miércoles, 27 de abril de 2016

1º de mayo del 2016: 6º Domingo de Pascua (C)


 “Si ustedes me aman…”

Cristo anuncia al mismo tiempo una partida y una llegada. El Padre enviará en su nombre el Espíritu de paz que soplará su presencia de amor y dará la valentía de testimoniar en toda libertad. El amor del Señor y la fidelidad a su palabra son requisitos para poder acoger la obra del Espíritu.

Hermanos, en este sexto domingo de Pascua, el Señor nos invita a permanecer fieles a su palabra y a esperar la venida del Espíritu con valentía y paciencia. Reunidos en su nombre, recibamos de Él, aquello que necesitamos para cumplir su voluntad.



Lectura del evangelio Según san Juan 14, 23-29

Jesús le respondió: «Si alguien me ama, guardará mis palabras, y mi Padre lo amará. En ton ces vendremos a él para poner nuestra morada en él. 24 El que no me ama no guarda mis palabras; pero el mensaje que escuchan no es mío, sino del Padre que me ha enviado.
25 Les he dicho todo esto mientras estaba con ustedes. 26 En adelante el Espíritu Santo, el Intérprete que el Padre les va a enviar en mi Nombre, les enseñará todas las cosas y les recordará todo lo que yo les he dicho.
27 Les dejo la paz, les doy mi paz. La paz que yo les doy no es como la que da el mundo. Que no haya en ustedes angustia ni miedo. 28 Saben que les dije: Me voy, pero volveré a ustedes. Si me amaran, se alegrarían de que me vaya al Padre, pues el Padre es más grande que yo.
29 Les he dicho estas cosas ahora, antes de que sucedan, para que cuando sucedan ustedes crean


A guisa de  introducción:

La energía espiritual

1.En el mundo nos encontramos con 4 energías materiales:
(1)  La energía natural: mecánica simple, como el agua, el viento, el fuego, le energía vegetal, animal, mineral, humana (cuerpo, corazón, espíritu, expresándose por los sentidos).
(2)  La energía mecánica, doble función, por reacción, como los motores a gasolina, de agua, a vapor, a gas.
(3)  La energía eléctrica, electrónica.
(4)  La energía atómica, alimentada por los reactores.

2. Con toda seguridad que la energía espiritual no es material. Es energía, y como energía, es una fuerza motriz de acción para mover, para ir más lejos (amor, espíritu, voluntad).
La energía espiritual, es también la fuerza del Espíritu Santo, movida por la fe de los creyentes.

3. Al orar al Espíritu Santo, recibimos la energía para recordar la Palabra de Dios, para comprenderla, para vivirla; nosotros somos fieles a esta Palabra, testimoniamos nuestro amor por Dios, llegamos a ser morada de Dios; nosotros vivimos en paz, en esa paz que viene de Dios, y que aporta Alegría y Amor de Dios.




Aproximación psicológica al texto del evangelio:

Un ambicioso programa de crecimiento

En algún lugar de sus cartas, San Pablo nos dice que la LIBERTAD que Jesús nos ha dado, está aún por conquistarse (por conseguirse):
“Cristo nos libertó para que vivamos en libertad. Por lo tanto, manténganse firmes y no se sometan nuevamente al yugo de esclavitud” (Carta a los Gálatas 5,1).

De modo parecido aquí, Jesús nos dice que la paz que Él nos da, es para conquistarla también (aún está por conseguirse). Y, de hecho, LA PAZ no se trata de una simple tranquilidad como la concebimos habitualmente. Se trata de una paz que recibimos en el miedo, todo igualmente como la LIBERTAD que recibimos en nuestra dificultad de ser libres, y es a través de toda nuestra caminada (o recorrido) por la vida que debemos construir esa paz.

Y vale todo lo anterior y es igual para la FE. Jesús nos deja una PALABRA, pero ella está ahí aun para CREERLA (“cuando estas cosas sucedan, ustedes creerán”).

Igual sucede con el AMOR, es el mismo proceso: Jesús nos dice que Él tiene un proyecto de amor con nosotros pero que está todavía por realizarse y por profundizarse: “nosotros vendremos a vivir con él, (el creyente) él será nuestra morada”.

En fin, la FIDELIDAD, ella también está inscrita en la misma dinámica, nosotros deberemos descubrirla y construirla a partir de nuestra vivencia concreta: “Si alguien me ama, observará mi Palabra” …y ese alguien deberá primero aprender a descubrir, a comprender (cfr. v.26): “El paráclito (Espíritu Santo) (abogado, defensor, compañero, consolador…) les hará recordar todo lo que les he dicho”.

Esta exploración y esta maduración en el plan cognitivo, deberán ser seguidas de un compromiso en el plan del comportamiento, si se quiere que esta fidelidad sea verdaderamente UNA: “Si ustedes me aman, ustedes se pondrán a observar mis mandamientos” (v.14).

