En los 70 años de la muerte del Padre del Principito: Antoine de Saint Exupéry
Su
archiconocido libro El principito (1943) es una fábula infantil para adultos
por su significado alegórico.
Este nombre y
apellido nos parecieron “raros” en algún momento de nuestra infancia y o
juventud. Después nos dimos cuenta que se trataba de un gran escritor, un
personaje célebre, pero sobretodo un excelente y descollante ser humano.
Espiritual, soñador, ingenioso, son sólo algunos de los adjetivos a aplicarle a
este gran HOMBRE SUSTANTIVO.
Nuestro entranable autor naciò en Lyon (Francia) el 29 dejunio de 1900.
Este 31 de
julio se celebran 70 años de su muerte en Mar Mediterráneo, cerca de la costa
de Marsella. Tercero entre
5 hijos de la pareja Jean de Saint-Exupéry, inspector de seguros ,
y de Marie Boyer de Fonscolombe.
Sus hermanos
se llamaban: Maria-Madeleine, Simone, Francois y Gabrielle.
Quedaron
huérfanos desde muy niños, pues su padre murió atropellado por un tren en 1904,
justo cuando el pequeño “Tonio” tenía 4 años.
La madre de
Antoine vive más o menos bien esta viudez prematura, pero su optimismo natural
le permite hacer frente a sus obligaciones. De una sensibilidad a flor de piel,
ella y Antoine son bastante unidos por el privilegio o preferencia que
ella profesa a su hijo, ofreciéndole además una excelente educación, cosa
difícil en esta época para una mujer madre sola. Ella transmite a su hijo
adorado los valores que el conservara toda su vida: honestidad, el respeto al
otro, nada de exclusivismos sociales. Mujer excepcional, ella consagra su vida,
con un humanismo que Saint-Exupéry cultivara a lo largo de todos sus viajes.
A los 12 años
Antoine se descubre demasiado atraído y seducido por los aviones, aprovechando
que cerca de la casa de familia hay un gran aeródromo ( de Ambérieu-en-Bugey
) a donde se desplazara en bicicleta continuamente.
Cumplió el
servicio militar en las Fuerzas Aéreas francesas en 1921.
Presionado
por la que entonces era su prometida, dejó la aviación dedicándose a otros
oficios menos peligrosos, entre ellos periodista, y descubre una nueva pasión:
la escritura.
Incapaz de
mantenerse lejos de los aviones en 1926 se hizo piloto comercial, volando
nuevas rutas comerciales en Europa, Africa y Sudamérica.
En 1928
escribe su primera novela "Correo del Sur". En 1931 conoce en Buenos
Aires a Consuelo Suncín a quien le propone enseñarle la ciudad desde el aire y,
en pleno vuelo, le asegura que si no se casa con él, estrellará el avión. Ella
acepta y se inicia un tormentoso matrimonio, marcado por las infidelidades de
ambos y en ese año publicó su segunda novela "Vuelo Nocturno", que
ganó el premio de la Academia Francesa: Grand Prinx.
Intentando
batir un récord en el trayecto Nueva York-Tierra del Fuego, sufre un accidente
y aprovechando la convalecencia en Nueva York, escribe su tercer libro
"Tierra de hombres", en la que se entrecruzan sus recuerdos del norte
de Africa y de Sudamérica como aviador.
También
tienen un enorme peso las reflexiones y los recuerdos en su siguiente libro
"Piloto de guerra", escrito durante la Segunda Guerra Mundial, en la
que participa como piloto de las Unidades de Reconocimiento de las tropas
aliadas.
Tras la
invasión de Francia y la rendición del ejército galo, el escritor se exilia en
Nueva York. Su casa se convierte en punto de encuentro de los intelectuales
franceses expatriados y de algunos españoles como Dalí o Joan Miró. De este
período norteamericano es "El Principito".
Trata de
volver a incorporarse al ejército, pero le es denegado el permiso como
consecuencia de su estado de su salud, debido a la cantidad de accidentes que
había tenido y a su avanzada edad para volar 43 años. Se siente desmoralizado y
escribe sus dos célebres epístolas "Carta a un rehén" y "Carta
al general X". También escribió su última novela "Ciudadela",
que vio la luz una vez fallecido.
