miércoles, 8 de enero de 2014

2 de febrero del 2014: Fiesta de la Presentación del Señor en el Templo




Monición antes de la procesión de luz

Hermanos, queridos amigos, hace 40 días, celebrábamos con alegría la Natividad del Señor. Y henos aquí este día celebrando el día que Jesús fue presentado en el Templo por María y José: Él se conformaba así a la Ley del Señor, pero en verdad Jesús salía al encuentro del pueblo de creyentes.
En efecto, el anciano Simeón y la profetisa Ana habían venido al Templo impulsados por el  Espíritu Santo; iluminados por este mismo Espíritu, ellos reconocieron su Señor en el pequeño niño y ellos lo anunciaron a todos con entusiasmo.
Nos corresponde hoy a nosotros hacer lo mismo: reunidos por el Espíritu, vamos a ponernos en marcha hacia la casa de Dios (o hacia el altar del Señor) al encuentro de Cristo; nosotros lo encontraremos, y lo reconoceremos al partir el pan, mientras esperamos su venida en la Gloria.


EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS CAPITULO 2 VERSICULOS 22 AL 40

22. Cuando llegó el día en que, de acuerdo a la Ley de Moisés, debían cumplir el rito de la purificación, llevaron al niño a Jerusalén para presentarlo al Señor,
23.tal como está escrito en la Ley del Señor: Todo varón primogénito será consagrado al Señor.
24.También ofrecieron el sacrificio que ordena la Ley del Señor: una pareja de tórtolas o dos pichones.
25.Había entonces en Jerusalén un hombre muy piadoso y cumplidor a los ojos de Dios, llamado Simeón. Este hombre esperaba el día en que Dios atendiera a Israel, y el Espíritu Santo estaba con él.
26.Le había sido revelado por el Espíritu Santo que no moriría antes de haber visto al Mesías del Señor.
27.El Espíritu también lo llevó al Templo en aquel momento. Como los padres traían al niño Jesús para cumplir con él lo que mandaba la Ley,
28.Simeón lo tomó en sus brazos y bendijo a Dios con estas palabras:
29.Ahora, Señor, ya puedes dejar que tu servidor muera en paz como le has dicho.
30.Porque mis ojos han visto a tu salvador,
31.que has preparado y ofreces a todos los pueblos,
32.luz que se revelará a las naciones y gloria de tu pueblo, Israel.
33.Su padre y su madre estaban maravillados por todo lo que se decía del niño.
34.Simeón los bendijo y dijo a María, su madre: «Mira, este niño traerá a la gente de Israel ya sea caída o resurrección. Será una señal impugnada en cuanto se manifieste,
35.mientras a ti misma una espada te atravesará el alma. Por este medio, sin embargo, saldrán a la luz los pensamientos íntimos de los hombres.»
36.Había también una profetisa muy anciana, llamada Ana, hija de Fanuel de la tribu de Aser. No había conocido a otro hombre que a su primer marido, muerto después de siete años de matrimonio.
37.Permaneció viuda, y tenía ya ochenta y cuatro años. No se apartaba del Templo, sirviendo día y noche al Señor con ayunos y oraciones.
38.Llegó en aquel momento y también comenzó a alabar a Dios hablando del niño a todos los que esperaban la liberación de Jerusalén.
39.Una vez que cumplieron todo lo que ordenaba la Ley del Señor, volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret.
40.El niño crecía y se desarrollaba lleno de sabiduría, y la gracia de Dios permanecía con él.


A guisa de introducción:

La luz y la vida

La luz es un elemento vital en nuestra existencia, sobre todo porque ella es indispensable para las plantas (que hacen su proceso de fotosíntesis) y a nuestro sentido de la vista.
Ella nos presta igualmente múltiples servicios con el fin de permitirnos mantener nuestra salud y nuestra vitalidad.
La luz es una onda electromagnética que nos aparece sea directamente como la luz del sol o la de un fuego o por reflejo sobre los objetos que ella toca.
La luz se caracteriza por 3 aspectos:
-        Una intensidad,
-        Una frecuencia o una combinación de frecuencias que son unidas al color (del rojo al violeta).
-        Una dirección.

Jesús es luz:

El 2 de febrero en Quebec y Canadá se conoce como "el día de la marmota". Si el cielo está cubierto de nubes, el invierno acaba. Curiosamente es el día de la Candelaria (de ahí la fiesta que llama a la Virgen María Nuestra Señora de la Candelaria) o de la Presentación del Niño Jesús en el Templo.

Si el tiempo es soleado, el invierno se prolongará por seis semanas. Es una cuestión de luz.

Es lo que proclama el anciano Simeón respecto a Jesús: Él es la luz de las naciones y la Gloria de su pueblo.

En nuestro bautismo, al recibir un cirio o una vela, los padrinos escuchan este 
imperativo: Reciban la luz de Cristo.

La segunda lectura nos ha recordado cómo Cristo es nuestra luz.

Como nos lo recuerda la Navidad y su bautismo por Juan, Él ha querido compartir nuestra condición humana. Y como la luz física:
-        
     Él quiere hacerse intensa su luz en nosotros, a través de nosotros,

-     El desea frecuentarnos en nuestras alegrías y sufrimientos (color rojo) o a través de nuestras privaciones o sacrificios, duelos, tristezas (color violeta). Jesús se ha sacrificado sobre la cruz,

-        La dirección de sus rayos señalan el cielo (la casa del Padre). Él es la luz que nos guía en nuestro camino hacia Dios…”Ahora, Señor, según tu promesa puedes dejar a tu siervo  irse en paz, porque mis ojos han visto a tu Salvador”.

Una luz para ser acogida

La esperanza habitaba Simeón. Gracias al Espíritu Santo, él la guardaba viva en su corazón. Y es el Espíritu que le ha permitido junto a otros, reconocer en este niño el Mesías tan esperado…Una luz para acoger…Por lo tanto, este futuro o porvenir estará rodeado de sombras también, la oscuridad será una amenaza. Jesús llegará a ser causa de división…Todavía hoy…según los debates con respecto a la oración en las asambleas de los consejos municipales, o por la presencia del crucifijo en la Asamblea nacional de Quebec…También es cierto en nuestras familias, Jesús es causa de división: los abuelos que sufren por ejemplo, porque sus nietos no son bautizados…cómo les gustaría a ellos depositar sus nietos y verlos en los brazos de Cristo, en la iglesia, en el lugar de culto, como Simeón lo ha hecho en el templo por Jesús!

