jueves, 31 de agosto de 2023

1o de septiembre del 2023: viernes de la vigésima primera semana del tiempo ordinario

 Dios viene a nuestras vidas de muy diferentes maneras y debemos estar preparados para recibirle: en momentos de angustia, en momentos de alegría, en la necesidad de un hermano, en el trabajo cotidiano, en medio de nuestra gente...

D. Luis Maldonado Fernández de Tejada, OP


(1 Tesalonicenses 4, 1-8) Estamos invitados a vivir en total santidad; es decir, a reflejar el amor de Dios en nuestras diversas relaciones: conyugales, fraternales, profesionales…Y para lograrlo, Dios nos da su Espíritu. Abrámosle largamente nuestro corazón, démosle un lugar prioritario en nuestra vida y Él nos hará santos.


(Mateo 25, 1-13) Estar preparado, quiere decir vivir cada instante como si fuera el último, poner todo su corazón en todo aquello que uno hace aquí y ahora. La boda ha comenzado ya en un corazón que sabe esperar.




Primera lectura

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses (4,1-8):

Por Cristo Jesús os rogamos y exhortamos: Habéis aprendido de nosotros cómo proceder para agradar a Dios; pues proceded así y seguid adelante. Ya conocéis las instrucciones que os dimos, en nombre del Señor Jesús. Esto quiere Dios de vosotros: una vida sagrada, que os apartéis del desenfreno, que sepa cada cual controlar su propio cuerpo santa y respetuosamente, sin dejarse arrastrar por la pasión, como hacen los gentiles que no conocen a Dios. Y que en este asunto nadie ofenda a su hermano ni se aproveche con engaño, porque el Señor venga todo esto, como ya os dijimos y aseguramos. Dios no nos ha llamado a una vida impura, sino sagrada. Por consiguiente, el que desprecia este mandato no desprecia a un hombre, sino a Dios, que os ha dado su Espíritu Santo.

Palabra de Dios


Salmo
Sal 96,1.2b.5-6.10.11-12

R/. Alegraos, justos, con el Señor

El Señor reina, la tierra goza,
se alegran las islas innumerables.
Justicia y derecho sostienen su trono. R/.

Los montes se derriten como cera
ante el dueño de toda la tierra;
los cielos pregonan su justicia,
y todos los pueblos contemplan su gloria. R/.

El Señor ama al que aborrece el mal,
protege la vida de sus fieles
y los libra de los malvados. R/.

Amanece la luz para el justo,
y la alegría para los rectos de corazón.
Alegraos, justos, con el Señor,
celebrad su santo nombre. R/.



Lectura del santo evangelio según san Mateo (25,1-13):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola: «Se parecerá el reino de los cielos a diez doncellas que tomaron sus lámparas y salieron a esperar al esposo. Cinco de ellas eran necias y cinco eran sensatas. Las necias, al tomar las lámparas, se dejaron el aceite; en cambio, las sensatas se llevaron alcuzas de aceite con las lámparas. El esposo tardaba, les entró sueño a todas y se durmieron. A medianoche se oyó una voz: "¡Que llega el esposo, salid a recibirlo!" Entonces se despertaron todas aquellas doncellas y se pusieron a preparar sus lámparas. Y las necias dijeron a las sensatas: "Dadnos un poco de vuestro aceite, que se nos apagan las lámparas." Pero las sensatas contestaron: "Por si acaso no hay bastante para vosotras y nosotras, mejor es que vayáis a la tienda y os lo compréis." Mientras iban a comprarlo, llegó el esposo, y las que estaban preparadas entraron con él al banquete de bodas, y se cerró la puerta. Más tarde llegaron también las otras doncellas, diciendo: "Señor, señor, ábrenos." Pero él respondió: "Os lo aseguro: no os conozco." Por tanto, velad, porque no sabéis el día ni la hora.»

Palabra del Señor


1

Cada vez mejores

Pablo y sus compañeros reconocen las cualidades de los cristianos de Tesalónica, y los invitan a ir más lejos. Trabajo, independencia, relaciones pacíficas, fraternidad…La carta evoca también la sexualidad, ella invita a entrar en una relación de pareja pleno de respeto mutuo. En todos estos campos, los creyentes deben provocar la admiración, dar buen ejemplo.


Mantener encendida la llama

En el Evangelio, a través de la parábola de las 10 jóvenes vírgenes, Jesús ilustra lo que entiende por estar preparado (para su venida imprevista) . Una fe que no se alimenta se puede apagar antes que el Señor llegue. La fe no es solamente el entusiasmo de un momento. La espera puede ser larga.

Señor Dios nuestro, fuente de toda sabiduría:
Tú nos invitas a ser sabios y previsores
 y a encontrar a tu Hijo
 con lámparas encendidas en nuestras manos.
 Ayúdanos a prepararnos para encontrarle
 en los acontecimientos de la vida diaria
  y en la gente que nos rodea,
  para que podamos entrar con él
  en tu fiesta celestial, que es eterna,
  y se prolongará por los siglos de los siglos.



2

El aceite de la Caridad

 

"Señor, señor, ábrenos." Pero él respondió: "Os lo aseguro: no os conozco." 

