viernes, 27 de junio de 2014

6 de julio del 2014: 14º Domingo ordinario (A)


Encontrar descanso, por fin!

La alegría de Dios es aligerar nuestra carga y o nuestro peso, compartiendo nuestra condición gracias a Jesucristo. Es así como Él se revela a los humildes como un soplo alegre que les renueva.


Lectura del santo evangelio según san Mateo (11,25-30):

En aquel tiempo, exclamó Jesús: «Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a la gente sencilla. Sí, Padre, así te ha parecido mejor. Todo me lo ha entregado mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar. Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Cargad con mi yugo y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis vuestro descanso. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera.»



A guisa de introducción:

Dónde encontrar el descanso?

Este evangelio es el que leímos hace poco, precisamente en la solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús.

Como es de placentero, agradable para el oído escuchar hoy nuevamente  al Señor ofreciendo el descanso (el reposo)!

En estos primeros días de Julio, muchos proyectan hacer un viaje, ir a la playa con una confortable silla y entretenerse con un buen libro, o ir de camping simplemente.
En efecto, nada más placentero para comenzar, después de unos meses cargados y agotadores. Pero Jesús no nos  invita nada más que a una relajación física y sicológica, el descanso que Él ofrece es de otra naturaleza.

Todos llegamos a experimentar sentimientos de incomprensión, de impotencia, ver de culpabilidad, en ciertas circunstancias de la vida. Tenemos nuestros momentos de prueba y de agitación interior. Jesús, manso y humilde de corazón como su Padre, nos invita a venir a Él con el peso de nuestras preocupaciones, de nuestras debilidades, de nuestras heridas. Pero, atención! Él no nos promete suprimir las exigencias del evangelio! Sino que propone conjugar  (unir) su fuerza con la nuestra para quitar los obstáculos de nuestro corazón y renovarlo con su amor.

Adherirnos a Jesús, poner en acuerdo nuestros pasos con los suyos…Por qué dudar? Jesús nos asegura su presencia constante a nuestro lado. Qué cosa mejor podemos desear, más que experimentar este sentimiento de plenitud que libera el corazón y el espíritu de toda servidumbre y que transmite la confianza? El reposo o descanso ofrecido lleva consigo la sanación y la renovación. Sí, yo voy a Él con mi corazón de pobre. Puesto que yo no tengo más que un deseo: encontrar la paz y la serenidad a las que tanto aspiro!



Aproximación psicológica al texto del Evangelio:

Como un niño…

En la vida, el éxito humano depende de las oportunidades; se ha tenido esas oportunidades o se tienen aun; uno se sirve o no de ellas. En todo esto, uno tiende a complicar aquello que es simple y a no simplificar lo que es complicado, cuando debe hacerse para que las cosas funcionen.

En lo cotidiano y central de nuestra vida, Jesús nos dice: “ocúpense ustedes de mis asuntos; yo me ocuparé de los de ustedes; ustedes van a ser liberados de sus preocupaciones exageradas; ustedes van a volver a encontrar la calma; todo eso que deseen, ustedes lo obtendrán”.

Y esto que exige de nuestra parte? La FE…es posible. Yo ya he escuchado afirmar a una madre de familia, y ella no es la única, “que ella no se dormía hasta que su hija adolescente no había entrado a la casa tarde en la noche y que después que ella ha confiado, entregado su hija a Dios, ella puede dormir en paz”. Acaso esta madre no tiene corazón? Yo no lo creo, ella ha aprendido a vivir con el problema.

Jesús ha revelado su secreto a los pequeños, a aquellos que tienen un corazón de niño: “Ten confianza, al tomar la vida por el mejor lado posible (por el lado amable, como diría “el chavo”), tú serás feliz”.

Según Jesús, solo los pequeños y aquellos que se les parecen pueden abrir su espíritu y su corazón y comprender…

“Los niños:  ellos son los únicos que tienen tiempo, los niños…ellos cantan para hacerse amar. Ellos no tienen necesidad ni de discursos ni de caridad. Ellos sueñan que ellos pueden amarnos…" Como dice una canción francesa “Les Colombes” : “Abran su corazón a sus hijos (a sus niños): ellos son su esperanza en el mundo”.

Un niño pequeño, es simple, es espontaneo; él dice lo que piensa. Cuando las cosas van mal, llora. Cuando todo va bien, ríe…Un niño pequeño confía. Cuando papa dice « nos vamos para el campo », los niños se precipitan en el auto ; ellos no se imaginan que uno los podría engañar …Un niño pequeño, esta siempre listo mismo a hacer cosas que no son pagadas o pagas… Es por ello que a los niños les gusta tanto jugar. Los adultos (al decir del Principito de Exùpery) están demasiado preocupados en sus asuntos y muy a menudo piensan  que jugar, es una pérdida de tiempo y de dinero…

Un niño pequeño, tiene imaginación, él puede realizar un sueño…El niño es con mucha frecuencia más creador y o creativo que un adulto.

Tener un corazón de niño, para ustedes los niños grandes, los adultos, no es imitar la irresponsabilidad y la irreflexión de los infantes, sino más bien de hacerse las siguientes preguntas: “Nos presentamos nosotros prestos y espontáneos  ante los otros, ante Dios? Estamos listos  para ser los amigos de Jesús, a vivir de su Espíritu, haciendo cosas que no dan plata (que no pagan?) Como cristianos soñamos nosotros lo suficiente con más justicia, con un mundo con más amor? Somos personas que quieren mejorar? Tenemos un corazón de niño? 



