martes, 28 de febrero de 2023

1o de marzo del 2023: miércoles de la primera semana de Cuaresma

 

(Jonás 3, 1-10) ¡Increíble, gracias a la predicación de Jonás, toda la ciudad de Nínive da un giro de 180 grados! Se vuelve a Dios, hacia la vida en lugar de la destrucción. También hoy es todavía posible para nosotros hacer lo mismo, en nuestra sociedad de explotación de los pobres, de contaminación, de consumo excesivo. ¡Convirtámonos!

 

Primera lectura

Lectura de la profecía de Jonás (3,1-10):


EL Señor dirigió la palabra a Jonás:
«Ponte en marcha y ve a la gran ciudad de Nínive; allí les anunciarás el mensaje que yo te comunicaré».
Jonás se puso en marcha hacia Nínive, siguiendo la orden del Señor. Nínive era una ciudad inmensa; hacían falta tres días para recorrerla. Jonás empezó a recorrer la ciudad el primer día, proclamando:
«Dentro de cuarenta días, Nínive será arrasada».
Los ninivitas creyeron en Dios, proclamaron un ayuno y se vistieron con rudo sayal, desde el más importante al menor.
La noticia llegó a oídos del rey de Nínive, que se levantó de su trono, se despojó del manto real, se cubrió con rudo sayal y se sentó sobre el polvo. Después ordenó proclamar en Nínive este anuncio de parte del rey y de sus ministros:
«Que hombres y animales, ganado mayor y menor no coman nada; que no pasten ni beban agua. Que hombres y animales se cubran con rudo sayal e invoquen a Dios con ardor. Que cada cual se convierta de su mal camino y abandone la violencia. ¡Quién sabe si Dios cambiará y se compadecerá, se arrepentirá de su violenta ira y no nos destruirá!».
Vio Dios su comportamiento, cómo habían abandonado el mal camino, y se arrepintió de la desgracia que había determinado enviarles. Así que no la ejecutó.

Palabra de Dios

 

Salmo

Sal 50,3-4.12-13.18-19


R/.
 Un corazón quebrantado y humillado,
tú, Dios mío, no lo desprecias


V/. Misericordia, Dios mío, por tu bondad,
por tu inmensa compasión borra mi culpa;
lava del todo mi delito,
limpia mi pecado. R/.

V/. Oh, Dios, crea en mí un corazón puro,
renuévame por dentro con espíritu firme.
No me arrojes lejos de tu rostro,
no me quites tu santo espíritu. R/.

V/. Los sacrificios no te satisfacen:
si te ofreciera un holocausto, no lo querrías.
El sacrificio agradable a Dios
es un espíritu quebrantado;
un corazón quebrantado y humillado,
tú, oh, Dios, tú no lo desprecias. R/.

 

Lectura del santo evangelio según san Lucas (11,29-32):

EN aquel tiempo, la gente se apiñaba alrededor de Jesús,
y él se puso a decirles:
«Esta generación es una generación perversa. Pide un signo, pero no se le dará más signo que el signo de Jonás. Pues como Jonás fue un signo para los habitantes de Nínive, lo mismo será el Hijo del hombre para esta generación.
La reina del Sur se levantará en el juicio contra los hombres de esta generación y hará que los condenen, porque ella vino desde los confines de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí hay uno que es más que Salomón.
Los hombres de Nínive se alzarán en el juicio contra esta generación y harán que la condenen; porque ellos se convirtieron con la proclamación de Jonás, y aquí hay uno que es más que Jonás».


Palabra del Señor

 

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La única señal verdadera de la Cruz


…la gente se apiñaba alrededor de Jesús,
y él se puso a decirles:
«Esta generación es una generación perversa. Pide un signo, pero no se le dará más signo que el signo de Jonás.
".

 

Lucas 11:29


La multitud parecía ser un grupo heterogéneo. Primero, estaban aquellos que creían de todo corazón en Jesús. Los Doce, por ejemplo, dejaron todo atrás para seguirlo. Su madre y varias otras mujeres santas creyeron en Él y fueron sus fieles seguidores. Pero entre la creciente multitud, parecía que había muchos que cuestionaban a Jesús y querían algún tipo de prueba de Quién era. Por lo tanto, querían una señal del cielo.

Una señal del cielo habría sido una prueba externa manifiesta de Quién era Jesús. Por supuesto, Jesús ya había realizado numerosos milagros. Pero parece que esto no fue suficiente. Querían más, y ese deseo es una clara indicación de terquedad de corazón y falta de fe. Así que Jesús no pudo ni quiso darles la señal que querían.

En cambio, Jesús dice que la única señal que recibirán es la señal de Jonás. Recuerde que la señal de Jonás no era muy atractiva. Fue arrojado por la borda de un bote y tragado por una ballena, donde permaneció durante tres días antes de ser escupido en las costas de Nínive.

La señal de Jesús sería similar. Sufriría a manos de los líderes religiosos y las autoridades civiles, sería asesinado y enterrado en una tumba. Y luego, tres días después, resucitaría. Pero Su resurrección no fue aquella en la que Él salió con rayos de luz para que todos lo vieran; más bien, Sus apariciones posteriores a la Resurrección fueron para aquellos que ya habían manifestado su fe y  creyeron.

La lección para nosotros es que Dios no nos convencerá en los asuntos de la fe a través de manifestaciones públicas poderosas o al estilo de Hollywood para demostrar su grandeza. En cambio, la “señal” que se nos ofrece es una invitación a morir con Cristo para que podamos comenzar personalmente a experimentar la nueva vida de la Resurrección. Este don de fe es interior, no públicamente exterior. Nuestra muerte al pecado es algo que hacemos personal e interiormente, y la nueva vida que recibimos solo puede ser vista por otros, gracias al testimonio de nuestras vidas que han cambiado.

Reflexiona hoy sobre la verdadera señal que Dios te ha dado. Si eres de los que parece estar esperando alguna señal manifiesta de nuestro Señor, no esperes más. Mira el crucifijo, ve el sufrimiento y la muerte de Jesús, y elige seguirlo en una muerte a todo pecado y egoísmo. Muere con Él, entra con Él al sepulcro y deja que Él te saque interiormente renovado esta Cuaresma, para que puedas ser transformado por este único signo del Cielo.