Después de
conseguir ser readmitido en el ejército en año 1943 se incorpora a las tropas
de la Francia Libre. El 31 de julio de 1944 el comandante Saint-Exupéry, antes
de despegar desde Corcega en una misión de reconocimiento, dejó escrito en su
mesa de trabajo: "Si me derriban no extrañaré nada. El hormiguero del
futuro me asusta y odio su virtud robótica. Yo nací para jardinero. Me despido,
Antoine de Saint-Exupéry".
Nunca
regresó. Se especuló con la posibilidad de que hubiese sido abatido por un caza
enemigo, de un fallo mecánico o incluso el suicidio.
Junto con la
literatura, la aviación será su gran pasión y ambas las combinara a lo largo de
su vida.
SAINT-EXUPÉRY: UN
CUENTO POÉTICO EN MEDIO DE LA IRA DE LA II GUERRA MUNDIAL
¿Cómo se
puede crear una obra poéticamente maravillosa bajo el estrés de la II Guerra
Mundial? Se cumplen hoy 70 años de la muerte del autor de ‘El Principito’,
Antoine de Saint-Exupéry, y sus propias obras ayudan a encontrar la respuesta a
esta pregunta.
Durante el
choque con lo nuevo hay que saber inventar, crear, para adaptarse, y los niños
lo pueden hacer como nadie. En un mundo que cambia muy rápidamente ser este
tipo de niño es imprescindible, porque “las personas adultas no comprenden nada
por sí mismas y es agotador para nosotros, los niños, darles siempre y siempre
explicaciones”. El autor de estas famosa frase tendría hoy 114 años.
Antoine de Saint-Exupéry iniciaba su poético cuento ‘El Principito’ explicando el hecho de que la gente pierde la capacidad de ver el mundo abiertamente. Y lo ilustra con un fragmento de su niñez, cuando un joven le mostró el dibujo de un sombrero. Se trata de un sombrero desde el punto de vista de un adulto, pero en realidad es una serpiente boa que se ha tragado a un elefante.
Antoine de Saint-Exupéry iniciaba su poético cuento ‘El Principito’ explicando el hecho de que la gente pierde la capacidad de ver el mundo abiertamente. Y lo ilustra con un fragmento de su niñez, cuando un joven le mostró el dibujo de un sombrero. Se trata de un sombrero desde el punto de vista de un adulto, pero en realidad es una serpiente boa que se ha tragado a un elefante.
¿Por qué la
gente pierde esta visión abierta de la vida? Según los sicólogos, la vida se
endurece cuando uno madura y adquiere un gran número de prejuicios y clichés. Y
cuando en la vida aparecen el estrés y el miedo a lo que pueda pasar, la gente
empieza a mostrar indiferencia los unos por los otros, algo que también queda
reflejado en esa obra de Saint-Exupéry.
Pero en un
estado de ánimo negativo, invadido por el miedo y el estrés, una persona piensa
profundamente, pero también de forma más 'estrecha'. Esto ayuda durante un
tiroteo, pero es muy perjudicial durante un trabajo cerebral u otra tarea
creativa. Las emociones positivas, el confort, la confianza y el amor, nos
llevan a un estado de percepción muy amplio de la realidad, en el que
encontramos soluciones originales con más facilidad, destaca el sicólogo
cognitivo Don Norman, clásico e ideólogo del diseño moderno.
El piloto de
guerra, conocía perfectamente el lado más oscuro y duro de la vida. Pero esto
no le enfureció. Una fábula aparentemente infantil, 'El Principito', publicada
en el ardor de la Segunda Guerra Mundial, en 1943, y que ilustró él mismo,
bastó para darlo a conocer mundialmente. ‘Piloto de guerra’ fue publicado el
año anterior. Y sus obras se convirtieron en un himno al humanismo. ‘Tierra de
hombres’ vio la luz tras un accidente de avión que sufrió Exupéry en Guatemala.