Mateo 25: 11b-12

 

Qué experiencia tan aterradora y aleccionadora sería.

Este pasaje proviene de la Parábola de las Diez Vírgenes. Cinco de ellas estaban preparadas para encontrarse con nuestro Señor y las otras cinco no. 

Cuando vino el Señor, las cinco vírgenes insensatas estaban tratando de conseguir más aceite para sus lámparas, y cuando regresaron, la puerta de la fiesta ya estaba cerrada. El pasaje revela lo que sucedió a continuación.

Jesús cuenta esta parábola, en parte, para despertarnos. 

Debemos estar listos para Él todos los días. ¿Y cómo nos aseguramos de estar listos? Estaremos listos cuando tengamos suficiente "aceite" para nuestras lámparas. El aceite representa especialmente la caridad en nuestras vidas. 

Entonces, la pregunta simple para reflexionar es esta: "¿Tengo caridad en mi vida?"

La caridad es más que un simple amor humano. 

Por “amor humano” nos referimos a una emoción, sentimiento, atracción, etc. Podemos sentirnos así (sintiendo emoción, sentimiento, atracción)  hacia otra persona, hacia alguna actividad o hacia muchas cosas en la vida. Podemos "amar" hacer deportes o ver películas, etc.

Pero la caridad es mucho más. Caridad significa que amamos con el corazón de Cristo. Significa que Jesús ha puesto en nuestros corazones Su propio corazón misericordioso y amamos con Su amor. La caridad es un regalo de Dios que nos permite acercarnos y cuidar a los demás con maneras que van más allá de nuestras propias capacidades.

La caridad es acción divina en nuestra vida y es necesaria si queremos ser acogidos en la fiesta del Cielo.

Reflexiona hoy sobre si puedes o no ver el corazón de Jesús vivo en tu propio corazón. 

¿Puedes verlo actuando en ti, obligándote a acercarte a los demás incluso cuando es difícil? ¿Dices y haces cosas que ayuden a las personas a crecer en la santidad de vida? 

¿Dios actúa en ti y a través de ti para hacer una diferencia en el mundo? Si la respuesta es “Sí” a estas preguntas, entonces la caridad ciertamente está viva en tu vida.


Señor, haz de mi corazón un lugar apropiado para que pueda morar tu propio corazón divino. 

Deja que mi corazón lata con Tu amor y deja que mis palabras y acciones compartan Tu perfecto cuidado por los demás. 

Jesús, en Ti confío.

miércoles, 30 de agosto de 2023

31 de agosto del 2023: jueves de la vigésima primera semana del tiempo ordinario

 (1 Tesalonicenses 3, 7-13) Siempre le hace falta cualquier cosa a nuestra fe. Poco a poco, ella se arraiga y se profundiza como el amor en una pareja; en el transcurrir del tiempo y las experiencias de la vida, en la alegría, en las penas; porque la fe es primero y ante todo un asunto de confianza. Una historia de amor inacabada hasta el último día.



(Mateo 24,42-51) La fidelidad y el cuidado son las claves que Jesús nos invita a conservar y madurar. Quien es capaz de ser fiel a Dios, y ser cuidadoso del don recibido será dichoso.

Fray Alexis González de León O.P.




Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses (3,7-13):

En medio de todos nuestros aprietos y luchas, vosotros, con vuestra fe, nos animáis; ahora nos sentimos vivir, sabiendo que os mantenéis fieles al Señor. ¿Cómo podremos agradecérselo bastante a Dios? ¡Tanta alegría como gozamos delante de Dios por causa vuestra, cuando pedimos día y noche veros cara a cara y remediar las deficiencias de vuestra fe! Que Dios, nuestro Padre, y nuestro Señor Jesús nos allanen el camino para ir a veros. Que el Señor os colme y os haga rebosar de amor mutuo y de amor a todos, lo mismo que nosotros os amamos. Y que así os fortalezca internamente, para que, cuando Jesús, nuestro Señor, vuelva acompañado de todos sus santos, os presentéis santos e irreprensibles ante Dios, nuestro Padre.

Palabra de Dios


Salmo
Sal 89,3-4.12-13.14.17

R/. Sácianos de tu misericordia, Señor,
y estaremos alegres


Tú reduces al hombre a polvo, diciendo:
«Retornad, hijos de Adán.»
Mil años en tu presencia son un ayer, que pasó;
una vela nocturna. R/.

Enséñanos a calcular nuestros años,
para que adquiramos un corazón sensato.
Vuélvete, Señor, ¿hasta cuándo?
Ten compasión de tus siervos. R/.

Por la mañana sácianos de tu misericordia,
y toda nuestra vida será alegría y júbilo.
Baje a nosotros la bondad del Señor
y haga prósperas las obras de nuestras manos. R/.


