sábado, 21 de septiembre de 2019

18 de septiembre del 2016: 25o Domingo del Tiempo Ordinario (C)


Una alabanza desconcertante

Jesús nos invita a ser hábiles en el Servicio al Reino de Dios. El dinero puede ser buen servidor pero también mal patrón. Nos corresponde elegir: Dios o el dinero?



Lectura del santo evangelio según san Lucas (16,1-13):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Un hombre rico tenía un administrador, y le llegó la denuncia de que derrochaba sus bienes. Entonces lo llamó y le dijo: "¿Qué es eso que me cuentan de ti? Entrégame el balance de tu gestión, porque quedas despedido." El administrador se puso a echar sus cálculos: "¿Qué voy a hacer ahora que mi amo me quita el empleo? Para cavar no tengo fuerzas; mendigar me da vergüenza. Ya sé lo que voy a hacer para que, cuando me echen de la administración, encuentre quien me reciba en su casa." Fue llamando uno a uno a los deudores de su amo y dijo al primero: "¿Cuánto debes a mi amo?" Éste respondió: "Cien barriles de aceite." Él le dijo: "Aquí está tu recibo; aprisa, siéntate y escribe cincuenta." Luego dijo a otro: "Y tú, ¿cuánto debes?" Él contestó: "Cien fanegas de trigo." Le dijo: "Aquí está tu recibo, escribe ochenta." Y el amo felicitó al administrador injusto, por la astucia con que había procedido. Ciertamente, los hijos de este mundo son más astutos con su gente que los hijos de la luz. Y yo os digo: Ganaos amigos con el dinero injusto, para que, cuando os falte, os reciban en las moradas eternas. El que es de fiar en lo menudo también en lo importante es de fiar; el que no es honrado en lo menudo tampoco en lo importante es honrado. Si no fuisteis de fiar en el injusto dinero, ¿quién os confiará lo que vale de veras? Si no fuisteis de fiar en lo ajeno, ¿lo vuestro, quién os lo dará? Ningún siervo puede servir a dos amos, porque, o bien aborrecerá a uno y amará al otro, o bien se dedicará al primero y no hará caso del segundo. No podéis servir a Dios y al dinero.»

Palabra del Señor





A guisa de introducción:

Prapararse para el futuro

Desde hace mucho tiempo vengo escuchando  frases como:

“El dios de este mundo es el “cochino” dinero”,
“Mal Señor es don dinero”,
“El dinero es el estiércol del diablo”,
 “El dinero no da la felicidad, pero calma los nervios”,
“Por la plata baila el perro”

Y desde niño he comprendido, que muchas relaciones amorosas, amistades, vínculos familiares se van al trasto por los intereses económicos. Jesús ya lo había advertido, por lo que vemos en el evangelio de hoy, la plata, “la pecunia” debe ser un útil para hacer amigos, debe ser un medio, una “herramienta de ayuda” pero jamás debe convertirse en un fin, pues amenaza nuestra realización definitiva, nuestra felicidad, nuestra salvación…El dinero nos  puede volver egoístas, ambiciosos, tristes, frustrados, solitarios…

El dinero, la pésima distribución de las riquezas está en el centro de las turbulencias políticas y sociales del mundo de hoy. Escándalos de corrupción acá, guerras animadas por la explotación unilateral de recursos naturales como el petróleo, los diamantes…conflictos limítrofes por el aprovechamiento exclusivo de un solo país de los recursos …en fin…

A todos, sin lugar a dudas, nos gustaría controlar el futuro, pero muchos factores hacen la cosa imposible. Lo mejor que se puede hacer es prepararse bien para ello, porque es imprevisible. Para poder acariciar ese futuro, es recomendable recurrir a una buena planificación estratégica.

Y a la hora de hablar de previsión para el futuro, asegurarse una buena y feliz vejez, la gente demuestra su habilidad y  hacen hasta lo imposible por hacerse a los mejores y más convenientes pólizas de seguro, propuestas de pensiones o jubilación, invierten en fondos de pensiones, en programas de ahorro o ganancias de jubilación.  Otros exploran todas las vías posibles para acrecentar su capital por medio de una buena planificación financiera o fiscal.

