sábado, 30 de septiembre de 2023

1 de octubre del 2023 : 26o Domingo del Tiempo Ordinario A


Nunca es tarde

Nada es definitivo. Siempre hay tiempo para cambiar de camino, de dejarse transformar por Dios y su Palabra y realizar su proyecto de amor.

Convirtamos nuestro corazón para que podamos obrar conformemente al llamado de Dios y en armonía con las enseñanzas de Cristo. Así, nuestra fe será sincera.




Primera lectura
Lectura de la profecía de Ezequiel (18,25-28):

Así dice el Señor: «Comentáis: "No es justo el proceder del Señor". Escuchad, casa de Israel: ¿es injusto mi proceder?, ¿o no es vuestro proceder el que es injusto? Cuando el justo se aparta de su justicia, comete la maldad y muere, muere por la maldad que cometió. Y cuando el malvado se convierte de la maldad que hizo y practica el derecho y la justicia, él mismo salva su vida. Si recapacita y se convierte de los delitos cometidos, ciertamente vivirá y no morirá.»

Palabra de Dios


Salmo
Sal 24,4bc-5.6-7.8-9

R/. Recuerda, Señor, que tu misericordia es eterna

Señor, enséñame tus caminos,
instrúyeme en tus sendas:
haz que camine con lealtad;
enséñame, porque tú eres mi Dios y Salvador,
y todo el día te estoy esperando. R/.

Recuerda, Señor,
que tu ternura y tu misericordia son eternas;
no te acuerdes de los pecados
ni de las maldades de mi juventud;
acuérdate de mí con misericordia,
por tu bondad, Señor. R/.

El Señor es bueno y es recto,
y enseña el camino a los pecadores;
hace caminar a los humildes con rectitud,
enseña su camino a los humildes. R/.


Segunda lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses (2,1-11):

Si queréis darme el consuelo de Cristo y aliviarme con vuestro amor, si nos une el mismo Espíritu y tenéis entrañas compasivas, dadme esta gran alegría: manteneos unánimes y concordes con un mismo amor y un mismo sentir. No obréis por rivalidad ni por ostentación, dejaos guiar por la humildad y considerad siempre superiores a los demás. No os encerréis en vuestros intereses, sino buscad todos el interés de los demás. Tened entre vosotros los sentimientos propios de Cristo Jesús. Él, a pesar de su condición divina, no hizo alarde de su categoría de Dios; al contrario, se despojó de su rango y tomó la condición de esclavo, pasando por uno de tantos. Y así, actuando como un hombre cualquiera, se rebajó hasta someterse incluso a la muerte, y una muerte de cruz. Por eso Dios lo levantó sobre todo y le concedió el Nombre-sobre-todo-nombre; de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se doble en el cielo, en la tierra, en el abismo, y toda lengua proclame: Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre.

Palabra de Dios



Lectura del santo evangelio según san Mateo (21,28-32):

En aquel tiempo, dijo Jesús a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo: «¿Qué os parece? Un hombre tenía dos hijos. Se acercó al primero y le dijo: "Hijo, ve hoy a trabajar en la viña." Él le contestó: "No quiero." Pero después recapacitó y fue. Se acercó al segundo y le dijo lo mismo. Él le contestó: "Voy, señor." Pero no fue. ¿Quién de los dos hizo lo que quería el padre?»
Contestaron: «El primero.»
Jesús les dijo: «Os aseguro que los publicanos y las prostitutas os llevan la delantera en el camino del reino de Dios. Porque vino Juan a vosotros enseñándoos el camino de la justicia, y no le creísteis; en cambio, los publicanos y prostitutas le creyeron. Y, aun después de ver esto, vosotros no recapacitasteis ni le creísteis.»


Palabra del Señor



A guisa de introducción:



"Del dicho al hecho…"



"El hombre contemporáneo cree más a los testigos que a los maestros (PABLO-VI); cree más en la experiencia que en la doctrina, en la vida y en los hechos que en las teorías... El testimonio evangélico, al que el mundo es más sensible, es el de la atención a las personas y el de la caridad para con los pobres y los pequeños, con los que sufren. La gratuidad de esta actitud y de estas acciones, que contrastan profundamente con el egoísmo presente en el hombre, hace surgir unas preguntas precisas que orientan hacia Dios y el Evangelio"
(Redemptoris Missio, n. 42)

“Perro que ladra no muerde”, 
 “Del dicho al hecho hay mucho trecho”,
“el camino al infierno esta pavimentado (embaldosado) de buenas intenciones”,
“Mucho ruido y pocas nueces”
“Mucho tilín tilín y nada de paletas”…

Una frase de la Redemptoris Missio: "La Misión de Cristo Redentor" (Encíclica de Juan Pablo II) y unos refranes y o dichos que podrían ayudarnos a introducirnos mediante un breve dialogo a la homilía de este domingo. 

Hay una palabra a la  que siempre recurrimos también  muy a menudo: COHERENCIA, es decir la conformidad de la palabra con los hechos; vivir lo que se predica…Ya el mismo Jesús advertía a sus discípulos con respecto al comportamiento de algunos fariseos: “Hagan lo que ellos dicen mas no lo que ellos hacen”.  Cuando somos coherentes: nuestro ser (cuerpo-alma-espíritu) va de la mano con el lenguaje y las emociones (movimientos).

