“Apostar por Jesús
«Grandes multitudes
seguían el camino con Jesús.» Lejos de alegrarle, esa muchedumbre parece más
bien preocuparle. Más interesado en definir quiénes son realmente sus
discípulos que en contabilizarlos, Jesús opta por la calidad antes que por la
cantidad. Subiendo a Jerusalén para entregar su vida, se toma el tiempo de
enseñarnos cómo seguirle.
Más
que hacer cosas con
Jesús o para
Él, lo esencial es dejar que Él actúe en nosotros.
Cuando
el Señor atrapa nuestro corazón, desea habitarlo por completo, hasta transformar
nuestra forma de pensar y vivir.
Pablo
dice a Filemón que ahora puede acoger a su esclavo fugitivo Onésimo «como a
un hermano muy amado».
El
libro de la Sabiduría indica que el Espíritu Santo «enviado desde lo alto»
nos permite ver el mundo de otro modo. Nadie llega al cielo apostando solo por
sus riquezas o por la fuerza de su ejército.
Seguir
a Jesús exige renunciar a ambos. Ése es el gran contraste del Evangelio:
apostar por Jesús, lanzarse a la aventura de la fe sin preferir nada por encima
de Dios, y aceptar morir a uno mismo, soltando poco a poco todo aquello que
entorpece nuestro caminar. Se trata de ser libres al desatar los vínculos que
nos impiden construir nuestra vida sobre Cristo.
Jesús
pide que abandonemos nuestros deseos de competir, que arriesguemos también
nuestra vida sobre su palabra y sus obras, confiando en su amor.
¿He decidido seguir a
Jesús?
¿Es el Evangelio para mí una opción de vida personal?
¿Transforman su palabra y sus obras nuestra manera de ser con los demás,
nuestra visión del mundo y el sentido de nuestra existencia?”
Vincent Leclercq, prêtre assomptionniste
Primera lectura
Sb
9,13-18
¿Quién
se imaginará lo que el Señor quiere?
Lectura del libro de la Sabiduría.
¿QUÉ hombre conocerá el designio de Dios?,
o ¿quién se imaginará lo que el Señor quiere?
Los pensamientos de los mortales son frágiles
e inseguros nuestros razonamientos,
porque el cuerpo mortal oprime el alma
y esta tienda terrena abruma la mente pensativa.
Si apenas vislumbramos lo que hay sobre la tierra
y con fatiga descubrimos lo que está a nuestro alcance,
¿quién rastreará lo que está en el cielo?,
¿quién conocerá tus designios, si tú no le das sabiduría
y le envías tu santo espíritu desde lo alto?
Así se enderezaron las sendas de los terrestres,
los hombres aprendieron lo que te agrada
y se salvaron por la sabiduría.
Palabra de Dios.
Salmo
Sal
90(89),3-4.5-6.12-13. 14 y 17 (R. cf. 12b)
R. Señor, tú has sido
nuestro refugio
de generación en generación.
V. Tú reduces el
hombre a polvo,
diciendo: «Retornen, hijos de Adán».
Mil años en tu presencia son un ayer que pasó;
una vela nocturna. R.
V. Si tú los
retiras
son como un sueño,
como hierba que se renueva:
que florece y se renueva por la mañana,
y por la tarde la siegan y se seca. R.
V. Enséñanos a
calcular nuestros años,
para que adquiramos un corazón sensato.
Vuélvete, Señor, ¿hasta cuándo?
Ten compasión de tus siervos. R.
V. Por la mañana
sácianos de tu misericordia,
y toda nuestra vida será alegría y júbilo.
Baje a nosotros la bondad del Señor
y haga prósperas las obras de nuestras manos.
Sí, haga prósperas las obras de nuestras manos. R.
Segunda lectura
Flm
9b-10.12-17
Recóbralo,
no como esclavo, sino como un hermano querido
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a Filemón.
QUERIDO hermano:
Yo, Pablo, anciano, y ahora prisionero por Cristo Jesús, te recomiendo a
Onésimo, mi hijo, a quien engendré en la prisión. Te lo envío como a hijo.
Me hubiera gustado retenerlo junto a mí, para que me sirviera en nombre tuyo en
esta prisión que sufro por el Evangelio; pero no he querido retenerlo sin
contar contigo: así me harás este favor, no a la fuerza, sino con toda
libertad.
