martes, 5 de agosto de 2014

31 de agosto del 2014: 22o Domingo del Tiempo Ordinario A

Tomar la cruz como Él

Por su cruz y su sufrimiento, Jesús ha trazado un camino de vida fecunda, según la Voluntad de Dios. De este modo, necesitamos conocer el culto espiritual verdadero: ofrecer su vida, su persona y todo su ser.



EVANGELIO  Mateo 16, 21-27

 Desde entonces empezó Jesús a manifestar a sus discípulos que tenía que ir a Jerusalén, padecer mucho a manos de los senadores, sumos sacerdotes y letrados, ser ejecutado y resucitar al tercer día.
 Entonces Pedro lo tomó aparte y empezó a increparlo:
- ¡Líbrete Dios, Señor! ¡No te pasará a ti eso!
 Jesús se volvió y dijo a Pedro:
 - ¡Vete! ¡Ponte detrás de mí, Satanás! Eres un tropiezo para mí, porque tu idea no es la de Dios, sino la de los hombres.
  Entonces dijo a los discípulos:
 - El que quiera venirse conmigo, que reniegue de sí mismo, que cargue con su cruz y entonces me siga.  Porque si uno quiere poner a salvo su vida, la perderá; en cambio, el que pierda su vida por causa mía, la pondrá al seguro.  Y luego, ¿de qué le sirve a un hombre ganar el mundo entero a precio de su vida? ¿Y qué podrá dar para recobrarla?  Además, el Hijo del hombre va a venir entre sus ángeles con la gloria de su Padre, y entonces retribuirá a cada uno según su conducta.



A guisa e introducción:

Sueño y realidad:

Mismo si con frecuencia se habla de manera bella y romántica de Resurrección, de Vida Futura con un cuerpo transformado; todas estas realidades  no dejan de parecernos lejanas y difícilmente nos motivan para aceptar las pruebas, los sufrimientos.

Uno escucha decir a menudo : “uno se acerca más de Dios en el sufrimiento”, y esto es verdad para ciertas personas. La mayoría de la gente considera que una prueba es una prueba desde todo punto de vista. La prueba no aceptada conduce a la agresividad, a lo que es contrario de la felicidad.

No es mejor dejarse paralizar por el miedo, el dolor y el mal. Tampoco es mejor disimular o hacer  como si la enfermedad no existiera, como esa mujer que no hablaba de su enfermedad, ni a sus hijos, ni a sus compañeros de trabajo, ni a sus parientes; cuando ella va al hospital, uno no lo sabrá que después de lo peor, indirectamente; pues ella quería esconder todo, se negaba a hablar de ello: lo que constituye para muchos una evasión perfecta.

En nuestros días, la evasión es la gran plaga de la sociedad (por el alcohol, la droga, los medicamentos en exceso, el sueño continuo). Los vendedores de evasión muestran su mercancía como sueños para alcanzar la felicidad; ciertos grupos espirituales presentan la felicidad, accesible por el conocimiento, el pensamiento positivo (la auto-ayuda); según la gnosis, uno piensa y uno vive como si el mal no existiera bajo todas sus formas, incluyendo a la muerte.

Jesús rechaza la gloria fácil que sueña el apóstol. “Pedro no vengas aquí a ponerle trabas a mi proyecto”, “no intentes detener mi marcha”; “yo he prometido al Padre realizar mi trabajo, como humano, por el camino del amor y de la humillación. Uno sufre por quienes ama. “Yo amo la humanidad hasta el punto de dar mi vida por ella; yo amo a mi Padre, hasta el punto de hacer su Voluntad”.

Nadie, no hay ningún ser humano que haya podido ni pueda  sustraerse a la muerte, ni el mismo Jesús, quien ha perdido su vida de hombre para que se manifieste en Él la vida de Dios.

La fe es todo lo contrario de la evasión, así como de lo real (si se entiende bien el sentido de la fe, si la fe es más que superstición). Se pueden tomar medicamentos para aliviar sus males, pero no para evadirse. Como Jesús, un ser humano responsable mira la realidad de frente; es el realismo y el coraje (la apuesta) por la Fe.

