lunes, 22 de febrero de 2016

28 de febrero del 2016: 3er Domingo de Cuaresma



Para nosotros, la urgencia de cambiar, de convertirnos, de arrepentirnos y dar frutos, se basa en la paciencia misericordiosa de Dios


EVANGELIO
LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS 13, 1-9


En una ocasión se presentaron algunos a contar a Jesús lo de los galileos, cuya sangre vertió Pilato con la de los sacrificios que ofrecían. Jesús le contestó:
— ¿Pensáis que esos galileos eran más pecadores que los demás galileos, porque acabaron así? Os digo que no; y si no os convertís, todos pereceréis lo mismo. Y aquellos dieciocho que murieron aplastados por la torre de Siloé, ¿pensáis que eran más culpables que los demás habitantes de Jerusalén? Os digo que no. Y si no os convertís, todos pereceréis de la misma manera.
Y les dijo esta parábola:
—Uno tenía una higuera plantada en su viña, y fue a buscar fruto en ella, y no lo encontró. Dijo entonces al viñador: “Ya ves: tres años llevo viniendo a buscar fruto en esta higuera, y no lo encuentro. Córtala. ¿Para qué va a ocupar terreno en balde?” Pero el viñador contestó: “Señor, déjala todavía este año; yo cavaré alrededor y le echaré estiércol, a ver si da fruto. Si no, la cortas”.
Palabra del Señor



A guisa de introducción:

Dar frutos o perecer!

Todos estamos llamados a dar fruto, a crecer, a llegar a ser hombres y mujeres autónomos sobre esta tierra de llamados e interpelaciones.

La Tierra es un gran jardín para arar y cultivar, bajo el sol.

Mi pedazo de tierra sobre el cual resido, moro o habito, debo hacerlo fructificar. Yo debo acoger la naturaleza, he de entrar en el proceso de liberación de todos los pueblos y de todos los seres humanos.

Nadie puede detenerse, sino de lo contrario, uno se seca, se consume, perece.
Cada uno debe sentirse útil y debe ayudar los demás a valorizarse.

Jesús denuncia aquellos que no piensan más que en sí mismos, que son parásitos a costillas de los otros y se alimentan de sus miserias. Estas personas no producen frutos espirituales. Según Jesús, es necesario acercarse a los otros y acercarse a Dios.

Y en cual campo ser productivo?

En todos los dominios o campos, especialmente en las categorías que son presa de negligencia, que son ignoradas. ¿Acaso será la oración personal? ¿La oración comunitaria? ¿La bondad? ¿La comprensión? ¿El compartir? ¿La justicia?

Uno no puede decir o afirmar de sí mismo que es un buen productor si uno omite, es negligente seriamente con uno de los dominios o campos de su vida. Uno tiene necesidad de abono, de un crecimiento, para producir frutos. Si esto no marcha bien, si uno no hace nada nuevo, uno no crece más, uno recula, retrocede, uno se diseca.

Cuando se es menos ferviente o fervoroso se es menos generoso, menos paciente: a veces puede ser algo pasajero entonces puede ser menos dramático…

Si nuestra situación se convierte en un estado endémico permanente, entonces tenemos necesidad rápidamente de un fortificante para volver a dar vigor y gusto de renovación. La vida, es un espectáculo que no pasa (ocurre) sino una vez. Uno no puede perder su oportunidad, su chance.

En el jardín de Dios, yo soy como una planta que debe producir. Dios me proporciona el tiempo y los elementos necesarios (útiles, herramientas) para que yo me valga de los medios para VIVIR y dar fruto.




Aproximación psicológica del evangelio:

Plantados o sembrados en el mismo jardín


Los versículos del evangelio escuchado hemos de ubicarlos en el contexto de las controversias de Jesús con los fariseos. Interrogado sobre una represión asesina y sobre una hecatombe sucedida en un terreno de construcción, Jesús responde: dejen de interpretar con su visión las cosas lo que les sucede a otros y mejor preocúpense del sentido de su propia existencia.

La claridad de la parábola que sigue nos lleva a agregar: ¡lo que es sorprendente no es que los galileos o la gente de Siloé haya muerto, lo sorprendente más bien es que ustedes aun estén con vida! ¡Lo que es inexplicable, es que en su terquedad y en su inconsciencia, ustedes todavía no hayan provocado la cólera de Dios! Comprendan que su margen de maniobra es limitado, que es ahora cuando es necesario que ustedes tomen decisiones con respecto a su fe y al sentido de su vida. Ustedes constatan que la manera como llevan su vida no les hace producir ningún fruto, que no les produce nada el persistir con terquedad en una teología y moral ya superadas (antiguas). Con sus leyes y sus principios, con su dominación sobre la conciencia de los pequeños, ustedes agotan (empobrecen) el suelo. Ustedes drenan todas las energías y no queda más para la viña, para que la verdadera comunidad de los creyentes eche raíz y se fortalezca.

Esta parábola es casi un grito. Ella se constituye en una violenta protesta de Jesús ante una élite encerrada en sus privilegios, incapaz de consentir el desbloqueo en el que Jesús trabajaba con mucho esfuerzo. Y Jesús resentía esta oposición como un rechazo especifico de conversión de cara a Dios. Para Él, su causa y la causa de Dios estaban íntimamente ligadas.

¿De qué modo ésta parábola del evangelio nos atañe hoy?

Tomando como referencia el planeta, todos vivimos al lado de los otros, en un mismo jardín. Y los recursos inmediatamente disponibles en este jardín, en un momento preciso de su historia ya no son ilimitados. De igual modo, las ideas que tengo y la manera como yo vivo no son indiferentes para el bienestar o mismo para la supervivencia de aquellos que están plantados alrededor mío. Yo puedo explotar las reservas comunes para mi consumo personal, sin preocupación de fecundidad social, de promoción comunitaria de los más desfavorecidos. Actuando de este modo, yo privo al otro de aquello a que tiene derecho, y yo llevo así a los más débiles a su desaparición. En un jardín de este género, los más fuertes crecen, y los más débiles desaparecen.

Ahora, según Jesús, tal comportamiento aparece absolutamente inaceptable, mismo ante los ojos de Dios.




REFLEXIÓN CENTRAL

Envejecer y vivir al mismo tiempo

Sin lugar a dudas que conocemos historias como la de esta persona que les voy a referir. Ella es una mujer que tuvo varios hijos. Ellos fueron a la escuela, se instruyeron, y volvieron al hogar con ideas diferentes a los de su progenitora.