Una luz a portar:

En el bautismo, son los padrinos y las madrinas que reciben el cirio o la vela para significar que ellos aceptan una responsabilidad importante: apoyar y acompañar a los padres en su proceso (camino) de fe de su ahijado; (un acompañamiento cerca del niño, en la infancia, en la adolescencia y hasta la edad adulta). Hay aquí un compromiso que va mucho más allá de las simples responsabilidades civiles.

A menudo, los padres se sorprenden que sea necesario estar bautizado y confirmado para llenar este requisito de padrinazgo. Cómo ayudar a alguien a crecer en la fe sin ser personalmente un creyente convencido?




Aproximación psicológica al texto del evangelio:

El crecimiento personal de Jesús (su madurez)

Sostenido o alentado por su ambiente familiar y o alimentado por el amor de José y de María, Jesús se hacía cada vez más grande y más fuerte.

El fenómeno del crecimiento humano ha sido muy estudiado en los últimos 75 años. Dentro de la corriente setentera de la psicología humanista, se privilegiaba cierto número de criterios para evaluar el nivel del crecimiento de una determinada persona. He aquí una breve enumeración:

Deseo de intimidad consigo mismo, traduciéndose en la necesidad de ciertas formas de silencio y de soledad, favoreciendo la presencia o conciencia de sí mismo…

Deseo de intimidad con alguien distinto (con otro), manifestándose en la expresión de sentimientos calurosos en los encuentros donde se permite la autenticidad de sí mismo y se permite al otro de ser él mismo.

La libertad con respecto a las normas morales y culturales presentes y observadas en su ambiente, esta libertad implica la capacidad de aceptar sanciones negativas expresadas ocasionalmente por personas concretas.

Deseo de servir a alguna causa, de donarse a una causa ligada a las vivencias significativas de personas concretas.

Capacidad de compadecerse ante el sufrimiento humano, compasión que no es sensiblería ni rebelión, sino capacidad de reaccionar humanamente ante el sufrimiento del otro, mismo si este sufrimiento está escondido o que el otro esté lejos.

Es emotivo constatar cómo esta enumeración técnica, llega a ser evocación de una marcha o camino bien preciso, cuando se sitúa en el contexto del crecimiento humano de Jesús. Éste, no ha frecuentado grupos de crecimiento como los que conocemos hoy en ciertos ambientes, pero con todo, Él se ha preocupado por salir adelante con su vida, triunfar, lograr grandes cosas (es decir, no “arruinarla”- Mateo 16,26, de no “perder su sabor”- Mateo 5,13, de “ir a lo profundo”- Lucas 6,48…).

Jesús se ha preocupado por actualizar todo su potencial humano, llegando a ser consciente de lo que era, y lo que habría de llegar a ser, comprometiéndose en lo que Él hacía y en lo que debía hacer. Pero al mismo tiempo, uno no siente en Él ninguna tensión, ninguna obsesión por el reconocimiento social, por el éxito personal, por el poder y la fuerza, por el prestigio. Puesto que estas realidades son objetivos  que se persiguen con obsesión cuando se quiere a cualquier precio “tener éxito en la vida”; ellas no tienen ninguna relación con el verdadero crecimiento personal, aquel que uno siente perseguir en sí mismo cuando uno aprende a llegar a ser fiel a aquello que uno es en profundidad, y en la indiferencia a todo lo que esta fidelidad puede hacernos perder exteriormente.

Puesto que aquel que nos ha dicho de no “arruinar” nuestra vida, nos ha dicho también que no se debía tener miedo de perderla (a los ojos del mundo- Lucas 17,33).


Al mismo tiempo que el crecimiento humano se asocia de manera destacada con los criterios modernos de la actualización de sí, este crecimiento humano o madurez de Jesús  también se abre sobre un misterio: “es Dios quien da el crecimiento” (1 Corintios 3,6), no solamente a nuestra acción, según el sentido inmediato de este texto, sino a nuestro ser mismo, y no solamente como respuesta a nuestros esfuerzos, sino como Lucas lo dice acá, a partir de su favor por nosotros.

domingo, 5 de enero de 2014

26 de enero del 2014: 3er Domingo del Tiempo Ordinario (A)



Las lecturas de este día nos dicen que somos llamados “para el REINO”. En los comienzos de su ministerio, Jesús anuncia el Reino y llama discípulos invitándoles a seguirle. Este anuncio y este llamado nos concierne a todos. Quizás sería necesario volvernos hacia Dios y ponernos al servicio de este REINO.




EVANGELIO DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO SEGÚN SAN MATEO CAPITULO 4, VERSICULOS 12 AL 23:

12. Cuando Jesús oyó que Juan había sido encarcelado, se retiró a Galilea.
13. No se quedó en Nazaret, sino que fue a vivir a Cafarnaún, a orillas del lago, en la frontera entre Zabulón y Neftalí.
14. Así se cumplió lo que había dicho el profeta Isaías:
15. Tierra de Zabulón y tierra de Neftalí, en el camino hacia el mar, a la otra orilla del Jordán, Galilea, tierra de paganos, escuchen:
16. La gente que vivía en la oscuridad ha visto una luz muy grande; una luz ha brillado para los que viven en lugares de sombras de muerte.
17. Desde entonces Jesús empezó a proclamar este mensaje: «Renuncien a su mal camino, porque el Reino de los Cielos está ahora cerca.»
18. Mientras Jesús caminaba a orillas del mar de Galilea, vio a dos hermanos: uno era Simón, llamado Pedro, y el otro Andrés. Eran pescadores y estaban echando la red al mar.
19. Jesús los llamó: «Síganme, y yo los haré pescadores de hombres.»
20. Al instante dejaron las redes y lo siguieron.
21. Más adelante vio a otros dos hermanos: Santiago, hijo de Zebedeo, con su hermano Juan; estaban con su padre en la barca arreglando las redes. Jesús los llamó,
22. y en seguida ellos dejaron la barca y a su padre y lo siguieron.
23. Jesús empezó a recorrer toda la Galilea; enseñaba en las sinagogas de los judíos, proclamaba la Buena Nueva del Reino y curaba en el pueblo todas las dolencias y enfermedades.




