jueves, 5 de enero de 2017

8 de enero del 2017: La Epifanía del Señor


 Discernir la luz

Al celebrar el misterio de la Epifanía, volvemos a tomar conciencia de que todas las naciones están asociadas a la misma herencia, al mismo cuerpo y que están invitadas a compartir la la misma promesa, en Jesucristo, por el anuncio del Evangelio.
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La Epifanía, la manifestación de Cristo, no es un suceso del pasado. Ella es misterio, realidad que se cumple por y para cada generación de creyentes. 
Recibimos la luz del Señor para hacerla brillar alrededor de nosotros.





LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO 2, 1-12

Jesús nació en Belén de Judá en tiempos del rey Herodes. Entonces, unos Magos de Oriente se presentaron en Jerusalén preguntando:
-- ¿Dónde está el Rey de los Judíos que ha nacido? Porque hemos visto salir su estrella y venimos a adorarlo.
Al enterarse el rey Herodes, se sobresaltó y todo Jerusalén con él; convocó a los sumos pontífices y a los letrados del país, y les preguntó dónde tenía que nacer el Mesías. Ellos le contestaron:
-- En Belén de Judá, porque así lo ha escrito el Profeta: "Y tú. Belén, tierra de Judá, no eres ni mucho menos la última de las ciudades de Judá; Pues de ti saldrá un jefe que será el pastor de mi pueblo Israel”.
Entonces Herodes llamó en secreto a los Magos, para que le precisaran el tiempo en que había aparecido la estrella, y los mandó a Belén diciéndoles:
-- Id y averiguad cuidadosamente qué hay del niño y, cuando lo encontréis, avisadme, para ir yo también a adorarlo.
Ellos, después de oír al rey, se pusieron en camino, y de pronto la estrella que había visto salir comenzó a guiarlos hasta que vino a pararse encima de donde estaba el niño. Al ver la estrella, se llenaron de inmensa alegría. Entraron en la casa, vieron al niño con María, su madre, y cayendo de rodillas, lo adoraron: después, abriendo sus cofres, le ofrecieron regalos: oro, incienso y mirra.
Y habiendo recibido en sueños un oráculo, para que no volvieran a Herodes, se marcharon a su tierra por otro camino.

Palabra del Señor



A guisa de introducción:

Y…quiénes eran los magos?


El apóstol y evangelista Mateo nos ofrece, en el capítulo segundo de su evangelio, la conocida narración sobre los “magos” venidos de “Oriente” para adorar a Jesús recién nacido en Belén.

Pues bien, “difícilmente se encontrará otro relato bíblico que haya estimulado tanto la fantasía, pero también la investigación y la reflexión” (Ratzinger-Benedicto XVI).

¿Quiénes eran los “magos”? ¿Qué clase de hombres eran estos que Mateo describe como “magos” venidos de “Oriente”? El término “magos” (mágoi) presenta una notable gama de significados, que se extiende desde una acepción muy positiva hasta una significación marcadamente negativa. En su primera acepción, “magos” designa a miembros de la casta sacerdotal persa. De ahí que en la cultura helenista fueran éstos considerados como representantes de una religión auténtica. Sin embargo, sus ideas religiosas habían recibido también muy fuertemente la influencia del pensamiento filosófico, hasta el punto de que se presenta con frecuencia a los filósofos griegos como adeptos suyos. Ahora bien, se llama también “magos” a los hombres expertos en saberes científicos y dotados de poderes sobrenaturales, designándose, así mismo, con tal término a los brujos.

Finalmente, el término “magos” se aplica a la designación de individuos de la más baja ralea, de la más ínfima calaña humana y moral, como es el caso de los embaucadores y de los seductores. Esto supuesto, ¿en cuál de estas clases de “magos” situaríamos a los hombres contemplados en Mateo 2? Evidentemente, en la primera clase, por lo menos en sentido amplio.

Pues, aunque no pertenecían exactamente a la clase sacerdotal persa, los magos de Mateo 2 tenían un conocimiento religioso y filosófico que se había desarrollado en el pasado y aún persistía en aquellos ambientes. Y, como bien sabemos, la sabiduría religiosa y filosófica rectamente entendida es claramente una fuerza que pone a los hombres en el camino conducente a Cristo. Lo contrario ocurre cuando, situada ante la presencia de Cristo, la sabiduría religiosa y filosófica no se abre a éste, sino que se opone abiertamente al único Dios y Salvador, volviéndose así demoníaca y destructiva.

