miércoles, 14 de mayo de 2014

FELIZ DÍA DEL PROFESOR...PERO SÉ MAESTRO!

Brindas cada día, 

lo mejor de tu vida,

y más allá del aula, 
tu voz siempre habla...

EN EL DÍA DEL MAESTRO... MAESTRO, ERES MAESTRO



Y habría que distinguir en verdad, entre maestros, profesores y docentes. Pienso que hay millones de docentes, una gran cantidad de profesores y unos pocos maestros.

El ideal del docente y del profesor es llegar a ser MAESTRO. 
Porque MAESTRO es sinónimo de JESUCRISTO, es el homónimo del Buen Pastor, cuya fiesta celebramos también este 15 de mayo.

El principal reto de los catequistas, de los docentes, de los padres de familia es llegar a ser MAESTROS, con mayúscula.

En mi pueblo tengo un amigo que ahora vive en Bogotá y siempre dice que llama a sus amigos y conocidos y mismo a sus instructores de Escuela y el poco colegio que hizo PROFESORES, nunca los llama MAESTROS, porque según él y en ello tiene mucha razón MAESTRO es un título grande, y merece dignidad y muchos méritos para llevar ese nombre.

Fue a los 15 años cuando vi la posibilidad en mi vida de llegar a ser MAESTRO, me matricule con toda libertad en la Normal La candelaria de Marquetalia donde se obtenía el título de bachiller pedagógico (para este tiempo, antes era el de MAESTRO). Así me gradué como bachiller pedagógico en 1987, entré al Seminario de Misiones en 1988, y en muchas ocasiones como seminarista realicé que la formación obtenida en pedagogía me era de gran ayuda y me vi varias veces como profesor (maestro con remarcados y normales limitaciones) en tanto que catequista en las montañas del Azuay en Ecuador, como profesor temporal y también catequista  en colegios  y parroquias de Medellín.

En 1994 tuve el gran honor, orgullo y privilegio de verme como docente de mi bien amada Normal, profesor de Filosofía e instructor musical o introductor a la guitarra. 

Luego profesor estatal durante 5 años en el Colegio o Postprimaria El Placer, instructor de ingles básico, profesor de español y literatura, religión y sociales en todos los grados...Fue una de las maravillosas experiencias de mi vida.

 En el seminario también próximo a ser sacerdote, pude ser tutor de algunos de mis compañeros, un año después de haber obtenido mi título de Licenciado en Filosofía con la Universidad Santo Tomas de Aquino.

Ejercí mi capacidad o ganas de ser MAESTRO en África, recientemente en Bogotá y ahora acá en Canadá.

Siempre me he considerado amante de la enseñanza, adoro la pedagogía, y siempre he querido más que impactar ayudar a los otros a ver la luz, como el oficio de la partera o la metodología mayéutica de la que hablara un día Sócrates. 

De una u otra manera, todos los seres humanos estamos invitados a ser MAESTROS, PASTORES, GUIAS para nuestros semejantes…

Eso era y es en el fondo lo que busca Jesús, la Iglesia, la familia…que todos podamos comunicar lo mejor de nosotros, lo aprendido y que nos ha hecho felices o realizados,  a los demás…Pues en medio de nuestras familias y comunidades o grupos de estudio y trabajo hay muchos desalentados y heridos por la vida, dependientes de algo o alguien (droga, alcohol, sexo, juego, etc.), pusilánime y cortos ante el miedo, aterrorizados ante el futuro y faltos de esperanza, deprimidos, sin rumbo, perdidos o desorientados…necesitados de una palabra de aliento, de coraje, necesitados de alguien que les testimonie que si es posible AMAR, CREER, SERVIR ,  ENSENAR ENOCONTRAR EL CAMINO a la manera del MAESTRO DE MAESTROS: Jesús de Nazaret.

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Pues el Maestro a diferencia del profesor o docente, contagia su vocación de servicio y el amor a la ciencia y a la sabiduría,

Su principal preocupación es dar testimonio y no transmitir meros conocimientos y o teorías.

El maestro no ensena por el sueldo o la avidez del dinero, su principal ganancia es la sabiduría y felicidad que alcancen a atrapar sus alumnos.

El maestro ensena a pensar y no lleva a sus alumnos a pensar como él.

El maestro te muestra posibilidades y le corresponde a cada alumno decidir y o escoger la opción.

El maestro acepta y siempre trata de comprender y ser tolerante en la diferencia con sus colegas padres de familia y alumnos.

El verdadero maestro capta lo esencial, lo urgente y efectivo en cada momento y lugar. Y da a esa urgencia, eficacia  y sentido  prioridad.

El maestro vive su cátedra de vida y realización personal en su casa, con sus amigos y al interior del aula de clase con sus alumnos.

Al maestro le palpita fuerte el corazón y se emociona estando frente a sus alumnos, pidiendo en el fondo de su ser al MAESTRO DE LOS DONES, Al Espíritu santo que le inspire  haga fructífera y noble su labor.

El verdadero maestro inspira el amor a la sabiduría, despierta las ganas de leer y de descubrir ampliamente  el mundo con sus conversaciones y sus clases tanto dentro como fuera del aula.

Frente al fenómeno político no se inscribe en ningún partido por tradición o poder coyuntural sino que invita a analizar  y a apoyar las mejores opciones  que correspondan con el bienestar del pueblo o comunidad.

Ante la religión no niega  con amargura ni afirma con fanatismo la existencia de un dios, sino que respeta las profesiones de fe y  sabiamente da lugar a las probabilidades de un ser trascendente  y está abierto al misterio.

Un maestro arrastra con sus convicciones y ejemplo de vida más que con actitudes fingidas o hipócritas dentro de un determinado ambiente social.

El auténtico maestro respira justicia, se doblega por compasión y no juzga ni condena a nadie sin antes observar bien las cosas y hacer un minucioso juicio.

El maestro ideal no se enorgullece de ser maestro, antes se siente indigno y es humilde frente a lo que puede compartir, enseñar o comunicar y no tolera que le digan maestro sino más bien profesor.

El verdadero maestro, al decir de Paulo Freire,  nunca pretenderá ensenarte nada sino que te hará saber que todos aprendemos de todos porque nadie enseña a nadie.

Un maestro es sinónimo de alegría, de buen humor, de paciencia, de creatividad, de amor al arte y a la ciencia…

En fin el fiel maestro es a la vez discípulo, es un padre bueno y prodigo, un servidor, el amigo más confiable, es la luz, la sal y es capaz de dar la vida si es preciso por lo que es justo y verdadero tanto dentro como fuera del salón de clase.

FELIZ DÍA A TODOS MIS MAESTROS DE AHORA
Y A LOS DE ANTES…

QUE DIOS LOS BENDIGA  HOY Y SIEMPRE ¡

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