Y por lo tanto, acaso ella no se había esforzado y tratado de comunicarles a sus vástagos, aquello que creía lo esencial de la vida, los valores, lo que vale la pena? Después, uno por uno los hijos se fueron de casa para recorrer el vasto y ajeno mundo y crear su propio universo. Los vínculos o relaciones con ellos, no eran lo que ella soñaba, pero al menos los lazos no se habían cortado. Su conyugue permaneció largo tiempo a su lado, pero él murió antes que ella. La casa era ahora grande y sola sin él, y los momentos de la comida eran menos interesantes. Luego, sus fuerzas disminuyeron. Ella no era ya capaz de limpiar la casa como antes, y sus piernas comenzaron a fallarle. Imposible es ya ir a la iglesia como era su costumbre. Entonces, ella se da cuenta de la multitud de duelos, de sufrimientos. ¿Y es eso acaso vivir, es eso envejecer? ¿No es esto muy triste?

El evangelio de este domingo, de entrada, no parece ser más alegrador o reconfortante. Dos eventos tristes de la época de Jesús son reportados: una insurrección política de nacionalistas de la Galilea que el procurador romano Pilato reprime de manera sangrienta y la catástrofe en Jerusalén de una torre de piedra que al derrumbarse mata 18 personas.

Cuando sucesos como estos aparecen en el periódico de la mañana, podemos reaccionar de diversas maneras. Con toda seguridad, es triste. Pero si nos hacemos la pregunta: ¿Por qué ha sucedido esto? Entonces nosotros sacamos diversas conclusiones o interpretaciones. Podríamos decir: los nacionalistas de Galilea lo merecían, debían haberse quedado tranquilos. La gente que se encontraba cerca de la torre con bases frágiles, mal construida, por lo tanto, han sido quizás imprudentes, o seguro no merecían vivir más.  Pero por su parte, ¿cómo reacciona Jesús ante estos dos eventos? Evitemos pensar que estas gentes eran peores que nosotros y por ello lo merecían- dice Él. Evitemos sobre todo pensar, que estos eventos le conciernen a los demás, y no a nosotros. Jesús nos invita a identificarnos con el hecho y a decir: dejemos de pensar que tenemos la eternidad ante nosotros, tomemos hoy la decisión de entrar en el centro o corazón de la vida, como si se tratara de nuestra última jornada que nos quedara por vivir. Tratemos de ser más claros.

Jesús lanza una invitación que se traduce habitualmente por esto: “Yo les digo, pero si ustedes no se convierten, todos por igual van a perecer”.

Otras traducciones hablan de “arrepentirse”. Se trata aquí de traducir el verbo griego metanoein. Literalmente significa: “cambiar de idea”. ¿Pero a cuál cambio justamente hace referencia el evangelio? ¿Qué debemos cambiar en nosotros? ¿Si nos consideramos cristianos, hay, habrá todavía cosas por cambiar? ¿Qué precisamente? Para comprender bien la cosa a la que hace referencia Jesús, yo prefiero traducir metanoein de esta manera: aceptar ser transformado por la vida, que es de hecho una manera de cambiar de idea en función de la vida. Una intervención de la policía o el ejercito que termina con sangre, un edificio que se derrumba sobre la gente, son eventos, sin duda, excepcionales, pero ellos son un caso entre los millones de eventos que modelan nuestra vida o influyen en nuestra existencia.

La única actitud verdaderamente humana y que espera Jesús, es dejar que estos eventos nos marquen, nos tracen el rostro, en pocas palabras, nos transformen. Entrar en la vida, es abrir los ojos y el corazón a todos los eventos de la vida, para dejarlos hablar y que de paso nos eduquen. Rechazarlos, dejarlos pasar o correr como el agua sobre la espalda del pato, es negarse a vivir, es aceptar morir.

La gran dificultad de la vida, es vivir el presente. Cuando se es joven, uno se desespera por ser adulto, por tener 16 años para obtener su pase de conducir, para tener un trabajo y una carrera, para fundar una familia: a esa edad joven uno cree que la vida está en el futuro.

Cuando uno llega a viejo, a uno le da nostalgia de los bellos momentos vividos en familia, uno se acuerda de ciertas navidades en familia, con los parientes y amigos, de los dulces momentos con su novio (a) o su conyugue, uno evoca los viajes extraordinarios: cuando uno es viejo, la vida está en el pasado.

Dejarse transformar por la vida, entrar en la vida, quiere decir que la vida está en el presente, ella se desarrolla actualmente, ella es movimiento perpetuo.  Puesto que vivir, es crecer constantemente a partir de lo que vivimos cada día. He aquí lo que significa la parábola de la higuera con la que termina el evangelio de este día: el árbol debería haber ya dado sus frutos, pero todavía es tiempo, ya que él vive, está con vida…por el instante.

Poco importa nuestra edad, todos tenemos en común una realidad: el presente. Esto implica nuestra decisión de aceptarlo o de rechazarlo. Todos nosotros vivimos pequeños y grandes eventos: y podemos ser impermeables, o insensibles ante ellos, o por el contrario dejar que nos transformen…Envejecer, es sin duda vivir múltiples pérdidas o duelos, pero también es eliminar todo aquello que nos hacía huir el presente, es aprender a saborear lo esencial, a entrar en la profundidad de lo que nos queda de vida.

Lo que Jesús pide o demanda, Él lo ha vivido, por ello Él es para nosotros el VIVIENTE…como dice mi colega el costeño eudista padre Linero: “El man está vivo”.




ORACIÓN-CONTEMPLACIÓN


Señor, la mayor parte del tiempo me la paso dormitando,
Soy insensible ante los signos de los tiempos.
Como el joven, tengo tentación de fabricar sueños futuristas
O como el viejo, soñando con un ya superado pasado.
Y me olvido de entrar en la vida, es decir de vivir el presente.

Gracias Señor por invitarme a vivir plenamente mi vida,
A dejarme transformar por los eventos,
A sacar lo mejor y positivo sin caer en inútiles pesimismos.
Ayúdame a guardar la esperanza del mañana eterno contigo,
A pregonarla con mi testimonio de palabras y gestos honestos.

Hijo de Dios, Misionero del Padre,
Que no sea negligente ante los sufrimientos de mis hermanos,
Que ayude y me entregue a ellos, dando lo mejor de mí,
sin pensar que lo malo que sucede
es la consecuencia de sus actos y es tu castigo.

En este tiempo de misericordia y de cambio,
Que tu Espíritu nos transforme,
Que Él nos haga audaces, creativos
Que seamos tus apóstoles que acrecientan la vida
Que la defienden,
Puesto que Tu eres el VIVIENTE,
quien ha venido al mundo
Para que tengamos VIDA y la vida en abundancia.

Amen!