Todos los que sufren son invitados a comprender que Dios los ama hasta el punto de identificarse con ellos, viviendo como ellos los mismos sufrimientos y la misma muerte.
Si miramos la vida de no importa cual santo entre los tantos que tiene el calendario a lo largo del año, en esencia, ellos meditan y viven la Pasión de Cristo. Permítanme centrarme por ejemplo en el santo que celebramos esta semana y de quien se cumplen 155 años de su muerte: San Juan María Vianey más conocido como “EL santo cura de Ars”.  A este cura de pueblo, sencillo, sacrificado, buen predicador le obsesionaba cumplir la Voluntad de Dios y por ello se sometió a la realidad de su época, no ingenuamente, sino de una manera lúcida y libre. Este padrecito no se amilanó ante las burlas de la gente que lo asediaron al principio, supo enfrentar su escasez de recursos tanto de iglesia como de casa de residencia, comía y dormía poco y pasaba más de dos partes de la jornada (18 horas) en el confesionario y o orando ante el Santo Sacramento, testimonio y ejemplo de vida que llevó a la conversión cristiana  a muchas personas no solo del pueblo de Ars sino de otras partes de Francia…San Juan María recibía de Dios todo lo necesario: el poder de consolar, de sanar y de liberar la gente.
Los amigos de Jesús toman su cruz cada día, “un día a la vez”, “cada día con su propio afán”, con valentía, con todas las capacidades humanas y con la Fe puesta en Dios; para ellos el mercader de felicidad  y en quien fijan su voluntad personal, es Aquel que da Salud y Vida: Dios.


Aproximación psicológica al texto del Evangelio:

Controlar todo y al mismo tiempo perder todo

No conozco a nadie que haría del evangelio de este domingo su pasaje favorito, un pasaje que al leerlo regularmente le permitiera decir al mismo tiempo que lo degusta, lo saborea por la fuerza de su sabiduría: “sufrir”, “ser asesinado”, “tomar su cruz”, “perder su vida”, “recibir la recompensa de acuerdo a su conducta”.

Todos los ingredientes están reunidos para hacer revivir un cristianismo que muchos han “vomitado” desde los años 60. A menos de ser masoquista, uno no puede aspirar de nuevo, desear una tal vía o camino.

Y por lo tanto, no será verdad que este pasaje quizás  encierre el secreto para un destino extraordinario, para una verdadera vida dentro de todo lo que ella puede dar? Nuestras imágenes de autoflagelación, de vida disminuida y de pan de miseria no serán totalmente falsas? Los slogans como “es necesario hacer sacrificios” no pasarán de  largo, son irrelevantes con respecto a lo que dice Jesús? Ante todo, qué significa “negarse a sí mismo”, “tomar su cruz”, “perder su vida?”

Me parece que la pista más fecunda para comprender las interpelaciones de Jesús es aquella respecto a nuestra necesidad de controlar, controlar nuestra vida, controlar aquello que nos rodea. Ustedes saben que con las pulsiones sexuales, el control es una de las grandes necesidades que nos habitan. El control está mismo en el origen del progreso de nuestro mundo: lograr controlar las fuerzas hostiles, arribar a controlar nuestras fuentes de subsistencia, lograr controlar lo que será mañana. Uno no apostará mucho por una compañía que no controle sus entradas y sus salidas. Y por lo tanto no hay acá para nuestra humanidad un obstáculo/ un riesgo?

Cada uno podría hacer el ejercicio de nombrar aquello que controla o lo que le gustaría controlar. A quien no le gustaría ejercer un control absoluto en su trabajo, en su empleo. Acaso los sindicatos no surgieron a raíz de esta necesidad? Pero qué sucede cuando esta necesidad de control, sea del lado patronal, del lado sindical, se convierte un absoluto en sí mismo? No hay ya más evolución, ni novedad, no se escuchan ya más ideas originales, no hay mas adaptación a las nuevas condiciones del mercado, no se cuestiona más las practicas acostumbradas, no se hace mas llamada a las nuevas capacidades de la gente. EL control erigido como absoluto va no solamente matar la empresa, sino también matar a todo el personal.

En nuestra calidad de padres quisiéramos controlar el destino de nuestros hijos, y esto, aduciendo, por su bien. Como vemos con más amplias perspectivas, como deseamos para ellos un destino fabuloso y sobre todo como no queremos que conozcan las mismas dificultades que nosotros conocimos, tratamos entonces de pavimentarles el camino, proveerles de lo necesario, indicarles la vía a seguir, protegerles de una serie de males. El problema, es cuando ese deseo, bien intencionado en sí, se convierte en ejercicio de control.