Reflexión central

Fallar en el intento...


Así como nosotros hoy hablamos de proyectos…proyecto personal de vida, proyecto a futuro, proyecto de trabajo y o planeación para un determinado periodo…También Jesús se fijó un proyecto pastoral (de acción o dinámica para enseñar la Palabra de Dios). En efecto, al tomar la decisión de establecerse en Cafarnaúm, Jesús había optado por un método rápido con el fin de extender la Buena Noticia de un Dios que no es un juez severo, ni que vigila como policía y destruye las personas (imagen influenciada por la ley de Moisés y proveniente del Antiguo Testamento, y expandida por severos maestros), sino que por el contrario y antes que nada es  un Padre que ama la humanidad y nos quiere tanto a hombres y mujeres felices en su presencia.

Cafarnaúm era  por esta época, la ciudad comercial más importante de Galilea. La gente viene de todas partes para el intercambio de mercancías sea por mar o por tierra. Mientras que la mercancía es comprada o vendida y transferida por los sirvientes o esclavos, los propietarios matan el tiempo. Es ahí donde Jesús decide intervenir: Él va al encuentro de esas personas y habla con ellas, y así cada convertido a su proyecto evangélico, partirá en misión (para propagar, anunciar lo aprendido) en el rincón del país que habita. Pero Jesús, fracasa en su intento, porque si aparentemente los mercaderes no hacen nada, ellos vigilan sus mercancías y no tienen mente ni cabeza y menos corazón para ponerlos a la escucha de las enseñanzas de este Jesús de Nazaret salido de quien sabe donde…o de esa villa de la que se preguntaba todo el mundo “si algo bueno podría salir de allí”…Así pues Jesús fracasa en su intento, falla…

Esta realidad es por lo mismo reconfortante para nosotros: uno tiene el derecho a fracasar, de no ser siempre influyente o tener poder sobre las conciencias, de no ser siempre el mejor. Uno también tiene derecho a fatigarse, a sentirse agotado, a sentirse superado por los sucesos, las cosas que pasan alrededor… Es en este contexto que suenan las palabras del evangelio de este domingo: al fallar en su intento cerca a los grandes de este mundo, Jesús constata que los mejores evangelizadores son las personas simples, de lo cotidiano, sin historia y que la verdadera evangelización no se hace a través de los medios de comunicación (emisoras, canales de tv, espacios y blogs virtuales, etc), ni quizás  a través de grandes homilías o discursos en las iglesias y plazas públicas, sino a través de “la boca a la oreja”, de persona a persona por los caminos del testimonio.

Jesús nos ensena aun mucho más: y es que para anunciar el evangelio no es necesario siempre hacer lo más complicado o lo más exigente, sino que se trata preferiblemente de actuar con gran simplicidad de corazón a corazón a través de nuestro buen humor, nuestra paciencia, nuestra delicadeza, nuestro agradecimiento hacia los otros.

Cuando nosotros nos sentimos fatigados, todo nos pesa y sentimos inmensamente la carga sobre nuestras espaldas, todo llega a aparecer complicado. Nos volvemos severos con nosotros mismos y con los demás. Quizás llegamos a ser cansones, fatigantes y difícil a soportar para los demás.

“Yo amo el reposo (el descanso), dice Dios,  Él renueva las fuerzas y las energías físicas después de los grandes esfuerzos.  Cuando uno está cansado se olvida de reír, de cantar, de amar”.


Aprovechemos las siguientes semanas para cambiar de ritmo. Tomemos tiempo para perder nuestro tiempo. Tomemos el tiempo de situarnos al nivel del corazón. Tomemos el riesgo de reservarnos y o separar tiempo para orar. Es así como Dios llegará a ser nuestra fuerza para enfrentar los nuevos retos y desafíos que la vida traerá a nuestras puertas en las próximas semanas.



ORACIÓN:


Señor, hoy te pido por los sensatos y sabios
que se encierran en su saber
y que tienen frecuentemente la ilusión  
de bastarse a sí mismos.

Te pido por los pequeños de la tierra,
quienes conscientes de lo que les falta y de su fragilidad,
tienen el corazón grande abierto y saben poner su confianza
en Ti, Solamente en Ti Señor.

Te pido por los hombres y mujeres
que sufren por el peso de sus cargas
y que desean en lo más profundo de ellos mismos
encontrar en Ti el reposo.

Libéranos de la suficiencia,
que ahoga en nosotros la sed de Ti
Permítenos comprender
que es en la debilidad y la vulnerabilidad
que nosotros estamos más cerca de Ti
Ayúdanos, mismo a nosotros, a  no  tener miedo
de llegar a ser pequeños,
y  a no olvidar nunca, sobretodo
que es solamente la apertura de corazón

que da acceso a tus misterios y a tus secretos.