Mi Señor crucificado, contemplo el crucifijo y veo en Tu muerte el mayor acto de amor jamás conocido. Dame la gracia que necesito para seguirte a la tumba para que tu muerte triunfe sobre mis pecados. Líbrame, querido Señor, durante el camino de Cuaresma para que pueda participar plenamente de Tu nueva vida de Resurrección. Jesús, en Ti confío.

lunes, 27 de febrero de 2023

28 de febrero del 2023: martes de la primera semana de Cuaresma

 

(Isaías 55, 10-11) El Señor nunca deja de creer en nosotros. Constante y pacientemente siembra su palabra en nuestro corazón para que demos fruto. ¿Qué podría yo hacer para que mi vida fuera digna de su confianza en mí?


(Mateo 6, 7-15) Podemos desear y pedir bienes materiales, éxito, prestigio ... ¿Pero es esto realmente lo que necesitamos? ¿No está nuestro corazón hecho para más? Jesús, con su oración al Padre, nos indica en qué dirección dirigir nuestras peticiones




Primera lectura

Lectura del libro de Isaías (55,10-11):


ESTO dice el Señor:
«Como bajan la lluvia y la nieve desde el cielo,
y no vuelven allá sino después de empapar la tierra,
de fecundarla y hacerla germinar,
para que dé semilla al sembrador
y pan al que come,
así será mi palabra que sale de mi boca:
no volverá a mí vacía,
sino que cumplirá mi deseo
y llevará a cabo mi encargo».


Palabra de Dios

 

 

Salmo

Sal 33,4-5.6-7.16-17.18-19


R/.
 El Señor libra de sus angustias a los justos

V/. Proclamad conmigo la grandeza del Señor,
ensalcemos juntos su nombre.
Yo consulté al Señor, y me respondió,
me libró de todas mis ansias. R/.

V/. Contempladlo, y quedaréis radiantes,
vuestro rostro no se avergonzará.
El afligido invocó al Señor,
él lo escuchó y lo salvó de sus angustias. R/.

V/. Los ojos del Señor miran a los justos,
sus oídos escuchan sus gritos;
pero el Señor se enfrenta con los malhechores,
para borrar de la tierra su memoria. R/.

V/. Cuando uno grita, el Señor lo escucha
y lo libra de sus angustias;
el Señor está cerca de los atribulados,
salva a los abatidos. R/.

 

 

Lectura del santo evangelio según san Mateo (6,7-15):

EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Cuando recéis, no uséis muchas palabras, como los gentiles, que se imaginan que por hablar mucho les harán caso. No seáis como ellos, pues vuestro Padre sabe lo que os hace falta antes de que lo pidáis. Vosotros orad así:
“Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu nombre,
venga a nosotros tu reino,
hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo,
danos hoy nuestro pan de cada día,
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden,
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal”.
Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, también os perdonará vuestro Padre celestial, pero si no perdonáis a los hombres, tampoco vuestro Padre perdonará vuestras ofensas».


Palabra del Señor

 

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Rezando el Padre Nuestro



«Cuando recéis, no uséis muchas palabras, como los gentiles, que se imaginan que por hablar mucho les harán caso. No seáis como ellos”

 

Mateo 6: 7–8

 

 

Recuerde que Jesús solía ir solo a veces y pasar la noche entera en oración. Así, queda claro que Jesús está a favor de tiempos de oración largos y sinceros, ya que nos dio su propio ejemplo como lección. Pero hay una clara diferencia entre lo que nuestro Señor hizo toda la noche y lo que criticó a los paganos porque al rezar “usaban muchas palabras”. Después de esta crítica a la oración de los paganos, Jesús nos da la oración del “Padre Nuestro” como modelo para nuestra oración personal.

 

La oración del Padre Nuestro comienza dirigiéndose a Dios de una manera profundamente personal. Es decir, Dios no es solo un ser cósmico todopoderoso. Es personal, familiar, es nuestro Padre. Jesús continúa la oración instruyéndonos a honrar a nuestro Padre al proclamar Su santidad. Dios y solo Dios es el Santo del que deriva toda la santidad de la vida. Al reconocer la santidad del Padre, también debemos reconocerlo como Rey y buscar Su reinado para nuestras vidas y para el mundo. Esto se logra solo cuando Su perfecta voluntad se hace "en la tierra como en el cielo". Esta oración perfecta concluye reconociendo que Dios es la fuente de todas nuestras necesidades diarias, incluido el perdón de nuestros pecados y la protección de todo mal.

 

Una vez completada esta oración de perfección, Jesús proporciona un contexto en el que ésta y cada oración deben ser rezadas. Él dice: “Si perdonas a los hombres sus ofensas, tu Padre celestial te perdonará. Pero si no perdonáis a los hombres, tampoco vuestro Padre perdonará vuestras ofensas”. La oración solo será efectiva si permitimos que nos cambie y nos haga más como el Padre Celestial. Por lo tanto, si queremos que nuestra oración de perdón sea efectiva, entonces debemos vivir lo que pedimos. También debemos perdonar a los demás para que Dios nos perdone.

 

Reflexiona hoy sobre esta perfecta oración, el Padre Nuestro. Una tentación es que podamos familiarizarnos tanto con esta oración que pasemos por alto su verdadero significado. Si eso sucede, entonces encontraremos que lo estamos rezando más como los paganos que simplemente “usan las palabras”. Pero si entendemos con humildad y sinceridad cada palabra, podemos estar seguros de que nuestra oración se parecerá más a la de nuestro Señor. 

 

San Ignacio de Loyola recomienda meditar cada palabra de esa oración muy lentamente, una palabra a la vez. Intente orar de esta manera, hoy, y permita que el Padre Nuestro pase de la “palabrería” a la comunicación auténtica con el Padre Celestial.