Cuando yo pierdo el control de una realidad, yo tengo la impresión de morir. En el mundo político, hay hacedores de imágenes que ejercen un control absoluto sobre lo que se dice y se escribe sobre un personaje.

Por definición, el controlador quiere conservar lo que existe, y de ese modo puede impedir que lleguen realidades nuevas. Hay como una dialéctica entre el control de las cosas y la verdad de las cosas. Volvamos a Jesús. La mención del destino trágico que le espera no es más que una manera de decir: “yo quiero permanecer fiel a mi verdad y a la realidad de las cosas, mismo si eso implica que yo pierda el control sobre el destino de mi vida”. Debido a que Él no ha tratado de controlar todo en su caminar, Él ha dejado advenir la vida. Planificar su vida es una cosa, controlarla es otra. Hay como una semilla de muerte en el control. 

El proyecto de mi vida, es aceptar de dejarme “quemar” por las palabras de mis hijos, de mis colegas, de mi conyugue, de los medios, de todo aquello que puede contener una capa de verdad, y eso implica aceptar no controlarlas, eso implica “olvidarse de sí mismo”, de “desprenderse de su vida”. He aquí mi meditación actual, he aquí lo que nuestra sociedad y el conjunto de la Iglesia debería meditar. Es la condición para dejar advenir una vida superabundante que uno no se imagina.


Reflexión Central:  

Seguir a Cristo hoy


A veces uno se imagina que porque se ha aceptado seguir a Jesús, y se le ha dicho si, todo va a ser color de rosa, pero las cosas no son así.

El Señor nos había prevenido: “El que quiera venirse conmigo, que reniegue de sí mismo, que cargue con su cruz y entonces me siga.”. Pero, lo que es maravilloso, es la continuación del discurso de Jesús: “Si alguno quiere poner a salvo su vida, la perderá; en cambio, el que pierda su vida por causa mía, la pondrá al seguro. El ejemplo del profeta Jeremías es convincente en ese sentido. La exhortación de Pablo a los Romanos va en la misma dirección.  Y hoy la vida de una gran cantidad de “enviados de Dios”, testimonia siempre esta misma verdad.

Y como cristianos, no somos todos nosotros, en un sentido u otro, “enviados de Dios”?

Proclamar la Palabra y seguir a Jesús, una tarea infatigable

El profeta Jeremías lo ha aprendido a base de esfuerzos. Anunciar el bien, está bien. Pero denunciar el mal, es algo incómodo, cuestiona, esto suscita reacciones que a veces, van demasiado lejos, mismo hasta la muerte. Jeremías un día, se ve en el fondo de una cisterna, sumergido hasta el cuello…muchas veces, desanimado, ha querido abandonar su vocación de profeta. Pero siempre, una voz le decía que él no podía sustraerse de su misión y que el Señor le sostendría hasta el fin.

San Pablo, cuando escribe a los Romanos, sabe de qué está hablando: Él mismo ha sido perseguido una y otra vez: es sino leer los capítulos 11 y 12 de la segunda carta a los Corintios para darse cuenta. Todos los apóstoles, a excepción de Juan, murieron mártires. Y de igual manera, la historia reciente, está llena de esos testigos que han anunciado Jesús hasta el don de su vida. Que se piense en Monseñor Romero en El Salvador, en Girardi, en los obispos colombianos Jesús Emilio Jaramillo e Isaías Duarte, en los monjes de Tiberina (Algeria) (cuya vida fue llevada a la pantalla en la película: “De dioses y hombres” (“Des hommes et des dieux”). Si ustedes reciben el correo internet de la Agencia Zenit,  pueden ver a menudo los anuncios o pequeñas noticias de mártires contemporáneos por causa de la FE.

Jesús mismo nos ha mostrado el camino, su agonía, su camino de la cruz (via-crucis), su muerte, abandonado como un vulgar bandido, (de quien nosotros damos testimonio de la Resurrección)…

El arrojo o valentía para anunciar la Palabra y seguir a Jesús

Es el deber de todo bautizado. La mayor parte del tiempo, no todos los cristianos lo hacen ante la Asamblea Dominical, pero lo hacen de diversas maneras en la vida corriente…