Sin duda alguna que hoy podemos percibir el “abuso” de la palabra (que cae en el vacío), la fatiga de los discursos, corren ríos y ríos de tinta por todos lados, por el internet,  la radio, la tele, en los libros, las fotocopias, las universidades, las bibliotecas…Los Congresos, las Jornadas de encuentro, en el claustro educativo, en el Senado, en la escuela…en la iglesia (Iglesia)…

Y ante tanta palabra bonita, tantos discursos floridos, homilías sentidas o predicaciones llenas de emoción los corazones y espíritus siguen siendo duros, sordos, empecinados en quedarse en el conformismo, la inercia, la negligencia, la no práctica del amor, que finalmente podría hacer nuestro mundo diferente y acelerar así el establecimiento de esa viña del Padre, es decir el Reino de Dios, la sociedad alternativa que tanto deseamos construir.

Bien decía Nietzsche: “La palabra de Dios resuena por todas partes y solo no la escucha quien es voluntariamente sordo”.

Hoy la palabra de Dios nos invita a mirar entonces la coherencia de Jesús, hombre en el cual palabra y gesto iban de la mano, su acción y palabra es el testimonio verdadero y valido para el mundo de hoy…y porque como decía sabiamente el papa Pablo VI   “el mundo contemporáneo cree más en los testigos que en los maestros”. Haciendo la salvedad (me repito) de que el verdadero maestro es también testigo, y si por su testimonio (acción y palabra) no arrastra o convence, solo es un triste instructor.

Y la Madre Teresa de Calcuta decía:
 “Nosotros predicamos un Dios bueno, comprensivo, generoso y compasivo. Pero, ¿lo predicamos también a través de nuestras actitudes? Si queremos ser coherentes con lo que decimos, todos deben poder ver esa bondad, ese perdón y esa comprensión en nosotros”. 




APROXIMACION PSICOLOGICA AL TEXTO DEL EVANGELIO:


“Qué piensan ustedes de esto?”


A Jesús le gustaba  hacer confrontar (hacerles enfrentarse) a sus auditores con ellos mismos, ponerlos cara a cara sus actitudes y o reacciones.
Y con una imagen o una parábola Jesús les muestra un reflejo claro de su comportamiento o de sus actitudes y sin que ellos lo vean venir, sean conscientes (o se den cuenta) la mayoría de las veces. En este evangelio tenemos un buen ejemplo de ello. Jesús asimila el rechazo, seguido de una aceptación de los pecadores que se arrepienten y aceptan su enseñanza. Y de modo parecido, Él asimila la aceptación de los “pecadores”,  seguida de un rechazo de los fariseos que afirman aceptar a Dios pero que en la práctica rechazan a Jesús.

Después de haber llevado a sus auditores a comprometerse respondiendo a su cuestión, les dice: “es exactamente lo que ustedes hacen ; no se sorprendan entonces si ustedes no llegan a ninguna parte!” pero, esta parábola va más allá de  la polémica con los fariseos alrededor de la cuestión crucial de su actitud hacia Jesús.

Es la verdadera reacción de toda persona de cara al compromiso con el evangelio lo que Jesús toca aquí. Parafraseando Mateo 7,21 podríamos escuchar: “no basta con decir “yo iré” para entrar en el Reino de Dios, todavía es necesario ir en efecto! (efectivamente, en realidad!) (“no basta con decirme: “ Señor, Señor!” para entrar en el Reino de Dios, es indispensable también cumplir la Voluntad de mi Padre…” No basta con declararse creyente y pregonar: “yo acepto el evangelio”, sino que aún es necesario comprometerse con hechos e “ir” demostrándolo a través de sus actos, de su oración, de sus combates, de su ternura…

Remarquemos en fin la nota existencialista en estas palabras de Jesús. La vida es abierta. Siempre está sucediendo (acaeciendo) algo. La vida se renueva sin cesar, y ella no se detiene  ni por una palabra ni por un acto: se puede decir SI pero terminar por no hacer, como se puede no hacer y más tarde cambiar de idea y hacer efectivo el SI. Los desclasificados pueden clasificarse y los profesionales pueden fracasar. Los que hacen fraude pueden tomar el camino de la justicia y las personas honestas pasar al costado.

Jesús viene para abrir “nuevos posibles”, triunfar sobre el conservatismo y la injusticia. Encontrar personas que eran presa de ese mismo conservadurismo y la  injusticia, era para Jesús una experiencia frustrante, lo que le daba a veces el gusto de  “dejar a los muertos enterrar a sus muertos” (Mateo 8,22).Pero Él continuaba a llamar y a confrontar con la esperanza de que “quien estaba muerto” volviera a la vida, que sus interlocutores rencontraran en ellos el camino perdido y caminaran hacia una vida liberada (Lucas 15,32).



REFLEXIÓN CENTRAL


"Ve hoy a trabajar en la viña"


Los textos bíblicos de este domingo denuncian las incoherencias que pueden existir en nuestros pensamientos, discursos y juicios. Es lo que pasaba en el tiempo de Ezequiel (1a lectura). El profeta se dirige a un pueblo llevado a la fuerza, lejos de su tierra natal, desterrado, exiliado. La nación judía ha sido dispersada en tierra pagana. Muchos piensan que esto es por causa de las faltas o pecados de las generaciones precedentes…que esto es un castigo y por ello sufren tal catástrofe. El profeta reacciona contra esta mentalidad y le recuerda a cada uno su responsabilidad; esto es igualmente importante para nosotros hoy; nosotros estamos todos llamados a reorientar nuestra vida hacia el Señor y seguirle.

En la segunda lectura, San Pablo nos da precisiones sobre lo que debe ser esta conversión. Nos habla de la vida fraterna, de humildad y mismo de abajamiento. Nuestro modelo debe ser Cristo. Él ha aceptado la muerte por amor a sus hermanos. Es por esta actitud que Él ha triunfado. Y es a este triunfo sobre la muerte y el pecado que Él quiere asociarnos. Tener los mismos sentimientos que Él, es estar orientado hacia la salvación y la vida de los hombres.