Pero, acaso son éstas las únicas maneras de prepararnos de cara al futuro? Los bienes materiales son nuestra única escala de valores? Es una estrategia válida el consagrar una buena parte de nuestros recursos y de nuestras energías en un futuro sobre el que no tenemos finalmente muy poco para aprovechar?

Al hablar de una eventual acogida en las moradas eternas, que podría estar asegurada por una utilización sabia de eso que él llama “el dinero sucio o tramposo”, Jesús evoca una realidad espiritual que tiene relación directa con el mundo material que monopoliza nuestra atención. Él, Jesús sabe que la riqueza puede llegar a convertirse en un ídolo y alejar a nuestro corazón de lo esencial. En el orden de la FE, Jesús nos invita a preparar nuestro destino eterno con la suficiente o tanta misma astucia y “viveza”  o desenvolvimiento como el que ponemos o hemos puesto, para planificar nuestra jubilación en esta tierra.



Aproximación psicológica al texto del Evangelio

Hay algunos que se desenvuelven, se desempeñan bien, aprovechan...
                                                                                                                                
Es seguro que ni a usted ni a mí nos agrada (nos gusta)  que se nos proponga como ejemplo o modelo a seguir alguien deshonesto. Con este presupuesto, la historia que  Jesús nos cuenta aquí, no es una historia neta, digamos limpia o digna. Pero Jesús se adelanta a nuestra objeción o crítica y nos dice:  “De acuerdo, este tipo es un embustero, pero al menos, él tiene el mérito de ver claro, de comprender lo que pasa a tiempo y por consecuencia actuar en el momento ideal”.

Y Jesús podría seguir: “En el plano moral yo entiendo que no estén de acuerdo, pero por el lado existencial, es él quien tiene razón, porque ha visto venir, acercarse los golpes, las amenazas y ha tomado las cosas en mano justo a tiempo. Miren bien que sus escrúpulos morales no sean más que un pretexto para no hacer nada”.

Y las aplicaciones en la vida práctica no faltan:
Yo militaría (haría parte) bien de un sindicato, pero quienes los conforman no son mejor que sus patrones.
Yo me comprometería con los oprimidos, pero estoy contra la violencia.
Yo compartiría de mil amores con los que pasan hambre en el tercer mundo, pero ellos hacen mercado negro con las provisiones que les enviamos.
Yo me opondría bien a ciertas decisiones injustas del gobierno, pero yo estoy por el respeto de las leyes.

Jesús ha denunciado de otro lado, ese “arreglo tramposo y acomodaticio” que consiste en criticar el estilo de los otros para justificarse y no hacer nada (Lucas 7,29-35). Y acá nos dice sustancialmente: los no cristianos ejecutan  más sus  responsabilidades que los buenos católicos, mismo si ellos lo hacen a veces de manera contestataria.

Dejen de excusarse con objeciones de principios de cara a la acción de los demás, y verifiquen si ustedes no corren el riesgo de perder el barco con sus escrúpulos y sus racionalizaciones.


No hagan (ganen)  dinero con los amigos:

Jesús también nos habla acá del modo como se debe considerar el dinero.
Como por el Sabbat (el sábado) no es necesario voltear las cosas al revés.

Háganse (gánense) amigos con el dinero, en lugar de hacer (ganar) dinero con sus amigos. Utilicen el dinero (la plata, los pesos, los dólares,  la lana, la money, las pelas, los verdes, la pecunia…) para acercarse a las personas, en vez de utilizar las personas para  acercarse a (acrecentar) la  riqueza.

Si ustedes quieren vivir un día la comunión futura, es decir, ser acogidos en el mas allá (después de la muerte, cielo, eternidad, paraíso, etc.) por los amigos, comiencen enseguida! Persigan, anhelen desde ahora la comunión entre las personas, empleen los bienes materiales de modo que las personas estén abiertas las unas a las otras y no estén por el contrario en competición los unos con los otros.

Desprevenidos de un contexto centrado sobre la espera del fin del mundo (que algunos preconizan a cada momento) y proyectados más bien al horizonte a largo término, esta invitación llega a ser el fundamento de una ética social evangélica. Construyan un sistema social basado en el compartir y la solidaridad, donde la organización del trabajo acerque los trabajadores, los ayude a vivir en comunión en lugar de dividirlos, ya que ellos están implicados en la empresa, velen por que estén unidos en lugar de tenerlos alejados.

