jueves, 8 de diciembre de 2016

11 de diciembre del 2016: 3er domingo de Adviento (A)



Abramos los ojos!

La promesa de Dios se está realizando. A aquellos que dudan, podemos decirles: "vengan y vean, la luz brilla en la noche".
Hermanos, el Señor ya está trabajando en medio de nosotros. Abramos los ojos para poder ver los signos que nos rodean y que nos hablan de su presencia. Vivamos esta Eucaristía en la alegría y en la esperanza.



 LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO 11, 2- 11

En aquel tiempo, Juan, que había oído en la cárcel las obras del Mesías, mandó a sus discípulos a preguntarle.
«¿Eres tú el que ha de venir o tenemos que esperar a otro?».
Jesús les respondió:
«Id a anunciar a Juan lo que estáis viendo y oyendo: los ciegos ven, y los cojos andan; los leprosos quedan limpios, y los sordos oyen; los muertos resucitan, y los pobres son evangelizados. ¡Y bienaventurado el que no se escandalice de mí! ».
Al irse ellos, Jesús se puso a hablar a la gente sobre Juan:
«¿Qué salisteis a contemplar en el desierto, una caña sacudida por el viento? ¿O qué salisteis a ver, un hombre vestido con lujo? Mirad, los que visten con lujo habitan en los palacios. Entonces, ¿a qué salisteis?, ¿a ver a un profeta?
Sí, os digo, y más que profeta. Este es de quien está escrito:
"Yo envío mi mensajero delante de ti, el cual preparará tu camino ante ti".
En verdad os digo que no ha nacido de mujer uno más grande que Juan el Bautista; aunque el más pequeño en el reino de los cielos es más grande que él».
Palabra del Señor.


Introducción a la Liturgia de la Palabra:

Isaías ha visto con claridad que Dios vendría y nos salvaría. Si nosotros permanecemos firmes y  fieles en la fe y en el amor, y nos ponemos al servicio de los más necesitados, lo haremos presente desde ya.



A guisa de introducción:

Un lugar para todos en la comunidad!


1. Todo mundo debería sentirse bien, contento, en la comunidad..Hablamos de los grupos conformados alrededor de la vida eclesial.

Verdaderamente, cuando uno está sólo no puede ver claro en su vida; sólo uno no puede ir muy lejos en la vida; sólo uno no puede ser feliz fácilmente!

Estas son afirmaciones que desmentirán solo algunas pocas personas, que se dirán felices estando aisladas, marginadas de la comunidad…que son felices por ellas mismas!

Estas mismas personas son las primeras a afirmar la rareza de su situación..

Con los otros, se comprende mejor: dos cabezas piensan mejor que una y diez mejor que dos. En pequeño grupo, en equipo, es más fácil comprender su fe,vivir su religión; asumir el estilo de vida propuesto por Jesús; en nuestros días, el cristiano solitario arriesga con no ejercer ninguna influencia; la vida en comunidad es tan necesaria en la Iglesia como el aire puro para nuestros pulmones. La mayoría de las personas son obligadas a trabajar con otras en sociedad. Por qué no hacer lo mismo en Iglesia?

2. Jesús es el profeta esperado por Isaías; su Buena Noticia se dirige a todos; Él ha querido un equipo, un grupo.
Con Jesús no se forma, no se construye una comunidad en un mes, en un año. En realidad, uno no lo logra jamás, puesto que las comunidades están siempre en proceso y nunca son perfectas. Muchas dificultades surgen en cada momento: "el trabajo para hacer colaborar la gente; el miedo a comprometerse de muchos; la imposibilidad de satisfacer a todo el mundo; la tensión entre aquellos que se comprometen".

3. Con aquellos que hacen alguna cosa en comunidad, alegrémonos! Por motivos de fiestas, muchas familias que no son ni siquiera parientes se van a reunir para festejar. Bravo!

Algunos grupos van acoger habitantes de calle para vivir las fiestas: Jesús con toda seguridad estará contento por ellos.