Bibliografìa:

http://vieliturgique.ca

http://paroissesaintefamilledevalcourt.org


martes, 17 de junio de 2014

Reflexión alrededor del Cuerpo Humano, antesala de la Fiesta del Corpus Christi. Domingo 22 de junio del 2014

« …Mas el cuerpo, no es solamente digno de respeto, él también tiene encanto, él es portador de un chance, él es lugar de una Encarnación que no dejará jamás de sorprender…Él está imbuido de divinidad, prometido a la Resurrección (condenado de Eternidad) »



La mayor parte del tiempo, cuando somos absorbidos por una actividad mental, como el hecho de leer estas líneas por ejemplo, nosotros olvidamos que tenemos un cuerpo. Este último lo recordamos en el dolor o enfermedad, en una contracción dolorosa (esguince o “deschoncle”), o cuando experimentamos placer (si por ejemplo, comemos galletas leyendo). Si yo me detengo y miro mi cuerpo, qué pensamientos me suscita? cuáles preguntas? Si yo miro los cuerpos expuestos por la publicidad, las revistas, siento ganas de otro cuerpo o del cuerpo de quien miro?

De nuestro cuerpo, antes que de nuestra alma y o psique o espíritu (de informarnos y formarnos sobre ello) somos conscientes y a muy temprana edad. Pero la gran pregunta es a qué edad uno es consciente de tener un cuerpo? Y cuál será  nuestra primera reacción?

Indudablemente la cultura y pensamientos griego, infundidos en nosotros gracias a la filosofía, nos introducen desde la adolescencia en un pensamiento o idea dualista del ser humano, que nos induce a convencernos que cuerpo-alma y espíritu deben tomarse aparte y que cada una es una entidad independiente. Esta manera de asumir el ser humano contaminó al mismo pensamiento bíblico-judío-cristiano, sobre todo en tiempos de Pablo, quien educado  e influenciado de manera muy importante por la filosofía griega, lo condujo  a tener y a difundir una idea muy negativa del cuerpo o corporalidad del ser humano…Las consecuencias de este reduccionismo aun hoy son palpables.

Yo recuerdo que cuando hacia mis postrimeros estudios teológicos en la facultad me vi admirable y gratamente sorprendido al escuchar del holismo. El holismo (del griego λος [hólos]: "todo", "entero", "total") es una posición metodológica y epistemológica que postula que los sistemas (ya sean físicos, biológicos, sociales, económicos, mentales, lingüísticos, etc.) y sus propiedades, deben ser analizados en su conjunto y no a través de las partes que los componen (en especial, enfermedades), consideradas éstas separadamente. Es el sistema como un todo integrado y global el que en definitiva determina cómo se comportan las partes; mientras que un mero análisis de estas no puede explicar por completo el funcionamiento del todo. Esto es así porque el holismo considera que el "todo" es un sistema más complejo que una mera suma de sus elementos constituyentes o, en otras palabras, que su naturaleza como ente no es derivable de sus elementos constituyentes.

Y aprendí que el holismo, mismo tiene orígenes en la cultura bíblica-hebrea y que para ella cuerpo-alma-espíritu no eran entidades separadas sino que formaban un todo. Recuerdo que el profesor de Antropología Teológica, un viejo y sabio sacerdote nos increpaba y o hacia ver lo expandida que está en el mundo y la sociedad postmodernas esta manera de ver al ser humano, reduciendo por ejemplo el cuerpo (femenino) a un mero objeto o instrumento de placer sea sexual o de cualquier otra índole (alimentando al hedonismo, la pornografía, el consumismo). Así, por ejemplo, nos decía este mismo profesor, que al ver una mujer de proporciones físicas perfectas lo más correcto era echarle este piropo: “Qué cuerpo eres”  y no “qué cuerpo tienes” o secamente “qué cuerpo” o como dicen en Colombia popularmente, los del género masculino de toda edad “Como estas de buena”.

Durante mucho tiempo y aun en nuestros días, algunos al interior de la Iglesia Católica (no todos sus miembros, porque es generalizar) han despreciado el cuerpo, demonizando la sexualidad y la sensualidad…Las prácticas de flagelación y de mortificación de la carne (del cuerpo) eran comunes y o recurrentes en los medios clericales y monásticos.

Cuentan que ni el mismo San Francisco de Asís se pudo impedir de llamar a su cuerpo “mi burro”, por lo terco y reacio que él se veía a veces para moderar sus instintos y pasiones y que demoraban su comunión con Dios, en la oración y en la vida de la caridad.

Hemos tenido un pasado y un pasivo pesado difícil de llevar. Así pues, vivir la sacralidad del cuerpo y de los sentidos, como un regalo de Dios, no es cosa fácil para nosotros.

Y reitero, sin duda que uno de los mayores males y yo diría perversión de esta generación actual es el “cosificar” al cuerpo, reducirlo a algo meramente animal, transitorio, objeto, intrascendente, desprovisto de toda trascendencia, mística o divinidad, para la muestra tenemos los botones de los violentos, terroristas, homicidas, pornógrafos, pedófilos, proxenetas, proabortistas, los defensores de la eutanasia, etc.
Precisamente ayer celebrábamos la Trinidad, misterio que no se comprende sino desde la relación (no relatividad) desde el amor al otro y a si mismo…El rostro de Dios siempre es el otro (“porque tuve hambre y me disteis de comer…”, era pisoteado y me devolvías la dignidad…)

Es una verdadera rehabilitación del cuerpo “de lo físico”,  la que tratamos de vivir hoy.
Cuando Jesucristo se encarnó en nuestro mundo, automáticamente nuestra carne, sangre y o humanidad  (aspecto exterior de la persona) se divinizó.