Lectura del santo evangelio según san Mateo (24,42-51):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Estad en vela, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor. Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora de la noche viene el ladrón, estaría en vela y no dejaría abrir un boquete en su casa. Por eso, estad también vosotros preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del hombre. ¿Dónde hay un criado fiel y cuidadoso, a quien el amo encarga de dar a la servidumbre la comida a sus horas? Pues, dichoso ese criado, si el amo, al llegar, lo encuentra portándose así. Os aseguro que le confiará la administración de todos sus bienes. Pero si el criado es un canalla y, pensando que su amo tardará, empieza a pegar a sus compañeros, y a comer y a beber con los borrachos, el día y la hora que menos se lo espera, llegará el amo y lo hará pedazos, mandándolo a donde se manda a los hipócritas. Allí será el llanto y el rechinar de dientes.»

Palabra del Señor
1

La misión a seguir

Pablo y sus compañeros se sienten reconfortados y seguros, al saber que, una vez han dejado  los Tesalonicenses, estos han permanecido firmes en la fe. Esta buena noticia los anima. Pero su misión continúa, ya que la profundización de la fe es algo lento. El imperativo es tener amor los unos por los otros…Y acaso esto es fácil? claro que no, pero con la confianza depositada en el Señor, la práctica de la oración y la escucha de la Palabra, se hace posible.

Se sabe la fecha? Qué hacer mientras vuelve el Hijo del Hombre?

En el Evangelio, Jesús advierte a sus auditores: las catástrofes anunciadas no le dan pistas o informan al creyente sobre la fecha exacta del regreso del Hijo del Hombre. Auscultar los signos no sirve de nada. Aquel que pone su confianza en Jesús debe estar preparado, permanentemente alerta, atento para acoger su venida en todo momento. Claves: responsabilidad, vigilancia, implicación personal en el trabajo del Reino.

Hemos escuchado hoy: Bienaventurado el siervo a quien el amo encuentra trabajando cuando vuelve. Que el Señor nos encuentre siempre ocupados, trabajando por la justicia, la paz y el amor.


2

Suaves impresiones de la gracia



dijo Jesús a sus discípulos: «Estad en vela, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor. Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora de la noche viene el ladrón, estaría en vela y no dejaría abrir un boquete en su casa. Por eso, estad también vosotros preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del hombre.

 

Mateo 24: 42–44

 

 

Nuestro Señor contrasta el llamado a permanecer despierto con los que están dormidos. Claramente, al decir " «Estad en vela”, Jesús también nos está diciendo enfáticamente que es fácil conciliar el sueño, espiritualmente hablando. Entonces, ¿estás más a menudo despierto y atento a Su presencia? ¿O estás dormido más a menudo y, por lo tanto, no te das cuenta de Su presencia?

 

En primer lugar, esta exhortación debe entenderse como una referencia a nuestro pasaje a la otra vida, es decir la muerte. Y aunque la mayoría de los más jóvenes no esperan fallecer repentinamente, y vemos como esto a menudo ocurre, suelen vivir sin prepararse para ello…

 

Nos puede pasar a cualquiera de nosotros que, en cualquier momento, de forma inesperada y sin previo aviso nos llegue la muerte. Por lo tanto, debemos ver esta exhortación apasionada de Jesús como una advertencia clara de estar siempre listos para encontrarnos con Él en nuestro juicio particular al dejar esta vida.

 

Dicho esto, este pasaje es también una invitación a ser cada vez más conscientes de las innumerables formas en las que Jesús nos habla todos los días. La meta de la vida cristiana debe ser estar continuamente en oración. Esto no significa que necesariamente debamos estar “diciendo” oraciones constantemente todos los días. Más bien, significa que hemos de formar el hábito espiritual de estar continuamente atentos a los impulsos de la gracia que se nos han dado a lo largo de nuestra vida. Dios quiere guiarnos siempre. Él quiere inspirarnos con Su gracia todos los días durante todo el día. Él quiere que tengamos un ojo en las cosas que ocupan nuestro día y el otro ojo en Él, permitiéndole que nos guíe suavemente a través de todo.

 

A veces podemos caer en la trampa de pensar que a Dios solo le preocupan las grandes decisiones de la vida. Pero la verdad es que Dios se encuentra más claramente en los detalles de la vida, incluso en los más pequeños: un breve intercambio de palabras con un miembro de la familia, una sonrisa a un compañero de trabajo, un gesto amable hacia un extraño y una oración al azar ofrecida por una persona anónima que necesita esa oración. Todos estos son solo algunos ejemplos de las muchas formas en que Dios quiere comunicarse con nosotros todos los días a lo largo del día. Y esto solo puede suceder si estamos continuamente despiertos y atentos a Sus suaves impulsos de gracia.

 

¿Cómo se logra esto? ¿Cómo nos volvemos atentos a Dios cuando nos habla y nos guía en cada momento de cada día? Se hace formando un hábito espiritual de oración continua. Comenzamos apartando un tiempo para la oración todos los días, tiempo en el que todo lo que hacemos es orar. Dejamos a un lado todas las distracciones y comenzamos ofreciendo oraciones, meditando sobre las escrituras, asistiendo a la Misa, hablando desde nuestro corazón, etc. Pero a partir de ahí, este tiempo especial de oración, reservado exclusivamente para Dios, debe comenzar a tener un efecto en nosotros durante todo el día. Y cuando nos distraemos con las cosas del mundo, nos detenemos nuevamente, nos enfocamos exclusivamente en Dios y lo invitamos a estar con nosotros una vez más. Y luego esto se hace una y otra y otra vez. 