A guisa de introducción:

Compartir la luz

Qué es la luz? En verdad, hoy uno no sabe apreciarla lo suficiente. Nosotros estamos constantemente inundados de ella día y noche.

Algunos de entre  nosotros por lo tanto,  hemos vivido una época en que los anocheceres se pasaban a la luz de velas de cera o de parafina. Uno podía más fácilmente tomar conciencia de la importancia de la luz más radiante, estable y potente como la luz eléctrica. Por eso cuando había la interrupción del fluido eléctrico esto era todo un evento…en el pueblo se podía escuchar al unisono  y  a lo lejos un admirativo “Ahh”…Hoy, esos cortes de electricidad podrían causar pánico en nuestras residencias, y más en los países fríos donde el aire acondicionado funciona con electricidad.

Como cristianos, somos portadores de una LUZ muy especial, LA LUZ DE CRISTO. Ésta vence las tinieblas en nuestro interior y nos hace vivir en la VERDAD y el AMOR.
Como la luz del día, la luz de Cristo es intocable y brilla al lado de todos aquellos que se le acercan. Ella se comparte sin perder su brillo. Ella reúne y guía los peregrinos que nosotros somos en los senderos de la vida. En un mundo que busca en ocasiones  esconder sus zonas de oscuridad con luces artificiales, sepamos hacer conocer la luz de Cristo que brilla para todos.

Dispongámonos desde hoy a la conversión del corazón. Despojémonos del yo egoísta y volvámonos hacia Dios y hacia nuestro prójimo.

La invitación hecha por Jesús a los discípulos se dirige también a nosotros hoy. Como ellos, estemos prestos a todo abandonar para ponernos al servicio de este Reino de luz y de amor.


Aproximación psicológica al texto del evangelio

Yo me mudo!

El evangelio da gran cantidad de indicaciones estableciendo claramente la influencia de Juan Bautista sobre Jesús. Y en su evangelio Mateo  nos da a entender que  es el arresto  de Juan lo que habría empujado  Jesús a tomar la decisión de coger la batuta (asumir su misión), retomando textualmente- al  menos en los inicios- el mensaje de Juan.

Las cosas no son tan simples, ya que Mateo se inspira acá en Marcos, y sabemos que Marcos no ve la relación de causa –efecto entre el arresto de Juan Bautista  y el comienzo del compromiso de Jesús. Lo que Marcos quiere hacer comprender, es que con la partida de Juan, la página se voltea o pasa  y que es la hora para Jesús de entrar en escena.

Algo   muy cierto  en  todo caso es que  para que Jesús  “abandonara Nazaret y viniera habitar a Cafarnaúm», debió ocurrir  cualquier cosa.  Pero qué? Probablemente una combinación de los siguientes factores, que tomados de manera aislada, restan hipotéticos:
1.    
La atracción que ejerce la libertad y los desafíos de la ciudad sobre un provinciano (pueblerino) a quien los límites de su pequeño pueblo comienzan a  serle insoportables o rutinarios.

2.     La madurez de una fe que ahora intenta ir hasta el final de sus interrogantes  y que ha escuchado un llamado a un compromiso.
3.     
 La insatisfacción de un carpintero que aspira llegar a ser constructor (ebanista) , hacedor de hombres, todo como Él llamara después a otros para convertirse en  pescadores de hombres.

4.     La irrupción (entrada)  del Espíritu de Dios en la vida de un hombre hasta ahora despreocupado, acomodado, satisfecho, como ocurre tantas veces con los profetas.

5.     Influenciado por Juan , quien ha trabajado por su supervivencia  y vive en la espera de Dios, Jesús decide ir a recibir el bautismo de Juan y poco tiempo después decide dejar todo para ir a la ciudad.

Aquel  Jesús que enseguida debía invitar a otros a “dejarlo todo para seguirle”, comienza  entonces por comprometerse él mismo en esta experiencia de ruptura. Él se establece en una ciudad cosmopolita, lejos de la seguridad de su pueblo, entre personas que no comparten, necesariamente su fe.

Jesús no tiene ni trabajo ni amigos. Pero sobretodo, no tiene  probablemente ideas muy claras sobre su futuro. Si se excluye el mesianismo político, él no es nada, no tiene ninguna identidad social, ningún puerto de anclaje, contrariamente a los zorros y a las aves que “tienen madrigueras y nidos” (Mt 8,20).

He aquí el desafío que acepta Jesús, al decidir de mudarse a la gran ciudad . Esperar no solamente en Dios su futuro sino también su presente.

Pues llega el día donde el ambiente familiar no es  suficiente para contener  lo que se lleva dentro, cuando es necesario consentir (permitir) rupturas amenazantes (arriesgadas) con su universo familiar. Uno no sabe a dónde llevara eso, pero el descubrimiento (o redescubrimiento) del sentido de su vida tiene frecuentemente ese precio.


No mas rápidos que los apóstoles!

Los relatos de vocación presentados en los 4 evangelios son deliberadamente simplificados (reducidos) a lo esencial.  Lo que los evangelistas quieren enseñarnos a la vez, es  la fuerza de atracción de Jesús  y el carácter ejemplar  de la respuesta suscitada por su llamado.

Se puede ser  un poco más explícito en esta experiencia profunda? “Yo los haré pescadores de hombres” (cf. Mt 4,19). Un día , si ustedes me siguen, su dinamismo interior será orientado hacia las personas y ya no más hacia las cosas. Un día, lo más importante para ustedes no será ya ganarse la vida, sino servir a la vida. Un día ustedes llegarán a ser sensibles a las necesidades profundas de las personas, y ustedes los evangelizarán, es decir, ustedes les comunicarán una buena noticia, ustedes los volverán más sensibles al hecho  (al entendimiento) de que su vida  (de ellos) tiene un sentido.

“Yo os hare”. Es importante de destacar el futuro acá. Jesús no dice: vengan, todo es claro para ustedes ahora, ustedes son pescadores de hombres. No. Todo lo que Él hace, es dejar entrever a estos hombres que si deciden frecuentarle, seguirle, ellos llegaran  de manera progresiva a descubrir un género (tipo, manera)  de compromiso que movilizara todas sus energías, que dará un sentido (una razón) a toda su vida.