Cuando celebramos el Cuerpo y la Sangre de Cristo, proclamamos que la materia es santa. Es triste que ante la celebración de la misa o Eucaristía algunos detienen su imaginación, se paralizan ante esta pequeña hostia blanca en una atmosfera a veces muy piadosa, lejos de la vida real. Al contrario, al momento de celebrar la misa o el acto de Adoración del Santo Sacramento, es la ocasión para “Mirar el cuerpo, nuestro cuerpo, el Cuerpo del judío Jesús de Nazaret, y decir “Bendito seas Tú” . Este Cuerpo es bueno, la sensualidad es buena, la ternura es buena. Con toda seguridad que todo esto puede ser desnaturalizado. La pornografía existe (lujuria pecado capital) . La glotonería y o gula (pecado capital)  existe, y se podría decir entonces que el Cuerpo es un obstáculo. Pero justamente no se podría hablar de pornografía o de gula si antes  no se estuviera consciente de que el cuerpo es sano y que él es lugar o espacio para compartir. La sangre es santa, pues ella es un elemento del cuerpo. He aquí todo lo que simboliza la Eucaristía.

No tengamos miedo de mirar nuestro cuerpo y nuestra sangre de frente. Puesto que si no nos atrevemos a mirarlos, cualquiera sea su estado, no podremos encontrar el misterio mismo de Dios, y del rostro que Él nos ha dejado en Jesús…Si uno se salta esto es imposible ser discípulo.

Cristo no hizo más que mostrarnos a lo largo de su vida y especialmente en sus últimos 3 años sobre la Tierra la misión y el destino de nuestro ser (tanto alma como cuerpo). Junto a su gran enseñanza de ver a Dios como Padre (y no como un dios lejano, despreocupado del hombre y tirano), del cual nosotros somos Hijos, creaturas divinas, “pequeños dioses, un poco inferior a los ángeles” (Salmo 8) nos dejó por ellos mismo, el legado del cuerpo como extensión divina (“res divinas”), templo del Espíritu Santo, medio para salvarnos, instrumento de amor y relaciones justas, respetuosas y equitativas entre los seres humanos.

No quiero alargarme mucho en este tema, pero considero que es indispensable antes de disponernos a celebrar esta solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo, ser conscientes de todo el ropaje divino, teológico, filosófico que el cuerpo ha tenido a través de la historia de nuestro estilo de vida católico-cristiano…si, porque esta fiesta eucarística (del Cuerpo y la Sangre del Señor)  es mucho más que un asunto de comida y de bebida como ha dicho San Pablo…porque sin duda la mayoría de las homilías se enfocaran este día en la cuestión de la comida…


P. Gustavo Quiceno Jaramillo. mxy 

sábado, 14 de junio de 2014

En los 20 años del Rey León (de Disney)



Hace 20 años, el 15 de junio de 1994, “The Lion King” (“El rey león”) se proyectaba por primera vez en las salas de Estados Unidos.

El nuevo largometraje de animación de los Estudios Disney, basado únicamente en animales y sin referencia directa a un cuento o relato conocido, parecía destinado a la mediocridad o el fracaso comercial (pues Disney parecía haberle apostado más a “Pocahontas”). Por lo tanto el tema universal del poder, que algunos interpretan como una referencia a la obra de Shakespeare  “Hamlet”, la banda sonora original cantada por Elton John y una cuidadosa animación  le reportaron un extraordinario suceso premiado con 2 Òscares.

Recuerdo que a finales de 1994 y comienzos de 1995 alardeaba con amigos y vecinos que había visto esta película 17 veces y medio. Creo en verdad que a ninguna otra película la exploté tanto en mi práctica pedagógica con mis alumnos de Filosofía, de catequesis y la asignatura de Ética y Valores.

Y es que “El rey león” es una cinta que puede exprimirse para reflexionar sobre el proyecto personal de vida, el rol del poder, la fuerza de la amistad, del buen sentido del humor y del amor, la génesis y consecuencias del mal y la violencia, la esperanza, etc.
En fin, una película que fue hecha para niños pero que adolescentes, jóvenes y adultos disfrutamos inmensamente.

La escena que más me marcó y me hizo llorar(a mis 25 años) aun así viéndola en pequeña pantalla, con regular calidad y en VHS, fue aquella donde Mufasa (padre león) muere en una estampida por culpa de su malvado hermano Skar. Todos los personajes, mismo el trió de hienas con toda su hipocresía y maldad son encantadores.
El personaje que me hizo reír más fue Timón.

Una filosofía o estilo de vida peligrosamente atractivo “Hakuna matata” (no te preocupes), nos llevó a pensar que eso de relajarse es bueno, pero no demasiado que nos lleve a ser negligentes con nuestra misión o vocación de vida…

La canción que más me gustó por mensaje “The Circle of Life”,



La canción que mas me gusto por romántica: “Can you fell the love tonight?” (Puedes sentir el amor esta noche?)



