martes, 25 de agosto de 2015

En los 115 años de la muerte del maestro de la sospecha Friedrich Nietzsche



El mundo cultural occidental celebra este día 115 años de la muerte del filósofo alemán, de adopción suiza,  Friedrich Nietzsche, más conocido en español como FEDERICO NIETZSCHE.

Su nombre lo escuché por primera vez de manera fugaz y somera y con gran indiferencia durante los lacónicos y superficiales cursos de filosofía que se impartían en 5º y 6º de Bachillerato…(Bueno, así los asumí yo y seguramente la mayoría de mis compañeros, mismo si nuestro competente profesor y rector Jorge Octavio Villa, hacia todo lo posible por “encarretarnos” en las lides filosóficas) Y más como yo estudié en un establecimiento preeminentemente pedagógico, la filosofía e historia tradicional que se daba en otros claustros, acá tomaba tintes de pedagogía y se le reemplazaba cambiaba o adaptaba…Luego por mis estudios de filosofía en la formación sacerdotal misionera en el seminario de Medellín, iniciados por allá en 1988, tendría un acceso más amplio a la biografía y pensamiento de Nietzsche. Lo primero que supe de este gran pensador leyendo su biografía fue su “Locura”, nunca se me olvido que vivió una gran parte de su vida perturbado, cual quijote al que se le seco el cerebro, seguro de tanto misticismo, tanta lectura y horas dedicadas a la investigación y a la escritura.

Entre sus obras más nombradas están “Así hablaba Zaratustra”, “Humano, demasiado humano”, “Más allá del bien y del mal”,”La genealogía de la moral”, pero seria “El anticristo”, el único libro que yo leería obligatoriamente… Y ay si me afecto profundamente, yo diría “verracamente” como se dice en paisa, la lectura de esta obra…Recuerdo nítidamente que fue en 1989, frisando los 20 años, en un momento de volverme a interrogar sobre mi vida, mi futuro, y el presente que estaba viviendo…No solo a mí, sino a otros compañeros la filosofía de este hombre, junto a la de otros ateos y agnósticos, afectó y nos hizo pensarnos si perseverar o abandonar la carrera hacia el sacerdocio…Y es que en la obra de Nietzsche sobre todo el Anticristo hay una negación de Dios, ataques a los postulados bíblicos y sobre todo una crisis acérrima contra Pablo de Tarso…El apóstol de los gentiles y más importante difusor del cristianismo en su primer siglo.  El libro es una crítica del cristianismo en conjunto, y de conceptos modernos como el igualitarismo y la democracia, a los cuales ve como consecuencia persistente de los ideales cristianos.

A fin de cuentas, el único verdadero cristiano habría sido Jesucristo, y la religión fundada posteriormente por los padres de la iglesia, irónicamente, nada más que una labor de deconstrucción, de traición y de malinterpretación del sentido originario encarnado por Jesús. El Cristo de Nietzsche, cuya figura real, histórica, intenta establecer leyendo entre líneas en la Escrituras, sería para Nietzsche un caso de degeneración mórbida de los instintos perfectamente repetible en todas las épocas y lugares como «tipo» humano, y de hecho lo compara con el protagonista de El idiota, novela de Fiódor Dostoievski. (Wikipedia.org)

Pero la clave estaba en no leer “tan rápido” ni deducir conclusiones aceleradas sobre el pensamiento nietzscheano…Yo, al menos personalmente y gracias quizás a los buenos laicos y curas formadores, me quedé con aquello que me decían y que yo luego comprobaría por mi mismo: “En el fondo Nietzsche no niega al Dios verdadero, al dios de Cristo, lo que niega y ataca es ese dios que se ha creado el hombre de la época (o como Él lo interpreta en  pasado bíblico, en ciertos pasajes) , un dios casado con los intereses de opresión, de dominación política e ideológica… un dios muy humano, imperfecto, injusto…”