Esto nos permite  que concluyamos mejor el sentido evangélico de la vocación del cristiano. La vocación no es una misión ya del todo hecha y que se recibe del exterior, como si Dios se divirtiera enviándonos telegramas. Pero ella no  es, a la inversa , una iniciativa que uno decide tomar una buena  mañana, por un deseo de cambio, o todavía un objetivo que uno se asigne a sí mismo , al término de un análisis lógico.

A pesar  de lo que se arriesga de  retener (aprender)  cuando se hace el intento de resumirla en tres palabras, la vocación es siempre un largo proceso. Es el consentimiento de ponerse en búsqueda de su verdad. Es el lento descubrimiento de su camino. Es la enérgica y valiente exploración, el discernimiento paciente hacia la manera  única, existente entre miles,  que   dará un sentido a su vida.

Y los discípulos no escaparán de sus lentitudes necesarias. Al término de  su ruta (caminar) con ellos, Jesús estará todavía en la tarea de llamarles!   Todavía  insistirá en la tarea  de sensibilizarlos sobre lo que ellos son, sobre lo que ellos llevan. Él les dejará  entender que  todavía tienen cosas para descubrir en ellos, antes de lanzarse de verdad a la acción.

Ninguno de nosotros no podría asegurar que es cristiano por pretender conocer con facilidad su vocación, por decidir con antelación cuál será su camino. Si bien es cierto que  todos somos discípulos  del mismo Jesús y en marcha hacia el mismo Padre, la vocación es diferente para cada uno.

Aceptar este hecho y consentir  ponerse en búsqueda de su propia verdad, es decir ya  SI a Dios.


REFLEXIÓN CENTRAL:

Sentirse útil en un trabajo (tarea, empleo),  en una vocación

Para ganarse la vida, hay todo tipo de trabajos, de profesiones.

Una pareja de inmigrantes rusos en New York, artistas de profesión, afirmaban que la sociedad americana era tan totalmente insegura que esta corría tras el trabajo, el dinero, continuamente. Estos pintores deseaban retornar a Georgia, (antigua URSS), donde al menos una seguridad mínima ayudaba los artistas a vivir convenientemente, de igual manera si las obras no se vendían.

Y, es verdad, los norteamericanos crecen en la libertad y con la angustia de tener que ganar dinero con un “buen trabajo bien pago”…No es cosa de hoy que la gente busque una seguridad y más a través de su trabajo.

En los tiempos del evangelio, se veía a Jesús que tenía un “buen trabajo”, “constructor de casas”, como su padre adoptivo José; un buen trabajo como decían los otros. Jesús amaba su trabajo pues lo ha ejercitado hasta los 30 años; Él no vivía quizás como un rico, pero  vivía bien; con seguridad que Él sentía satisfacción al  sentirse útil por lo que hacía con sus manos.

Jesús era un gran creyente en Dios, tanto que Él le llamaba su Padre después de la edad de 12 años y sobre todo después de ser bautizado por Juan Bautista; no solamente Él quería ser constructor de casas, Él quería sobre todo llegar a ser constructor, edificador de seres humanos, ayudar a los hombres y mujeres a ser mejores personas humanas; las cosas no satisfacían más su sentimiento profundo de ser amado de Dios; Él deseaba intensamente compartir este amor y ternura del Padre, haciendo el bien alrededor suyo, curando los enfermos, comprendiendo las miserias humanas, pidiendo a la gente revenir a Dios, a lo esencial de la vida. Jesús habría podido contentarse con ser simplemente un trabajador social, benévolo o voluntario para los países en vía de desarrollo, para Amnistía Internacional, para Oxfam, UNICEF o para los leprosos; Él estaba tan convencido de la presencia de Dios en los seres humanos, y Él quería mostrar esta bondad a través de lo que Él hacía por los “mal vistos”, los “pequeños de este mundo”, los “indigentes” o sin abrigo.

Había hombres que veían actuar a Jesús y que deseaban ser como Él; ellos se le acercaron, Él les pidió acompañarle y Jesús los ha llamado, los ha aceptado; ellos también tenían un buen trabajo; ellos eran pescadores en el lago de Galilea; su trabajo era quizás menos bueno que el de Jesús, ya que los peces no estaban presentes ni picaban  siempre en el momento preciso; a partir del momento en que Jesús los llama ellos se convierten en “pescadores de hombres”, sensibles a las necesidades profundas de las personas y les ha anunciado la Buena Noticia (evangelio) de que su vida tenía (un)  sentido gracias a Dios y a Jesús.

El ser humano busca su verdad, descubre su vía (camino, ruta) y encuentra su manera de vivirla; él se hace las preguntas fundamentales:

- Es que “las personas son más importantes que las cosas”?


- Es que la revelación de Dios justifica la validez y utilidad de una vocación?


19 de enero del 2014: 2o Domingo del Tiempo Ordinario (A)



La venida del Señor transforma radicalmente la identidad humana. Dios exalta a su servidor y hace de Él el Cordero de Dios. Por ÉL nosotros nos sentimos orgullosos de pretender, llegar a ser hijos e hijas de Dios, santificados en el único sacrificio de Cristo.



EVANGELIO DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO SEGÚN SAN JUAN CAPITULO 1, VERSICULOS 29 AL 34

Al día siguiente Juan vio a Jesús que venía a su encuentro, y exclamó: «Ahí viene el Cordero de Dios, el que carga con el pecado del mundo.
30. De él yo hablaba al decir: Detrás de mí viene un hombre que ya está delante de mí, porque era antes que yo.
31. Yo no lo conocía, pero mi bautismo con agua y mi venida misma eran para él, para que se diera a conocer a Israel.»
32. Y Juan dio este testimonio: «He visto al Espíritu bajar del cielo como una paloma y quedarse sobre él.
33. Yo no lo conocía, pero Aquel que me envió a bautizar con agua, me dijo también: Verás al Espíritu bajar sobre aquél que ha de bautizar con el Espíritu Santo, y se quedará en él.
34. Sí, yo lo he visto; y declaro que éste es el Elegido de Dios.»



A guisa de introducción:

“Más grande de lo normal”, decimos cuando vemos en lugares históricos o en nuestras plazas de ciudad ciertas estatuas o monumentos de un personaje histórico y o célebre. Al remarcar que ellas son más grandes y o más altas en estatura que la persona misma, esto nos permite percibir al mismo tiempo que lo que se busca con ese agrandamiento es resaltar la importancia de esas figuras del pasado.

