En los 100 años del nacimiento de Julio Cortázar
«Nada
está perdido si se tiene por fin el valor de proclamar que todo está perdido y
que hay que empezar de nuevo».
(Julio Cortázar)
El
narrador y novelista argentino Julio Cortázar es un franco tirador de la
literatura.
Caso
complejo y personal de insurrección permanente contra los lugares comunes, la
pasividad del espíritu, da vida al verbo creando su propio lenguaje. Su humor
sutil, destructor, su visión dramática del hombre moderno, su inquietud ontológica
aliada a una observación aguda de lo cotidiano crea cuentos originales, una
novela dinámica y metafísica. Sus ficciones tratan los problemas del hombre
americano actual y los sitúan dentro de un terreno universal. Superando a todos
sus contemporáneos de América Latina en el riesgo de la innovación, se sale de
toda nomenclatura y ofrece, según la opinión de un crítico americano, “la más
poderosa enciclopedia de emociones y de visiones que emerge de la generación de
los escritores internaciones de la post guerra”.
Hoy el mundo
literario y especialmente Argentina donde creció y Bélgica
donde nació celebran 100 años del nacimiento de Julio Cortázar.
Confieso de
entrada que nunca fui devoto del escritor belga argentino y que sólo siempre me
sentí inclinado a leer su relato en prosa “los premios”, que a finales de los
70 llevara a la tv la programadora RTI en Colombia.
Pero si tuve
y tengo amigos que se aman a Cortázar y han leído casi toda su producción literaria…y
por ellos también quiero hacer este pequeño e ignorante homenaje a quien es
considerado uno de los más importantes escritores latinoamericanos al lado de
Pablo Neruda, Jorge Luis Borges, Gabriel
García Márquez y Ernesto Sábato.
En la gran
red virtual y en las calles de Buenos Aires muchos celebran este primer siglo
del nacimiento del hombre, del escritor seductor surrealista, que supo ser
Cortázar.
He escuchado
de sus “cronopios”, de sus ”bestiarios”, de “Rayuela”, de su compleja pero bella oda,
de sus cuentos desconcertantes (de los cuales uno alguna vez leí en mi
juventud).
Intelectual
comprometido que ejerció un importante papel en la vida de Argentina y América
Latina, estuvo exiliado más de 30 años en Francia, país donde adquirirá la
nacionalidad en 1981 y a los 67 años, justo 3 años antes de su muerte.
Julio
Cortázar nació en Ixelles, situado al sur de Bruselas (Bélgica) un día como hoy
el 26 de agosto de 1914. Maestro de la novela conoció la fama gracias a la
novela “Rayuela”.
“Rayuela” que
en francés se llama “Marelle”, fue Escrita en París y publicada por primera vez en España el 3 de octubre de 1963, constituye una de las obras centrales del boom latinoamericano.
Se trata de una narración introspectiva,
en monólogo
interior,
que narra la historia de Horacio Oliveira, su protagonista, de un modo tal que juega con la
subjetividad del lector y tiene múltiples finales. A esta obra suele llamársela
«antinovela», aunque el mismo Cortázar prefería denominarla «contranovela».
Si bien el estilo que se mantiene
a lo largo de la obra es muy variado, se la considera una de las primeras obras surrealistas de laliteratura argentina. «De alguna manera es la
experiencia de toda una vida y la tentativa de llevarla a la escritura», dijo
Cortázar de Rayuela cuando se le preguntó qué significaba
para él.
“Andábamos sin
buscarnos pero sabiendo que andábamos para encontrarnos.", ha escrito este
martes, citando una frase de su libro faro, la página de acogida del buscador
Google en español y sobretodo Argentina. La frase aparece encima de una rayuela
donde se ve una foto del escritor.
La obra de Cortázar que
mezcla a menudo fantasía y surrealismo, ha sido traducida a más de 30 lenguas y
solo a lo largo de este año ha logrado vender más de 100.000 ejemplares en los países
de lengua española.
"Fue uno de los grandes autores que
nos hizo despertar y ver la literatura de otro modo, con una reivindicación muy
importante del cuento",
explica a Europa Press la escritora Soledad Puértolas, quien ha resaltado la relación
"entre la magia y lo cotidiano" que desprendía la literatura de
Cortázar.
"No es realismo mágico, pero la
magia está ahí, en lo cotidiano y al lado del elemento de sorpresa. Se trata
de la
magia de los misterios de las personas, la confianza en el azar
o la esperanza",
señala Puértolas.
Con sensibilidad de izquierda, apoyando en particular las
revoluciones cubana y sandinista, en 1951 se vió obligado a dejar Argentina e
irse a Francia, como protesta contra la dictadura del General Perón.
Cortázar además
de haber escrito sus propias obras, también
había trabajado como traductor, posibilitando pasar del español
al francés autores como Marguerite Yourcenar o Lautréamont.
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