5 de abril del 2015: Domingo de Pascua
El deseo de VIVIR
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“Ustedes son (o están) resucitados con Cristo”
La mañana de Pascua, Pedro y Juan no ven al Resucitado, pero si el sepulcro abierto y los lienzos mortuorios desplegados. Estos son signos del Ausente. Y por lo tanto es Él quien atrae la mirada de su corazón hacia su presencia. Cristo está vivo. Él ha resucitado. Hoy se nos dirige a nosotros el testimonio de María Magdalena y de Pedro y Juan, pero ellos solo pueden ser acogidos en la FE.
Primera lectura
Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles (10,34a.37-43):
Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles (10,34a.37-43):
En aquellos días, Pedro tomó la palabra y dijo: «Conocéis lo que sucedió en el país de los judíos, cuando Juan predicaba el bautismo, aunque la cosa empezó en Galilea. Me refiero a Jesús de Nazaret, ungido por Dios con la fuerza del Espíritu Santo, que pasó haciendo el bien y curando a los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él. Nosotros somos testigos de todo lo que hizo en Judea y en Jerusalén. Lo mataron colgándolo de un madero. Pero Dios lo resucitó al tercer día y nos lo hizo ver, no a todo el pueblo, sino a los testigos que él había designado: a nosotros, que hemos comido y bebido con él después de su resurrección. Nos encargó predicar al pueblo, dando solemne testimonio de que Dios lo ha nombrado juez de vivos y muertos. El testimonio de los profetas es unánime: que los que creen en él reciben, por su nombre, el perdón de los pecados.»
Palabra de Dios
A guisa de introducción:
El deseo de vivir
La vida es aquello que deseamos, la vida plena, humana, con buena salud, feliz. Es una de las aspiraciones más profundas, uno de los deseos más verdaderos, reales, anclados en nuestra existencia. Nosotros deseamos vivir…felices.
Jesús había comprendido ese deseo de vivir. Más alla de los fracasos, de las apariencias, Él volvió a la vida. Él les devolvió el gusto por vivir a aquellos que han creído en Él.
La ceremonia del sábado santo habla de la vida, por la lectura de la creación, del Éxodo (deseo de vivir en libertad), por la carta a los Romanos (vida de bautismo), por el evangelio de la Resurrección.
EL deseo de vivir puede ser colmado en parte por nuestra energía personal, por nuestros recursos o medios modernos. Es necesario dejar de vivir dentro de un estilo que no tiene futuro (de amo y esclavos)
Volvamos a encontrar un estilo de vida para hoy, que tenga cuenta de lo HUMANO, DEL BUEN SENTIDO; no escamoteemos la realidad con principios de ayer. Vivamos la realidad de hoy, con principios que tengan en cuenta la vida y una vida enraizada en este mundo, pues nosotros vivimos en esta época y no en el pasado, no en otro lado, para poder ir más lejos…
Recuperemos el gusto por implicarnos en nuestros asuntos, como Iglesia de bautizados; un poco como las “partes” de una empresa motivando los empleados para que realicen bien su trabajo: esto les pertenece! La Iglesia pertenece a los bautizados. Los bautizados tienen el deber de informarse de lo que son, de formarse para serlo, llegar a ser lo que ellos son.
La vida supera los sacramentos, se trata de evangelizar en la cotidianidad.
El deseo de vivir puede ser colmado, sobre todo por la fe en la resurrección de Cristo.
Los cristianos convencidos de la resurrección de Cristo, poseen un optimismo, un entusiasmo comunicativos. Cristo es vencedor. El ha se ganado la medalla de oro en la carrera contra la muerte.
La vida de pascuas: es la esperanza de vivir por siempre o para siempre. Vivir después de la muerte, enseguida con Cristo vivo.
El deseo de vivir puede ser colmado, sobre todo por la fe en la resurrección de Cristo.
Los cristianos convencidos de la resurrección de Cristo, poseen un optimismo, un entusiasmo comunicativos. Cristo es vencedor. El ha se ganado la medalla de oro en la carrera contra la muerte.
La vida de pascuas: es la esperanza de vivir por siempre o para siempre. Vivir después de la muerte, enseguida con Cristo vivo.
