jueves, 30 de junio de 2016

3 de julio del 2016: 14º Domingo del Tiempo Ordinario (C)



Obreros del Evangelio

Durante este tiempo ordinario de la liturgia, la Iglesia nos invita a vivir plenamente nuestra condición cristiana y a realizar la misión a la cual somos llamados. Seamos obreros del Evangelio. Es cierto que instaurar el Reino no es fácil, pero el amor de Dios es más fuerte que las fuerzas del mal.




Lectura del santo evangelio según san Lucas (10,1-12.17-20):

En aquel tiempo, designó el Señor otros setenta y dos y los mandó por delante, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares adonde pensaba ir él. Y les decía: «La mies es abundante y los obreros pocos; rogad, pues, al dueño de la mies que mande obreros a su mies. ¡Poneos en camino! Mirad que os mando como corderos en medio de lobos. No llevéis talega, ni alforja, ni sandalias; y no os detengáis a saludar a nadie por el camino. Cuando entréis en una casa, decid primero: "Paz a esta casa." Y si allí hay gente de paz, descansará sobre ellos vuestra paz; si no, volverá a vosotros. Quedaos en la misma casa, comed y bebed de lo que tengan, porque el obrero merece su salario. No andéis cambiando de casa. Si entráis en un pueblo y os reciben bien, comed lo que os pongan, curad a los enfermos que haya, y decid: "Está cerca de vosotros el reino de Dios." Cuando entréis en un pueblo y no os reciban, salid a la plaza y decid: "Hasta el polvo de vuestro pueblo, que se nos ha pegado a los pies, nos lo sacudimos sobre vosotros. De todos modos, sabed que está cerca el reino de Dios." Os digo que aquel día será más llevadero para Sodoma que para ese pueblo.»

Los setenta y dos volvieron muy contentos y le dijeron: «Señor, hasta los demonios se nos someten en tu nombre.»
Él les contestó: «Veía a Satanás caer del cielo como un rayo. Mirad: os he dado potestad para pisotear serpientes y escorpiones y todo el ejército del enemigo. Y no os hará daño alguno. Sin embargo, no estéis alegres porque se os someten los espíritus; estad alegres porque vuestros nombres están inscritos en el cielo.»
Palabra del Señor



A guisa de introducción:

¡La misión siempre urgente!

Lastimosamente después de 2000 años la gran mayoría de quienes nos decimos cristianos y después de haber recibido el bautismo, no comprendemos que su esencia, lo importante de la “cristianía” (palabra preferible a cristianismo, pues todos los “ismos” han tomado connotación negativa, enferma),  es COMPARTIR ante todo a Jesucristo y su mensaje: decir a todo ser humano que es amado por Dios y que a su vez el Padre y el Hijo (Jesucristo) nos invitan a difundir esta buena noticia impulsados por el Espíritu Santo.

“Vayan por todo el mundo, lleven la Buena Noticia, bauticen, yo estoy todos los días con ustedes hasta el fin del mundo” nos resume Jesús. “Ay de mi sino evangelizo”, “Anuncia a tiempo y a destiempo”, afirmaba convencido de su fe, San Pablo, “Donde nace un bautizado, nace un enviado”, solían decirnos en nuestra juventud, mientras nos formábamos para el sacerdocio.  “La Iglesia existe para evangelizar”, escribió en la encíclica “Evangeli Nuntiandi” (El anuncio del evangelio) el papa pablo VI.  “A Jesucristo es imposible conocerle y no amarle, amarle y no seguirle”, dijo el papa Juan Pablo II, en una de las frases que más calo e influyó en mi vocación sacerdotal misionera.

¿Y saben cuál es la esencia de ese MENSAJE, de esa MISION (tarea compartida y propuesta por Dios y su hijo)?  decir a cada hombre y a cada mujer que “Dios les ama” y que Él necesita de cada uno de nosotros, con nuestras virtudes y defectos, nuestras debilidades y fortalezas para extender su proyecto de amor en el mundo, para comunicar su paz... La paz que el mundo no puede dar, pero si la paz que Él nos ofrece gratuitamente.

Quizás muchos cristianos al margen del catolicismo lo han tomado más en serio que nosotros (testigos de Jehová, pentecostales, adventistas, etc). Ir de puerta en puerta, biblia bajo el brazo y acompañados por otra persona, confianza en lo que dicen…He aquí muchas cosas que, en vez de importunarnos, deberían cuestionarnos sobre nuestra misión esencial de cristianos.

Equipos de personas creyentes, en Iglesia:

En este mundo donde el mal parece triunfar, es fácil ceder a la tentación del pesimismo, dejar imponerse la oscuridad sobre la luz. Los unos dicen: “El mundo está bien terrible (enfermo, está muy confundido)”, y otros que dicen “Va a su perdición”. Los hechos parecen darles la razón y uno se pregunta: “Para qué vivir y ser buenos en este mundo”.