 

La oración debe convertirse en un hábito consumidor por el cual Dios se hace presente en todo lo que hacemos. Cuando esto pasa, la vida se hace más llevadera, todo retoma su sentido y nos sentimos verdaderamente alegres y confortados…

 

Reflexione hoy sobre esta clara y concisa exhortación de nuestro Señor. “Estad en vela”, "¡Mantente despierto!"  Deje que esas palabras resuenen dentro de usted. Escúchelas como un llamado a formar este santo hábito de oración durante todo el día. Si lo hace, Dios se hará cargo lentamente de su vida y lo guiará todos los días a Su santa voluntad. Y a través de usted, Dios podrá extender Su amor y misericordia a muchos que están en su vida y más allá.


 

Mi exigente Señor, Tú deseas que viva mi día, todos los días, de tal manera que esté continuamente atento a Ti. Ayúdame a formar el santo hábito de escucharte y responder a todo lo que siempre me dices. Mi vida es tuya, querido Señor. Condúceme continuamente con Tu suave Mano de gracia. Jesús, en Ti confío.

Viviendo extraordinariamente el tiempo ordinario: 31 de agosto del 2017 jueves de la 21a semana del TO


(1 Tesalonicenses 3, 7-13) Siempre le hace falta cualquier cosa a nuestra fe. Poco a poco, ella se arraiga y se profundiza como el amor en una pareja; en el transcurrir del tiempo y las experiencias de la vida, en la alegría, en las penas; porque la fe es primero y ante todo un asunto de confianza. Una historia de amor inacabada hasta el último día.




Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses (3,7-13):

En medio de todos nuestros aprietos y luchas, vosotros, con vuestra fe, nos animáis; ahora nos sentimos vivir, sabiendo que os mantenéis fieles al Señor. ¿Cómo podremos agradecérselo bastante a Dios? ¡Tanta alegría como gozamos delante de Dios por causa vuestra, cuando pedimos día y noche veros cara a cara y remediar las deficiencias de vuestra fe! Que Dios, nuestro Padre, y nuestro Señor Jesús nos allanen el camino para ir a veros. Que el Señor os colme y os haga rebosar de amor mutuo y de amor a todos, lo mismo que nosotros os amamos. Y que así os fortalezca internamente, para que, cuando Jesús, nuestro Señor, vuelva acompañado de todos sus santos, os presentéis santos e irreprensibles ante Dios, nuestro Padre.

Palabra de Dios


Salmo
Sal 89,3-4.12-13.14.17

R/. Sácianos de tu misericordia, Señor,
y estaremos alegres


Tú reduces al hombre a polvo, diciendo:
«Retornad, hijos de Adán.»
Mil años en tu presencia son un ayer, que pasó;
una vela nocturna. R/.

Enséñanos a calcular nuestros años,
para que adquiramos un corazón sensato.
Vuélvete, Señor, ¿hasta cuándo?
Ten compasión de tus siervos. R/.

Por la mañana sácianos de tu misericordia,
y toda nuestra vida será alegría y júbilo.
Baje a nosotros la bondad del Señor
y haga prósperas las obras de nuestras manos. R/.


Lectura del santo evangelio según san Mateo (24,42-51):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Estad en vela, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor. Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora de la noche viene el ladrón, estaría en vela y no dejaría abrir un boquete en su casa. Por eso, estad también vosotros preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del hombre. ¿Dónde hay un criado fiel y cuidadoso, a quien el amo encarga de dar a la servidumbre la comida a sus horas? Pues, dichoso ese criado, si el amo, al llegar, lo encuentra portándose así. Os aseguro que le confiará la administración de todos sus bienes. Pero si el criado es un canalla y, pensando que su amo tardará, empieza a pegar a sus compañeros, y a comer y a beber con los borrachos, el día y la hora que menos se lo espera, llegará el amo y lo hará pedazos, mandándolo a donde se manda a los hipócritas. Allí será el llanto y el rechinar de dientes.»

Palabra del Señor
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La misión a seguir

Pablo y sus compañeros se sienten reconfortados y seguros, al saber que, una vez han dejado  los Tesalonicenses, estos han permanecido firmes en la fe. Esta buena noticia los anima. Pero su misión continúa, ya que la profundización de la fe es algo lento. El imperativo es tener amor los unos por los otros…Y acaso esto es fácil? claro que no, pero con la confianza depositada en el Señor, la práctica de la oración y la escucha de la Palabra, se hace posible.

Se sabe la fecha? Qué hacer mientras vuelve el Hijo del Hombre?

En el Evangelio, Jesús advierte a sus auditores: las catástrofes anunciadas no le dan pistas o informan al creyente sobre la fecha exacta del regreso del Hijo del Hombre. Auscultar los signos no sirve de nada. Aquel que pone su confianza en Jesús debe estar preparado, permanentemente alerta, atento para acoger su venida en todo momento. Claves: responsabilidad, vigilancia, implicación personal en el trabajo del Reino.

