miércoles, 30 de abril de 2014

18 de mayo del 2014: 5o Domingo de pascua (A)



El padre está en mí 


El Señor Resucitado es el camino que lleva a Dios. Poner su fe en Él, es encontrar al Padre 




PRIMERA LECTURA


LECTURA DEL LIBRO DE LOS HECHOS DE LOS APÓSTOLES 6, 1-7

En aquellos días, al crecer el número de los discípulos, los de lengua griega se quejaron contra los de lengua hebrea, diciendo que en el suministro diario no atendían a sus viudas. Los Doce convocaron al grupo de los discípulos y les dijeron:
-- No nos parece bien descuidar la palabra de Dios para ocuparnos de la administración. Por tanto, hermanos, escoged a siete de vosotros, hombres de buena fama, llenos de espíritu y de sabiduría, y los encargaremos de esta tarea: nosotros nos dedicaremos a la oración y al ministerio de la palabra.
La propuesta les pareció bien a todos y eligieron a Esteban, hombre lleno de fe y de Espíritu Santo, a Felipe, Prócoro, Nicanor, Timón, Parmenas y Nicolás, prosélito de Antioquia. Se los presentaron a los apóstoles y ellos les impusieron las manos orando.
La palabra de Dios iba cundiendo, y en Jerusalén crecía mucho el número de discípulos; incluso muchos sacerdotes aceptaban la fe.
Palabra de Dios

 SALMO 32
R.- QUE TU MISERICORDIA, SEÑOR, VENGA SOBRE NOSOTROS, COMO LO ESPERAMOS DE TI

 Aclamad, justos, al Señor,
que merece la alabanza de los buenos;
dad gracias al Señor con la cítara,
tocad en Tu honor el arpa de diez cuerdas. R.-

Que la palabra del Señor es sincera,
y todas sus acciones son leales;
él ama la justicia y el derecho,
y su misericordia llena la tierra. R. -

Los ojos del Señor están puestos en sus fieles,
en los que esperan en su misericordia,
para librar sus vidas de la muerte
y reanimarlos en tiempo de hambre. R.-

 SEGUNDA LECTURA
LECTURA DE LA PRIMERA CARTA DEL APÓSTOL SAN PEDRO 2, 4-9

Queridos hermanos:
Acercándoos al Señor, la piedra viva desechada por los hombres, pero escogida y preciosa ante Dios, también vosotros, como piedras vivas, entráis en la construcción del templo del Espíritu, formando un sacerdocio sagrado, para ofrecer sacrificios espirituales que Dios acepta por Jesucristo. Dice la Escritura: «Yo coloco en Sión una piedra angular, escogida y preciosa; el que crea en ella no quedará defraudado.»
Para vosotros, los creyentes, es de gran precio, pero para los incrédulos es la «piedra que desecharon los constructores: ésta se ha convertido en piedra angular», en piedra de tropezar y en roca de estrellarse. Y ellos tropiezan al no creer en la palabra: ése es su destino. Vosotros sois una raza elegida, un sacerdocio real, una nación consagrada, un pueblo adquirido por Dios para proclamar las hazañas del que os llamó a salir de la tiniebla y a entrar en su luz maravillosa.
Palabra de Dios.

ALELUYA Jn 14, 6
Yo soy el camino, y la verdad, y la vida --dice el Señor--; nadie va al Padre, sino por mí.

 EVANGELIO
LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN 14, 1-12

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
-- Que no tiemble vuestro corazón; creed en Dios y creed también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas estancias; si no, os lo habría dicho, y me voy a prepararos sitio. Cuando vaya y os prepare sitio, volveré y os llevaré conmigo, para que donde estoy yo, estéis también vosotros. Y adonde yo voy, ya sabéis el camino.
Tomás le dice:

-- Señor, no sabemos a dónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?
Jesús le responde:
-- Yo soy el camino y la verdad y la vida. Nadie va al Padre, sino por mí. Si me conocéis a mí, conoceréis también a mi Padre. Ahora ya lo conocéis y lo habéis visto.
Felipe le dice:
-- Señor, muéstranos al Padre y nos basta.
Jesús le replica:
-- Hace tanto que estoy con vosotros, ¿y no me conoces, Felipe? Quien me ha visto a mí ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: "Muéstranos al Padre"? ¿No crees que yo estoy en el Padre, y el Padre en mí? Lo que yo os digo no lo hablo por cuenta propia. El Padre, que permanece en mí, él mismo hace las obras. Creedme: yo estoy en el Padre y el Padre en mí. Si no, creed a las obras. Os lo aseguro: el que cree en mí, también él hará las obras que yo hago, y aún mayores. Porque yo me voy al Padre.

Palabra de Señor



A guisa de introducción

PIEDRAS DE DEMANDA (queridas, deseadas, necesarias, esenciales...)

Desde siempre, los seres humanos hemos tenido una relación extraña con la piedra, formidable obstáculo de la naturaleza…Seria quizás por eso que el autor de la ranchera Mexicana  (1)cantaba:
“Una piedra en el camino
me ensenó que mi destino
era rodar y rodar…”

Y Julio Iglesias cantaba en una de sus célebres baladas (2) a finales de los  70s:

"tropecé de nuevo y con la misma piedra,
en cuestión de amores nunca he de ganar…”

Pero la piedra  se constituye de todas maneras como nuestra aliada en la construcción de rutas y de edificios sólidos.  Es necesario eliminarlas o barrerlas de nuestros terrenos y nuestros campos, sin embargo, algunas entre ellas cuando ciñen nuestros dedos,  son consideradas de gran honor por el valor que uno les da.

Cómo una piedra, materia inerte y fría, puede ser considerada viva y cálida?
Una casa hecha en piedras brutas no encanta? Y por qué una pirámide o un templo Maya suscitan tanta admiración?

Frecuentemente  la piedra adquiere   valor cuando ella es bien acomodada o puesta con otras para formar un ensamblaje útil, caluroso y original. Parece entonces que es la suma de las piedras lo que hace ellas lleguen a estar “vivas”.

En la construcción de la Iglesia, parece ser que es también la comunidad en su conjunto que testimonia lo mejor de la acción del Señor. La variedad de carismas y su disposición hacen aparecer toda la belleza y la riqueza de una comunidad.

Sea que nos parezcamos a una pequeña piedra, a una gran roca bien redonda o a una piedra plana, todos nosotros jugamos un papel (rol) esencial en la edificación del templo espiritual del señor. Al ejemplo de Jesús Piedra viva desechada por los arquitectos pero escogida por Dios para llegar a convertirse en la piedra angular (la piedra principal, de base) , tomamos conciencia de nuestra importancia en la construcción del Reino.