Aislados, sumidos en soledad, los creyentes se sienten inútiles, impotentes, sin munición. En equipos, en grupos, las personas bautizadas encuentran la esperanza perdida. Estos grupos, que, en ocasiones, van más lejos que los encuentros de pastores (curas, líderes espirituales), inspirados por la fe en Jesús, asumen y toman en mano la esperanza del contexto, ambiente o lugar donde están.

Estas personas cristianas son conscientes que Dios está del lado de la vida, que Él se compromete de manera concreta y práctica en Jesús, a favor de su pueblo.

Jesús convierte a los humanos que creen en Él, en colaboradores de su salvación, de la felicidad que ofrece, hoy, en el mundo; su vida, su fuerza vienen de Él, quien les compromete y envía a dar la paz a las familias.

¿Y cómo aportar la paz? Llegan momentos en los que encontramos personas angustiadas a las que no podemos ayudar sino por la escucha y al final de la visita, confiesan haber encontrado un poco más de serenidad y de paz. De hecho, se ayuda o contribuye a la paz, cuando uno sabe decir una buena palabra, cuando se puede brindar un gesto de acogida y uno se muestra atento a la personalidad de alguien.

En ocasiones, uno se siente incapaz de pacificar o apaciguar a otro, de decirle: “Que la paz sea contigo, en tu pareja, en tu familia” y hacer que obre esta paz en el momento mismo que se habla; será necesario detentar un poder que solo Dios puede dar. Jesús ha poseído ese poder.

Jesús envía por el mundo a aquellos que Él REHACE desde adentro (por la conversión, les toca para renovarlos) y los nombra “artesanos de su paz”.

Sí, es cierto que la PAZ hace su camino en cada quien, y frecuentemente de persona a persona. Esas personas reagrupadas aportan respiro (aliento) y liberación en su medio.



Aproximación psicológica al texto del evangelio:

¡Satanás ha caído!

En la visión judía del mundo, Satanás tiene un papel bien preciso y o muy claro: Él recorre la tierra para “coger a los hombres en error” para “pillarlos con las manos en la masa”, diríamos popularmente. Y cuando él logra su objetivo, sale corriendo muy contento para ir a acusar a su víctima ante Dios (cfr. Job 1).

Es fácil imaginar la gran carga sicológica que podía representar para los judíos, el hecho de sentir que ellos tenían un “acusador que les acusaba ante Dios, día y noche” (Apocalipsis 12,10).

El autor del texto a los Hebreos (que no es carta, ni fue escrita por San Pablo ni específicamente para los Hebreos) describe esta situación psicológica como una verdadera situación de esclavitud, y nosotros podríamos comprender esta situación en términos que, por desgracia, aún son de actualidad.

Miedo de ser juzgado y condenado a la muerte eterna, miedo difuso de fracasar, de no ser visto o considerado bueno, estos temores a su turno, llevan a que uno tienda a “acusarse a sí mismo”, a juzgarse, a condenarse, a desvalorizarse…

Ahora, Jesús fue percibido, visto rápidamente por los primeros cristianos, como aquel que había enfrentado a Satanás y a quien había directamente neutralizado. Jesús es el hombre fuerte que ha triunfado sobre “Satanás” (Lucas 11,22), Él es quien ha reducido a la impotencia aquel que detentaba el poder de la muerte, es decir, el diablo, y ha liberado a aquellos que, por miedo a la muerte, pasaban toda su vida en una situación de esclavitud (Hebreos 2,14-15).

Con Jesús, los creyentes se sienten liberados de Satanás, liberados de ese miedo profundo que les impedía vivir, y les había hecho incapaces de vivir intensamente en la libertad de su propia conciencia, libres de toda interferencia exterior (1 Corintios 10,29).

El hecho de que Jesús haya devuelto al hombre su conciencia de ser hombre, de criatura, de hijo de Dios, es expresado en términos imaginados, relatos, parábolas, y que muestran cómo Jesús ha destronado finalmente a Satanás.

En la misma vía, o por el mismo camino, la frontera entre los exorcismos y las curaciones efectuadas por Jesús aparecen muy difusas o poco claras, Jesús liberando una lengua (del sordomudo) como también liberando un poseído, haciendo salir la fiebre o la lepra como haciendo salir un demonio.

El presente pasaje de Lucas está muy cercano al género apocalíptico (que hace referencia a los últimos días), que describe en términos ilustrados (con imágenes) el sentido de la vida de Jesús y la vida de sus discípulos.

Podemos por otro lado, hacer un paralelo que nos toque (nos emocione) entre este pasaje y el capítulo 12 del libro del Apocalipsis, que cuenta de este modo la caída de Satán: “hubo un combate en el cielo: (…) el gran dragón, aquel que se llama diablo y Satán, fue precipitado sobre la tierra (Lucas: “Yo veía Satanás caer del cielo”) y escuché una voz fuerte que decía: “He aquí el tiempo de la salvación (Lucas: “El Reino de Dios está cerca de ustedes”) (…). Por eso estén alegres, ustedes que tienen su morada en el cielo (Lucas: “Alégrense porque sus nombres están inscritos en los cielos”) (…) Desgraciados ustedes, la tierra y el mar (Lucas: “pobre de ti Corazaín, pobre de ti Betsaida…) (Apocalipsis 12,7-12).