Hemos escuchado hoy: Bienaventurado el siervo a quien el amo encuentra trabajando cuando vuelve. Que el Señor nos encuentre siempre ocupados, trabajando por la justicia, la paz y el amor.

martes, 29 de agosto de 2023

30 de agosto del 2023: miércoles de la vigésima primera semana del tiempo ordinario

 

(Mateo 23,27-32) Vivir nada más que en función de las apariencias, es correr hacia su perdición y dejar de lado su verdad. Es estar ya con los muertos, en los sepulcros. Abrirse a la verdad, al contrario, es el camino de vida con Jesús.


Primera lectura

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses (2,9-13):

Recordad, hermanos, nuestros esfuerzos y fatigas; trabajando día y noche para no serle gravoso a nadie, proclamamos entre vosotros el Evangelio de Dios. Vosotros sois testigos, y Dios también, de lo leal, recto e irreprochable que fue nuestro proceder con vosotros, los creyentes; sabéis perfectamente que tratamos con cada uno de vosotros personalmente, como un padre con sus hijos, animándoos con tono suave y enérgico a vivir como se merece Dios, que os ha llamado a su reino y gloria. Ésa es la razón por la que no cesarnos de dar gracias a Dios, porque al recibir la palabra de Dios, que os predicamos, la acogisteis no como palabra de hombre, sino, cual es en verdad, como palabra de Dios, que permanece operante en vosotros, los creyentes.

Palabra de Dios

 



Salmo

Sal 138,7-8.9-10.11-12ab

R/. Señor, tú me sondeas y me conoces

¿Adónde iré lejos de tu aliento,
adónde escaparé de tu mirada?
Si escalo el cielo, allí estás tú;
si me acuesto en el abismo, allí te encuentro. R/.

Si vuelo hasta el margen de la aurora,
si emigro hasta el confín del mar,
allí me alcanzará tu izquierda,
me agarrará tu derecha. R/.

Si digo: «Que al menos la tiniebla me encubra,
que la luz se haga noche en torno a mí»,
ni la tiniebla es oscura para ti,
la noche es clara como el día. R/.

 

                                                              

Lectura del santo evangelio según san Mateo (23,27-32):

En aquel tiempo, habló Jesús diciendo: «¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que os parecéis a los sepulcros encalados! Por fuera tienen buena apariencia, pero por dentro están llenos de huesos y podredumbre; lo mismo vosotros: por fuera parecéis justos, pero por dentro estáis repletos de hipocresía y crímenes. ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que edificáis sepulcros a los profetas y ornamentáis los mausoleos de los justos, diciendo: "Si hubiéramos vivido en tiempo de nuestros padres, no habríamos sido cómplices suyos en el asesinato de los profetas"! Con esto atestiguáis en contra vuestra, que sois hijos de los que asesinaron a los profetas. ¡Colmad también vosotros la medida de vuestros padres!»

Palabra del Señor

 

1

 

Mirada de ternura

 

Pablo, Silas y Timoteo no se han acobardado, o amilanado a pesar de su experiencia difícil en Filipos, donde ellos fueron víctimas de la violencia. Al contario, ellos han guiado y fortalecido a los Tesalonicenses con una ternura maternal. La Buena noticia transmitida es una palabra que ayuda a crecer, no es un medio que se toma para dominar, para ejercer poder.


2


La firmeza y la fuerza del amor


Habló Jesús diciendo: «¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que os parecéis a los sepulcros encalados! Por fuera tienen buena apariencia, pero por dentro están llenos de huesos y podredumbre; lo mismo vosotros: por fuera parecéis justos, pero por dentro estáis repletos de hipocresía y crímenes.

 

Mateo 23: 27–28

 

 

Esto no habría sido fácil de escuchar para los escribas y fariseos. Es una dura verdad, dicha por nuestro Señor, en parte en un intento de librarlos de su pecado. Y aunque es posible que no hayan disfrutado al escuchar esta clara condenación, ya que provino del Salvador del mundo, podemos estar seguros de que estas son palabras del más profundo amor y fueron dichas para que estos hombres se arrepintieran y cambiaran sus caminos.

 

Quizás cada uno de nosotros, en ocasiones, tenga ganas de criticar a otro. La mayoría de las veces, cuando nos sentimos así, se debe a nuestro propio pecado personal de ira. Quizás fuimos heridos por otro y ese dolor resulta en un deseo de una forma de venganza que proviene de la ira. Pero este no fue el caso de Jesús.

 

Primero, estas palabras fueron dichas por Jesús a sus discípulos y a la multitud, no solo a los escribas y fariseos. Entonces, de muchas maneras, Jesús habló esto por el bien de aquellos que estaban sufriendo bajo el liderazgo equivocado de estos líderes religiosos. Pero Jesús sabía que estos líderes también escucharían sus palabras, así que se las dijo. Pero a diferencia de nosotros, lo hizo por perfecta virtud para cuidar de sus almas.