Se necesitan piedras, hay demandas en la cantera de nuestro mundo y nuestra Iglesia…Responderemos a este llamado?
                                                                                 fuente:  Jean-Francois Hemel



UNA APROXIMACIÓN PSICOLÓGICA AL TEXTO DEL EVANGELIO

Si Dios existe, Jesús se le parece
Jean-Luc Hetu (En “Les options de Jesús”)

Con palabras muy simples y haciendo intervenir a dos de los discípulos, Juan desarrolla o muestra aquello que es el centro o CORAZÓN de la experiencia cristiana.

Si Dios existe- Y de ello , Juan está convencido- Él se parece a Jesús. En Jesús , las líneas de fuerza de toda experiencia humana- libertad, sensibilidad ante el otro, fidelidad- han llegado hasta una tal profundidad que uno se encuentra  con alguien que está más allá de la humanidad (Jesús es más que un simple ser humano).

Algunas palabras de Jesús eran “rudas” y difíciles de escuchar: “Si ustedes no comen la carne del Hijo del hombre, no tendrán vida en ustedes…” (Jn 6,60). En ocasiones, Él se veía en la obligación de explicarse inmediatamente ante sus discípulos sobre el sentido de sus palabras (Mc 4,34), lo que significaba entonces que no era siempre comprendido (Mc 8,21), y con frecuencia los apóstoles debieron repetirse entre ellos  “No comprendemos lo que Él quiere decir!”  (Jn 16,18).

Sin embargo esta dificultad  de “seguir” a Jesús intelectualmente no impedía a los discípulos de seguirle físicamente  y que creyeran en Él.

Es que en el plan humano, para los discípulos, las acciones de Jesús no engañaban. Los apóstoles no eran ni psicoanalistas ni exegetas (intérpretes o estudiosos  de la biblia), pero al menos,  ellos eran hombres que podían distinguir entre un  fruto bueno y otro malo (Mt 7,15-20), entre la libertad y la esclavitud,  entre la apertura al otro y el egoísmo.

Si ellos creían en Jesús, era más que todo por lo que Él era  y por lo que Él hacía más que a causa de sus enseñanzas, que les ha tomado largo tiempo para que penetren en ellos y así lograrlas asimilar.  Es el sentido de las palabras del versículo 11: “Si ustedes no creen en mi Palabra, crean al menos  a causa de mis obras”.

Hoy , para nosotros también, el reconocimiento de la divinidad de Jesús se encuentra al final del mismo camino. La fe no viene por un análisis de la teología del Nuevo Testamento, sino por una disponibilidad para escuchar lo que Jesús ha vivido, teniendo en cuenta que esa vivencia (experiencia de vida) aflora en cada página del evangelio.

No es seguro que antes de su encuentro con Jesús, los apóstoles hayan sido grandes creyentes y que haya sido la intensidad de su fe en Dios que les haya posibilitado abrirse a Jesús. Cuando ellos descubren en Jesús “el camino, la verdad y la vida”, probablemente ellos hacen el camino inverso.

A través de un hombre en el cual la libertad, la apertura al otro y la fidelidad les impresiona, ellos descubren la fe: fe de Jesús en el hombre, fe de Jesús en Dios. Es ahora que ellos se disponen a ensayar de hacerle y dar a  Dios la plaza  en sus vidas, la plaza que Jesús le daba en su vida.

He aquí entonces el impacto de Jesús sobre los apóstoles y sobre todo discípulo que viene después. Una experiencia de vida humana, donde la intensidad y la profundidad reenvían a otra cosa, y de lo cual Jesús testimonia, da muestras (manifiesta) por la influencia que Dios tiene sobre Él.

He aquí el por qué  los apóstoles se ven llevados a afirmar, después de haber encontrado a Jesús : “Dios existe y Él (Jesús) se le parece!”

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REFLEXIÓN

“AQUEL o AQUELLA que crea en mi realizara las mismas obras que yo”

San Juan nos propone hoy el comienzo del discurso de Jesús durante la Última Cena. El utiliza las palabras del Señor para darnos un bosquejo o imagen de su personalidad y hacer un resumen de su mensaje.

Habiendo lavado los pies a sus discípulos, después de anunciar la traición de Judas y predicho la negación de Pedro, Jesús da sus últimas recomendaciones a los suyos. El evoca su partida próxima. Pero el agrega que regresara a buscarlos.  Ellos no tienen entonces por qué estar preocupados.

Cuando San Juan escribe su evangelio, 60 años después de la muerte de Jesús, los cristianos sufrían de discriminación y eran perseguidos. Habian sido expulsados de las sinagogas y habían perdido el contacto con sus comunidades respectivas. Ellos eran considerados como enemigos públicos para los romanos y considerados herejes por sus compatriotas judíos. Era para ellos un tiempo de grandes sufrimientos. En este contexto difícil, las palabras reconfortantes de Jesús son bien acogidas: “No tengan miedo. Ustedes creen en Dios, crean también en mi”.

En nuestras vidas, nosotros atravesamos a veces por momentos semejantes a los de los primeros cristianos y vivimos miedos angustiantes que se apoderan de nosotros, a causa de un avenir incierto, una ruptura en nuestras relaciones, una crisis económica imprevista, una invalidez debilitante, una enfermedad incurable, una seria disminución física que acompaña la vejez, etc.

A nuestros dramas individuales, se agregan los miedos colectivos: el desempleo, la violencia, la corrupción, la sobrepoblación, el hambre en el mundo, la polución, el desarreglo climático, el intenso invierno, los conflictos que se multiplican.

En nuestra Iglesia, la práctica religiosa disminuye, los cambios se multiplican, las iglesias se venden, el clero envejece y no responde más a las necesidades y exigencias actuales y o coyunturales, un viento de pánico se apodera mismo de los más fieles que tienen a veces la impresión que
más nada va bien.

A través estas tempestades de la vida, Cristo nos asegura y nos ofrece una dirección y una protección: “Yo estoy con ustedes todos los días…Yo soy el camino, la verdad y la vida”. Entonces, como Pedro, podemos confiar y responderle al Señor que nos pregunta si también nosotros queremos dejarle: “Señor, a quien iremos? Tu solo tienes Palabras de Vida Eterna” (Jn 6,68).
EL Evangelio de este domingo nos recuerda que estamos llamados no solamente a creer en Jesús  sino también a utilizar nuestros talentos para hacer lo que Él ha hecho.

“Aquel que crea en mi hará también las obras que yo hago”: aportar el consuelo a aquellos que están afligidos, acompañar los enfermos, proteger los débiles y vulnerables, comer con los pecadores, defender el derecho de los oprimidos, denunciar la injusticia. Nosotros somos las manos, los pies y el corazón, el cuerpo de Cristo en nuestro mundo.