Por tanto, los hombres de que habla Mateo en su evangelio tal vez fueron astrónomos y, en consecuencia, capaces de calcular la conjunción de los planetas, pero de lo que sí no cabe duda es de que no eran solamente astrónomos. Ellos eran sabios. Como dice de forma difícilmente superable el teólogo J. Ratzinger, Papa Pío Benedicto XVI," los magos que acuden a Belén guiados por la estrella representaban el dinamismo inherente a las religiones de ir más allá de sí mismas; un dinamismo que es búsqueda de la verdad, la búsqueda del verdadero Dios, y, por tanto, filosofía en el sentido originario de la palabra. Por eso, convirtieron la estrella en un mensaje, y en un mensaje de esperanza."

Los magos representan, de este modo, el camino de las religiones hacia Cristo, así como también la autosuperación de la ciencia con vistas a él. Ellos están de algún modo siguiendo a Abraham, quien se pone en marcha ante la llamada de Dios. De una manera diferente están siguiendo a Sócrates y al hecho de su interrogarse acerca de la verdad más grande, más allá de la religión oficial. En este sentido, estos hombres son predecesores, precursores, de los buscadores de la verdad, propios de todos los tiempos. Los sabios de Oriente contemplados por Mateo son, en suma, un inicio; representan a la humanidad cuando ésta emprende el camino hacia Cristo, inaugurando una procesión que recorre toda la historia. No representan únicamente a las personas que han encontrado ya la vía que conduce hasta el Señor. Representan el anhelo interior del espíritu humano, la marcha de las religiones y de la razón humana al encuentro del verdadero Salvador.

No identifican, pues, la racionalidad con el mero saber, sino que tratan de comprender la totalidad, llevando así a la razón hasta sus más elevadas posibilidades. 

http://www.revistaecclesia.com/la-adoracion-de-los-magos-solemnidad-de-la-epifania-del-senor-colecta-del-catequista-nativo-por-urena-pastor/


2
Los magos

Había una vez siete magos que habían visto salir la estrella del rey de los judíos. Y discutieron entre sí para saber si era conveniente que fueran a adorarlo todos juntos.
Uno de ellos, al consultar su agenda, se percata que tiene muchos compromisos y decide no hacer el viaje diciendo: "Yo me quedaré atendiendo la oficina", vayan ustedes tranquilos.

Entonces partieron 6. Uno de ellos tenía un capricho y era que cada mañana le hacía falta de manera absoluta su jugo de naranja fresco para desayunar. Entonces carga un camello con varias cajas de naranjas. Después de 3 kms, la pobre bestia se revienta de cansancio. Y decidiendo no renunciar a su capricho, se devuelve para su casa.
Ahora, entonces, eran 5 para continuar el viaje. Uno de ellos consideró que no iban rápido, que se giraba a la izquierda, cuando él quería ir a la derecha, además no se escogían los mejores hospedajes para dormir. Él estima que el grupo lo enoja y defrauda y por eso decide continuar solo. Aun no se sabe qué ocurrió con él.

Cuatro magos encontraron entonces Belén. Uno de ellos, viendo el lugar donde se encontraba el niño, cree que ahí no puede estar un rey, era imposible y entonces se rehusa a entrar.

Y es así como sólo Garpar, Melchor y Baltasar entraron y se postraron ante el niño…

 Y NOSOTROS…

Y nosotros en 2017, qué tipo de magos, de buscadores de Dios seremos?
Estaremos muy ocupados en nuestros asuntos para ocuparnos de Dios?
Tendremos un rinconcito para Él en nuestras apretadas agendas?
Sabremos liberarnos de aquello que hace lenta nuestra marcha, de aquello que nos impide avanzar en nuestra vida espiritual?
Aceptaremos caminar unidos a los otros, juntos como hermanos, en Iglesia, en comunidad?
Sabremos reconocer al Señor en los acontecimientos y las personas que encontraremos a lo largo de este año?
Qué tipo de magos, qué buscadores de Dios seremos nosotros?
Nos dejaremos guiar por la estrella que el Señor hace salir en el horizonte de nuestras vidas?