10 años después tuve la oportunidad de ir a Kenya y conocer un poco sobre el swahili, la lengua del país, en cuya tierra se inspira la película (otros dicen que los realizadores estuvieron observando más  la fauna, el comportamiento de los animales en Tanzania). Por allí supe que los nombres de varios personajes fueron tomados del Swahili, así:

Simba

Etimología: león (swahili)
Especie: león (Panthera leo)

Nala

Etimología: regalo, obsequio (swahili)
Especie: leona (Panthera leo)

Sarabi

Etimología: espejismo (swahili)
Especie: leona (Panthera leo)

Pumba

Etimología: negligente, descuidado, tonto, bobo o simplón (swahilí)
Especie: facóquero o jabalí verrugoso (Phacochoerus africanus)

Rafiki, el mono sabio o sacerdote,
Etimología: amigo (swahilí)
Especie: mandril (Mandrillus sphinx)

Hienas
Significado del nombre:
Banzai: merodear, acechar (swahilí)
Ed: nombre propio (sin significado)
Shenzi: grosera u ordinaria (swahilí)
Especie: hiena (Hyaenidae)

La historia de Simba quedará por mucho tiempo como la obra maestra de la animación Disney.


referencia:


viernes, 13 de junio de 2014

29 de junio del 2014: Solemnidad del martirio de San Pedro y San Pablo


La fuerza de la fe

Enviados para seguir los pasos de Pedro y Pablo, AL IGUAL QUE ELLOS  nosotros encontramos nuestra fuerza únicamente en la FE.



Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Mateo (16,13-19):

En aquel tiempo, al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos: «¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?» 
Ellos contestaron: «Unos que Juan Bautista, otros que Elías, otros que Jeremías o uno de los profetas.»
Él les preguntó: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?» 
Simón Pedro tomó la palabra y dijo: «Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo.» 
Jesús le respondió: «¡Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás! porque eso no te lo ha revelado nadie de carne y hueso, sino mi Padre que está en el cielo. Ahora te digo yo: tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará. Te daré las llaves del reino de los cielos; lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo, y lo que desates en la tierra quedará desatado en el cielo.»


Palabra del Señor


A guisa de introducción:


En nuestros días, las maneras de comunicarnos se han diversificado: teléfono, blogs, sms (mensajes de texto), correos y sitios de internet, no son que algunos ejemplos.

Las oportunidades de tomar la palabra, de compartir nuestra opinión y lo que nos hace vivir o anima, no habían sido nunca tan numerosas.

Por lo tanto, no es simple o fácil tomar la palabra cuando uno se pone a reflexionar sobre las repercusiones de este acto, es decir, cuando uno es consciente de la gravedad que va a decir, expresarse no es nada sencillo.

Cuando se presenta la necesidad de afirmar una verdad, esto llega a ser una tarea muy delicada. Y sobre todo cuando nuestro interlocutor es una persona con la que tenemos una relación afectivamente estrecha…A veces caminamos como sobre huevos, como loro en tunal…midiendo nuestras palabras para que el mensaje sea bien acogido o al menos bien comprendido.

Un ejemplo para nosotros sacerdotes: nuestra tarea de predicadores es bastante exigente: esta implica conocer bien nuestros interlocutores, su nivel de comprensión, sus preocupaciones, sus esperanzas, sus utopías. Como decía el recordado Padre Calixto “no reganemos a los pocos que vienen  a la misa”. Hoy más que nunca sabemos que los discursos moralistas, condenadores, las homilías que solo ven la paja en el ojo ajeno están ya para recoger y mejorar. Y cuando se trata de denuncia o profecía (porque es necesario y en caso de que eso se quisiera), entonces hay que hablar con voz más fuerte, sin lugar a dudas…Por ello, es esencial conocer  los contextos, el público al que nos dirigimos… y sabemos que a la Iglesia difícilmente vienen quienes necesitan escuchar aquellos sermones…

En el evangelio de hoy, Pedro toma la palabra para afirmar lo que era evidente hasta ese momento y que parecía escondido a los ojos de todos.

Declarar que Jesús es “el Mesías, el Hijo del Dios viviente”, podría cambiar la imagen de Jesús entre los discípulos, chocarles y finalmente dividirlos.

Pero enseguida, Jesús confirma la afirmación del jefe de los doce, descubriéndoles el origen de esta revelación: El Padre que está en los cielos.

Tomar la Palabra se constituye a veces en un acto de valentía, en particular cuando se trata de nuestras convicciones profundas que todo el mundo no podrá aceptar ni tampoco comprender.

Al ejemplo de Pedro, seamos de aquellos que osan tomar la palabra para compartir su fe y proponer la presencia de Dios en un mundo que parece más sugerir su ausencia.


Aproximación psicológica: (1)


De la selva densa a la roca solida

 En el espacio de 3 versículos se nos exponen 3 expresiones de gran complejidad a saber: EL HIJO DEL HOMBRE, CRISTO y EL HIJO DE DIOS. Estas expresiones llamadas títulos mesiánicos, corresponden a maneras bien precisas con las cuales los primeros cristianos comprendieron y expresaron su fe en Jesús.

Los exegetas continúan discutiendo entre ellos la cuestión de saber si Jesús se aplicó esto títulos a sí mismo, y la respuesta aun no es bien clara.

