viernes, 12 de agosto de 2016

14 de agosto del 2016: 20o Domingo del Tiempo Ordinario

Un bello combate


Ser discípulo de Jesús, es atar atado a Él, mantener los ojos fijos en Él y esforzarse por comportarse como Él. Con Él, el combate es hasta el final para que el mal sea vencido y llegue el bien. La vida cristiana es un bello combate.

Que podamos nosotros no tener que un solo corazón y una sola alma para darle gracias a Dios, orarle, escuchar su Palabra y alimentarnos del Pan que Él nos ofrece.




EVANGELIO
 LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS 12, 49-43

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
-- He venido a prender fuego en el mundo, ¡y ojalá estuviera ya ardiendo! Tengo que pasar por un bautismo, ¡y qué angustia hasta que se cumpla! ¿Pensáis que he venido a traer al mundo paz? No, sino división. En adelante, una familia de cinco estará dividida: tres contra dos y dos contra tres; estarán divididos el padre contra el hijo y el hijo contra el padre, la madre contra la hija y la hija contra la madre, la suegra contra la nuera y la nuera contra la suegra.
Palabra del Señor



A guisa de introducción:

Desear hacer la paz, ¡sí! Pero no despreciando al ser humano

Yo creo que todos deseamos la paz. En el contexto y coyuntura de nuestra Colombia, es falso aquello de que nadie desee y sueñe con la paz…En el fondo todos la queremos, aunque sea soñando distintos métodos o caminos.

En el fondo de nosotros mismos, todos deseamos la buena comprensión entre nosotros y en el mundo. En este sentido, todos somos artesanos de la paz. Como la paz y la justicia, ellas van juntas, todos nosotros estamos por la paz y la justicia.

Personalmente creo en la paz, ¡sí! En la colaboración, ¡sí! Pero no en el desprecio de la apertura, del dialogo, a causa de la mentira, ¡la hipocresía y la intriga!

Yo creo en la paz, si! En la colaboración, si! Pero no en el desprecio de la persona, por manipulación o explotación.

Yo creo en la paz, sí! En la colaboración, ¡sí! Pero no en el desprecio del respeto por la vida, suprimiéndola directamente desde sus comienzos y o terminándola o acelerándola hacia su final.

Yo creo en la paz, sí! En la colaboración, ¡sí! Pero no en el desprecio de la familia, ¡exponiendo los niños a situaciones degradantes e imposibles de vivir!

Jesús ha venido para traer un fuego a la tierra, un bautismo de Espíritu Santo. Es el riesgo de la fe que incomoda. Su paz es una paz que sacude o revoluciona las ideas y las personas. Hay algunas que están a favor de Jesús, otras no. En este sentido, Él aporta la división.

Hay quienes deciden arriesgar mucho en dinero, en tiempo, en trabajo en sus negocios o asuntos y han tenido éxito. Que ellos inviertan solamente un poco en esfuerzo en su búsqueda de Dios y ellos alumbrarán el fuego de Dios en su ambiente.

Hay gente capaz, plena de iniciativas, valientes, audaces, que cuentan con los medios necesarios para influir sobre los demás en proyectos comunitarios; ¡que ellos tengan también la audacia de poner sus talentos en beneficio y al servicio de la comunidad cristiana!

Un caso o ejemplo de la vida:

Juan Pablo se había casado por amor; vivía en armonía con su esposa; un día hace una profunda experiencia de vida; descubre que estaba despreocupado por su fe; decide cambiar y se compromete al servicio de su barrio, y sobre todo por ayudar a los más necesitados…

Solamente nuestros actos o gestos concretos le darán peso a nuestra vida. Hay 10.080 minutos en una semana, ¿Cuántos minutos dedico a la oración y a los gestos de bondad?



Aproximación psicológica al texto del evangelio:

Cuando la amenaza aparece en el horizonte:



Un general del ejército tenía la costumbre de decir a sus tropas en los momentos críticos: “armémonos y…partamos!” Esta frase que quizás no es histórica- expresa bien la situación de aquel que espera que los suyos enfrenten los riesgos que él mismo no quiere enfrentar o asumir.

En contraste con esta actitud, la actitud de Jesús se destaca claramente. Él no inventa un bautismo para los otros, él no se exime ni evita las exigencias éticas y espirituales que se desprenden de su FE. Si Él pregona que sus discípulos habrán de seguirle, lo hace justamente porque Él pasará antes que ellos, pagando las consecuencias con su vida para abrir el camino.