Muchos cristianos benévolos sueñan con una comunidad para todos; solos, aislados, se sienten impotentes; juntos, con paciencia, ellos toman conciencia que pueden transformar su ambiente y deciden pasar a la acción.

______________________________



Aproximación psicológica y sociopolítica  al texto  del evangelio:


"Yo espero Juan que tú comprenderás!"


Hay en el mensaje de Juan Bautista mucho más que una demanda de información. Aprisionado por un poder arbitrario, Juan no se hacía probablemente ilusiones sobre la suerte que le esperaba.  Y de hecho, él será ejecutado poco tiempo después.

Pero cuando se está en prisión y uno ha proclamado que la llegada del Reino de Dios era inminente, y cuando uno ha escuchado hablar de las “obras de Cristo”, uno espera con ansia que este Mesías-Cristo pase rápido a la acción.

Este es el centro del mensaje enviado por Juan Bautista a Jesús con sus discípulos: “si eres Tú el liberador, es tiempo de que intervengas: me parece que la coyuntura es favorable, al menos es lo que yo pienso, y en lo que a mí me concierne!”

Y Jesús responde claramente. Sí, claro que soy yo, y el proceso ya ha comenzado. Solamente que yo he escogido el estilo o paradigma del profeta Isaías, y este consiste en un proceso lento. Es una marcha o camino de concientización: “los ciegos ven, los sordos oyen, una Buena Nueva llega a los pobres”. Yo estoy llamado a inaugurar el Reino de Dios, a trabajar en la lenta liberación total, y no estoy convocado a desencadenar o iniciar un efímero golpe de estado. Yo espero Juan que tú comprenderás: Bienaventurado- feliz aquel que no se oponga a mi manera de entender y hacer las cosas! (v.6).

Escandalizarse significa etimológicamente caer, tropezar contra un obstáculo. Hay dos maneras de bloquearse ante la visión de Jesús y abandonar su causa: no aceptar que Él  no sea el liberador político deseado, o bien no aceptar que Él sea el liberador total (religioso y social) que uno no desea. 

Para muchos de nosotros, la gran pregunta  no es saber si se está a favor o en contra de Jesús. Es después de esto que uno se bloquea. A menudo, es más bien cuando uno descubre, que no contento con sanar algunos ciegos de su ceguera física, Jesús se pone a denunciar la ceguera del poder (Mateo 23,17-24; 15,14; 16,3…) y cuando Él enseña a los hombres a abrir los ojos sobre su realidad personal y a  afrontar sus propias responsabilidades.

Jesús había sentido cuán exigente sería aceptar un tal camino.
Feliz, bienaventurado aquel que no se bloquee o se constituya en obstáculo para este proceso!



Reflexión Central:

1
Estén alegres!


El tiempo de Adviento es esperanza, coversión, alegría…El tiempo de Jesús que viene. Él se acerca a nosotros tomando nuestra carne, nuestra humanidad para "darnos la esperanza y salvarnos". Nuestro Dios, el dios de Jesucristo tiene un amor de predilección por los pobres, los pequeños,los excluidos. Es esa la Buena Noticia que encontramos en las lecturas bíblicas de este domingo y nos revelan que Dios viene, Dios llega para librarnos del mal.

La primera lectura es un fragmento del profeta Isaías, que está dirigida a un pueblo totalmente agobiado y agotado por los 40 años de exilio que acaban de vivir. Entonces, el profeta les anuncia un futuro radiante. El desierto va a volver a florecer, y sobre todo, los prisioneros y los exiliados podrán regresar a su tierra. Este retorno es presentado como un "huracán de alegría". Dios no puede aceptar la situación trágica de su pueblo, Él interviene para sanarlos y salvarlos. Es un preludio de lo que pasará más tarde. Por su muerte y su resurrección, Cristo abrirá el camino de la verdadera vida a toda la humanidad. La tierra entera y sus habitantes serán transfigurados.

