miércoles, 29 de septiembre de 2021

30 de septiembre del 2021: jueves de la vigésima sexta semana del tiempo ordinario- San Jerónimo


San Jerónimo

Originario de Dalmacia (actual Croacia), Jerónimo vivió en Roma, como secretario del Papa Dámaso, luego en Belén. Pasó la mayor parte de su vida traduciendo y comentando las Escrituras, para que la gente pudiera participar en la liturgia en su idioma. Murió a los ochenta en 420.

 

(Nehemías 8, 1-4a.5-6.7b-12) Este pasaje nos habla de personas que han conocido la deportación, el exilio, la humillación y la ruina, que escuchan la palabra de Dios mientras lloran. La suficiencia y la riqueza no abren el corazón a la misericordia divina.

 



Primera lectura

Lectura del libro de Nehemías (8,1-4a.5-6.7b-12):

En aquellos días, todo el pueblo se reunió como un solo hombre en la plaza que se abre ante la Puerta del Agua y pidió a Esdras, el escriba, que trajera el libro de la Ley de Moisés, que Dios había dado a Israel. El sacerdote Esdras trajo el libro de la Ley ante la asamblea, compuesta de hombres, mujeres y todos los que tenían uso de razón. Era el día primero del mes séptimo. En la plaza de la Puerta del Agua, desde el amanecer hasta el mediodía, estuvo leyendo el libro a los hombres, a las mujeres y a los que tenían uso de razón. Toda la gente seguía con atención la lectura de la Ley. Esdras, el escriba, estaba de pie en el púlpito de madera que había hecho para esta ocasión. Esdras abrió el libro a la vista de todo el pueblo –pues se hallaba en un puesto elevado– y, cuando lo abrió, toda la gente se puso en pie.
Esdras bendijo al Señor, Dios grande, y todo el pueblo, levantando las manos, respondió: -«Amén, amén.»
Después se inclinaron y adoraron al Señor, rostro en tierra. Los levitas explicaron la Ley al pueblo, que se mantenía en sus puestos. Leían el libro de la ley de Dios con claridad y explicando el sentido, de forma que comprendieron la lectura.
Nehemías, el gobernador, Esdras, el sacerdote y escriba, y los levitas que enseñaban al pueblo decían al pueblo entero: «Hoy es un día consagrado a nuestro Dios: No hagáis duelo ni lloréis.»
Porque el pueblo entero lloraba al escuchar las palabras de la Ley.
Y añadieron: «Andad, comed buenas tajadas, bebed vino dulce y enviad porciones a quien no tiene, pues es un día consagrado a nuestro Dios. No estéis tristes, pues el gozo en el Señor es vuestra fortaleza.»
Los levitas acallaban al pueblo, diciendo: «Silencio, que es un día santo; no estéis tristes.»
El pueblo se fue, comió, bebió, envió porciones y organizó una gran fiesta, porque había comprendido lo que le habían explicado.


Palabra de Dios

 

 

Salmo

Sal 18,8.9.10.11

R/.
 Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón

La ley del Señor es perfecta
y es descanso del alma;
el precepto del Señor es fiel
e instruye al ignorante. R/.

Los mandatos del Señor son rectos
y alegran el corazón;
la norma del Señor es límpida
y da luz a los ojos. R/.

La voluntad del Señor es pura
y eternamente estable;
los mandamientos del Señor son verdaderos
y enteramente justos. R/.

Más preciosos que el oro,
más que el oro fino;
más dulces que la miel
de un panal que destila. R/.

 

 

Lectura del santo evangelio según san Lucas (10,1-12):

En aquel tiempo, designó el Señor otros setenta y dos y los mandó por delante, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares adonde pensaba ir él.
Y les decía: «La mies es abundante y los obreros pocos; rogad, pues, al dueño de la mies que mande obreros a su mies. ¡Poneos en camino! Mirad que os mando como corderos en medio de lobos. No llevéis talega, ni alforja, ni sandalias; y no os detengáis a saludar a nadie por el camino. Cuando entréis en una casa, decid primero: "Paz a esta casa". Y si allí hay gente de paz, descansará sobre ellos vuestra paz; si no, volverá a vosotros. Quedaos en la misma casa, comed y bebed de lo que tengan, porque el obrero merece su salario. No andéis cambiando de casa. Si entráis en un pueblo y os reciben bien, comed lo que os pongan, curad a los enfermos que haya, y decid: "Está cerca de vosotros el reino de Dios." Cuando entréis en un pueblo y no os reciban, salid a la plaza y decid: "Hasta el polvo de vuestro pueblo, que se nos ha pegado a los pies, nos lo sacudimos sobre vosotros. De todos modos, sabed que está cerca el reino de Dios." Os digo que aquel día será más llevadero para Sodoma que para ese pueblo.»

Palabra del Señor

 

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designó el Señor otros setenta y dos y los mandó por delante, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares adonde pensaba ir él.
Y les decía: «La mies es abundante y los obreros pocos; rogad, pues, al dueño de la mies que mande obreros a su mies. ¡Poneos en camino! Mirad que os mando como corderos en medio de lobos.