Si Jesús dice a sus discípulos: “ustedes serán bautizados con el bautismo que yo seré bautizado”  (Marcos 10,39), quiere decir que Él es plenamente consciente del bautismo que debe recibir, y que no tiene ninguna intención de descomprometerse, desentenderse…de claudicar, porque si el discípulo no es más grande que su maestro (Mateo 10,24)también es cierto que el maestro tampoco ha venido para ser más grande que sus discípulos (Marcos 10,45). De cara a la soledad como al sufrimiento, todos los hombres se encuentran en la misma situación fundamental, a pesar mismo de los privilegios de clase que puedan atenuar un cierto sufrimiento físico y moral.

De cualquier manera, ningún privilegio ha podido atenuar el sufrimiento de Jesús, y aquí le vemos probar la angustia del sufrimiento anticipado, (no olvidemos que se dirige hacia Jerusalén donde sufrirá su pasión y muerte) y por lo mismo aparece consciente de su fragilidad al punto tal de expresar la ilusión de querer evitar milagrosamente tanto sufrimiento. Jesús sabe bien que “el espíritu está pronto (listo, dispuesto) pero la carne es débil” (Mateo 26,41). Él ha conocido la tentación y sabe que la conocerá todavía, Él no se siente exento o libre de caer, y sabe muy bien que “aquel que ha puesto la mano en el arado” puede “mirar hacia atrás” (Lucas 9,62), cuando el horizonte se torna demasiado amenazador.

Con demasiada frecuencia nosotros negamos la realidad exterior que se anuncia y o aparece claramente ante nosotros, como Pedro: “eso no sucederá” (cfr. Mateo 16,22). Muy a menudo también, nosotros negamos nuestros miedos y escondemos nuestras propias fragilidades, o al contrario, exageramos nuestra debilidad y nos negamos a movilizarnos para el combate.

Por su parte, Jesús encuentra su camino entre todos sus obstáculos o peligros y evita a la vez la falsa seguridad de los fanáticos y la falsa humildad de aquellos que se auto apiadan o se auto compadecen por su suerte. Si Él aparece fuerte, es por la fuerza de aquellos que aceptan situarse desnudos totalmente de cara a la verdad de su destino.




Reflexión Central:


Tres contra dos, dos contra tres


Este domingo Jesús tiene para nosotros, una palabra misteriosa y dura. Uno espera de Él la paz, pero anuncia que traerá la división.

En adelante, una familia de cinco estará dividida: tres contra dos y dos contra tres.

Es una palabra sorprendente por muchas razones. Ante todo, ella se sitúa en un contexto familiar. En tiempo de Jesús, la familia es sagrada, y habitualmente no hay divisiones puesto que la autoridad del padre o papá es absoluta. En efecto, Jesús cita al profeta Malaquías y la división sigue el esquema esperado:

El padre estará contra del hijo y el hijo contra el padre; la madre contra la hija y la hija contra la madre; la suegra contra la nuera y la nuera contra la suegra.»
(Lucas 12,53)

Jesús evoca aquí dos oposiciones binarias. Se podrían agregar al menos otras 3 oposiciones binarias: el padre contra la madre, o si ustedes prefieren el esposo contra la esposa; la hija contra su hermano o el hijo contra su hermana; la hija contra la nuera. Pero también se podría describir las alianzas de tres contra dos y dos contra tres, la madre que se asocia a su hija y en este punto a su esposo para combatir al hijo y su cónyuge, o todavía para venir a lo moderno, imaginemos un clan de mujeres, madre, hija, nuera, contra el padre y el hijo, o el clan de los jóvenes, hijo, hija, nuera, contra los viejos, el padre y la madre. Cuando la guerra comienza, nadie sabe hasta dónde puede ir…y cuándo se detendrá.