Resumiendo, Jesús ha querido para el hombre una liberación total. Él no solamente sacudió el peso de las instituciones y de las prácticas religiosas opresivas, Él no atacó solamente las enfermedades que disminuían al hombre, sino aún más todavía, Él dio un golpe que estimaba mortal a ese sentimiento tenaz que tenía el hombre de ser continuamente juzgado y amenazado de sanción. E igualmente, mismo, si el gran pulpo decapitado agita todavía por un tiempo sus tentáculos confusos, y mismo si nosotros conocemos todavía, de vez en cuando, nuestras horas de culpabilidad (1 Juan 3,19-20), no olvidemos Jesucristo ha derrotado para siempre a Satanás.


Reflexión Central :

La alegría del Evangelio

Festejen a Jerusalén, gocen con ella, todos los que la aman, alégrense de su alegría, los que por ella llevaron luto”.

Estas son palabras del profeta Isaías que hemos escuchado al comienzo de la primera lectura. Se trata de una invitación a una alegría que es dada por Dios. Démonos cuenta: Él crea “cielos nuevos, una tierra nueva, una Jerusalén nueva”.

Estamos invitados a la alegría, a estar alegres ya que esta Jerusalén es una madre para todos. Isaías nos dice que seremos alimentados y saciados de la leche de sus consolaciones. Esta leche consoladora de la que se nos habla, es “la leche no adulterada (pura) de la palabra” (1 Carta de San Pedro 2,2). Isaías nos habla igualmente de la paz, esta paz no es solamente la ausencia de conflictos; es sobre todo la plenitud de la presencia de Dios, la gloria de las naciones convertidas al Señor.

Esta Jerusalén de cual se nos habla no es verdaderamente la Jerusalén terrestre que es muy bella. Este texto de Isaías es una profecía que todavía no se ha realizado. Nosotros cristianos, comprendemos que se trata de la Iglesia. Ella es verdaderamente una madre para nosotros: ella nos da a luz a través del bautismo, ella nos alimenta de la Palabra de Dios y de la Eucaristía; ella nos anuncia algo de la Jerusalén celeste. Hacia esta alegría eterna es que nosotros caminamos. Nosotros tenemos como un aperitivo de esa alegría sobre esta tierra, pero ella se nos dará en plenitud en la Jerusalén celeste. “Nuestra ciudad se encuentra en el cielo” (Filipenses 3,20). San Cirilo de Alejandría nos lo dice: “no hay lugar para la tristeza en la Iglesia; la Iglesia es rica en la esperanza de la vida sin fin y en la gloria sin ocaso”.

Esta alegría del Evangelio debe ser anunciada a todos. San Lucas nos cuenta el envío de los 72. Esta cifra simboliza el total de las naciones conocidas en la época de Jesús. Es una manera de decirnos que la Buena Noticia debe ser proclamada al mundo entero. Ella es para todos, para las personas de buena voluntad, para quienes no van a la Iglesia, para los adolescentes en plena crisis, para aquellos que convierten en risa lo de la fe y se ríen de los cristianos. Todos los hombres del mundo entero deberían poder acoger y escuchar esta Buena Nueva.

He aquí entonces una vasta misión que sobrepasa nuestras posibilidades humanas. Pero hay una cosa que no debemos olvidar jamás: Jesús envía los 72 ” a todas las ciudades y localidades, donde él mismo iba a ir”. La misión no es su asunto o preocupación, es preocupación del Señor. Es el Señor quien hace el principal, el más importante trabajo en el corazón de los seres humanos, que pone en nuestro camino. Bernardita de Lourdes decía: “No es mi tarea hacerles creer, mi tarea es la de decirles, anunciarles lo que he visto”. Fuera del Señor, sin el Señor, nada es posible.

En el momento en que San Lucas escribe su evangelio, él piensa en los misioneros de las comunidades. Es el Señor resucitado quien los designa y envía para llevar la Buena Noticia hasta las extremidades de la tierra. Esta misión es un desafío extraordinario.

Hoy más que nunca, los cristianos están confrontados a las persecuciones. Muchos son asesinados simplemente por anunciar el Evangelio. Pero nada podrá detener la Palabra de Dios ni impedirle de producir frutos. Es precisamente viendo el coraje de los cristianos perseguidos, que muchos hombres y mujeres se convierten a Cristo. Tenemos muchos testimonios en el mundo de hoy.

El apóstol Pablo en la segunda lectura, nos muestra la realización o cumplimiento de la profecía de Isaías. Con Jesús muerto y resucitado, la salvación se ofrece a todos. Ella no es el resultado de una acumulación de buenas acciones o de méritos. Es un don gratuito de Dios. El sólo orgullo de Pablo, es la cruz de Cristo: ella es la llave, la clave que introduce en la creación nueva: ella nos arranca de todo pecado. En el día de nuestro bautismo, nos convertimos en hijos de Dios.

