En los 40 años de "STAR WARS" : Una mirada desde la fe cristiana-católica
Mis lectores
y seguidores saben cuánto me gusta en este blog, hacer eco de ciertas
efemérides.
Hoy no podría
ser la excepción, para hacer especial
mención de una película, al enterarme esta mañana que hoy se cumplen 40 años
del estreno de la primera cinta de la saga fantástica que en América Latina se tituló "La
Guerra de las Galaxias".
Aquel 25 de
mayo de 1977 yo frisaba los 8 años, y cursaba mi segundo de primaria en la
Escuela Cervantes de mi pueblo. En el momento no supe nada del estreno
cinematográfico, visto que pocas noticias nos llegaban, por la escasez de medios de comunicación ,
aunque si era cierto que hacía ya casi un año que papá había comprado un
televisor. Para no ser muy extenso, les diré que sí, que quizás leí algun libro
con fotografías y que hacía resumen de la primera película aparecida en los
teatros pero en 1982 o 1983. Algo había oido hablar de Lucas, había visto a
Yoda, a Arturito (AR2-D2), a C-RPO, estos dos robots, quizás los personajes que siempre más me gustaron y que algunos han comparado con otra dupla célebre cómica del cine como "El Gordo y el Flaco".
Mi primera experiencia
inolvidable con Star Wars fue en 1983 o 1984, no recuerdo exactamente, cuando
en Manizales un primo me llevó al Teatro Fundadores y visionaríamos "El
retorno del Jedi", que era la 3a película de la primera trilogía, que pertenecía más bien a una supuesta 2a trilogía de
Lucas…pues dizque así lo había pensado desde el principio, hacer 2 trilogías…Yo
recuerdo que me sorprendí mucho al inicio de aquella película, al leer sobre la
pantalla: "VI parte" y me
decia en mis adentros, pero a qué horas George Lucas ha hecho ya 5 películas
antes y yo no me había enterado? Fue con el paso del tiempo que realicé la
vaina.
Esta era la
sinopsis de ese episodio 6: "El retorno del Jedi"
Para ir a Tatooine y
liberar a Han Solo, Luke Skywalker y la princesa Leia deben infiltrarse en la
peligrosa guarida de Jabba the Hutt, el gángster más temido de la galaxia. Una
vez reunidos, el equipo recluta a tribus de Ewoks para combatir a las fuerzas
imperiales en los bosques de la luna de Endor. Mientras tanto, el Emperador y
Darth Vader conspiran para atraer a Luke al lado oscuro, pero el joven está
decidido a reavivar el espíritu del Jedi en su padre. La guerra civil galáctica
termina con un último enfrentamiento entre las fuerzas rebeldes unificadas y
una segunda Estrella de la Muerte, indefensa e incompleta, en una batalla que
decidirá el destino de la galaxia. (FILMAFFINITY)
Para mí fue
muy emocionante las persecuciones y combates en la selva de los Ewoks y la
presencia del maestro Yoda, quien creo, muere en este episodio.
Una mirada cristiana
Al menos que
uno sea un Jedi o un Sith, las vias de la fuerza son impenetrables. Pero una
lectura cristiana de la más célebre de las sagas de ciencia-ficción (y quizás
más ficción que ciencia) es posible.
"Yo no he querido inventar una religión. Yo he querido tratar de
explicar de manera diferente las religiones que han existido. Yo he querido hacer
referencia a todas", ha dicho el creador de "Star
Wars", George Lucas ha aceptado muchas veces, sin dificultad, y sin negarlo,
la dimensión religiosa de esta saga.
Hijo de
padres metodistas, pero criado por una nodriza luterana, confeso agnóstico,
George Lucas ha tomado prestado de todas las religiones y todas las
espiritualidades posibles: monoteismos, espiritualidades orientales, y también
del chamanismo indígena y de las mitologías antiguas. Esta dimensión religiosa
o espiritual, reposa en el concepto de la Fuerza, invención que ha contribuido
enormemente a la constitución del mito Star Wars.
Qué es la fuerza?
En la
película, la Fuerza es a la vez un principio de vida y un campo de energía,
presente en toda cosa y en todo ser vivo, relacionándolos a todos entre ellos y
asegurando así la armonía y la estabilidad del universo. Esta idea de un
"gran todo" unificado por una misma energía es prestado del budismo,
pero también de las sabidurías greco-presocráticas: "El todo está en
todo", de Anexágoras o el
"Todo es agua" de Thales de Mileto.
"Star Wars": un mito cristiano?
Sin lugar a
dudas, esta saga ha creado un verdadero mito. El octavo episodio espera para estrenarse
en diciembre de este año.
Esta historia
ofrece una mirada asombrosa sobre la inmersión en el mal.
Al igual que
en la trilogia de "Matrix", las fuentes de la saga son de manera
intencionada, sincretistas: ellas mezclan las influencias. Por ejemplo, el
perdón y la donación de sí evangélicos son compatibles con la meditación
budista practicada por los Jedis.