No hay nadie aquí que no haya estado implicado, a veces por gusto o defendiéndose, en un divorcio. Uno se ve obligado a apoyar uno de los cónyuges y estar contra el otro. Los hijos querrían al padre y a la madre. Ellos son el objeto interminable de interminables negociaciones y de montajes afectivos por amar al uno o al otro y detestar al uno o al otro. Como dice un escritor, ellos son casi que obligados o tienen el imperativo de declararse sea “papistas” o “mamistas”. Uno ve a veces las mujeres tomar partido por las mujeres en el nombre de la solidaridad femenina. Los hombres también tienen sus preferencias de clan. También yo he visto grupos de amigos disolverse a causa de una pareja en ruptura y la ruptura se instala también en el grupo…Como dice aquella canción del dúo español “Ella Baila Sola” (EBS), haciendo decir a la pareja que está divorciándose: “Cómo repartimos los amigos?”:

Una historia tiene dos finales
el tuyo y el mío
no recuerdo cuantos daños cerebrales
causamos los dos;
pero es cierto ninguno está contento
yo no soy el tuyo y tú no eres mi centro
ya no, esto se acabó
nada es tuyo, nada es mío
¿Cómo repartimos los amigos? 

Cada quien tiene su interpretación de las responsabilidades en la crisis y, de hilo en aguja, los encuentros se relajan, se deterioran, cuando no son las discusiones por el partidismo a favor de uno o de otro (miembro de la pareja).

Nuestros conflictos de divorcio son cada vez más y tan frecuentes que terminan por banalizarse. Mas ellos revelan un aspecto importante de la vida que uno no sospecha cuando está joven. Cuando se es joven uno percibe el mundo en primer grado. Al envejecer, uno percibe que un sentimiento esconde a veces otro. Así el amor puede convertirse en odio. Hay rebeldía en la amistad, hay miedo en la admiración…De igual modo las mejores causas pueden pervertirse y convertirse en sujetos de discordia. Uno puede matar para hacer la paz, uno puede odiar para poder amar.

¿Si ha habido un ser humano, alguien, que ha querido la paz no es acaso Jesús?

En el momento de su nacimiento, es cuestión de paz a los hombres que Dios ama, que uno traduce también “a los humanos de buena voluntad”. En efecto, el mensaje de Jesús está tan centrado en el amor y en Jesús hay poco de agresividad y de odio, que uno se sorprende al escuchar las palabras tan duras que pronuncia hoy:
¿Pensáis que he venido a traer al mundo paz? No, sino división.

Jesús es el hombre con una inmensa convicción. Esta convicción es el amor. Pero precisamente el amor no es tan evidente. Al anunciar el amor, Jesús ponía en obra, por delante, y exigía un discernimiento, un juicio. El amor no es un feeling, como dicen los gringos, un sentimiento vago. Es una decisión. Hay cosas que van con el sentido del amor; y hay otras que no van. Jesús le ha reprochado a los escribas y a los fariseos su manera de comprender la Ley que termina por contradecir la Ley, por darle preferencia a los fuertes contra los débiles, por despreciar los pequeños. No hay amor sin justicia, no hay amor sin transformación de la realidad. La vida social no reposa en el amor, sino más bien en un conjunto complejo de relaciones donde se mezclan la agresividad, el odio, el desprecio, la colaboración. Al empujar muy lejos las exigencias del amor, Jesús ha iniciado o provocado una serie de controversias que han llevado a la división, al resentimiento, al odio. Detrás de éstas reacciones, está siempre el miedo.  Cuando uno cambia un orden establecido o dado, el miedo hace presión en el hombre y viene para crispar las actitudes de cada uno.

El medio religioso y político en los que ha vivido Jesús no ha podido tolerar los mensajes de amor de Jesús, la concepción de Dios que Jesús tenía, un Dios inclinado por el pecador, un Dios que renuncia al poder y a la fuerza, un Dios que invita al perdón de las ofensas y al amor a los enemigos. Esto era intolerable. En su camino, en su marcha, Jesús tiene esta intuición, que no había probablemente percibido desde el comienzo. Al comienzo, Él ha anunciado el Reino de Dios y su venida, después ha comprendido que esto pasaba por el rechazo y la cruz.

Pero entonces, ¿por qué Jesús habla de la división en el seno mismo de la familia? Que haya un rechazo a Jesús en su pensamiento en el medio judío, esto no explica que esta división se insinúe en las familias.

Un sacerdote, exegeta y autor quebequense (André Beauchamp) tiende a pensar que esto arribó en el momento de las persecuciones. Normalmente, es el jefe de la familia quien se convierte y su casa, los miembros de la familia se convierten con él. La pertenencia a un grupo, en general, es muy fuerte para permitir disidencias individuales. Cuando esto ocurre, la persona esconde un poco sus convicciones personales. Pero cuando la persecución comienza y que la vida personal corre peligro y en el horizonte se ve el exilio, la tortura, entonces la disensión puede aparecer.  Peor aún, las personas pueden denunciarse unas a otras por miedo, o por otros motivos que se confiesan con dificultad. Hubo en las primeras persecuciones de cristianos gente de una bravura, o valentía extraordinaria. Pero también hubo cobardes, gente que se quebró ante la presión.