Este pasaje, se constituye entonces en un programa ambicioso de crecimiento espiritual, pero Jesús nos precisa que esto va hacerse progresivamente, al ritmo de nuestros descubrimientos interiores. El Espíritu les hará recordar todo, dice Jesús, Él les hará tomar conciencia de su experiencia de vida, él los llevará a releer su vida, y mi Palabra tomará todo su sentido en el corazón o centro mismo de esta caminada.

 De manera progresiva, y bajo la influencia del Espíritu, el creyente está llamado a profundizarse, a simplificarse, a unificarse, de tal modo, que un día, todas las dimensiones del programa de Jesús llegan a ser canalizadas en un solo impulso y desembocan en la misma realidad.

 FE, FIDELIDAD, AMOR, LIBERTAD Y PAZ llegan a ser sinónimos, describiendo la misma realidad, el mismo misterio: El Padre, Jesús y los creyentes “permanecen próximos, cercanos”, los unos de los otros, todos atraídos por el amor de un mismo Padre, guiados por la Palabra de un mismo Hijo y trabajados (dinamizados) por la acción de un mismo Espíritu (Santo).




REFLEXIÓN CENTRAL:


¿Fieles a su Palabra?

Amor y fidelidad son dos palabras que uno asocia constantemente, sobre todo cuando se trata del amor en el sentido corriente o común del término, el amor sensual, total, erótico entre dos personas. Pero en la realidad concreta, mismo si vemos que “AMAR” rima con “ETERNIDAD” y “amante” con “perseverante”, el desgaste de los días y las diversas evoluciones de cada uno de los implicados en la pareja, fragilizan mucho la perseverancia del amor. La vida nos cambia y cuando uno retrocede un poco, ciertas cosas parecen inconsistentes.

Palabra dada

“Si alguien me ama, dice Jesús, permanecerá FIEL a mi PALABRA” …el texto dice A MI PALABRA, no A SU PALABRA. El acento está acá menos en la palabra humana y está maximizado en la PALABRA DIVINA.

El compromiso amoroso implica una voluntad de aquel que se compromete a ser firme en su palabra (tener palabra) …Un adulto debe tener palabra y hacerla respetar... ” Es un hombre, una mujer de palabra”, es decir es transparente, íntegro (a), se dice de alguien que es constante. Su contrario es “el rostro con dos caras”.

Palabras de amor

La persona que responde al llamado de Jesús debe “tener palabra”, es evidente. Jesús utiliza aquí un lenguaje muy fuerte del amor: “Si alguien me ama”. Es más que obediencia, miedo o sumisión. Jesús quiere el amor total que se basta a sí mismo. “Nosotros vendremos a vivir con él y habitaremos en él”. Cohabitación recíproca de Dios en nosotros, de nosotros en Dios.

Es entonces al compromiso y a la fidelidad que somos convidados, invitados a situarnos en el movimiento de la Palabra de Aquel que nos llama. Porque estamos seguros que Él será fiel a su Palabra. El permanece incólume, entero, total en su palabra dada, hasta el punto que la palabra, ella misma se escribe Palabra, como una persona VIVA. Porque el Verbo se hizo carne (ser humano) y habitó entre nosotros (Juan 1, 1 ss.).

“La palabra que ustedes escuchan no es mía; ella es del Padre, que me ha enviado”. Y en el mismo momento que suspira, Jesús anuncia la venida del Espíritu, el Paráclito, que asegurará o blindará la memoria, la enseñanza, la defensa, la protección.

Nuestras palabras y nuestros compromisos humanos son a menudo frágiles porque el tiempo nos hace y nos desmorona (¿nos deshace?) Pero el señor es firme y constante. Él es el eterno. Él trasciende el espacio y el tiempo. Nosotros podemos entonces estar de acuerdo con su demanda y responder por (con) el amor a su amor.
Es el tiempo de la alegría y de la paz.



OBJETIVO-VIDA PARA LA SEMANA

1.    Verifico la calidad de mi testimonio y oro para que aumenten mi fidelidad a la PALABRA y mi amor hacia Dios y hacia los demás.

2.    Abro mi corazón al Espíritu Santo para recibir la paz y la alegría de Cristo Resucitado, y hago todo lo que me sea posible para compartir esta paz y alegría con los otros.


3.    Ofreceré un poco de dinero a alguien que me tienda la mano en la calle o ayudaré financieramente a alguien (amigo, o no conocido) que pasa por una situación económica difícil…




Entradas anteriores del mismo evangelio en mi antiguo blog:




REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS:

2.     HÉTU, Jean-Luc. Les Options de Jésus.


3.     Pequeño Misal « Prions en Église », edición quebequense, 2010-2013.

jueves, 21 de abril de 2016

24 de abril del 2016: 5º Domingo de Pascua (C)

Todas las cosas nuevas

El mandamiento nuevo de Jesús, permite a Dios implantar su morada en medio de la humanidad.
En este 5º domingo de Pascua, la luz del Resucitado continúa brillando para nosotros. En la alegría de su Espíritu, celebremos la vida nueva que Él nos da.



Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Juan (13,31-33a.34-35):

Cuando salió Judas del cenáculo, dijo Jesús: «Ahora es glorificado el Hijo del hombre, y Dios es glorificado en él. Si Dios es glorificado en él, también Dios lo glorificará en si mismo: pronto lo glorificará. Hijos míos, me queda poco de estar con vosotros. Os doy un mandamiento nuevo: que os améis unos a otros; como yo os he amado, amaos también entre vosotros. La señal por la que conocerán todos que sois discípulos míos será que os amáis unos a otros.»

Palabra de Señor



A guisa de introducción:

Un amor que va más lejos

Ninguna persona puede pasar de lado, o ser impermeable a la experiencia fundamental de SER AMADO (A)…por sus padres o por los adultos que han sido atentos con él, haciéndole bien. De otra manera, uno no podría sentirse amado en la vida y uno se sentiría incapaz de amarse a sí mismo, de aceptarse con sus cualidades y sus defectos, para alejar las barreras y superar sus limitaciones. Y es esta una condición esencial para amar al otro: padres-hijos; hijos-padres; hombre-mujer.

El amor humano intimidad, es pasión, ternura, compromiso, no necesariamente mutuos.

Uno encuentra personas a quienes se les facilita amar los demás, gracias a un feliz temperamento, a un carácter dulce; ellas toman todo por el lado amable, son muy sociables; ellas tienen confianza en sí mismas y en el prójimo.

De igual modo, uno encuentra personas que se entienden de maravilla en grupo, participan en comunidad y tienen objetivos comunes en los diferentes movimientos o asociaciones: ellos viven la fraternidad humana.

Y otra manera de amar, la encontramos en la amistad entre las personas que se comprenden o entienden, tiene confianza mutua, en un clima de razón y de igualdad.
Como el amor es ante todo libertad, uno comprende difícilmente que él pueda ser codificado en una LEY. Y por tanto es lo que vemos en los mandamientos de Moisés: es un deber amar a Dios y amar su prójimo como a sí mismo.

El amor según la Biblia es un deber basado en la alianza: Dios se comprometió con su pueblo y éste a su vez como respuesta debe observar los mandamientos del amor.

Es necesario admitir que amar un cercano, alguien que nos pone obstáculo o "trabas" es a menudo un sacrificio; no es necesario agregar no importa qué (lo que sea) a esta ley que a primera vista es más bien exterior a sí misma.

Quedarse sólo en el cumplimiento de una ley exterior significa no comprender la Biblia y sobre todo el pensamiento de Jesús. Según el Señor, el amor está basado en el amor de Dios por los seres humanos, en el amor de Jesús por los suyos: “Ámense los unos a los otros como yo los he amado”.

El Espíritu del amor de Jesús vive en el interior de las personas, que aman como en una sobreabundancia de amor. Este amor cristiano supone la FE en Jesús y la aceptación de su persona.



Aproximación psicológica y política al texto del evangelio:

Si Dios existe, y Él (Jesús) se le parece

Con palabras muy simples y haciendo intervenir dos discípulos, Juan el evangelista expresa y enseña aquí aquello que se constituye en el corazón (o centro) de la experiencia cristiana.

Si Dios existe- y Juan está seguro de ello- Él se parece a Jesús. En Jesús las líneas de fuerza de toda experiencia humana-libertad, sensibilidad ante el otro, fidelidad – han llegado a una tal profundidad que aquí se está ante algo más allá de lo humano.

Ciertas palabras de Jesús eran “desconcertantes, duras”, difíciles de escuchar (Juan 6,60). Después, Él debía explicar a menudo, el sentido de esas afirmaciones a sus discípulos (Marcos 4,34), pero aun así no era siempre comprendido (Marcos 8,21) y con frecuencia los discípulos han debido repetirse entre ellos: “Nosotros no comprendemos lo que quiere decir” (Juan 16,18).

Mas esta dificultad de “seguir” intelectualmente a Jesús no les impedía a los discípulos de seguirle físicamente y de creer en él moralmente. Lo que demuestra que, en el campo humano, las acciones de Jesús no decepcionan ni engañan. Los apóstoles no eran ni psicoanalistas ni exegetas (intérpretes de las escrituras), pero ellos al menos, eran hombres que podían distinguir entre un buen fruto y un fruto malo (Mateo 7,15-20), entre la libertad y la esclavitud, entre la apertura al otro y el egoísmo.

Si ellos creían en Jesús era más por lo que Él era y por lo que hacía más que por sus enseñanzas, en las que han tenido buen tiempo para analizar…Es el sentido de las palabras del versículo 11: “Si ustedes no creen en mi palabra, crean al menos a causa de mis obras”.

Para nosotros también, hoy, el reconocimiento de la divinidad de Jesús se encuentra al final del mismo camino. La fe no viene por un análisis de la teología del Nuevo Testamento, sino por una puesta a la escucha de lo que Jesús ha vivido, tal cual como afloran esas vivencias en cada página del evangelio.