Jesús en ningún momento afirma que el dinero no es importante; Él dice que este debe servir para la comunión entre las personas. Y dice que lo más importante es vivir en amistad que vivir en la riqueza. El predice que mi acogida en la comunión eterna la harán aquellos con los que yo haya compartido mis bienes, de lo contrario esto no ocurrirá.

Ahora, en el siglo XXI , las personas con las cuales se me invita a compartir mis bienes , son  ante todo aquellas que me hacen vivir , son aquellos ciudadanos de acá y del tercer mundo que son explotados para que yo viva bien.

El problema es de talla, de grandes dimensiones, pero su complejidad y su vastedad no nos pueden hacer olvidar las palabras de Jesús: “si ustedes quieren sobrevivir, sírvanse del dinero para acrecentar la solidaridad”.


Diluirse (perderse) o luchar (combatir):

No se trata acá simplemente de dos opciones  (objetivos, o blancos)  diferentes, como cuando yo debo elegir entre dos restaurantes: se trata más bien de dos tipos de experiencia global que se excluyen mutuamente por su dinámica interna.

Una es, cerrarse, sólida y concretamente en una realidad tangible sobre la cual pienso (creo) tener un control absoluto y que me proporciona un poder inmediato y bien visible.

La otra es la apertura a una realidad que me supera y me engloba, sobre la cual no tengo control inmediato y que me lleva hacia aventuras inesperadas y o desconocidas.

Si me pongo (me meto) en la empresa de  la búsqueda de Dios, no sé cuándo lo encontraré y sobretodo tampoco sabré para qué servirá este encuentro una vez él se deje encontrar. Si me abro a la solidaridad fraternal, si yo me propongo vivir y sentir en la piel de mi hermano  lo que él vive, lo que espera y como lo sufre, ignoraré lo que mi compañía costará y lo que ésta solidaridad vendrá a buscar al interior de mí mismo.

Y resurge la paradoja a la cual Jesús nos confronta a menudo: quien quiera salvar su vida la pierde, quien acepte perderla se salvará: Quien se orienta hacia el dinero para ESTAR EN CONTROL, minimiza su vida y viene a reinar sobre un universo personal que no tiene ninguna consistencia humana. Quien se orienta hacia Dios y acepta  perder todo el resto encuentra poco a poco su Reino, con todas las dimensiones y las verdaderas riquezas de la experiencia humana.


Los primeros (en control y en poder) serán los últimos (en profundidad e intensidad de vida)  y viceversa.



REFLEXIÓN CENTRAL

DAR CUENTAS DE NUESTRA ADMINISTRACIÓN




Hoy, Jesucristo nos pide que cambiemos nuestra actitud frente al dinero, los talentos y el tiempo que se nos ha dado. De todo ello, deberemos dar cuentas.

En la mentalidad capitalista que vivimos y conocemos, creemos que la vida, el dinero, los talentos que tenemos nos pertenecen y que por ende podemos hacer con ellos lo que se nos venga en gana.

El evangelio  de hoy nos dice otra cosa: No somos nosotros verdaderamente los propietarios, somos solamente los “gerentes” de lo que poseemos. Yo debo  administrar los bienes, las cualidades, los talentos, las riquezas espirituales, intelectuales y morales que se me han dado.

No tengo derecho de “malgastar” los dones que Dios me ha confiado. Y Yo deberé rendir cuentas.

Una de las mejores maneras de preparar esta revisión, esta rendición de cuentas, es la de hacernos amigos que vendrán a apoyarnos en el momento de este encuentro importante.  Y por ello he aquí la razón de la formula en el centro de la parábola: “háganse amigos, consigan amistades con el dinero tramposo”. Jesús nos da acá la lección esencial: el buen empleo de las riquezas es potenciar,  fortalecer, acrecentar la amistad, poner el amor en nuestras relaciones. He aquí, una concepción verdaderamente revolucionaria sobre el dinero y los talentos: hacer un instrumento de compartir y crear de este modo amistades solidas!

Esta parábola contiene un mensaje para cada uno de nosotros, una invitación a hacer “una utilización (un empleo) cristiana” de la riqueza, del tiempo, de los talentos y de la vida.