En el momento de la pasión, Pedro se acobardó, y los evangelios dicen que todos los apóstoles huyeron. Los únicos discípulos que parecen haber perseverado en la valentía, fueron las mujeres. Más tarde cuando la fe cristiana fue vista como verdaderamente diferente con respecto a la religión judía, los judíos expulsaron los cristianos.  Entonces la religión judía gozaba de una protección legal especial. Normalmente los ciudadanos del imperio debían reconocer la religión del imperio. Pero la religión judía tenía un estatuto particular y era una forma de disidencia aceptada. Cuando los cristianos fueron percibidos como una secta totalmente diferente, entonces el contexto cambió.

Los judíos los expulsaban y los paganos los consideraban ateos, pues ellos se negaban a reconocer el culto a los dioses de la ciudad, y por consiguiente vistos como malos ciudadanos, como traidores. Esta marginalidad era un terreno propicio para las persecuciones. Bastaba un incidente, una denuncia, un decreto y la violencia se desataba. En el año 64, en Roma, el emperador Nerón acusó a los cristianos de haber quemado la ciudad y procedió a grandes masacres. Se piensa que Pedro fue ejecutado en este periodo y que Pablo haya sido decapitado algunos años más tarde.

En tiempos de persecución las personas se denunciaban unas a otras. A los sistemas vigentes, de dominio y de poder, de acuerdo a cada época les gusta mantener la delación o la denuncia…Lo hemos visto en Alemania con el asunto de los judíos, en la URSSS, en Chile. Y de igual modo al interior de una doctrina que quiere hacer del amor su sola ley, uno puede llegar a dividirse tres contra dos, dos contra tres. En un grupo tan íntimo como el de los 12, Jesús vio a la obra Judas Iscariote, el traidor. Nicodemo, que era un fariseo y miembro del sanedrín, visitaba a Jesús a escondidas. Él, arriesgaba su vida. Jesús ha comprendido bien que lo que le había pasado antes y que había reportado el profeta Miqueas podía reproducirse.  Hay entonces a la vez  en su frase de hoy  una predicción y una constatación amarga. La división está en medio de ustedes. Cuando Lucas, por su parte acaba su evangelio, hay ya en la Iglesia personas que habían ya abandonado la fe cristiana por cobardía.

¿Qué quiere decir esto hoy para nosotros? Evocaba ahora rato nuestras experiencias de divorcio. ¿Podríamos nosotros juntos definir una ética del divorcio para odiarnos un poco menos y provocar menos daño? Yo pienso también en la división de los cristianos. Tenemos hoy una gran multitud de Iglesias o profesiones cristianas, a veces solidarias, a menudo rivales. ¿Cuál es hoy nuestro camino de solidaridad, para redescubrirnos como creyentes y emprender trabajos juntos? Habría tanto por hacer. Pero el diálogo y la colaboración son difíciles puesto que ellos suponen una cierta victoria sobre el miedo.

La división y el odio no son fatalidades. El amor y la unidad no son más sinónimos de uniformidad. Pero para construir la solidaridad aceptando la diversidad y las diferencias, es necesario un largo aprendizaje de dialogo y de colaboración. Actualmente con el terrorismo y los atentados suicidas, arriesgamos con resbalar en un mundo binario en donde no hay más que buenos y malos, entendiéndose que los malos son los otros. El simplismo de las representaciones arriesga con sumirnos en el odio y la violencia absolutas.

Yo comprendo que, ante la amenaza terrorista, hay una cierta acentuación de mecanismos de control. Pero es una cuesta lisa que lleva rápido a abusos si no se presta la suficiente atención.

Pienso en la incitación que hace a veces la policía para denunciar fraudes o crímenes de manera anónima. Si el hijo denuncia al padre, y la nuera denuncia a la suegra, es el comienzo de una cuesta deslizante.