Pero la
Fuerza (la fórmula "Que la Fuerza te acompañe!" se pronuncia en cada
película) no será ella un puro producto de la Nueva Era o New Age? Este campo
que circula entre los seres vivos y los hombres está probablemente inspirado en el qi, palabra china y japonés que designa
la energía cósmica presente en la raíz del Yin y del Yang: Lucas dice estar
inspirado por el realizador Akira Kurosawa ((Shinagawa, 23 de marzo de 1910-Setagaya, 6 de septiembre de 1998) fue uno
de los más célebres directores de cine de Japón. Comenzó
su carrera con Sugata Sanshiro (La
leyenda del gran Judo),
dirigió más de 30 películas, entre ellas algunas tan conocidas como Los siete samuráis, Rashōmon1 oDersu Uzala. En 1990
recibió un Óscar honorífico por su trayectoria.)
Vale decir que es ta Fuerza no la produce el hombre,
sino que la recibe- esto, después de un entrenamiento largo y exigente.
La Saga "Star Wars" es un relato unificado en
seis entregas (obras), que siguen el esquema más universal que existe:
1. Creación o aparición de un ser nacido bueno
(Episodio I),
2. Caída o
pecado (episodios II a IV)
3. Redención (episodios V y VI)
Anakin
Skywalker, tiene cinco años cuando fabrica un droide (el futuro C3PO) para
ayudar a su madre. Después él se convierte en Dark Vador: en inglés Darth
Vader, del cual el nombre mezcla dark, "sombra", "death",
"muerte, "invader", "invasor" y "Father",
"padre"; y el padre de Luke y Leia, lo que se muestra en "El
retorno del Jedi", la batalla final:
"Es necesario que yo os salve".
- tú ya lo has hecho", sobre el aire del
Leitmotiv de Vader, ahora retomado dulcemente al son del arpa.
Es así como
"La revancha de los Sith" (III), el más sombrío de todos los
episodios, ofrece una de las más extraordinarias descripciones de la inmersión
en el mal: después de la caída física y simbólica de las naves de Anakin y de
Obi-Wan-Kenobi encima del planeta Ciudad (o villa) Coruscant, hasta el combate
final, mítico (mil movimientos memorizados y encadenados durante dos meses para
doce minutos del filme) , sobre el planeta volcánico Mustafar, verdadera
Montaña del Destino; pasando por las diferentes decisiones de Anakin. Tantas bifurcaciones,
cada vez menos reversibles (sin vuelta atrás) que comprometen su alma sobre la
vía del mal: asesinato de un (muy) malvado, el conde Dooku, después el
asesinato de alguien bueno, Mace Windu, acto que encierra su alma, y en fin, el
asesinato de los inocentes niños Jedi.
Qué lección
sobre la libertad! Cierto, Anakin no es un perverso; él actúa así porque está
herido de amor por la senadora Padmé a quien teme perder, y pues se siente
culpable de la muerte de su madre, por no haberlo impedido. Pero ante todo, está
el amor que niega el error y la muerte es todo poderosa. Sobre todo, el último diálogo con aquella que
ama, muestra que este amor aparentemente puesto totalmente al servicio del
otro, le sirve secretamente en su deseo: convertirse en el emperador supremos
del Cosmos.
Palpatine, figura del
Anticristo
Y qué
lecciones podemos ver sobre el arte de la tentación!
Durante los 3
primeros episodios, el canciller supremo Palpatine-cuya frase recurrente:
"todo ocurre como yo lo había previsto"-, evoca la omnisciencia
divina- se presenta como un pacifista, pero todo indica que es el más
abominable de los manipuladores, todo en falsa mansedumbre, que suscita los
rebeldes para instaurar la más coercitiva de las tiranías. Uno ve reflejado
aquí las figuras humanistas del Anticristo, donde la miel esconde la hiel,
descrita por vladimir Soloviev en el corto relato sobre el Anticristo, y puesto
en escena por Robert Hugh Benson o Michael O Brien..
Es que los Jedis son monjes como los otros?
Capaces de
percibir y de utilizar la fuerza, los Jedis forman una cofradía dirigida por el
Consejo, que tiene su sede en el "Templo Jedi", y cuya principal misión
es garantizar el orden y la paz en la galaxia. Si su arte espectacular de
combate con el sable láser recuerda a los samurais japoneses, ellos también
tienen características que los asemejan a los monjes cristianos. Ellos hacen
voto de castidad y son dedicados a la Fuerza y al servicio de los demás. Los
caballeros de la mesa redonda no están lejos, no son extraños aquí.
El Jedi, una
figura del sacerdote, ver del monje? Él es célibe, despojado de todo, austero,
obediente: cómo no ver aquí,una analogía de los 3 votos? (pobreza, castidad y
obediencia) A diferencia que el Jedi es muy violento (recordemos que por
ejemplo, un sacerdote católico no lleva arma a la guerra). El Jedi se adhiere
más a una visión fatalista del universo y sobre todo, prohibe el amor, pasión
demasiado viva que puede conducir al "lado oscuro" (aquí todavía,
podemos percibir la influencia del budismo).