Pero, al leer el Evangelio de este día, vemos que no todo está ganado aun, al menos para algunos. Hoy, Jesús se dirige a gente que pretendía ser la mejor: personas que se consideran como la élite del pueblo: es verdad que ellos respetan la Ley hasta en los mínimos detalles. Pero detrás ese pararrayos de escrupulosa perfección, Jesús denuncia una grave infidelidad a lo esencial de la Palabra de Dios: ellos están persuadidos de su calidad religiosa; ellos se han cerrado a los llamados a la conversión de Juan Bautista y de Jesús. Y además, ellos sienten desprecio por los pecadores.  Pero al mismo tiempo existen incrédulos notorios, gente de mala vida, ladrones y tramposos, mujeres que se consideraban ya perdidos: unos y otros eran considerados como irrecuperables. Y de pronto, ellos acogen el llamado de la salvación; se convierten y cambian de vida. Su "no" llega a ser un "si" ya que ellos han creído en el amor de Dios que les abría un futuro nuevo.

Jesús ve lo que hay en el corazón de cada uno: Él acoge al pecador que vuelve a Dios. Los publicanos y las prostitutas han comenzado respondiendo no a este llamado, pero se han convertido. Ellos han acogido a aquel que podía darle un sentido a su existencia. Este reencuentro con Dios ha cambiado completamente su vida. A lo largo de los evangelios y en la historia de la Iglesia, descubrimos que los grandes testigos de la fe son pecadores perdonados.

Más allá de los grandes sacerdotes y de los Ancianos, Jesús se dirige hoy también a cada uno de nosotros y es a nosotros que nos cuestiona: "Cuál de los dos ha hecho la voluntad del Padre?" La respuesta nos concierne pero no podemos olvidar de sacar las consecuencias: nosotros no podemos contentarnos con tener buenos sentimientos, con tener soberbias resoluciones, ardientes oraciones…Todo esto es necesario, seguramente, pero si a esto no le siguen los actos, nosotros no estamos convertidos. Una simple visita a un enfermo necesita algo más que un bello discurso sobre la enfermedad, un perdón que se da tiene más peso que una disertación que se haga sobre la paz.

En este días, escuchamos la palabra del Padre: "Hijo, hoy ve a trabajar a mi viña" Esta viña es el Reino de Dios, Reino de amor, de justicia y de paz. Es ahí donde Dios quiere congregar a todos los hombres, incluidos todos aquellos que están lejos de Él. Esta buena noticia que acogemos cada domingo debe ser proclamada al mundo entero.

Trabajar en la Viña del Señor, es participar en esta obra de congregación, de reunir a toda la humanidad, es testimoniar la fe y la esperanza que nos habitan.

Todos somos enviados a este mundo para ser mensajeros del Evangelio. Y es por nuestro amor que seremos reconocidos como discípulos de Cristo.

Que esta Eucaristía que celebramos hoy juntos, sea para cada uno el lugar y momento de arrepentirse y luego comprometernos más verdaderamente en la Viña del Señor. Así sea!




2

« Cual de los dos hijos ha hecho la voluntad de Dios?”

 Cristo nos recuerda hoy que lo que cuenta en la vida no son las palabras sino los actos (las acciones). Juzgamos a alguien en referencia a lo que hace y no en referencia con sus buenas intenciones. Es el hijo que dijo NO de labios para afuera y va a trabajar en la viña quien hace la voluntad de su padre.

San Pablo decía en su Carta a los Romanos: “No son los que escuchan la Palabra de Dios que son justificados, sino más bien aquellos que ponen esta Palabra en práctica” (Rom 2,13).

Uno de los reproches más graves que se le puede hacer a alguien es decirle que “habla mucho pero hace poco”. El Evangelio nos dice la misma cosa en otros términos: “No son los que dicen Señor, quienes entraran en el Reino de los Cielos, sino aquellos que hacen la Voluntad de mi Padre” (Mt 7,21). “Aquel que se limita a escuchar la palabra y no la pone en práctica, agrega Jesús,  es comparable  a alguien que construye su casa sobre la arena…”(Mat 7,26). Es lo que Cristo reprocha a los fariseos de todos los tiempos : “Ellos predican (dicen) pero no lo hacen (no practican)” (Mt 23,3).

Hace poco, leía la historia de un hombre que después de un accidente de auto, estaba obligado a desplazarse en silla de ruedas. Sus vecinos y sus amigos iban a visitarlo y antes de partir decían:  “Andrés, vamos a orar por ti. Y él les respondía: “SI, eso está  bien, pero en efecto yo puedo hacer muy bien mis propias oraciones. Si ustedes quieren ayudarme de verdad, laven la vajilla que está en el lavaplatos y saquen los desechos y arrójenlos en la caneca que se encuentra afuera al borde del camino”…

Aquel hombre necesitaba ayuda y quería que las oraciones y las bellas palabras de sus amigos estuvieran acompañadas de gestos concretos.

Uno de los dramas de la vida social aparece cuando la palabra dada (comprometida) deja de ser fiable, no se traduce en actos, cuando uno pierde la confianza en lo que dicen los otros. Conocemos  bien ese fenómeno en nuestras sociedades modernas. Ya no creemos más en lo que dicen lo políticos, la publicidad, los periodistas, los jueces. La Palabra dada parece no tener más valor y perdemos la confianza en nuestros representantes, en nuestras instituciones. Mismo en la vida familiar, todo parece frágil y provisorio. Las promesas y los compromisos son de corta duración.