El pretexto de la seguridad puede servir de ventilador para la caza de brujas, y tranquilamente se llega a confundir el criminal y al militante social…

Cuando escuchamos estas palabras tan duras de Jesús, arriesgamos pensar que esto se aplica en un periodo revolucionario de la historia…! y no! Los mismos mecanismos de miedo y antagonismo pueden jugar hoy como ayer. Todo mensaje poderoso de paz y de justicia levanta protestas, provoca oposiciones. 

Optar por el amor siempre supone riesgos.



ORACIÓN-MEDITACIÓN

Guía nuestros pasos por el camino de la paz.
Mira nuestra Iglesia extendida por todo el mundo:
que ella busque siempre la verdad,
que ella suscite en todas partes el diálogo y la comprensión.
que ella camine pacientemente por las rutas humanas.

Guía nuestros pasos por el camino de la paz,
mira a los responsables de la sociedad civil:
que ellos sean amados y comprendidos por sus conciudadanos,
que sean en todos lados artesanos de la paz
mismo cuando ellos deban ejercer la ley o contradecir.

Guía nuestros pasos por el camino de la paz.
Mira a todos los militantes sociales,
esos hombres y mujeres sedientos de justicia:
dales el coraje y la paciencia,
la capacidad de denunciar, pero sobre todo de edificar.
Guía nuestros pasos por el camino de la paz.
Mira nuestras familias heridas, divididas, sufrientes:
transforma nuestras soledades en comunión,
dona la fe y la esperanza
a aquellos cuyo amor se ha roto,
concede a los viejos ver los niños
y a los niños ver los viejos.

Guía nuestros pasos por el camino de la paz.
Escucha nuestra oración, Señor.
Haznos testigos de tu amor,
ahora y por los siglos de los siglos.
Amén.



Referencias bibliográficas:



http://betania.es (Para el texto del evangelio)



HÉTU, Jean-Luc. Les Options de Jésus. 


BEAUCHAMP, André.  Comprendre la Parole, année C.  Novalis, Québec, 2007.

viernes, 5 de agosto de 2016

7 de agosto del 2016: 19o Domingo del Tiempo Ordinario (C)



¿Bienaventuranzas olvidadas?

“Dichosos los criados (…) en vela (…) dichosos ellos! (…) Dichoso el criado”. He aquí algunas bienaventuranzas olvidadas a menudo y que definen el ser cristiano. ¿Qué quieren decirnos hoy estas bienaventuranzas?

Desde los tiempos antiguos, Dios promete a su pueblo de venir a su encuentro. A nosotros nos corresponde permanecer vigilantes para reconocer los signos de su presencia.



Lectura del santo evangelio según san Lucas (12,32-48):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «No temas, pequeño rebaño, porque vuestro Padre ha tenido a bien daros el reino. Vended vuestros bienes y dad limosna; haceos talegas que no se echen a perder, y un tesoro inagotable en el cielo, adonde no se acercan los ladrones ni roe la polilla. Porque donde está vuestro tesoro allí estará también vuestro corazón. Tened ceñida la cintura y encendidas las lámparas. Vosotros estad como los que aguardan a que su señor vuelva de la boda, para abrirle apenas venga y llame. Dichosos los criados a quienes el señor, al llegar, los encuentre en vela; os aseguro que se ceñirá, los hará sentar a la mesa y los irá sirviendo. Y, si llega entrada la noche o de madrugada y los encuentra así, dichosos ellos. Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora viene el ladrón, no le dejaría abrir un boquete. Lo mismo vosotros, estad preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del hombre.» 
Pedro le preguntó: «Señor, ¿has dicho esa parábola por nosotros o por todos?»
El Señor le respondió: «¿Quién es el administrador fiel y solícito a quien el amo ha puesto al frente de su servidumbre para que les reparta la ración a sus horas? Dichoso el criado a quien su amo, al llegar, lo encuentre portándose así. Os aseguro que lo pondrá al frente de todos sus bienes. Pero si el empleado piensa: "Mi amo tarda en llegar", y empieza a pegarles a los mozos y a las muchachas, a comer y beber y emborracharse, llegará el amo de ese criado el día y a la hora que menos lo espera y lo despedirá, condenándolo a la pena de los que no son fieles. El criado que sabe lo que su amo quiere y no está dispuesto a ponerlo por obra recibirá muchos azotes; el que no lo sabe, pero hace algo digno de castigo, recibirá pocos. Al que mucho se le dio, mucho se le exigirá; al que mucho se le confió, más se le exigirá.»

