11 de diciembre del 2021: sábado de la segunda semana de Adviento
Testigos de la fe
San Dámaso I. Papa,
gobernó la Iglesia al
comienzo de la era de Constantino (366-384), en tiempos de dramática disputa.
Hombre de gran erudición, recogió la memoria de los mártires y optó
resueltamente en la liturgia por la lengua que hablaba el pueblo de Roma, el
latín.
(Mateo
17, 10-13.) Así como los discípulos, que se codearon con Jesús, tuvieron dificultad
para entender que él era el Hijo de Dios. Se podría bien decir que a veces la
fe necesita que demos un paso atrás y que le demos tiempo, para manifestarse a nosotros
y abrirse camino en nuestro corazón.
Primera lectura
Lectura del libro del Eclesiástico (48,1-4.9-11):
EN aquellos días, surgió el profeta Elías como un fuego,
sus palabras quemaban como antorcha.
Él hizo venir sobre ellos hambre,
y con su celo los diezmó.
Por la palabra del Señor cerró los cielos
y también hizo caer fuego tres veces.
¡Qué glorioso fuiste, Elías, con tus portentos!
¿Quién puede gloriarse de ser como tú?
Fuiste arrebatado en un torbellino ardiente,
en un carro de caballos de fuego;
tú fuiste designado para reprochar los tiempos futuros,
para aplacar la ira antes de que estallara,
para reconciliar a los padres con los hijos
y restablecer las tribus de Jacob.
Dichosos los que te vieron
y se durmieron en el amor.
Palabra de Dios
Salmo
Sal 79,2ac.3b.15-16.18-19
R/. Oh,
Dios, restáuranos,
que brille tu rostro y nos salve.
V/. Pastor de Israel, escucha,
tú que te sientas sobre querubines, resplandece.
Despierta tu poder y ven a salvarnos. R/.
V/. Dios del universo, vuélvete:
mira desde el cielo, fíjate,
ven a visitar tu viña.
Cuida la cepa que tu diestra plantó,
y al hijo del hombre que tú has fortalecido. R/.
V/. Que tu mano proteja a tu escogido,
al hombre que tú fortaleciste.
No nos alejaremos de ti:
danos vida, para que invoquemos tu nombre. R/.
Lectura del santo evangelio según san Mateo
(17,10-13):
CUANDO bajaban del monte, los discípulos preguntaron a Jesús:
«¿Por qué dicen los escribas que primero tiene que venir Elías?».
Él les contestó:
«Elías vendrá y lo renovará todo. Pero os digo que Elías ya ha venido y no lo
reconocieron, sino que han hecho con él lo que han querido. Así también el Hijo
del hombre va a padecer a manos de ellos».
Entonces entendieron los discípulos que se refería a Juan el Bautista.
Palabra del Señor
Arrepiéntete de
tus pecados este Adviento
“ Pero os digo que Elías ya ha venido y no lo reconocieron, sino
que han hecho con él lo que han querido. Así también el Hijo del hombre va a
padecer a manos de ellos».
Entonces entendieron los discípulos que se refería a Juan el Bautista.
A medida que continuamos reflexionando sobre
San Juan Bautista, vemos que los escribas no le reconocieron como Elías. No
lo vieron cumpliendo el papel de Elías de preparar el camino para el
Señor.
Aunque Juan tuvo un papel único y definitivo
en la preparación para la venida de Cristo, también cada uno de nosotros tiene
un papel en la preparación para su continua venida. Jesús vino una vez
hace muchos años, pero desea seguir viniendo a nuestras vidas. Y solo
puede venir si nos preparamos adecuadamente para El.
¿Cómo "preparas el camino del Señor"? ¿Cómo
continúas la obra de Juan el Bautista? Lo haces, especialmente en
Adviento, al prestar atención al mensaje principal de Juan. ¿Y cuál fue su
mensaje principal? Su mensaje fue el de arrepentirnos de nuestro pecado.
Aunque todos luchamos con el pecado como
resultado de nuestra naturaleza humana caída, nunca debemos olvidar que nuestro
llamado es a la perfección. Estamos llamados a ser perfectos como el
Padre Celestial es perfecto. Estamos llamados a reconocer nuestros
pecados, confesarlos y esforzarnos por desapegarnos de ellos.
El Adviento es una de las épocas más
importantes del año para hacer esto y es especialmente importante que busquemos
la gracia del Sacramento de la Reconciliación durante esta temporada
santa.
Reflexiona hoy sobre lo listo y dispuesto que
estás para predicar a tu propia alma acerca de la importancia de arrepentirse
de sus pecados.
Abrazar el arrepentimiento en esta temporada santa es la mejor
manera de prepararse para la continua venida de Cristo en tu vida.
Señor, ayúdame a ver mi pecado al entrar más
profundamente en esta temporada de Adviento. Ayúdame a ser consciente de
las muchas cosas que me alejan de ti y a apartarme de ellas de todo corazón. Jesús,
en Ti confío.
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