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Fuimos hechos como criaturas de la tierra,
pero fuimos hechos para el cielo, nada menos.
Fuimos hechos en el tiempo, como Adán y Eva,
pero no para permanecer en un paraíso terrenal,
sino para ser llevados a la vida eterna de Dios mismo.
Ahora, el cielo ha sido desvelado para nosotros
con la muerte y resurrección de Jesucristo.
Ahora se da la Comunión para la que Dios nos ha creado.
Ahora, el cielo toca tierra y te espera.
Jesucristo mismo te dice:
«mira, estoy a la puerta y llamo;
si alguno escucha mi voz y abre la puerta,
entraré a él y comeré con él y él conmigo» (Apoc 3, 20).
pero fuimos hechos para el cielo, nada menos.
Fuimos hechos en el tiempo, como Adán y Eva,
pero no para permanecer en un paraíso terrenal,
sino para ser llevados a la vida eterna de Dios mismo.
Ahora, el cielo ha sido desvelado para nosotros
con la muerte y resurrección de Jesucristo.
Ahora se da la Comunión para la que Dios nos ha creado.
Ahora, el cielo toca tierra y te espera.
Jesucristo mismo te dice:
«mira, estoy a la puerta y llamo;
si alguno escucha mi voz y abre la puerta,
entraré a él y comeré con él y él conmigo» (Apoc 3, 20).
La puerta se abre ahora a la cena nupcial del Cordero.
(“LA CENA DEL CORDERO”, La Misa, el cielo en la tierra SCOTT HAHN)
Mis razones para CREER en CRISTO RESUCITADO! (y mandamientos para hoy) (2)
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Lectura del santo evangelio según san Juan (20,1-9):
El primer día de la semana, María Magdalena fue al sepulcro al amanecer, cuando aún estaba oscuro, y vio la losa quitada del sepulcro.
Echó a correr y fue donde estaba Simón Pedro y el otro discípulo, a quien tanto quería Jesús, y les dijo: «Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto.»
Salieron Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro. Los dos corrían juntos, pero el otro discípulo corría más que Pedro; se adelantó y llegó primero al sepulcro; y, asomándose, vio las vendas en el suelo; pero no entró. Llegó también Simón Pedro detrás de él y entró en el sepulcro: vio las vendas en el suelo y el sudario con que le habían cubierto la cabeza, no por el suelo con las vendas, sino enrollado en un sitio aparte. Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro; vio y creyó. Pues hasta entonces no habían entendido la Escritura: que él había de resucitar de entre los muertos.
Echó a correr y fue donde estaba Simón Pedro y el otro discípulo, a quien tanto quería Jesús, y les dijo: «Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto.»
Salieron Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro. Los dos corrían juntos, pero el otro discípulo corría más que Pedro; se adelantó y llegó primero al sepulcro; y, asomándose, vio las vendas en el suelo; pero no entró. Llegó también Simón Pedro detrás de él y entró en el sepulcro: vio las vendas en el suelo y el sudario con que le habían cubierto la cabeza, no por el suelo con las vendas, sino enrollado en un sitio aparte. Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro; vio y creyó. Pues hasta entonces no habían entendido la Escritura: que él había de resucitar de entre los muertos.
Palabra del Señor
Mis razones para creer en Cristo Resucitado!
En este Domingo de Pascua, el primero entre todos los 50 o 52 del año, el DOMINGO POR EXCELENCIA, QUE ha dado origen a nuestra celebración y reunión hebdomadaria de la EUCARISTÍA…Trataré de compartirles mis razones para CREER en JESUCRISTO RESUCITADO, en la ASAMBLEA de los creyentes en LA RESURRECCIÓN (Iglesia) y en la MISIÓN (o el COMPARTIR DE ESTA BUENA NOTICIA).
Habremos vivido 3 días intensos de celebración, de extensas liturgias, de prolongados silencios, de profunda meditación y oración…Ojalá haya sido así…pero cuál es el centro de todo esto? Si, JESUCRISTO…En quien vemos reflejada la historia humano-divina.