El evangelio de Cristo  y de quienes le siguen es exigente: “Aquel que pierde su vida, es decir que la da por amor a su familia, a sus amigos, a los otros, la salvara” (Mt 16,25). Nuestra fe cristiana debe ser una fe activa que influencie todos los aspectos de nuestra vida: la familia, el trabajo, las diversiones, las relaciones con los demás…

En un mundo que agranda y preconiza el triunfo a cualquier precio, la libertad absoluta, el placer inmediato, el evangelio de Cristo  nos sitúa sobre la ruta de nuestras responsabilidades cotidianas.

No es entonces aquel que dice « Si, yo iré a la viña » y enseguida no va quien hace la voluntad del padre, sino aquel que termina yendo, mismo si había dicho NO al momento de partir.

Este evangelio nos recuerda otra verdad importante para el Señor: en la vida, no todo está  ya  jugado (la suerte no está echada definitivamente). Siempre hay tiempo para reconsiderar las cosas. Cualquiera que sea nuestra historia, y por muchos que  hubieran sido nuestros rechazos o renegaciones precedentes, siempre es posible un cambio (una conversión, un cambio de rumbo). Con Jesús nunca estamos encerrados en el pasado. Con Él  Siempre tenemos una segunda oportunidad (a diferencia con nuestra familia e instituciones). Nunca somos fijados, señalados (estampillados, marcados) por lo que hicimos anteriormente. El FUTURO está siempre abierto.

He leído otra historia de una mujer condenada a varios años de prisión. Ella se había prostituido, sabiendo muy bien que tenía el Sida. Era su necesidad de droga que la había empujado a la prostitución. Ella había recibido una excelente educación y venia por tanto de una buena familia. Ella se arrepentía amargamente de haber arruinado su vida y quería reencontrar el amor y el perdón del Señor. Ella confiesa que fueron esos años pasados en prisión que la habían llevado a salir de una prisión peor que aquella donde ella vivía actualmente: la prisión de la adicción a la droga.

Para Dios, no hay bueno definitivos ni malos definitivos, hay hombres y mujeres en plena evolución que avanzan y que retroceden…Los publicanos y las prostitutas no son mejores que los otros, pero ellos entran en el Reino porque en un determinado momento, ellos han cambiado de dirección (de ruta) ellos se han convertido.

En nuestra vida, no todo está ya jugado (definido o cumplido). Siempre es posible cambiar, partir de cero nuevamente y comprometernos en los caminos de Dios, es decir, para utilizar las palabras del evangelio- siempre es posible cambiar de opinión e ir a trabajar en la Viña del Señor.



Oración-meditación

Si, Señor, yo quiero,
ir contigo hasta el final,
colabora en tus obras,
dejarme interpelar por tus palabras,
andar por tus caminos,
vivir según tu Verdad,
amar con tu mismo amor.

Sí, yo quiero Señor,
cuidar de quien tu cuidas,
sembrar lo que Tú siembras,
dar lo que tu das,
trabajar en tu campo,
aportar alegría al mundo,
darle esperanza y perseverancia.

Sí, yo quiero Señor,
mas, si por algo había dicho alguna vez "no",
perdóname Señor,
y ayúdame a retomar tu camino…
Amén!


                                               

REFERENCIAS:


http://vieliturgique.ca

http://prionseneglise.ca

 HÉTU, Jean-Luc. Les Options de Jésus.

http://dimancheprochain.org






viernes, 29 de septiembre de 2023

30 de septiembre del 2023: sábado de la vigésima quinta semana del tiempo ordinario- San Jerónimo

 

Testigo de la fe

San Jerónimo

Originario de Dalmacia (hoy Croacia), Jerónimo vivió en Roma, como secretario del Papa Dámaso, y luego en Belén. Pasó la mayor parte de su vida traduciendo y comentando las Escrituras, para que la gente participara en la liturgia en su idioma. Murió a los noventa años en 420.


(Lucas 9, 43b-45) Aunque los discípulos escucharon al Señor, se les escapaba el significado de sus palabras. Sin duda, la experiencia nos resulta familiar: buscamos comprender lo que el Señor quiere decirnos, pero el significado de muchos acontecimientos o hechos de nuestra vida sigue siendo incomprensible. Como los discípulos, nosotros necesitamos tiempo, también necesitamos pasar por muchas muertes y resurrecciones para que, poco a poco, se vaya iluminando lo que estamos viviendo.

Bertrand Lesoing, sacerdote de la comunidad de Saint-Martin


(Lucas 9, 43b-45) El Señor sabe dónde nos lleva, y eso será magnífico. Por el instante, a veces es difícil abandonarnos a Él y avanzar! Sobre todo cuando sabemos que es necesario consentir las renuncias.




Primera lectura
Lectura de la profecía de Zacarías (2,5-9.14-15a):

Alcé la vista y vi a un hombre con un cordel de medir. Pregunté: «¿Adónde vas?»
Me contestó: «A medir Jerusalén, para comprobar su anchura y longitud.»
Entonces se adelantó el ángel que hablaba conmigo, y otro ángel le salió al encuentro, diciéndole: «Corre a decirle a aquel muchacho: "Por la multitud de hombres y ganado que habrá, Jerusalén será ciudad abierta; yo la rodearé como muralla de fuego y mi gloria estará en medio de ella –oráculo del Señor–."»
«Alégrate y goza, hija de Sión, que yo vengo a habitar dentro de ti –oráculo del Señor–. Aquel día se unirán al Señor muchos pueblos, y serán pueblo mío, y habitaré en medio de ti.»