Al congregarnos en esta iglesia, nos alimentamos de la Palabra de Dios y de la Eucaristía. Y después al igual que los 72 discípulos, somos enviados para anunciar que el Reino de Dios está cerca de ustedes. En un mundo donde muchas cosas van mal, Dios llega para llenarnos de su presencia y de su gloria. El Evangelio insiste en la urgencia de esta misión. Como Cristo y como los profetas, nosotros estaremos siempre confrontados al rechazo y a la indiferencia. Pero nada puede detener la llegada del Reino de Dios. Si encontramos maldad a nuestro paso, triunfaremos sobre el mal con el bien.

Con el profeta Isaías, comprendemos que la presencia del Señor debe hacernos saltar de alegría, y de  igual manera cuando todo va mal. 

Si, nosotros contamos contigo Señor: Tú que nos envías “como corderos en medio de lobos”, haznos fuertes en las dificultades y haz que seamos fieles a la misión que Tú nos confías”. Amén!



OBJETIVO DE VIDA PARA LA SEMANA:

1.    Me tomo un momento, un tiempito para verificar, si en mis compromisos habituales, veo y me ocupo de la Buena Noticia (el Evangelio) del Reino me pregunto si sé compartirla con los más cercanos.

2.    Iré a visitar enfermos o cuidar a personas que tienen dificultades…Voy para aportarles alegría y paz.

3.    Orar al dueño de la MIES de enviar obreros a su mies. Hago una oración especial diaria por las vocaciones a la vida consagrada, sacerdotal y misionera.



ORACION-MEDITACION


Señor, dueño de la mies (patrón de la creación) (Padre Todopoderoso en Amor)
Tú nos envías por el mundo a anunciar la Buena Nueva,
Tú eres un Dios cercano a nosotros.
En Jesús, Tú has venido para renovar nuestras vidas.
Tú nos invitas a continuar su misión.

Señor, nos sentimos tan pequeños,
Y hay tanto por hacer sobre el campo del mundo.
Tanta gente sufre
y busca razones para esperar.
Escucha nuestras súplicas.

Cuando el desánimo y la tristeza se apoderan de nosotros,
Cuando nos gustaría que nuestra fe nos impida sufrir!
Cuando se nos dificulte reconocer tu presencia,
Ven Señor para renovar nuestras fuerzas.

Cuando contemplemos este cielo de verano
Y cada una de las estrellas bajo su velo,
Recuérdanos  aquello que nos hace felices:
Nuestros nombres están inscritos en los cielos!



REFERENCIAS:

HÉTU. Jean-Luc. Les Options de Jésus.


miércoles, 15 de junio de 2016

19 de junio del 2016: 12º Domingo del Tiempo Ordinario (C)


Mesías según el corazón de Dios
Jesús es el Mesías de Dios; por su vida, su muerte y su resurrección, Él nos muestra el camino hacia el Padre y para acceder allí donde vive, el discípulo ha de seguir la misma lógica: el don de sí mismo.
El Padre desea ardientemente ver cómo sus hijos llenan su casa. Hoy, como siempre nos abre de par en par las puertas. Y es con una inmensa alegría que este domingo venimos a su encuentro, cuando ÉL nos invita a conocer mejor a su Hijo. Para responder a su llamado, preparemos nuestros corazones.


LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS 9, 18- 24

Una vez que Jesús estaba orando solo, en presencia de sus discípulos, les preguntó:
--¿Quién dice la gente que soy yo?»
Ellos contestaron:
--Unos que Juan el Bautista, otros que Elías, otros dicen que ha vuelto a la vida uno de los antiguos profetas.
Él les preguntó:
--Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?
Pedro tomó la palabra y dijo:
--El Mesías de Dios.
El les prohibió terminantemente decírselo a nadie. Y añadió:
--El Hijo del hombre tiene que padecer mucho, ser desechado por los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, ser ejecutado y resucitar al tercer día.
Y, dirigiéndose a todos, dijo:
--El que quiera seguirme, que se niegue a sí mismo, cargue con su cruz cada día y se venga conmigo. Pues el que quiera salvar su vida la perderá; pero el que pierda su vida por mi causa la salvará.
Palabra del Señor.





A guisa de introducción:

El rey de los JODIDOS

No sé si ustedes saben que la palabra JODIDO, además de responder a otras etimologías (origen o génesis lingüísticos), podría ser una variación ligera y sinónimo del adjetivo o gentilicio JUDIO. A su vez, éste sinónimo “jodido” ha dado lugar al verbo “JODER” y al sinónimo “JODA”.  En España y en Santander como en el altiplano cundí-boyacense y el eje cafetero (Colombia) se encuentra la palabra JODER entre las más recurrentes del hablar de la gente y sus inflexiones.  De ahí estas expresiones familiares: “¡Deja eso ya, joder!, “Qué es la joda”, “usted si es jodido”, “estamos jodidos”, “deje la joda” …

En la historia se ha catalogado a los judíos como hombres comerciantes, acaudalados. es decir, hábiles y sagaces para los negocios…difíciles de “engañar”, engatusar o sacarles ventajas en los intercambios. No fue gratuito que tuvieran problemas con el nazismo y fueran víctimas de la persecución de Hitler. Y, principalmente, la manera de ser y el carácter del judío siempre han sido admirados por su incolumidad, su firmeza y convicción en sus leyes y creencias…que son desconcertantes, incómodas y molestas para muchos.