Buena ruta y felices encuentros en el 2017…


  
Aproximación psicológica del evangelio:

El final de las fronteras

Mateo ha imaginado el relato de los magos para resaltar y o poner en valor lo que aporta universalmente el nacimiento de Jesús. Guiados por la astrología, nos dice él, adivinos, sabios o magos reyes venidos del Oriente captaron el evento del nacimiento del Jesús y leyeron en este suceso un destino real (de rey).

En el momento de redactar su evangelio, Mateo ve en Jesús no solamente el rey de los judíos, sino también al Señor de todo el Universo, y desde el inicio de su evangelio, él quiere dejarnos claro que este estatuto cósmico pertenece desde ya al niño de Belén.

Bajo un lenguaje pleno de imágenes, tenemos nosotros entonces el equivalente de la “apertura teológica” del evangelio de San Juan: “El Verbo se hizo hombre y habitó entre nosotros”, Aquel en que estaba “la luz que brilla en las tinieblas” (vv.14 y 15), así como el astro de Jesús recién nacido brillaba en Oriente.

Así, Juan escribe que “el verbo era la verdadera luz, que al venir al mundo, ilumina a todo hombre” (v.9), y “de su plenitud, nosotros todos hemos recibido  gracia sobre gracia” (v.16). Por su parte, Mateo escribe que en efecto todo hombre-sea extranjero o perteneciente a otra religión-puede recibir la luz de Jesús y “sentir una gran alegría” (v.10).

El impacto teológico de este mensaje es entonces muy claro. Mateo redacta su evangelio dirigido  a un público lector mayoritariamente de origen judío, y es el más “judaico” de los cuatro evangelistas.

Pero ya desde el punto de partida, el mensaje es claro: “Jesús no solamente es el verdadero “rey de los judíos”, Él es el Señor que todo hombre de buena FE puede encontrar y reconocer a su manera.

Ya mismo, apenas en sus comienzos la FE cristiana es desde ya “católica”, es decir, universal, aún más todavía,  es accesible a todo hombre, cualquiera sea su cultura y su situación de vida.

La Fiesta de los Magos simbolizaba tradicionalmente la explosión de la Gloria de Dios y su proyección hasta los países lejanos. Este episodio también puede llegar a ser el símbolo de la explosión, el fin de todas las fronteras: en Jesús, Dios nos reúne a todos, seamos quienes seamos y estemos donde estemos.



Reflexión Central

Mundialización del Evangelio


Esta fiesta de la Epifanía nos invita a abrir nuestros horizontes. El misterio de Dios no solamente se ofrece a los judíos. No es solamente para aquellos que se reconocen como cristianos, es para toda la humanidad. Todos pueden con total libertad descubrir las maravillas del amor, de la justicia y de la paz.

La Epifanía es entonces la fiesta de todos los buscadores de Dios. Hoy, son muchas las personas que se cuestionan sobre Dios.

En la primera lectura, el profeta Isaías nos anuncia una buena noticia. Su mensaje se dirige al largo cortejo de los deportados que vuelven del exilio. La gran potencia opresora ha sido deshecha. Jerusalén puede volver a levantarse.La Gloria del Señor se ha levantado sobre esta ciudad. Pero mirando de cerca, vemos muy bien hoy que la Jerusalén de ésta época ya no es más el carrefour o cruce comercial de otros tiempos. Su esplendor pasado ha sido olvidado. Pero su verdadera riqueza está en otra parte; está en Dios que gobierna el mundo y que hace de esta riqueza la esperanza de los pueblos. 

Es también esta presencia luminosa del Señor la que reaviva el esplendor de la Iglesia.
Es el mismo mensaje que encontramos en San Pablo en su carta a los Efesios: es la posibilidad ofrecida a la humanidad entera de tener parte en la salvación. Todos los hombres, sin importar su condición, están llamados a entrar en la Iglesia de la Nueva Alianza sellada por Jesús. Él ha venido a reconciliar con su padre Dios a toda la humanidad para hacerla su Cuerpo. Todo ser humano en adelante llega a ser miembro de Cristo que yo quiero amar. A partir de aquí, nada puede ser como antes. El bautismo era para él como un nuevo nacimiento. Es un sacramento que nos hace participar en la vida divina.