 

Lucas 10: 1-3

 

 

¿Por qué enviaría nuestro Señor a Sus discípulos como corderos entre lobos? Al principio, esto podría ser preocupante y hacer que nos preguntemos si nuestro Señor los estaba enviando a una situación en la que encontrarían peligro. San Ambrosio, al comentar esto, explica que no hay razón para que estos discípulos tengan miedo, ya que Jesús es el Buen Pastor que siempre protege a sus ovejas. Es útil reflexionar sobre qué tipo de peligro encontrarían estos discípulos en esta misión y en todas las misiones futuras y contrastar ese peligro con la única forma de peligro que deberíamos temer.

 

Los "lobos" en esta situación son especialmente algunos de los crueles líderes religiosos y civiles de esa época, así como aquellos que rechazarían a los discípulos y su enseñanza. Al mirar el peligro mundano que nuestro Señor enfrentó, así como sus discípulos, vemos que era un peligro de persecución. Pero ¿es ese un "peligro" al que uno debería temer? Claramente no, ya que Jesús nunca se acobardó ante eso. En los Hechos de los Apóstoles, vemos cómo este mismo destino de persecución les sucedió a los seguidores de Jesús. Pero en la perspectiva divina, el verdadero "peligro" es sólo lo que tiene el potencial de causar un daño eterno al alma: el pecado. 

 

El pecado y solo el pecado tiene el potencial de causar un verdadero daño, no persecución o incluso la muerte. Entonces, cuando Jesús envió a sus discípulos “como corderos en medio de lobos”, estaba plenamente consciente de la persecución que recibirían en este mundo. Pero Él los exhortó y los envió, porque sabía que incluso si eventualmente sufrieran persecución y muerte, su fe y valor en medio de ella les haría ganar mérito en la vida eterna y se convertiría en un instrumento de gracia para otros en su vida de fe. Como se decía comúnmente en la Iglesia primitiva, "La sangre de los mártires es semilla de cristianos". Por eso, como Jesús envió a estas ovejas entre lobos, también acompañó sus almas como el Buen Pastor, protegiendo su virtud, fortaleciéndolas en su testimonio de fe y guardándolas del miedo y del pecado.

 

Reflexiona hoy sobre la gloriosa verdad de que nuestro Señor también te envía para que seas como un cordero entre lobos. El cumplimiento de la voluntad de Dios en tu vida requerirá fortaleza y valor al confiar en que nuestro Señor te mantendrá libre de las innumerables tentaciones del pecado. A medida que avanzas, no te sorprendas si encuentras en el mundo la dureza de otros, el juicio e incluso la persecución en diversas formas. Cuando lo hagas, responde con virtud. Mantén viva la fe, la esperanza y la caridad en tu vida y no temas a aquellos que puedan hacerte daño de maneras que no son eternas. En cambio, mantente firmemente arraigado en tu misión de amar y compartir la misericordia y la verdad de Dios en nuestro mundo, sin importar las consecuencias.

 

 

Mi valiente Señor, te enfrentaste cara a cara con una dureza y crueldad en este mundo que finalmente te permitió dar testimonio de tu amor divino al entregar libremente tu vida. Por favor, envíame a Tu misión y fortaléceme con todas las virtudes divinas para que no tema ninguna forma de persecución y permaneceré siempre firme en mi amor por Ti, superando todo temor a través del don de la fe. Mi vida es tuya, querido Señor. Haz conmigo lo que quieras. Jesús, en Ti confío.

 

domingo, 26 de septiembre de 2021

27 de septiembre del 2021: lunes de la vigésima sexta semana del tiempo ordinario- San Vicente de Paul

 

San Vicente de Paúl

Sacerdote francés, nacido en 1581, fundador de los Sacerdotes de la Misión, para la evangelización del campo, y de las Hijas de la Caridad, para el alivio de las miserias. Él es el ejemplo completo de caridad cristiana, que ve en el rostro de cada sufrimiento los rasgos del Señor. Murió en 1660.

 

(Lucas 9, 46-50) La humildad permitirá a los Apóstoles presentarse como simples servidores de la Palabra. La apertura de mente y corazón los llevará a tratar a su prójimo con amabilidad. En una sociedad abierta y multicultural como la nuestra, es bueno forjar vínculos para romper prejuicios.




