Más que ateo, Octavio Paz, (de quien el mundo cultural celebra este 31 de marzo 100 años de su nacimiento) prefiere considerarse agnóstico, y más que agnóstico, prefiere decir que perdió la fe y que “está buscando”. Como no acepta el ateísm o “fácil” de negar a Dios y quedarse tranquilo, subraya a menudo el sinsentido en que se mueve el mundo moderno al haber perdido la religión como forma vivificadora de la sociedad antigua y medieval, pero esto no le parece motivo suficiente —ni lo es— para concluir en la existencia de Dios. No puede haber desgracia mayor que la no-existencia de Dios, pero, si ése es el caso, no le queda al hombre más que atenerse a su desgracia: “al desaparecer el poder divino, sustento de la creación, el suelo se hunde bajo sus pies”: muerto Dios muere también el hombre. No sabemos a ciencia cierta porque ciertos libros u obras y correspondientes autores tienen privilegio en nuestra vida, en los inicios y fundamentos de nuestra existencia . Mientras ...
Gustavo Quiceno Jaramillo, Sacerdote misionero de La Diócesis de La Dorada-Guaduas, sirviendo en el Vicariato Apostólico de San Andrés y Providencia-Colombia. "Ay de mi sino evangelizo!", dijo Pablo. Estoy aquí también en X: @gadabay,con 140 caracteres para decirle a la gente que Dios los ama inmensamente.