Jesús de Nazaret fue y ha sido, sigue siendo el judío más influyente de la humanidad. Si ha habido un experto en “joder” (por permanecer firme, por molestar, perturbar, cuestionar, incomodar, interpelar, cambiar…en el buen sentido,) ha sido Jesús.
Las canciones vocacionales y misioneras (religiosas) lo expresan en forma de poesía: 

“Me has cambiado la ruta, ya no sé caminar…” o
“por escuchar una voz que dijo que faltaba gente para sembrar,
 dejé mi casa y salí corriendo silbando fuerte por no llorar…”; o
“por seguir a un profeta de Galilea,
me eché la vida al hombro como una manta
y me fui repartiendo buenas noticias
entre cantos y risas, gritos y lágrimas…”

En el evangelio mismo, y es patente en el pasaje que leemos este domingo el hablar y la misión “jodidas” de Jesús. Jesús se tomó su vida y su misión en serio. Su vida y todo su actuar, sus palabras reflejan el llamado a “sacudirse”, a avanzar, a convertirse y ser mejor: “Si alguno quiere venir en pos de mí que tome su cruz de cada día y me siga”.  Y en otra parte dice:

He venido a arrojar un fuego sobre la tierra y ¡Cuánto desearía que ya estuviera encendido! Con un bautismo tengo que ser bautizado y ¡qué angustiado estoy hasta que se cumpla! ¿Creéis que estoy aquí para dar paz a la tierra? No, os lo aseguro, sino división” (Lucas 12,49).

La división que indica Jesús es consecuencia de la opción radical por seguirle a Él. A pesar de que muchas veces la vocación de ser cristiano no es comprendida ni siquiera por los propios familiares, sin embargo, Jesús sigue llamando a la entrega total, hasta el martirio cruento muchas veces, de sus verdaderos discípulos.

En una sociedad que favorece la muerte de los no-nacidos y de los ancianos, que aplaude el crecimiento injusto de las riquezas en manos de pocos, frente a la miseria que sufren la mayoría de los ciudadanos, el cristiano está llamado a ser “signo de contradicción” como Jesús. El discípulo de Jesús, fiel y coherente, tiene que estar dispuesto a sufrir la contradicción constante de una vida entregada a la causa de los más desfavorecidos.

Anunciar y vivir el estilo de vida de Jesús provoca en esta sociedad consumista rechazo, descrédito, conflicto y división. Es una constante en la historia de la Iglesia. Es el cumplimiento de la bienaventuranza proclamada por el mismo Jesús: Dichosos serán ustedes cuando los injurien y los persigan, y digan contra ustedes toda clase de calumnias por causa mía (Mt 5, 11).

Pero descubrir su identidad no es fácil. Mismo para reforzar su aire “jodido”, Jesús manifiesta su “truco”, se hace “secreto”, no es evidente descubrir QUIEN ES EL. La pone “de para arriba”, mismo para sus primeros seguidores y quienes le seguirán después.

Jesús no puede revelar su identidad que, en su pasión, su muerte y su resurrección. Jesús no oculta o esconde su secreto para proteger un poder. Él no camufla su identidad. Mas, Él no puede revelarse que en la manifestación integral de su amor: el don de su propia vida.

“Quién soy yo?”, demanda Jesús. Al igual que las opiniones de la multitud reportadas por sus discípulos, las diversas respuestas que podemos darle a esta cuestión no son ciertamente todas correctas. Mismo, aquella de Pedro, que era por tanto justa ha debido ser precisada y completada. A pesar de la dificultad que esto representa, si Jesús hace parte de nuestra vida, es igualmente necesario hacerse una idea de su persona.

Lo importante es dejar el corazón abierto a su presencia y de estar siempre prestos (listos, dispuestos) a ajustarnos a su Verdad. Tenemos todo para ganar, conociéndolo mejor…mismo si positivamente puede “jodernos la vida” …Pero Él nos dice, no lo olvidemos: “Animo, yo he vencido al mundo”.



Aproximación psicológica- política del evangelio

Cargar con la reprobación o rechazo social

La resignación ante las dificultades, pruebas o sufrimientos, es una idea bien cristiana. Para muchos, cargar la cruz significa aceptar pacientemente los sufrimientos inherentes al “deber de estado”.

Estas ideas no son ciertamente contrarias al evangelio. Pero ellas representan un empobrecimiento increíble de aquello que los evangelistas tenían en mente cuando utilizaban la expresión “tomar su cruz”.

En el contexto del evangelio, aquel que cargaba su cruz vivía, antes que nada, toda una experiencia de reprobación social (joderse la vida).

Ser condenado a la cruz, significaba ser excluido de la comunidad por gestos criminales o, al extremo, por actitudes juzgadas inaceptables por las autoridades (como en el caso de Jesús).