Palabra del Señor


A guisa de introducción:

Confiar en sí mismo, en sus bienes, en Dios.

Es cierto que uno puede hacer mucho por sí mismo. Uno debe hacer todo de su posible antes de pedir ayuda. Estas son verdades que invitan al ser humano a responsabilizarse de sí mismo, a tomar en serio lo que le corresponde. 

Uno puede ignorar, caminar sin percibir esta realidad, sin mayor o justa razón.

Es muy bueno que la mayoría de la gente comprenda la importancia de la responsabilidad.

Igualmente, no es necesario para eso, esperar el último minuto antes de pedir ayuda sea humana, social, etc.

Las grandes verdades de la fe en la providencia nos lo recuerdan:
-         “Todo sucede para nuestro bien, para mejorarnos, ya que Dios Creador es también Providencia, Él se ocupa de sus criaturas”.
-         “Actuar contra la voluntad De Dios, es actuar contra sus propios intereses”.
-         “Luchar contra el mal, sí, pero aceptar con fe lo que nos sucede, creyendo que eso viene de Dios.”
-         “Se nos escapa a veces una palabra que uno no quería decir; uno hace lo que no quiere; y lo que uno quiere no lo hace; alguien nos contradice; un incidente maluco nos pasa; aquel que piensa ofrecer a Dios todas estas contrariedades para aceptarlas como parte del plan de Dios, vive en unión con Dios.
-         “La alegría o felicidad de aquel que hace la voluntad de Dios es eterna. Ningún temor o miedo no puede robarle la paz interior. Él es como alguien sentado sobre una roca en medio del océano: ve venir sobre él las olas más furiosas sin sentir temor”.

Es esto lo que Jesús quiere para su pequeño rebaño, es lo que Dios ha encontrado bueno para él. Es eso lo que Jesús desea para sus dirigentes a quienes Él considera como sus servidores responsables.

Al amar algunas cosas, se tienen pequeñas alegrías.
Al amar las personas, uno tiene alegrías más grandes y más profundas.
Al amar a Dios, obtenemos la alegría suprema, de hecho, aquello que amamos es lo que nos hace más felices.




Aproximación psicológica al texto del evangelio:


¿Estamos haciendo nuestro trabajo?

Jesús nos invita a vivir en tensión entre dos actitudes que parecieran oponerse y o
rechazarse mutuamente a primera vista. “No tengan miedo” (v.32), pero “estén atentos, permanezcan vigilantes” (v.40), “porque al que se le ha confiado mucho, se le reclamará mucho” (v.48).

¿Cómo puede uno estar “sin miedo”, relajado, sin tensión y apacible, si al mismo tiempo es necesario estar vigilantes, de tal modo que “ese día que uno menos se espera” hay que estar listo para dar mucho a aquel que nos ha confiado mucho” (v.48)?

Hay efectivamente una manera de estar sin tensiones, tranquilos, permaneciendo vigilantes y prestos, y Jesús nos la muestra acá: “tengan ceñida la cintura” (estén con el delantal o el overol de servicio puesto, dicen otras traducciones) (v.35) pues felices serán ustedes si son encontrados haciendo (su) trabajo” (v.44).

Nos queda por encontrar o descubrir qué quiere decir “trabajar” (cuál es nuestro trabajo) en el presente contexto. Ahora, el versículo 31 nos proporciona un precioso índice en ese sentido: “Busquen primero el Reino (del Padre) y todo aquello (que coman, que beban) o lo demás se les dará por añadidura”.

El Padre ha decidido darnos su Reino (v.32), pero primero es cuestión de buscarlo. Ahora, buscar el reino, quiere decir construir el Reino“Bienaventurados, felices los artesanos de la paz” (Mateo 5,9); para entrar en el Reino es necesario hacer la Voluntad de mi Padre, (Mateo 7,21), poner en práctica las palabras de Jesús (Lucas 6,47).

El Reino es entonces a la vez, cualquier cosa que se recibe y cualquier cosa que se construye, es una realidad misteriosa que nos es dada (Lucas 12,32), dentro de la cual uno es introducido (Mateo 7,21), pero que al mismo tiempo es necesario buscar (Lucas 12,31) y hacer (o construir, edificar) (Mateo 7,21).

Lo que se busca, es un mundo más justo, donde haya menos explotación, menos egoísmo personal y colectivo, menos estructuras alienantes y menos inconsciencia asesina.