Quizá se apartó de ti por breve tiempo para que lo recobres ahora para siempre;
y no como esclavo, sino como algo mejor que un esclavo, como un hermano
querido, que si lo es mucho para mí, cuánto más para ti, humanamente y en el
Señor.
Si me consideras compañero tuyo, recíbelo a él como a mí.
Palabra de Dios.
Aclamación
R. Aleluya,
aleluya, aleluya.
V. Haz brillar tu rostro
sobre tu siervo, enséñame tus decretos. R.
Evangelio
Lc
14,25-33
Aquel
que no renuncia a todos sus bienes no puede ser discípulo mío
Lectura del santo Evangelio según san Lucas.
EN aquel tiempo, mucha gente acompañaba a Jesús; él se volvió y les dijo:
«Si alguno viene a mí y no pospone a su padre y a su madre, a su mujer y a sus
hijos, a sus hermanos y a sus hermanas, e incluso a sí mismo, no puede ser
discípulo mío.
Quien no carga con su cruz y viene en pos de mí, no puede ser discípulo mío.
Así, ¿quién de ustedes, si quiere construir una torre, no se sienta primero a
calcular los gastos, a ver si tiene para terminarla? No sea que, si echa los
cimientos y no puede acabarla, se pongan a burlarse de él los que miran,
diciendo:
“Este hombre empezó a construir y no pudo acabar”.
¿O qué rey, si va a dar la batalla a otro rey, no se sienta primero a deliberar
si con diez mil hombres podrá salir al paso del que lo ataca con veinte mil?
Y si no, cuando el otro está todavía lejos, envía legados para pedir
condiciones de paz.
Así pues, todo aquel de entre ustedes que no renuncia a todos sus bienes no
puede ser discípulo mío».
Palabra del Señor.
1
1. Apuesta por Jesús: más calidad
que cantidad
Nos encontramos ante una escena donde Jesús,
rodeado por grandes multitudes, no se deja llevar por la apariencia. No busca
seguidores por su número. Más bien, su preocupación es quiénes cargan con Él
desde el corazón, sin seguirlo solo como fenómeno o noticia curiosa. Esta
elección del discípulo apasionado, no casual, es el centro del Evangelio. (Diocèse
de Paris, Working Preacher from Luther Seminary)
Apostar por Jesús significa entregarle la vida,
dejar que Él reforme desde adentro nuestra manera de pensar, de actuar, de
amar. Como dices bellamente: no se trata de hacer cosas con Él o para Él, sino
de dejar que Él actúe en nosotros.
2. Aventura de transformación:
renuncia, cruz y libertad
Jesús demanda: “quien no renuncia a todo lo que
posee, no puede ser discípulo mío” y “quien no carga con su cruz y viene detrás
de mí, no puede serlo” (Working Preacher from Luther Seminary).
Es una pedagogía de lo esencial:
- Renunciar
a seguridades humanas: bienes, familia, lazos, individualismo. Lo que antes fue nuestro
se convierte en territorio para construir vida nueva.
- Cargar
la cruz: no
una cruz inmóvil, sino una marcha de entrega en comunidad, una vida
compartida con la Pasión de Cristo.
- Ser
libres: al
soltar lo que pesa y nos ata, nos abrimos al Reino, construyendo vida
sobre la roca viva que es Cristo.
3. Sabiduría, fraternidad,
conversión del corazón
La sabiduría no es autoayuda ni conspiración; nace
del Espíritu que nos abre a ver de otra manera, como afirma la Sagrada
Escritura. (archisevilla.org,
Working Preacher from Luther Seminary)
En Filemón, Pablo nos muestra cómo esa misma sabiduría reconstruye relaciones:
recibe a Onésimo no como esclavo, sino como hermano amado. (dominicos.org)
En este Año Jubilar de gracia, Dios nos ofrece
sabiduría para ver más allá de nosotros mismos, misericordia para transformar
vínculos y audacia para apostar por Él, aunque ello demande morir al yo
antiguo.
4. Aplicaciones en clave de Año
Jubilar
- En
comunidad:
revisa qué estructuras o modos de hacer están vacíos de evangelio. ¿Son
meros rituales o experiencias de encuentro vivo con Jesús?