Además del suplicio físico de ser atado a la cruz, la experiencia psicológica de cargar la cruz se veía extremadamente ardua, puesto que el sujeto se sentía entonces literalmente disminuido, derrotado por el rechazo social.

Una vez se salía del tribunal donde el juicio o dictamen acababa de ser pronunciado, desde ese momento ya, el suplicio comenzaba. Cargando con el madero o palo transversal de la cruz, el condenado solitario enfrentaba a una multitud desencadenada que le gritaban sus sarcasmos y sus insultos y que le recordaban sus errores y sus malas acciones.

A pesar de la serenidad y el dominio de sí con los cuales los evangelistas presentan a Jesús enfrentando su suplicio, este último utiliza la palabra pruebas (en plural) para describir lo que Él ha vivido con sus discípulos mismo aun antes de su muerte (Lucas 22,28).

Y estas pruebas, para la mayoría, consisten específicamente en los numerosos rechazos que Jesús ha vivido en los diferentes momentos de su compromiso, y esto por causa de sus opciones y de sus valores.

Jesús está convencido de que se le rechaza porque Él es un profeta (Lucas 4,24; 11,49; 13,33-34; 9,41-44). Ahora, un profeta, es alguien que cree profundamente en ciertas cosas y que manifiesta de manera abierta sus convicciones cueste lo que le cueste.

Tomar su cruz, implica en definitiva tres cosas:

1.    Que efectivamente se tengan convicciones.

2.    Que estas mismas convicciones o certezas se vivan concretamente.

3.    Que se asuma con coraje los conflictos sociales que esto conlleva…para positivamente “JODERSE LA VIDA”.



    Reflexión Central:


shhhiiit…oo!  O ¡SILENCIO!


    A menudo se nos presenta a Jesús como sabiendo todo de antemano.

     De igual manera, el evangelio de este domingo nos conduce en esta dirección, puesto que respecto a una pregunta que le concierne (le incumbe), Jesús deja entrever las etapas de su fin trágico. “El Hijo del Hombre debe padecer, mucho, ser rechazado (…), ser muerto, y resucitar al tercer día” (Lucas 9,22).  Aquí, el evangelista presta palabras a Jesús, que no pueden ser comprendidas sino solo a partir de la experiencia de la Pascua, cuando se concretiza la fe en el Resucitado.
    
<  Muchos teólogos y exegetas, al igual que yo no creemos (o pensamos) que Jesús haya visto “por adelantado” el film (y mismo el fin) de su vida…lo cierto, si es que la intuyó y Él sabía las consecuencias de su actitud, su actuar, su misión.

    Algunas personas tienen la intuición de aquello que les amenaza…Presienten por ejemplo que van a morir antes de hacer un viaje o hacerse una operación quirúrgica…y efectivamente son presas de la muerte.
   
    Estas intuiciones son raras. Cuando se es joven, uno no sabe bien lo que es y aún menos sabe lo que será, lo que ocurre y lo que ocurrirá.
  
L  No que sí es creíble es que cuando Jesús tenía alrededor de 30 años, ha dejado su pueblo de Nazaret y que desde allí mismo tuvo la intuición de su misión y que comenzó a anunciar el REINO DE DIOS, a sanar los enfermos y hacer el bien. Su celebridad (renombre, fama) se extiende poco a poco y muchas historias se cuentan sobre Él.

¿  Quién es Él verdaderamente? Lucas nos dice que un día Jesús oraba a solas, secretamente, retirado un poco de sus discípulos y la multitud. Jesús está convencido que Dios tiene una misión para Él. Pero se interroga sobre sí mismo, como todo ser humano ama o le gusta interrogarse sobre sí mismo.

    ¿QUIÉN SOY YO? ¿QUÉ ES LO QUE QUIERO DE VERDAD? ¿ESTOY HACIENDO LO CORRECTO? ¿TENGO RAZONES PARA HACER LO QUE HAGO? ¿ESTOY COMETIENDO ACASO UNA ESTUPIDEZ?
  
    Uno tiene un empleo y sueña con abandonarlo por otro. El stress hace presa de nosotros.
    
    Es reflejo normal, preguntarle a otro su opinión, o buscar saber qué dice la gente de nosotros…Es un signo de inseguridad y de curiosidad…Y a veces, me atrevo a decir, es señal de vanidad…

      Uno quiere confirmarse en ciertas percepciones.