Primera lectura

Lectura de la profecía de Zacarías (8,1-8):

En aquellos días, vino la palabra del Señor de los ejércitos: «Así dice el Señor de los ejércitos: Siento gran celo por Sión, gran cólera en favor de ella. Así dice el Señor: Volveré a Sión y habitaré en medio de Jerusalén. Jerusalén se llamará Ciudad Fiel, y el monte del Señor de los ejércitos, Monte Santo. Así dice el Señor de los ejércitos: De nuevo se sentarán en las calles de Jerusalén ancianos y ancianas, hombres que, de viejos, se apoyan en bastones.
Las calles de Jerusalén se llenarán de muchachos y muchachas que jugarán en la calle. Así dice el Señor de los ejércitos: Si el resto del pueblo lo encuentra imposible aquel día, ¿será también imposible a mis ojos? –oráculo del Señor de los ejércitos–. Así dice el Señor de los ejércitos: Yo libertaré a mi pueblo del país de oriente y del país de occidente, y los traeré para que habiten en medio de Jerusalén. Ellos serán mi pueblo, y yo seré su Dios con verdad y con justicia.»


Palabra de Dios

Salmo

Sal 101,16-18.19-21.29.22-23

R/.
 El Señor reconstruyó Sión, y apareció en su gloria

Los gentiles temerán tu nombre,
los reyes del mundo, tu gloria.
Cuando el Señor reconstruya Sión,
y aparezca en su gloria,
y se vuelva a las súplicas de los indefensos,
y no desprecie sus peticiones. R/.

Quede esto escrito para la generación futura,
y el pueblo que será creado alabará al Señor.
Que el Señor ha mirado desde su excelso santuario,
desde el cielo se ha fijado en la tierra,
para escuchar los gemidos de los cautivos
y librar a los condenados a muerte. R/.

Los hijos de tus siervos vivirán seguros,
su linaje durará en tu presencia,
para anunciar en Sión el nombre del Señor,
y su alabanza en Jerusalén,
cuando se reúnan unánimes los pueblos
y los reyes para dar culto al Señor.
 R/.

 

 

Evangelio de hoy

Lectura del santo evangelio según san Lucas (9,46-50):

En aquel tiempo, los discípulos se pusieron a discutir quién era el más importante.
Jesús, adivinando lo que pensaban, cogió de la mano a un niño, lo puso a su lado y les dijo: «El que acoge a este niño en mi nombre me acoge a mí; y el que me acoge a mí acoge al que me ha enviado. El más pequeño de vosotros es el más importante.»
Juan tomó la palabra y dijo: «Maestro, hemos visto a uno que echaba demonios en tu nombre y, como no es de los nuestros, se lo hemos querido impedir.»
Jesús le respondió: «No se lo impidáis; el que no está contra vosotros está a favor vuestro.»

Palabra del Señor

 

 

Los discípulos se pusieron a discutir quién era el más importante.
Jesús, adivinando lo que pensaban, cogió de la mano a un niño, lo puso a su lado y les dijo: «El que acoge a este niño en mi nombre me acoge a mí; y el que me acoge a mí acoge al que me ha enviado. El más pequeño de vosotros es el más importante.»

 

Lucas 9:48

 

 

Esta conversación entre Jesús y sus discípulos tuvo lugar poco después de tres eventos. Primero, tuvo lugar después de que los discípulos regresaron de la primera misión a la que Jesús los había enviado. En segundo lugar, fue después de que Pedro hizo su profesión de fe declarando que Jesús era "el Mesías de Dios". En tercer lugar, ocurrió después de la Transfiguración en la que Jesús llevó a Pedro, Santiago y Juan a la montaña para revelar Su gloria. Después de estos tres eventos, parece que una cierta rivalidad comenzó a manifestarse entre los discípulos. Quizás hubo celos de la profesión de fe de Pedro, o quizás los discípulos que no fueron llevados al monte de la Transfiguración sintieron un poco de envidia. Pero sea cual sea la causa, Jesús se dirige a lo que es el comienzo de un deseo de vanagloria entre los discípulos.

 

Al comentar este pasaje, San Cirilo de Alejandría señala que, en la batalla espiritual, la primera táctica del diablo es despertar deseos carnales dentro de nuestras almas para mantenernos atados por el deseo de esos placeres. Sin embargo, cuando una persona puede escapar de estos deseos más viles y carnales, entonces el diablo suscita un pecado espiritual; es decir, un egoísmo y vanagloria. Es este deseo de vanagloria, el deseo de ser percibido como el más grande, con lo que los discípulos estaban luchando.

 

Nuestro Señor se dirige a los discípulos después de adivinar lo que pensaban. Ésta es una línea muy importante. Esencialmente, Jesús notó que el deseo de vanagloria recién comenzaba. Por analogía, cuando una mala hierba comienza a crecer, es fácilmente arrancada de raíz. Pero si se deja crecer por un tiempo, entonces las raíces son más difíciles de arrancar, y hacerlo a menudo afecta a las otras plantas y al suelo alrededor de la maleza. Así ocurre con el pecado. Al traer gentilmente a un niño entre ellos y decirles que “el más pequeño de vosotros es el más importante.», Jesús les estaba ayudando a quitar esta “mala hierba” del pecado de la vanagloria antes de que echara raíces profundas en su vidas. Mientras Jesús continúa su conversación con los discípulos, continúa actuando con gentileza, abordando su pequeño error en su razonamiento.