« Cuando estaba en la miseria, ustedes me ayudaron »… »ustedes vinieron a visitarme al hospital »… »ustedes me animaron y me apoyaron cuando yo me encontraba solo y deprimido”…”ustedes retardaron el pago de mi arriendo cuando yo perdí mi empleo”…”ustedes me trajeron comida preparada , cuando yo no podía cocinar”…”ustedes renunciaron a su jornada de paseo y descanso por acompañarme a hacer las compras”…”señor, esta persona es mi amiga. Ella ha compartido su tiempo, sus talentos, su dinero cuando yo estuve necesitado”.

El Evangelio nos dice que los fariseos eran “amigos del dinero”. Los verdaderos discípulos de Jesús son “los amigos de aquellos que están necesitados”. “Cada vez que lo hicieron con uno de estos pequeños hermanos míos, conmigo lo hicieron” (Mateo 25, 1ss).

El dinero es necesario, pero también es “tramposo”, dice Jesús. Este adjetivo “tramposo” se lee 5 veces en nuestra página del evangelio de hoy. Jesús juega con las palabras: el habla del administrador “tramposo”, el habla luego del dinero tramposo. Es una trampa que a menudo procura (nos da) una falsa seguridad. Se ha de desconfiar. Uno llega a creer que contando con una  generosa y o gruesa cuenta en el banco, nada nos puede llegar a pasar!

Y Cristo agrega: « si ustedes, los hijos e hijas de la luz pudieran poner tanta energía para vivir bien su cristianismo como los hijos e hijas de este mundo la ponen para enriquecerse, todo iría mejor sobre nuestro mundo…habría más paz, más perdón,   y más compartir, alegría, amistad…habría menos personas solas, menos gente en la miseria, menos personas decepcionadas de la vida."

Hoy, Jesús nos lanza una invitación discreta: "sean diligentes y pongan tanta energía en la práctica del compartir como otros la ponen en la persecución del dinero y del poder”.



OBJETIVO DE VIDA PARA LA SEMANA:


1. Reviso mis hábitos de consumo para asegurarme que los productos que yo consumo son fabricados por obreros tratados y pagados justamente.


2. Me retiro en el silencio, pensando en aquellos que ejercen funciones públicas, hago oraciones de petición, de intercesión y de acción de gracias.

3. En Dios y Con Dios hay un futuro. De qué manera me preparo para ello? Me aseguro de hacer o tener gestos de compartir en favor de los más desfavorecidos.



ORACIÓN-MEDITACIÓN


Señor
Tú nos confías este mundo
para que lo cuidemos.
Haz de nosotros gerentes hábiles, creativos
que se preocupan por el bien común.

Señor,
haz de nosotros Hijos de la Luz,
imaginativos y audaces
para hacerte conocer y amar,
para hacer buen uso del dinero y todos los bienes.

Señor, abre nuestros corazones
al compartir y a la solidaridad con los más desfavorecidos.
Presérvanos del deseo de querer poseer todo con injusticia y ambición.

Ayúdanos a entender que el dinero no es nunca un fin en sí,
sino un medio para fertilizar el trabajo humano
y hacerle producir frutos de justicia,
Así cada ser humano podrá ocupar su lugar,
con su dignidad recobrada
en la mesa de la grande familia humana.

Que nuestra comunión de tu pan de vida
haga crecer nuestros esfuerzos
por dar de comer a quienes tienen hambre,
para hacerle un sitio a aquellos
que están privados de poder y de dignidad.

Amén.



REFERENCIAS Bibliográficas:


1. A guisa de introducción: Traducción del francés editorial aparecido en Prions en Eglise (petit livret) pg . 2  de André Tiphane (septiembre 19 2010).


2. Segundo comentario  al evangelio 25º domingo ordinario c, traducción del francés del sacerdote y psicólogo Jean-Luc Hétu, comunidad de padres de la santa Cruz, extraído de su obra "Les options de Jésus", pag 233 ss).



3. Comentario traducido  del francés por el padre  quebequense Yvon-Allard de la comunidad del verbo divino, pagina web: http://cursillos.ca.

