22 de noviembre del 2019 viernes de la 33a semana del TO o Santa Cecilia
(Lucas 19, 45-48) Jesús prepara el lugar. Él toma el espacio
del templo. Voy yo a arreglarle el espacio, el lugar que le corresponde en mi
vida? Voy yo a dejarme invadir por la alegría de Dios que viene a sacudir mi
pequeña comodidad y mis ideas ya hechas?
Primera lectura
Lectura del primer libro de los Macabeos
(4,36-37.52-59):
En aquellos días, Judas y sus hermanos propusieron: «Ahora que tenemos derrotado al enemigo, subamos a purificar y consagrar el templo.»
Se reunió toda la tropa, y subieron al monte Sión. El año ciento cuarenta y ocho, el día veinticinco del mes noveno, que es el de Casleu, madrugaron para ofrecer un sacrificio, según la ley, en el nuevo altar de los holocaustos recién construido. En el aniversario del día en que lo habían profanado los paganos, lo volvieron a consagrar, cantando himnos y tocando cítaras, laúdes y platillos. Todo el pueblo se postró en tierra, adorando y alabando a Dios, que les había dado éxito. Durante ocho días, celebraron la consagración, ofreciendo con júbilo holocaustos y sacrificios de comunión y de alabanza. Decoraron la fachada del templo con coronas de oro y rodelas. Consagraron también el portal y las dependencias, poniéndoles puertas. El pueblo entero celebró una gran fiesta, que canceló la afrenta de los paganos. Judas, con sus hermanos y toda la asamblea de Israel, determinó que se conmemorara anualmente la nueva consagración del altar, con solemnes festejos, durante ocho días, a partir del veinticinco del mes de Casleu.
Palabra de Dios
En aquellos días, Judas y sus hermanos propusieron: «Ahora que tenemos derrotado al enemigo, subamos a purificar y consagrar el templo.»
Se reunió toda la tropa, y subieron al monte Sión. El año ciento cuarenta y ocho, el día veinticinco del mes noveno, que es el de Casleu, madrugaron para ofrecer un sacrificio, según la ley, en el nuevo altar de los holocaustos recién construido. En el aniversario del día en que lo habían profanado los paganos, lo volvieron a consagrar, cantando himnos y tocando cítaras, laúdes y platillos. Todo el pueblo se postró en tierra, adorando y alabando a Dios, que les había dado éxito. Durante ocho días, celebraron la consagración, ofreciendo con júbilo holocaustos y sacrificios de comunión y de alabanza. Decoraron la fachada del templo con coronas de oro y rodelas. Consagraron también el portal y las dependencias, poniéndoles puertas. El pueblo entero celebró una gran fiesta, que canceló la afrenta de los paganos. Judas, con sus hermanos y toda la asamblea de Israel, determinó que se conmemorara anualmente la nueva consagración del altar, con solemnes festejos, durante ocho días, a partir del veinticinco del mes de Casleu.
Palabra de Dios
Salmo
1Cro 29,10.11abc.11d-12a.12bed
R/. Alabamos, Señor, tu nombre glorioso
Bendito eres, Señor, Dios de nuestro padre Israel,
por los siglos de los siglos. R/.
Tuyos son, Señor, la grandeza y el poder,
la gloria, el esplendor, la majestad,
porque tuyo es cuanto hay en cielo y tierra. R/.
Tú eres rey y soberano de todo.
De ti viene la riqueza y la gloria. R/.
Tú eres Señor del universo,
en tu mano está el poder y la fuerza,
tú engrandeces y confortas a todos. R/.
R/. Alabamos, Señor, tu nombre glorioso
Bendito eres, Señor, Dios de nuestro padre Israel,
por los siglos de los siglos. R/.
Tuyos son, Señor, la grandeza y el poder,
la gloria, el esplendor, la majestad,
porque tuyo es cuanto hay en cielo y tierra. R/.
Tú eres rey y soberano de todo.