Lo que se construye, son leyes más justas, un sistema “penal” menos represivo y más centrado en la rehabilitación, donde haya prácticas profesionales menos ávidas de poder, de cara a los pequeños y la práctica de una moral y ética sindicales más democráticas, etc.

Al mismo tiempo, Jesús nos promete que se encontrará lo que se busca (Lucas 11,9ss), que se recibirá del Padre ese Reino de justicia y fraternidad que se demanda “no con palabras sino con actos y dentro de la verdad” (1 Juan 3,18).

He aquí nuestro trabajo,
he aquí la condición para nuestra paz,
he aquí la salida comunitaria hacia la salvación,
he aquí la única respuesta de nuestro corazón al amor de Dios.



Reflexión I

“Donde está tu tesoro, ahí está también tu corazón

Otra frase que nunca olvido, palabras más o palabras menos dice: “Donde uno es feliz, 
ahí está el hogar”.

Estas diferentes historias del evangelio de hoy, de patronos o amos con sus servidores me recuerdan otra más contemporánea, digamos moderna:

“Había una vez una mujer de la alta sociedad, una burguesa, llamada Cristela. Ella era demasiado exigente con Emma, su doncella, digamos su dama de compañía, la que le servía… A Cristela le gustaba recibir a muchos amigos en su bella mansión llena de riquezas y de lujo. Todo debía estar siempre limpio, muy brillante y en perfecto orden. Ella recibía mucha gente y le gustaba “aparentar”.
Emma era buena y gentil con Cristela. A pesar que Emma a veces la veía demasiado exigente, sobre todo en la noche, pues en ocasiones, ella debía leerle a la señora Cristela quien sufría de insomnio.
Sus días tan llenos de ocupaciones le daban muy pocos momentos de descanso. A veces sobrecargada. Emma había tomado la costumbre de ofrecerlo todo a Dios en la oración constante; y entonces ella encontraba el reposo, el alivio de una presencia constante. Una presencia con quien ella podía compartir su vida cotidiana. Solamente la oración le aportaba la alegría y la motivación que necesitaba.
Un día, Cristela se va de viaje y lleva con ella a Emma, pues necesitaba una « sirvienta ». Pero por desgracia…el avión se estrella. Nadie sobrevive.
Llegadas ante San Pedro, éste le pregunta a Emma qué era lo que hacía en la tierra.
Emma responde: “Oh, no gran cosa. Yo era solamente la domestica de la señora Cristela”.
San Pedro le hace una gran venia, y con mucho respeto le designa el lugar que le estaba destinado por toda la eternidad. Se trataba de una espléndida mansión, asoleada, rodeada de flores de todos los colores, con pájaros, con música, etc.
Emma sorprendida pregunta a San Pedro si acaso no se había equivocado. San Pedro le confirma que todo estaba bien y que todo aquello le pertenecía.
Un poco más lejos, Cristela, testigo de la escena, levanta la cara y se dice que si una pobre domestica como Emma heredaba una casa tan bella, ella tendría ciertamente el resto del paraíso para ella sola.
Cristela llega ante San Pedro, y el portero del cielo le pregunta qué hacía ella en la tierra. Ella responde con pretensión que era una gran dama, quien poseía un dominio, que tenía muchos empleados y que todo eso era mucho trabajo, pero igual ella se había dado la pena de aprovechar de la vida tan preciosa que Dios le había dado.
San Pedro le hizo una gran venia o reverencia y con respeto, le designa el lugar que se le había destinado por toda la eternidad. Se trataba de una cabaña de madera muy pequeña, en la cual los muros estaban sin terminar, no había ninguna flor, ningún panorama.
Cristela, indignada le dice a San Pedro que con toda seguridad había un error, que todo eso era imposible.
San Pedro levanta los hombros, la mira con tristeza y le dice: “Pero, Señora, acá nosotros construimos con los materiales que ustedes nos entregan cuando están en la tierra…”

“Donde está tu tesoro, ahí está tu corazón”. Yo comprendo estas palabras, escuchando también esta frase que le decía un padre a su hijo, y después de pagar todas las facturas de casa y dándole los 10.000 pesos que le quedaban en el bolsillo para que se comprara un helado : “Cuando uno comienza a dejar de vivir y hacer feliz a los otros con dinero, es urgente hacer algo por la supervivencia del espíritu”.