Para Jesús, lo más importante no es la actividad en el culto, sino la calidad de vida: “Yo he venido para que ustedes tengan la vida y la tengan en abundancia”. Es por ello que los templos de piedra serán siempre menos importantes que los templos vivos que somos nosotros. La desaparición de numerosas iglesias y el hecho de ser una minoría no nos impedirá de vivir nuestro cristianismo y tampoco afectara la calidad de nuestros compromisos 
cristianos.

La primera lectura de hoy es reveladora y subraya la importancia del servicio para los cristianos. Cuando los discípulos, después de la resurrección, comenzaron a comprender el mensaje de Jesús, ellos crearon estructuras que correspondían a la enseñanza de Él: ellos instituyeron diáconos para servir las mesas, consolar y cuidar las viudas, ayudar los pobres, visitar los enfermos. Es la primera estructura de la Iglesia. Es un símbolo muy significativo que nos recuerda que la “práctica religiosa” consiste ante todo a encarnar en nuestras vidas las exigencias del evangelio, es decir, saber ponernos al servicio de los demás”.

San Juan que estaba si cercano a Jesús, ha comprendido muy bien esta enseñanza fundamental del Señor. En su evangelio, él nos cuenta “el lavatorio de los pies”, pero no menciona la “institución de la Eucaristía”. La Eucaristía era por lo tanto muy importante para Él y cuando él escribe su evangelio, varias décadas después de la muerte  y resurrección de Jesús los cristianos se reunían cada domingo, “el primer día de la semana” para “partir el pan” (celebrar la Eucaristía). Pero Juan quiere subrayar que esta celebración de la eucaristía solo toma todo su valor cuando nosotros somos capaces de ponernos al servicio de los demás, como Cristo lo ha hecho durante su vida y como Él ha querido remarcarlo por el lavatorio de los pies.

Cristo ha sido para nosotros no solamente un « maestro espiritual » simo también un ejemplo vivo de aquello que debemos hacer en nuestra vida de todos los días.

DE KOINONIA.ORG

Domingo 22 de mayo de 2011
 5° de Pascua.
 Joaquina Vedruna, Rita de Casia
Hch 6,1-7: Elección de los siete diáconos
Salmo responsorial 32: Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros, como lo esperamos de ti
1 Pe 2,4-9: Ustedes son una raza elegida, un sacerdocio real
Jn 14,1-12:  Yo soy el camino, y la verdad, y la vida

En la comunidad lucana descrita en la primera lectura, los apóstoles tienen plena conciencia que no lo pueden hacer todo y que necesitan valerse de otros para atender a las necesidades urgentes de la comunidad pero sin desatender el ministerio de la Palabra. Pero ellos no imponen. Invitan a la comunidad a escoger sus propios servidores, animadores. Les presentan a siete personas que son «autorizados» por los apóstoles para satisfacer las necesidades de la comunidad. No son servidores de segunda. Son personas encargadas o enviadas a realizar ministerios diferentes. Pero todos estaban empeñados en la difusión de la Palabra y en el crecimiento numérico y cualificado de la comunidad.

Así mismo, el autor de la carta de Pedro quiere subrayar el papel de todos los miembros de la comunidad creyente en la construcción del templo vivo de Dios. Jesús es la piedra viva, el fundamento, la base para construir la casa de Dios. Sobre esa piedra se instalan las demás piedras, los seguidores de Jesús. De manera pues que no somos sólo espectadores de la construcción. Somos artífices y al mismo tiempo materia fundamental para alcanzar la construcción del gran edificio humano, levantado sobre la roca, Jesucristo, sostenido por la columna del Espíritu Santo y estructurado con la activa cooperación de cada uno de los bautizados. El sacerdocio, más que un honor, un privilegio, una casta... es un dinamismo desatado por el Espíritu para el servicio de la comunidad eclesial. Todos somos ministros, todos sacerdotes, todos servidores en una densa experiencia fraternal al servicio del Reinado de Dios.

El evangelio de Juan revela la situación crítica que vive la comunidad naciente provocada por el ambiente hostil y peligroso en que se va desarrollando. Jesús no sólo es la piedra fundamental, sino que Jesús es también camino, verdad y vida. Los discípulos están confundidos ante las Palabras de Jesús. En los anteriores versículos Jesús ha anunciado la traición de Judas y la negación de Pedro. Este episodio refleja la situación de crisis de los discípulos porque no entienden el camino de Jesús. Las palabras que Jesús pronuncia pretenden alentarles en la esperanza, fortalecerlos en medio de la angustia, devolverles el horizonte de vida.

Jesús es camino, es decir, es proyecto, horizonte de vida para muchos. Su muerte está llena de sentido porque en ella se manifiesta el amor de Dios por la Humanidad y les devuelve la razón de vivir en momentos de confusión y desesperación.

Jesús es verdad: la mentira, el engaño, la corrupción se apodera del corazón de la persona humana. La Palabra anunciada y testimoniada por Jesús, que es la Palabra del Padre, se convierte en criterio de verdad, en transparencia que devuelve la luz.

Es vida: frente a las fuerzas de la muerte que causan terror, Jesús da sentido a la vida, se revela como Señor de la vida y vencedor de la muerte. Y en él todos los que apuestan a favor de un proyecto de vida, de verdad y amor como horizonte que puede salvar a la Humanidad del caos, la injusticia, la corrupción, la exclusión y la maldad.

Quién cree en Jesús cree en el Padre y será transparencia del Resucitado. En el fondo eso es ser cristiano, que es una forma de ser en plenitud hijos/hijas de Dios. Pero la propuesta de Jesús no es un asunto meramente individual, intimista, espiritualista. El proyecto de su seguimiento es exigente y radical. También la persona cristiana, integrada al cuerpo comunitario, debe ser camino, verdad y vida. Estamos llamados a ser una alternativa de vida, junto con otras alternativas de vida -representadas por otras personas y comunidades inspiradas por otras religiones- en medio de un mundo desorientado que con frecuencia no encuentra el sentido de la existencia. Somos servidores de la Vida aún en medio de la muerte que siembra el egoísmo humano cuando desatiende la sabiduría que se manifiesta «por los muchos caminos de Dios». La desatención a esta sabiduría divina manifestada por tantos caminos, repercute en las crecientes injusticias sociales y guerras que pretenden justificarse con apelos a la defensa de la libertad y de la seguridad, o a la imposición de la democracia o de la «libertad de comercio»... pero que en el fondo esconden mezquinos intereses económicos y hegemónicos de las grandes potencias y plagan de hambre y de miseria a los pueblos pobres.