En la segunda lectura, el apóstol Santiago nos sitúa en la espera del regreso del Señor. Él acaba de denunciar el comportamiento de los ricos que llevan una vida de lujo y que oprimen a los pobres.
Hoy, es a los humillados que el apóstol se dirige "mientras esperan la venida del Señor tengan paciencia", sobre todo, no se desesperen porque el Señor se acerca. Miremos los agricultores: ellos saben bien que después de poner la semilla en la tierra, ellos deben esperar varios meses antes de disfrutar de la cosecha. Y mismo si la cosecha tarda, ellos deben hacer prueba de la paciencia. Así ocurre con nosotros: es a lo largo de toda nuestra vida que nos preparamos para el encuentro definitivo con Cristo.

Con Jesús, asistimos a la realización progresiva de las profecías de Isaías. Es la Buena Noticia anunciada por Juan Bautista quien desde la cárcel incomodaba a todas las autoridades de su tiempo. Desde el fondo de su prisión, el Bautista reflexiona. Él había anunciado la venida del Mesías, él mismo lo había designado y señalado con su mano: "Este es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo". Él esperaba un Mesías triunfante que liberaría a Israel de todos sus pecados; que juzgaría al malvado. Juan veía un justiciero que cortaría los árboles improductivos. Esa era la imagen que tenía del Mesías de Dios: un Dios que se manifiesta aplastando a los malvados con su poder.

Y entonces Juan escucha  de Jesús cosas que no corresponden con lo que él había previsto, ya que Jesús no anuncia el fuego caído del cielo contra los malos; Él se mezcla con las multitudes; acoge los pecadores; se arriesga a tener relaciones dudosas con pecadores, publicanos y prostitutas…Por eso envía entonces a sus fieles discípulos a hacerle la pregunta más importante: "Eres tú el que ha de venir o debemos esperar a otro?" La respuesta de Jesús es desconcertante: "vayan a contarle a Juan lo que ustedes ven y escuchan, los muertos resucitan y la Buena Noticia es anunciada a los pobres".

Al igual que Juan Bautista, nosotros, a veces,  corremos el riesgo de encerrarnos en nuestras dudas, nuestras preguntas Podemos convencernos de certezas que no son verdad de Evangelio. Y entonces nos hacemos una falsa idea de quién es Jesús. Y es entonces, cuando debemos mirar lo que Él hace: con Él es el amor que tiene la última palabra. El hombre no es un esclavo ante un amo que tendría derecho de decidir su vida o su muerte…Nosotros nunca debemos esperar de Dios la violencia que predican las religiones integristas. El verdadero Dios es aquel que envía su Hijo para buscar salvar a quienes estaban perdidos. Es escuchando a Jesús como nosotros descubrimos este Dios, sus palabras son palabras de Vida Eterna.

Al reunirnos para celebrar la Eucaristía, nos volvemos hacia aquel que es la fuente de nuestra alegría. Señor, nosotros te confiamos a quienes preparan las fiestas que se acercan a través de una actividad febril, en medio del stress, de las carreras o un cierto desencanto.  Concédeles abrirse, ser sensibles a la salvación que viene, al verdadero sentido de la Navidad. Amén!




2
Esperar un Mesías humilde

En el evangelio de hoy, Juan Bautista duda, está confundido. Acaso-piensa-me he equivocado? El creía que el Mesías vendría como un juez estricto e imparcial para castigar y recompensar. Y ve como Jesús visita los publicanos y a los pecadores , cura los enfermos, proclama "dichosos" las personas mansas, serenas y que saben hacer la paz. El dice que no se ha de juzgar a los otros y que se debe perdonar a los enemigos. Juan, entonces,  comienza a tener seriamente dudas sobre la identidad de Jesús: "Eres tu verdaderamente aquel que debe venir o debemos esperar a otro?"

Jesús responde a los enviados de Juan el Bautista: "vayan a contar a Juan lo que ustedes han visto y oído : los ciegos ven, los cojos caminan, los leprosos son purificados, los sordos oyen, los muertos  resucitan y la Buena Nueva es anunciada a los pobres. Dichoso aquel que no se escandalizara por mi causa".