REFERENCIAS:


HETU, Jean-Luc. Les Options de Jésus.



jueves, 18 de febrero de 2016

En los 133 años del nacimiento de Kazantzakis



Nikos Kazantzakis (en griegoΝίκος Καζαντζάκης) (18 de febrero de 1883HeracliónImperio Otomano - 26 de octubre de 1957Friburgo de BrisgoviaAlemania): escritor griego, autor de poemas, novelas, ensayos, obras de teatro y libros de viaje. Es, posiblemente, el escritor y filósofo griego más importante del siglo XX y el que a más lenguas ha sido traducido. No obstante, no fue muy conocido hasta el estreno en 1964 de la película de Michael Cacoyannis Zorba el griego, basada en la novela de Kazantzakis Alexis Zorbas.

Cuando se observa de una manera global las sociedades llamadas "occidentales", uno es llevado a hacer varias constataciones: -son sociedades de espectáculo y de gran mediatización, en las cuales se nota un ascenso del nacionalismo y de la intolerancia, una caída de ciertos valores humanistas y espirituales, atentados contra el medio ambiente.

En pocas palabras, como lo escribió Nikos Kazantzakis después de la Segunda Guerra Mundial, se está en presencia de "sociedades en descomposición".

En realidad, en grados diferentes, las sociedades humanas siempre han conocido problemas y dificultades. Sin embargo, raramente se ha visto tal desconcierto, tal inquietud en todas los estratos de la población.

Kazantzakis también se encontró frente a estos problemas. Los estudió, los profundizó y propuso su "verdad", según la palabra del filósofo libanés Khalil Gibrán, en su libro El profeta, perspectivas, puntos de referencia. Su "grito", como le gustaba decir, y no su mensaje, es en consecuencia muy actual. Esto en diversos planos: espiritual y religioso, político, acercamiento de pueblos y de culturas; búsqueda de lo esencial, no de lo cotidiano y lo efímero, y del porvenir.

Sin embargo Kazantzakis no es bien conocido. En efecto, cuando se pregunta a las personas, la respuesta es a menudo negativa. Por el contrario, frecuentemente ellas conocen la película "Zorba el griego". Este film ha permitido al gran escritor, poeta y pensador ser conocido a nivel mundial. Felizmente, Kazantzakis no representa sólo a Zorba, sino algo más profundo y actual, como acabo de señalarlo.

Nikos Kazantzakis, como ningún otro autor, abarcó todos los géneros literarios: novela, poesía, ensayo, relatos de viaje, libros para la juventud, teatro, guiones, traducciones, notas sobre los más grandes sabios y escritores de todo el mundo, reportajes y artículos de prensa, etc.

1.     Ensayos. Escribió 7: La enfermedad del siglo, ¿Ha caído en bancarrota la ciencia? Bergson, Simposio, Historia de la literatura rusa, Federico Nietzsche en la filosofía del derecho y del Estado, Ascética Salvatores Dei, que es la base de toda la obra y el pensamiento de Nikos Kazantzakis.
2.     Obras dramáticas. Escribió 19: Hasta cuándo, Fasga, Amanece, Comedia, El maestro primero. Tragedias de temas antiguos: Prometeo, Teseo (Kuros), Odiseo, Melisa; tragedias de temas bizantinos y religiosos: Cristo, Nicéforo Focás, Julián el Apóstata, Sodoma y Gomorra, Constantino Paleólogo. Otras obras: Kapodistria, Buda, Cristóbal Colón, Otelo regresa.
3.     Poesía: Nikos Kazantzakis siempre fue considerado poeta. Hasta la Segunda Guerra mundial, su obra era esencialmente poética. Con su instalación en Francia, Antibes, comienza la escritura de novelas.

Toda su obra -aun la novelesca- es poesía. Algunos meses antes de su muerte, escribía en el libro de oro de una librería de Antibes: La poesía es lo único que impide podrirse al mundo. Y algunos minutos antes de morir, decía a sus médicos: ¡Ustedes saben, los poetas no mueren nunca, o casi nunca!
Escribió tres grandes poemas o colecciones de poemas:
  • La Odisea, de 33.333 versos. Este poema ha sido traducido al inglés, francés, castellano y sueco. Es una obra capital para Kazantzakis. "Es un libro -escribió él- para los jóvenes y para los que no han nacido todavía. Es el único que quisiera llevarme a la tumba".
  • Tercinas (Cantos): se trata de 21 poemas dedicados -escribió Kazantzakis- "a las almas que han nutrido mi alma". Han sido traducidos al inglés y al castellano.
  • Sonetos: publicados en 1914 en una revista griega y no traducidos.
4.     Novelas. Es la parte más conocida de su obra. Gracias a sus novelas se hizo mundialmente conocido. Escribió 11: Almas rotas, Lirio y serpiente, Toda Raba, (Moscú gritó), El jardín de rocas, Alexis Zorba, Cristo de nuevo crucificado, Libertad o Muerte (El Capitán Miguel), Hermanos enemigos, La última tentación, El pobre de Asís, Carta al Greco.

Las novelas han sido traducidas a un total de 70 lenguas. Tres fueron adaptadas para la pantalla grande: Cristo de nuevo crucificado, Alexis Zorba y La última tentación. Alexis Zorba fue también adaptada para el teatro. Cuatro han inspirado a músicos y coreógrafos: El maestro primero y Constantino Paleólogo (Operas de Manolis Kalomiris); Cristo de nuevo crucificado (La pasión griega, ópera de Bohuslav Martinú; Ecce Homo de Sandor Szokolay); Alexis Zorba (Mikis Teodorakis y Lorca Massine); Libertad o Muerte (Manos Jatzidakis).

5.     Relatos de viaje. Se refieren a Inglaterra, Grecia, Rusia, Italia, Chipre, Palestina, Sinaí, Egipto, Japón y China. (Ver: Del Monte Sinaí a la Isla de Venus, apuntes de viajes", de Nikos Kazantzakis)
6.     Libros para niños: En el palacio de Minos (Knossos) y Alejandro Magno.
7.     Guiones. Es un aspecto desconocido de la obra de Kazantzakis. Escribió 7, pero ninguno, pese a sus esfuerzos, fue llevado a la pantalla: El pañuelo rojo, San Pacomio y Compañía, Mahoma, (escrito directamente en francés y publicado por primera vez en la revista Le regard crétois en julio de 1997). Un eclipse de sol, Lenin, Don Quijote, Decamerón.

Pensamiento coherente, ligado a la vida, al corazón y al espíritu, muy actual. Es un "pensamiento esencial", como diría el filósofo Heidegger, "que llega intacto a la multitud tanto de sus partidarios como de sus adversarios".

