martes, 1 de agosto de 2017

2 de agosto del 2017 Miércoles de la 17a semana del TO o San Eusebio de Vercelli


(Éxodo 34, 29-35) La oración es ante todo un encuentro de amor: ella abraza el corazón, ilumina todo el ser y nos lleva a servir a los demás. La experiencia de Moisés nos lo revela de manera particular.





Primera lectura
Lectura del libro del Éxodo (34,29-35):

Cuando Moisés bajó del monte Sinaí con las dos tablas de la alianza en la mano, no sabía que tenía radiante la piel de la cara, de haber hablado con el Señor. Pero Aarón y todos los israelitas vieron a Moisés con la piel de la cara radiante y no se atrevieron a acercarse a él. Cuando Moisés los llamó, se acercaron Aarón y los jefes de la comunidad, y Moisés les habló. Después se acercaron todos los israelitas, y Moisés les comunicó las órdenes que el Señor le había dado en el monte Sinaí. Y, cuando terminó de hablar con ellos, se echó un velo por la cara. Cuando entraba a la presencia del Señor para hablar con él, se quitaba el velo hasta la salida. Cuando salía, comunicaba a los israelitas lo que le habían mandado. Los israelitas veían la piel de su cara radiante, y Moisés se volvía a echar el velo por la cara, hasta que volvía a hablar con Dios.

Palabra de Dios


Salmo
Sal 98

R/. Santo eres, Señor, Dios nuestro

Ensalzad al Señor, Dios nuestro,
postraos ante el estrado de sus pies:
Él es santo. R/.

Moisés y Aarón con sus sacerdotes,
Samuel con los que invocan su nombre,
invocaban al Señor,
y él respondía. R/.

Dios les hablaba
desde la columna de nube;
oyeron sus mandatos
y la ley que les dio. R/.

Ensalzad al Señor, Dios nuestro;
postraos ante su monte santo:
Santo es el Señor, nuestro Dios. R/.


Lectura del santo evangelio según san Mateo (13,44-46):

En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente: «El reino de los cielos se parece a un tesoro escondido en el campo: el que lo encuentra lo vuelve a esconder y, lleno de alegría, va a vender todo lo que tiene y compra el campo. El reino de los cielos se parece también a un comerciante en perlas finas que, al encontrar una de gran valor, se va a vender todo lo que tiene y la compra.»

Palabra del Señor


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Un encuentro que transforma

En la primera lectura del Éxodo, vemos cómo el encuentro con Dios, hace resplandecer el rostro de Moisés. La cercanía o proximidad de Dios deja huellas en la persona, huellas de luz y de paz. Qué tan iluminados salimos de la oración? cómo manifestamos lo aprendido con Dios en la intimidad de nuestros encuentros con Él?

En el Evangelio, Jesús nos muestra que el Reino de Dios es sobreabundancia  de vida y de alegría, que él vale más que todas las posesiones humanas. Cuando se le descubre, ninguna duda o hesitación puede detenernos e impedirnos trabajar por él y por la  instauración de su Reino en el mundo.

Oración


Señor Dios, Padre nuestro:
Nuestro corazón permanece inquieto
hasta que haya descubierto la paz que tú nos ofreces
en tu Hijo Jesucristo.
Ayúdanos a poner nuestra confianza y alegría
no en cosas frágiles, perecederas,
sino en tu Hijo, en su Buena Nueva de salvación,
y en el reino que vino a instaurar entre nosotros.
Haznos pobres de espíritu y receptivos,
danos a cada uno de nosotros un corazón atento y sabio
para seguir buscando hasta que te encontremos a ti
en Jesús y en nuestros hermanos.
Te lo pedimos por el mismo Cristo, Señor nuestro,
que contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo
y es Dios por los siglos de los siglos.

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