No es seguro que antes de encontrar a Jesús, los apóstoles hayan sido grandes creyentes y que haya sido la intensidad de su fe en Dios (descollante en el Antiguo Testamento) lo que les ha abierto o despertado su fe en Jesús. Cuando ellos descubren en Jesús “el camino, la verdad y la vida”, es probablemente el camino inverso que ellos hacen (el amor y fe en Jesús les intensifica el amor y fe en el Dios del Antiguo Testamento).

A través de un hombre en el que la libertad, la apertura al otro y la fidelidad les impresionaba, ellos descubren la FE: FE de Jesús en el hombre, Fe de Jesús en Dios. Es entonces cuando ellos intentan darle un lugar a Dios en su vida, la misma que Jesús le daba en la suya.

He aquí entonces, el impacto de Jesús sobre los apóstoles y en todo discípulo que viene posteriormente. Una vivencia humana donde la intensidad y la profundidad reenvían a otra cosa, y en la cual Jesús demuestra, o da testimonio por la influencia que Dios tiene sobre Él.

Es aquí cuando los apóstoles se ven conducidos a afirmar y después de haber encontrado a Jesús: “Dios existe y Él (Jesús) se le parece!”




Reflexión Central:

La última petición de Jesús

La lectura del evangelio nos transporta al cenáculo donde Jesús realiza la última cena con sus discípulos. Judas acaba de partir para preparar su traición. La señal del debut de la pasión acaba de ser dada. Sabiendo que muy pronto será arrancado de la vista de los suyos, Jesús expresa su última voluntad. “Como yo los he amado (…) ámense los unos a los otros”.

El amor en la vida de Jesús

Cuando Jesús ha fraccionado (partido) el pan y lavado los pies de sus discípulos (Juan
13,3-15), Él significaba ya en qué consistía el amor.
Pero toda su vida nos aclara acerca del sentido de la ofrenda y del servicio.
Jesús veía la urgencia de socorrer las personas atacadas por enfermedades y sufrimientos morales. Él ha alimentado las multitudes hambrientas de reconocimiento (agradecimiento), de sanación interior, de ternura y de pan. Él ha transformado por su acogida un hombre rico, un recolector de impuestos deshonesto, un paralítico, un ciego, una mujer pagana y otra jorobada. Él ha tocado la samaritana en su verdad profunda. Él ha vivido un amor sin límites por todas las personas, sin juzgar ni condenar. Él ha perdonado a sus verdugos (ejecutores). Él nos ha amado llegando hasta donar su vida para que nosotros tengamos la vida en abundancia (Juan 10,10). Y Él nos pide amarnos como Él nos ha amado.

Amar como Él

¿Es posible? ¡Nuestra sed de confort y de placer, nuestra obsesión por las apariencias y el deseo de satisfacer, complacer a todo precio nos centran totalmente en nosotros mismos!
Amar como Jesús, nos obliga a salir de nuestro egoísmo, a dejar de lado nuestras preocupaciones y nuestra búsqueda de gratificaciones personales para ir a consolar aquellos que están sumidos en la pena, calmar sus angustias, erradicar su tristeza.
Amar como Jesús, implica que nosotros nos aceptemos los unos y los otros tal como somos: gente de aquí o de allá, ricos o pobres, eruditos o ignorantes, fuertes y frágiles. Que alguien esté sobre la cuesta de la delincuencia o en ruptura con su vida familiar o social, a pesar que el otro repita sin cesar los mismos errores o que esté paralizado ante los esfuerzos a realizar…
Amarnos como Jesús nos ama, significa:
 aceptarnos de manera incondicional, sin juzgamientos (juicios).
Es abrir los brazos a nuestro hijo afligido por una pena de amor.
Es Apoyar un colega que tiene dificultad para salir de la depresión.
Visitar un vecino enfermo de un cáncer en fase terminal y que tiene necesidad de ánimo, coraje para enfrentar la muerte.
Acoger al extranjero que acaba de llegar a nuestra comunidad y que busca intercambio e interactuar.
Perdonar a las personas que nos han hecho mal (nos han herido) …
En resumen, reavivar la esperanza y restaurar la comunión entre nosotros.

Un ideal a alcanzar

Es por nuestro amor los unos por los otros que el mundo (la sociedad, los demás) nos reconocerán como sus discípulos, dice Jesús. ¡Mas el amor día a día es difícil! ¿Cómo llegar a amar como Él, de manera gratuita, con la misma humildad y la misma entrega de sí mismo? ¿Cómo llegar a amar sin excluir a nadie, rechazando la vía o camino del poder, del control y de la violencia? Con seguridad, Jesús no se espera eso, que lleguemos a vivir todo ello sin dificultad…Es un ideal que Él propone. Y perseveraremos en la búsqueda de este ideal si permanecemos cerca de Jesús, la fuente misma del amor. Ayudándonos los unos a los otros a reconocer los signos de su amor en nuestra vida. Dejándonos guiar por su Espíritu…Un paso a la vez…un día a la vez…





OBJETIVO DE VIDA PARA LA SEMANA:

1.    Me doy tiempo para decir a miembros de mi familia “yo te amo”.

2.    Me pregunto sobre mis compromiso cristiano-católico (de bautizado) en mi ambiente de vida y de trabajo.

3.    Me acerco a alguien que vea en la misa con frecuencia, le hablaré y trato de entablar una relación de amistad con ella.