 

A veces, cada uno de nosotros necesita escuchar a Jesús reprendernos con amor. Si alguno de los escribas y fariseos estuviera abierto en ese momento, entonces las palabras de Jesús primero los habrían herido en el corazón, pero luego tuvieron el poderoso efecto de desafiarlos a cambiar. Ellos necesitaban esto y nosotros también. Cuando nos atascamos en nuestros pecados, especialmente si la obstinación se establece, entonces debemos permitir que Jesús nos desafíe firmemente. Tal desafío puede ser un traqueteo, pero ese traqueteo a veces es necesario. La emoción y la pasión pueden llevar al pecado, pero también al arrepentimiento y la conversión. La pasión con la que habló Jesús se convirtió en un instrumento mediante el cual sus propias pasiones les hicieron sentarse y tomar nota. El resultado fue que o se empaparon más de su pecado o se arrepintieron. Y aunque la mayoría se sumergió aún más en el pecado de pronto otros recapacitarían…

 

Reflexione hoy sobre la fuerza de las palabras de Jesús a estos líderes religiosos. Aunque se suponía que eran tanto "religiosos" como "líderes", no lo eran. Necesitaban la fuerza, el coraje y la firmeza de Jesús. Necesitaban ser confrontados directamente y recibir la dura y clara verdad sobre su pecado. Reflexione sobre lo que Jesús quiere decirle en su propia vida. ¿Hay un área de su vida en la que nuestro Señor necesite dirigirse a usted con pasión, fuerza, claridad y firmeza? Lo más probable es que lo haya. Quizás no en un área de pecado grave como lo fue con estos escribas y fariseos, pero si estamos abiertos, Jesús quiere perseguir poderosamente cada pecado dentro de nosotros. Ábrase a Él y permítale que le ayude a deshacerse de los pecados con los que más lucha. Y esté agradecido por esta gracia cuando lo haga.

 

Mi apasionado Señor, Tú odias el pecado, pero amas al pecador. Deseas perfectamente librarme de todo pecado y de todo apego al pecado. Por favor, abre mi mente y mi corazón para escuchar Tus reprensiones de Amor para que pueda responder a Tu invitación de arrepentirme con todo mi corazón. Te amo querido Señor. Líbrame del pecado para que pueda amarte más. Jesús, en Ti confío.

 

Viviendo extraordinariamente el Tiempo Ordinario: 30 de agosto del 2017 miércoles de la 21a semana del TO

  
(Mateo 23,27-32) Vivir nada más que en función de las apariencias, es correr hacia su perdición y dejar de lado su verdad. Es estar ya con los muertos, en los sepulcros. Abrirse a la verdad, al contrario, es el camino de vida con Jesús.



Primera lectura

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses (2,9-13):

Recordad, hermanos, nuestros esfuerzos y fatigas; trabajando día y noche para no serle gravoso a nadie, proclamamos entre vosotros el Evangelio de Dios. Vosotros sois testigos, y Dios también, de lo leal, recto e irreprochable que fue nuestro proceder con vosotros, los creyentes; sabéis perfectamente que tratamos con cada uno de vosotros personalmente, como un padre con sus hijos, animándoos con tono suave y enérgico a vivir como se merece Dios, que os ha llamado a su reino y gloria. Ésa es la razón por la que no cesarnos de dar gracias a Dios, porque al recibir la palabra de Dios, que os predicamos, la acogisteis no como palabra de hombre, sino, cual es en verdad, como palabra de Dios, que permanece operante en vosotros, los creyentes.

Palabra de Dios



Salmo

Sal 138,7-8.9-10.11-12ab

R/. Señor, tú me sondeas y me conoces

¿Adónde iré lejos de tu aliento,
adónde escaparé de tu mirada?
Si escalo el cielo, allí estás tú;
si me acuesto en el abismo, allí te encuentro. R/.

Si vuelo hasta el margen de la aurora,
si emigro hasta el confín del mar,
allí me alcanzará tu izquierda,
me agarrará tu derecha. R/.

Si digo: «Que al menos la tiniebla me encubra,
que la luz se haga noche en torno a mí»,
ni la tiniebla es oscura para ti,
la noche es clara como el día. R/.

                                                              
Lectura del santo evangelio según san Mateo (23,27-32):

En aquel tiempo, habló Jesús diciendo: «¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que os parecéis a los sepulcros encalados! Por fuera tienen buena apariencia, pero por dentro están llenos de huesos y podredumbre; lo mismo vosotros: por fuera parecéis justos, pero por dentro estáis repletos de hipocresía y crímenes. ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que edificáis sepulcros a los profetas y ornamentáis los mausoleos de los justos, diciendo: "Si hubiéramos vivido en tiempo de nuestros padres, no habríamos sido cómplices suyos en el asesinato de los profetas"! Con esto atestiguáis en contra vuestra, que sois hijos de los que asesinaron a los profetas. ¡Colmad también vosotros la medida de vuestros padres!»

Palabra del Señor

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Mirada de ternura

Pablo, Silas y Timoteo no se han acobardado, o amilanado a pesar de su experiencia difícil en Filipos, donde ellos fueron víctimas de la violencia. Al contario, ellos han guiado y fortalecido a los Tesalonicenses con una ternura maternal. La Buena noticia transmitida es una palabra que ayuda a crecer, no es un medio que se toma para dominar, para ejercer poder.