 


Padre nuestro, que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día. Y perdónanos nuestras ofensas, como nosotros perdonamos a los que nos ofenden. Y no nos sometas a la tentación, y líbranos del mal. Amén. Jesús, en Ti confío.

domingo, 26 de febrero de 2023

27 de febrero del 2023: lunes de la primera semana de Cuaresma

 

(Levítico 19, 1-2.11-18) Dios nos creó por amor y para el amor y nos pide que seamos santos, como él mismo es santo, que seamos amor como él mismo es amor. Él nos ve como una gran familia llamada a vivir en el respeto los unos por los otros. Él sabe que podemos hacerlo...


(Mateo 25, 31-46) Sería demasiado fácil amar a Dios sin preocuparse por el prójimo. El amor del Señor se vive en el amor a los demás, en particular a los pobres, a los vulnerables. Más aún, es Dios mismo a quien estamos invitados a reconocer bajo la apariencia de nuestro prójimo.




Primera lectura

Lectura del libro del Levítico (19,1-2.11-18):

EL Señor habló así a Moisés:
«Di a la comunidad de los hijos de Israel:
“Sed santos, porque yo, el Señor, vuestro Dios, soy santo.
No robaréis ni defraudaréis ni os engañaréis unos a otros.
No juraréis en falso por mi nombre, profanando el nombre de tu Dios. Yo soy el Señor.
No explotarás a tu prójimo ni le robarás. No dormirá contigo hasta la mañana siguiente el jornal del obrero.
No maldecirás al sordo ni pondrás tropiezo al ciego. Teme a tu Dios. Yo soy el Señor.
No daréis sentencias injustas. No serás parcial ni por favorecer al pobre ni por honrar al rico. Juzga con justicia a tu prójimo.
No andarás difamando a tu gente, ni declararás en falso contra la vida de tu prójimo. Yo soy el Señor.
No odiarás de corazón a tu hermano, pero reprenderás a tu prójimo, para que no cargues tú con su pecado.
No te vengarás de los hijos de tu pueblo ni les guardarás rencor, sino que amarás a tu prójimo como a ti mismo. Yo soy el Señor”».

Palabra de Dios

 

 

Salmo

Sal 18,8.9.10.15

R/.
 Tus palabras, Señor, son espíritu y vida

V/. La ley del Señor es perfecta
y es descanso del alma;
el precepto del Señor es fiel
e instruye a los ignorantes. R/.

V/. Los mandatos del Señor son rectos
y alegran el corazón;
la norma del Señor es límpida
y da luz a los ojos. R/.

V/. El temor del Señor es puro
y eternamente estable;
los mandamientos del Señor son verdaderos
y enteramente justos. R/.

V/. Que te agraden las palabras de mi boca,
y llegue a tu presencia el meditar de mi corazón,
Señor, Roca mía, Redentor mío. R/.

 

 

Lectura del santo evangelio según san Mateo (25,31-46):

EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Cuando venga en su gloria el Hijo del hombre, y todos los ángeles con él, se sentará en el trono de su gloria y serán reunidas ante él todas las naciones.
Él separará a unos de otros, como un pastor separa las ovejas de las cabras.
Y pondrá las ovejas a su derecha y las cabras a su izquierda.
Entonces dirá el rey a los de su derecha:
“Venid vosotros, benditos de mi Padre; heredad el reino preparado para vosotros desde la creación del mundo.
Porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, fui forastero y me hospedasteis, estuve desnudo y me vestisteis, enfermo y me visitasteis, en la cárcel y vinisteis a yerme”.
Entonces los justos le contestarán:
“Señor, ¿cuándo te vimos con hambre y te alimentamos, o con sed y te dimos de beber?; ¿cuándo te vimos forastero y te hospedamos, o desnudo y te vestimos?; ¿cuándo te vimos enfermo o en la cárcel y fuimos a verte?”.
Y el rey les dirá:
“En verdad os digo que cada vez que lo hicisteis con uno de estos, mis hermanos más pequeños, conmigo lo hicisteis”.
Entonces dirá a los de su izquierda:
“Apartaos de mí, malditos, id al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles. Porque tuve hambre y no me disteis de comer, tuve sed y no me disteis de beber, fui forastero y no me hospedasteis, estuve desnudo y no me vestisteis, enfermo y en la cárcel y no me visitasteis”.
Entonces también estos contestarán:
“Señor, ¿cuándo te vimos con hambre o con sed, o forastero o desnudo, o enfermo o en la cárcel, y no te asistimos?”.
Él les replicará:
“En verdad os digo: lo que no hicisteis con uno de estos, los más pequeños, tampoco lo hicisteis conmigo”.
Y estos irán al castigo eterno y los justos a la vida eterna».


Palabra del Señor

 

 


Sirviendo a Cristo en los demás


“En verdad os digo: lo que no hicisteis con uno de estos, los más pequeños, tampoco lo hicisteis conmigo”.

Mateo 25:40


 

¿Quién es ese “hermano pequeño”? Es interesante que Jesús señale específicamente a la persona menos considerada, a diferencia de una declaración más general que incluye a todas las personas. ¿Por qué no decir simplemente: “Lo que no hicisteis con los demás…?” Esto incluiría a todos a quienes servimos. Pero en cambio, Jesús señaló al hermano más pequeño. Tal vez esto deba ser visto, especialmente, como la persona más pecadora, la más débil, la más gravemente enferma, la incapacitada, la hambrienta y la desamparada, y todos aquellos que tienen necesidades pronunciadas en esta vida.

 

Lo más hermoso y conmovedor de esta afirmación es que Jesús se identifica con el necesitado, el “más pequeño” de todos. Al servir a los que tienen necesidades especiales, estamos sirviendo a Jesús. Pero para que Él pueda decir eso, tiene que estar íntimamente unido a esta gente. Y al mostrarles una conexión tan íntima, Jesús revela su infinita dignidad como personas.

 

¡Este es un punto tan importante de entender! De hecho, este ha sido un tema central en las constantes enseñanzas de San Juan Pablo II, el Papa Benedicto XVI y el Papa Francisco. Una invitación a enfocarse constantemente en la dignidad y el valor de la persona debe ser el mensaje central que extraigamos de este pasaje.  