La figura de Jesús siempre estuvo presente en sus pensamientos, desde su juventud hasta sus últimos años. El Cristo de La última tentación de Cristo comparte las angustiosas preocupaciones metafísicas y existenciales de Kazantzakis, buscando respuestas a preguntas obsesivas, y con frecuencia dividido entre su sentido del deber y su misión, por un lado, y sus propias necesidades humanas de disfrutar de la vida, de amar y ser amado, y tener una familia. Una figura trágica que al final sacrifica sus propias esperanzas humanas por una causa mayor, el Cristo de Kazantzakis no es una deidad tan infalible y libre de pasiones pero es un apasionado y emotivo ser humano que ha sido asignado a una misión, con un significado con el que está luchando por comprender y que con frecuencia le exige enfrentarse a su consciencia y sus emociones, y en última instancia a sacrificar su propia vida para su cumplimiento. Es sujeto de dudas, miedos e incluso culpas. Al final él es el Hijo del Hombre, un hombre cuya lucha interior representa su humanidad.

En 1957 comenzó un nuevo viaje hacia China y Japón. Este fue su último viaje. Kazantzakis, que sufría leucemia, se sintió enfermo y fue trasladado a Friburgo (Alemania), donde murió. Está enterrado sobre una de las murallas que rodean Heraklion, ya que la Iglesia Ortodoxa no permitió que fuera enterrado en un cementerio. Su epitafio reza: "No espero nada. No temo nada. Soy libre" (en griego: Δεν ελπίζω τίποτα. Δε φοβούμαι τίποτα. Είμαι λεύτερος).




Referencia: Nikos Kazantzakis
 
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domingo, 14 de febrero de 2016

En los 100 años del nacimiento de Monseñor Jesús Emilio Jaramillo Monsalve. mxy


 “El rasgo esencial del hombre en tanto que hombre no es preguntar por el poder, sino por el deber, y abrirse a la voz de la verdad y sus exigencias. Los mártires responden de la capacidad de verdad del hombre como límite de cualquier poder y como garantía de su semejanza con Dios. Así es como los mártires son los grandes testigos de la conciencia, de la capacidad otorgada al hombre para percibir el deber por encima del poder y comenzar el progreso verdadero y el efectivo ascenso”

(J. Ratzinger, Verdad, valores, poder. Piedras de toque de la sociedad pluralista. RIALP, Madrid, 2012, p. 64).



El 2 de octubre de 1989, cuando hacia mi segundo año de filosofía en el SEMISIONES, tanto yo como mis compañeros seminaristas y los sacerdotes dirigentes y formadores, nos sentimos aterrados por la terrible noticia del asesinato de Monseñor Jesús Emilio Jaramillo, hermano de comunidad.

Desde entonces su figura, vida y obra ha estado en el centro de interés no solo del Instituto de Misiones Extranjeras de Yarumal, al que pertenece sino también de la Iglesia Católica colombiana y universal.

Este día, 14 de febrero, se celebra el siglo de su nacimiento y se sabe que se ha iniciado ya una causa de canonización que marcha poco a poco.

¿Pero quién era Monseñor Jesús Emilio Jaramillo?

Había nacido el 14 de febrero de 1916, un día como hoy, en Santo Domingo (Antioquia). En 1929 ingresó al Seminario de Misiones Extranjeras de Yarumal (Antioquia). Llegó a ser Superior General de este Instituto. Fue ordenado sacerdote el 1º de septiembre de 1940 y el 10 de enero de 1971 consagrado obispo y nombrado vicario apostólico de Arauca.



El 11 de noviembre de 1970 la Prefectura Apostólica fue elevada a Vicariato Apostólico por la bula Quoniam praecipuas del papa Pablo VI y se nombró a Jesús Emilio Jaramillo como Vicario Apostólico de Arauca y obispo titular de Strumnitza, recibió la ordenación episcopal el 10 de enero de 1971.

Con la intensificación del conflicto armado en buena parte del departamento de Arauca, en medio de la disputa por el petróleo, donde el ELN mantuvo una posición de sabotaje permanente, pero de extorsión continuada, la Iglesia, en cabeza de Monseñor Jesús Emilio Jaramillo, un Obispo con vocación social y comunitaria, empezó a criticar de manera abierta las acciones del Frente Domingo Laín.  Jaramillo les pedía a las comunidades que no se dejaran engañar por el hecho de que el ELN incluyera obras sociales dentro de sus pliegos a las petroleras, y se propuso de manera decidida ganarle las comunidades que veían con alguna simpatía o abierto apoyo al Frente Domingo Laín.

Monseñor Jesús Emilio Jaramillo intensificó la labor social de la Iglesia y en este pulso social e ideológico ganó espacio y se puso de manera decidida del lado del Estado y de la fuerza pública, clamando por más presencia del gobierno en la región. El Frente Domingo Laín, que henchido de arrogancia se creía un Estado alterno en Arauca, lo asesinó en octubre de 1989. Un acto que contó con el repudio de toda la sociedad, alejó a muchos que antes toleraban al ELN, y casi genera un sisma dentro de esa organización insurgente que para ese momento era comandada por un sacerdote, el cura Manuel Pérez, y en cuyas filas había decenas, sino centenares de religiosos y religiosas. Mayor paradoja aun cuando este frente lleva el nombre justamente de un sacerdote español muerto en combate como guerrillero: Domingo Laín.

El crimen contra Monseñor Jesús Emilio Jaramillo significó el cruce de una frontera que hizo percibir a los elenos de Arauca como un grupo intransigente y sin límites en el ejercicio de la violencia. La encarnación de la intolerancia y el autoritarismo. Hacia adentro, el Domingo Laín, demostró con ese asesinato que tenía suficiente autonomía y que, como tenía la sartén de las finanzas por el mango, no se dejaba mandar de nadie.
Monseñor Jesús Emilio Jaramillo Monsalve, primer obispo de Arauca, fue asesinado por el ELN hace poco más de 26 años, el 2 de octubre 1989, en la vereda Santa Isabel de Panamá, Municipio de Arauquita, departamento de Arauca. Sus restos reposan en la catedral de Arauca. Actualmente está en curso el proceso de canonización de este mártir de la Iglesia colombiana.

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No tuve el privilegio de conocer personalmente a Monseñor, pero tuve un primer contacto con él cuando, siendo yo un pichon de cura, vi entre los anaqueles de la Biblioteca del Semisiones, un escrito por Monseñor Jesús Emilio Jaramillo, “He ahí el hombre”: Palabras fugaces sobre Cristo; después me di cuenta que concluía con las mismas palabras del Apocalipsis: “Veni Domine Iesu” ‘”Ven Señor Jesús”(22, 20)…

Cuando supe de su martirio hace poco más de 26 años me faltaban 6 años para ordenarme sacerdote.  El ejemplo de este santo obispo no deja de inspirarme en esta Colombia que espero un día sea capaz de vivir en paz y armonía, de respetar la vida y los derechos de los ciudadanos, de salvaguardar la libertad y defender la justicia y la verdad, valores todos por los que luchó Monseñor Jesús Emilio.