Cuando Juan Bautista ha visto venir Jesús hacia él,  tuvo la oportunidad de ser uno de los primeros en descubrir  que este hombre era “más grande de lo que aparentaba”, su estatura y presencia trascendía su aspecto físico y la impresión que daba a primera vista.

Al presentarlo como “El Cordero de Dios”, Juan revelaba a la multitud su identidad escondida: “Yo he visto y doy testimonio: este es el Hijo de Dios”. Más allá de la condición humana de Jesús, también existe su naturaleza divina.

Así pues nos encontramos una vez más ante el indescriptible misterio de la Encarnación, del cual celebramos la grandeza en la noche de Navidad y en las últimas semanas.

Pero lo más impresionante es que en Jesucristo nosotros llegamos a ser “más grandes de lo que aparentamos” y como las estatuas “más grandes que lo normal”. El Cordero de Dios nos hace entrar en comunión con el Padre y llegar a ser hijos e hijas de Dios. “Dios se hizo hombre para que el hombre se hiciera Dios”, dijo San Ireneo de Lyon.

Sintámonos orgullosos de lo que somos ante sus ojos. Si nosotros fuéramos verdaderamente conscientes, estaríamos dando gracias y maravillados constantemente por la Gracia que se nos ofrece.

Tengamos la pretensión de ser de la familia del Padre y estemos a la altura de una tal dignidad.

Que al ver nuestra manera de vivir, los demás puedan descubrir que ellos también son más grandes que lo que creen… que son más grandes que lo normal…más grandes de lo que aparentan ser.


Aproximación psicológica al texto:

El quita el pecado

El evangelista Juan a través de Juan el Bautista, expresa su convicción de que “Jesús quita el pecado del mundo”. Esta realidad puede ser comprendida en dos niveles  complementarios. Siendo el pecado lo que separa y destruye, “quitar el pecado del mundo”,  significa liberar en profundidad la humanidad en su marcha colectiva, abrir la historia y hacerla desembocar hacia su realización definitiva. Es esto lo que Juan llama en otro lado “salvar el mundo” (Juan 3,17).

Pero es  a escala de la vida individual de todo ser humano que también el pecado es quitado ( borrado, eliminado). No el pecado como evento, ya que la posibilidad de actuar e ir al encuentro del amor está siempre presente. No tampoco el pecado como símbolo de nuestra fragilidad, puesto que nosotros permanecemos frágiles: “Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no Está en nosotros.”(1 Juan 1,8).

Pero  si el pecado como culpabilidad, como derrota, como parálisis “Jesús aparece para quitar los pecados” (1 Juan 3,5), es decir para que no nos culpemos, para decirnos que el Padre continua a aceptarnos  con nuestras debilidades reconocidas.

Es en este sentido que “Jesús quita el pecado”: el creyente no se culpa más, no se disminuye más  a sí  mismo, pero , viviendo por amor, él continúa avanzando en la paz, tomando constantemente la medida evangélica en todo lo que hace y todo lo que vive.

 “Hijitos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y de verdad.
En esto sabremos que somos de la verdad y tendremos nuestros corazones confiados delante de él;  en caso de que nuestro Corazón nos reprenda, mayor es Dios que nuestro Corazón, y él conoce todas las cosas. “ (1 Juan 3,18-20)

En un plano teológico que es difícil de explicar, “Jesús quita el pecado del mundo” “dando su vida” (1 Juan 3,16) (Juan 3,16). Y en un plano psicológico que es más fácil de entender, Jesús quita el pecado liberando a la gente de la culpa, diciéndoles verbalmente o de otra manera: tú estás bien, ven a comer a mi casa (Marcos 2,15) o “yo iré a tu casa”(Lucas 19,5), o simplemente “qué bueno que tu estés aquí”  (Lucas 15,1).

Puede parecernos desconcertante que Jesús perdone, consienta, tolere la gente de manera tan prodiga, nosotros que para obtener la liberación de nuestra culpa debemos llenar (según nuestra formación catequética y cristiana tradicional)  varias condiciones: confesión circunstancial, contrición de corazón, confesión de boca, cumplimiento de la penitencia, propósito de enmienda…

Pero  culpabilizarse es fuerza de muerte y oscuridad expandida en nuestra vida, ahora,  Jesús es la “vida” y “la luz que ilumina todo ser humano” (Juan 1,4-9), sin restricción, como signo de la abundancia del amor del Padre por todos y cada uno de nosotros.


REFLEXION CENTRAL

« Este es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo »

Este verdadero testimonio del evangelista Juan refleja su teología y la de la comunidad joánica, muchos anos después de la muerte y resurrección de Jesús. Es una profesión de fe de las primeras comunidades cristianas.

Al inicio de su evangelio, Juan utiliza varios títulos para describir el Señor y revelarnos su identidad. Jesús es “el Verbo hecho carne” (Jn 1,1), “la luz del mundo” (Jn 1,4), “el Hijo único de Dios Padre” (Jn 1,14). “el Cordero de Dios” (Jn 1,29,36), “el Hijo de Dios sobre quien baja y permanece el Espíritu” (Jn 1,34,39), “el maestro o Rabí” (Jn 1,38,49), “el Mesías o Cristo”(Jn 1,41), “Aquel de quien hablan la ley y los profetas” (Jn 1,45), “el rey de Israel” (Jn 1,49), “el hijo del Hombre” (Jn 1,51). Todos estos títulos   levantan el velo sobre la  identidad de Cristo.

Al comienzo del texto de hoy, Juan Bautista llama a Jesús « el Cordero de Dios ». En cada Eucaristía, escuchamos estas palabras: “Este es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo”, y tres veces lo cantamos o decimos antes de la comunión, pero no es un título que tenga mucho atractivo para los hombres y mujeres de hoy. El símbolo del cordero no es muy diciente para nosotros, y en general no nos gusta escuchar hablar de pecado.

El hombre y la mujer moderna rechazan esta idea de pecado. Si alguna vez  se comete un error,  se culpa o juzga  al instinto, a la herencia, al ambiente, a la inconsciencia. O todavía, se acusa a los demás por esta falta: al gobierno, a la familia, al sistema, a las condiciones desfavorables, etc.