 

Reflexione, hoy, sobre la dignidad de todas y cada una de las personas. Trate de recordar a cualquiera que no pueda mirar con perfecto respeto. ¿A quién desprecia usted y pretende no ver? ¿A quién juzga o desprecia? Es dentro de esta persona, más que en cualquier otra, que Jesús le espera a usted. Él espera encontrarle y hacerle amar en el débil y en el pecador. Reflexione sobre su dignidad. Identifique a la persona que más se ajusta a esta descripción en su vida y comprométase a amarla y servirla. Porque en ellas amará y servirá a nuestro Señor.

 


Querido Señor, entiendo y creo que Tú estás presente, en forma oculta, en los más débiles de los débiles, en los más pobres de los pobres y en el pecador en medio de nosotros. Ayúdame a buscarte diligentemente en todas y cada una de las personas que encuentro, especialmente en las más necesitadas. Al encontrarte, que te ame y te sirva con todo mi corazón. Jesús, en Ti confío.

viernes, 24 de febrero de 2023

26 de febrero del 2023: Primer domingo de Cuaresma (A)



Enfrentar el mal

La vida es un rudo  combate donde nos enfrentamos constantemente al mal representado por la figura de Satanás, el maligno o como quieran llamarlo. Pero al igual que Jesús, nosotros enfrentamos la tentación y enseguida, somos convidados a la victoria. La Palabra de Dios es nuestro escudo, nuestra mejor arma.

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Desde el miércoles pasado, la Iglesia nos invita a entrar en la Cuaresma. Nuestra vida es una marcha, un viaje. Ahora, se nos da un tiempo bendecido para disponernos a caminar tras las huellas de Nuestro Señor Jesucristo.



Primera lectura
Lectura del libro del Génesis (2,7-9;3,1-7):

EL Señor Dios modeló al hombre del polvo del suelo e insufló en su nariz aliento de vida; y el hombre se convirtió en ser vivo.
Luego el Señor Dios plantó un jardín en Edén, hacia oriente, y colocó en él al hombre que había modelado.
El Señor Dios hizo brotar del suelo toda clase de árboles hermosos para la vista y buenos para comer; además, el árbol de la vida en mitad del jardín, y el árbol del conocimiento del bien y el mal.
La serpiente era más astuta que las demás bestias del campo que el Señor había hecho. Y dijo a la mujer:
«¿Conque Dios os ha dicho que no comáis de ningún árbol del jardín?».
La mujer contestó a la serpiente:
«Podemos comer los frutos de los árboles del jardín; pero del fruto del árbol que está en mitad del jardín nos ha dicho Dios:
“No comáis de él ni lo toquéis, de lo contrario moriréis”».
La serpiente replicó a la mujer:
«No, no moriréis; es que Dios sabe que el día en que comáis de él, se os abrirán los ojos, y seréis como Dios en el conocimiento del bien y el mal».
Entonces la mujer se dio cuenta de que el árbol era bueno de comer, atrayente a los ojos y deseable para lograr inteligencia; así que tomó de su fruto y comió. Luego se lo dio a su marido, que también comió.
Se les abrieron los ojos a los dos y descubrieron que estaban desnudos; y entrelazaron hojas de higuera y se las ciñeron.
Palabra de Dios


Salmo
Sal 50,3-4.5-6a.12-13.14.17

R/. Misericordia, Señor: hemos pecado

V/. Misericordia, Dios mío, por tu bondad,
por tu inmensa compasión borra mi culpa;
lava del todo mi delito,
limpia mi pecado. R/.

V/. Pues yo reconozco mi culpa,
tengo siempre presente mi pecado.
Contra ti, contra ti solo pequé,
cometí la maldad que aborreces. R/.

V/. Oh, Dios, crea en mi un corazón puro,
renuévame por dentro con espíritu firme.
No me arrojes lejos de tu rostro,
no me quites tu santo espíritu. R/.

V/. Devuélveme la alegría de tu salvación,
afiánzame con espíritu generoso.
Señor, me abrirás los labios,
y mi boca proclamará tu alabanza. R/.


Segunda lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos (5,12-19):

HERMANOS:
Lo mismo que por un hombre entró el pecado en el mundo, y por el pecado la muerte, y así la muerte se propagó a todos los hombres, porque todos pecaron...
Pues, hasta que llegó la ley había pecado en el mundo, pero el pecado no se imputaba porque no había ley. Pese a todo, la muerte reinó desde Adán hasta Moisés, incluso sobre los que no habían pecado con una transgresión como la de Adán, que era figura del que tenía que venir.
Sin embargo, no hay proporción entre el delito y el don: si por el delito de uno solo murieron todos, con mayor razón la gracia de Dios y el don otorgado en virtud de un hombre, Jesucristo, se han desbordado sobre todos.
Y tampoco hay proporción entre la gracia y el pecado de uno:
pues el juicio, a partir de uno, acabó en condena, mientras que la gracia, a partir de muchos pecados, acabó en justicia.
Si por el delito de uno solo la muerte inauguró su reinado a través de uno solo, con cuánta más razón los que reciben a raudales el don gratuito de la justificación reinarán en la vida gracias a uno solo, Jesucristo.
En resumen, lo mismo que por un solo delito resultó condena para todos, así también por un acto de justicia resultó justificación y vida para todos.
Pues, así como por la desobediencia de un solo hombre, todos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno solo, todos serán constituidos justos.
Palabra de Dios



