1º de mayo del 2016: 6º Domingo de Pascua (C)


 “Si ustedes me aman…”

Cristo anuncia al mismo tiempo una partida y una llegada. El Padre enviará en su nombre el Espíritu de paz que soplará su presencia de amor y dará la valentía de testimoniar en toda libertad. El amor del Señor y la fidelidad a su palabra son requisitos para poder acoger la obra del Espíritu.

Hermanos, en este sexto domingo de Pascua, el Señor nos invita a permanecer fieles a su palabra y a esperar la venida del Espíritu con valentía y paciencia. Reunidos en su nombre, recibamos de Él, aquello que necesitamos para cumplir su voluntad.



Lectura del evangelio Según san Juan 14, 23-29

Jesús le respondió: «Si alguien me ama, guardará mis palabras, y mi Padre lo amará. En ton ces vendremos a él para poner nuestra morada en él. 24 El que no me ama no guarda mis palabras; pero el mensaje que escuchan no es mío, sino del Padre que me ha enviado.
25 Les he dicho todo esto mientras estaba con ustedes. 26 En adelante el Espíritu Santo, el Intérprete que el Padre les va a enviar en mi Nombre, les enseñará todas las cosas y les recordará todo lo que yo les he dicho.
27 Les dejo la paz, les doy mi paz. La paz que yo les doy no es como la que da el mundo. Que no haya en ustedes angustia ni miedo. 28 Saben que les dije: Me voy, pero volveré a ustedes. Si me amaran, se alegrarían de que me vaya al Padre, pues el Padre es más grande que yo.
29 Les he dicho estas cosas ahora, antes de que sucedan, para que cuando sucedan ustedes crean


A guisa de  introducción:

La energía espiritual

1.En el mundo nos encontramos con 4 energías materiales:
(1)  La energía natural: mecánica simple, como el agua, el viento, el fuego, le energía vegetal, animal, mineral, humana (cuerpo, corazón, espíritu, expresándose por los sentidos).
(2)  La energía mecánica, doble función, por reacción, como los motores a gasolina, de agua, a vapor, a gas.
(3)  La energía eléctrica, electrónica.
(4)  La energía atómica, alimentada por los reactores.

2. Con toda seguridad que la energía espiritual no es material. Es energía, y como energía, es una fuerza motriz de acción para mover, para ir más lejos (amor, espíritu, voluntad).
La energía espiritual, es también la fuerza del Espíritu Santo, movida por la fe de los creyentes.

3. Al orar al Espíritu Santo, recibimos la energía para recordar la Palabra de Dios, para comprenderla, para vivirla; nosotros somos fieles a esta Palabra, testimoniamos nuestro amor por Dios, llegamos a ser morada de Dios; nosotros vivimos en paz, en esa paz que viene de Dios, y que aporta Alegría y Amor de Dios.




Aproximación psicológica al texto del evangelio:

Un ambicioso programa de crecimiento

En algún lugar de sus cartas, San Pablo nos dice que la LIBERTAD que Jesús nos ha dado, está aún por conquistarse (por conseguirse):
“Cristo nos libertó para que vivamos en libertad. Por lo tanto, manténganse firmes y no se sometan nuevamente al yugo de esclavitud” (Carta a los Gálatas 5,1).

De modo parecido aquí, Jesús nos dice que la paz que Él nos da, es para conquistarla también (aún está por conseguirse). Y, de hecho, LA PAZ no se trata de una simple tranquilidad como la concebimos habitualmente. Se trata de una paz que recibimos en el miedo, todo igualmente como la LIBERTAD que recibimos en nuestra dificultad de ser libres, y es a través de toda nuestra caminada (o recorrido) por la vida que debemos construir esa paz.

Y vale todo lo anterior y es igual para la FE. Jesús nos deja una PALABRA, pero ella está ahí aun para CREERLA (“cuando estas cosas sucedan, ustedes creerán”).

Igual sucede con el AMOR, es el mismo proceso: Jesús nos dice que Él tiene un proyecto de amor con nosotros pero que está todavía por realizarse y por profundizarse: “nosotros vendremos a vivir con él, (el creyente) él será nuestra morada”.

En fin, la FIDELIDAD, ella también está inscrita en la misma dinámica, nosotros deberemos descubrirla y construirla a partir de nuestra vivencia concreta: “Si alguien me ama, observará mi Palabra” …y ese alguien deberá primero aprender a descubrir, a comprender (cfr. v.26): “El paráclito (Espíritu Santo) (abogado, defensor, compañero, consolador…) les hará recordar todo lo que les he dicho”.

Esta exploración y esta maduración en el plan cognitivo, deberán ser seguidas de un compromiso en el plan del comportamiento, si se quiere que esta fidelidad sea verdaderamente UNA: “Si ustedes me aman, ustedes se pondrán a observar mis mandamientos” (v.14).