El Padre Turoldo tenía razón al decirle al cardenal Schuster, un poco desconcertado por su remarca: “Mi objetivo es el de buscar pecadores”…es decir, buscar gente que haya rencontrado el sentido del pecado y que acepten ser los responsables de ciertas se sus acciones”.

El mal está presente en medio de nosotros, mismo si es cierto que en la calle no se le llama “pecado”. He aquí algunos ejemplos de lo que para Juan, harían parte del “pecado del mundo”:

-         - La violencia gratuita y omnipresente,
-       -   la marginalización de grandes sectores de la sociedad,
-     -    la explotación de los más débiles, la pobreza provocada por la ambición y usura desmedida, los salarios de hambre, el hambre en un mundo pleno de riquezas…
-        - la competencia desleal, la inseguridad causada por el solo deseo de ganar fácilmente, el trabajo de esclavitud de los niños, la desigualdad entre los hombres y las mujeres…
-        - la falta de dialogo en las familias, la lucha de generaciones, la infidelidad irresponsable, la separación y el divorcio que castigan (hace pagar los platos rotos)  a los hijos…
-         - el orgullo, la avaricia, la avidez, la envidia, el deseo de dominar, el odio, la rivalidad, la venganza…

Juan el Bautista consideraría como “pecado del mundo”: 

-         - que millones de personas sufran hambre; que poblaciones enteras sean obligadas a dejar su casa, su tierra y su país por la guerra;
-        -  que los pobres y los sin voz sean ultrajados;
-        -  que los ricos sean cada vez más ricos y los pobres sean cada vez más pobres;
-         - que muchos enfermos sucumban ante sus males y dolencias por la falta de medicinas, cuando sumas astronómicas son invertidas y malgastadas para comprar armamentos y equipos de guerra;
-         - que nuestro planeta sea destruido sistemáticamente con el fin de aumentar el provecho de unos cuantos;
-         - que las múltiples guerras no cesen de provocar miles de víctimas inocentes ;
-        -  que los bandidos solos o en bandas (pandillas) en las calles siembren el terror;
-         que la violencia en nuestras familias y en nuestros lugares de trabajo, arruinen la vida de una gran cantidad de personas;
-         que la mayoría guarde silencio y haga prueba de inacción culpable (pecado de omisión) delante todas estas injusticias y todos estos crímenes.

A toda esta triste lista, el agregaría sin duda el mal y el escándalo que resulta de las divisiones entre las iglesias cristianas. Existen más de 400 denominaciones diferentes de cristianos a través del mundo. Cristo quien en el último momento, oraba por la unidad de los suyos tenía razón de hacerlo!

Para Juan, el pecado del mundo existe y nosotros tenemos necesidad siempre del “Cordero de Dios”  para liberarnos.

El texto de hoy, como todo texto bíblico, es primero y ante todo una revelación de Dios, de su proyecto para nosotros. Las últimas palabras de la primera lectura recuerdan ese proyecto de Dios: “…a fin de que seas mi Salvación hasta el extremo de la tierra." (Isaías 49,6) Una vez más, la Biblia nos dice que el proyecto de Dios es un proyecto de paz, de salud, de felicidad y que concierne a la humanidad entera.

Juan el Bautista  designa a Jesús como “El Cordero de Dios que quita el pecado del mundo”, porque por El , el proyecto de salvación y de paz llega a ser posible.

Leía últimamente la historia de un albañil que se podría aplicar a miles de personas a través de los siglos: “un día, un hombre que le gustaba burlarse de los cristianos, pregunto a un compañero de trabajo: “Andrés , podrías explicarme como Jesús hizo para convertir el agua en vino? Andrés respondió : “yo no puedo explicarte cómo hizo El para convertir el agua en vino, yo solo sé que hace diez años yo era un alcohólico detestable, violento con mi mujer y mis hijos, yo malgastaba más de la mitad de mi salario en licor y mi familia no tenía suficiente para vivir. Un amigo me ayudó y me habló de Jesús. Poco a poco, yo llegué a ser un trabajador honesto y pacífico, y un buen padre de familia amante y tierno. Yo no puedo explicarte cómo Jesús cambio el agua en vino, pero yo puedo contarte como Él ha cambiado el alcohólico que yo era en un buen padre de familia”. Para mí, Jesús ha sido verdaderamente “el Cordero de Dios quien ha quitado el pecado del mundo”, el Cordero que ha quitado mi pecado!


REFERENCIAS :


Biblia Latinoamericana

Betania.es

vieliturgique.ca

HETU, Jean-Luc. Les options de Jésus

Cursillos.ca (traducción de reflexión del Padre Jacques-Yvon Allard, s.d.v)



miércoles, 1 de enero de 2014

5 de enero del 2014: Fiesta de la Epifanía del Señor (Ciclo A,B,C)



Amigos, en esta fiesta de la Epifanía, al reunirnos y ser conscientes de su cuidado y presencia viva entre nosotros, Él nos ilumina.
Sumergidos en la noche de nuestra incredulidad, duda, decepción…los seres humanos, las naciones somos iluminados por el conocimiento de Dios.
Gracias al Anuncio del Evangelio, todos están asociados a la misma herencia espiritual y al compartir de la misma promesa en Jesucristo.
Con seguridad, pongámonos en marcha hacia el verdadero ASTRO, Cristo- Jesús.



EVANGELIO DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO SEGÚN SAN MATEO, CAPITULO 2, VERSÍCULOS 1 AL 12.

Jesús había nacido en Belén de Judá durante el reinado de Herodes. Unos Magos que venían de Oriente llegaron a Jerusalén
preguntando: «¿Dónde está el rey de los judíos recién nacido? Porque hemos visto su estrella en el Oriente y venimos a adorarlo.»
Herodes y toda Jerusalén quedaron muy alborotados al oír esto.
Reunió de inmediato a los sumos sacerdotes y a los que enseñaban la Ley al pueblo, y les hizo precisar dónde tenía que nacer el Mesías.
Ellos le contestaron: «En Belén de Judá, pues así lo escribió el profeta:
Y tú, Belén, tierra de Judá, no eres en absoluto la más pequeña entre los pueblos de Judá, porque de ti saldrá un jefe, el que apacentará a mi pueblo, Israel.
Entonces Herodes llamó en privado a los Magos, y les hizo precisar la fecha en que se les había aparecido la estrella.
Después los envió a Belén y les dijo: «Vayan y averigüen bien todo lo que se refiere a ese niño, y apenas lo encuentren, avísenme, porque yo también iré a rendirle homenaje.»
Después de esta entrevista con el rey, los Magos se pusieron en camino; y fíjense: la estrella que habían visto en el Oriente iba delante de ellos, hasta que se detuvo sobre el lugar donde estaba el niño.
¡Qué alegría más grande: habían visto otra vez a la estrella!. Al entrar a la casa vieron al niño con María, su madre; se arrodillaron y le adoraron. Abrieron después sus cofres y le ofrecieron sus regalos de oro, incienso y mirra.
Luego se les avisó en sueños que no volvieran donde Herodes, así que regresaron a su país por otro camino.