EVANGELIO DE NUESTRO SENOR JESUCRISTO SEGUN SAN MATEO CAPITUL0 4, VERSICULOS 1 AL 11

1. El Espíritu condujo a Jesús al desierto para que fuera tentado por el diablo,
2. y después de estar sin comer cuarenta días y cuarenta noches, al final sintió hambre.
3. Entonces se le acercó el tentador y le dijo: «Si eres Hijo de Dios, ordena que estas piedras se conviertan en pan.»
4. Pero Jesús le respondió: «Dice la Escritura: El hombre no vive solamente de pan, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.»
5. Después el diablo lo llevó a la Ciudad Santa y lo puso en la parte más alta de la muralla del Templo.
6. Y le dijo: «Si eres Hijo de Dios, tírate de aquí abajo, pues la Escritura dice: Dios dará órdenes a sus ángeles y te llevarán en sus manos para que tus pies no tropiecen en piedra alguna.»
7. Jesús replicó: «Dice también la Escritura: No tentarás al Señor tu Dios.»
8. A continuación lo llevó el diablo a un monte muy alto y le mostró todas las naciones del mundo con todas sus grandezas y maravillas.
9. Y le dijo: «Te daré todo esto si te arrodillas y me adoras.»
10. Jesús le dijo: «Aléjate, Satanás, porque dice la Escritura: Adorarás al Señor tu Dios, y a Él solo servirás.»
11. Entonces lo dejó el diablo y se acercaron los ángeles a servirle.




A guisa de introducción:

Las tentaciones de querer olvidarse de Dios y de los otros



1. Jesús en el desierto y nosotros en el mundo. Es el tiempo de las tentaciones, de las pruebas, de las luchas, de las elecciones, de las opciones.

La primera tentación:  A nivel de lo físico (del cuerpo), de las cosas, de lo material, del ver, del sentir, del tocar, del dinero y de su poder, de la comida, del trabajo, del entretenimiento, de los viajes, de los juegos, de los deportes, de la televisión, del computador, del "internet", de las distracciones de la bebida, de la droga…Tentación de aturdirse, de alienarse, de distraerse intensamente para olvidar a Dios y sus deberes para con Él.

La segunda tentación:  Tentación a nivel de lo afectivo, del interior, de la emoción, de lo espiritual, de los honores, de la atención personal, de su propio interés, de los milagros, de las sanaciones exigidas a Dios. Uno desea que Dios haga nuestro buen querer humano (se hace cantar a Dios).

La tercera tentación: Tentación a nivel de la inteligencia, tentación de la mentira, de la hipocresía, del poder, del orgullo, de la dominación, de las intrigas. Creerse el "ombligo" o centro del mundo. Creer en sus capacidades personales sin tener en cuenta a Dios ni depender de Él. Es como querer ignorar a los otros, desecharlos, no darles importancia: uno no puede hacer eso, confesémoslo con honestidad…Las personas que preparan los alimentos no pueden hacerlo sin contar con la colaboración de quienes les surten los productos, el mercado y aquellos que venden esos productos deben procurárselos de quienes se los ofrecen y así sucesivamente hasta llegar a los productores agrícolas.  Así también el mecánico tiene necesidad de personas que le ofrezcan repuestos, de los fabricantes de partes de carro, de clientes, como los clientes tienen necesidad de otros. Todos necesitamos los unos de los otros. Así es en todos los trabajos, profesiones o campos. Nadie sobre la tierra puede decir que es autosuficiente o que se basta a sí mismo, en todo. Lo material, lo humano, lo espiritual, lo sobrenatural. Todo es complementario y merece la atención.

Hay quienes van a decir: se puede vivir sin pensar en Dios, sin poner los pies en una iglesia. Es cierto se puede vivir sin ir frecuentemente donde el dentista u odontólogo, (a excepción de cuando se está joven y que uno todavía tiene sus dientes buenos). Con la negligencia y con el tiempo, los dientes que quedan se deterioran más rápido, y cuando la enfermedad, la caries se apoderan de ellos, es ya un poco tarde para salvarlos.

Es verdad que también uno puede vivir sin ir regularmente a consultar al médico. Lo que no impide que las enfermedades avancen. Cuando uno uno llega a una edad avanzada, es más difícil mantener la buena salud.

Es cierto, se puede vivir sin poner mucha religión en su vida. Una negligencia seria en este campo no da quizás las fuerzas morales para fortalecer la esperanza en el momento del sufrimiento.

2. Uno puede volver a empezar, ponerse al día con su vida, con los compromisos a pesar de las negligencias del pasado. Muchos hombres y mujeres, sobre todo los santos nos han dado testimonio de ello.

El Espíritu recibido en el bautismo y renovado en la confirmación es el medio más eficaz para luchar, para optar, para elegir de nuevo a Dios y ponerle en el centro de nuestra vida.

Después del bautismo, a través de las tentaciones y las pruebas, Jesús ha depositado nuevamente su confianza en su Padre, combatiendo así al maligno; Él nos ha demostrado que se podía superar las pruebas del cuerpo con el ayuno por amor a Dios y a  los otros; que uno puede superar las tentaciones del egocentrismo a través de la oración y superar el orgullo con el compartir.



Aproximación psicológica al texto del Evangelio


El tercer tiempo:
Yo sé que a muchos de ustedes les gusta el fútbol, y saben que cada partido se juega en dos periodos llamados tiempos o etapas de 45 minutos.

Así pues, hay un primer tiempo, un segundo tiempo …y otro que uno podría llamar el tercer tiempo, y que se vive fuera de la cancha, en los camerinos , fuera del estadio, después de finalizado el compromiso, con las reacciones de los técnicos y los futbolistas y sus muletillas "por ahí fue un partido difícil..." , "Ellos se cerraron, nosotros presionamos...", "Eso es lo bonito del fútbol..." etc., los comentarios equilibrados, sabios o desaforados de los periodistas y o comentaristas deportivos…este tercer tiempo sin lugar a dudas es el de la reflexión, de la evaluación, de los análisis para descubrir que faltó, es la ocasión para técnicos, jugadores y seguidores de volver a ver los videos y mejorar en todo lo posible para el próximo encuentro…Por eso me ha parecido siempre tan acertado el nombre para un programa de radio especializado en análisis y comentarios de futbol o deportes: como “tercer tiempo”…

Cuando Jesús toma la decisión de ir al bautismo de Juan, es porque sintió que ese bautismo manifestaría su disponibilidad para acoger el Reino que llega (que viene, que se acerca). Y Se descubre en este primer Impulso o movimiento el consentimiento (el hecho de decir sí) a una llamada interior que es una primera opción espiritual.