Nuestra misión, pues, como personas cristianas, es juntarnos con muchas otras personas y comunidades creyentes, practicantes de otras religiones, y ser alternativa de vida, de resistencia y esperanza para todos.

En una época como la que vivimos, marcada por la entrada en curso en un nuevo paradigma, el paradigma pluralista, hemos de leer y proclamar con cuidado tanto la expresión de Pedro de un «linaje escogido», como la expresión de Juan, que él pone en labios de Jesús: «Yo soy ‘el’ Camino»... Esta última sobre todo no deja de ser una expresión propia de un lenguaje confesional, un lenguaje de amor y de fe, cultual, y en ese contexto hay que entenderla. No hay que perder de vista que, en otro sentido, son muchos los caminos de Dios, sus caminos, que no son nuestros caminos, y que nos pueden sorprender siempre con el descubrimiento de nuevos caminos de Dios. Recomendamos la lectura de la serie «Por los muchos caminos de Dios», de la Asociación Ecuménica de Teólogos del Tercer Mundo, en la colección «Tiempo axial» (http://latinoamericana.org/tiempoaxial ).


REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS


1.  pequeno Misal en frances :" prions en eglise", Quebec, 2011.

2.   HETU, Jean-Luc. Les Options de Jésus.

3.   http://cursillos.ca

 (reflexion del P. Allard, s.v.d).

4.   http://servicioskoinonia.org 

Mayo 11 del 2014: 4º Domingo de Pascua Día del Buen Pastor y Jornada Mundial de las Vocaciones


Jesús, puerta de Dios

Cristo se revela como la puerta, puesto que nos da el acceso instantáneo a Dios.
Él vela sobre nosotros para que el mal no nos venza y que el pecado no nos paralice en los "cercos" de nuestra vida. Imitemos a Cristo en nuestra cotidianidad y posibilitémosle  a nuestros hermanos y hermanas acceso al bien.

TEXTO DEL EVANGELIO DE  SAN JUAN 10, 1-10

01       Les aseguro que el que no entra por la puerta en el corral de las ovejas, sino por otro lado, es un ladrón y un asaltante.
02       El que entra por la puerta es el pastor de las ovejas.
03       El guardián le abre y las ovejas escuchan su voz. El llama a cada una por su nombre y las hace salir.
04       Cuando las ha sacado a todas, va delante de ellas y las ovejas lo siguen, porque conocen su voz.
05       Nunca seguirán a un extraño, sino que huirán de él, porque no conocen su voz».
06       Jesús les hizo esta comparación, pero ellos no comprendieron lo que les quería decir.
07       Entonces Jesús prosiguió: «Les aseguro que yo soy la puerta de las ovejas.
08       Todos aquellos que han venido antes de mí son ladrones y asaltantes, pero las ovejas no los han escuchado.
09       Yo soy la puerta. El que entra por mí se salvará; podrá entrar y salir, y encontrará su alimento
10       El ladrón no viene sino para robar, matar y destruir. Pero yo he venido para que las ovejas tengan Vida, y la tengan en abundancia.

A guisa de introducción:

Reconocer su voz

Ahh aquellos tiempos de mi infancia!, que no puedo dejar de evocar…
Existía una imagen o dibujo que veía muy a menudo sobre los acetatos de música de 45, 33 y 78 r.p.m. Era el distintivo de una famosa compañía discográfica: la RCA VICTOR (1), presentaba un perro ante un gramófono: el perro parecía afinar la oreja cerca de una especie de corneta fijada a un torna discos. Y el slogan era: “la voz de su amo”.

El afiche o publicidad ponía en evidencia la fidelidad del sonido que se transmitía. Así el perro fiel ponía atención a la voz misteriosa, a aquella de su amo.

Los animales, lo sabemos, reconocen la voz de su amo. Los humanos también reconocen una voz conocida y familiar. Al teléfono, en el aeropuerto o en medio de una multitud, desde la primera palabra, desde la primera inflexión, uno sabe quién habla.

Como la huella digital, como el ADN, la voz tiene la firma de la persona. Y claro que hay usurpadores, imitadores, pero el engaño es rápidamente desenmascarado.

En nuestra vida es que nosotros sabemos reconocer la voz de Jesús? Hay tantos mensajes y mensajeros, tantos parásitos en la línea,  tantos virus y voces en las redes, tantos juguetes  electrónicos, robots, que uno no sabe más quien habla y cuál es el mensaje.

En todo este maremágnum, caos y confusión de voces es necesario que desarrollemos una escucha atenta.

Hemos de darle tiempo al discernimiento para que la voz del Maestro nos permita acceder a la plenitud prometida.  Si las ovejas saben reconocer la voz del pastor, hay en nosotros suficiente amor y familiaridad para que reconozcamos y sigamos la voz por excelencia?  (que no es Héctor Lavoe ni Frankie Ruiz, jeje) (2).

Puesto que Jesús nos invita a vivir, a vivir plenamente: “Que ellos tengan la vida en abundancia”.


Una aproximación psicológica:

La salida del cercado (o corral)

Todos los libros del Nuevo Testamento, cada uno a su manera  prácticamente presentan a Jesús como la Nueva Pascua, el Nuevo Moisés, el Liberador, el Mediador de la Nueva Alianza.

Bajo cada una de estas aproximaciones, hay una sola y misma realidad central: EL ÉXODO, es decir, la intervención de Dios en la historia para hacer salir a su pueblo y ponerlo en marcha para que le siga.

Es admirable constatar como el vocabulario empleado acá reenvía a esta experiencia clave del éxodo. Todo es movimiento: entrar, abrir, llamar, llevar fuera, hacer salir, ir delante, seguir, entrar y salir, encontrar su alimento…

Es el itinerario de todo un pueblo que surge acá, es el camino espiritual de toda una nación que es evocada y en el fondo es la misma experiencia que se abre para los discípulos de Jesús.

Jesús hace vivir un éxodo, una salida de si, Él libera de la inercia y de la inconsciencia, y llama a emprender una marcha que refresca, renueva a quien la vive y que le permite encontrar  “de qué alimentarse”.

El “llama a cada uno por su nombre”, a sus discípulos Simón, Andrés, Mateo y los otros.  Él “Les hace salir a todos” de una existencia sin horizonte. “El marcha adelante, a la cabeza”, como Dios mismo marchaba a la cabeza (en frente) de su pueblo, en el desierto de una vida esterilizada por la ley y las instituciones de su tiempo, sin otro objetivo que la rutina cotidiana.

En fin, Juan hace expresar a Jesús  la convicción que con ÉL, sus discípulos “encontraràn de qué alimentarse”, que Él les hará vivir  experiencias que los harán crecer y construir”.