 

Es importante entender esto, porque nuestro Señor siempre desea abordar nuestro pecado en el mismo momento en que comienza. Si estamos abiertos a Sus sutiles impulsos de gracia, redirigiendo suavemente nuestras acciones en el momento en que comenzamos a desviarnos, entonces nuestra atención a Su amorosa reprimenda nos ayudará a evitar que nos arraiguemos más profundamente en nuestro error, sea el que sea. Establecer una práctica de autorreflexión constante ayuda mucho con esto. Establecer este hábito significa que no vemos a nuestro Señor como un Juez severo y crítico; más bien, lo vemos en Su gentileza y cuidado. Esta imagen de Jesús llevando gentilmente a un niño ante los discípulos para enseñarles acerca de la verdadera grandeza debería ayudarnos a darnos cuenta de que nunca debemos temer estos suaves impulsos de la gracia.

 

Reflexiona hoy sobre la aparición de nuestro Señor ante ti, abordando gentilmente los pequeños pecados con los que estás luchando. Por supuesto, todos los pecados graves deben tratarse con firmeza primero. Pero una vez que todos los pecados graves hayan sido desarraigados de tu vida, debes estar atento a los suaves y misericordiosos impulsos de la gracia por medio de los cuales Jesús quiere desarraigar cada pequeño pecado al principio e incluso cada imperfección espiritual. La atención a estas gracias es la forma más segura de crecer en santidad y permitir que nuestro Señor te lleve a Su gloriosa voluntad, haciéndote verdaderamente grande dentro de Su Reino.

 


Mi misericordioso y gentil Jesús, te agradezco por las muchas formas en las que vienes a mí, revelando tu amor y gracia. Ayúdame a ver claramente las formas en las que debo cambiar, para que hasta el comienzo del pecado más pequeño de mi vida pueda ser desarraigado. Te amo, mi Señor. Ayúdame a amarte con todo mi corazón. Jesús, en Ti confío.

viernes, 24 de septiembre de 2021

26 de septiembre del 2021: 26º Domingo del Tiempo Ordinario (B)


El Evangelio no cesa de invitarnos a la tolerancia y a la acogida de los otros.  Para sostenernos y darnos fuerzas en esta tarea, contamos con el Espíritu Santo que sopla donde quiere, más allá de todas las fronteras. 
Que sea Él, quien cree la unidad de nuestra asamblea alrededor de Cristo Resucitado presente y actuante en nuestra celebración.




Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Marcos (9,38-43.45.47-48):

En aquel tiempo, Juan dijo a Jesús: «Maestro, hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu nombre y se lo hemos prohibido, porque no es de nuestro grupo.»
Jesús replicó: «No se lo prohibáis, porque nadie que haga un milagro en mi nombre puede luego hablar mal de mí. Pues el que no está contra nosotros está a favor nuestro. Os aseguro que el que os dé a beber un vaso de agua porque sois del Mesías no quedará sin recompensa. Al que 
sea ocasión de pecado para uno de estos pequeños que creen en mí, más le valdría que le colgaran del cuello una piedra de molino y lo echaran al mar. Y si tu mano es ocasión de pecado para ti, córtatela. Más te vale entrar manco en la vida, que ir con las dos manos al fuego eterno que no se extingue. Y si tu pie es ocasión de pecado para ti, córtatelo. Más te vale entrar cojo en la vida, que ser arrojado con los dos pies al fuego eterno. Y si tu ojo es ocasión de pecado para ti, sácatelo. Más te vale entrar tuerto en el reino de Dios que ser arrojado con los dos ojos al fuego eterno, donde el gusano que roe no muere y el fuego no se extingue.»
Palabra del Señor



A guisa de introducción:

El pecado es algo serio!

Es indudable que hoy casi no se habla de pecado…preferimos decir “falta”, “error”, “pecadillo” , “metida de pata”, “traspiés”, “debilidad”, “resbalada”, “caída”…Tratando siempre de minimizar su daño, de suavizar sus consecuencias en la vida propia, del mundo y de las demás personas.

Y después es evidente que los pastores, al menos nosotros los sacerdotes católicos, muchos (yo me apunto y digo “mea culpa”) preferimos no hablar mucho de él y no profundizarlo en nuestras homilías…Y junto a la palabra pecado, sus referentes: pecado original, venial y mortal, el infierno, el demonio (o diablo).

El mundo y nuestra sociedad actual ha perdido la conciencia de pecado…Es la mayor crisis de nuestro tiempo, ya lo decía en su tiempo el Papa Pio XII (años 50’s)…como dice el padre español José A. Sayés: “pobre Pio XII, que tal que lo hubiera tocado vivir nuestra época…” Donde hablar de pecado, diablo e infierno,  es una “ñoñería”, una prueba de conservadurismo trasnochado, de santurronería, de “rechupados” o asolapados como suelen llamar quienes se oponen a los que reconocen su influjo nocivo en el corazón humano.