Pero en el bautismo, ocurre algo que se parece a una misión confiada a Jesús por Dios, en la línea de la misión anunciada en Isaías 42,1ss. Las cosas se precisan un poco, y Jesús debe detenerse para situarse (ubicarse) de manera más clara con relación a estos nuevos procesos.

Es sumamente delicado de intentar precisar el fondo histórico del relato de las tentaciones, sobre todo cuando se ve cuanto el texto de Marcos 1,12-13 (que es más cercano-próximo a la fuente común de los tres relatos de Marcos, de Mateo y de Lucas), permanece o queda enigmático, contentándose con querer mostrar (o hacer revalidar) la victoria de Jesús sobre el mal.

Pero la intención de Mateo es la de poner esta experiencia de Jesús en relación estrecha con aquella de su bautismo, en el sentido de una apropiación por parte de Jesús de su misión que toma forma. En el bautismo la voz decía: “Tu eres mi Hijo”; en la tentación, la voz dice: “Si tú eres (su) Hijo…”
Nos quedaría hacer escuchar la tercera voz, que es la de Jesús mismo. Había en un primer tiempo, una llamada venida de Dios. Hubo en un segundo tiempo, una reacción que se pone en la boca del diablo (el divisor, el que divide) pero que se encontraría de todas maneras en las fantasías y el corazón de todo ser humano: muy bien, di sí a la misión; date solamente una estrategia interesante; tú tienes al menos necesidad de un poco de poder para llevar eso a feliz término…

Este primer tiempo es el tiempo de Dios, el tiempo de su llamada intuitiva, el tiempo de la misión que se entrevé o se visiona (o se vislumbra).
El segundo tiempo es el tiempo de los acomodamientos, el tiempo donde se piensa espontáneamente en las ventajas personales y en su posible poder. Es el tiempo del diablo, o el tiempo del hombre en su falsa ilusión (ceguera), atraído por su egoísmo...

El tercer tiempo es el tiempo de las decisiones tomadas con lucidez y coraje, el tiempo donde se es “llevado-conducido por el Espíritu” a examinar en lo posible aquello que se agita al interior y lo que despide (expele, se insinúa) en el horizonte, el tiempo donde se da la palabra a todas sus fantasías “diabólicas” pero también a todo lo que nos viene sobre Dios y sus llamadas, o a todo aquello que uno puede escuchar de los llamados de la VIDA, si no se es creyente.
Este tercer tiempo es el tiempo de Jesús, el tiempo del hombre a la vez dócil y de pie, arisco y atento. 



Reflexión Central

El diablo se juega su última carta


Los textos bíblicos de este primer domingo de Cuaresma nos hablan de la tentación. Veamos un poco más ampliamente el significado de tentación:

Los términos que han sido traducidos de esta manera describen generalmente cualquier situación que tenga que enfrentar una persona y que implique una prueba de su carácter. En Dt. 4:34, 7:19 y 29:3 se tradujo massâh por "pruebas" en la RVR, y se usa para referirse a una circunstancia que puede fortalecer el carácter. En Lc. 4:13 el diablo tentó a Cristo, o 11,49 lo probó, con la intención de quebrantar su decisión de obedecer a Dios. En las demás referencias que encontramos en el NT, "tentación" tiene que ver, en general, con cualesquiera situaciones que podrían debilitar la comunión de la persona con Dios, pero que si se las resiste pacientemente podrían fortalecer la fe y el carácter. Por eso los cristianos podían "tener por gozo" cuando caían en "diversas pruebas [tentaciones]" (Stg. 1:2; cf v 12), esto es, cuando encontraban dificultades que ponían a prueba la realidad de su experiencia cristiana.
Leer mas: http://www.wikicristiano.org/diccionariobiblico/significado/tentacion/

Ella, la tentación se nos  puede presentar de múltiples maneras: por ejemplo, aquellos que manejan carro, la tentación de conducir rápido, o de comer o beber más de la cuenta, tentación de decir una palabra grosera o contar algo que hable mal de alguien; hay también la tentación de mostrar a los demás el poco poder que tenemos y abusar de él para nuestro provecho. Todas estas tentaciones como muchas otras buscan desviarnos del camino hacia Dios y mismo buscar que nos rebelemos contra Él.

La primera lectura nos dice que el hombre ha sido creado para ser feliz, para vivir, para la alegría, la armonía. Dios quiere nuestro bien y el del mundo. Y por tanto, a veces nos pasa que queremos negar a Dios, despegarnos de Él, dejarlo y darle la espalda. Adán y Eva han sido engañados por "la serpiente"; ellos han querido ser "como dioses", pero al ceder a la tentación, ellos se han visto en medio de una situación miserable. Sus ojos se han abierto para contemplar al hombre destrozado. Más tarde, en el camino de Emaús, días después de la muerte de Jesús, los ojos de los discípulos se abrirán para contemplar al "hombre nuevo", Cristo Resucitado.

En la segunda lectura, San Pablo nos dice que el pecado y la muerte tocan a todos los hombres desde el origen de la creación del mundo. Pero lo más importante, es la superioridad del don de la gracia. Los dones de Dios son más grandes que nuestros muchos pecados: "Allí donde el pecado ha abundado, la gracia ha sobreabundado"

La Buena Noticia que Jesús nos ofrece es más importante que la muerte. Es en la cruz  y en la resurrección de Cristo que se arraiga nuestra esperanza de una victoria sobre la muerte y el pecado.

El Evangelio nos habla de las tentaciones de Jesús en el desierto. Nos dice que detrás de estas tentaciones, hay alguien. La Biblia lo llama "el diablo". Es él quien busca hacer caer al hombre. Él está presente en todas los combates, las luchas de nuestra vida y él no se cansa. Él nos ataca por nuestros lados más débiles, y sabe disfrazar sus ataques. Es un maestro en el engaño. Y es así como él ha buscado desviar a Jesús del camino del sacrificio y del amor que se ofrece al mundo. Él le ha propuesto tomar una ruta fácil, la del éxito y el poder. Pero Jesús se niega a utilizar su poder de "Hijo de Dios", para procurarse satisfacciones personales. El éxito mediático no le interesa. Él rechaza con decisión y seguridad todas esas tentaciones y reitera con firmeza su decisión de permanecer fiel a su Padre. Jesús no acepta ningún compromiso con el pecado ni con la lógica del mundo. Y sobre todo, no dialoga con Satanás como Eva lo había hecho en el paraíso terrestre.