- En
familia o con amigos: ¿supera mi relación con ellos mi relación con Jesús o Él está
primero?
- Personalmente: ¿arriesgo mi vida sobre la
Palabra, invirtiendo tiempo, talento, recursos en el Reino?
Este Jubileo nos invita a abrir puertas: no solo
físicas, sino interiores. ¿Permitimos que Jesús habite nuestro corazón hasta
transformar nuestra visión del mundo y el sentido de nuestra vida? (Catholic.net)
Conclusión
Hermanas y hermanos: hoy se nos presenta una
invitación profunda. Sin tomar el Evangelio como una propuesta ligera, se nos
muestra el camino real de la libertad: apostar por Jesús sin reservas,
dejar que Él reforme nuestro corazón, nuestras relaciones, nuestra existencia.
La fe no es una emoción pasajera: es la apuesta más radical y valiente que
podemos hacer. Apostar no contra algo, sino a favor de Alguien que es vida,
sabiduría, fraternidad, futuro.
Que en este Año Jubilar, nuestra vida sea
testimonia de esa apuesta: que caminemos con Jesús, en renuncia, cruz y
entrega, descubriendo que solo Él basta.
Amén.
2
Introducción: un pasaje que choca
y despierta
Nos encontramos hoy ante un texto del Evangelio de
Lucas que golpea por su radicalidad: “Si alguno viene a mí y no renuncia a
su padre, madre, esposa, hijos, hermanos y hasta a sí mismo, no puede ser
discípulo mío. Y el que no lleva su cruz y me sigue, no puede ser mío.” Este
lenguaje, crudo y directo, podría llevarnos a pensar que Jesús exige de sus
discípulos una renuncia casi inhumana.
La sabiduría humana frente al
misterio divino
Pero antes de zambullirnos en este pasaje,
escuchemos lo que dice la Sabiduría en la primera lectura: “Los pensamientos de
los mortales son mezquinos… apenas conocemos lo que está a mano…”—solo gracias
al Espíritu Santo se nos conceden caminos rectos y sabiduría divina (servicioskoinonia.org).
Esto nos recuerda que la comprensión humana puede quedarse corta; necesitamos
acoger esta palabra con humildad, abiertos a que su sentido nos desborde.
La pasión amorosa: una analogía
del corazón entregado
Tu reflexión encuentra luz —y qué bella luz— en la
vida conyugal: cuando dos personas sellan un compromiso profundo, lo que antes
era “mío” o “tuyo” se vuelve “nuestro”. Los viejos hábitos de soltería quedan
atrás, las decisiones dejan de ser individuales, y todo: lo humano, lo
material, lo espiritual, se comparte en mirada común, impulsados por esa pasión
amorosa que construye hogar.
Esa misma pasión encarna lo que Jesús quiere decir:
no es una renuncia hostil, sino una entrega total, donde el afecto por él se
vuelve más fuerte que cualquier otro lazo. “Llevar la cruz” no es quedarse
pegado a un sufrimiento inmóvil, sino avanzar con todo lo que somos,
disponibles para el Reino.
Año Jubilar: conversión,
renacimiento y misión
Este año de gracia, el Jubileo 2025, centraliza el
lema “Peregrinos de Esperanza” (Wikipedia, Archdiocese of Denver, Diario
AS). Es tiempo de reconciliación, de misericordia, de caminar con el
corazón renovado hacia la plena comunión con Dios y el hermano (Scholas
Ocurrentes, Diocese of Charlotte).
En este marco, nuestra “cruz” no es un peso que nos hunda, sino la pasión viva
de encontrarnos con Cristo de modo radical. Es la puerta abierta hacia una
existencia nueva: renunciamos a lo que nos ata para abrazar un amor que nos
libera.
¿Cómo se vive esa pasión hoy?
- En
la familia:
cuando padres eligen amar con paciencia y entrega a sus hijos
adolescentes, incluso en la rebeldía, y no se rinden.
- En
el hogar:
cuando la pareja, ante tormentas como adicciones o dificultades, sigue
construyendo y acompañando desde el sufrimiento compartido.
- En
la comunidad:
cuando un empleador fomenta dignidad, verdad y confianza, antes que solo
resultados.