Uno no entiende por qué esta reserva y laconismo frente  a estos temas del pecado y el infierno de la mayor parte de los predicadores católicos actuales, cuando la Biblia misma lo reconoce, Jesús  hace alusión en el evangelio de hoy y el catecismo de la Iglesia en varios de sus números orientan sobre ellos…

Una de las excusas es que nuestra religión tiene como centro a Jesucristo y la Gracia de su salvación y no el pecado…

O hay la falsa presunción o creencia que el pecado es un arma de la Iglesia y sus jerarcas para infundir miedo en sus adeptos y así controlarlos como les conviene…

Pero qué es el pecado?  Del latin peccatum: es la transgresión voluntaria de un precepto tenido por bueno. O sea para que haya pecado siempre hay voluntad y libertad personal incluida, conciencia de saber que es malo lo que se está haciendo o se pretende hacer.

De acuerdo a lo señalado en el Catecismo católico, el pecado es "una falta contra la razón, la verdad, la conciencia recta; es faltar al amor verdadero para con Dios y para con el prójimo, a causa de un apego perverso a ciertos bienes. Hiere la naturaleza del hombre y atenta contra la solidaridad humana. Ha sido definido como ‘una palabra, un acto o un deseo contrarios a la ley eterna’ (S. Agustín, Faust. 22, 27; S. Tomás de A., s. th., 1-2, 71, 6) ) .

Así pues, las lecturas de este 26o  domingo ordinario nos recuerdan una verdad simple de nuestra fe católica: EL PECADO ES COSA SERIA!

No es necesario poner excusar o buscar peras en el olmo: puede suceder, retomando las imágenes del evangelio, que nuestra mano, nuestro pie, nuestro ojo y también nuestra lengua se conviertan en objeto de escándalo: ESCÁNDALO! Si que raramente relacionamos con pecado (es su esencia) y creemos que solo son las salidas desafortunadas de los políticos, de las estrellas de Hollywood o los personajes del Jet-Set o la realeza…  (retomo y amplío más esta idea en la aproximación psicológica del evangelio más abajo…)

“Nuestra mano, es lo que nosotros hacemos, nuestro pie, es el lugar hacia donde caminamos, nuestro ojo es nuestra manera de entrar en relación con los otros. Nuestra mano nos conduce al pecado si lo que hacemos nos desvía del evangelio. Nuestro pie nos lleva al pecado si él nos conduce lejos de los caminos de Dios. Y nuestro ojo nos dirige al pecado si se convierte en un instrumento de  lujuria, de odio, y no propicia el encuentro y el diálogo con los demás (Cardenal André Vingt-Trois, homilía del 27 de septiembre del 2009…).

Tu mano! No la pongas al servicio del pecado! Que ella no manifieste el egoísmo, la indiferencia, la que quiere acaparar con mezquindad y envidia!

Tu pie! No lo pongas al servicio del pecado! Que él no muestre el deseo de hacer caer al otro, « de esperarlo a la vuelta » para hacerle “zancadilla “:  él no pierde nada por esperar!”.

Tu ojo! No lo pongas al servicio del pecado! Una mirada puede hacer mucho mal cuando se dirige con desprecio y traduce el rechazo, el odio! De igual manera una lengua puede ser cortante e hiriente como una espada bien afilada!

A la luz del evangelio, que ilumina las zonas más escondidas y oscuras de nuestro corazón, nos concierne discernir para purificarlas, y ver si nuestras actitudes, nuestras palabras, nuestras miradas, nuestras acciones, están conformes con lo que Jesús espera de nosotros.

Para todos nosotros, nos corresponde tomar en serio el pecado que envenena nuestras relaciones, el pecado que crispa nuestras manos, dificulta nuestra marcha, endurece nuestra mirada; más aun, con la ayuda del Señor, hemos de poner nuestra vida al servicio del amor! Es necesario, retomando las palabras de San Pedro Damián (+23 febrero 1072):

Que a Cristo lo escuchen  por nuestra boca,
Que a Cristo lo reflejemos  en nuestra vida,
Que Cristo sea percibido en nuestro corazón” (sermón 8,5).


P.D :   Encontré esta nota en Wikipedia.org sobre el pecado…de lo cual confieso, perdónenme (aun siendo sacerdote) no había escuchado mayor cosa…Pero es que los medios de comunicación son así (la verdadera NOTICIA no es noticia)…qué queremos? Ellos si que tienen que ver con nuestra insensibilidad, indiferencia y cuota de relativismo que le ponemos al tema…

El 10 de marzo de 2008, el regente del Tribunal de la Penitenciaría Apostólica del Vaticano, Cardenal Gianfranco Girotti, presentó la siguiente lista, que ha sido divulgada ampliamente por los medios de comunicación, con la denominación de pecados sociales o nuevos pecados capitales:
 No realizarás manipulaciones genéticas. No llevarás a cabo experimentos sobre seres humanos, incluidos embriones. No contaminarás el medio ambiente. No provocarás injusticia social. No causarás pobreza. No te enriquecerás hasta límites obscenos a expensas del bien común. Y no consumirás drogas.