Jesús sabe muy bien que con Satán no se puede dialogar. Él decide refugiarse en la Palabra de Dios: "no sólo de pan vive el hombre". Comer es algo vital. Estar en armonía, en sintonía con Dios, es todavía más vital. "No tentarás al Señor tu Dios". No lo provoques. Sólo a Dios, le darás culto. "No te arrodilles ante los ídolos", ante las personas y todavía menos ante el diablo. Estas tentaciones son tan apetitosas como el fruto prohibido. Nos corresponde a nosotros hijos, escoger (decidir, elegir) si queremos o no vivir como hijos de Dios y vivir fraternalmente entre nosotros. Si elegimos ir tras los pasos de Cristo, seguirle, nosotros viviremos; sino, será la jungla.

Jesús ha resistido al tentador y éste decide dejarlo. El Señor nos muestra cómo enfrentar todos los ataques del maligno. Es verdad que a veces caemos en la tentación. Nos alejamos de Dios. Pero el Señor no cesa de llamarnos para volver a Él con todo nuestro corazón. Él está siempre presto a levantarnos. Él ha vencido al tentador por nosotros. Y después de ese día "Satanás ha jugado su última carta". Jesús ha ganado y ha gritado la victoria definitiva del amor.

Es entonces con Cristo vencedor que entramos en este tiempo de Cuaresma. Es un tiempo favorable, a mi me gusta decir siempre privilegiado, para realizar un camino de conversión. Como Jesús, estamos invitados a refugiarnos en la Palabra de Dios y es así como encontraremos fuerza y coraje en nuestra lucha contra el mal. Con Cristo, aprendemos a rechazar toda la publicidad mentirosa que corre a través del mundo y nos desvían del evangelio. La Luz de la Palabra de Dios se nos ofrece para iluminar nuestra vida.

Para finalizar digamos al Señor en nuestro corazón:


"El pan que recibimos de Ti, Señor, llega para renovar nuestros corazones; Él alimenta la fe, aumenta la esperanza y nos da la fuerza de amar. Enséñanos a tener hambre siempre de Cristo, único Pan Vivo y Verdadero y de toda Palabra que sale de tu boca. Amén!



Reflexión (2)

Experimentar  a Dios en el tiempo de Cuaresma



Cuaresma, ayuno, privaciones, sacrificios, tentaciones: todas estas son palabras anticuadas en nuestros tiempos difíciles, crueles y revueltos y uno busca preferentemente la valorización, la autoestima y la satisfacción de ser reconocido.  Uno creería y o diría que la Iglesia lo hace adrede, y parece no querer estar a la moda.

Por qué dice el Evangelio, que después de su bautismo, el espíritu empujó a Jesús al desierto?

Hemos de entender que el desierto en el sentido bíblico, es un lugar o un tiempo de combate personal para liberar nuestras fuerzas interiores…Y uno no se instala en el desierto: uno lo supera, lo traspasa…un poco parecido al joven que sigue una terapia de desintoxicación en una clínica especializada.

Qué le ocurre, qué le pasa a Cristo en el desierto? Él vive las tentaciones de todo ser humano:

el deseo o sed de posesión,

el deseo de poder y la gloria personal del orgullo (el desierto es por excelencia, el lugar de las ilusiones…de los espejismos).

La posesión la más sutil contra la cual es necesario resistir con todas nuestras fuerzas es ese deseo inconsciente de dominar las personas que están alrededor nuestro.

El deseo de poder se traduce en que si uno siente que es incapaz de dominar los otros, se ve abocado a un complejo de inferioridad y entonces uno se dispone a pisotear los demás.  Esto nos lleva a pensar  que los peores enemigos no son los otros, sino preferentemente nuestros demonios internos que llevan como nombre: falta de conocimiento, la intolerancia, la sed de ser reconocido, el miedo a lo desconocido.

Un dicho o adagio lo asevera: “Entre más aprendo, más constato que no sabía nada”. Y entre menos yo sé, mayor es mi impresión de conocer todo”.

Mauricio Duplessis decía la misma cosa: “La cultura es como la mermelada: cuanto menos se tiene, más se extiende en nuestras tostadas.”

Muchos cristianos piensan, creen ser correctos en su caminar de fe, puesto que ellos creen en Dios, y ya que no le hacen mal a los demás, porque dicen un “Padre nuestro” de vez en cuando. Ellos no tienen un marco de sostén espiritual: una misa por aquí, por allá no es suficiente para alimentar el alma. Ellos dicen que no hay por qué hacer revisiones de vida (evaluación de vida), no hay por qué sacrificarse a sí mismo, no ven la importancia de prestar un servicio mismo si se está ocupado. Toda  su vida está centrado en el “yo, me, mi”.

Vivir a Dios, experimentarlo como lo propone el tiempo de Cuaresma,
es abrirse a los demás, es no sucumbir ante las trampas de la morosidad, la pereza, la negligencia, o del derrotismo,

es acoger sin juzgar,

es conservar su buen sentido del humor,

es vivir su cotidianidad con alegría, sin pensar que uno es víctima de los demás, de quienes abusan de nuestra buena voluntad…o como dice el “Chapulín”,  los otros “se aprovechan de mi nobleza”.

Esta manera de vivir la cuaresma es más edificante que privarse, hacer renuncias, sacrificios que acaban por volvernos careaburridos y o melancólicos.

“El ayuno que me gusta, dice Dios a través del profeta Isaías, es romper las cadenas injustas, desatar las amarras del yugo, dejar libres a los oprimidos y romper toda clase de yugo, compartir el pan con el hambriento, alojar al pobre sin abrigo, es preocuparse de aquellos que no tienen lo necesario para ser felices"( Isaías 58, 6-7)

Buen viaje hacia el país de la resurrección!