Al citar deliberadamente estos textos , y no otros, Jesús indica qué tipo de Mesías ha decidido ser. Dios no se manifiesta a través de gestos de venganza y de triunfo, sino más bien a través de actos de bondad con los más desfavorecidos y los que sufren, los ciegos, los cojos, los leprosos, los sordos, los publicanos y los pecadores. Sabiendo que este tipo de Mesías no corresponde a la expectativa de la gente, Cristo agrega: "dichosos aquellos y aquellas que no se escandalizarán y no dudarán  por mi causa".

En la primera lectura del Profeta Isaías, encontramos correspondencia con el evangelio cuando dice:  "Fortalezcan las manos débiles, robustezcan las rodillas vacilantes; digan a los cobardes de corazón: "Sean fuertes, no teman. Miren a su Dios, que trae el desquite; viene en persona, resarcirá y los salvará." Se despegarán los ojos del ciego, los oídos del sordo se abrirán, saltará como un ciervo el cojo, la lengua del mudo cantará. Volverán los rescatados del Señor, vendrán a Sión con cánticos: en cabeza, alegría perpetua; siguiéndolos, gozo y alegría. Pena y aflicción se alejarán".

En la sinagoga de Nazaret, el Señor utilizara otro texto de Isaías para proponernos esta imagen de Mesías Salvador: 
 "El Espíritu del Señor está sobre mí, 
    Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; 
    Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; 
    A pregonar libertad a los cautivos, 
    Y vista a los ciegos; 
    A poner en libertad a los oprimidos;     
 19 A predicar el año agradable del Señor"

Esta descripción nos recuerda la visión de San Juan en el Apocalipsis:

"Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios.     4 Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron."

Jesús aporta la paz y afirma que la salvación del mundo avanza cada vez más, que el mal recula, disminuye en algún lugar. Dios está manos a la obra, (trabajando)  cada vez que se tiene un gesto de bondad con quienes sufren, con los desfavorecidos, con los pobres,  con los rechazados de nuestra sociedad. El Dios de Jesucristo, no se manifiesta en los gestos de triunfo ni de venganza, sino más bien en los gestos de compasión y de amor.

La Evangelización debe inspirarse en Jesucristo, tomar de  su fuente, no debemos basarnos en nuestras propias ideas sino en las ideas de Dios que podemos encontrar en el Evangelio. Cuando transmitimos a la generación que nos sigue lo que nosotros sabemos de Jesucristo nosotros debemos transmitir lo que está escrito en el evangelio: Nuestro Dios es un Dios de ternura y de bondad que no asusta a nadie, un Dios próximo y cercano a nosotros, quien conoce nuestras alegrías, nuestros triunfos, nuestros problemas, nuestras penas y nuestros sufrimientos y que nos acompaña a lo largo de nuestra vida.

Este Mesías "encarnado", lo encontramos en el pesebre de Belén. Jesús, niño pequeño, frágil, es completamente dependiente de sus padres y de las personas alrededor de Él. La gente lo esperaba fuerte, poderoso, victorioso...y El entra (llega a) (en) nuestro mundo de manera clandestina, un ilegal (sin papeles) , un inmigrante ilegal . "No hay lugar para El en la sala comunitaria". Los primeros que le visitan son pastores pobres, aquellos que estaban entre lo más bajo de la escala y o estrato social de la época. El morirá entre dos bandidos, el uno a su derecha y el otro a su izquierda.

Es este el tipo de Mesías y de Salvador que Dios se ha escogido. Es  por ello que Juan Bautista tuvo dudas:  "Eres tu aquel que debe venir o debemos esperar otro?

Durante estos días de fiesta, Cristo nos pide "reconocerlo" en  el humilde portal de Belén, y como El acercarnos a aquellos que sufren: los ciegos, los cojos, los enfermos, las personas solas y abandonadas.