Las preocupaciones materiales no deben jamás dominar nuestras vidas…Ser rico a los ojos de Dios quiere decir: nunca dejar envenenar el espíritu por las preocupaciones materiales; evitar acumular en caso de…a cambio de la disminución o empobrecimiento de las personas que nos rodean; y sobre todo, nunca abusar de la buena voluntad de los otros en provecho de nuestro ego.



Reflexión II

La lámpara encendida

“Dijo Jesús: Tened ceñida la cintura y encendidas las lámparas. Porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del Hombre”. San Lucas, cap.12.


La plaza de San Pedro en Roma se llena de silencio. Se alejan los coches, rechinando sus ruedas sobre las piedras gastadas del pavimento. El enorme obelisco se diluye en la sombra. Los surtidores desgranan con serenidad y mansedumbre el rumor del agua. Arriba, una ventana permanece iluminada. El Papa mantiene encendida la lámpara.

Cristo nos enseñó que los cristianos somos luz para el mundo. Mantengamos viva nuestra llama.

Un estudiante soporta burlas porque defiende sus convicciones cristianas. Una obrera se porta correctamente, no obstante el ambiente difícil de la fábrica. Una religiosa permanece fiel a sus compromisos, a pesar de las dificultades y los años. Una pareja continúa enseñando la fe a sus hijos con amabilidad y constancia, en medio de un hábitat pagano.

Un gerente medita largas horas sobre cómo mejorar el nivel de vida de sus obreros. Un publicista sabe juntar la promoción eficaz de un producto con mensajes constructivos y hermosos.

Una señora adinerada financia silenciosamente aquella obra social que iba a cerrarse.
Un profesional gasta sus ratos libres en ayudar a los pobres. Una familia renuncia a un viaje al exterior para que otra familia libere su casa hipotecada.

Estos son cristianos que deciden mantener su lámpara encendida para alumbrar el camino a mucha gente. Los miramos de lejos y su fe nos llena de esperanza. Nos motiva a mantener viva nuestra luz.

Va a venir el Señor. No sabemos si al principio de la noche, un poco más tarde o a la madrugada. Ojalá nos encuentre velando, construyendo un mundo mejor, llenos los ojos de luz, cansadas las manos de hacer misericordia.

Aguardémosle con ilusión, como se espera la visita de un amigo. Si nos encuentra velando, nos hará sentar a la mesa y su presencia iluminará todas las cosas.
Cicerón nos dice que la amistad es una sociedad de cosas humanas y divinas.

Si mantenemos la luz, el Señor asociará a nuestra vida todo lo que El es. Porque ha querido iluminar el mundo desde nuestro candil, tan frágil y humano ante las sombras y las tempestades.

(P. Gustavo Vélez. mxy,  Q.E.P.D)




OBJETIVO-VIDA PARA LA SEMANA:

1.    “Percibo y escribo que es lo que realmente me da miedo y me pregunto ¿por qué”.

2.    Desde mi profesión y presencia en mi ambiente de vida laboral, me pregunto: ¿En qué consistirá y cómo debería realizar mi trabajo por establecer el Reino de Dios aquí y ahora?

3.   ¿ Cómo descubro la presencia de Dios en mi vida y en el mundo? Hacer una lista de esas teofanías (manifestaciones de Dios).



Prolongación eucarística (oración después de comulgar)

Señor, qué bueno es acogerte,
y qué bueno es esperarte.
Qué dicha acogerte,
que feliz me siento de esperarte.

Qué bueno es acogerte,
pues eres el sol de nuestras noches,
la paz en medio de nuestras turbulencias,
la esperanza en nuestros duelos o lutos.
Tú eres aquel que viene para alimentarnos y sanarnos.
Qué bueno es esperarte,
ya que tú eres la realización de nuestro destino,
Tú le das sentido a nuestros pasos,
Tú eres la morada donde estaremos verdaderamente en nuestra casa.
¡Alabado seas Señor!

Amén!




Referencias Bibliográficas:




Para el texto del evangelio: http://ciudadredonda.org


HÉTU, Jean-Luc. Les Options de Jésus  (para la aproximación psicológica)



22 de septiembre del 2025: lunes de la vigésima quinta semana del tiempo ordinario-I

  ¡Luz! (Lc 8, 16-1) «Para que los que entren vean la luz. » ¿Qué ven estos recién llegados a la fe, principiantes o quienes retoman el...