En el día argentino de la cerveza!

Loa a la cerveza!



De entre todas las bebidas alcohólicas que probé siendo un pùber,
(indebidamente y por la irresponsabilidad de mis padres, lo confieso) 
fue la cerveza. 

Recuerdo que gracias a la revista “muy interesante
que leía desde mi época de escolar, 
supe (no sé si era aún es verdad) que ella fue inventada por accidente 
y gracias a que alguien dejo caer unos granos de maíz o de cebada 
entre un estanco de agua y percibió el proceso, la fermentación que ocurría.

Confieso una vez más que mi primera “pea” o borrachera 
a edad demasiado tierna fue con una rubia embotellada (no la bella genio). 

Después me enteré que entre todos en el mundo, 
los alemanes son los mejores para hacerla 
y en especial los monjes trapenses no importa de cuál país!

Cerveza en espanol,
ale o bear en inglés,
bière en francés,
y "pola" en marquetòn...

Nací en un pueblo cervecero y sin ser de Boyacá, sino de Caldas,
siempre la he preferido al vino o a cualquier otro trago fino. 

Fueron muchas las “polas” que me tomé 
acompañado de mis amigos (de ocasión) o compañeros temporales, 
lo que me ha llevado a concluir 
que solo alrededor del vino (del mundo o eucarístico) 
he forjado los grandes y trascendentales, y fieles amigos.

Pero la cerveza hace parte de mi nostalgia, 
de mis días de adolescencia, de juventud despreocupada...

Recuerdo esa primera cerveza rozando mayoría de edad 
junto a mis amigos "ados" en  la taberna “tempus club”, 
razón social de antaño (1986) 
para beber en mi pueblo.

Bebiendo cerveza, añoré le champagne, el brandy 
citados por las baladas y canciones 
que amenizaban esas veladas de amistad.

Supe que existía “el submarino” 
que no era más que la alocada mezcla de cerveza y aguardiente…

Inolvidables son esas imágenes provincianas, 
de mesas abarrotadas de botellas cerveceras en cantinas y bares, 
y que eran el orgullo “estúpido e insensato” 
de los que se creían "hijos del pueblo" 
mientras tarareaban y brindaban con el chente,
quienes se entregaban a la “bebeta” 
de forma irresponsable y desconsiderada…
como si beber fuera un orgullo. 

Lo malo es que aun hoy, muchos están convencidos de tal necedad…

Qué bueno es una “chevecha” cuando se sube a la "cabecha"
como cantó Palito Ortega en una de sus canciones, 

que delicioso sabe ella, alrededor de un partido de futbol 
ganando el Once Caldas o La Selección Colombia…

Se ha dicho hasta la saciedad que el vino alegra el corazón,
pero no hemos de olvidar que “vino” es genérico 
de toda bebida con mínimo o mucho de alcohol…

Es cierto la cerveza es popular, 
el vino puede ser de clase media 
y el brandy y el whisky pueden ser de clase alta…
(parafraseando a “Chester” de Sábados Felices y no al gran Chesterton).

Siempre estarán en mi mentes esas cervezas “Jupiler” belgas, 
económicas, que junto al chocolate 
a los amigos me hicieron enamorarme del país de “flamands y walons” .

Y como olvidar esas cervezas frías en Africa 
que demostraban o hacían ver que la sed merecía la pena…

Bien ha dicho Benjamin Franklin 
que “la cerveza es la prueba indiscutible de que Dios nos ama 
y nos quiere ver felices.”

Y “el pesimista ve la botella medio vacía (de agua), 
el optimista medio llena (de cerveza”).

Y como protegerse del aguan contaminada? Bebiendo cerveza.

Ahh y no existen la cerveza maluca, solo que hay unas que saben mejor que otras…

hip…hip Feliz día de la cerveza este 31 de mayo!, no aquí donde estoy, ni en Colombia… sino en Argentina, tierra del Papa…hip, hip!

Yo...que aunque es fin de semana, estoy juicioso y solo en casa...
pero si viniera alguien le propondría bebernos juntos una cerveza

Salud!

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