El Evangelio nos habla de esos magos, de extranjeros venidos de Oriente para arrodillarse ante el rey de los judíos que acababa de nacer. Si leemos este relato al pie de la letra, arriesgamos con hacernos preguntas: por qué la estrella se eclipsa sobre Jerusalén?  Qué puede hacer María con el oro, el incienso y la mirra? En qué les concierne este nacimiento a los extranjeros?

En efecto, el evangelista no ha pretendido hacer un reportaje. Su verdadero mensaje hay que encontrarlo en otra parte. A través de estos extranjeros, es el mundo entero que es llamado por Jesús. Para descubrirlo, nosotros estamos invitados también, a ponernos en camino. Como lo ha hecho con los magos, Jesús se nos acerca, se hace presente a través de lo que vivimos. Él nos da a todos una estrella para guiarnos hacia lo bello, hacia lo bueno, hacia el bien, hacia lo verdadero, hacia su Reino de amor. De igual manera entre los de corazón de piedra, Jesús puede suscitar una pizca de ternura, un gesto de amor. No es gratuito, no por nada la Biblia dice que nosotros hemos sido creados a la imagen y semejanza de Dios.

Pero de repente,  los magos han perdido de vista la estrella que los guiaba y entonces se dirigen a aquellos que tienen la sabiduría, los escribas, los jefes de los sacerdotes que conocen la Biblia. Esto también es importante para nosotros: en nuestro caminar, tenemos necesidad de ser guiados por las Escrituras y alimentarnos de ellas. Las palabras de Jesús son palabras de vida eterna.

Los magos llegan entonces al portal, al pesebre. Y encuentran al niño con María su madre, ellos se ponen de rodillas y les ofrecen sus regalos. Ellos han escogido lo mejor: el oro nos dice que este niño es Rey, el incienso nos dice que Él es Dios. La mirra, que sirve para embalsamar los muertos, nos dice que Jesús es también humano, un hombre destinado a morir. Todo esto es revelado a paganos totalmente extraños a la religión judía.

Y nosotros, preguntémonos qué tenemos para ofrecerle al rey del mundo. Él no necesita piedras preciosas. El tesoro que aprecia más, es una vida llena de amor. Esto es lo que le podemos ofrecer.

En este día de la Epifanía del Señor, no podemos quedarnos tranquilos entre nosotros, estáticos. Cristo ha venido por todos los hombres del mundo entero, a quienes tenemos presentes en nuestra oración. Nuestra prioridad debe ser la misma prioridad de Cristo por aquellos que no conocen a Dios. En este domingo, nuestra solidaridad y nuestra oración son especialmente por las comunidades cristianas del África. Y claro está, no podemos olvidarnos de nuestros países de antigua cristiandad, los cuales tiene una necesidad urgente de una nueva evangelización. Cristo debe presentarse a todos con el mismo calor y la misma alegría con que María lo hizo a los magos.

"Dónde está el Rey de los Judíos que acaba de nacer?"
 El está en el pan compartido, en la Eucaristía que estamos celebrando juntos.

"Vayan a informarse con precisión sobre el niño"…
Paradójicamente, Herodes nos da un buen consejo: informarse sobre Cristo, ser buscadores de Dios para conocerle mejor y dar testimonio de Él, a nuestro alrededor. Los no creyentes, los incrédulos esperan de nuestra parte una fe más clara.

Después de habernos alimentado con la Palabra y el Cuerpo de Cristo, estamos invitados a volver a partir "por otro camino", para dar razón de la esperanza que nos anima" como dice San Pedro.

Que esta Epifanía sea la fiesta de todos aquellos que buscan con sincero corazón a Dios.



2
Una estrella que incomoda:

A quienes vinieron a la Iglesia o a quienes (de otro modo) se encuentran leyendo este comentario , les formulo la pregunta:

Qué los ha impulsado a venir acá (a la Iglesia) (o sobre este sitio a leer este comentario). Por qué en lugar de quedarse en casa, tranquilos, se incomodan para  venir a la iglesia una vez más,  justo 13 días después de navidad? Yo les respondo: como a los magos, una estrella los ha guiado. Esta estrella en el pasado incomodo a la gente de diferentes formas.