A continuación, transcribo unos breves apartes tomados de entrevistas y libros biográficos, donde algunos obispos, sacerdotes y autores han expresado su impresión sobre la vida, obra y el martirio de Monseñor Jaramillo Monsalve:


“Un hombre abnegado, dedicado al oficio de pastor, sencillo y humilde, que nunca alardeó superioridad y que mostró siempre un espíritu de servicio…
sus cualidades altruistas quedaron patentadas en las escuelas y colegios, y en el trabajo que siempre tuvo con el único ánimo de servir a la niñez y la juventud, visitando cada uno de los lugares de la recién creada Diócesis de Arauca y estableciendo contacto con las comunidades.
Por su sencillez y cordialidad, guardo un recuerdo por su bondad expresada en su modo de ser y su simpatía.”
 (Cardenal Mario Revollo Bravo, declaraciones hechas a el diario EL ESPECTADOR;  poco después del asesinato de Monseñor Jaramillo)


 “...Fue el místico, el predicador, el enamorado de Cristo y de María, que anhelaba un mártir para su Instituto y le correspondió a él mismo serlo”. He ahí la síntesis de lo que fue Monseñor Jesús Emilio. Dios le concedió la gracia del martirio, algo reservado a pocos. Esperamos un día verlo venerado en los altares. Él es en verdad un mártir de la violencia de Colombia, una víctima de aquellos que no creen en la fuerza de la razón y del diálogo; un hombre, un cristiano, un sacerdote, un misionero y un obispo que selló con su sangre lo que creyó, lo que escribió y lo que predicó. Que la ayuda de su intercesión nos ayude a encontrar caminos de paz, de diálogo, de reconciliación, de perdón y de entendimiento mutuo.

(Monseñor Edgar Hernando Tirado Mazo.mxy, obispo emérito de Tierradentro)


“Monseñor Jesús Emilio Jaramillo Monsalve se destacaba por su inmensa espiritualidad, un hombre de Dios, que tenía las cualidades de un pastor, en quien se podía encontrar transparencia, verdad, piedad, sabiduría, predicación elocuente. Monseñor era el hombre preocupado por las dificultades por las que atravesaba la región de Arauca en su tiempo, escasas vías de comunicación, una educación incipiente, una salud carente de estructuras, una región apartada y desconocida para el país, un hombre solidario y generoso a quien le dolía la realidad, los indígenas eran para él su primera preocupación”.

(Vicario General de la Diócesis de Arauca, padre José María Bolívar Monroy.)






…Monseñor Jesús Emilio Jaramillo era uno de los jóvenes seminaristas que todos los días arrancaba tierra del barranco con las picas y la transportaba en las parihuelas, los miércoles durante el largo día bucólico de esfuerzo y permanencia, puesto que se construían los sueños y la estancia de esos sueños. Había una emulación transparente en torno a las cosas del espíritu, a la oración infinitiva latina (en que el sujeto está al principio y el verbo se pierde en la espesura), a la lectura de los textos de Palestrina en clave de fa, a la construcción de las cláusulas que debían ser iluminadas por la gramática de Bello. El estudiante Jaramillo las interpretaba de acuerdo con los cánones de Demóstenes y Cicerón. Las Catilinarias y las Filípicas corrían de boca en boca, pero en labios del seminarista Jaramillo la elocuencia adquiría caracteres de apoteosis. Sin embargo, el estudiante Jesús Emilio era la simplicidad y la tersura, era la expresión más translúcida de la bondad que luego se tranfiguraba en cataratas del verbo como columnas fluídas de granito en el soneto de Juan Lozano a la catedral de Colonia. Se diría que el estudiante Jaramillo personificaba en sí mismo la elocuencia. El arrebato ciceroniano frente a Catilina era estremecedor. El período en que la entonación de Bossuet alternaba con la exposición filosófica, discurría con la tranquila sonoridad del arroyo en la meseta.


***  Aquel grupo de seminaristas brillaría con caracteres propios en toda la promoción. De él habrían de salir obispos, como Gerardo Valencia Cano; escultores como Arenas Betancourt; escritores, músicos, profesores, sacerdotes, colonizadores. La formación se impartía para la catequización, con énfasis sobresaliente en todo lo relacionado con las labores colonizadoras. Por lo mismo se aprendía a construir la casa, a rodearla de huerta y establo, a sembrar y cosechar y recoger. La vega del río Nechí había sido recibida en donación y era cultivada con minuciosa parsimonia. Esa constituía, al tiempo, la diversión y el descanso: era aprender en el libro abierto de la sementera. La labranza compensaba en satisfacciones a la hora de comer: lo que se consumía era lo que se producía. ¿Hay mayor encanto que ir al labrantío a descolgar el racimo de plátano, arrancar la yuca y la arracacha, desgajar el achiote, recoger y cortar el culantro y abrevar todo aquello en el plato de sancocho hirviente? La cantiga la formaba el hablar pausado y sonoro del seminarista Jaramillo. Era manantial que no cesa, como se dijera del clásico. Pico de oro, garganta de oro, micrófono de Dios, se le decía. El obispo Builes había sembrado en él. Y cosechaba. Por eso cuando Jaramillo fue destinado como obispo de Arauca, percibió que —él mismo— recibía la oportunidad de sembrar y de recoger. Y se consagró por completo a su ministerio de muchos años, de muchas madrugadas, de muchas pedagogías, de muchas vigilias. Decía que el cumplimiento del deber no cansaba, porque el espíritu y el músculo estaban haciendo aquello para lo que habían sido preparados; y que, por consiguiente, la fatiga (que es la protesta del organismo cuando se le pone a hacer aquello que le disgusta), no tenía por qué presentarse, puesto que todo se hacía a gusto y contento. De paso iba dejando páginas silenciosas sobre su ministerio. Deben existir cuadernos discretos en los archivos de la diócesis de Arauca en que el obispo, Monseñor Jesús Emilio Jaramillo, ha dejado la impronta de su bondad, las imágenes de su magisterio.



 * * * El crimen se ha cebado en él. No era destinatario, no podía serlo, de ninguna venganza. No había ningún aspecto negativo qué cobrarle, porque todo en él construía, su humildad, su sencillez, su consagración. Lo están diciendo en su casa paterna en Santo Domingo, una pequeña ciudad antioqueña que ha dado honor a la Patria por las figuras eminentes que de su suelo han salido a servir bien a Colombia. Lo dicen en la ciudad retablo en cuyo seminario resuena aún el eco de su elocuencia. Lo están pregonando en Arauca, en donde su ministerio no tenía fronteras ni enemigos. ¿Qué se le ha cobrado a Monseñor Jaramillo? ¿El amor entrañable a su gente y a su tierra? ¿Su credo en las más altas esencias del ser humano, en la dignidad de los valores, en la suerte mejor de Colombia y de los colombianos? ¿Qué se encontraba en él que estorbara al proyecto de toda índole que tuviera sabor a cristianismo y patriotismo? Porque todo en él esplendía virtud, por consiguiente ¡se asestaba un golpe a la virtud! Todo en él resumía bondad y por tanto se hería a la bondad. ¡Dios tiene ahora a su lado a Monseñor Jaramillo! ¡Dios tenga de su mano a la patria!   