Septiembre 22 del 2013: 25º Domingo del Tiempo Ordinario (C)


La Palabra de Dios de este domingo, insiste sobre la necesidad de hacer buen uso de las riquezas. y puesto que el evangelio da sentido a la existencia, los creyentes son invitados a poner manos a la obra y sin demoras  a utilizar su inteligencia, su habilidad, su astucia y su desenvolvimiento con vista a asegurarse un futuro para la eternidad, ya que el Señor quiere que todos, sin distinción, tengan acceso a la Verdad y sean salvos.



EVANGELIO DE SAN LUCAS  16,1-13

Parábola del administrador astuto

1 A los discípulos les decía:
—Un hombre rico tenía un administrador.
Le llegaron quejas de que estaba derrochando
sus bienes. 2 Lo llamó y le dijo:
—¿Qué es lo que me han contado de ti?
Dame cuentas de tu administración, porque
ya no podrás seguir en tu puesto.
3 El administrador pensó: ¿Qué voy a
hacer ahora que el dueño me quita mi
puesto? Para cavar no tengo fuerzas, pedir
limosna me da vergüenza. 4 Ya sé lo que
voy a hacer para que, cuando me despidan,
alguno me reciba en su casa.
5 Fue llamando uno por uno a los deudores
de su señor y dijo al primero:
—¿Cuánto debes a mi señor?
6 Contestó:
—Cien barriles de aceite.
Le dijo:
—Toma el recibo, siéntate enseguida y
escribe cincuenta.
7 Al segundo le dijo:
—Y tú, ¿cuánto debes?
Contestó:
—Cuarenta toneladas de trigo.
Le dice:
—Toma tu recibo y escribe treinta.
8 El dueño alabó al administrador deshonesto
por la astucia con que había actuado.
Porque los hijos de este mundo son más
astutos con sus semejantes que los hijos de
la luz.
9 Y yo les digo que con el dinero sucio se
ganen amigos, de modo que, cuando se
acabe, ellos los reciban en la morada eterna.
10 El que es fiel en lo poco, es fiel en lo
mucho; el que es deshonesto en lo poco, es
deshonesto en lo mucho.
11 Si con el dinero sucio no han sido de
confianza, ¿quién les confiará el legítimo?
12 Si con lo ajeno no han sido de confianza,
¿quién les confiará lo que les pertenece
a ustedes?
(Mt 6,24)
13 Un empleado no puede estar al servicio
de dos señores: porque odiará a uno y
amará al otro o apreciará a uno y despreciará
al otro. No pueden estar al servicio de
Dios y del dinero.

Palabra de Dios



A guisa de introducción:

Prapararse para el futuro

Desde hace mucho tiempo vengo escuchando  frases como:

“El dios de este mundo es el “cochino” dinero”,
“Mal Señor es don dinero”,
“El dinero es el estiércol del diablo”,
 “El dinero no da la felicidad, pero calma los nervios”,
“Por la plata baila el perro”

Y desde pequeño comprendí que muchas relaciones amorosas, amistades, vínculos familiares se van al trasto por los intereses económicos. Jesús ya lo había advertido, por lo que vemos en el evangelio de hoy, la plata, “la pecunia” debe ser  útil para hacer amigos, debe ser un medio, una “herramienta de ayuda” pero jamás debe convertirse en un fin, pues amenaza nuestra realización definitiva, nuestra felicidad, nuestra salvación…El dinero nos  puede volver egoístas, ambiciosos, tristes, frustrados, solitarios…

El dinero, la pésima distribución de las riquezas está en el centro de las turbulencias políticas y sociales del mundo de hoy. Escándalos de corrupción acá, guerras animadas por la explotación unilateral de recursos naturales como el petróleo, los diamantes…conflictos limítrofes por el aprovechamiento exclusivo de un solo país de los recursos …en fin…

A todos, sin lugar a dudas, nos gustaría controlar el futuro, pero muchos factores hacen que eso sea imposible.  Lo mejor que se puede hacer es prepararse bien para ello, porque es imprevisible. Para poder acariciar ese futuro, es recomendable recurrir a una buena planificación estratégica.

Y a la hora de hablar de previsión para el futuro, asegurarse una buena y feliz vejez, la gente demuestra su habilidad y  hacen hasta lo imposible por hacerse a los mejores y más convenientes pólizas de seguro, propuestas de pensiones o jubilación, invierten en fondos de pensiones, en programas de ahorro o ganancias de jubilación.  Otros exploran todas las vías posibles para acrecentar su capital por medio de una buena planificación financiera o fiscal.