Puesto que dar testimonio del Evangelio de hoy exige con frecuencia coraje,
ese coraje que viene de la fuerza del Espíritu de Jesús.
Coraje de tomar partido por los más marginados de nuestra sociedad.
Coraje de manifestar sin violencia, en contra de los poderes del dinero
y en contra de  las violencias armadas o no armadas,
que se ejercen en  contra de los pueblos impotentes y dominados,
Coraje de manifestarse en contra de los explotadores sin escrúpulos,
en contra de los abusadores de niños…
coraje para afirmar los derechos de quienes no tienen voz,
de los sin documentos, de los sin techo.
Coraje para no hacer trampa, para no cometer fraude,
cuando otros lo hacen sin vergüenza.
Coraje para no blasfemar cuando todos alrededor lo hacen.
Coraje para ser fiel a sus compromisos y responsabilidades en el matrimonio,
cuando otros los desdeñan con facilidad.
Coraje de orar, de detenerse al pasar ante la iglesia,
de ir a la misa del domingo, cuando otros además de no ir también se mofan,
y ridiculizan  a quienes asisten.
Coraje para permanecer de pie, siendo verdadero y justo, cuando los otros trepan.
Coraje de evangelio, coraje de los profetas como Jeremías, como Jesús,
como los apóstoles, como muchos hoy, quienes, a veces, lo pagan mismo con su vida.

Aquellos que siguen a Jesús y toman su cruz no son abandonados por Dios, sino que por el contrario se hacen más cercanos a Él.

Qué es lo que sostiene a estos testigos de Dios y de Cristo? Qué es lo que hace que ellos continúen proclamando la Palabra y viviendo a pesar de las dificultades? Es por su fuerza de carácter?  Acaso por qué tienen la cabeza dura? Acaso son testarudos como mulas? O es por que son muy orgullosos para abandonarlo todo? No, para nada. Es debido a que en primer lugar, ellos son sostenidos por la fuerza del mismísimo Dios. Los testigos de Dios tienen sed de Dios y no pueden evadirlo. Su sed es tan grande que ellos quieren a cualquier precio comunicarla a los otros. Ellos han visto « la fuerza y la gloria » de Dios: ellos han sido encandilados y ellos quieren que los demás sean encandilados como ellos! Y todo esto, a pesar de las dificultades y las persecuciones, « la alegría en los labios, ellos dicen la gloria de Dios ». Ellos creen que el Señor es su « auxilio » y que « la diestra de Dios los sostiene » (Salmo 63).

Por otro lado, ellos se consuelan y se sienten seguros creyendo que el Reino de Dios pertenece a aquellos que son perseguidos a causa del Señor.  Jesús mismo no duda en proclamarlos « bienaventurados » o « felices » (según la traducción) (Mateo 5,10). Y promete: « Aquel que pierde su vida por mí la guardará ».

Entre nosotros, no todos estamos llamados a testimoniar de Jesús como Jeremías o como Pablo. Es probable que la mayoría no muramos mártires por el hecho de haber anunciado a Jesús. Pero queda y es evidente,en nuestro mundo impulsado por el dinero, el look, el poder y el placer, aquellos que se muestran o aparecen como cristianos que siguen a Jesús y el Evangelio, y viven consecuentemente y deben muy a menudo demostrar el coraje y arrojo evangélico.

Seguir a Jesucristo hoy como siempre, como en todo tiempo, demanda una FE profunda en su persona y su misterio, una esperanza a toda prueba y un gran amor a Dios y a las personas, sobre todo a las más desafortunadas. Este coraje se obtiene contemplando a Cristo regularmente en su vida y en sus enseñanzas, en su Eucaristía e igualmente orándole a cada instante.


Oración :

Señor, cuando yo miro a tus apóstoles
que te han seguido con confianza y coraje
y que han muerto mártires, yo me digo que
poner mis pasos sobre tus pasos,
no es una invitación al reposo o a la pereza.
Se ha de pensar dos veces antes de montar en tu barca.

Tú no has mostrado un camino lleno de rosas
a quienes quieren seguirte.
Tú les has prevenido y les has dicho
que como Tú debían llevar la cruz.
Pero con  el mismo aliento y respiro,
Tú les has declarado « felices » y Tú les has prometido
Que ellos estarían contigo por siempre.

Yo he puesto mi confianza en Ti y yo sigo tus pasos.
En los días sombríos, haz que  no me desanime.
Y en los días luminosos,

Permíteme darte gracias. Amen.


 Referencias Bibliográficas:


http://vieliturgique.ca

http://paroissesaintefamilledevalcourt.org

http://mystereetvie.com


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