A guisa de introducción:

Proponer su fe y respetar la de los demás:

Cuando nosotros encontramos seres excepcionales, plenos de valores, cómo reaccionamos nosotros?

Es que nos proponemos seguir el proceso, buscar el método para conocerles mejor, admirarlos y que de este modo inspiren nuestra vida?

Los astrólogos de la epifanía no se quedaron estancados en la astrología; ellos fueron hasta el final de su creencia y lograron llegar al “único Astro del Universo, que ilumina el mundo”; ellos se adhirieron al solo rey que valía la pena”.

Nosotros podemos encontrar cosas buenas y malas en todas las religiones, sean éstas cristianas o no, y sin que ellas sean por tanto de igual valor. Como en toda educación de padres con sus hijos, hay cosas buenas, hay cosas que son verdaderas.

En los métodos de educación, que se contradicen, cada quien considera que “su propio método es el mejor, de otro modo, él cambiaría…”

El cristiano cree que su religión es la mejor, de lo contrario él iría ver a otra parte; es ella en la que ha puesto toda su fe y confianza, pues según su opinión es  su religión la que refleja un poco más el evangelio y la comunidad.

Cada persona en la tierra tiene su estrella que le conduce a Dios; ella está llamada a respetar la fe de los otros, así como a exigir de su parte el respeto de sus convicciones. Nada impide proponer aquello que uno cree y buscar una presentación más actual de sus creencias, permaneciendo fiel a pesar de todo, abierto de igual manera al sentido común, a la realidad, a la ciencia, a la vida de hoy.

Pero los caminos de Dios son ambiguos…veremos por qué…



Aproximación psicológica del evangelio:

El final de las fronteras

Mateo ha imaginado el relato de los magos para resaltar y o poner en valor lo que aporta universalmente el nacimiento de Jesús. Guiados por la astrología, nos dice él, adivinos, sabios o magos reyes venidos del Oriente captaron el evento del nacimiento del Jesús y leyeron en este suceso un destino real (de rey).

En el momento de redactar su evangelio, Mateo ve en Jesús no solamente el rey de los judíos, sino también al Señor de todo el Universo, y desde el inicio de su evangelio, él quiere dejarnos claro que este estatuto cósmico pertenece desde ya al niño de Belén.

Bajo un lenguaje pleno de imágenes, tenemos nosotros entonces el equivalente de la “apertura teológica” del evangelio de San Juan: “El Verbo se hizo hombre y habitó entre nosotros”, Aquel en que estaba “la luz que brilla en las tinieblas” (vv.14 y 15), así como el astro de Jesús recién nacido brillaba en Oriente.

Así, Juan escribe que “el verbo era la verdadera luz, que al venir al mundo, ilumina a todo hombre” (v.9), y “de su plenitud, nosotros todos hemos recibido  gracia sobre gracia” (v.16). Por su parte, Mateo escribe que en efecto todo hombre-sea extranjero o perteneciente a otra religión-puede recibir la luz de Jesús y “sentir una gran alegría” (v.10).

El impacto teológico de este mensaje es entonces muy claro. Mateo redacta su evangelio dirigido  a un público lector mayoritariamente de origen judío, y es el más “judaico” de los cuatro evangelistas.

Pero ya desde el punto de partida, el mensaje es claro: “Jesús no solamente es el verdadero “rey de los judíos”, Él es el Señor que todo hombre de buena FE puede encontrar y reconocer a su manera.

Ya mismo, apenas en sus comienzos la FE cristiana es desde ya “católica”, es decir, universal, aún más todavía,  es accesible a todo hombre, cualquiera sea su cultura y su situación de vida.

La Fiesta de los Magos simbolizaba tradicionalmente la explosión de la Gloria de Dios y su proyección hasta los países lejanos. Este episodio también puede llegar a ser el símbolo de la explosión, el fin de todas las fronteras: en Jesús, Dios nos reúne a todos, seamos quienes seamos y estemos donde estemos.



REFLEXIÓN CENTRAL


La ambigüedad de los caminos de Dios

Si hay algo en lo que se ponen de acuerdo los estudiosos de la Biblia, es la consideración que este relato de los magos (reyes, sabios venidos de oriente, o astrónomos) es un cuento, un relato ficticio.

Y por lo tanto no se trata de un cuento para niños, puesto que a través de este relato, Mateo nos presenta una grande visión teológica, una visión que presupone una FE ADULTA.

Primero que todo, se percibe que el evangelista anticipa a través de estos astrólogos orientales la venida de los no judíos a la FE CRISTIANA, venida que tendrá lugar algunos años después de la muerte de Jesús. El gesto de postrarse ante Jesús, de ofrecer aquello que había de más precioso en la época, no puede comprenderse sin que éste gesto exprese una inmensa FE, y una FE que llega a su madurez.  La amenaza que se cierne sobre Jesús y la oposición que encuentra, no solamente de la parte del rey Herodes sino también de la población de Jerusalén, anticipa su proceso judicial y su muerte, todo esto presentándolo bajo los trazos del nuevo Moisés, aquel a quien se había intentado eliminar cuando era apenas un bebé.

Mas este relato, dentro de su dimensión de cuento de hadas mismo, me parece a mí, revela cualquier cosa impresionante acerca de nuestra caminada espiritual.