Pero, acaso son éstas las únicas maneras de prepararnos de cara al futuro? Los bienes materiales son nuestra única escala de valores? Es una estrategia válida el consagrar una buena parte de nuestros recursos y de nuestras energías en un futuro sobre el que no tenemos finalmente muy poco para aprovechar?

Al hablar de una eventual acogida en las moradas eternas, que podría estar asegurada por una utilización sabia de eso que él llama “el dinero sucio o tramposo”, Jesús evoca una realidad espiritual que tiene relación directa con el mundo material que monopoliza nuestra atención. Él, Jesús sabe que la riqueza puede llegar a convertirse en un ídolo y alejar a nuestro corazón de lo esencial. En el orden de la FE , Jesús nos invita a preparar nuestro destino eterno con la suficiente o tanta misma astucia y “viveza”  o desenvolvimiento como el que ponemos o hemos puesto, para planificar nuestra jubilación en esta tierra.



Aproximación psicológica al texto del evangelio:

Es seguro que ni a usted ni a mí nos agrada (nos gusta)  que se nos proponga como ejemplo o modelo a seguir alguien deshonesto. Con este presupuesto, la historia que  Jesús nos cuenta aquí, no es una historia neta, digamos limpia o digna. Pero Jesús se adelanta a nuestra objeción o crítica y nos dice:  “De acuerdo, este tipo es un embustero, pero al menos, él tiene el mérito de ver claro, de comprender lo que pasa a tiempo y por consecuencia actuar en el momento ideal”.

Y Jesús podría seguir: “En el plano moral yo entiendo que no estén de acuerdo, pero por el lado existencial, es él quien tiene razón, porque ha visto venir, acercarse los golpes, las amenazas y ha tomado las cosas en mano justo a tiempo. Miren bien que sus escrúpulos morales no sean más que un pretexto para no hacer nada”.

Y las aplicaciones en la vida práctica no faltan:
Yo militaría (haría parte) bien de un sindicato, pero quienes los conforman no son mejor que sus patrones.
Yo me comprometería con los oprimidos, pero estoy contra la violencia.
Yo compartiría de mil amores con los que pasan hambre en el tercer mundo, pero ellos hacen mercado negro con las provisiones que les enviamos.
Yo me opondría bien a ciertas decisiones injustas del gobierno, pero yo estoy por el respeto de las leyes.

Jesús ha denunciado de otro lado, ese “arreglo tramposo y acomodaticio” que consiste en criticar el estilo de los otros para justificarse y no hacer nada (Lucas 7,29-35). Y acá nos dice sustancialmente: los no cristianos ejecutan  más sus  responsabilidades que los buenos católicos, mismo si ellos lo hacen a veces de manera contestataria.

Dejen de excusarse con objeciones de principios de cara a la acción de los demás, y verifiquen si ustedes no corren el riesgo de perder el barco con sus escrúpulos y sus racionalizaciones.

++
No hagan (ganen)  dinero con los amigos:

Jesús también nos habla acá del modo como se debe considerar el dinero.
Como por el Sabbat (el sábado) no es necesario voltear las cosas al revés.

Háganse (gánense) amigos con el dinero, en lugar de hacer (ganar) dinero con sus amigos. Utilicen el dinero (la plata, los pesos, los dólares,  la lana, la money, las pelas, los verdes, la pecunia…) para acercarse a las personas, en vez de utilizar las personas para  acercarse a (acrecentar) la  riqueza.

Si ustedes quieren vivir un día la comunión futura, es decir, ser acogidos en el mas allá (después de la muerte, cielo, eternidad, paraíso, etc.) por los amigos, comiencen enseguida! Persigan, anhelen desde ahora la comunión entre las personas, empleen los bienes materiales de modo que las personas estén abiertas las unas a las otras y no estén por el contrario en competición los unos con los otros.

Desprevenidos de un contexto centrado sobre la espera próxima del fin del mundo (que algunos preconizan próximamente para el 2012) y proyectados más bien al horizonte a largo termino, esta invitación llega a ser el fundamento de una ética social evangélica. Construyan un sistema social basado en el compartir y la solidaridad, donde la organización del trabajo acerque los trabajadores, los ayude a vivir en comunión en lugar de dividirlos, ya que ellos están implicados en la empresa, velen por que estén unidos en lugar de tenerlos alejados.