  Estos son los nuevos pecados capitales, según publicaba el 'Osservatore Romano', periódico oficial de la Santa Sede. La lujuria, la gula, la avaricia, la pereza, la ira, la envidia y la soberbia, los tradicionales siete pecados capitales enumerados por el Papa Gregorio I hace 1.500 años y recogidos después por Dante Alighieri en 'La Divina Comedia', se habían quedado obsoletos para el mundo globalizado de hoy.

Así que el Vaticano ha decidido modernizar la lista exhibiendo una atención especial hacia los llamados pecados sociales, aquellos que al cometerse van en contra de la Justicia en las relaciones entre persona y persona, entre la persona y la comunidad, y entre la comunidad y la persona.
El resultado son siete nuevos pecados capitales, que condenan como ofensas a Dios acciones tales como no reciclar la basura, enriquecerse a costa de los demás o algunas investigaciones científicas con implicaciones bioéticas.




Aproximación psicológica al texto del evangelio :

Mucho más que figuras de estilo:

Hay 3 maneras de comprender el “ESCANDALO” del cual se trata aquí:

Primero en el sentido moderno, que es al mismo tiempo el sentido más superficial, donde la misma persona es a la vez la autora y la victima del escándalo en cuestión. Pensemos por ejemplo en el escándalo político implicando un diputado denunciado por haber aceptado un soborno, o puesto en el ojo del huracán por conducir embriagado. O en una estrella de Hollywood que es sorprendida robando en un supermercado o centro comercial (sea por llamar la atención o porque es cleptómano!)

El segundo sentido o esencia se sitúa en el plano religioso y designa el escándalo como un obstáculo a la fe, es decir, un comportamiento que hace más difícil  el CREER. Así, el espectáculo de cristianos practicantes el domingo y explotadores durante la semana es un escándalo para la fe de aquellos que se preguntan si la asamblea eucarística vuelve a las personas más fraternales.

Pero hay un tercer nivel de sentido de escándalo que es más profundo todavía, y es cuestión de una experiencia global, de un juzgamiento o análisis existencial, que el auditor está invitado a portar dentro de su vida práctica. Sea vigilante y fiel, no deje un solo sector de sus vivencias diarias comprometer el conjunto o la totalidad de su existencia. Nos agregamos entonces a la otra advertencia de Jesús: “De qué le sirve al hombre ganar el mundo entero si arruina su propia vida? (Lucas 9,25).  De qué le sirve al hombre supe desarrollar un aspecto de lo que vive (su cabeza, su vientre, su poder de adquisición…) si pasa al margen (o de lado) del sentido profundo de su existencia?

La liturgia de este domingo asocia al presente texto un pasaje de la carta de Santiago que aclara con mucha precisión lo que decimos: “He aquí, clama el jornal de los obreros que han cosechado vuestras tierras, el cual por engaño no les ha sido pagado por vosotrossu salario grita venganza(…)Ustedes han buscado sobre la tierra el placer y el lujo, y ustedes han engordado sus corazones como en día de matanza…”(traducción actual: mientras que ustedes consumen en exceso, el sistema económico que hacía posible este sobreconsumo exigía que en los países (mal llamados) del tercer mundo, se torture a la gente que lo cuestionaba- (Santiago 5,4-5).

Si uno ve en las posesiones materiales la prolongación de la mano, del pie y del ojo; las advertencias de Jesús toman la siguiente resonancia: si para que poseas es necesario que haya otros que sean desposeídos; corta eso; ten la clarividencia y el coraje de romper con situaciones que de hecho van a comprometer tu entrada en el Reino.

Hablando con Verdad hay acá mucho más que simples  figuras  de estilo como les gusta  decir a muchos otros comentaristas del evangelio de este domingo.

El pecado, es algo serio, digno de reflexionar: hasta tal punto que Santiago en la segunda lectura nos explica claramente que si alguien pasa su vida envenenando la vida de los demás, mintiendo, haciendo trampas (corrupción, copilla, ventajas), robando, este podrá, ciertamente “aprovechar” por un tiempo de esos “crímenes”, pero no escapara al juicio y deberá rendir cuentas!