Al igual que Jesús todos nosotros nos confrontamos con el sufrimiento, CON EL dolor, la enfermedad, con la traición, con la angustia, con el desespero, con la incredulidad, con la muerte…En fin, LA CRUZ.
La cruz que está en todas partes y la vemos tantas veces en nuestro recorrido existencial y que por lo mismo no la percibimos…
Saben? Cristo me “salvó” desde muy niño…Siempre he considerado como una GRACIA INMENSA de su amor el haberme permitido escuchar su voz, el constatar rápidamente que la VIDA, es el regalo más sagrado y apreciado y que hay que defenderla y amarla por todos los medios…Cristo fue quien no me dejó “obnubilar” por el pecado propio y de los otros …Si, me explico, desde muy joven fui consciente de mis tendencias “nocivas” en mi, realicé que en mi familia no todos eran perfectos, que en la escuela estaban esos “otros” niños agresivos, “montoneros”, de algún modo violentos, y que en el mundo y la sociedad en que me había tocado vivir había crímenes, injusticias…Nunca fui ciego ante eso…Pero también tuve la capacidad de VER la luz del otro lado sombrío, de descubrir a la par “signos de vida y alegría” en mí, en mi misma familia, en la escuela, en la sociedad y el mundo…Acá podría enumerarles muchas personas, narrarles pequeñas experiencias de vida y testimoniar esos signos de luz, en fin signos que yo llamaría de RESURRECCIÓN, de OTRA VIDA, de VIDA NUEVA.
RÁPIDAMENTE ENTONCES, concluí, vi y no sé en qué momento decidí tomar partido en MI VIDA por la bondad, por los gestos positivos, por el amor, el perdón, la ayuda, la solidaridad, la compasión…Es decir, no agregar más sufrimiento al mundo, esforzarme por ser un “humano” , un buen hijo, un estudiante, un buen ciudadano, buen profesional…
De otro lado, nunca permití y hasta hoy NO he permitido que el miedo me paralice, que las opiniones ignorantes, “acomodadas, burgueses y egoístas” de los otros influyan sobre mis principios y creencias cristianas-católicas.
Pienso que Cristo Resucitado siempre ha estado ahí, en mi vida, mismo desde el primer deceso en familia del que yo sea consciente:
Pienso que Cristo Resucitado siempre ha estado ahí, en mi vida, mismo desde el primer deceso en familia del que yo sea consciente:
Aquella tarde, y no dejo de contarlo una y otra vez, cuando iba al lado del cortejo fúnebre que transportaba a mi Tía Odilia hacia el cementerio marquetón, mis ojos se fijaron en aquella frase inscrita a la entrada del camposanto, una cita del evangelio de San Juan que no ha dejado de ser un referente fuerte de mi vocación cristiana:
“Yo soy el CAMINO, la VERDAD Y la VIDA”…Hoy creo que está esta otra:
“Yo soy la resurrección y la Vida”.
“Yo soy la resurrección y la Vida”.
El resto en mi vida no ha sido más que consecuencia de mi amor por la VIDA, FRUTO de un seguimiento de JESUCRISTO, seguimiento que ha implicado búsquedas, dudas, crisis de fe, desalientos…Pero seguido también de regresos, de confirmación en la fe, de hallazgos, de alegrías que sólo he podido encontrar en Dios y en mi fe en su Hijo Jesucristo.
Son 13 años ya que mi madre murió. Por demás está decirles que fue admirable mi reacción al enterarme de su muerte. La noticia la tomé con calma, con paz, con sentido iluminador, ojo, no con resignación que es distinto…algo me decía en lo más profundo de mi ser que mi madre ahora estaba mejor…
“Jesús, Tu nos dijiste que la muerte no es final del camino, que aunque morimos no somos carne de un ciego destino”.
Algo más fuerte que la muerte es el AMOR…y CUANDO SE ha amado, la muerte no existe o por lo menos no puede dar cabida al desespero, a imprecaciones, a maldiciones, al remordimiento…LA VIDA TRIUNFA POR SOBRE TODO… “La muerte es lo que queda cuando se ha dado todo”.
Hoy más que nunca, siento actualizada en mí la Resurrección.