Entonces, las condiciones, a decir verdad, no debían de ser muy cómodas para la
creación y menos para una creación aceptable para un público que esperaba mucho
de él. ¿Es el caso de Saint-Exupéry una excepción a la regla psicológica o sólo
su capacidad de seguir siendo un niño hasta detrás de los mandos de un avión?
Su vida como
escritor estuvo ligada a la aviación, su gran pasión. Ingresó en las Fuerzas
Aéreas francesas en 1921 y en 1926 se hizo piloto comercial al tiempo que
publicó su primer libro, 'El aviador'. El destino le llevó a vivir dos guerras.
Durante la Guerra Civil en España (1936-1939) escribía los reportajes desde
Madrid. Durante la II Guerra Mundial se incorporó de nuevo a las Fuerzas Aéreas
y participó activamente en la lucha contra los nazis; posteriormente se adhirió
a las tropas de la Francia Libre.
En 1944, durante una misión por el sur de Francia, su avión desapareció, pero en el 2000 fragmentos de su avión fueron encontrados y formalmente identificados gracias a su numero de serie el 7 de abril del 2004 . El cadáver de Saint-Exupéry no fue hallado, y por eso su desaparición se envolvió en un halo de misterio. Nadie sabe si llegó a vivir la victoria contra el fascismo. Pero para él, ese término es muy relativo. Él mismo fue un ejemplo de la victoria del espíritu y, a pesar de lo que dicen lo psicólogos sobre la necesidad de las condiciones de comodidad para la creación, demostró que esté donde esté el ser humano, el amor en su corazón es el pretexto para crear una obra, una catedral o incluso una nación.
Frases
célebres de Saint Exupéry
Solo se ve bien con el corazón, lo esencial es invisible a los ojos.
Amar no es mirarse el uno al otro; es mirar juntos en la misma dirección.
Al primer amor se le quiere más, a los otros se les quiere mejor.
El mundo entero se aparta cuando ve pasar a un hombre que sabe adónde
va.
Lo que embellece al desierto es que en alguna parte esconde un pozo de
agua.
Si al franquear una montaña en la dirección de una estrella, el viajero
se deja absorber demasiado por los problemas de la escalada, se arriesga a
olvidar cual es la estrella que lo guía.
Si queremos un mundo de paz y de justicia hay que poner decididamente la
inteligencia al servicio del amor.
Conoces lo que tu vocación pesa en ti. Y si la traicionas, es a ti a
quien desfiguras; pero sabes que tu verdad se hará lentamente, porque es
nacimiento de árbol y no hallazgo de una fórmula.
Uno es para siempre responsable de lo que domestica. Tu eres responsable de tu rosa.
El amor es lo único que crece cuando se reparte.
Tener un amigo no es cosa de la que pueda ufanarse todo el mundo.
Si busco en mis recuerdos los que me han dejado un sabor duradero,
si hago balance de las horas que han valido la pena, siempre me
encuentro con aquellas que no me procuraron ninguna fortuna.
Para ver claro, basta con cambiar la dirección de la mirada.
El fracaso fortifica a los fuertes.
La huida no ha llevado a nadie a ningún sitio.
La perfección se logra al fin, no cuando no hay nada que agregar, sino
cuando ya no hay nada que obtener.
Si quieres comprender la palabra felicidad, tienes que entenderla como
recompensa y no como fin.
Los niños han de tener mucha tolerancia con los adultos.
El hombre se descubre cuando se mide con un obstáculo.
La guerra es una enfermedad como el tifus.
El avión es solamente una máquina, pero qué invento tan maravilloso, qué
magnífico instrumento de análisis: nos descubre la verdadera faz de la Tierra.
La justicia es el conjunto de las normas que perpetúan un tipo humano en
una civilización.
Cada mujer contiene un secreto: un acento, un gesto, un silencio.
Vigila y cuida tus amores como un pastor.
Aquel que quiere viajar feliz, debe viajar ligero.
El sufrimiento es casi un amigo.
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REFERENCIAS
BIBLIOGRAFICAS
http://wikipedia.es
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