El pecado es serio!: Nuestro Señor Jesucristo (no siempre  simplemente Jesús) es totalmente claro y categórico en el Santo Evangelio de este día: Él habla de la Gehena, de ese lugar que, en el Antiguo Testamento, era una especie de incinerador publico en el cual eran botadas los desperdicios, los cadáveres de animales y también los cadáveres de criminales ejecutados por la justicia: símbolo de la eterna separación del alma con Dios! Es necesario releer acá el CATECISMO DE LA IGLESIA CATOLICA?Si! Sin ninguna duda! Qué leemos?:

Jesús habla con frecuencia de la "gehenna" y del "fuego que nunca se apaga" (cf. Mt 5,22.29; 13,42.50; Mc 9,43-48) reservado a los que, hasta el fin de su vida rehúsan creer y convertirse , y donde se puede perder a la vez el alma y el cuerpo (cf. Mt 10, 28). Jesús anuncia en términos graves que "enviará a sus ángeles [...] que recogerán a todos los autores de iniquidad, y los arrojarán al horno ardiendo" (Mt 13, 41-42), y que pronunciará la condenación:" ¡Alejaos de mí malditos al fuego eterno!" (Mt 25, 41).
La enseñanza de la Iglesia afirma la existencia del infierno y su eternidad. Las almas de los que mueren en estado de pecado mortal descienden a los infiernos inmediatamente después de la muerte y allí sufren las penas del infierno, "el fuego eterno" …La pena principal del infierno consiste en la separación eterna de Dios en quien únicamente puede tener el hombre la vida y la felicidad para las que ha sido creado y a las que aspira…Las afirmaciones de la Escritura y las enseñanzas de la Iglesia a propósito del infierno son un llamamiento a la responsabilidad con la que el hombre debe usar de su libertad en relación con su destino eterno. Constituyen al mismo tiempo un llamamiento apremiante a la conversión… (Catecismo de la IglesiaCatólica No 1034-1036).

El pecado es algo serio : « corta tu mano! Corta tu pie! Arranca tu ojo! Es mejor llegar al paraíso, amputado (o manco), estropeado o tuerto, que  ser arrojado en “fuego que no se apaga!”, como hermanos, debemos acoger estas Palabras de Nuestro Señor Jesucristo?

Como una invitación necesaria, urgente, a la conversión de nuestra vida, de nuestro corazón a Jesús todo debe pasar: las manos, los pies, los ojos, y también la lengua y más aun el corazón; San Pablo lo dirá de una manera lapidaria: “ustedes los cristianos, no expongan los miembros de sus cuerpos al servicio del pecado!” (Romanos 6,12-18).





COMENTARIO CENTRAL

Estar con Cristo...Discípulos aquí y allá!

En el evangelio, Jesús no condena la gente que no camina con Él. La única exigencia o requisito que pide para reconocer su actividad, es esto: “Aquel que hace un milagro en mi nombre no puede al mismo tiempo hablar mal de mí”. Lo que cuenta antes que nada es la “pertenencia a Cristo”, es actuar en nombre de Cristo y ser reconocidos como personas (miembros) de Cristo: “aquel que les dé un vaso de agua por su pertenencia a Cristo no se quedara sin ser recompensado”.  Entonces, Todo el mundo puede obrar “en nombre de Cristo” con la condición de que le pertenezca! El anuncio del Evangelio de Cristo no está reservado a algunos misioneros patentados, oficiales, a los sacerdotes o a los diáconos ordenados! La evangelización concierne a todos los que son de Cristo, es decir, a todos los cristianos, a toda la Iglesia!

En materia de misión, no hay especialistas! Aquellos que son de Cristo, todos los bautizados, son “sacerdotes, profetas y reyes”, es lo que decimos siempre al hacer la unción con el oleo sagrado en el bautismo. El “especialista de la misión”, si yo puedo decirlo así, el animador de la actividad misionera de la Iglesia, es en efecto El Espíritu Santo!  “El Espíritu Santo es el agente principal de la evangelización: es Él quien empuja a cada uno a anunciar el Evangelio” (Ecclesia in África,20). Es el Espíritu que Jesús ha derramado desde lo alto de la cruz al “expirar” y sobre sus apóstoles soplando sobre ellos el atardecer de la resurrección. Es este mismo Espíritu que ha sido expandido y ha venido sobre todos los que estaban presentes el día de Pentecostés, sin importar sus orígenes.

“Si el Señor podía poner su espíritu en ellos para hacer de todo su pueblo un pueblo de profetas!” : si ese gran deseo de Moisés pudiera realizarse hoy! No habría todos esos falsos profetas que engañan los ignorantes y los pobres, en diversos lugares y ambientes de nuestro mundo…todos esos se dicen profetas, detentores de poderes misteriosos de curación, para atraer las multitudes, colectar el dinero de los débiles y volverse  ricos como aquellos de los que habla Santiago en su carta o como aquellas gentes a las que Jesús condena porque conducen a la perdición y a la caída los pequeños que Dios ama.

Todos los bautizados deberían ser verdaderos profetas! Todos  nosotros deberíamos ser profetas puesto que pertenecemos a Cristo! 

Para ser verdaderos profetas, es necesario al menos dos condiciones según nos dice la Palabra de Dios de este día. La primera, es pertenecer verdaderamente a Cristo. Haber apostado (echarse toda la vida al hombro como una manta ) por Él. No simplemente con palabras, sino también con todo lo que somos. Esto supone que hayamos renunciado a toda búsqueda de nuestro propio interés y a nuestras actitudes egoístas.  Poner atención a no comportarnos como esos ricos de los cuales habla Santiago! Ellos no se preocupan más que de sus bienes: “sus”  riquezas, “sus vestidos , “su” oro, “su” dinero, “sus” tierras…Hay peligro cuando nos preocupamos solo de nosotros mismos, de nuestros bienes, de nuestras carreras! En el  evangelio, Jesús pone como imagen los miembros del cuerpo que nos pide cortar, arrancar si ellos nos incitan a pecar.