I  Interesante es por ejemplo aquella teoría de la VENTANA DE JOHARI de la que nos hablaron en el colegio y la universidad en los años 80s:

La Ventana de Johari es una herramienta de psicología cognitiva creada por los psicólogos Joseph Luft y Harry Ingham1 —las primeras letras de cuyos nombre conforman la palabra Johari— para ilustrar los procesos de interacción humana. Este modelo se utiliza generalmente en grupos de autoayuda y en ejercicios corporativos de dinámica de grupo a modo de heurística.
   Este modelo de análisis ilustra el proceso de comunicación y analiza la dinámica de las relaciones personales. Intenta explicar el flujo de información desde dos puntos de vista, la exposición y la realimentación, lo cual ilustra la existencia de dos fuentes: los «otros», y el «yo».
     La teoría se articula mediante el concepto de espacio interpersonal, que está dividido en cuatro áreas —cuadrantes—, definidas por la información que se transmite.
Ventana de Johari1
Yo conozco
Yo desconozco
Los demás conocen
Área libre
Área ciega
Los demás desconocen
Área oculta
Área desconocida
     
     Estos cuadrantes están permanentemente interactuando entre sí, por lo que, si se produce un cambio en un cuadrante, este afectará a todos los demás.
    Charles Handy llama a este concepto la «casa de cuatro habitaciones de Johari».[cita requerida] La primera habitación (superior izquierda) es la parte de nosotros mismos que los demás también ven. La número dos (superior derecha) lo que los otros perciben pero nosotros no. La tercera (inferior izquierda) es el espacio personal privado y la última habitación (inferior derecha) es la parte más misteriosa del subconsciente o del inconsciente que ni el sujeto ni su entorno logran percibir.
    Según la teoría, la persona en la que predomina el cuadrante libre o «abierto» funciona de manera más armónica y sana, pues se muestra tal cual es, se conoce a sí misma y no vive con miedo a que los demás la conozcan.


     Jesús comienza en actitud orante, con la oración para poder ponerse ante la VERDAD y delante de Dios. Y Él pregunta a sus apóstoles qué es lo que la gente piensa y dice de Él: “Quién dice la gente que soy yo?” y las respuestas fluyen: “Juan Bautista; para otros, Elías, para otros, un profeta antiguo que habría resucitado”. Estas respuestas son formidables, puesto que ellas atestiguan que la gente percibe a Jesús como un profeta, como alguien que habla en nombre de Dios. Y es bien eso lo que Jesús quiere ser, un profeta, al menos hasta un determinado o cierto nivel. Se le toma por Juan Bautista puesto que Juan ha sido un profeta poderoso que Herodes ha hecho matar recientemente. O se cree que Él es Elías, el primero entre los profetas, de quien dice la leyenda no está muerto, que ha montado al cielo en una visión y que volverá cuando Dios establezca su Reino. O bien, Jesús es uno más entre los profetas, como Jeremías, Isaías, Amós, Oseas, Ezequiel, que ha vuelto a aparecer entre los suyos. En el fondo, la gente percibe que en Jesús Dios está presente y actúa. Es formidable.

   Esto es clarificador para Jesús, pero no es suficiente. Entonces quiere avanzar un poco más lejos. Y pregunta a sus discípulos: “Y ustedes qué dicen? ¿Para ustedes quién soy yo?”  (Lucas 9,20). Cuantas veces en nuestra vida les preguntamos a nuestros familiares, amigos o conocidos: “¿En su opinión, cual es mi más grande cualidad? ¿Cuál es mi más grande defecto?”

    Jesús quiere saber cuál es la percepción que los otros tienen de Él. ¿Cuál es la intuición que tienen ellos de su persona?  Y es Pedro quien responde: “Tu eres el Mesías de Dios”. La palabra griega es Christos, que se puede traducir por Cristo o sea AQUEL QUE HA RECIBIDO LA UNCIÓN, el Mesías, el consagrado, o mejor EL ENVIADO. Es un término aún más fuerte que la palabra PROFETA.

Si Jesús es el Mesías, esto quiere decir que Dios está verdaderamente cerca de establecer su REINO. Pero en la cabeza (mente) de la gente, la venida del Reino es percibida o entendida como un acontecimiento político. La gente espera REINO TERRESTRE, la caída de Roma y de su imperio, la venganza de Dios, el triunfo de Jerusalén. Nosotros soñamos con un mundo o sociedad de consumo ideal, donde cada quien tendría su auto, su casa, su teatro en casa o LCD de 70 pulgadas, sus vacaciones al extranjero.

     Los judíos esperaban también un reino material hecho de poder político, que consagraría el prestigio de Israel. Jesús comprende, que, si se le toma por Mesías, la confusión será completa y no será entonces bien entendido en aquello que le concierne. Pues Jesús tiene del Reino de Dios una visión totalmente diferente; Él quiere un Reino donde REINE LA MISERICORDIA, donde los pecadores son reconciliados, donde los pequeños (a los ojos del mundo) son amados e instruidos por Dios.
    
    Es en este sentido que debe entenderse la consigna del silencio y del secreto, en la que tanto insiste sobre todo Marcos. Él les pidió no decírselo a nadie (Lucas 9,21). Es esto lo que se llama el secreto mesiánico…no se trata meramente de una astucia literaria. Esto corresponde a mi entender. El descubrimiento que Jesús hace de sí mismo y de su propio destino. Jesús no tiene programa político pre establecido. Su proyecto es religioso y no político. En varias ocasiones, los evangelios hacen notar que la gente quiere abordar a Jesús, tomarlo sobre hombros para hacerlo rey, pero Jesús los esquiva. Poco a poco, Jesús comprende que su ruta será más difícil de lo que había pensado. Jesús sabe que es un profeta y que Dios habla en Él y por Él. Él sabe que es el Mesías, pero este título le atemoriza ya que puede llevar a la gente a confundir el Reino de Dios con el establecimiento de un régimen político y una dominación terrenal. Más aun, Jesús percibe su propia vida a la luz de los cantos del siervo o servidor sufriente, en quien el sufrimiento no es inútil…En lugar de una victoria fácil, le es necesario confrontarse con el sufrimiento y la muerte, una muerte asumida en la libertad.