Estas acciones manifiestan esa pasión amorosa que no reniega del contexto ni de las dificultades, y las transforma desde la fuerza del amor que se entrega.
Lectura de Filemón: fraternidad
que renueva
En la segunda lectura, Pablo apela a Filemón por
Onésimo —un hermano, antes esclavo— no solo como esclavo, sino como alguien
amado “como a mí mismo” (planebogota.com,
preacherexchange.com).
Esto nos habla de esa misma lógica: ya no tratamos lo humano con lógica de “lo
mío o lo tuyo”, sino desde la comunión, la reconciliación, la fraternidad
apasionada.
Conclusión: peregrinos que aman,
siguen y transforman
Amadas hermanas y hermanos, hoy se nos invita a
preguntarnos:
¿Qué me apasiona de tal modo que lo haría más fuerte que cualquier vínculo?
¿Estoy dispuesto a llevar la cruz, no como condena, sino como signo de que
Jesús me acompaña y me da vida?
En este Año Jubilar, se abren las Puertas Santas
como símbolo de un corazón que se deja tocar y transformar (Wikipedia, Diario
AS). Recibamos esta palabra como llamada a convertir nuestra vida en una
peregrinación de esperanza, donde nuestra entrega no se aparta del mundo, sino
lo llena de Cristo.
Que nuestra vida —familiar, profesional,
comunitaria— sea plena pasión por Jesús, de tal modo que su Evangelio marque
nuestros vínculos, nuestras decisiones, nuestro modo de amar. Y así, paso a
paso, seamos verdaderamente discípulos suyos, llevando la cruz con gozo y
libertad hacia una vida nueva.
Amén.
3
1. Contexto y desafío radical del Evangelio
Jesús,
rodeado de grandes multitudes, pronuncia palabras que desconciertan: “Si alguno
viene a mí sin ‘odiar’ a su padre, madre, esposa, hijos, hermanos y hasta su
propia vida, no puede ser discípulo mío.” ¿Qué significa ese “odiar” tan
extremo? Este lenguaje no busca alienar, sino despertar: sacudir de nuestra
tibieza, señalar qué o quién debe ocupar el primer lugar en nuestra vida.
Como
explican los comentaristas, se trata de una hipérbole semítica: no se trata de cultivar
resentimiento, sino de renunciar
a toda preferencia que opaque nuestra fidelidad a Cristo. Es
una llamada alejar aquello que compite por nuestro corazón. (Working Preacher from Luther Seminary, Crossway,
Wikipedia)
Jesús
no medita en palabras suaves, sino que reclama total entrega. Lo mismo afirma
san Mateo: “El que ama a padre o madre más que a mí, no es digno de mí.” (Reddit, Crossway)
2. Contar el costo: imágenes que hablan de
renuncia y compromiso
Acto
seguido, el Evangelio recurre a dos parábolas: el constructor de torre y el rey
que evalúa fuerzas antes de la batalla. Ambas imágenes subrayan que ser discípulo exige prever el costo,
no emprender el camino solo por impulso. (Working Preacher from
Luther Seminary, Sacred Heart Catholic Church, Wikipedia)
Esta
renuncia no es renegar del mundo, sino ordenar
nuestro amor, dejando que Jesús sea el fundamento. Es la
asunción diaria de la cruz, la coherencia de vida que nace de la fe apasionada,
no de una espiritualidad ligera.
3. Año Jubilar: pasión que transforma vínculos
Este
Año Jubilar —“peregrinos de conversión y esperanza”— nos llama a la conversión
profunda. Dios abre puertas físicas y espirituales para que nuestra entrega
afiance nuestra libertad. ¿Qué significa, hoy, “odiar” lo que amo? Significa soltar aquello que ocupa el centro de mi
existencia, para permitir que Cristo vuelva a ser la luz que da
sentido.
·
En
nuestra familia y comunidad, la fe legítima no se impone, pero pide ser vivida
sin tapujos.
·
En
nuestra misión, la “hipérbole” de Jesús no es amenaza, sino impulso de amor
total que reconstruye desde adentro.
·
En
nuestra vocación, el reto es clamar: “Señor, que ni mi amor humano, ni mis
proyectos personales, ni mis vínculos me impidan hacerte mi todo.”