Palabra de Dios


Salmo
Jr 31,10.11-12ab.13

R/. El Señor nos guardará como un pastor a su rebaño

Escuchad, pueblos, la palabra del Señor,
anunciadla en las islas remotas:
«El que dispersó a Israel lo reunirá,
lo guardará como un pastor a su rebaño.» R/.

«Porque el Señor redimió a Jacob,
lo rescató de una mano más fuerte.»
Vendrán con aclamaciones a la altura de Sión,
afluirán hacia los bienes del Señor. R/.

Entonces se alegrará la doncella en la danza,
gozarán los jóvenes y los viejos;
convertiré su tristeza en gozo,
los alegraré y aliviaré sus penas. R/.


Lectura del santo evangelio según san Lucas (9,43b-45):

En aquel tiempo, entre la admiración general por lo que hacía, Jesús dijo a sus discípulos: «Meteos bien esto en la cabeza: al Hijo del hombre lo van a entregar en manos de los hombres.»
Pero ellos no entendían este lenguaje; les resultaba tan oscuro que no cogían el sentido. Y les daba miedo preguntarle sobre el asunto.

Palabra del Señor


1

Dios en medio del pueblo

El profeta Zacarías nos da hoy una visión de alegría, esperanza y universalidad. La reconstrucción del Templo y de la ciudad de Jerusalén después del exilio aseguran que Dios vive en medio de su pueblo y que muchas naciones encontrarán allí a Dios, entre su pueblo. Deben ser un pueblo abierto, sin murallas, ya que Dios mismo los protegerá.

Jesús anuncia su muerte

La muerte es el momento último y supremo de nuestra existencia terrestre. Es el término de un movimiento, de una evolución, de una historia . Ella es importante porque corona y le da un sentido, un significado, a todo lo que ha precedido. Es por ello que Jesús tiene los ojos fijos en el fin de su existencia, que evoca en detalle por 3 veces en los evangelios sinópticos. Y esos anuncios no los comprenden los discípulos, ellos solo piensan en sus sueños humanos y nacionalistas…
En el Evangelio de hoy, Jesús anuncia por segunda vez la tragedia que le espera en Jerusalén…

La acción de "entregar" a Jesucristo es atribuida en los evangelios a Dios y…a Judas. Por qué esta traición del apóstol, entregando a su maestro? está igualmente relacionada con Dios? He aquí el misterio de salvación que Dios realiza a través de la falta innoble de la traición de un apóstol. "Dios escribe derecho en renglones torcidos" (Paul Claudel).

 Cuando uno desespera de nuestra humanidad y de nosotros mismos, siempre podemos esperar que el Señor cumplirá su proyecto de vida a pesar de las injusticias desconcertantes de nuestro mundo…

Ninguna filosofía, ninguna teología, fuera del evangelio, aporta una solución, o  una salida a la tragedia de la muerte, la angustia central de toda vida humana. 

Jesús nos ha mostrado que la muerte, libremente aceptada en la confianza y el amor, abre a la presencia de Dios. 

La muerte nos vacía de nosotros mismos y de nuestro egoísmo para acoger el amor trascendental. La cruz nos despoja de todo, ella nos reduce a la más profunda pobreza. 

En la primera bienaventuranza , la más fundamental, aquella de los pobres, Cristo ha prometido a estos bienaventurados entrar en el reino de la vida, de la alegría y la felicidad.

San Jerónimo

Hoy evocamos a San Jerónimo. Hacemos memoria del sacerdote y doctor de la Iglesia que trabajó incansablemente en la traducción de la Biblia desde su juventud. Él decía: "el estudio de la Escritura es la búsqueda de Dios" e "Ignorar las Escrituras es ignorar a Cristo". Que a ejemplo de San Jerónimo nuestra vida esté centrada en Cristo la Palabra hecha hombre…Que la Palabra leída, meditada o escuchada cada día nos posibilite al momento de la muerte una vida entregada, donada por amor a Dios y a los hermanos.


Oración


Señor Dios nuestro:
Tú escogiste para tu nuevo pueblo, la Iglesia,
al pueblo liberado por la sangre de tu Hijo.
¿Cómo podemos ser signo tuyo entre las naciones
a no ser que tú estés presente en medio de nosotros,
en nuestra acogida de todos,
en nuestra paz, nuestro espíritu de servicio,
nuestro amor sin fronteras?
Que seamos capaces de todo eso, Señor
por el poder salvador de tu Hijo
Jesucristo nuestro Señor.


2

Un alma bien ordenada





«Meteos bien esto en la cabeza: al Hijo del hombre lo van a entregar en manos de los hombres.»
Pero ellos no entendían este lenguaje; les resultaba tan oscuro que no cogían el sentido. Y les daba miedo preguntarle sobre el asunto.


 Lucas 9: 44–45

 

 

Esta es la segunda vez que Jesús predice a sus apóstoles su pasión venidera. Después de decirles que será entregado, el Evangelio relata que “ellos no entendían este lenguaje También afirma que “les daba miedo preguntarle sobre el asunto…” ¿Por qué no entendieron y por qué tenían miedo de preguntarle a Jesús acerca de su pasión venidera?

 

Los Apóstoles estaban profundamente apegados a nuestro Señor, tanto a nivel espiritual como a través de sus afectos. Y esto es bueno. Pero a veces nuestros afectos pueden nublar nuestro pensamiento y dificultar la comprensión de las realidades espirituales más profundas de la vida. Aunque nuestros afectos son naturales, siempre deben estar dirigidos por la voluntad de Dios. Por ejemplo, si tuviéramos que tratar de entender los afectos de Jesús, tendríamos que concluir que Él tanto espiritual como afectuosamente deseaba dar su vida por la salvación de las almas de acuerdo con la voluntad del Padre. No sólo eligió esto con su voluntad, sino que también lo deseó en sus afectos, porque sus afectos estaban perfectamente ordenados.