Cuidado con la falsa creencia

En el evangelio, continuamos con las imprecaciones hechas por Jesús a los fariseos y que comenzamos a leer antier. Probablemente estamos de acuerdo con la fuerte  condenación de Jesús de la hipocresía de los fariseos. Pero la hipocresía nunca murió:  todavía la tenemos aquí con nosotros hoy. El encalar y blanquear las tumbas es moda hoy  todavía, y desde una corrupción inicialmente individual ha penetrado y se ha extendido en la sociedad misma. 

Los errores del estado, y los de la Iglesia también, son encubiertos. Se pasan por alto y en silencio las injusticias y la explotación, o bien se las condena en términos tan generales que incluso los opresores están de acuerdo con la condena. Cerramos nuestros ojos,  y nuestras conciencias se quedan tranquilas, porque pensamos que no participamos ni contribuimos al mal que continúa activo y destructor. 

Nuestras acciones no están a la altura ni de nuestras palabras ni de nuestra fe.

lunes, 28 de agosto de 2023

29 de agosto del 2022: Martirio de San Juan Bautista

Testigo de la fe

 

Martirio de San Juan Bautista

 

 El profeta Juan no limitó sus valores a los fines nacionalistas de los fanáticos. Propuso una conversión radical de toda la vida: un ideal de justicia, de compartir, de rectitud moral en todos los ámbitos. Pagó con su vida sus vigorosas protestas al mundo de los poderosos.




(Jeremías 1, 17-19) Al final, la esperanza que reconfortaba a Jeremías y a Juan Bautista, no residía en el triunfo sobre sus verdugos, sino en el Señor mismo.

Cuando nosotros oramos, no obtenemos siempre el objeto de nuestras demandas, pero tenemos la seguridad que Jesús nos escucha y nos sostiene.

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(Marcos 6,17-29) Es imposible escuchar a alguien que es justo  y santo decirnos la verdad, y no estar de acuerdo con él interiormente. Mas, desgraciado el profeta que fustiga los poderosos: arriesga su cabeza. 

Pidámosle hoy al Señor por los profetas de nuestro tiempo y atrevámonos a pedirle que nos de  su audacia y su valentía.




Primera lectura
Lectura del libro de Jeremías (1,17-19):

En aquellos días, recibí esta palabra del Señor: «Cíñete los lomos, ponte en pie y diles lo que yo te mando. No les tengas miedo, que si no, yo te meteré miedo de ellos. Mira; yo te convierto hoy en plaza fuerte, en columna de hierro, en muralla de bronce, frente a todo el país: frente a los reyes y príncipes de Judá, frente a los sacerdotes y la gente del campo. Lucharán contra ti, pero no te podrán, porque yo estoy contigo para librarte.» Oráculo del Señor.

Palabra de Dios



Salmo

Sal 70,1-2.3-4a.5-6ab.15ab.17

R/. Mi boca contará tu auxilio

A ti, Señor, me acojo:
no quede yo derrotado para siempre;
tú que eres justo, líbrame y ponme a salvo,
inclina a mí tu oído, y sálvame. R/.

Sé tú mi roca de refugio,
el alcázar donde me salve,
porque mi peña y mi alcázar eres tú, Dios mío,
líbrame de la mano perversa. R/.

Porque tú, Dios mío, fuiste mi esperanza
y mi confianza, Señor, desde mi juventud.
En el vientre materno ya me apoyaba en ti,
en el seno tú me sostenías. R/.

Mi boca contará tu auxilio,
y todo el día tu salvación.
Dios mío, me instruiste desde mi juventud,
y hasta hoy relato tus maravillas. R
/.



Lectura del santo evangelio según san Marcos (6,17-29):

En aquel tiempo, Herodes había mandado prender a Juan y lo había metido en la cárcel, encadenado. El motivo era que Herodes se había casado con Herodías, mujer de su hermano Filipo, y Juan le decía que no le era lícito tener la mujer de su hermano. Herodías aborrecía a Juan y quería quitarlo de en medio; no acababa de conseguirlo, porque Herodes respetaba a Juan, sabiendo que era un hombre honrado y santo, y lo defendía. Cuando lo escuchaba, quedaba desconcertado, y lo escuchaba con gusto. La ocasión llegó cuando Herodes, por su cumpleaños, dio un banquete a sus magnates, a sus oficiales y a la gente principal de Galilea. La hija de Herodías entró y danzó, gustando mucho a Herodes y a los convidados.
El rey le dijo a la joven: «Pídeme lo que quieras, que te lo doy.»
Y le juró: «Te daré lo que me pidas, aunque sea la mitad de mi reino.»
Ella salió a preguntarle a su madre: «¿Qué le pido?»
La madre le contestó: «La cabeza de Juan, el Bautista.»
Entró ella en seguida, a toda prisa, se acercó al rey y le pidió: «Quiero que ahora mismo me des en una bandeja la cabeza de Juan, el Bautista.»
El rey se puso muy triste; pero, por el juramento y los convidados, no quiso desairarla. En seguida le mandó a un verdugo que trajese la cabeza de Juan. Fue, lo decapitó en la cárcel, trajo la cabeza en una bandeja y se la entregó a la joven; la joven se la entregó a su madre. Al enterarse sus discípulos, fueron a recoger el cadáver y lo enterraron.