Jesús en ningún momento afirma que el dinero no es importante; Él dice que este debe servir para la comunión entre las personas. Y dice que lo más importante es vivir en amistad que vivir en la riqueza. El predice que mi acogida en la comunión eterna la harán aquellos con los que yo haya compartido mis bienes, de lo contrario esto no ocurrirá.

Ahora, en el siglo XXI , las personas con las cuales se me invita a compartir mis bienes , son  ante todo aquellas que me hacen vivir , son aquellos ciudadanos de acá y del tercer mundo que son explotados para que yo viva bien.

El problema es de talla, de grandes dimensiones, pero su complejidad y su vastedad no nos pueden hacer olvidar las palabras de Jesús: “si ustedes quieren sobrevivir, sírvanse del dinero para acrecentar la solidaridad”.


Diluirse (perderse) o luchar (combatir):

No se trata acá simplemente de dos opciones  (objetivos, o blancos)  diferentes, como cuando yo debo elegir entre dos restaurantes: se trata más bien de dos tipos de experiencia global que se excluyen mutuamente por su dinámica interna.

Una es, cerrarse, sólida y concretamente sobre una realidad tangible sobre la cual pienso (creo) tener un control absoluto y que me proporciona un poder inmediato y bien visible.

La otra es la apertura a una realidad que me supera y me engloba, sobre la cual no tengo control inmediato y que me lleva hacia aventuras inesperadas y o desconocidas.

Si me pongo (me meto) en la empresa de  la búsqueda de Dios, no sé cuándo lo encontraré y sobretodo tampoco sabré a que servirá este encuentro una vez él se deje encontrar. Si me abro a la solidaridad fraternal, si yo me meto a vivir a sentir en la piel de mi hermano  lo que él vive, lo que espera y como lo sufre, ignorare lo que mi compañía costará y lo que esta solidaridad vendrá a buscar al interior de mí mismo.

Y resurge la paradoja a la cual Jesús nos confronta a menudo: quien quiera salvar su vida la pierde, quien acepte perderla se salvará: Quien se orienta hacia el dinero para ESTAR EN CONTROL, minimiza su vida y viene a reinar sobre un universo personal que no tiene ninguna consistencia humana. Quien se orienta hacia Dios y acepta de perder todo el resto encuentra poco a poco su Reino, con todas las dimensiones y las verdaderas riquezas de la experiencia humana.


Los primeros (en control y en poder) serán los últimos (en profundidad e intensidad de vida)  y viceversa.



REFLEXIÓN CENTRAL

DAR CUENTAS DE NUESTRA ADMINISTRACIÓN

Hoy, Cristo Jesús nos demanda que cambiemos nuestra actitud frente al dinero, los talentos y el tiempo que se nos ha dado. De todo ello, deberemos dar cuentas.

En la mentalidad capitalista que nos conocemos, creemos que la vida, el dinero, los talentos que tenemos nos pertenecen y que por ende podemos hacer con ellos lo que se nos venga en gana.

El evangelio  de hoy nos dice otra cosa: No somos nosotros verdaderamente los propietarios, somos solamente los “gerentes” de lo que poseemos. Yo debo  administrar los bienes, las cualidades, los talentos, las riquezas espirituales, intelectuales y morales que se me han dado.

No tengo derecho de “malgastar” los dones que Dios me ha confiado. Y Yo deberé rendir cuentas.

Una de las mejores maneras de preparar esta revisión, esta rendición de cuentas, es la de hacernos amigos que vendrán a apoyarnos en el momento de este encuentro importante.  Y por ello he aquí la razón de la formula en el centro de la parábola: “háganse amigos, consigan amistades con el dinero tramposo”. Jesús nos da acá la lección esencial: el buen empleo de las riquezas es potencializar,  fortalecer, acrecentar la amistad, poner el amor en nuestras relaciones. He aquí, una concepción verdaderamente revolucionaria sobre el dinero y los talentos: hacer un instrumento de compartir y crear de este modo amistades solidas!

Esta parábola contiene un mensaje para cada uno de nosotros, una invitación a hacer “una utilización (un empleo) cristiana” de la riqueza, del tiempo, de los talentos y de la vida.