 

Los Apóstoles, sin embargo, no pudieron entender que Jesús tuvo que dar la vida, ser rechazado, sufrir y morir, en parte porque estaban muy apegados a Jesús de una manera emocional y afectuosa. Entonces, en este caso, el amor humano y el apego a Jesús obstaculizó su capacidad para comprender el mayor bien espiritual de Jesús entregando Su vida.

Considere también a nuestra Santísima Madre. ¿Cómo habría reaccionado ante Jesús diciendo que tenía que ser entregado, ser rechazado, sufrir y morir? Aunque esto la habría afligido con un santo dolor, la perfección de su naturaleza humana la habría llevado no solo a comprender y aceptar esta profunda verdad espiritual, sino que también habría deseado que esto sucediera dentro de sus afectos porque deseaba perfectamente el cumplimiento. de la voluntad del Padre. No habría habido conflicto dentro de ella entre la voluntad del Padre y lo que ella deseaba.

 

En nuestras propias vidas, a menudo tendemos a luchar de la misma manera que lucharon los Apóstoles. Cuando nos enfrentamos a una cruz desafiante en la vida, una cruz que el Padre nos llama a abrazar libremente, a menudo encontraremos que nuestros afectos resisten. Cuando esto sucede, nos confundimos e incluso nos asusta el futuro. Por lo tanto, la única manera de vencer el miedo es trabajar para entregar cada emoción, cada afecto y cada apego humano a la voluntad del Padre para que Su voluntad sea todo lo que deseamos con todas las fuerzas de nuestra alma.

 

Reflexione hoy sobre la lucha interior de estos Apóstoles al encontrarse cara a cara con esta segunda vez que Jesús comenzó a prepararlos para aceptar, comprender, elegir y desear su pasión. Considere la lucha interior que atravesaron en ese momento e incluso cuando vieron esto desarrollarse. Eventualmente lo entendieron. Finalmente, todo el miedo se desvaneció. Y finalmente se regocijaron afectuosamente en el sacrificio de Jesús. Pero tomó mucho tiempo y mucha rendición. 

 

Reflexione sobre las formas en que nuestro Señor lo invita a elegir Su Cruz en su vida. Donde vea que sus afectos resisten, trate de entregarse, rece por obtener comprensión y busque el coraje que necesita para desear Su Cruz con toda su alma.

 

 

Mi Señor, abriste Tu divino corazón a Tus Apóstoles y los invitaste a comprender y elegir Tu sufrimiento y tu muerte. Y aunque vacilaron y lucharon, Tú continuaste invitándolos a abrazar la voluntad del Padre. Dame la gracia que necesito, querido Señor, para abrazar ante todo cada verdad espiritual y permitir que esa Verdad me libere del miedo y me llene con el don de la comprensión. Jesús, en Ti confío.



30 de septiembre:

San Jerónimo, Sacerdote y Doctor—Memorial

C. 340-420 Patrón de arqueólogos, archiveros, estudiosos de la Biblia, bibliotecarios, escolares, estudiantes y traductores 

Declarado Doctor de la Iglesia por el Papa Benedicto XIV en 1724 



Interpreto como debo, siguiendo el mandato de Cristo: "Escudriña las Escrituras" y "Busca y encontrarás". Porque si, como dice Pablo, Cristo es poder de Dios y sabiduría de Dios, y si el hombre que no conoce las Escrituras no conoce el poder y la sabiduría de Dios, entonces la ignorancia de las Escrituras es ignorancia de Cristo. 

~San Jerónimo, Comentario sobre Isaías

 

Eusebio Sofronio Jerónimo, más tarde conocido como Jerónimo, nació en la ciudad de Stridon, en algún lugar de los Balcanes. 

Treinta años antes del nacimiento de Jerónimo, el emperador Constantino legalizó la práctica del cristianismo en el Imperio Romano, pero muchos todavía se aferraban a las religiones y filosofías romanas y griegas. Jerónimo tenía al menos un hermano y los dos fueron criados por buenos padres cristianos que creían en la importancia de la educación. 

Mientras Jerónimo era adolescente o adolescente, sus padres lo enviaron a Roma para estudiar lengua, gramática, retórica, teología y filosofía. Aprendió griego, además del latín que conocía desde pequeño, y se sumergió en los clásicos: Virgilio, Cicerón y Terencio. Aunque Jerónimo había sido criado como cristiano, su moral decayó en Roma y cayó en pecados de la carne. Esto lo dejó lleno de culpa y pasaba muchos domingos visitando las catacumbas para recordar la muerte y la posibilidad del infierno. Como era costumbre en aquella época, no había sido bautizado de niño, por lo que antes de partir de Roma decidió bautizarse y comenzó una conversión.

Alrededor de los treinta años, después de su bautismo, Jerónimo viajó a varios sitios históricos cristianos. Viajó a Aquileia, en el actual norte de Italia, donde pasó tiempo con una ferviente comunidad cristiana bajo el liderazgo del obispo Valeriano. 

Luego viajó al desierto de Calcis, al sur de lo que hoy es Alepo y Antioquía en Siria, y se convirtió en ermitaño durante varios años. En el desierto, oró, estudió más griego y comenzó a aprender hebreo. 

También tradujo varios libros cristianos al latín. Durante ese tiempo, tuvo una visión en la que fue “arrebatado en el espíritu y arrastrado ante el tribunal del juez”. El juez le preguntó quién era. Jerónimo respondió: "Soy cristiano". Insatisfecho con la respuesta, el juez le dijo: “Mientes, eres seguidor de Cicerón y no de Cristo. Para' donde está tu tesoro, allí estará también tu corazón'”.

