FELIZ DÍA DEL PROFESOR...PERO SÉ MAESTRO!
Brindas cada día,
lo mejor de tu vida,
y más allá del aula,
tu voz siempre habla...
tu voz siempre habla...
EN EL DÍA DEL MAESTRO... MAESTRO, ERES MAESTRO
Y habría que distinguir en
verdad, entre maestros, profesores y docentes. Pienso que hay millones de
docentes, una gran cantidad de profesores y unos pocos maestros.
El ideal del docente y del
profesor es llegar a ser MAESTRO.
Porque MAESTRO es sinónimo de
JESUCRISTO, es el homónimo del Buen Pastor, cuya fiesta celebramos también este
15 de mayo.
El principal reto de los
catequistas, de los docentes, de los padres de familia es llegar a ser
MAESTROS, con mayúscula.
En mi pueblo tengo un amigo que
ahora vive en Bogotá y siempre dice que llama a sus amigos y conocidos y mismo
a sus instructores de Escuela y el poco colegio que hizo PROFESORES, nunca los
llama MAESTROS, porque según él y en ello tiene mucha razón MAESTRO es un título
grande, y merece dignidad y muchos méritos para llevar ese nombre.
Fue a los 15 años cuando vi la
posibilidad en mi vida de llegar a ser MAESTRO, me matricule con toda libertad
en la Normal La candelaria de Marquetalia donde se obtenía el título de
bachiller pedagógico (para este tiempo, antes era el de MAESTRO). Así me gradué
como bachiller pedagógico en 1987, entré al Seminario de Misiones en 1988, y en
muchas ocasiones como seminarista realicé que la formación obtenida en
pedagogía me era de gran ayuda y me vi varias veces como profesor (maestro con
remarcados y normales limitaciones) en tanto que catequista en las montañas del
Azuay en Ecuador, como profesor temporal y también catequista en colegios
y parroquias de Medellín.
En 1994 tuve el gran honor,
orgullo y privilegio de verme como docente de mi bien amada Normal, profesor de
Filosofía e instructor musical o introductor a la guitarra.
Luego profesor estatal durante
5 años en el Colegio o Postprimaria El Placer, instructor de ingles básico,
profesor de español y literatura, religión y sociales en todos los grados...Fue
una de las maravillosas experiencias de mi vida.
En el seminario también
próximo a ser sacerdote, pude ser tutor de algunos de mis compañeros, un año
después de haber obtenido mi título de Licenciado en Filosofía con la
Universidad Santo Tomas de Aquino.
Ejercí mi capacidad o ganas de
ser MAESTRO en África, recientemente en Bogotá y ahora acá en Canadá.
Siempre me he considerado
amante de la enseñanza, adoro la pedagogía, y siempre he querido más que
impactar ayudar a los otros a ver la luz, como el oficio de la partera o la
metodología mayéutica de la que hablara un día Sócrates.
De una u otra manera, todos los
seres humanos estamos invitados a ser MAESTROS, PASTORES, GUIAS para nuestros
semejantes…
Eso era y es en el fondo lo que
busca Jesús, la Iglesia, la familia…que todos podamos comunicar lo mejor de
nosotros, lo aprendido y que nos ha hecho felices o realizados, a los
demás…Pues en medio de nuestras familias y comunidades o grupos de estudio y
trabajo hay muchos desalentados y heridos por la vida, dependientes de algo o
alguien (droga, alcohol, sexo, juego, etc.), pusilánime y cortos ante el miedo,
aterrorizados ante el futuro y faltos de esperanza, deprimidos, sin rumbo,
perdidos o desorientados…necesitados de una palabra de aliento, de coraje,
necesitados de alguien que les testimonie que si es posible AMAR, CREER, SERVIR
, ENSENAR ENOCONTRAR EL CAMINO a la manera del MAESTRO DE MAESTROS: Jesús
de Nazaret.
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Pues el Maestro a diferencia
del profesor o docente, contagia su vocación de servicio y el amor a la ciencia
y a la sabiduría,
Su principal preocupación es
dar testimonio y no transmitir meros conocimientos y o teorías.
El maestro no ensena por el
sueldo o la avidez del dinero, su principal ganancia es la sabiduría y
felicidad que alcancen a atrapar sus alumnos.
El maestro ensena a pensar y no
lleva a sus alumnos a pensar como él.
El maestro te muestra
posibilidades y le corresponde a cada alumno decidir y o escoger la opción.
El maestro acepta y siempre
trata de comprender y ser tolerante en la diferencia con sus colegas padres de
familia y alumnos.
El verdadero maestro capta lo
esencial, lo urgente y efectivo en cada momento y lugar. Y da a esa urgencia,
eficacia y sentido prioridad.
El maestro vive su cátedra de
vida y realización personal en su casa, con sus amigos y al interior del aula
de clase con sus alumnos.
Al maestro le palpita fuerte el
corazón y se emociona estando frente a sus alumnos, pidiendo en el fondo de su
ser al MAESTRO DE LOS DONES, Al Espíritu santo que le inspire haga
fructífera y noble su labor.
El verdadero maestro inspira el
amor a la sabiduría, despierta las ganas de leer y de descubrir ampliamente
el mundo con sus conversaciones y sus clases tanto dentro como fuera del
aula.
Frente al fenómeno político no
se inscribe en ningún partido por tradición o poder coyuntural sino que invita
a analizar y a apoyar las mejores opciones que correspondan con el
bienestar del pueblo o comunidad.
Ante la religión no niega
con amargura ni afirma con fanatismo la existencia de un dios, sino que
respeta las profesiones de fe y sabiamente da lugar a las probabilidades
de un ser trascendente y está abierto al misterio.
Un maestro arrastra con sus
convicciones y ejemplo de vida más que con actitudes fingidas o hipócritas
dentro de un determinado ambiente social.
El auténtico maestro respira
justicia, se doblega por compasión y no juzga ni condena a nadie sin antes
observar bien las cosas y hacer un minucioso juicio.
El maestro ideal no se
enorgullece de ser maestro, antes se siente indigno y es humilde frente a lo
que puede compartir, enseñar o comunicar y no tolera que le digan maestro sino
más bien profesor.
El verdadero maestro, al decir
de Paulo Freire, nunca pretenderá
ensenarte nada sino que te hará saber que todos aprendemos de todos porque
nadie enseña a nadie.
Un maestro es sinónimo de
alegría, de buen humor, de paciencia, de creatividad, de amor al arte y a la
ciencia…
En fin el fiel maestro es a la
vez discípulo, es un padre bueno y prodigo, un servidor, el amigo más
confiable, es la luz, la sal y es capaz de dar la vida si es preciso por lo que
es justo y verdadero tanto dentro como fuera del salón de clase.
FELIZ DÍA A TODOS MIS MAESTROS
DE AHORA
Y A LOS DE ANTES…
QUE DIOS LOS BENDIGA HOY
Y SIEMPRE ¡
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