Después de haber visto la Estrella, los magos se ponen en camino. Su búsqueda de la Verdad les ha hecho superar todos los obstáculos. Ellos han sabido reconocer el misterio de Jesús en un niño pequeño. Ellos lo han adorado y le han ofrecidos sus regalos. Para Herodes y los suyos, la aparición de una estrella que anunciaba el nacimiento de un nuevo rey, fue más para ellos una fuente de inquietud, de sosobra.  Ellos y sobretodo Herodes no querían ver la claridad y evidencia de la profecía, él no quería incomodarse e ir hasta Belén para adorarle.  Al contrario buscará matar al niño y sacarlo del camino. Es este un resumen del evangelio. Desde un principio Jerusalén rechaza su Mesías, su Ungido.

Como los magos , nosotros tenemos una estrella para guiarnos en nuestro camino de fe. Es Jesús, su palabra, su Iglesia. Como los magos, es necesario que aceptemos de  ponernos diariamente en camino, aceptar de ser incomodados o “molestados”, de hacer “nuevo” todo en nuestra relación con Dios, sino seremos como Herodes.

Dejemos a la estrella de la Epifanía “incomodarnos” para que así podamos retomar el viaje por otros caminos.

“Hemos visto su estrella, y venimos a adorarlo”

En este  año  litúrgico A, domingo a domingo, escucharemos el texto del Evangelio de San Mateo. Este evangelista no proclama solamente la Buena Nueva de Jesucristo, también ofrece una catequesis excepcional  para aquellos que  se toman el tiempo para meditar sus escritos.

Hoy la visita de los magos venidos de oriente contiene varios elementos para nuestra reflexión cristiana.

El viaje de los magos que se dan cita después en el portal de Belén, ha sido a través de los siglos, uno de los pasajes del evangelio más amados por los cristianos y por los artistas. Estos buscadores de Dios, que ofrecen presentes o regalos al Niño Jesús, ya en el siglo II se encuentran pintados sobre los muros  de las catacumbas. Grandes catedrales en Europa les han sido dedicadas, como por ejemplo  la catedral de Colonia en Alemania.

“Jesús nació en Belén, en el tiempo del Rey Herodes…” 
Mateo, contrariamente a Lucas, habla muy poco del nacimiento de Jesús.  Sin embargo, él se preocupa por dar a sus lectores la “significación” de ese nacimiento.  Y nos muestra esta significación en el relato de los magos. En el corazón del relato de la Epifanía (que significa manifestación divina)  el propone dos actitudes, que encontraremos constantemente a lo largo de su evangelio: el rechazo y la acogida.

-         De un  lado “el rechazo” de los jefes políticos y religiosos. Ellos tienen miedo, ellos se inquietan. Ellos no se mueven, no se desplazan y permanecen en Jerusalén. Desde la partida de los magos, ellos buscan la manera de  cómo matar a Jesús.

- Del otro lado, « la acogida » de estos sabios o magos venidos de Oriente. Menos preparados por lo tanto para reconocer el Mesías, son ellos quienes le buscan , que se ponen en camino, y que lejos de “inquietarse o preocuparse”, experimentan  “una gran alegría”.

“Hemos visto su estrella y venimos a adorarlo…”  
Esta estrella es el símbolo de nuestra fe. La fe es un valor que transforma poco a poco la vida de quienes buscan a Dios. La fe es un ideal…”un ideal, se asemeja a una estrella: Uno tiene la impresión que ella es inalcanzable, pero ella nos guía sobre el camino a veces oscuro y nos obliga a mirar hacia el cielo” (Schultze).

La estrella no brilla por todas partes. En Jerusalén, desaparece puesto que la gente no está interesada ni el ambiente es propicio. El peligro de “perder la estrella, de perder la fe”, está siempre latente (y /o presente) . La superficialidad, el cansancio, la indiferencia, el orgullo o sentirse autosuficiente, la vanidad ponen continuamente  nuestra fe en peligro (en riesgo).

El texto subraya que la presencia  de la estrella procura a los sabios de oriente una gran alegría :  "Al ver la estrella, se llenaron de inmensa alegría..."

"Porque hemos visto salir su estrella y venimos a adorarlo. 
Estas son las palabras más importantes del relato de Mateo. 