Una cosa cierta es que estos títulos estaban estrechamente ligados al contexto religioso judío, y desaparecieron cuando la fe fue trasladada al mundo grecorromano. Así, nosotros los conocemos hoy más bajo la forma de nombres propios: El Mesías, Jesucristo.

En verdad, no hay nada que lamentar en esta evolución, ya que estos títulos logran bastante mal expresar la identidad de Jesús, a dar una buena concepción o toma de significado  sobre su misterio.

Jesús se opone en alguna parte  a “dar signos” de su autoridad (Mt 12,38-39), dejando a sus oyentes la tarea de evaluar por ellos mismos el conjunto de su acción (su práctica).  Se podría hablar de igual manera de su rechazo a dar definiciones teológicas de su identidad, rechazo que llevaría a sus contemporáneos a descubrir por ellos mismos quien era Él.

Esto no significa de ninguna manera que todo nos resbale entre los dedos, y que Jesús  quede  para siempre como  una figura fugitiva e inalcanzable. Pero la crítica textual y el análisis teológico de los títulos mesiánicos es representada como una selva densa en la cual se perderían de modo seguro los mas pequeños (Mt 11,25). Ahora, Jesús declara que justamente son estos últimos quienes tienen acceso a su misterio.

Es menester entonces decir que tenemos acceso directo a lo que importa saber sobre Jesús, y esto tiene dentro algunas convicciones de fondo, que toda persona sincera puede  tener después de una lectura atenta del evangelio.

Ante todo, Jesús se muestra convencido de que Dios se ha acercado a todo ser humano, y que Él está presente como un Padre en su vida de cada día.

Enseguida, Él está plenamente convencido de estar en una causa común con Dios, y él deja entender que la actitud que se asuma de cara él  (Jesús) es la misma actitud que se asume ante Dios mismo. Finalmente, él está convencido que los pobres y los oprimidos son los primeros en recibir la ternura de Dios, que la fiesta que viene será ante todo su fiesta, y que es con ellos que es necesario construir nuestras primeras solidaridades.

He aquí algunas de las convicciones de Jesús. Es reflexionando sobre ellas y acerca de la manera como Jesús vivió toda su vida en conformidad con ellas, que nosotros podremos comprometernos en una búsqueda espiritual auténtica.

Construir (formar) sobre la roca un grupo comprometido

Jesús un día decide dejar su trabajo de carpintero ordinario para llegar a ser constructor de hombres, y el agrupa pescadores ordinarios con el objetivo de hacerlos pescadores de hombres. Acá rencontramos el mismo paralelo entre la actividad de Jesús y la de sus discípulos: Jesús construirá su comunidad, su gran asamblea, y sus discípulos, representados por Pedro, se comprometerán ellos mismos en la realización de este proyecto.

Notemos acá que Jesús entiende quedar como el actor principal. Puesto que Él no dice a los discípulos: construyan ustedes una iglesia. Si Él les dona poderes, es únicamente para que sus discípulos realicen su proyecto (suyo), con la misma apertura y la misma libertad de cara a  las instituciones y al poder.

Este famoso poder de las llaves confiado a los apóstoles no debe ser comprendido como el poder que es a veces arbitrariamente ejercido sobre las conciencias por ciertos eclesiásticos “puntillosos”.

Un comentador de las escrituras remarca sobre esto, que en la lengua semítica (lengua original de la biblia) “se emplea grupos de dos palabras opuestas para indicar la totalidad”. De tal modo que el acento no se pone sobre el ejercicio del juicio, mas sobre la capacidad (y la misión!) de desatar los seres humanos, de liberarlos de todas sus ataduras (obstáculos, lo que les estorba y no les deja ser libres).

De otro lado,  esta manera de comprender el versículo 19,  va en la línea de la comprensión  que Jesús tenia de su propia misión. “El hijo del hombre ha venido a buscar y salvar lo que estaba perdido”, y no perder (atar) lo que estaba salvado o lo que no estaba perdido (cf. Luc 19,10).

Al construir su comunidad sobre la piedra (o roca) (ver el juego de palabras del versículo 18), Jesús evoca su parábola de la casa construida sobre la roca (Mt 7,24-27). Se trataba en aquella parábola de fundar su experiencia espiritual sobre la piedra, es decir, sobre la puesta en práctica de  la Palabra de Dios. La solidez que es prometida a la comunidad eclesial reenvía entonces a la exigencia de una práctica seria y fiel del evangelio.

Vemos aquí entonces el encadenamiento de textos reveladores en este sentido: “las puertas del infierno no prevalecerán contra mi iglesia”: el mal no tendrá la última palabra con los miembros de mi grupo: el infierno no podrá retener prisioneros los miembros de mi iglesia: “mis ovejas no perecerán nunca y nadie podrá arrancarlas de mi mano” (Jn 10,28); pero, cómo se llega a ser oveja, como se llega a ser discípulo?  “no es diciendo Señor, Señor (…) sino haciendo la voluntad de mi Padre” (Mt 7,21).

Así pues,  pertenencia a la Iglesia, solidez de la Iglesia y práctica eficaz de la Palabra  liberadora de Dios, son 3 realidades que aparecen íntimamente unidas entre ellas. Más que una prueba de la solidez de la institución, este pasaje contiene entonces en filigrana este compromiso en la acción que es propio y característica de toda palabra de Jesús.