« Cuando estaba en la miseria, ustedes me ayudaron »… »ustedes vinieron a visitarme al hospital »… »ustedes me animaron y me apoyaron cuando yo me encontraba solo y deprimido”…”ustedes retardaron el pago de mi arriendo cuando yo perdí mi empleo”…”ustedes me trajeron comida preparada , cuando yo no podía cocinar”…”ustedes renunciaron a su jornada de paseo y descanso por acompañarme a hacer las compras”…”señor, esta persona es mi amiga. Ella ha compartido su tiempo, sus talentos, su dinero cuando yo estuve necesitado”.

El Evangelio nos dice que los fariseos eran “amigos del dinero”. Los verdaderos discípulos de Jesús son “los amigos de aquellos que están necesitados”. “Cada vez que lo hicieron con uno de estos pequeños hermanos míos, conmigo lo hicieron” (Mateo 25, 1ss).

El dinero es necesario, pero también es “tramposo”, dice Jesús. Este adjetivo “tramposo” se lee 5 veces en nuestra página del evangelio de hoy. Jesús juega con las palabras: el habla del administrador “tramposo”, el habla luego del dinero tramposo. Es una trampa que a menudo procura (nos da) una falsa seguridad. Se ha de desconfiar. Uno llega a creer que contando con una  generosa y o gruesa cuenta en el banco, nada nos puede llegar a pasar!

Y Cristo agrega: « si ustedes, los hijos e hijas de la luz pudieran poner tanta energía para vivir bien su cristianismo como los hijos e hijas de este mundo la ponen para enriquecerse, todo iría mejor sobre nuestro mundo…habría más paz, más perdón,   y más compartir, alegría, amistad…habría menos personas solas, menos gente en la miseria, menos personas decepcionadas de la vida."

Hoy, Jesús nos lanza una invitación discreta: "sean diligentes y pongan tanta energía en la práctica del compartir como otros la ponen en la persecución del dinero y del poder”.



OBJETIVO DE VIDA PARA LA SEMANA:


1. Reviso mis hábitos de consumo para asegurarme que los productos que yo consumo son fabricados por obreros tratados y pagados justamente.


2. Me retiro en el silencio, pensando en aquellos que ejercen funciones públicas, hago oraciones de petición, de intercesión y de acción de gracias.

3. En Dios y Con Dios hay un futuro. De qué manera me preparo para ello? Me aseguro de hacer o tener gestos de compartir en favor de los más desfavorecidos.



ORACIÓN-MEDITACIÓN


Señor

Tú nos confías este mundo
para que lo cuidemos.
Haz de nosotros gerentes hábiles, creativos
que se preocupan por el bien común.

Señor,
haz de nosotros Hijos de la Luz,
imaginativos y audaces
para hacerte conocer y amar,
para hacer buen uso del dinero y todos los bienes.

Señor, abre nuestros corazones
al compartir y a la solidaridad con los más desfavorecidos.
Libéranos del deseo de querer poseer todo con injusticia y ambición.

Ayúdanos a entender que el dinero no es nunca un fin en sí,
sino un medio para fertilizar el trabajo humano
y hacerle producir frutos de justicia,
Así cada ser humano podrá ocupar su plaza
con su dignidad recobrada
en la mesa de la grande familia humana.

Que nuestra comunión de tu pan de vida
haga crecer nuestros esfuerzos
por dar de comer a quienes tienen hambre,
para hacerle un lugar a aquellos
que están privados de poder y de dignidad.

Amén.



REFERENCIAS Bibliográficas:


1. A guisa de introducción: Traducción del francés editorial aparecido en Prions en Église (petit livret) pg . 2  de André Tiphane (septiembre 19 2010).


2. Segundo comentario  al evangelio 25º domingo ordinario c, traducción del francés del sacerdote y psicólogo Jean-Luc Hétu, comunidad de padres de la santa Cruz, extraído de su obra "Les options de Jésus", pag 233 ss).


3. Comentario traducido  del francés por el padre  quebequense Yvon-Allard de la comunidad del verbo divino, pagina web: http://cursillos.ca.



Entrada destacada

1o de enero del 2017: Solemnidad de Santa María Madre de Dios

Reemprender el camino La palabra de Dios de este domingo nos invita a vivir escuchando nuestra memoria, como María. En el moment...