De ti viene la riqueza y la gloria. R/.
Tú eres Señor del universo,
en tu mano está el poder y la fuerza,
tú engrandeces y confortas a todos. R/.
Lectura del santo evangelio según san Lucas
(19,45-48):
En aquel tiempo, entró Jesús en el templo y se puso a echar a los vendedores, diciéndoles: «Escrito está: "Mi casa es casa de oración"; pero vosotros la habéis convertido en una "cueva de bandidos."»
Todos los días enseñaba en el templo. Los sumos sacerdotes, los escribas y los notables del pueblo intentaban quitarlo de en medio; pero se dieron cuenta de que no podían hacer nada, porque el pueblo entero estaba pendiente de sus labios.
Palabra del Señor
En aquel tiempo, entró Jesús en el templo y se puso a echar a los vendedores, diciéndoles: «Escrito está: "Mi casa es casa de oración"; pero vosotros la habéis convertido en una "cueva de bandidos."»
Todos los días enseñaba en el templo. Los sumos sacerdotes, los escribas y los notables del pueblo intentaban quitarlo de en medio; pero se dieron cuenta de que no podían hacer nada, porque el pueblo entero estaba pendiente de sus labios.
Palabra del Señor
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La luz brilla de nuevo
En la primera lectura, vemos cómo el estado y o situación
del Templo llena de tristeza a Judas Macabeo y sus hombres. Ellos manifiestan
su duelo a través de los gestos habituales propios de ésta época y suplican a
Dios. Después Judas hace purificar aquello que ha sido profanado y ensuciado y
hace erigir un nuevo altar sobre el cual es ofrecido un sacrificio de acción de
gracias a Dios. Después de esta día, cada año, los judíos recuerdan la
consagración de este altar y el restablecimiento del culto en el Templo…
Jesús, aguafiestas!
En el Evangelio vemos cómo la organización del culto y los sacrificios suponían la presencia de
comerciantes y vendedores de animales en el Templo. A los ojos de Jesús, estos
ocupan demasiado espacio, disminuyendo el valor de la oración y el encuentro
con Dios. Al expulsarlos, Jesús cruza la línea del no regreso. Para los
autoridades del templo, esto es una provocación. Todos los actores de la
condenación de Jesús, y que forman el consejo superior, entran en escena y
reaccionan ante la autoridad de Jesús. Sin lugar a dudas, aquel día Jesús selló
su condena a muerte.
En conclusión, Jesús obedece a la Voluntad de su Padre,
sabiendo que su obediencia lo llevará a la cruz. Convencido de que su Padre
está presente en él, tiene el coraje de confrontar a las autoridades más
importantes para purificar el templo y le devolverá su santidad, un santuario
consagrado a la oración en la comunión con Dios. Cristo abre este lugar
privilegiado a toda persona, sin ninguna segregación. El amor universal de Dios
acoge a todos los pueblos.
¡¡¡¡¡
Jesús arrojó del Tempo a los comerciantes. --- Es para
nosotros un buen momento para preguntarnos: ¿Qué es lo que el Señor tiene que
arrojar fuera de nosotros para llegar a ser mejores cristianos? ¿Qué
obstáculos encontramos en el camino que nos llevaría más cerca de Dios en la
vida de cada día? Lo que realmente nos importa a los cristianos es que estemos
adheridos espiritualmente al Señor y cercanos a la gente que nos ha confiado.
Entonces podemos darle culto con toda nuestra vida.
Oración
Oh Dios y Padre nuestro:
Con frecuencia convertimos nuestros corazones
en casas de orgullo y avaricia
más que en hogares de amor y de bondad,
donde tú puedes sentirte a gusto, como en tu casa.
Destruye el templo del pecado en nosotros,
arroja toda clase de mal de nuestros corazones,
y haznos piedras vivas de una comunidad
en la que pueda vivir y reinar
tu Hijo Jesucristo, Señor nuestro
que vive y reina por los siglos de los siglos.
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