Palabra del Señor



1

Yo estoy contigo!

En la primera lectura de Jeremías, podemos entender estas palabras dirigidas al precursor San Juan Bautista, de quien celebramos su martirio hoy. 
Dos versículos que son la conclusión de lo que Dios le anuncia a Jeremías, la promesa de una compañía, de un sostén en su ministerio de cara a los enemigos y las dificultades que se encontrarán ambos profetas. 
Dios conoce las dificultades con las que se encontrará su profeta. 
Jeremías corre el riesgo de claudicar, de tirar la toalla, pero Dios le asegura que en toda circunstancia, él podrá apoyarse en Él, el  Señor.

Misión peligrosa

En el Evangelio escuchamos hoy la versión de la muerte de San Juan Bautista según san Marcos que es común con Mateo y Lucas. Una vez más concluimos que la palabra de todo verdadero profeta, de todos los enviados de Dios, incomoda. La misión de los discípulos corre el riesgo de ser peligrosa.


Como testigo de integridad y de honesta verdad, Juan el Bautista perdió su vida frente a la astucia, el rencor y la violencia.  Pero él tenía que hablar, arrostrando las consecuencias. La palabra de Dios no puede amordazarse. ¿Tiene la Iglesia  -y nosotros-  este coraje hoy?



Oración:



Señor Dios nuestro:
San Juan Bautista
preparó y  siguió el camino de tu Hijo Jesús                                                                                                         
tanto en su nacimiento como en su muerte.
Murió como mártir
porque se alzó con valentía
en favor de la integridad y de  la verdad.
Te pedimos nos des la valentía
para hablar claro cuando sea necesario
en el nombre del evangelio
y para dar  testimonio de palabra y de acción
de Jesucristo nuestro  Señor.




2

Fidelidad en el sufrimiento



"Entró ella en seguida, a toda prisa, se acercó al rey y le pidió: «Quiero que ahora mismo me des en una bandeja la cabeza de Juan, el Bautista.»

El rey se puso muy triste; pero, por el juramento y los convidados, no quiso desairarla. En seguida le mandó a un verdugo que trajese la cabeza de Juan."

Marcos 6, 25-27




Fidelidad en el sufrimiento



Esta triste historia, de la decapitación de Juan el Bautista, nos revela mucho. Revela, sobre todo, el misterio del mal en nuestro mundo y la voluntad permisiva de Dios al dejar que el mal, a veces, florezca.

¿Por qué permitió Dios que decapitaran a San Juan? Él era un gran hombre. Jesús mismo dijo que nadie nacido de mujer es mayor que Juan el Bautista. Y, sin embargo, permitió que Juan sufriera esta gran injusticia.

Santa Teresa de Ávila dijo una vez a nuestro Señor: “Querido Señor, si así es como tratas a tus amigos, ¡no es de extrañar que tengas tan pocos!”. Sí, Dios claramente ha permitido que aquellos a quienes ama sufran mucho a lo largo de la historia. ¿Qué nos dice esto?

En primer lugar, no debemos olvidar el hecho evidente de que el Padre permitió que el Hijo sufriera mucho y fuera asesinado de una manera espantosa. La muerte de Jesús fue brutal e impactante. ¿Significa esto que el Padre no amó al Hijo? Ciertamente no. Entonces, ¿qué significa esto?

El quid de la cuestión es que el sufrimiento no es una señal del desagrado de Dios. Si sufres y Dios no te da alivio, no es porque Dios te haya abandonado. No es que no te ame. De hecho, lo más probable es que te ame mucho.

El sufrimiento de Juan el Bautista es, de hecho, el mayor sermón que pudo haber predicado. Es un testimonio de su amor inquebrantable por Dios y su compromiso incondicional con la voluntad de Dios. El “sermón” de la pasión de Juan es poderoso porque eligió permanecer fiel a nuestro Señor a pesar de la persecución que soportó. Y, desde la perspectiva de Dios, la fidelidad de Juan es infinitamente más valiosa que su vida física continua o los sufrimientos físicos que soportó.

Reflexiona hoy sobre tu propia vida. A veces cargamos una cruz pesada y le rogamos a nuestro Señor que nos la quite. En cambio, Dios nos dice que Su gracia es suficiente y que desea usar nuestros sufrimientos como testimonio de nuestra fidelidad. Entonces, la respuesta del Padre a Jesús, Su respuesta a Juan y Su respuesta a nosotros es un llamado a entrar en el misterio de nuestros sufrimientos en esta vida con fe, esperanza, confianza y fidelidad. 

Nunca dejes que las dificultades de la vida te desanimen de tu fidelidad a la voluntad de Dios.


Señor, que pueda tener la fuerza de Tu Hijo y la fuerza de San Juan Bautista mientras llevo mis propias cruces en la vida.
Que pueda permanecer fuerte en la fe y lleno de esperanza mientras te escucho llamándome a abrazar mi cruz. 
Jesús, en Ti confío.


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