Aproximación psicológica (2)

Armonizar los opuestos


Un icono ortodoxo muestra a los apóstoles Pedro y Pablo mejilla contra mejilla, puesto que ellos se encuentran en el mismo amor por Cristo Jesús. Pero si miramos atentamente la pintura, remarcamos sus rostros adustos, malhumorados, puesto que se trata de recordar que ellos también “se enfrentaron abiertamente” (Carta a los Gálatas 2,11).

En efecto, todo parecía oponerles. El primero es un simple pescador, sin gran instrucción, un hombre generoso y sencillo, pero también de una prudencia muy campesina y en ocasiones vacilante. El segundo, Pablo es un intelectual, también versado en las letras griegas como en las escrituras rabínicas, activista y audaz. Uno es rural, otro es citadino, ciudadano romano de nacimiento. Pedro es un temeroso que vence el miedo; Pablo es un orgulloso que se corrige. Mas siempre quedará en uno las huellas del relajado que él ha sido, y en el otro las huellas del orgulloso que ha tenido necesidad de cambiar, de hacerse humilde por la dura experiencia en el camino de Damasco.

Si Pedro era casado, Pablo era célibe o sin duda, siguiendo la opinión generalizada de los exegetas actuales, viudo o separado de su mujer. Sus encuentros mutuos son raros y muchas veces estuvieron en conflicto. Sus caminos se cruzan poco, Pedro habitando en Jerusalen y en Roma, Pablo recorriendo en todos los sentidos el Noroeste de la península mediterránea.

Y por lo tanto sus vidas tienen puntos en común. Un gran amor por Jesús, ante todo. Ciertamente, este amor se muestra según su temperamento, “la gracia no anula la naturaleza” se complacía en decir la Eda Media. Pedro crecerá con altos y bajos y mismo renegará 3 veces  a Jesús, antes de entregarse totalmente: “Señor tu sabes todo, tu sabes bien que yo te amo” (Juan 21, 17). Pablo repentinamente abrazará su conversión, cambiando repentinamente y no volverá jamás atrás, después de su vida de perseguidor. Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.(Carta a los Gálatas 2,20). Pero este mismo amor por Jesús los conducirá ambos, prácticamente al mismo tiempo, a seguir a su amigo en su pasión y en su muerte.
Después, sus vidas, si divergentes aparentemente, manifiestan sin cesar la presencia actual del Resucitado. Es Cristo quien actúa cuando Pedro es liberado de la cárcel o cuando cura el paralitico en la puerta del templo.

Es Jesús quien está a la obra en las correrías de Pablo a través del Asia Menor y Grecia, donde nacen por sus pasos tantas comunidades de paganos convertidos.

Pedro, por su origen y su cultura se dirigió preferencialmente hacia los judíos convertidos al cristianismo y se dedicó a organizar y unificar las primeras comunidades. Él era la roca sobre la cual se había fundado la Iglesia. Por el contrario, Pablo,  llega a ser “por orden del Señor”  el ardiente evangelizador de los paganos, haciendo autónoma a la Iglesia naciente en comparación con el judaísmo. Él está lleno de la flama y del soplo del Espíritu. Tanto el uno como el otro, fueron en sus tensiones, indispensables y complementarios.

La organización de las comunidades y el carisma misionero son todos los dos necesarios para la edificación de la Iglesia.
Que podemos concluir para nosotros hoy?

·         No dramatizar las tensiones en nuestras comunidades: las oposiciones pueden armonizarse en la comunión. Es el pluralismo que forja la verdadera unidad.
·         Sabernos aceptar: Es a partir de nuestras naturalezas diversas, y mismo de nuestras fragilidades o debilidades aceptadas en la humildad confiada, como el Señor modela al santo, al santo que quiere hacer de nosotros.

·         En conclusión y sobretodo, recibamos sin cansarnos la fuerza de amar hasta al final al Señor Jesús por la fidelidad a la oración y a la Eucaristía.

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OTRA REFLEXIÓN  (2)


Después de la muerte de Juan el bautista, Jesús ha dejado la tierra de Galilea.  Ahora elude  las multitudes y se consagra por entero a sus apóstoles a quienes va revelarles el misterio de su pasión. El Mesías sufriente, humillado llega a ser el punto central de su predicación.

Jesús sabe lo que se piensa de él. Pero con todo, el lanza la pregunta: “De acuerdo a lo que se dice, se rumora qué dice la gente quién es el hijo del hombre? “  Las respuestas son variadas: Juan Bautista resucitado, Elías de quien se esperaba su retorno, Jeremías, uno de los grandes profetas…Y los doce no se atreven a recordarle lo que dicen los jefes religiosos a propósito de él: un hereje, un poseído, un seductor de masas, un glotón, un borracho.

Y entonces es cuando enseguida Cristo les hace la pregunta muy personal: ¿“pero, y ustedes quien dicen que soy yo?”

Y es Pedro quien responde en nombre de los 12: “Tú eres el Mesías, el Hijo del Dios vivo”.  Es evidente que esta respuesta no ha sido suficientemente comprendida por Pedro y por los apóstoles que después de la Resurrección, mismo si el evangelista la utiliza aquí, antes de la entrada a Jerusalén. En el cuarto evangelio (San Juan)  se menciona otra profesión de fe de Pedro. Cuando los discípulos en gran cantidad,  abandonan el Señor, y éste demanda a sus apóstoles: “ustedes también quieren irse (abandonarme?)” Y Pedro responde:  ¿“A quien iremos Señor?, solo tú tienes palabras de vida eterna” (Jn 6,67).