« Adorar » Este verbo , utilizado tres veces en este texto del evangelio, nos muestra la actitud profunda de estos buscadores de Dios. Ellos vienen para “adorar”. Y yo? Es que yo me prosterno a veces? Ante  quién.  Ante qué? Es necesario que aprendamos  rendir homenaje, a adorar a Dios…pero solo a Él. Ahí está nuestra fuerza: “Un solo Dios tu adoraras y amaras perfectamente!" Con frecuencia, la gente se arrodilla ante tantos otros dioses (o ídolos)!

Los magos han venido no por curiosidad, tampoco para traer regalos, más para adorar. Es difícil hacer doblegar, o corromper a las personas que no adoran sino a Dios. Ellos incontrolables e incorruptibles, y no pueden ser manipulados, comprados o corrompidos.  El poder, el dinero, la violencia no pueden hacerles “entrar en la fila”. Estas personas incorruptibles y honestas siempre serán peligrosas para quienes detentan el poder donde sea.

Cada domingo,  en   la Eucaristía, como los magos, nosotros venimos para adorar al señor. Venimos para rendirle homenaje a Dios, para agradecerle, para escuchar su Palabra, para encontrarnos como cristianos en comunidad…y no para asistir a un espectáculo interesante.

Después de haber estado en contacto con el Señor, a la manera de los magos, somos invitados  « a devolvernos por otro camino », es decir, a pensar de otro modo. Nuestro encuentro con Dios nos lleva siempre al descubrimiento de nuevas rutas, de nuevas maneras de hacer y de actuar.

Como los magos, estamos invitados hoy a ser buscadores de Dios, peregrinos de eternidad,  soñadores de un mundo nuevo (alternativo) . Esta fiesta nos invita ponernos en camino, a seguir la estrella, a compartir lo que somos y lo que tenemos, a prosternase y a dorar, a buscar otro camino…



OBJETIVO DE VIDA PARA LA SEMANA




Los magos buscaban a Jesús, pero Él los dirigía ya con sus múltiples signos y mensajes.

- Dónde está Jesús para nosotros?

- Qué estrellas indican la presencia de Dios en nuestro ambiente?

- Somos estrellas que guían para los demás?


- Oro en silencio ante el pesebre, sea en casa o en la iglesia.

- Me pregunto si yo aún me dejo sorprender por Dios.



ORACIÓN-CONTEMPLACIÓN


1
Dios Padre Nuestro, como los magos de la primera navidad,
saludamos en tu Hijo a nuestro Rey, nuestro Dios, y nuestro hermano
que da su vida para que nosotros recibamos tu luz.
Bendito seas por la claridad de Cristo
que brilla en el corazón de todo bautizado.

Que nuestra comunión del Cuerpo y de la Sangre de tu Hijo,
haga irradiar en nosotros y a nuestro alrededor
la alegría del Evangelio.
Así, encontreremos nuevos caminos
para difundir tu luz.

Amén!

******

2
Levántense, buscadores de Dios!
Quítense su vestido de tristeza y de luto.
Miren la estrella y arriésguense en el viaje.
rompan con su vida
antes que esta vida no les ahogue,
y les impida mismo  mirar las estrellas.
Rompan las cadenas que los tienen cautivos,
la seguridad, el dinero, la ciencia cerrada.
Cómo es de largo, el viaje al interior y al final de sí mismo!
Cómo es de largo, el viaje de la FE,
tan largo como aquel del AMOR,
Y aquel otro aún, y más difícil todavía, el de la JUSTICIA.
A los paganos que somos nosotros,
Señor haz brillar una estrella.
Danos un signo que incomode y rompa el orden de las cosas,
un pequeño signo,
un dolor, una herida,
un pequeño desgarre.
ya es tiempo de que comience la aventura.


******

Ver otros anteriores comentarios para esta fiesta en mi antiguo blog:









Referencias:


http://vieliturgique.ca

http://betania.es

http://www.revistaecclesia.com

http://paroissesaintefamilledevalcourt.org

HÉTU, Jean-Luc. Les Options de Jésus.

http://dimancheprochain.org

Pequeño Misal "Prions en Église", Novalis, Québec, 2011


http://cursillos.ca

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