Reflexión (3)

No solo de pan vive el hombre…


El relato de las tentaciones en el desierto la cuentan los tres evangelios llamados sinópticos (Mateo, Marcos y Lucas, llamados así porque hacen una sinopsis, colección parecida con detalles o particularidades semejantes en los 3) y de todas formas muy diferente al cuarto evangelio o sea de san Juan.

Pero a pesar de su semejanza, los sinópticos tienen detalles diferentes con relación al mensaje teológico que cada uno quiere transmitir.

En el relato de Mateo, el Espíritu Santo conduce a Jesús al desierto, para que vaya hacer frente al adversario (diablo, satán, divisor). Estas tentaciones del desierto serán las mismas que Él encontrará a lo largo de su vida: tentación venida de la multitud que quiere convertirlo en rey, tentación cuando la gente le pide milagros, tentación venida de Pedro que lo presiona para renunciar a la locura de la cruz, tentación venida de sus enemigos que lo invitan o incitan a que descienda de la cruz.

El proyecto del diablo se manifiesta sobre todo en la tercera tentación, que resume todas las otras y que Jesús rechaza de manera radical. Es la tentación del dinero y del poder: “El demonio lo conduce a una alta montaña y le muestra todos los reinos del mundo…”todo esto, yo te lo daré, si tú te prosternas (arrodillas) para adorarme” (Mateo 4,10) . A lo largo de su vida pública, Jesús siempre le hizo el quite al poder. No se puede olvidar que los evangelistas escriben en el momento cuando la Palestina está ocupada por el Imperio Romano, la super potencia del tiempo, que atribuye a sus emperadores un poder divino. Los evangelios nos revelan que el poder opresor es diabólico. El poder aísla, lo vuelve a uno arrogante e implacable, ahora  cuando Jesús habla es de comunión y de servicio.

 Jesús se niega a dominar a los demás. “El Hijo del hombre no ha venido  para ser servido, sino para servir y dar su vida…” Toda su vida fue un servicio. Él fue el hombre para los demás. Jesús multiplicó el pan para los demás; Él realizó signos (gestos) y actitudes de curación para los demás; El liberó a la mujer adúltera de sus acusadores; reinsertó los leprosos en sus familias, en sus comunidades; comió con los publicanos y  pecadores, le volvió a dar un sentido a la vida de muchos como Zaqueo, Mateo y María  Magdalena

En el texto de las tentaciones, Mateo presenta Jesús como el Hijo obediente a su Padre: « He aquí mi Hijo bien Amado en quien yo he puesto toda mi confianza ».

Contrariamente a Adán y Eva, Jesús el nuevo Adán ha vencido todas las tentaciones para hacer la Voluntad de su Padre. “Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo”.

Satán ensaya (trata) de desviar a Jesús de su vocación de hijo Amado del Padre: « Si tú eres Hijo de Dios! » La tentación la más grave del bautizado, es de renunciar a su título de Hijo o de Hija de Dios, de no tener más confianza en Él, de querer olvidarse de Él, de no querer saber nada de Él…De “hacerse el de la vista gorda con El”…

El pecado es abandonar la casa paternal, como lo hizo el hijo pródigo, para buscar la felicidad y la alegría en otro lado, lejos de Dios, como lo quisieron hacer Adán y Eva que pusieron en duda el amor de Dios por ellos y buscaron como deshacerse de El. Es entonces cuando ellos  descubren “que estaban desnudos” es decir, frágiles, abandonados a ellos mismos y condenados a la muerte”.

Hoy más que nunca, el enemigo (o adversario) de Dios ataca el creyente en su calidad de creyente, y le convence que es suficiente con contentarse con los alimentos terrestres: el deporte, los estudios, la carrera, el dinero, el poder. De cara a esta búsqueda absoluta  y de autonomía total, Cristo nos recuerda que no solamente de pan vive el hombre…sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.

« El Hijo del hombre no ha venido para ser servido, sino para servir y dar su vida… »




Para la revisión de vida:

1. Soy consciente de lo que significa para mí "Ser Hijo Amado de Dios?" Me siento llamado a vivir la vida amando y compartiendo con los otros o a encerrarme en mi egoísmo?

2. Tomo conciencia que como a Jesús, también el Espíritu de Dios me acompaña y me guía, con Él soy capaz de dar siempre lo mejor de mí mismo?
 Gimo, clamo al Espíritu Santo en mis momentos difíciles, de prueba, de tentación?

3. En mi oración esta semana, contemplaré qué es aquello o ese quién que me tienta y pone en riesgo mi fidelidad al proyecto de Dios. De qué estrategias o medios me valdré para no caer en ellas? Cómo está mi oración, mi frecuentación del sacramento de la Reconciliación, mi participación en la Eucaristía?



Oración-contemplación

Dentro de la larga sucesión de los tiempos, Señor,
es mi turno ahora de actuar
en el campo de la responsabilidad humana.

Hijo de Adán, yo me dejo seducir.
Yo me alejo de Ti.
Yo me alejo de mí mismo
y perpetúo a mi manera el universo de la falta.

Y por lo tanto, ella está ahí, tu Palabra.
Y por tanto, he aquí el pan y el vino
que Tú nos ofreces.

He aquí la esperanza y el tiempo
de los recomienzos.
Tras tus pasos, Jesús
en adelante yo entro en la humanidad renovada.

Cuanto más grande es la gracia,
más bella es,
y más verdadera es la vida contigo.

Tú eres mi camino, Tú eres mi vida.
En adelante, yo te seguiré!



Referencias bibliográficas:

http://vieliturgique.ca

http://prionseneglise.ca

http://ciudadredonda.org (para los textos de las lecturas)

http://paroissesaintefamilledevalcourt.org

HÉTU, Jean-Luc. Les Options de Jésus

http://dimancheprochain.org

http://cursillos.ca


http://versdimanche.com

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