En cuanto a
su uniforme o vestido, cómo no ver en sus amplias batas brunas, un eco a la
bata de la comunidad franciscana?Ciertos comentaristas, mismo se han arriesgado
a comparar al contrahecho y animalesco maestro Yoda, creatura toda de sabiduría viviente y
exiliado humilde en la selva, con el mismísimo Francisco de Asís!
En revancha,
existen diferencias fundamentales entre el culto rendido ala Fuerza por los
Jedis y la fe cristiana. Toda forma de apego y de emoción es proscrita, siendo
sistemáticamente considerada como el camino que lleva al "lado
oscuro", es decir, a un uso maléfico de la Fuerza. Por otra parte, los
futuros Jedis son, alejados de sus padres desde la infancia.
Este culto,
es por otro lado, fundado sobre un determinismo biológico fundamental, y se
opone en eso al universalismo cristiano. En efecto, las capacidades de percepción
y de dominio de la Fuerza de los Jedis, mismo, si ellas se desarrollan en el
curso de un largo aprendizaje, no se adquieren: ellas son biológicamente
determinadas. No hay entonces en esta "religión", ni conversión, ni
iniciación posible. Por otra parte, los filmes no dicen nada o casi nada, de la
relación con la Fuerza que mantienen los otros personajes, ajenos a los Jedis o
los adeptos del "lado oscuro".
Jedis y Siths, una oposición binaria
Por un lado,
los Jedis amigables y plenos de amor, defendiendo la democracia y a los
inocentes, teniendo en mano sables laser azules y verdes. Del otro, los señores
Siths, discípulos del "lado oscuro": un emperador Palpatine con
rostro repugnante escondido bajo una capucha y un Dark Vador, del cual la
humanidad ha desaparecido detrás la mística máscara, vestido todo de negro e
imponiendo un imperio malhechor a sablazos rojos. Inútil es encontrar de dónde
vienen las críticas que por largo tiempo han calificado esta saga de "maniquea"…
Y por tanto,
la trilogía más reciente, que cuenta la
génesis u origen de Dark Vador, muestra una aproximación con matices de bien y
de mal. La transformación de Anakin Skywalker, joven Jedi con capacidades sin
precedente, en uno de los villanos más célebres de la historia del Cine. Su
caida en las sombras no es una caida brutal, sino una lenta introducción,
precedida de buenas intenciones a lo oscuro; haciendo válido aquella frase que dice:
"Los caminos del infierno están pavimentados de buenas intenciones".
Tentaciones y rechazo de la muerte
Cuand el
joven Skywalker vive aterrado ante la idea de que cualquier cosas horrible puede
ocurrirle a su esposa encinta,con quien se ha
casado en secreto, aparece la figura del tentador. En una escena clave,
el senador Palpatine, señor Sith camuflado bajo los rasgos de un político
virtuoso, insinúa al espíritu de Anakin una idea según la cual "el lado
obscuro" permite aprender los medios para ser inmortal…
Volviendo la
espalda a la sabiduría de los Jedis sobre la muerte ("alégrate
por aquellos que se han unido a la Fuerza, no alimentes ni remordimientos, ni
arrepentimientos", le aconseja Yoda), Anakin Swywalker se deja seducir
por la promesa de un poder sin límites. La consecuencia aparece en forma de
moraleja: en el instante en que se acaba la transformación física en Dark
Vador, su mujer muere mientras da a luz. "Quien
quiera salvar su vida la perderá": el
drama parece ponerse de acuerdo con la enseñanza de Cristo.
Con tintes y
o características propias de las creencias de la Nueva Era ("New
Age") que hacen encantadora la saga, Star Wars abunda en
elementos compatibles con el mensaje cristiano, comenzando por la inextinguible
esperanza de los Jedis y sus aliados, aun en las más terribles adversidades. Después
de seis episodios, es por otra parte la
redención de Dark vador lo que permitirá la aniquilación del "lado
oscuro". En cuanto a la legendaria fórmula: "Que la Fuerza te
acompañe", uno se sentirá admirado de responder "y con tu
Espíritu".
No obstante,
este guardián de la paz y de la justicia propone un gran ideal. Luke que le
dice a Yoda que busca un "gran guerrero", el maestro responde (otra
frase culto): "Nadie se hace grande por la guerra" (en "El Imperio
contraataca", episodio V).
En todo caso
hay una alta exigencia: a través de los Jedi, pero también de los "laicos",
hombres y mujeres, la saga pone en escena las dos virtudes de las cuales nuestro
mundo tiene más necesidad: el coraje y la esperanza.
Referencias
https://www.filmaffinity.com/es/film226172.html
https://es.wikipedia.org/wiki/Star_Wars
http://www.famillechretienne.fr/culture-loisirs/sorties/star-wars-un-mythe-chretien-183010
http://elpais.com/elpais/2015/12/18/tentaciones/1450426867_510677.html
http://www.elmundo.es/papel/historias/2015/12/11/566ab50622601dc1038b45ad.html
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