Este pasaje, se constituye entonces en un programa ambicioso de crecimiento espiritual, pero Jesús nos precisa que esto va hacerse progresivamente, al ritmo de nuestros descubrimientos interiores. El Espíritu les hará recordar todo, dice Jesús, Él les hará tomar conciencia de su experiencia de vida, él los llevará a releer su vida, y mi Palabra tomará todo su sentido en el corazón o centro mismo de esta caminada.

 De manera progresiva, y bajo la influencia del Espíritu, el creyente está llamado a profundizarse, a simplificarse, a unificarse, de tal modo, que un día, todas las dimensiones del programa de Jesús llegan a ser canalizadas en un solo impulso y desembocan en la misma realidad.

 FE, FIDELIDAD, AMOR, LIBERTAD Y PAZ llegan a ser sinónimos, describiendo la misma realidad, el mismo misterio: El Padre, Jesús y los creyentes “permanecen próximos, cercanos”, los unos de los otros, todos atraídos por el amor de un mismo Padre, guiados por la Palabra de un mismo Hijo y trabajados (dinamizados) por la acción de un mismo Espíritu (Santo).




REFLEXIÓN CENTRAL:


¿Fieles a su Palabra?

Amor y fidelidad son dos palabras que uno asocia constantemente, sobre todo cuando se trata del amor en el sentido corriente o común del término, el amor sensual, total, erótico entre dos personas. Pero en la realidad concreta, mismo si vemos que “AMAR” rima con “ETERNIDAD” y “amante” con “perseverante”, el desgaste de los días y las diversas evoluciones de cada uno de los implicados en la pareja, fragilizan mucho la perseverancia del amor. La vida nos cambia y cuando uno retrocede un poco, ciertas cosas parecen inconsistentes.

Palabra dada

“Si alguien me ama, dice Jesús, permanecerá FIEL a mi PALABRA” …el texto dice A MI PALABRA, no A SU PALABRA. El acento está acá menos en la palabra humana y está maximizado en la PALABRA DIVINA.

El compromiso amoroso implica una voluntad de aquel que se compromete a ser firme en su palabra (tener palabra) …Un adulto debe tener palabra y hacerla respetar... ” Es un hombre, una mujer de palabra”, es decir es transparente, íntegro (a), se dice de alguien que es constante. Su contrario es “el rostro con dos caras”.

Palabras de amor

La persona que responde al llamado de Jesús debe “tener palabra”, es evidente. Jesús utiliza aquí un lenguaje muy fuerte del amor: “Si alguien me ama”. Es más que obediencia, miedo o sumisión. Jesús quiere el amor total que se basta a sí mismo. “Nosotros vendremos a vivir con él y habitaremos en él”. Cohabitación recíproca de Dios en nosotros, de nosotros en Dios.

Es entonces al compromiso y a la fidelidad que somos convidados, invitados a situarnos en el movimiento de la Palabra de Aquel que nos llama. Porque estamos seguros que Él será fiel a su Palabra. El permanece incólume, entero, total en su palabra dada, hasta el punto que la palabra, ella misma se escribe Palabra, como una persona VIVA. Porque el Verbo se hizo carne (ser humano) y habitó entre nosotros (Juan 1, 1 ss.).

“La palabra que ustedes escuchan no es mía; ella es del Padre, que me ha enviado”. Y en el mismo momento que suspira, Jesús anuncia la venida del Espíritu, el Paráclito, que asegurará o blindará la memoria, la enseñanza, la defensa, la protección.

Nuestras palabras y nuestros compromisos humanos son a menudo frágiles porque el tiempo nos hace y nos desmorona (¿nos deshace?) Pero el señor es firme y constante. Él es el eterno. Él trasciende el espacio y el tiempo. Nosotros podemos entonces estar de acuerdo con su demanda y responder por (con) el amor a su amor.
Es el tiempo de la alegría y de la paz.



OBJETIVO-VIDA PARA LA SEMANA

1.    Verifico la calidad de mi testimonio y oro para que aumenten mi fidelidad a la PALABRA y mi amor hacia Dios y hacia los demás.

2.    Abro mi corazón al Espíritu Santo para recibir la paz y la alegría de Cristo Resucitado, y hago todo lo que me sea posible para compartir esta paz y alegría con los otros.


3.    Ofreceré un poco de dinero a alguien que me tienda la mano en la calle o ayudaré financieramente a alguien (amigo, o no conocido) que pasa por una situación económica difícil…




Entradas anteriores del mismo evangelio en mi antiguo blog:




REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS:

2.     HÉTU, Jean-Luc. Les Options de Jésus.


3.     Pequeño Misal « Prions en Église », edición quebequense, 2010-2013.

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