ORACIÓN-CONTEMPLACIÓN

Nosotros tratamos de amar a tu manera.
Humildes peregrinos en nuestro mundo,
caminamos en búsqueda de amor y de verdad.
Nuestros odios y nuestras rupturas no hablan bien de nosotros.
y de repente! He aquí que todos los pretextos son buenos
para satisfacer nuestra sed de poder.
Y por lo tanto, nosotros tratamos de amar y de servir
aquí y ahora en nuestra comunidad.
Sostiene nuestros pasos vacilantes,
nuestros gestos torcidos.
Permítenos Señor según tu promesa
de HACER todas las cosas nuevas.
Amén!




REFERENCIAS:    

Pequeño misal “Prions en Église”, edición quebequense, 2010,2013.

HÉTU, Jean-Luc. Les Options de Jésus.


Otras fuentes de internet.


viernes, 15 de abril de 2016

17 de abril del 2016: 4º Domingo de Pascua (C)



Una Iglesia para hoy

Las 3 lecturas de este domingo presentan el misterio de la Iglesia. No solamente una Iglesia donde hay pastores, sino que es totalmente pastora.
Celebremos aquel que nos reúne en la alegría de su victoria sobre la muerte. Que, por esta celebración, nosotros mismos lleguemos a ser una Iglesia Pastora, tras los pasos de Cristo.




EVANGELIO
 LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN 10, 27-30

En aquel tiempo, dijo Jesús:
-- Mis ovejas escuchan mi voz, y yo las conozco y ellas me siguen, y yo les doy la vida eterna; no perecerán para siempre y nadie las arrebatará de mi mano. Mi Padre, que me las ha dado, supera a todos y nadie puede arrebatarlas de la mano de mi Padre. Yo y el Padre somos uno.
Palabra del Señor 




A guisa de introducción :

Necesitamos buenos pastores como Jesús

San Ireneo de Lyon(n. Asia Menor130 - m. Lyon202) , ese gran Padre de la Iglesia tiene una frase que he tomado como referente vital: "Una vida ejemplar es el mejor regalo para nuestros semejantes". Y quizás quien mejor vivió a plenitud esa frase fue el resucitado Jesús de Nazaret.

Supo siempre transmitir y enseñar amor y a través de él, atrajo sus discípulos y sigue atrayendo creyentes por todo el mundo, con su gran regalo, su gran testimonio de amor incondicional (dio la vida sobre la cruz por toda la humanidad).

En este cuarto domingo de Pascual evocamos a Cristo como el verdadero y buen Pastor, un paradigma de sabiduría no solo para nosotros sacerdotes sino para todos los creyentes y en especial para quienes tienen una tarea de guiar, enseñar y mostrar el camino: padres de familia, profesores, autoridades políticas y civiles, etc.

Nuestro mundo tiene o mejor sufre una crisis de maestros, de modelos de sabiduría, tiene carencia de líderes carismáticos, honestos y nobles que, a la manera de Jesucristo, conduzcan las nuevas generaciones. Un mundo tan presto al relativismo, la incredulidad y la indiferencia necesita de batalladores de verdad, de ideas perdurables y nobles, de gestos, más que de palabras que arrastren y conquisten los corazones.





REFLEXIÓN CENTRAL:

La FE, siempre la FE


El texto de Juan que leemos este domingo, como casi todo su evangelio y sus cartas, es un texto muy místico. Dentro de una serie de imágenes, que comprendemos vagamente, puesto que ya no hacen casi parte de nuestra vida cotidiana, Jesús se compara con un pastor que cuida sus ovejas. Él les da su propia vida. Enseguida, Jesús no habla ya más de un pastor común y corriente. Él habla de sí mismo en primera persona: “mis ovejas escuchan mi voz (…) yo les doy la Vida Eterna” (Juan 10,27-28).

Es importante saber que estas afirmaciones de Jesús, lo que nos dice hoy, se inscriben dentro de una controversia que Él tiene con aquellos que el evangelio de Juan llama los judíos. Es decir, los jefes del lugar, que se oponen a Jesús. Estas personas se interrogan sobre la identidad de Jesús: “Si tú eres el Mesías, dínoslo abiertamente” (Juan 10,24) …Jesús entonces les reenvía a sus obras, a los signos que él realiza en nombre de Dios. “Las obras que yo hago en el nombre de mi Padre, dan testimonio de mí” (Juan 10,25). A pesar de que los enemigos de Jesús, han visto sus milagros y signos prodigiosos, ellos no creen, se niegan a creerle. Y entonces Él continúa diciéndoles: “Pero ustedes no me creen, porque no pertenecen a mis ovejas, no son de mi rebaño. Mis ovejas escuchan mi voz; yo las conozco, y ellas me siguen. Yo les doy la Vida Eterna” (Juan 10,26-28).

