano con la sal y la luz.

Él no dice “lleguen a ser”, sino más bien: “ustedes son”. Qué hace uno con la sal? Gracias a que muchas veces he hecho la pregunta, he podido concluir lo siguiente:


1.     La sal realza el gusto de los alimentos: nuestra misión como cristianos, consiste en darle sabor e ideales a la vida.
2.     La sal impide que los alimentos se corrompan: como cristiano, yo debo evitar el mal y ayudar a la gente a abandonar esos senderos de muerte.
3.     La sal Purifica las llagas y cicatriza las heridas: si uno está herido no conviene replegarse sobre sí mismo y ante todo se debe permitir a las personas heridas de rencontrar su dinamismo interior.
4.     La sal hace fundir el hielo e impide que uno se resbale o se deslice: Un cristiano debe evitar corromperse por los caminos del facilismo. Hemos de ser testigos para las personas en búsqueda de sentido de la vida.
5.     La sal impide la deshidratación: Alimentarnos de Dios a través de la oración, los sacramentos y la solidaridad comunitaria con el fin de llegar a ser alimento de Dios para los buscadores de Dios alrededor de nosotros. (En pequeñas dosis la sal es beneficiosa, mientras que en fuertes dosis, llega a ser nociva; entonces es necesario saber dosificarla para una mejor salud física y espiritual).

Hay diferentes tipos o clases de sal: la sal refinada de cocina, el calcio, la sal de vaca (sal de alimentación pecuaria)…así como también hay diferentes personalidades al servicio del evangelio.

Y la LUZ? Ella ilumina, calienta y guía en la noche. He aquí otra realidad esencial de nuestra misión como cristianos: iluminar, dar calor a los corazones fríos, guiar hacia lo esencial. Y todavía acá es preciso decir que hay diferentes tipos de luz: están las luces indispensables en la vida diaria para nuestro bienestar como el cuadrante luminoso que nos asegura la noche para prolongar el sueño, como las luces de las decoraciones de navidad, y después están las luces que enceguecen, que no aportan nada a los otros como la del auto que uno se encuentra en la carretera y donde el conductor no baja las luces a nuestro paso en sentido inverso.

Como cristianos, somos invitados a convertirnos en luces indispensables y necesarias. Nunca luces de iluminación que enceguecen o que encandilan como la de aquel que pone su luz plenamente dentro de la vista de los demás,  y que no busca más que su interés personal: una luz que enceguece a veces, pero deja el corazón amargado.

El desafío como cristianos: permanecer conectados a Cristo, unidos a Él.

Esto me recuerda el día que mi lámpara de escritorio no se iluminaba. Yo cambié la bombilla: esta tampoco funcionaba. Entonces yo decidí desconectarla para ver qué sucedía…y en seguida descubrí que alguien la había ya desconectado. Yo la volví a conectar y funcionó muy bien.

Entonces, es necesario permanecer conectados a Cristo para irradiar su presencia e iluminar en su nombre. Un último detalle importante: la sal que es utilizada y la luz que ilumina son dos elementos que no se aportan nada a ellas mismas. Ellas están ahí para el servicio de los otros.

Es así también como servir a Cristo, es olvidarse de sí mismo por la felicidad de los otros.

Es el conjunto de todas nuestras llamas o flamas juntas que producirán el fuego del amor y del cual el mundo tiene necesidad, y no olvides nunca que si tú no te gastas, si tú no ardes por amor, hay seguramente alguien alrededor de ti que se muere de frío.




OBJETIVO DE VIDA PARA LA SEMANA :

1.     Ahora que los días se alargan, doy gracias a Dios por la luz de Cristo, siempre más fuerte que las tinieblas.

2.     Confío al Señor las zonas oscuras de mi vida y le pido de sazonar mi vida con el sabor del evangelio.

3.     Aprovecho todas las ocasiones de mi cotidianidad para testimoniar, en palabras y en actos la esperanza que habita mi corazón.



ORACIÓNMEDITACIÓN

Yo, Señor, Yo soy la sal y la luz de las cuales el mundo necesita?
Yo puedo influenciar el ambiente y el espacio en el cual vivo?
De qué manera Tú me sacudes! Es verdad, yo he recibido tanto de Ti!..
Yo tengo en el corazón tu mensaje de amor.
Yo llevo dentro de mí tu promesa de vida,
Tú que eres la verdadera sal y la verdadera luz.
Que tu Palabra me inspire las palabras y las actitudes
que traducen tu sabor y tu claridad!

Para ser Sal y Luz como Tù, yo puedo acercarme de un vecino enfermo
Y ser para él una presencia y reconfortarlo.
Yo puedo tenderle la mano  a alguien que me ha hecho daño,
Y reconciliarme con él en vez de levantar sobre él mi mano.
Yo puedo valorizar el trabajo de un colega que es menospreciado,
Yo puedo ayudar a un joven a distinguir lo verdadero de lo falso.
Yo puedo interpelar a mis amigos,
e invitarlos a apreciar la belleza de las personas, sin importar quienes sean.
Yo puedo velar por la paz en mi familia,
Yo puedo…

No es fácil, Señor.
Es necesario que yo vaya contra la corriente de una sociedad
que pregona el individualismo y la afirmación del YO.
Me hace falta coraje para proclamar mi fe y mi esperanza.
Mas, quédate conmigo, Señor.
Haz que no pierda jamás el gusto por Ti!

Yo te doy gracias, Señor,
Por las personas que son sal de humanidad y de ternura en mi vida.
Por su presencia fiel y su confianza,

ellas son luz en mi camino y fuente de alegría.


REFERENCIAS

Pequeño Misal “Prions en Église”, edición quebequense, 2011-2014. Novalis.


HÉTU, Jean-Luc. Les Options de Jésus.


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