4. Aplicación pastoral en clave de libertad y
coherencia
·
Para discípulos jóvenes: es urgente que
descubran una fe que no se acomode en esquemas sociales, sino que invite a la
entrega radical.
·
Para familias: renunciar no
significa quebrarse, sino reencontrar su esencia, vivida sobre Cristo, no sobre
clichés culturales.
·
Para la comunidad eclesial: que esta palabra
sacuda nuestras rutinas. Renovar espacios de encuentro donde Jesús, no una
agenda, sea el primero.
·
Para ti, sacerdote: que este Jubileo sea
tu experiencia de dejar que Él actúe en ti, creando comunidades vivas, no
grupos administrados.
Conclusión
Hermanas y hermanos, hoy Jesús nos propone una fe con piel
de libertad, no de ataduras. Nos llama a amarle sobre todo y sobre todos, no para rechazar
lo humano, sino para vivir todo desde Él. En este Año Jubilar, atracemos
nuestra vida a esta verdad: que Cristo sea el fundamento de toda relación,
entrega y proyecto.
Que vivamos el Evangelio como apuesta radical por el amor
que nos hace libres.
Amén.
4
“Contar el costo… para amar
más”
1) El primer lugar en el corazón
“Grandes
multitudes seguían con Jesús…” (Lc 14,25). Jesús no se entusiasma con la
cantidad; le importa la calidad
del discipulado. Por eso lanza palabras que sacuden: “Si alguno
viene a mí y no ‘odia’ a su padre y madre… y aun su propia vida, no puede ser
mi discípulo” (14,26). No es odio afectivo ni resentimiento; es hipérbole semita que
significa “amar menos”,
“poner en segundo lugar”
todo lo que compita con Dios. Mateo traduce el sentido: “El que ama a su padre
o a su madre más que a mí
no es digno de mí” (Mt 10,37). En Jesús, el amor se ordena: a todos se los ama
mejor cuando Dios va
primero. (Catholic Productions)
El
Libro de la Sabiduría
hoy nos baja de la nube de la autosuficiencia: nuestros cálculos son mezquinos;
sólo el Espíritu “enviado desde lo alto” nos da la perspectiva de Dios (Sab
9,13-18b). El Salmo 90
nos enseña a “contar
nuestros días” para adquirir corazón sensato. Y Filemón muestra la
consecuencia práctica: Pablo invita a recibir a Onésimo “como a un hermano querido”;
el Evangelio transforma los vínculos y los reordena en Cristo (Flm 9-10.12-17).
(USCCB, evdiomessage.org)
2) Contar el costo: dos parábolas y una
decisión
Jesús
propone dos imágenes: el constructor
de la torre y el rey
que evalúa fuerzas. No es un “arrechón espiritual”; es una
decisión pensada, rezada y
sostenida. Ser discípulo implica prever: habrá renuncias,
combates interiores, desprendimientos concretos. Pero el cálculo no se hace
desde el miedo, sino desde la confianza
en Aquel que nos amó primero. (St. Paul
Center)
En
clave jubilar, esto suena a examen de conciencia pastoral: ¿a qué me apego que impide que Cristo sea el
centro? ¿Qué hábitos, agendas o seguridades me pesan más que la cruz? El Jubileo no es un
eslogan; es una visitación
de gracia para reordenar la vida a Cristo y dar pasos visibles
de conversión. (evdiomessage.org)
3) Cuatro condiciones (en lenguaje de hoy)
Inspirado
en la síntesis de Fr. Tony, Jesús hoy nos pide:
(a) Priorizar a Dios sobre
la familia: no es amar menos a los tuyos; es amarles mejor, desde Dios. (b) Desapego de bienes:
la libertad interior para compartir bendiciones. (c) Cargar la cruz:
asumir, con amor, dolores y luchas que nacen de la fidelidad (dominio de
vicios, coherencia pública, servicio sacrificado). (d) Calcular el costo:
decidirse por un sí
sostenido, de por vida. (Fr Tony's Homilies)
4) Tres historias que iluminan el Evangelio
Historia 1: “Te vamos a taladrar… y otra vez”
Cada inicio de temporada, un entrenador avisa a los aspirantes: “Habrá