La persona que no tiene fe, que se niega a creer, podrá ver todos los milagros y signos y eso no le servirá de nada. Podría ver con sus ojos al Resucitado, escuchar su voz, meter las manos en el costado, como lo esperaba el apóstol Tomás, esta persona incrédula no reconocerá jamás al Señor…

Los adversarios de Jesús no pueden ni ver sus obras ni aceptar su mensaje, puesto que ellos se estancan, se paralizan en su rechazo. Pero aquellos que confían en Jesús, escuchan su voz y reconocen sus obras, tienen acceso a la Vida Eterna.

Pero frente a la oposición, rechazo y desconfianza y amenaza de sus adversarios, Jesús se niega a renunciar, a abdicar y ceder ante el miedo, a pesar de que eso lo conduzca  a la muerte. Su esperanza es más fuerte que todo. Lo que Jesús dice de sí mismo, se lo dice a aquellos que creen en Él: “A mis ovejas yo les doy la vida eterna, ellas nunca perecerán, nadie las arrancará de mi mano (…), nadie puede arrancar nada de la mano del Padre” (Juan 10,28-29).

Estas son afirmaciones muy fuertes sobre la FE. Los discursos del Evangelio de San Juan son difíciles a descifrar, a decodificar, porque todo es meditativo y las mismas palabras se repiten una y otra vez. Y todo eso le da uno una impresión de difuso, de enredado, donde el sentido de lo dicho se nos escapa.

Los adversarios de Jesús no podían admitir que Jesús hablaba en nombre de Dios, ellos podían creer en la Palabra de Dios, creer en los profetas, orar en el templo, pero ellos eran incapaces de comprender la manera como Jesús veía a Dios y le hablaba, no entendían la manera que tenía Él de hablar del Padre Dios y realizar sus obras. Era muy chocante, muy revolucionario, todo esto estaba lejos de sus ideas para que ellos puedan aceptar a Jesús. Debido a su dureza de corazón, ellos se negaban a entrar en la FE.

Y por lo tanto, Jesús afirma que la persona que cree en Él, entra en la Vida Eterna. En ese sentido, Jesús es el Pastor por excelencia. Escuchar su voz, seguirle, es recibir su vida, es participar de su esperanza. Y esto nadie puede arrebatárnoslo. Esta vida no puede ser destruida. Uno no puede arrancar, arrebatar nada de la mano del Padre. Estar ligado, unido a Jesús, es estar unido al Padre y entrar así en una realidad tan profunda, tan radical que nada puede destruirla.

Yo no sé qué quiere decir todo esto en la vida de todos los días. Cuando llegó el momento que Jesús padeciera, sus amigos lo abandonaron y huyeron. Pero ellos enseguida comprendieron y siguieron a Jesús con arrojo y valentía. Como lo hemos venido escuchando durante estos días posteriores a la Resurrección, en las lecturas pos pascuales, la primera comunidad cristiana ha enfrentado con valor, la persecución, y ha habido deserciones, abandonos seguramente, pero muchos han perseverado en la fe y han permanecido en la esperanza. Hoy, en este tiempo de Pascua, es a nosotros que se nos invita a ser ovejas del Señor, a ser sus amigos, a escuchar su voz, a poner toda nuestra confianza en Él.

Esto no quiere decir que mañana por la mañana seremos perseguidos. Los mártires están cerca de nosotros, en África, en Asia. Pero creer en Jesús, adherirse a Él, y desmarcarse sobre cierto número de cosas, preguntarse sobre el sentido de la vida, sobre la justicia, sobre el miedo a envejecer, a sufrir y a morir, sobre la honestidad, el respeto de las personas, sobre el dinero, sobre el sexo, sobre la sociedad de consumo.

Creer en Jesús y seguirle es sobre todo ser capaces de ser libres ante el modo o la manera de cómo ve las cosas el mundo, la moda de la sociedad, la manera como los medios de comunicación quieren imponerse sobre nuestros valores y creencias tradicionales.

La fe que nosotros confesamos, se articula alrededor de la persona de Jesús, de su muerte y de su resurrección, de la revelación que Jesús nos hace de Dios por una parte y de los otros, por otra parte. La sociedad en la cual vivimos nos revela o descubre el evangelio de la moda, el evangelio de lo instantáneo, lo que está presto y nos invita a pensar en las vedettes del momento, el evangelio del consumismo, del espectáculo y de la felicidad individualista al extremo. Yo no deseo que salgamos de este mundo, que lo ignoremos completamente, no, porque es en este mundo en donde hemos sido enviados, hemos sido puestos. Pero es esencial que nuestra Fe sea vigilante y muy fuerte para desmarcarse de las ideas que están de moda. En el maremágnum de las voces que nos solicitan, en medio de las muchas voces que nos aturden, es importante reconocer la voz del Señor.