Al mirar atrás no puedo más que reconocer la mano de Dios y de su Hijo en mi historia personal y del mundo y sociedad:
Los Signos de resurrección están a la puerta:
Todos esos hombres y mujeres que a diario dan su vida por sus seres queridos, por los otros, por los más necesitados: Padres y madres de familia, médicos y enfermeros sin fronteras, misioneros y consagrados laicos,
Todos esos hombres y mujeres que nos invitan a la esperanza, al optimismo, a creer en un avenir mejor: artistas, escritores, periodistas, comprometidos éticamente en sus respectivos campos...
Mandamientos para hoy, a la luz de la Resurrecciòn de Cristo (3)
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Reflexión Central
El Evangelio de este Domingo nos cuenta que el discípulo amado (Juan) “vio y creyó”…Ante todo, nos sentiremos amados? (condición esencial para ser auténtico cristiano), seremos capaces de ver esos signos de esperanza, de resurrección, en nuestras familias, en nuestra sociedad y nuestro mundo para así profesar nuestra fe en el RESUCITADO QUE da la vida nueva y una nueva visión del mundo a quien nos lo pida?
Pero no todo puede terminar en VER y CREER…Es necesario testimoniar, o como quieran llamarlo EVANGELIZAR…Pero yo prefiero decir, “compartir la experiencia de FE, las razones de nuestra esperanza”. Pedro en la primera lectura de este domingo es ejemplo para nosotros de este arrojo misionero, de este deseo de compartir el Kerygma (o sea el anuncio de la vida, obra y misterio de la muerte y resurrección de Cristo)…
Sin lugar a dudas que es en esto último en lo cual somos negligentes la mayoría de los cristianos y sobre todo Católicos…
Se nos ha olvidado que la esencia de la IGLESIA, es decir la asamblea o reunión de quienes nos decimos AMIGOS DE CRISTO, LOS BAUTIZADOS es el compartir esa BUENA NOTICIA. “Donde nace un bautizado, nace un enviado”, escuché alguna vez en el seminario y eso nunca lo olvido.
Siempre he dicho que nuestros hermanos protestantes nos llevan la delantera en esta tarea por su arrojo, su coraje, su valentía, su aplomo, su creatividad a la hora de compartir el evangelio…
Yo creo que si existiera un 11º mandamiento este rezaría: “Anunciar, compartir y extender el evangelio”. Es el mandamiento de la alianza nueva sellada en Jesucristo. Ahora, agreguémosle a éste, otros paralelos o mejor traducidos en nuestro contexto coyuntural, con el clásico decálogo:
1. Llamar a Dios Padre y vivir como hijos suyos y tratarnos todos como hermanos que merecen su amor, su ternura.
2. No referirnos tan rápidamente a Él, ni hablar de las cosas espirituales y sagradas sin previos fundamentos ni profundización.
3. Celebrar en comunidad el Domingo (día en que Dios descansó, no porque estuviera fatigado, Él no se cansa, “siempre está trabajando” como dijo Jesús, sino que esto significa " que nos pasa el balòn a nosotros", nos permite hacer uso de nuestra libertad) como hermanos que escuchan la PALABRA, responden al amor de Dios y se colaboran y sostienen entre sí comulgando con Jesucristo (EUCARISTIA).
4. Rendir honor a la maternidad y a la paternidad como debe ser, pues ellas tienen su fuente y su mejor modelo en Dios…esto nos exige de paso ser cuidadosos con la sexualidad y la manera como vivimos esa sagrada dimensión.
5. Recordar que no solo se hiere o mata con armas, que muchas veces es más peligrosa una lengua afilada, mentirosa y o blasfema…Así que emplear bien la comunicación y poner cuidado en lo que decimos.