Nosotros sabemos que nuestras manos, nuestros pies, nuestros ojos, nos llevan a pecar de múltiples maneras. Que los ojos desean con lujuria o ambición cualquier cosa, los pies conducen para que la mano pueda ampararse por si misma: es así como se da el robo, el adulterio y todas las conductas graves. Jesús nos llama a que seamos profetas renunciando, mismo a  pesar que sea difícil, a todo lo que nos lleva a traicionar la misión evangélica que hemos recibido en el bautismo.

La segunda condición para ser profeta, es ser conducido por el Espíritu de Dios.
Se puede decir de otro modo, a la  manera de San Pablo y es siendo “cristianos espirituales”. Dejémonos modelar interiormente por la fuerza evangélica del Espíritu Santo que hemos recibido en el bautismo. Porque el deseo de Moisés se ha hecho realidad en Pentecostés. El objetivo de la misión de Jesús era de dar el Espíritu Santo a todos los que creyeran en su nombre. En efecto, todos los que renuncian a  mismos, a sus falsas riquezas, y que hacen la opción por pertenecer a Cristo, realizan verdaderos milagros en nombre de Jesús; ellos son profetas de Cristo ahí donde viven y en todos los lugares donde van. Es la fuerza de Cristo que nos ha sido dada para que nuestra vida esté animada y que nuestra manera de vivir esté marcada por el servicio y el respeto a los demás y no por nuestros intereses egoístas.

Es el Espíritu Santo que actúa en la vida de los verdaderos profetas y mismo en la de los niños. Él hace grandes milagros en aquellos que son de Cristo!

Los textos de hoy nos invitan a reflexionar sobre nuestros perjuicios, nuestras exclusiones, nuestro rechazo al otro. La apertura no nos obliga a renunciar a nuestra propia identidad cristiana, al contrario ella la fortalece, no en el enfrentamiento pero si en el dialogo. Dialogar para comprender, maravillarse, enriquecerse! Cuando uno se acerca a los otros, ya sean anglicanos, metodistas, mormones, musulmanes, hindúes, judíos, no creyentes, ateos, animistas, se descubren perlas de humanidad y de espiritualidad. 

Uno se da cuenta que fuera de la Iglesia, hay muchos signos de vida, que muchos exorcizan demonios, es decir que luchan contra el mal, la enfermedad, los prejuicios y la discriminación. Existen muchas personas que hacen un trabajo excepcional en  un gran espíritu de fraternidad y compromiso…

Ni el grupo de los Doce, ni ninguna Iglesia es la sola depositaria del Espíritu de Dios. Fuera de nuestros cenáculos, el Espíritu sopla, imprevisible, libre como el viento (Juan 3,8).

Cristo nos invita hoy a abrirnos, a estar abiertos a aquellos que quieren hacer el bien, ser edificados por sus compromisos, a admirar el bello trabajo que realizan aquellos que no pertenecen a nuestro grupo, a nuestro partido político, a nuestra nacionalidad. “No se lo impidan, mismo si no son de los nuestros”.




ORACIÓN-MEDITACIÓN

Sobre tu pueblo Señor, envías tu Espíritu.
Haces surgir profetas de todas las razas y culturas.
Múltiples obreros que envías a la viña del mundo.
Ellos hablan en tu nombre. Ellos sirven en tu nombre.
Ellos viven, sufren y mueren a causa de tu evangelio.

Con sus manos, crean nuevos semilleros,
y siembran la paz, la justicia y la solidaridad.
Con sus pies atraviesan nuevas fronteras
y hacen recular la ignorancia, la miseria y el miedo.
Con una mirada pura, ellos se levantan para celebrar la belleza de la vida,
para llamar al respeto de todo ser humano.
Sobre tu pueblo, Señor, haz reposar tu Espíritu.
Tu suscitas profetas de todas las razas y culturas;
profetas que espantan los malos espíritus;
Profetas que nos cuestionan y nos incomodan.
Profetas que portan un fuego que pensamos apagado.
Es por eso que nos dices: “no se lo impidan!”
Déjenles llevar de nuevo la esperanza a sus hijos.
Déjenles entrar en el templo de la cotidianidad
Mientras dicen también:
“El Espíritu del Señor está sobre mí,
Él me ha consagrado y me ha enviado a llevar la Buena Nueva a los pobres.”



REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS


http://www.ciudadredonda.org/lectura/?f=2012-09-30 (para las lecturas)

HÉTU, Jean-Luc. Les Options de Jésus.

Pequeño misal  « Prions en Église », edición quebequense, 2009 et 2012.

Diversas fuentes de internet


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