(Jaime Sanín, EL HABLAR PAUSADO, En el diario La Prensa, Bogotá, octubre 6 de 1989. )



Referencias bibliográficas:










viernes, 5 de febrero de 2016

21 de febrero del 2016: 2o Domingo de Cuaresma (C)

Avanzar en la fe

Las pruebas, las dificultades están presentes en nuestra vida de creyentes, mas ellas no nos impiden proyectar la luz de Cristo y avanzar en la fe.



EVANGELIO
 LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS 9, 28b-36

En aquel tiempo, Jesús se llevó a Pedro, a Juan y a Santiago a lo alto de una montaña, para orar. Y mientras oraba. El aspecto de su rostro cambió, sus vestidos brillaban de blancos. De repente, dos hombres conversaban con él: eran Moisés y Elías, que aparecieron con gloria, hablan de su muerte, que iba a consumar en Jerusalén. Pedro y sus compañeros se caían de sueño; y espabilándose vieron su gloria y a los dos hombres que estaban con él. Mientras éstos se alejaban, dijo Pedro a Jesús:
—Maestro, qué bien se está aquí. Haremos tres tiendas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.
No sabía lo que decía. Todavía estaba hablando cuando llegó una nube que los cubrió. Se asustaron al entrar en la nube. Una voz desde la nube decía:
—Este es mi Hijo, el escogido, escuchadle.
Cuando sonó la voz, se encontró Jesús solo. Ellos guardaban silencio y, por el momento no contaron a nadie nada de lo que habían visto.
Palabra del Señor


A guisa de introducción:

Entre promesa y transfiguración

En este segundo domingo de Cuaresma, las lecturas bíblicas nos hablan de PROMESAS.

La primera lectura hace referencia a la antigua alianza que sella la promesa de Dios con Abraham. Después el evangelio nos presenta la TRANSFIGURACIÒN como PROMESA de la resurrección de Jesús. Después, el apóstol Pablo, en su carta a los Filipenses, expresa su esperanza de vivir a su turno la resurrección que transformará todo su ser.

¿No hay en todo esto algo provocador para nosotros que vivimos en una sociedad donde la idea misma de PROMESA suscita con frecuencia una reacción negativa o escéptica?

En la vida de todos los días, sabemos que existen las PROMESAS que comprometen mucho, donde es necesario responder ante los otros y mismo ante la ley. ¡Cuántos se atemorizan ante el precio a pagar y tratan de evitar comprometerse! Por el contrario, hay otras PROMESAS que toman un aire de votos piadosos y que suscitan el escepticismo, ver el cinismo. Entre el miedo de perder su libertad y el temor de ser traicionado, las promesas ponen en evidencia nuestras limitaciones humanas. La necesidad fundamental de poderse confiar a los otros, de fiarse de los demás, de confiar en la vida chocan a menudo con esas limitaciones.

¿A través de nuestras dificultades para confiar y aceptar las imperfecciones humanas, nos atreveremos a creer que Dios es fiel a su Palabra, que cumple sus PROMESAS? La PROMESA de Dios es mucho más que una historia antigua. Ella es también tan real para nosotros como para Abraham, los discípulos y el apóstol Pablo. ¿Cómo acogeremos nosotros, esta PROMESA DIVINA?




APROXIMACIÓN PSICOLÓGICA AL TEXTO DEL EVANGELIO

El tiempo del éxodo

¿Qué es lo que Jesús ha vivido justo en ese momento que llamamos su “Transfiguración”?  Es difícil discernir el evento histórico que estaría en el origen de los relatos actuales que encontramos en los 3 llamados evangelios sinópticos de Mateo, Marcos y Lucas. Pero se puede pensar que, antes de su pasión, Pedro, Santiago y Juan han vivido con Jesús, efectivamente algo especial y que les ha marcado bastante.

Para evocar este suceso, ellos lo han situado en el contexto del ÉXODO. En efecto, este relato todo nos habla del ÉXODO de los judíos, la salida de Egipto: la montaña, la figura de Moisés, la nube, las tiendas, la voz de Dios…

Todo eso está detrás de la escena. En medio de la escena, encontramos por un lado un diálogo entre Jesús y Moisés, y del otro un diálogo entre Jesús y Elías.  ¿De qué hablan?  “Ellos hablaban de su éxodo (de Jesús) que se realizaría en Jerusalén”.

He aquí el centro (corazón) del evento: Jesús está concentrado en su “partida”, en su experiencia de muerte que siente inminente, y para encontrar el sentido de su muerte la resitúa en el contexto de la “partida”, del ÉXODO de su pueblo.

En el momento de comprometerse en su ÉXODO y afrontar la realidad política y militar egipcia y después los peligros del desierto, los judíos viven la inseguridad, la hesitación (duda), y sienten la necesidad de resituarse en referencia al sentido y las consecuencias que tendrá esta aventura.

Se trata de la misma cosa para Jesús. Él siente que deberá comprometerse con su ÉXODO, vivir a su turno, su enfrentamiento con el poder, y asumir el desierto de la soledad y de lo desconocido de la muerte. Él siente al igual que el pueblo judío, inseguridad y duda. Él siente la necesidad de hablar de su ÉXODO, de situar el sentido y las consecuencias, a partir de las referencias de su fe, de su itinerario espiritual.

Es aquí como la figura de Moisés toma todo su sentido, ya que el impacto que Moisés ejerce sobre su pueblo, antes y después del éxodo, es galvanizar (envolver) las reservas de esperanza: todo saldrá bien, porque Dios está con nosotros. Para Moisés como para los judíos que se reúnen alrededor de Él, la comunión con Dios es una garantía de salvación.

Al resituarse en el contexto de la aventura de Moisés, Jesús mide las consecuencias de su propia aventura, y se preparan en la fe para su propio ÉXODO.  Y en este caminar (marcha) Él descubre en Dios la proximidad de un Padre y el apoyo incondicional de AQUEL que está en el origen y en el corazón de todos los EXODOS y de todas las liberaciones.



Otra Aproximación psicológica del evangelio:

El misterio de Jesús es también nuestro misterio

¿Es usted extrovertido o introvertido? Si es usted introvertido, alguien creerá que usted guarda algún secreto, usted dará la impresión que no se le conoce mucho.  Si usted es extrovertido, muchos creerán saber muy bien quién es usted, porque usted habla demasiado y se muestra abierto. Por lo tanto, es muy posible que en los dos casos a usted se le conozca mal, puesto que se toma como referencia primera su máscara para decir su ser real y profundo. Hay mucho más. A usted se le conoce mal, puesto que, antes que nada, usted no se conoce bien.