Esto afectó profundamente a Jerónimo, porque se dio cuenta de que estaba aún más apegado a la literatura pagana que a Cristo y Su sagrada Palabra. Al darse cuenta de ello, Jerónimo se comprometió más plenamente con Cristo y con una vida de celibato, prometiendo dedicarse únicamente a la Palabra de Dios y la voluntad de Dios, y alejarse de su interés por la literatura secular. Después de varios años en el desierto, regresó a Antioquía donde fue ordenado sacerdote. 

Una vez ordenado, Jerónimo viajó a Constantinopla, donde pasó algunos años estudiando con el futuro santo, el arzobispo Gregorio Nacianceno. En Constantinopla, su conocimiento de la fe ortodoxa consagrada en el Credo de Nicea creció inmensamente. Continuó traduciendo obras al latín común y entró más profundamente en la vida de oración.

Alrededor del año 382, ​​el padre Dámaso convocó al padre Jerónimo a Roma para convertirse en secretario y consejero del Papa. El santo padre le animó a preparar una nueva traducción de la Biblia a partir de las traducciones griega y hebrea. En aquella época había muchas versiones de la Biblia en latín que habían sido mal traducidas. El Papa quería una buena versión y el padre Jerónimo estuvo a la altura de las circunstancias. Comenzó con el Nuevo Testamento, traduciéndolo del griego al latín.

El padre Jerónimo continuó viviendo una vida de oración y asceta y no tuvo reparos en confrontar la corrupción que vio dentro del clero y la sociedad romanos. 

Algunos biógrafos afirman que tenía un temperamento feroz, pero otros lo ven como la pasión con la que predicaba contra el pecado y llamaba a la gente al arrepentimiento. 

También reunió a su alrededor un grupo de mujeres santas (mujeres nobles, viudas y vírgenes) con quienes compartió su conocimiento de las Escrituras. Debido a que pasaba tanto tiempo con estas mujeres, otros lo acusaron de comportarse inapropiadamente con ellas, especialmente algunos miembros del clero romano que se ofendieron personalmente contra él. Cuando murió el Papa Dámaso, las acusaciones solo empeoraron e incluyeron críticas a las traducciones del Nuevo Testamento hechas por Jerónimo. Como resultado de la hostilidad, Jerónimo decidió que era hora de abandonar Roma, y ​​algunas de las santas mujeres se fueron con él.

Después de Roma, Jerónimo viajó de regreso a Antioquía y luego a Tierra Santa. Llegó a Belén, donde pasaría el resto de su vida. Se convirtió en ermitaño en las cuevas cercanas a la Iglesia de la Natividad y continuó con su oración, estudio, traducciones y muchos otros escritos. Formó un monasterio para hombres, y las mujeres que lo acompañaban establecieron un convento cercano.

En Belén, Jerónimo continuó su labor de traducir la Biblia al latín. Pasó unos ocho años traduciendo el Nuevo Testamento del griego original y luego pasó unos quince años traduciendo el Antiguo Testamento de los manuscritos hebreos originales, algo que nunca se había hecho antes. El trabajo completo recibió la aceptación de los eruditos de la Iglesia occidental debido a su precisión y claridad. Su traducción se conoció como la “Vulgata”, es decir, la traducción común, porque tenía el objetivo de presentar la Biblia de una manera que fuera fácil de entender y clara para la gente común, en su propio idioma. Durante el siguiente milenio, su uso se hizo más amplio. Finalmente, tras la Reforma Protestante, en 1546, el Concilio de Trento declaró la Vulgata de San Jerónimo como la traducción oficial latina de la Iglesia.

Con su profundo conocimiento de las Escrituras, el padre Jerónimo también escribió comentarios sobre muchos libros de la Biblia, ofreciendo especialmente las ideas obtenidas de su trabajo de traducción. Escribió sobre la vida de los santos, dejando algunos de los primeros documentos históricos sobre sus vidas heroicas. Escribió extensamente sobre la Santísima Virgen María, sobre el valor de la virginidad, combatió las herejías y dejó muchas cartas extensas que revelan profundas ideas espirituales e históricas.

Después de unos treinta y ocho años en Belén, el padre Jerónimo murió, pero sus escritos siguen vivos. Poco después de su muerte, fue reconocido como santo por consentimiento popular, que era el método de canonización en la Iglesia primitiva. Aunque desde entonces ha tenido un profundo impacto en la Iglesia, no fue declarado Doctor de la Iglesia hasta 1724.

San Jerónimo fue un cristiano devoto, teólogo, sacerdote y monje. Predicó la verdad, incluso cuando la gente se opuso o se ofendió. Su dedicación a las Sagradas Escrituras es insuperable, y el impacto de sus traducciones y escritos se sigue sintiendo hoy.

Mientras honramos a este primitivo santo, reflexione sobre su propio compromiso con una reflexión en oración sobre la Palabra de Dios. San Jerónimo debería inspirarnos a dedicar más atención a un mejor amor por la Palabra de Dios a través del estudio, la reflexión y la oración. Comprométete con este ideal y busca al mismo tiempo la intercesión de San Jerónimo.

 

San Jerónimo, Dios te dio un llamado único y te usó para brindarle a la Iglesia una comprensión fundamental de las Escrituras. Vuestra dedicación a la oración, el ascetismo y el estudio muestra claramente vuestro amor por Dios y Su Iglesia. Por favor, orad por mí, para que llegue a la misma profundidad de amor por las Escrituras que vos, para que también llegue al mismo amor por Dios que vos teníais. San Jerónimo, ruega por mí. Jesús, en Ti confío.