disciplina, dolor de músculos, nada de drogas o alcohol; sólo el que se
esfuerza entra”. El deporte serio cuesta
tiempo, hábitos, renuncias. ¿Por qué nos sorprende que el discipulado también
tenga costo? Jesús nos lo dice antes
de alistarnos, no para ahuyentar, sino para purificar intenciones. (Fr Tony's Homilies)
Historia 2: Santo Tomás Moro — “Servidor del rey, pero de
Dios primero”
Padre, esposo, jurista, escritor de Utopía,
canciller de Inglaterra. Cuando la corona le exigió jurar contra su conciencia,
su familia le rogó ceder. Tomás eligió a Dios: prisión, enfermedad, silencio… y
finalmente el martirio (1535). Subiendo al cadalso, resumió su vida: “Del rey, buen siervo; pero de Dios,
primero.” Poner a Cristo por encima de todo no destruye la
familia: la salva
de idolatrías. (Encyclopedia
Britannica)
Historia 3: Renoir — “El dolor pasa; la belleza permanece”
Artritis feroz; el pincel atado a la mano para seguir pintando. ¿Por qué
insistir con dolor? “El
dolor pasa; la belleza permanece.” El discípulo persevera
porque ha visto una Belleza
mayor: Cristo. La cruz no es masoquismo; es el paso hacia una vida más
alta. (Goodreads)
5) Exégesis pastoral de Lc 14: el “odiar” que
significa amar
Volvamos
a la palabra incómoda: “odiar”. En el marco bíblico, es recurso retórico para
expresar preferencia radical: Dios
primero (véase el paralelo de Mt 10,37). Cuando Dios es el centro, los
otros amores se ordenan
y crecen;
cuando Dios no es el centro, todo se desordena, incluso el amor a los más
cercanos. Por eso, Jesús no pide “odiar personas”, sino odiar la tentación que
nos separa de Él (apegos, manipulaciones, chantajes afectivos, autoengaños). (Catholic Productions)
6) Filemón y Onésimo: el Evangelio reconfigura
los vínculos
Pablo
devuelve a Onésimo a Filemón, pero con una carta de pólvora evangélica: recíbelo como hermano.
Aquí se ve el costo real: renuncias recíprocas, riesgo social, transformación
de relaciones. El discipulado no
es intimismo; alcanza la justicia, la fraternidad y la dignidad
del otro. (evdiomessage.org)
7) “Gracia barata” vs. “gracia costosa”
Bonhoeffer
alertaba: hay una “gracia
barata” (perdón sin conversión, sacramentos sin discipulado,
cruz sin Jesús) y una “gracia
costosa” que nos toma la vida… pero nos da la Vida. El Jubileo
no es barata indulgencia de calendario; es gracia costosa que nos configura con
Cristo. (Goodreads, C.S. Lewis Institute)
8) Itinerario práctico (estilo Fr. Tony,
aterrizado a tu comunidad)
1.
Recarga diaria: oración personal y lectio; el Salmo 90 en
los labios: “Enséñanos a calcular nuestros años…” (Sal 90). (USCCB)
2.
Eucaristía frecuente y reconciliación
agradecida: fuerza real para sostener el sí.
(evdiomessage.org)
3.
Desapego: revisar gastos, tiempo y talentos;
compartir con los necesitados y con la misión parroquial. (Fr Tony's Homilies)
4.
Cruz cotidiana: dominar hábitos que
esclavizan; confesar públicamente la fe; servir cuando no conviene. (Fadaochigbo - Sunday
Homily Series)
5.
Coherencia vocacional: fidelidad
matrimonial, justicia en el trabajo, honestidad fiscal; “sí” pastoral creativo
en clave jubilar. (St. Paul
Center)
6.
Acompañamiento fraterno: como Pablo con
Filemón y Onésimo; sanar vínculos, abrir oportunidades y tejer comunión. (evdiomessage.org)
9) Para rezar (final jubilar)
Señor
Jesús, danos tu Sabiduría
para contar el costo y elegirte
primero; tu Espíritu para ordenar nuestros amores y soltar lo que nos ata;
tu Pan para caminar
con la cruz y servir
con alegría. Que en este Año Jubilar crucemos tu Puerta con decisiones
visibles: Dios primero, familia mejor amada, bienes compartidos, cruz asumida,
misión encendida. Amén. (evdiomessage.org)