Y no nos equivocamos si decimos que el evangelio de este segundo domingo de Cuaresma trata de REVELACIÓN y de CONOCIMIENTO DE IDENTIDAD. ¡Pero atención! Tenemos la tendencia de fijar los ojos en Jesús transfigurado, cuando son los discípulos que están en el centro del relato.

Son ellos los que viven una experiencia fuera de lo ordinario, son ellos quienes descubren a un Jesús diferente y perciben en Jesús el misterio mismo de Dios en acción, el mismo misterio que también obró en Moisés y en Elías. Y también es muy cierto que son ellos quienes están enfermos, atemorizados por lo que descubren. Igualmente, si esta escena no habría podido existir sin la experiencia de la Pascua, el fenómeno existencial continúa siendo el mismo.

Yo he tratado de recordar de acuerdo a mi experiencia de vida, esos momentos fuertes, esos momentos privilegiados de descubrimiento, sea de los otros o de mí mismo y constato que ellos son verdaderamente escasos.

Puesto que se trata mucho más que de bellos momentos agradables en compañía de un ser querido, alrededor de una fogata y una botella de vino y quizás una guitarra que se rasga, mismo si esos momentos pueden ser una invitación a entrar en la densidad de las cosas y decir como Pedro: conservemos para siempre estos momentos, fabriquemos tiendas para que ellos permanezcan entre nosotros.

El día que yo fui consciente de estar enamorado y que mi ser deseaba entrar en un nuevo proyecto de vida, yo viví un momento de luz y de liberación, pero al mismo tiempo todo mi ser sentía miedo, atemorizado ante lo desconocido y todo lo que eso implicaba.

Cuando una pareja en conflicto permanente descubre al final de una terapia que ellos están llamados a tomar caminos diferentes, sigue a esto un momento de liberación y de miedo extremo ante las consecuencias y lo desconocido. Yo conozco una madre que fue confrontada muy temprano con la deficiencia mental de su hija: aceptarla o rechazarla, como era el caso para su cónyuge, tal cual fue el dilema. Pero el descubrimiento y la aceptación de ver que ella estaba llamada a un amor incondicional, fue a la vez liberador, pero también atemorizador al pensar lo que eso implicaba para el resto de su vida.

¿Ustedes piensan que me he alejado del relato de la transfiguración? De ninguna manera. Al descubrir el misterio de Jesús, es el misterio de su propia vida que ellos descubren (los discípulos). Es increíble y maravilloso: qué momento luminoso el percibir así su vida si íntimamente ligada a este Ser que es la fuente del mundo y de todo amor. Pero al mismo tiempo, ellos sienten miedo ante su universo que se desvanece y ante lo desconocido que se anuncia.  Es exactamente lo que nosotros podemos vivir en esos momentos de rara verdad.

Me queda aún una pregunta. ¿Por qué esos momentos de verdad llegan (o se suscitan) –muy frecuentemente en tiempo de sufrimiento y de prueba?  En el relato del evangelio, es a la sombra del anuncio de su próximo arresto y muerte que se vive este momento intenso.

¿Por qué algunos necesitan del 11 de septiembre y de la visión de todos esos dosieres, flotando en el aire, en mil migajas como fragmentos de nieve para que de repente vean las cosas de otra manera? ¿Por qué es necesario a veces la pérdida de un ser querido para iniciar ese viaje hacia el descubrimiento de sí mismo?  ¿Por qué a veces es necesario que padres de familia se abran con pena (tristeza) al anuncio de que su hijo es homosexual, para vivir enseguida la intensidad de una interrelación verdadera y el re descubrimiento de la belleza de su hijo?

Lo que los discípulos han vivido, nosotros estamos llamados a vivirlo en niveles o grados diferentes.

Pero para ello, es necesario aceptar ser “llevado a la montaña”, “aparte”. El significado de estas últimas palabras varía según las personas. Y además nosotros no tenemos el control sobre esos momentos.

Este tiempo de Cuaresma nos recuerda que la vida es un caminar del cual no alcanzamos a “agarrar” “percibir” todos los contornos. Sin embargo, nosotros podemos conservar un corazón abierto, y orar a Jesús quien nos ha precedido en esta ruta, para que, luego de esos momentos de gran verdad, tengamos la fuerza (el coraje) de vivirlos y no huir por miedo.



REFLEXIÓN CENTRAL:

La Transfiguración y el sentido nuevo de la vida

Llegamos al SEGUNDO DOMINGO DE CUARESMA.

Las lecturas que vamos a escuchar en este día tienen algo en común: DIOS HACE UN PACTO CON NOSOTROS. Primero con Abraham, padre en la fe. Y, San Pablo, nos recordará que estamos llamados a ser ciudadanos del cielo. La transfiguración del Señor es un aperitivo de todo lo que nos queda por vivir en el cielo si creemos en la muerte y resurrección del Señor.

En el texto de la transfiguración, Lucas es el único evangelista que nos dice que Jesús fue a la montaña para orar. Y es durante su oración que Él se transfigura.  Unos días antes Jesús les había revelado a sus discípulos que el montaría a Jerusalén para ser rechazado y condenado por las autoridades civiles y religiosas, para así sufrir y luego morir.

Hoy en contacto con su padre en la ORACIÓN, su camino oscuro y de sufrimiento se ilumina y toma plena sentido. El amor será más fuerte que la muerte.  Esto será para Él un camino de liberación, un "éxodo" que le conducirá a la resurrección.

La Tradición decía que después de su encuentro con Dios sobre la montaña, el rostro de Moisés quedó tan brillante, tanto que él debía ponerse un velo para no enceguecer o encandilar sus compatriotas. La Gloria de Dios se manifiesta hoy sobre el rostro de Jesús, en el momento preciso cuando la perspectiva del sufrimiento y de la muerte se confirma. Es como la anticipación de la resurrección, un aperitivo de lo que será la resurrección. En otras palabras, un avant-gout (palabra en francés) o sea aquello antes de degustar el plato principal.

Después de la transfiguración Jesús tendrá   el coraje de descender de la montaña e ir a Jerusalén para enfrentar a sus adversarios.

Lo que es de verdad importante en el texto de este domingo no es el milagro del cambio exterior de Jesús sino más bien la manifestación o revelación del Padre Dios quien dice: "Este es mi Hijo, aquel que yo he escogido: ¡Escúchenlo!"

Escuchar las Palabras de Jesús y ser también nosotros transfigurados, ese es el objetivo de la cuaresma. ser renovados gracias al contacto que tenemos con el Señor.