En la tradición de nuestra Iglesia, el domingo del Buen Pastor es también un domingo de oración por las vocaciones. Nuestra Iglesia conoce en este punto una prueba gigantesca, una dificultad o sufrimiento que aparentamos no ver, esperando que mañana sea mejor que hoy y que ayer, y también que antier, es decir, antes de los años 50. Soñar esto, no es tener la fe ni la esperanza…es dejarse encerrar en el miedo a lo nuevo, a la novedad.

En este domingo de oración por las vocaciones, sepamos sumergirnos en nuestro corazón para redescubrir el llamado que nos hace (nos dirige) el “Buen Pastor”.

La vida eterna es un don extraordinario. Sin duda, estamos acostumbrados desde nuestra niñez a escuchar esta expresión y corremos el riesgo de no sorprendernos ante ella. La VIDA ETERNA, es estar entre las manos de Dios. Una mano paternal y tierna que seca toda lagrima de nuestros ojos (segunda lectura). Una mano protectora: nunca pereceremos, no sufriremos de hambre, de sed, de dolor. Una mano fuerte, puesto que el Padre es más grande que todo. Nadie puede arrebatarnos (arrancarnos de su mano. ¡Qué formidable ESPERANZA!

Y TU que estás en el centro de la contradicción y las críticas de tu entorno por tus convicciones cristianas, como Pablo y Bernabé en Antioquia de Pisidia (primera lectura de los Hechos), ¿a qué temes? ¿A qué le tienes miedo? Tu que eres tentado fuertemente, no lo olvides: el mal no puede arrancarte de las manos de Cristo, porque “mi Padre quien me las ha dado es más grande que todo”. ¡Qué delicadeza! ¡El Padre nos ha dado un regalo en su Hijo Jesucristo!

La VIDA ETERNA, es ser introducido por Él en la intimidad del Padre. Nadie puede arrancarnos de este amor. Pues este amor ha surgido de la FUENTE VIVA, de la comunión perfecta del Padre y del Hijo: “El Padre y yo somos UNO”.

Un día veremos a Dios tal cual es, en su unidad. “El Cordero permanece en medio del Trono”, observa el visionario del Apocalipsis (segunda lectura). Y nuestro pastor nos conducirá al Padre, fuente y origen de toda vida. Desde ya Él nos ofrece el aperitivo, la entrada de esta comunión al compartirnos su PAN y su VINO de VIDA ETERNA (La Eucaristía).



Reflexión 2 :

JESUS EL BUEN PASTOR

En el evangelio de este domingo, Jesús se nos presenta como el BUEN PASTOR, que conoce perfectamente cada una de sus ovejas.

En nuestros ambientes rurales y otros lugares aun, todo el mundo conoce bien la vida de los pastores. Sabemos que comienzan a trabajar desde muy temprano y que su labor no permite un día de vacaciones. El verdadero pastor ama su rebaño y se propone como deber estar siempre atento a sus necesidades. Una precisión es necesaria precisamente sobre el sentido del verbo CONOCER:

EN el mundo de la biblia, esto no significa que se tenga datos sobre la persona (su nombre, su edad, el lugar donde ella habita…) Cuando Jesús nos dice que Él conoce sus ovejas, esto significa que El las ama. El ve los puntos débiles de cada una y las cuida. Su amor es totalmente inmenso que es capaz hasta dar la vida por ellas.

Ante el amor nos sentimos bien miserables porque descubrimos que no conocemos de verdad al Señor. Los medios de formación sobre la biblia son cada día más accesibles para nosotros. Y, por lo tanto, estamos en un mundo, donde la ignorancia religiosa es cada vez más grande. Los propósitos y o proposiciones del Papa son examinados con lupa y son objeto de burla por parte de medios de comunicación extraños a la fe. Cuando se rechaza al Papa es a Cristo a quien se rechaza. Es a su palabra que uno se cierra y pone oídos sordos.  Pero para la Iglesia lo importante no es tanto hacer creer, sino testimoniar de este amor apasionado de Cristo que supera todo aquello que podemos imaginar.

El evangelio de este domingo insiste precisamente sobre la importancia de la escucha: “Mis ovejas escuchan mi voz”. Escuchar, supone un dialogo entre dos personas, al menos. Es necesario que cada una sea verdaderamente atenta a lo que la otra persona dice. Y si no es así, la otra no se avergüenza de decir: “Escúchame cuando yo te hablo”. Y cuando la relación llega a ser difícil se dice: “Ellos no se entienden (escuchan, hablan) más”. Escuchar, es estar abierto (disponible para) al otro, es acoger su palabra con respeto y sabiduría, es estar convencido que su palabra es más importante que la nuestra. Una tal acogida necesita de la parte del otro, de tiempo, de silencio. Demasiadas palabras son un obstáculo para la escucha.

Esta invitación a escuchar al Señor, nosotros la encontramos a lo largo de toda la Biblia. Cristo ha retomado este llamado: “felices aquellos que escuchan la Palabra de Dios” (Lucas 11,22). El problema es que muchos oyen, pero no escuchan. Esto es así desde el comienzo de la humanidad: Adán ha oído la Palabra de Dios, él ha tenido miedo y se ha escondido porque no ha escuchado esta voz que le ofrecía un camino de vida.