Pedro es quien a menudo habla en nombre de los otros. Es un impulsivo y comete a menudo errores (“mete la pata”, “se equivoca”). Pero a pesar de todas sus lagunas ama a Cristo y es escogido para ser el fundamento de la Iglesia. Es necesario recordar acá que Jesús es el constructor de la Iglesia, y no Pedro: “Tu eres Pedro, y sobre esta piedra, yo construiré mi Iglesia”. Jesús promete al jefe de los apóstoles un carisma especial: “Yo he orado por ti para que tu fe no desfallezca. Tú, entonces, cuando vuelvas, asegura la fe, la confianza de tus hermanos” (Luc 22,32).

La autoridad conferida a Pedro no es una autoridad de poder sino una autoridad de servicio. Es para expresar este tipo de autoridad que Jesús insiste en lavarle los pies la tarde del jueves santo, y esto a pesar de las reticencias del pescador galileo. Pedro y los apóstoles reciben las llaves del Reino para que ellos abran las puertas a todos.

Recordemos que Cristo había acusado los escribas y a los fariseos de cerrar la entrada del Reino de Dios: “¡Ay de ustedes, escribas y fariseos, hipócritas! Porque cierran el Reino de los cielos delante de los hombres; que ni ustedes entran, ni a los que están entrando dejan entrar” (Mt 23,13).

Jesús no quiere que hagamos lo mismo que los escribas y fariseos en su Iglesia.

El rol (papel) de Pedro es el de ser también un símbolo de unidad en la Iglesia. Miremos lo que sucedió en el Primer Concilio de Jerusalén, cuando cuatro o cinco grupos experimentan ideas diferentes sobre la adhesión de los no judíos al cristianismo.
Es Pedro quien supo religar Pablo el liberal, Santiago el conservador, los griegos de la izquierda, y los fariseos cristianos de la derecha. Todos se pusieron de acuerdo alrededor de Pedro que ha explicado lo que le había sucedido en casa del centurión romano: “Lo que Dios ha purificado, no lo llames tú impuro”  (Hechos 11,9).

Pedro, es entonces, Aquel , alrededor de cual los cristianos forman unidad.  A través de los siglos, no ha sido siempre  el caso  con los sucesores de Pedro, pero hoy los gestos de unidad y de reconciliación se multiplican: Pablo VI y Juan Pablo II con los ortodoxos, los protestantes y los líderes de otras religiones, Benedicto XVI en la sinagoga de Colonia. El papel principal del Papa es promover la unidad: primero, al interior de la Iglesia (entre los partidarios de la derecha y los partidarios de la izquierda), enseguida, con aquellos que se han alejado de Roma (los protestantes y los ortodoxos), y con los miembros de otras religiones.

La unidad es importante, puesto que juntos participamos en la vida del Reino. El Concilio vaticano II definió la Iglesia como “el pueblo de Dios”. Es imposible ser cristiano y de tener la fe, vivenciarla solo. La no-práctica religiosa, el alejamiento de la comunidad cristiana provocan continuamente la atrofia y la desaparición de la fe. Cuando algunos  dicen , que ellos son cristianos practicantes , quieren decir por lo regular que ellos van a la misa el domingo. Pero ser “cristiano practicante”, es mucho más que asistir a la liturgia dominical, es practicar también la justicia, la fraternidad, la hospitalidad, el respeto de los otros, actuar con justicia en los asuntos y negocios, perdonar las ofensas, amar sus enemigos, ser promotores de paz, rechazar la violencia, ser tolerante…

Dietrich Bonhoeffer (1906-1945) un gran teólogo  y  pastor polaco –alemán muy conocido, llevado a la horca por los nazis debido a sus ideas religiosas y por su defensa de los judíos, preguntaba un día  a sus feligreses parroquianos  de Berlín: “Si hoy se les acusara a ustedes de ser cristianos, es que se encontrarían suficientes pruebas para condenarles?”. Bonhoeffer sabía la importancia de la fidelidad a las exigencias del evangelio.

El abad Pierre, el apóstol de los pobres, afirmaba: “Cuando lleguemos al final de nuestra vida, no se nos preguntara si hemos sido creyentes, sino más bien si hemos sido creíbles”, es decir, si nuestras acciones corresponden a nuestra profesión de fe! “No son aquellos que dicen: Señor, Señor, que entraran en el Reino de los Cielos, sino más bien aquellos que hacen la voluntad de mi Padre”.

El cristianismo es una gran esperanza, pero ella tienes sus exigencias evangélicas.  Debemos constantemente verificar nuestra práctica religiosa y nuestra adhesión a Cristo a la luz del evangelio. La respuesta a la pregunta de Cristo: Para ustedes, quien soy yo? determinará el tipo o clase de cristiano que nosotros somos.


Referencias Bibliograficas

 - http://vieliturgique.ca

- Pequeño Misal "Prions en Église", edicion quebequense, 2011- 2014

- HÉTU, Jean-Luc. Les Options de Jésus.

-http://cursillos.ca



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