     “Mirarán aquel que han traspasado. Ellos se lamentarán sobre Él como sobre un Hijo Único” (Zacarías 12,10). En un sentido, es un anti mensaje. Es por eso que Jesús impone el secreto y el silencio.
   
   Este silencio, Pedro lo romperá después de la Resurrección. “Este mismo Jesús que ustedes habían crucificado, Dios lo ha convertido en Señor y Cristo” (Hechos 2,36).

    En conclusión, ¿Qué nos enseña el evangelio de hoy?

     Nos enseña que Jesús ha buscado su camino y si ha preguntado a dónde le conducía sus pasos, que Él buscaba en la oración poder comprender la voluntad del Padre sobre Él. Qué Jesús se ha mostrado inquieto por saber lo que la gente del común pensaba de Él, que quería saber lo que sus discípulos pensaban sobre Él. Pero cuando ha sabido la percepción de sus apóstoles, les ha pedido discreción porque el riesgo de una catástrofe en la comprensión del sentido de su misión era muy grande. Jesús no ha conocido el logro, el éxito fácil, y es a través de su propia muerte, a través del don de su vida, que su esperanza se realiza.

     Para nosotros pasa parecido. Nuestra vida no está trazada con antelación (de avance). Es cada día que se nos hace necesario (urgente) descubrir nuestro papel (rol) y nuestra misión, comprendiendo mejor quiénes somos y qué queremos ser.

    Para ello, es muy importante orar. Con frecuencia, es igualmente necesario saber lo que los otros piensan de nosotros. Esto puede clarificarnos y confortarnos en ciertas decisiones. Pero las variantes son también con frecuencia posibles, y los “Echa flores”, “lambones”, cepilleros”, halagadores no faltan y pueden hacernos desviar del camino. Es por ello, que a veces, es conveniente guardar ciertos secretos, reservarse un poco…Es necesario, mismo a veces, poner fin a la curiosidad de otro. Y también es necesario aprender a descubrir que el éxito de una vida no es aquello que los periodistas esperan.

No es raro que sea necesario, como Jesús, tomar la ruta difícil, conocer el sufrimiento y el rechazo, tener la experiencia de la muerte y del fracaso.


Muy a menudo, es perdiendo su vida que uno termina por encontrarla (Juan 12).


OBJETIVO DE VIDA PARA LA SEMANA:


1.    Con la inteligencia de mi corazón, respondo a la cuestión que Jesús dirige a sus discípulos: “Y ustedes quién dicen que soy yo?”

2.    Miro cómo a través de mis compromisos cotidianos, yo doy, gasto mi vida por los otros y a causa del Señor.


3.    Verifico si mi deseo siempre vivo es de conocer al Señor Jesús y seguir sus pasos.



ORACION- CONTEMPLACION

Señor Jesús, hoy me preguntas quién eres Tú para mí.
Toda mi vida no me bastará para responder a esta pregunta…
Mas yo te busco siempre, con mi mente y mi corazón.

Con mi mente, yo puedo responder lo que he aprendido:
Tú eres el Hijo Único de Dios, nacido de la Virgen María,
quien ha venido al mundo para revelar el amor del Padre.
Tú pasaste tu vida haciéndote cercano a los sufrientes y excluidos,
indicando a todas las personas el camino de la verdadera felicidad.
Tú moriste sobre una cruz y el Padre te ha resucitado,
Tú eres el Cristo (el Mesías), nuestro hermano. Tú vives en medio de nosotros.

Con mi corazón, veo en Ti al amigo que nunca me dejará caer.
Muchas personas en mi vida me revelan tu ternura, tu bondad y tu perdón.
Tú caminas conmigo sobre el difícil camino del amor.
Tú no me condenas cuando mis pasos se hacen lentos y vacilantes.
Tú te alegras cuando yo salgo de mí mismo y cuando doy gratuitamente.
Tú eres aquel que me impulsa a abrir los ojos sobre la miseria del mundo.
Cuando la infelicidad (o desgracia) golpea aquí o en el extranjero,
Tu promesa de dar la vida en abundancia me hace perseverar y esperar.

¡Con mi mente, con mi corazón, yo creo en Ti y yo Te amo!
¡Que toda mi vida confíe en Ti!


Referencias


Para las lecturas: http://betania.es

Pequeño Misal “Prion en Église”, edición quebequense, 2013

HÉTU, Jean-Luc. Les options de Jésus.

BEAUCHAMP, André. Comprendre la Parole, Novalis, 2007, anée C.







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