Ahora sí, nosotros podemos pedir al Señor que nos enseñe a escuchar su mensaje de amor para que El impregne verdaderamente toda nuestra vida. Es su voz que quiere hacerse oír en la intimidad de nuestro corazón. Es su mirada plena de amor que nos toca a cada uno de nosotros en lo más profundo.

Y es escuchando la voz del Señor que aprenderemos a conocerle mejor. Este verbo CONOCER, debemos entenderlo en el sentido de “nacer con” (del verbo francés connaitre, naître =nacer). Para ello, debemos frecuentarlo, darle de nuestro tiempo, vivir con Él. Es así como Jesús vino a vivir con la humanidad. Él se hizo uno de nosotros, semejante en todo a sus hermanos menos en el pecado. En El, es Dios quien se hace cercano a los hombres. El comparte nuestra vida porque nos ama. Y nosotros le conoceremos verdaderamente cuando aceptemos ser arrastrados (atrapados) en su corriente de amor. Aun, una vez más, decimos, no se trata de un conocimiento intelectual sino de un conocimiento amoroso.

Todo lo anterior nos lleva a adoptar una tercera actitud: Las ovejas siguen su pastor. Seguir el Señor es caminar con El, es acompañarlo. Nosotros podemos confiar en Él ya que Él nos conduce por el camino de la verdadera vida: Es eso que Pedro le respondió un día a Jesús: “¿Señor, a quien podremos ir? Solo Tú tienes Palabras de Vida Eterna”.  Lo que Jesús nos quiere ofrecer es una vida de felicidad sin fin. Pensemos en el padre de la parábola del Hijo Prodigo. Este último pide su parte de la herencia. El no comprendió que su Padre había previsto, pensado, en dárselo todo. Ahora no dudemos de pedir al Señor toda la plenitud de su amor y de su presencia a través de su Espíritu Santo.

Veamos pues la Buena Nueva de este domingo, Dios es un dios de amor. Y esta Buena Noticia, Cristo nos pide de anunciarla y de gritarla al mundo entero. Este mundo impregnado de malas creencias en ideologías y espejismos, de incredulidad y de indiferencia, el señor quiere curarlo y salvarlo.  Él quiere ofrecerle la VIDA ETERNA. Y es por todos y por cada uno que Él ha dado su vida sobre la cruz y él cuenta con cada uno de nosotros para testimoniar la fe, la esperanza y el amor nos animan.  “Vayan por todo el mundo y de todos los pueblos hagan discípulos”.

Es por eso, y en razón de esta misión, que Cristo ha instituido los sacerdotes de la Nueva Alianza. Ellos son enviados al mundo entero para evangelizar y darle la Palabra de Dios y el Pan de la Vida. Cuando el sacerdote proclama la Palabra de Dios y celebra la eucaristía, es el mismo Hijo de Dios quien se hace presente y se entrega a cada uno de los creyentes (el sacerdote es Alter Christus= otro Cristo). Él quiere atraernos hacia esta intimidad extraordinaria que existe entre Él y su Padre. Él quiere aumentar (hacer crecer) en nosotros el deseo de Dios.

En este año de la misericordia, te pedimos Señor por todos los sacerdotes. Dales la fuerza y el coraje en la misión que tú les confías. Y dales a todos los creyentes la capacidad de reconocer y de acoger este don de la eucaristía, del sacerdocio y de la misericordia que se les ofrece. Danos las ganas de vivir de tu amor para que, en verdad, Tú llenes plenamente nuestras vidas.


¡A TODOS FELIZ DIA DEL BUEN PASTOR!!!


OBJETIVO-VIDA PARA LA SEMANA:

1.    Escucho los llamados del Señor y cuál es mi manera particular de responderle?

2.    Cómo traduzco o interpreto sus llamados al amor y a la comunión en mis relaciones con mi conyugue, mis hijos, mis amigos y colegas de trabajo?

3.    Doy gracias a Dios por las personas que han sido en el pasado y son hoy BUENOS PASTORES para mí, por su acogida incondicional, sus consejos, su ternura.

4.    Oro al Señor para que envíe BUENOS PASTORES al servicio de la IGLESIA.




ORACIÓN- MEDITACIÓN:


Señor,
tantas voces me llaman,
tantos filósofos, tantos poetas, tantos periodistas!
La ciencia me permite arreglar todos mis problemas.
la quiromancia pretende leerme la carta astral.
Las sectas pululan y cada una tiene sus razones
tanto, que mi razón no entiende nada.

Cómo reconocer tu voz,
distinguir lo verdadero de lo falso?
Acoger un poco en todos lados las semillas del Verbo,
pero saber rechazar lo que es indigno de Ti.

Yo quisiera escuchar tu voz,
yo quisiera reconocer tus obras,
me gustaría seguirte sobre el camino,
ven a socorrerme en mi poca fe!

Amen!




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REFERENCIAS:



BEAUCHAMP, André. Comprendre la Parole, année C. Novalis, 2006.

y diversas fuentes de internet.



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