El éxodo vivido y realizado por Jesús, es una salida de sí mismo, una puesta en marcha que pone en contacto con la “vida abundante”, vivida intensamente y en plenitud.

Jesús no aparece entonces como un reformador religioso que recuerda una fidelidad primera. Él no lleva a lo que ya era. Él pone en camino hacia lo que todavía no es.

Él no es aquel que agrupa en los “cercados” de una ley o de una moral. Es por el contrario aquel que “hace salir”, “que lleva afuera”, al gran día, y que nos precede en el camino de la libertad y de la realización personal.

Luego del primer éxodo, Dios ha arrancado su pueblo de una sociedad de opresión, de un cerco (cercado) de explotación, para enviarlo a construir un país de libertad y de fraternidad.

De modo parecido acá, cuando los falsos pastores se apropian de los bienes de los demás y destruyen la vida, Jesús viene para ensenar a compartir los bienes y a servir la VIDA.

He aquí el Nuevo Éxodo al cual nosotros estamos invitados.



REFLEXIÓN CENTRAL


Cada año, en el cuarto domingo de pascua tenemos como centro de nuestra reflexión litúrgica la parábola del Buen Pastor, tantas veces dicha y tantas veces representada en el arte cristiano.

En el evangelio de hoy, Jesús mezcla las imágenes de una manera un poco desconcertante. Él mismo se compara con el Buen Pastor como con la puerta del cerco del rebano, dos imágenes que en el Nuevo testamento son complementarias.

En los campos de la Palestina, los pastores hacen parte del paisaje cotidiano. Cuando se acerca la noche, al final del atardecer, ellos juntan sus rebaños para protegerlos de los peligros de la noche. Después, al día siguiente, conducen sus ovejas hacia los pastos. La Biblia nos habla igualmente de pastores  y de ovejas. En el salmo 23 que acabamos de escuchar, leíamos:

“EL Señor es mi Pastor,
Él me hace descansar en verdes praderas,
Me conduce a las aguas tranquilas y repara mis fuerzas…”

Es una manera de decir que Dios conduce su pueblo y que cuida de él.

El filósofo Henri Bergson escribía: “la gran cantidad de libros que yo he leído no me han dado tanto alivio como  lo ha hecho el Salmo 23: “El Señor es mi Pastor, nada me falta; si yo atravieso las sombras de la muerte yo no temo ningún mal, porque tú estás conmigo, tu vara y tu cayado me confortan”.

Pero cuando leemos estos textos bíblicos, debemos poner cuidado para no equivocarnos sobre el sentido de la palabra “rebaño”. A los ojos del Señor, nosotros no somos un colectivo anónimo, Somos su pueblo y a cada uno nos conoce por nuestro nombre; Él nos dice a cada uno de nosotros: “Tu eres mi hijo (a) “. Nosotros somos una grande familia de creyentes, mas hay un lugar para cada uno de entre nosotros en el corazón de Dios; “Yo te he llamado por tu nombre, tú tienes mucho valor ante mis ojos y yo te amo”. Esto se lo decía al pueblo de Israel, mas hoy, Jesús nos anuncia que es de igual manera verdadero para cada uno de los Hijos de Dios.

En el evangelio, Jesús se presenta como la puerta del cerco donde están las ovejas. Para comprender esta parábola, es necesario recordar que él se dirige a los fariseos, Estos últimos tienen un tal sentido de lo sagrado que no pueden imaginarse esta proximidad o cercanía de Dios . Para ellos, Dios es el Santo , el inaccesible; el hombre no puede llegar a Él por sus solas fuerzas. Sobre este punto, Jesús les da la razón. Mas él nos anuncia que Él mismo nos abre la puerta y entonces podemos encontrarle. Esta puerta que nos permite de  (ir) llegar hasta Dios , es Jesús mismo. “Si alguien entra por ella, será salvado”. Él es quien nos transporta nos ayuda a pasar y atravesar la muerte para acrecentar y fortalecer en nosotros las fuerzas de la vida.

A pesar de  todas nuestras reivindicaciones de independencia y de autonomía, tenemos necesidad de ser guiados hacia la felicidad, hacia una vida plena y total. Tenemos necesidad de un gobernador.

Nosotros podemos, seguramente, seguir a otros guías, y muchos se presentan ante nosotros como “salvadores providenciales”, pero Jesús nos advierte: “atención!, pilas!,  moscaa!”si ustedes les siguen, ustedes correrán el riesgo de ser engañados”. Se nos promete un cuerpo perfecto, sin arrugas, que no envejece más (véase por ejemplo la publicidad de Amparo Grisales y sus productos de belleza para parar el envejecimiento); la felicidad instantánea (por el dinero fácil a través del robo, el atraco,  la corrupción, el engaño del fisco, a través del tráfico y venta de drogas, alucinógenos, el negocio de la pornografía, etc). La alegría rápida si compramos tal o cual casa , tal barco de placer, tal carro; las vacaciones de nuestros sueños; el negocio de la bolsa en su momento, o un seguro de vida que nos procurara un avenir seguro.  

Con la crisis económica que atravesamos, miles de personas se han dado cuenta de la fragilidad de tales promesas.  Millones de personas han perdido sus empleos, su casa, su estilo de vida. La crisis económica ha hecho que millones de personas se vean literalmente ahora en la calle. Y todo ello a causa de la ambición o avidez  desaforada de algunos!

Es muy fácil dejarse seducir por los comerciantes o mercaderes de la felicidad garantizada. Todos nos proponen una receta-milagro, “para nuestro más grande bienestar!”

Pero muy a menudo esos charlatanes, esos vendedores de sucesos en rebaja, no buscan que enriquecerse a costa de desangrarnos y de empobrecernos ( es decir a nuestras costillas!)

Jesús se presenta hoy ante nosotros como el guía, el pasaje o tiquete, la puerta que da acceso a un mundo mejor. Detrás esta puerta, no hay un Dios que atemorice o un Dios que nos pida poderes o competencias extraordinarias, sino que hay  un Dios que ama, que acoge el Hijo prodigo, la mujer pecadora, el buen ladrón, al Pedro arrepentido, al Pablo el perseguidor.

La preocupación del Señor no es encerrarnos en el corral con el fin de protegernos, sino más bien de hacernos salir para descubrir la belleza del aire libre, los grandes horizontes, los espacios ilimitados: “El entrará y saldrá y encontrara pastos”.