Estamos invitados a abrir nuestros horizontes y nuestros corazones, a no pensar solamente en nosotros y en los miembros de nuestra familia y seres queridos,a la hora de las invitaciones a comidas, y de los regalos. Durante este periodo de alegría , de compartir y de intercambio , hemos de educar a los jóvenes y a los niños, no solamente invitándolos a hacer una lista de regalos a recibir , sino también una lista de regalos a dar! hay  tantas tantas necesidades, sufrimientos y soledades! Si cada uno de nosotros hace un esfuerzo suplementario por unirse (visitar, acercarse) a ciertas personas que tienen necesidad de un poco de amor o de amistad, la navidad tendrá una verdadera significación  en sus vidas y en la nuestra. Nosotros seremos entonces "una buena noticia" en nuestro mundo de hoy!

Cristo es  Aquel que debe venir  y nosotros no tenemos otro a quien esperar. 

"Maranatha, ven Señor Jesús".



Referencias bibliográficas

http://vieliturgique.ca

http://prionseneglise.ca

http://paroissesaintefamilledevalcourt.org

HÉTU, Jean-Luc. Les Options de Jésus

http://dimancheprochain.org

http://kerit.be


Pequeño Misal "Prions en Église", 2010-2013. Québec, Canadá.

viernes, 18 de noviembre de 2016

Un día como hoy: 18 de noviembre de 1307, Guillermo Tell existió realmente?

Aquí el cuento:



Según una página de efemérides francesa que sigo hace varios años, fue en esta fecha cuando Guillermo Tell disparó con su ballesta la flecha para atravesar la manzana que tenía su hijo en la cabeza.

Dice la leyenda que Tell llegó a Altdorf y se rehusó a inclinarse para hacer reverencia ante el sombrero del  duque Gessler, puesto sobre una pica. Furioso, Gessler ordena a Guillermo Tell a demostrar sus cualidades de arquero atravesando con una flecha una manzana colocada sobre la cabeza de su hijo llamado Walter; éste lo logra, pero como antes había amenazado al gobernante, es arrestado; Tell logra escaparse y, un poco más tarde, mata a Gessler.

El arquero Guillermo Tell tiene gran celebridad por esta gesta de haber tirado a la flecha puesta sobre la cabeza de su hijo.

El mito de Guillermo Tell nació al final del siglo XIV: una canción y una crónica mencionan por primera vez a Guillermo Tell y la leyenda de la ballesta, en común relación con varios mitos relativos a la libertad.

Existió realmente Guillermo Tell?

Guillermo Tell , sin lugar a dudas es un sobrenombre o apodo (alias), pero en ese tiempo existían muy buenos arqueros y como en toda leyenda, hay un fondo de verdad.
La leyenda a lo largo de los siglos ha tenido gran apogeo.   Con el transcurso de los siglos, la figura de Guillermo Tell encarnó los ideales de lucha por la libertad e independencia de Suiza primero, y más tarde los de amor paterno y la lucha por la justicia. Numerosos autores, especialmente durante el Romanticismo, encontraron en Guillermo Tell su fuente de inspiración. Friedrich Schiller se basó en la leyenda de Guillermo Tell para escribir un drama en cinco actos y en verso, perteneciente a la época clásica de la literatura alemana: Guillermo Tell (en alemán: Wilhelm Tell), en 1804.
El drama de Schiller sirvió de inspiración a numerosos autores posteriores, como el drama histórico Guillermo Tell de Antonio Gil y Zárate. Posteriormente, Eugenio d'Ors publicó también en 1926 su obra Guillermo Tell. Tragedia política, escrita en 1923 durante unas vacaciones en el Tirol, una original reelaboración de la leyenda del héroe suizo.
Por su parte, Gioacchino Antonio Rossini utilizó la obra de teatro, adaptada al francés por Victor Étienne y por Hippolyte Bis a partir del texto de Schiller, para componer la ópera que lleva el mismo nombre en 1829, que se estrenó en París. La obertura de dicha opera es mundialmente conocida y popular.

En la cultura popular ha inspirado también célebres e inolvidables sketchs, sobre toda para nuestra generación x:  

En un capítulo de Sesame Street (Plaza Sésamo), la rana René entrevista al famoso arquero y lo muestra en el momento de su gesta.