La transfiguración se produce o la vemos muchas veces en el evangelio: Cristo transfigura los heridos de la vida, los rechazados de la sociedad, los pecadores y los transgresores. Al tener contacto con el Señor estas personas retoman o rencuentran el gusto por la vida, ellos vuelven a ser alguien, recuperan su dignidad.  Esa es la historia del leproso expulsado fuera de la ciudad, de la samaritana viviendo con su sexto marido, de Zaqueo el publicano, de María Magdalena “la pecadora", de la prostituta en la casa de Simón el fariseo, de la mujer adúltera condenada a ser apedreada, de Pedro el renegado, del ladrón sobre la cruz, etc.

Y a través de los siglos, miles de personas que entrarán en contacto con Cristo, aprenderán a darle un sentido nuevo a sus vidas. Se trata entonces, de verdaderos "renacimientos".

Entrar en contacto con CRISTO es dejarse cuestionar por Él, para aprender a darle un sentido nuevo a nuestra EXISTENCIA.

Nosotros queridos hermanos y hermanas, podemos vivir una transfiguración, una transformación que nos ayudara a retomarle gusto a la vida, a hacer mejor, más valioso nuestro peregrinaje sobre la tierra, y esto a pesar de nuestras enfermedades, nuestras debilidades, nuestros fracasos y pecados.

La transfiguración es una invitación a avanzar. Ella nos incomoda y nos impide instalarnos definitivamente. Pedro quería quedarse sobre la montaña, pero Cristo lo invita descender a la planicie. Como a Abraham, Dios nos incita a dejar nuestra rutina confortable, a reiniciar la marcha: "Yo soy el señor que te ha hecho salir de Ur de Caldea” (Génesis 15, 7).

Gracias a la fe no nos replegamos sobre nuestro pasado y no nos instalamos confortablemente en el presente. La fe es un elemento que combate la inactividad, el adormecimiento.  La fe es un itinerario de libertad, que nos impulsa siempre hacia adelante.

El Discípulo toma en serio el mensaje del Señor Jesús y se deja cuestionar por Él. El discípulo escucha.

La palabra de Dios nos permite encontrar una dirección y perspectivas nuevas. "Yo soy el camino, la Verdad y la Vida” (Juan 14,6). Como dice el Salmo de hoy: "El Señor es mi luz y mi salvación" (Salmo 26).  " Él es una lámpara para nuestros pasos " (Salmo 119, 105).

Hasta ese momento uno escuchaba a Moisés, interlocutor de Dios en el Sinaí (Éxodo 34,29). Uno escuchaba también los profetas, donde Elías es el símbolo en el Evangelio de hoy. Ahora, no hay más que una sola voz a escuchar, la voz de Cristo.

"Este es mi Hijo Amado, a quien YO he elegido. Escúchenlo"



Otra reflexión

El rostro de Cristo “transfigurado” es de una tal belleza que Pedro, Santiago y Juan no pueden vivir la experiencia que en el silencio. Ellos están llenos de admiración. Un poco como nosotros, cuando contemplamos el cielo lleno de estrellas, nos sentimos llamados a decir: “shiito, y cállate”.

Lo que les sucede a los tres amigos de Jesús en la montaña los deja sin voz. Ellos no pueden intentar mismo explicarlo, porque es tan excepcional, tan misterioso. Finalmente, ellos no buscan hablar del evento: ellos guardan silencio. Y no revelarán tal suceso hasta algunos años más tarde cuando recordarán la imagen brillante que les ha dado Jesús rodeado de Moisés y de Elías.

¿Pero como comprendemos hoy nosotros este misterio de LA TRANSFIGURACIÓN? Porque de hecho y muy a menudo, nosotros tratamos de leer las experiencias que vivimos únicamente a través de los criterios de la razón. Las verdades son analizadas, mensuradas, pesadas y decorticadas (como el café para tostar). Esta aproximación científica-técnica, es el fundamento de nuestra “modernidad”. La RAZÓN es cada vez más el único criterio de juicio y uno escucha decir: “Si no es explicable no es real y entonces no es verdadero”. Error.

Error, en efecto, el libro del teólogo William Placher (1) explica bien la trampa que se nos ha tendido: “toda trascendencia en nuestra vida se ve rechazada cuando ella no es más “domesticable” por nuestro pensamiento moderno”.

Quedamos al nivel de la calle…poco a poco, dentro de este estado del espíritu, Dios pierde toda trascendencia, toda santidad. No tenemos más que una visión extremamente simplista de un Dios que nos da: “una manito a veces” para resolver nuestros pequeños problemas!

La TRANSFIGURACIÓN DE CRISTO no podemos comprenderla, aprehenderla sino a través de la presencia de Dios. Creer en Dios, es creer humildemente que en realidad existe algo más allá de lo explicable. Es en efecto, un acto de modestia intelectual, donde se admite que hay una gran cantidad de cosas que no comprendemos y que hay un misterio en el corazón de este mundo.

¡No descendamos entonces tan rápidamente de la montaña! ¡Permanezcamos en contacto con lo inexplicable! Miremos hacia lo alto, tomemos tiempo para reflexionar y darle espacio (lugar) al silencio en nuestras vidas. Y no olvidemos que ciertas experiencias en nuestras propias vidas tienen nada más que una buena respuesta: el silencio.

(1)    La trascendencia domesticada: cómo el pensamiento moderno con respecto a Dios se ha perdido. Título original: The domestication of transcendence: How modern thinking about God Went Wrong”, Westminster John Knox Press, 1999.



OBJETIVO DE VIDA PARA LA SEMANA:

Me reservo un tiempo para volver a leer sea la primera lectura, sea el evangelio. Después cierro los ojos e imagino la escena contada en el texto escogido, metiéndome en la piel de Abraham o de los discípulos. Pongo atención a mis pensamientos, a mis emociones. Dejo subir mi oración hacia Dios: agradecimiento, alabanza, peticiones, preguntas, etc.



ORACIÓN-MEDITACIÓN

Muéstranos tu rostro y seremos salvados.
Tú, el desconocido,
Tú, el inaccesible,
Tú, el más allá de todo,
Muéstranos tu rostro.
Sobre nuestro mundo, todo no es más que velo y mentira
Y a veces, a la inversa, todo no es más que striptease,
Como si todo se pudiera ver,
Todo comprenderse, todo poseerse.
Danos el sentido del respeto,
Danos el sentido del misterio.
El vestido no es nada,
La desnudez no es nada,
No hay nada más verdadero que el respeto.
Guíanos hacia la verdad completa.
Amen.




REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:

http://betania.es (para los textos de las lecturas)

Pequeño  Misal “Prions en Èglise”, edición quebequense, 2010.

http://mystereetvie.com

http://cursillos.ca (reflexión del P. Allard)


BEAUCHAMP, André. Comprendre la Parole. Année C.

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