Desafortunadamente, muchos escogen caminos de perdición y van hacia la infelicidad o desgracia. Después de meses, los mass medias nos hablan todo el tiempo de violencias, de actos de racismo, de guerras, de muertos y más muertos. De jóvenes completamente desesperados se evaden en la droga y el alcohol. Es a ese mundo tal como es que somos enviados como portadores de esperanza. Nuestra misión, es mostrar a Cristo “pastor de toda humanidad”. Nada podrá impedirle de querer salvar a todos los humanos. Es absolutamente necesario que nosotros entremos en ese gran proyecto de amor que anima a Jesucristo.


En ocasiones, nosotros estamos encerrados en una especie de “corral”, bloqueados a causa de una enfermedad, de un complejo, de un traumatismo, de una adicción al alcohol, al juego, a la droga, a causa de nuestro ambiente. Todos tenemos algún día que hacerle frente, ponerle cara a los problemas que nos agobian y no parecen tener salida.

Nos sentimos atrapados  en la trampa, prisioneros, no sabiendo cómo salir adelante y o liberarnos.

Es cuando Cristo interviene y nos dice que Él es la puerta, que Él es la salida. Imagen de libertad!, imagen de solaz, de frescor y de vida! Seguir a Jesús no es como muchos lo piensan, vivir una vida mediocre, es por el contrario vivir plenamente: “Yo he venido para que tengan vida y la vida en abundancia” (Juan 10,10).

Cada domingo, venimos a encontrar el Señor que puede darle de nuevo un sentido a nuestra vida. Él es nuestro guía, el pasaje o tiquete hacia la libertad, el compañero de camino que nos acompaña a lo largo de toda la vida.


ORACION;

Señor, tu nos invitas a acoger este amor que está en ti.
Tu eres en nosotros esta puerta abierta por la cual pasamos de la tristeza a la alegría, de la duda a la confianza.
Haznos disponibles y ayúdanos a irradiar tu presencia.
Te pedimos especialmente por todos aquellos que tu llamas como los sacerdotes, los diáconos, los religiosos y religiosas, pero también por los laicos comprometidos en el Anuncio del evangelio. Que los unos y los otros, allí donde estemos, seamos la voz de Cristo el Buen Pastor.

PARA TODOS MIS COLEGAS y AMIGOS Y FAMILIA QUE SE HAN TOMADO EN SERIO LO DEL BAUTISMO...

f e l i z  d i a   d e l   b u e n    p a s t o r !



REFERENCIAS:
-         
Pequeño misal “prions en Eglise”, Novalis, Canadá.

-         HÉTU, Jean-Luc. Les options de Jésus.

-         http://cursillos.ca

-         http://dimancheprochain.org


(2).     Varios cantantes llevan el apodo de “la voz”, significando a veces de manera muy  presuntuosa, será por sus managers o seguidores que ellos son por excelencia los primeros, el prototipo de la salsa.

domingo, 27 de abril de 2014

4 de mayo del 2014: 3er Domingo de Pascua : Los peregrinos de Emaùs

Lo que ocurre mientras se camina

Buena noticia! El Señor camina con nosotros, en el camino de nuestras decepciones y de nuestras dudas. Discretamente, Él revela a nuestros sentidos la obra de Salvación que se realiza en nuestra vida. Permanezcamos a la escucha e invitémosle a nuestra mesa y acojámoslo en nuestra misa (o cena). 



EVANGELIO DE NUESTRO Señor JESUCRISTO Según SAN LUCAS CAPITULO 24, 13-35

Aquel mismo día dos discípulos se dirigían a un pueblecito llamado Emaús, que está a unos doce kilómetros de Jerusalén, e iban conversando sobre todo lo que había ocurrido.
Mientras conversaban y discutían, Jesús en persona se les acercó y se puso a caminar con ellos ,pero algo impedía que sus ojos lo reconocieran.
El les dijo: «¿De qué van discutiendo por el camino?» Se detuvieron, y parecían muy desanimados.
Uno de ellos, llamado Cleofás, le contestó: «¿Cómo? ¿Eres tú el único peregrino en Jerusalén que no está enterado de lo que ha pasado aquí estos días?»
.«¿Qué pasó?», les preguntó. Le contestaron: «¡Todo el asunto de Jesús Nazareno!» Era un profeta poderoso en obras y palabras, reconocido por Dios y por todo el pueblo.
Pero nuestros sumos sacerdotes y nuestros jefes renegaron de él, lo hicieron condenar a muerte y clavar en la cruz.
Nosotros pensábamos que él sería el que debía libertar a Israel. Pero todo está hecho, y ya van dos días que sucedieron estas cosas.
En realidad, algunas mujeres de nuestro grupo nos han inquietado, pues fueron muy de mañana al sepulcro y, al no hallar su cuerpo, volvieron hablando de una aparición de ángeles que decían que estaba vivo.
Algunos de los nuestros fueron al sepulcro y hallaron todo tal como habían dicho las mujeres, pero a él no lo vieron.»
Entonces él les dijo: «¡Qué poco entienden ustedes, y qué lentos son sus corazones para creer todo lo que anunciaron los profetas!
¿No tenía que ser así y que el Mesías padeciera para entrar en su gloria?»
Y les interpretó lo que se decía de él en todas las Escrituras, comenzando por Moisés y luego todos los profetas, .
Al llegar cerca del pueblo al que iban, hizo como que quisiera seguir adelante, pero ellos le insistieron diciendo: «Quédate con nosotros, ya está cayendo la tarde y se termina el día.» Entró, pues, para quedarse con ellos.
Y esto sucedió. Mientras estaba en la mesa con ellos, tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo dio, y en ese momento se les abrieron los ojos y lo reconocieron. Pero ya había desaparecido.
Entonces se dijeron el uno al otro: «¿No sentíamos arder nuestro corazón cuando nos hablaba en el camino y nos explicaba las Escrituras?»
De inmediato se levantaron y volvieron a Jerusalén, donde encontraron reunidos a los Once y a los de su grupo.
Estos les dijeron: «Es verdad. El Señor ha resucitado y se ha aparecido a Simón.»
Ellos, por su parte, contaron lo sucedido en el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan.

