Hoy, 12 de julio, es el día nacional de Kiribati.
¿Que qué es Kiribati? Si no lo sabían, les cuento: es un país insular y archipiélago ubicado en el Pacífico central occidental, al noreste de Australia. Y, además de comenzar con la letra K (como Kuwait o Kenia), Kiribati ha reavivado en mí una especie de obsesionada simpatía por esta consonante tan peculiar. Porque la K, que también es el símbolo químico del potasio, ha ido invadiendo muchas memorias de mi generación.
Por eso me atrevo a preguntar: ¿Somos en realidad la generación X... o deberíamos llamarnos también Generación K?
La historia generacional se ha dividido así:
Generación Baby Boomer (1940-1953): nuestros padres nacieron en esta era.
Generación Jones (1954-1969): entre el "boom" y la X.
Generación X: entre mediados de los 60 y principios de los 80. Aquí estamos la mayoría de mis amigos, lectores y yo mismo.
Pero, al revisar con detenimiento, muchas de nuestras referencias culturales, sociales y hasta sentimentales están marcadas por la letra K. ¡Miren por qué!
Nos refrescábamos con la gaseosa roja y melosa llamada Kolkana.
Nos fascinamos con Kalimán, el hombre increíble, cuyas aventuras leíamos y escuchábamos en kilohertz.
Admiramos a Mario Alberto Kempes, goleador de Argentina 78.
Escribíamos con los bolígrafos Kilométrico y nos divertíamos viendo concursos como "Sube, sube el Kilométrico" en Animalandia.
Tuvimos héroes locales como Kapax, el Tarzán colombiano y pez del Magdalena. Disfrutamos de kumis en la esquina de los "Kawasakis".
Vimos Kung-Fu, Kojak, King Kong, y contamos chistes sobre ellos.
Kenneth Johnson aparecía al final de nuestras series favoritas: Hulk, La Mujer Biónica, V
Freddy Krueger nos asustaba en "Pesadilla sin fin".
Clark Kent nos enseñaba que hasta los superhéroes tienen debilidades como la kryptonita.
Y el Llanero Solitario tenía a su fiel Toro, quien lo llamaba "Kemosabi".
Veíamos "Guerra de Estrellas", soportando ver a Don Saúl y deleitándonos con la belleza de Karina,
Nos conmovimos con Kramer vs Kramer, y nos alimentamos con leche Klim, sopas Knorr y cereales Kellogg's.
Nos emocionamos con Kunta Kinte y lloramos con su historia en "Raíces". Celebramos a Martin Luther King y gritamos "Yo tengo un sueño".
Nos reímos con Kiko, nos intrigamos con la sensual Kika, y conocimos a Sylvia Kristel (Emmanuelle).
Los insectos caían ante el Kan-Kill.
Y aprendimos palabras como kilo, kiosco, kimono, kepis.
Nos hablaron de las pirámides de Keops y Kefrén.
En los Kioskos leíamos Kalimán, Kapax...
Jugábamos a Karate y veíamos Kickboxer.
Comprábamos películas Kodak y leíamos revistas con Kolynos en los dientes.
Conocimos a Kepa Amuchastegui, Gene Kelly, Kim Basinger, Kirk Douglas, Stanley Kubrick, Boris Karloff, Kelly Preston, Grace Kelly, Kennedy (presidente y barrio), Karina, Karloff,
y escuchamos a King Clave y Pecos Kanvas.
Cantamos Karma Chameleon, escuchamos Kool and the Gang, New Kids on the Block.
En Keoma, un sitio de Marquetalia, bailábamos lambada al ritmo de Kaoma.
Hablamos de personajes internacionales como Kissinger, Khomeini, Kadhafi, Kasparov, Karpov...
Supimos del karma, el kerygma, el kairos, el Kyrie eleison.
Vimos Hello Kitty,
usamos Kotex, Kleenex,
comimos en KFC,
vimos el Auto Fantástico (K2000),
aprendimos de Kant, Kierkegaard, Kafka, los Karamazov, Kepler, Kelvin, Kenzaburo Oe, Kipling, Keynes, Hans Küing, Kundera, Kurosawa, Kieslowski...
Disfrutamos las canciones de los Kjarkas,
vimos la bandera del Kamasutra ondear entre bastidores
y nos reímos con Carlos Vives diciendo: "¡Que viva Palenque y que viva Kid Pambelé!"
¡Definitivamente somos la Generación K!
Una generación marcada por el conocimiento, el kitsch, el karma, el kilobyte, el kickboxing, el kéfir, el kerygma... y la kilométrica nostalgia.
OK, o mejor... ¡0K!
Hasta la próxima.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por visitar mi blog, Deje sus comentarios que si son hechos con respeto y seriedad, contestaré con mucho gusto. Gracias. Bendiciones