Qué es lo que conduce a estos astrólogos a ponerse sobre la ruta de Jesús? Un astro. En otras palabras, es la atención a la naturaleza y a las preguntas que ella suscita lo que los pone en camino. Personalmente, y seguramente muchos de entre ustedes que me leen, nos ha fascinado siempre el mundo de la astronomía y de la astrofísica (de adolescente mis lecturas preferidas eran las de Azimov y los programas de divulgación científica popular de Carl Sagan. Con un amigo vecino nos gustaba auscultar el cielo y las estrellas en las noches de verano) y este universo ha sido siempre para mí un enigma: en ciertas horas sombrías, cuando el escándalo del mal y la violencia trataban de hacerme renegar ciertas afirmaciones de FE, el misterio del universo estaba ahí para conservar abierta mi cuestión sobre Dios. Cuando yo escucho a Jesús hablar del grano de trigo, de la semilla de mostaza, de las aves del cielo, yo se que todo eso ha jugado un papel primordial en su caminada.

Lo que es más todavía sorprendente, es ver a Mateo dando sus cartas de nobleza al sueño, darles privilegio como lugar de escucha de la Palabra de Dios: los astrólogos serán advertidos en sueños de evitar a Herodes. En efecto, es todo el universo físico, con sus zonas de oscuridad y de luz, que pertenecen igualmente al universo de la revelación del misterio de Dios. 

Este hecho me fascina: nosotros pasamos una tercera parte de nuestra vida (8 horas x dìa, 33%) dormidos (peor el gato que duerme 16 h, o sea 66%, dos partes de la existencia) y ese momento que habitualmente solamente es vivido como tiempo de recuperación y reparación, parece tener su lugar importante en el plan de Dios.

Es el momento ahora de hacerse la pregunta: en este mundo de la creación, con su dimensión tanto física como psíquica, qué lugar ocupa el mundo llamado religioso, y más particularmente la Escritura? En el relato de Mateo, él ocupa un lugar central, puesto que nuestros astrólogos orientales tienen necesidad de la asistencia de biblistas para ser reorientados hacia Belén, la observación del astro no les ha dado nada más que una dirección general, y ellos deben preguntar para tener más precisión sobre el lugar del nacimiento de este nuevo rey. La respuesta vendrá de la Escritura. Personalmente, yo me pregunto dónde estaría yo en mi comprensión del misterio de Dios sin la ayuda de la Escritura, y más particularmente de los evangelios, mismo, a pesar que el universo físico y psíquico me fascina.

Pero, he aquí algo a mirar a tener en cuenta! Todos estos caminos son ambiguos. Quién entonces se opondrá a Jesús? En nuestro relato, está primero que todo la instancia política personificada por Herodes, pero también está la instancia religiosa personificada por los sumos sacerdotes y los especialistas de la Biblia. Ellos pueden ayudar, como también pueden ser obstáculo, oponer resistencia, ser perjudiciales.

Cómo pueden ustedes explicarse, que personas cuya misión es abrir al misterio de Dios puedan ser un verdadero obstáculo? Uno piensa particularmente en el pasado del catolicismo (la inquisición, las cruzadas) hoy pensamos en ciertos personajes ultra conservadores cristianos católicos, integristas, fundamentalistas…Dentro del islamismo no es necesario extenderse acerca del terrorismo, el martirio personal y de los otros por una causa divina. Pero también podríamos pensar en muchísimos cristianos encerrados en sus privilegios, en su casuística y su universo con esclerosis.  Pero no nos hagamos ilusiones falsas. El universo de la creación comporta las mismas ambigüedades: en lugar de ser camino hacia Dios, él puede llegar a ser idolatría y lugar de destrucción para el ser humano.

Cómo entonces superar todas esas ambigüedades? El relato de Mateo nos provee una pista importante, esencial.  Qué temía entonces Herodes? Perder el poder ante otro rey.
A qué le temían los sumos sacerdotes y los especialistas de la Biblia, para que ellos conduzcan a Jesús a un juicio? Su poder ligado al templo y a la Escritura.

Qué tienen de especial entonces estos magos que uno llama con temor a equívocos “reyes magos”? Ellos no tienen poder. Mas ellos siguen el impulso de una pasión que les habita, la de los astros, mismo si esto les obliga a abandonar su país, dejar su mundo. Ellos aceptan montar, dejar ascender dentro de sí las preguntas que les habitan, hasta el punto de interrogar a los extranjeros en Jerusalén. Cuando los judíos les hablan de las Escrituras, ellos se abren a este universo que no conocen. Cuando ellos logran el objetivo y llegan hasta el final de su búsqueda, con mucha transparencia dejan explotar su alegría. Postrándose ante este niño, ellos acogen lo que constituye a la vez la fragilidad y la novedad radical. Mismo el mundo de los sueños llega a ser para ellos Palabra. Uno diría que hay  una atención a todos los instantes de todo lo que proviene de la parte más intima y la más verdadera de su ser.

Es costumbre en la FIESTA DE LA EPIFANÍA (Manifestación de Dios a todos los pueblos) celebrar con estos astrólogos la llegada de los paganos a la FE CRISTIANA. 

Por qué no celebrar también la integración de nuestro universo tanto físico como psíquico en nuestro caminar espiritual?




OBJETIVO DE VIDA PARA LA SEMANA


- Oro en silencio ante el pesebre, sea en casa o en la iglesia.

- Me pregunto si yo aún me dejo sorprender por Dios.


ORACIÓN-CONTEMPLACIÓN

Levántense, buscadores de Dios!
Quítense su vestido de tristeza y de luto.
Miren la estrella y arriésguense en el viaje.
rompan con su vida
antes que esta vida no les ahogue,
y les impida mismo  mirar las estrellas.
Rompan las cadenas que los tienen cautivos,
la seguridad, el dinero, la ciencia cerrada.
Cómo es de largo, el viaje al interior y al final de sí mismo!
Cómo es de largo, el viaje de la FE,
tan largo como aquel del AMOR,
Y aquel otro aún, y más difícil todavía, el de la JUSTICIA.
A los paganos que somos nosotros,
Señor haz brillar una estrella.
Danos un signo que incomode y rompa el orden de las cosas,
un pequeño signo,
un dolor, una herida,
un pequeño desgarre.
ya es tiempo de que comience la aventura.




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Ver otros anteriores comentarios para esta fiesta en mi antiguo blog:







http://gusqui.blogspot.ca/2013/01/6-de-enero-del-2013-epifania.html  (2013)





REFERENCIAS:


HÉTU, Jean-Luc, Les Options de Jésus.



BEAUCHAMP, André. Comprendre la parole, année C.

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