A guisa de introducción: 

El encuentro de la esperanza y la vida

1.    Voy a contarles lo que le pasó a un joven sacerdote latino que realizaba estudios complementarios en parís: una parábola moderna…Hacia tres años que estudiaba en la ciudad luz, y en el atardecer de uno de los tantos domingos de primavera, lluvioso, con el espíritu triste, aburrido, decide salir a caminar con su paraguas por los alrededores de su apartamento…De pronto, ve alguien, un hombre que parece ser un mendigo que permanece incólume sentado y recostado sobre una pared (se diría “un itinerante por estos lados”). Dentro de sí, él clérigo escuchaba una voz “Tú no tienes derecho a seguir de largo…acuérdate del samaritano, del sacerdote de la parábola de Jesús en el Evangelio.”  Era necesario que hiciera algo. Y se va entonces a comprar un panecillo para darle. El mendigo le dice: "Je vois par ton accent, que tu n’es pas du pays  (“noto por tu acento que no eres de este país”), “además se te ve muy triste”. Y el joven padre le responde: “Si, tiene razón! Yo me aburro; ya hace 3 años que realizo estudios; es árido; no siento gusto por nada”. Y el tipo le replica: “En otro tiempo eran los viejos que escupían sobre la vida y se quejaban de ella. Hoy, ustedes los jóvenes, segregan la bilis a montones (respiran la amargura). Ustedes se quejan con el estomago lleno, los bolsillos repletos y con la sociedad a sus pies”. Él no se esperaba una acogida tan violenta. Él se había equivocado, había insultado a este hombre. El mendigo se vuelve entonces hacia él con una sonrisa: “pero no! Mi joven hombre, no te estoy insultando. Me siento mal al verte sufrir inútilmente. No soy yo quien tiene necesidad de ti. Abre los ojos, mira con alegria. La vida recomienza. Los capullos se abren y florecen. La naturaleza retoma su brillo. Yo, no he tenido suerte. Yo conocí la guerra. Despreciado por mi familia a causa de un fracaso profesional, después convertido en una piltrafa humana, alcohólico, sin hogar. Nunca, escúchame, por más que haya sufrido, yo he sido un desesperado de la vida.”

El joven escuchaba. No podía creer lo que captaba sus oídos. Pero, quien era este hombre, esta flor maravillosa sobre el fertilizante?

Después de un corto silencio, el viejo vuelve a hablar: “Eres tu cristiano?” “Si”…”El, un profesional de la religión, “un cura modesto de vanguardia”; él debía tragarse esta pregunta tras la corbata. “Tú no has comprendido nada del evangelio. Un creyente nunca se desespera. La vida está en sus entrañas para permanecer. Lo sabes tù? El nos lo ha prometido. Abre los ojos. Hay Alguien en el claro cielo. Hay resurrección en el aire…saca el vino…pásame un pedazo de pan…vamos a festejar eso. » Y el joven escribiría más tarde en una de sus cartas y en su diario : «… yo acaba de encontrar a Jesús. Yo pasaba de Emaús a Damas. Esta experiencia y lección vivirá por siempre en mí …”


2.Una bella historia, diremos, probablemente basada en hechos reales, y que hace reflexionar. Y Si dejamos a Jesús acercarse a nosotros, marchar con nosotros? Si nosotros le damos la oportunidad de tomar la palabra, de conversar con nosotros, de explicarnos el sentido de los acontecimientos vividos? Si nuestros ojos y nuestro corazón fueran lo bastante clarividentes para descubrirle bien vivo en medio de nosotros? Nosotros no estaríamos obligados a gritar y a suplicar: “Quédate con nosotros!” El estaría en el corazón y o centro de nuestra vida y por Él, y con Él, arribaríamos a una unidad de vida…


Aproximación psicológica al texto del evangelio:


No ardían nuestro corazones…?

El jueves santo hacíamos hincapié en como San Juan a diferencia de los otros 
evangelistas (Lucas, Mateo y Marcos) no hace ninguna alusión a la Eucaristía y más 
bien habla del lavatorio de los pies, que a su turno no mencionan los otros tres…Y 
concluíamos que para Juan tanto el lavatorio de los pies como la Eucaristía tenían el 
mismo sentido, desembocaban en el mismo objetivo: el servicio, la acogida, el 
amor…

Pero también es porque Juan escribe su evangelio más tardíamente, hacia el año 80 
cuando la Eucaristía ya era cotidiana y estaba en la raíz de las comunidades 
cristianas, era oficial…quizás se había vuelto rutinaria, a veces simple, indolora… 
Uno de los grandes riesgos o el máximo peligro de la Eucaristía es que esta pase 
de ser un rito a “ritualismo”. De un rito que debería vivirse con intensidad pasara a 
ser algo monótono, sin sentido, indiferente…

Es lo primero que remarcan nuestros amigos y familiares que se han pasado a 
sectas, y hacen hoy por hoy parte de otros grupos de oración extraños a la 
catolicidad en familias, en garajes, en grandes salones de nuestros pueblos y 
ciudades.

Ellos dicen “yo ahora siento algo especial, me siento contento, muy bien, de verdad 
en la reunión, en la asamblea en aquella x o y iglesia (adventista, testigos de 
Jehová, pentecostal, mormona…)”.

“Allá uno se siente acogido, en familia, uno puede compartir la Palabra de Dios, nos 
escuchamos, visitamos y ayudamos unos a otros…es una bacaneria!”

Y lamentablemente uno tiene que darles la razón…Nuestra Misa o Celebracion de la Cena
debería evidenciar que vive todo eso que allá se ha sentido…Era o más bien es el 
objetivo, el gran sueño de Jesús aquel jueves santo cuando instituyo la Eucaristía.

En pequeños grupos como en los seminarios, conventos, en las casas de retiros especiales es 
posible acercarse a ese ideal eucarístico…porque decimos no hay tanta masa, no 
hay tanta despersonalización, puede haber mayor control de todo, hay más 
intimidad y posibilidad de llegar más a los corazones, a las mentes, a los espíritus…

Pero es indudable que hay Eucaristías de Eucaristías…No las habrá muchas donde el 
sacerdote acoge los feligreses a la entrada de la iglesia y los despide igualmente al 
final de la celebración.  

Habrá seguramente Eucaristías donde el presidente y los ministros, el coro, 
posibilitan los momentos de silencio interior para digerir y poderse alimentar más 
efectivamente del mensaje de la Palabra y los gestos que allí se presentan.

Yo he estado en Eucaristías donde es una pasión compartir la Palabra, es ameno 
escuchar el presidente y a las personas que intervienen en un espíritu de 
inteligencia, serenidad y mucho amor. Eucaristías donde no hay “sermón” sino 
“homilía” (o sea enseñanza o conversación familiar).

 El padre Calixto (Gustavo Velez. Mxy) nos decía : “cuando sean sacerdotes 
muchachos , no reganen los poquitos que van a misa…”. Cuantas misas se 
aprovechan para hablar de moralismos, de hacer denuncias locales sin 
fundamentos, corrigiendo sin caridad y prudencia…

 El evangelio de este domingo, el de los discípulos o peregrinos de Emaús nos hace 
recordar que la asamblea dominical es para reencontrarnos con los hermanos, 
sobre todo con quienes tenemos diferencias o dificultades para aceptar, reconocer 
a Jesús en nuestra historia remota y presente y para compartir el pan eucarístico, 
porque al final sumergidos o inmersos en la eucaristía nuestro corazón debería 
arder, sentir calor y salir a ofrecer ese calor de la fraternidad, del perdón, de la 
compasión, la misericordia y la solidaridad a todos los demás con quienes nos 
encontramos en nuestros diversos ambientes de vida. 