Junto a Carlos Marx, Sigmund Freud et  Ludwig Feuerbach hace parte de los llamados “maestros de la sospecha”. EL apelativo  es de Paul Ricoeur:
Según Wikipedia:  Escuela de la sospecha es una famosa expresión del filósofo Paul Ricoeur. Apareció por primera vez en su libro Freud: una interpretación de la cultura (De l'interprétation. Essai sur Sigmund Freud, 1965). Ricœur dijo que "La dominan [la escuela de la sospecha] tres maestros que aparentemente se excluyen entre sí: Marx, Nietzsche y Freud." Ricœur diferenció entre una hermenéutica de la sospecha y una hermenéutica de la afirmación.
Por el contrario, los tres maestros de la sospecha: Marx, Freud y Nietzsche, aunque desde diferentes presupuestos, consideraron que la conciencia en su conjunto es una conciencia falsa. Así, según Marx, la conciencia se falsea o se enmascara por intereses económicos, en Freud por la represión del inconsciente y en Nietzsche por el resentimiento del débil. Sin embargo, lo que hay que destacar de estos maestros no es ese aspecto destructivo de las ilusiones éticas, políticas o de las percepciones de la conciencia, sino una forma de interpretar el sentido. Lo que quiere Marx es alcanzar la liberación por una praxis que haya desenmascarado a la ideología burguesa. Nietzsche pretende la restauración de la fuerza del hombre por la superación del resentimiento y de la compasión. Freud busca una curación por la conciencia y la aceptación del principio de realidad. Los tres tienen en común la denuncia de las ilusiones y de la falsa percepción de la realidad, pero también la búsqueda de una utopía. Los tres realizan una labor arqueológica de búsqueda de los principios ocultos de la actividad consciente, si bien, simultáneamente, construyen una teleología, un reino de fines. Ricoeur, como ellos, acepta el lado ascético de la reflexión, su papel de aguafiestas ante determinadas percepciones de la realidad. Pero tras el necesario purgatorio de la crítica marxista, freudiana y nietzscheana, viene la recuperación del sentido, el restablecimiento de una ingenuidad purificada y fuerte.
Estos tres autores comparten una actitud crítica hacia la sociedad que conocen, y por ello suelen ser considerados como frutos de un mismo espíritu crítico, aunque ni siquiera son de la misma generación, ya que mientras Marx es un autor de mediados del siglo XIX, y Nietzsche lo es de finales del siglo XIX, Freud es, un autor de finales del siglo XIX y principios del siglo XX.
Así, estos tres autores centran, básicamente, la crítica a una forma de entender el mundo que llega hasta nuestros días, y, por ello, sus visiones son, en cierta medida, aún vigentes. De ahí que Paul Ricoeur les calificara como filósofos de la sospecha.
Si, definitivamente un filósofo, un pensador y escritor que ha dejado impronta su huella en muchos hombres y mujeres en los últimos 2 siglos.

Un filosofo que negando a Dios nos hace amarlo y descubrir su verdadera esencia…Creo que eso es lo que puedo concluir sobriamente sobre Nietzsche.
Es triste que su ocaso y posterior muerte se haya producido de manera tan trágica y lúgubre…

Siempre admiraremos de Nietzsche su sinceridad y honestidad intelectual, su valentía y arrojo para enunciar sus ideas y expresar su pensamiento. Creo y pienso que nosotros los hombres y mujeres que hemos aprendido a discernir a Cristo, a depurar y quedarnos con lo mejor de la Iglesia, a volver a mirar la Biblia como lo que es y siempre ha sido “mapa de navegación para la historia humana”…tenemos el deber y la misión cual profetas o Zaratustras, hacer presencia en todos los areópagos virtuales y reales,  gritarle al mundo la Verdad que se pretende amilanar, despotricar y ocultar…


Nietzsche siempre será para unos y otros, nuestro referente, punto de partida, intermedio, punto de llegada, acicate, amigo o enemigo a la hora de pensar y vivir a Dios.



2 comentarios:

  1. NIETZSCHE... Buen apunte gusqui. Yo lo que recuerdo de este filósofo es su sonoro nombre... en las palabras del profesor que tuve en el Bachillerato en la ya extinta NORMAL GUILLERMO VALENCIA DE MONTERÍA. Recuerdo que el profe Jiménez, era díscolo, meditabundo y hasta sarcástico como este autor... Incluso nos decía, "el que defina a Nietzsche en dos palabras"... le doy una beca para que estudie filosofía en la Universidad Nacional... "Tengo mis contactos" Decía... Hoy lo recuerdo en tus palabras gusqui, porque resulta que en los 90´s me enteré que viniendo en su moto por la circunvalar, una avenida de Montería, el profe Jiménez se mató al estrellarse con un carro. Creo y muchos lo afirman que su vida estaba siendo opacada por una grave enfermedad y que incluso alguno dicen se suicidó de ese modo... Cosas de Nietzsche, cosas del pensar de Nietzsche... Buen punto Gusqui. Saludos...

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    1. Gracias Ubaldino por tu reacción tan inclusive y tu comentario imbuido de amistad y nostalgia. Me alegra saber que estas bien. Un abrazo!

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