6. Que el único pecado inmoral no se inscribe en el sexto mandamiento, que este queda en pañales ante faltas mayores que omitimos al momento de confesar nuestros pecados…y que esa fuerza desbocada “erótica sexual” o el tiempo que perdemos siendo infieles a nuestro cónyuge o pareja, en la pornografía y banalización del sexo pueden ser mejor empleados en la realización diaria de gestos de amor y caridad…
7. Haciendo eco del anterior, no sólo se roba dinero o bienes materiales, somos “ladrones del tiempo de Dios”, cuando perdemos horas y horas en cosas y actividades que solo nos dejaran remordimientos y amarguras profundas después (adicciones, al juego, alcohol, drogas, internet, videojuegos, etc)…Así que aprendamos también a valorar el tiempo y no solo al dinero.
Otra cosa, entendamos que la pobreza no se refiere a “no poseer bienes materiales, riquezas”, la pobreza es la capacidad de permanecer libres ante las posesiones, ante aquello que pareciera ser el dueño de mi vida o de mi felicidad…Pobreza es la capacidad de renunciar a mi tiempo para pasatiempos egoístas o alienadores, donde solo busco mi satisfacción y emplearlo para conversar, “perderlo”, compartiendo con aquellos que más me necesitan…
Pobreza es tener la capacidad de sentirme libre, desapegado y compartir sin tristeza mis pertenencias con quien necesita…Pobreza es ser consciente de que “yo no soy dueño de nada”, el propietario de todo es Dios, y que yo soy solo administrador o intendente de sus bienes y de que un día me pedirá cuentas de mi gestión.
Otra cosa, entendamos que la pobreza no se refiere a “no poseer bienes materiales, riquezas”, la pobreza es la capacidad de permanecer libres ante las posesiones, ante aquello que pareciera ser el dueño de mi vida o de mi felicidad…Pobreza es la capacidad de renunciar a mi tiempo para pasatiempos egoístas o alienadores, donde solo busco mi satisfacción y emplearlo para conversar, “perderlo”, compartiendo con aquellos que más me necesitan…
Pobreza es tener la capacidad de sentirme libre, desapegado y compartir sin tristeza mis pertenencias con quien necesita…Pobreza es ser consciente de que “yo no soy dueño de nada”, el propietario de todo es Dios, y que yo soy solo administrador o intendente de sus bienes y de que un día me pedirá cuentas de mi gestión.
8. Aprendamos también a alimentar el espíritu, así como alimentamos al cuerpo, esforcémonos por cultivar valores en nosotros mismos, en nuestros hijos y en los demás…No olvidemos los buenos libros, la música mensaje, las películas constructivas…
9. Seamos sensibles a las necesidades de quienes nos rodean, no nos encerremos en nuestro egoísmo, no nos refugiemos en la pereza o en el pesimismo o lo que es peor la depresión (otro nombre para la TRISTEZA, estar triste es pecado)…A veces tan solo basta una palabra positiva, un agradecimiento, una palmada sobre el hombro del otro, para reconfortarnos y reconfortar…
10. No separemos espiritualidad de religión o lo que es lo mismo FE de la IGLESIA…Una espiritualidad vivida sin unión con la comunidad creyente es un egoísmo disfrazado o disimulado…Ahh y sobretodo no olvidar la CARIDAD, porque oración y liturgia (celebración en comunidad, sacramentos) sin caridad es como un trípode al que le falta un pie y por lo tanto no puede sostenerse…
11. “Anunciar, compartir y extender el evangelio”, pero con alegría, con entusiasmo…
Ser comunicadores de buenas noticias al ejemplo de María en la visitación a su prima Isabel…Difundamos lo bueno de los otros, no seamos cómplices del sensacionalismo y superficialidad de tantos medios de comunicación que solo buscan publicidad, división, extender el miedo y el odio…
Ser comunicadores de buenas noticias al ejemplo de María en la visitación a su prima Isabel…Difundamos lo bueno de los otros, no seamos cómplices del sensacionalismo y superficialidad de tantos medios de comunicación que solo buscan publicidad, división, extender el miedo y el odio…
Pues bien dice Jesús, basta sólo con buscar primero construir el Reino de Dios y batirse por la justicia, y todo lo demás vendrá por añadidura…
Así que queridos amigos, hermanos en la fe, podremos decir que hemos resucitado cuando en nuestra vida se hayan conjugado todos estos mandamientos.
FELICES PASCUAS DE RESURRECCIÓN!
@gadabay
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