Jesús esta en medio de nosotros cada vez que superamos la tristeza y la depresión...Cada que confiamos nuestros problemas sea a un amigo o a un simple desconocido...Cada vez que salimos de nuestros encierros de nuestro egoísmo, ahí está Cristo. El amor de Dios se manifiesta en el mero hecho de tener algo que comer, en el regocijo del encuentro con el otro, en la amistad fundada en Él. Por eso los discípulos de Emaùs conocieron al Senor Resucitado al partir el pan...Eso es la Eucaristía: ir donde el rey de nuestras vidas, acogerle, pedirle perdón y dejar que su Palabra ilumine nuestra existencia...Dejar que su Cuerpo y Sangre fortalezcan nuestra alma, alimenten nuestra vida para seguir adelante a pesar de nuestros pecados, nuestras decepciones, las dificultades para creer que nos propone el mundo... Y del templo salimos en paz para compartir su alegría. Digàmosle al Senor durante todos estos días "Quédate con nosotros que la tarde esta cayendo, pues sin Ti a nuestro lado, nada es justo, nada es bueno". 



REFLEXIÓN CENTRAL:

Comprender y sentirse respaldado (apoyado)

Cuántas veces en nuestra vida nos hemos sentido decepcionados? Las pequeñas decepciones, primero. 
Decepción por el resultado de un examen. 
Decepción por no habérsenos reconocido todo el esfuerzo que invertimos en un proyecto. 
Decepción ante una promoción o un ascenso que nunca llegó. 
Decepción por la situación financiera. 
Decepción por un hijo que no llena nuestras expectativas. 
Decepción a nivel político y aquella causada por los gobernantes…
Pero también están las grandes decepciones: 
Decepción ante un matrimonio abocado al fracaso. 
Decepción por no encontrar la pareja soñada o ideal. 
Decepción ante una opción de vida tomada pero que no nos hace felices. Decepción por un cuerpo que nos exige demasiados cuidados. 
Decepción ante una época o parte  de nuestra vida que quisiéramos no hubiera existido jamás. 
Es eso lo que dicen personas que sufrieron en su ambiente familiar, en sus años de formación escolar y de colegio…que sufren por los errores cometidos.

Cualquiera que sea la decepción, ella tiene múltiples caras y hace parte de nuestra vida. Por lo tanto, si dependiera solamente de nosotros, seguro construiríamos un mundo donde nunca habría decepciones.

Entonces, por qué Dios ha construido un mundo donde la decepción hace parte de nuestro pan cotidiano?

Sin conocer la respuesta a esta pregunta, yo pienso que ese es el contexto en el cual es necesario escuchar el relato de los discípulos de Emaús que se nos ofrece en la celebración de este domingo. Puesto que estos dos hombres de quienes nos habla Lucas son personas decepcionadas. Y no se trata acá sólo de una pequeña decepción, como aquella que se siente por haber perdido el autobus, o haberse perdido una fiesta. Cuando uno ha puesto sus esperanzas en un liberador político, toda la vida está comprometida. Lucas menciona que ellos miran a Jesús con un aire “sombrío” cuando este último les interroga: la palabra “depresión” seria más adecuada para describir lo que ellos viven. Puesto que es preciso preguntarse qué le queda a la gente después de quitárseles aquello que se constituye como el motor o impulsador de su vida? (su esperanza). Nosotros podemos identificarnos de diversas maneras con estos dos hombres. Entonces, en un tal contexto, qué tiene para decirles Jesús?

La primera cosa que me parece fundamental, es el hecho que Jesús SE presente cuando ellos discuten juntos y tratan de comprender lo que ha sucedido en Jerusalén, Uno de los términos del texto original griego para describir lo que ellos hacen es “homilein”, que ha dado origen a  nuestra palabra “HOMILIA”: ellos se dan el uno al otro, una homilía. El hecho mismo que personas se encuentren o se junten para tratar de comprender, para iluminar su existencia, para descubrir la verdad, es el signo claro de su PRESENCIA (de Jesús). Qué hay para decir? Tu vives una gran decepcion? No huyas! No la entierres (o no le eches tierra) con el alcohol, el juego, la pornografía, una pasión o fanatismo baladí,  o con la droga. No niegues tu decepción. Llora, grita y cuestiónate. Con otros, si, sobre todo en compañía de otros, deja aflorar tus incomprensiones, continua en la búsqueda de la LUZ .
Me parece que creer en la presencia del mismo Jesús en persona en el centro de mis cuestionamientos, le da una dimensión mística a aquello que me parece triste y penoso.  

En el relato de Lucas, Jesús les reprocha a los dos hombres su falta de inteligencia y su falta de FE, concluyendo: acaso no era necesario que el Mesías sufriera todas estas cosas para que se revelara la cualidad extraordinaria de su persona? Tenemos acá una explicación del sufrimiento, de su sufrimiento, de nuestro sufrimiento? De ninguna manera! Pero la afirmación de la conclusión feliz y alegre de este recorrido doloroso, permite darle un sentido, una dirección. Así también,  creer que al final de mis diversas heridas se encuentra una primavera que yo no puedo imaginar, no responde a todas mis preguntas, pero si me permite continuar caminando y de una cierta manera, de comprender.

El relato se termina con una comida alrededor de una fogata, cuando cae la noche.

Por qué es en este momento preciso que los dos discípulos reconocen a Jesús? No me digan que es porque ellos hacen el vinculo con las palabras de la “consagración”, El gesto mismo del compartir del pan es el símbolo de la fraternidad. No es suficiente con darle un sentido a todas nuestras decepciones, es necesario también sentirse respaldado. “Los “yo comprendo” deben estar acompañados del “Yo te amo”. Sin embargo todo “yo te amo”, toda comunión, sonarán falsos si no ha habido con antelación una confrontación de nuestras preguntas y diálogo.

Si ustedes son perspicaces, ustedes han remarcado que el relato de Lucas se parece a la misa o celebración comunitaria del fin de semana (cena), comenzando primero con la Liturgia de la Palabra y la Homilía, seguidas de la Eucaristía propiamente dicha. Pero, de hecho, debería ser a la inversa: la misa del domingo es el espejo de lo que vivimos verdaderamente, nuestros esfuerzos constantes por comprender la vida y la amistad que nos hacen solidarios.



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