30 de septiembre del 2017: San Jerónimo


(Lucas 9, 43b-45) El Señor sabe dónde nos lleva, y eso será magnífico. Por el instante, a veces es difícil abandonarnos a Él y avanzar! Sobre todo cuando sabemos que es necesario consentir las renuncias.




Primera lectura
Lectura de la profecía de Zacarías (2,5-9.14-15a):

Alcé la vista y vi a un hombre con un cordel de medir. Pregunté: «¿Adónde vas?»
Me contestó: «A medir Jerusalén, para comprobar su anchura y longitud.»
Entonces se adelantó el ángel que hablaba conmigo, y otro ángel le salió al encuentro, diciéndole: «Corre a decirle a aquel muchacho: "Por la multitud de hombres y ganado que habrá, Jerusalén será ciudad abierta; yo la rodearé como muralla de fuego y mi gloria estará en medio de ella –oráculo del Señor–."»
«Alégrate y goza, hija de Sión, que yo vengo a habitar dentro de ti –oráculo del Señor–. Aquel día se unirán al Señor muchos pueblos, y serán pueblo mío, y habitaré en medio de ti.»

Palabra de Dios


Salmo
Jr 31,10.11-12ab.13

R/. El Señor nos guardará como un pastor a su rebaño

Escuchad, pueblos, la palabra del Señor,
anunciadla en las islas remotas:
«El que dispersó a Israel lo reunirá,
lo guardará como un pastor a su rebaño.» R/.

«Porque el Señor redimió a Jacob,
lo rescató de una mano más fuerte.»
Vendrán con aclamaciones a la altura de Sión,
afluirán hacia los bienes del Señor. R/.

Entonces se alegrará la doncella en la danza,
gozarán los jóvenes y los viejos;
convertiré su tristeza en gozo,
los alegraré y aliviaré sus penas. R/.


Lectura del santo evangelio según san Lucas (9,43b-45):

En aquel tiempo, entre la admiración general por lo que hacía, Jesús dijo a sus discípulos: «Meteos bien esto en la cabeza: al Hijo del hombre lo van a entregar en manos de los hombres.»
Pero ellos no entendían este lenguaje; les resultaba tan oscuro que no cogían el sentido. Y les daba miedo preguntarle sobre el asunto.

Palabra del Señor

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Dios en medio del pueblo

El profeta Zacarías nos da hoy una visión de alegría, esperanza y universalidad. La reconstrucción del Templo y de la ciudad de Jerusalén después del exilio aseguran que Dios vive en medio de su pueblo y que muchas naciones encontrarán allí a Dios, entre su pueblo. Deben ser un pueblo abierto, sin murallas, ya que Dios mismo los protegerá.

Jesús anuncia su muerte

La muerte es el momento último y supremo de nuestra existencia terrestre. Es el término de un movimiento, de una evolución, de una historia . Ella es importante porque corona y le da un sentido, un significado, a todo lo que ha precedido. Es por ello que Jesús tiene los ojos fijos en el fin de su existencia, que evoca en detalle por 3 veces en los evangelios sinópticos. Y esos anuncios no los comprenden los discípulos, ellos solo piensan en sus sueños humanos y nacionalistas…
En el Evangelio de hoy, Jesús anuncia por segunda vez la tragedia que le espera en Jerusalén…

La acción de "entregar" a Jesucristo es atribuida en los evangelios a Dios y…a Judas. Por qué esta traición del apóstol, entregando a su maestro? está igualmente relacionada con Dios? He aquí el misterio de salvación que Dios realiza a través de la falta innoble de la traición de un apóstol. "Dios escribe derecho en renglones torcidos" (Paul Claudel).

 Cuando uno desespera de nuestra humanidad y de nosotros mismos, siempre podemos esperar que el Señor cumplirá su proyecto de vida a pesar de las injusticias desconcertantes de nuestro mundo…

Ninguna filosofía, ninguna teología, fuera del evangelio, aporta una solución, o  una salida a la tragedia de la muerte, la angustia central de toda vida humana. 

Jesús nos ha mostrado que la muerte, libremente aceptada en la confianza y el amor, abre a la presencia de Dios. 

La muerte nos vacía de nosotros mismos y de nuestro egoísmo para acoger el amor trascendental. La cruz nos despoja de todo, ella nos reduce a la más profunda pobreza. 

En la primera bienaventuranza , la más fundamental, aquella de los pobres, Cristo ha prometido a estos bienaventurados entrar en el reino de la vida, de la alegría y la felicidad.

San Jerónimo

Hoy evocamos a San Jerónimo. Hacemos memoria del sacerdote y doctor de la Iglesia que trabajó incansablemente en la traducción de la Biblia desde su juventud. Él decía: "el estudio de la Escritura es la búsqueda de Dios" e "Ignorar las Escrituras es ignorar a Cristo". Que a ejemplo de San Jerónimo nuestra vida esté centrada en Cristo la Palabra hecha hombre…Que la Palabra leída, meditada o escuchada cada día nos posibilite al momento de la muerte una vida entregada, donada por amor a Dios y a los hermanos.


Oración


Señor Dios nuestro:
Tú escogiste para tu nuevo pueblo, la Iglesia,
al pueblo liberado por la sangre de tu Hijo.
¿Cómo podemos ser signo tuyo entre las naciones
a no ser que tú estés presente en medio de nosotros,
en nuestra acogida de todos,
en nuestra paz, nuestro espíritu de servicio,
nuestro amor sin fronteras?
Que seamos capaces de todo eso, Señor
por el poder salvador de tu Hijo
Jesucristo nuestro Señor.

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