Chespirito también lo recreó en uno de sus originales sketches, cambiando algunas cositas al relato.




Canción de Ana y Jaime, dueto colombiano (1996)




Letra


Guillermo Tell no comprendió a su hijo 
que un día se aburrió de la manzana en la cabeza, 
echó a correr y el padre lo maldijo, 
pues como entonces iba a probar su destreza. 

CORO. 


Guillermo Tell tu hijo creció... 
quiere tirar la flecha. 
Le toca a él probar su valor 
usando tu ballesta. 


Guillermo Tell no comprendió el empeño 
pués quién se iba a arriesgar al tiro de esa flecha. 
Y se asustó cuando dijo el pequeño 
Ahora le toca al padre la manzana en la cabeza. 

CORO. 

A Guillermo Tell no le gustó la idea 
y se negó a ponerse la manzana en la cabeza. 
Diciendo que... no era que él no creyera 
pero qué iba a pasar si sale mal la flecha. 

Guillermo Tell... no comprendió a su hijo 
que un día se aburrió de la manzana en la cabeza.




Fuentes:

http://www.lessignets.com/signetsdiane/calendrier/nov/18.htm

wikipedia.org

youtube



miércoles, 16 de noviembre de 2016

20 de noviembre del 2016: Solemnidad de Cristo Rey del Universo (C)


¿Un rey más?

Por Jesús, primero entre todas las criaturas y centro de la historia, el Padre nos revela las riquezas infinitas de su reino.
Hoy, la liturgia nos invita a volver a descubrir el verdadero reinado de Cristo. Reinado que no es de este mundo y que no se ejerce de manera coercitiva. Él se despliega aquí y ahora, en nuestro favor, en el amor y en el servicio.




EVANGELIO DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO SEGÚN SAN LUCAS 23,35-43

La gente estaba allí mirando; los jefes, por su parte, se burlaban diciendo: «Si salvó a otros, que se salve a sí mismo, ya que es el Mesías de Dios, el Elegido.»  También los soldados se burlaban de él. Le ofrecieron vino agridulce  diciendo: «Si tú eres el rey de los judíos, sálvate a ti mismo.»  Porque había sobre la cruz un letrero que decía: «Este es el rey de los judíos.»
http://www.sobicain.org/images/bol1.gifUno de los malhechores que estaban crucificados con Jesús lo insultaba: «¿No eres tú el Mesías? ¡Sálvate a ti mismo y también a nosotros.» Pero el otro lo reprendió diciendo: «¿No temes a Dios tú, que estás en el mismo suplicio?  Nosotros lo hemos merecido y pagamos por lo que hemos hecho, pero éste no ha hecho nada malo.» Y añadió: «Jesús, acuérdate de mí cuando entres en tu Reino.» Jesús le respondió: «En verdad te digo que hoy mismo estarás conmigo en el paraíso.»

Palabra del Señor



A guisa de introducción:

Querer y crear la reconciliación:


1.    En las relaciones sociales y sobre todo en las familiares, las ocasiones para los malos entendidos no faltan. De ahí la necesidad de la reconciliación. No es fácil excusarse cuando se está en el error, y todavía menos cuando uno tiene la impresión de tener la razón. Caminar hacia  el perdón exige mucha humildad. Y una tal actitud no entra en los esquemas de la psicología contemporánea.
Ser capaz de pedir perdón, es todo un proceso. Ser capaz de acordar, de dar el perdón que se nos pide, es quizás un proceso aun más exigente: consiste en llegar a ser capaz de aceptar y hacer posible la reconciliación.

La reconciliación no se hace desde un solo lado; ella debe vivirse desde los dos lados. Nosotros debemos confesar (decir) ante todo el amor de Dios por nosotros, por las maravillas de su creación (por todo lo que existe simplemente) y por su salvación (en Jesús para los cristianos); enseguida nosotros confesamos nuestros errores o estupideces y confesamos nuestras limitaciones.

2.    El malhechor o buen ladrón que era comprensivo ante la mirada de Jesús ha recibido en seguida el perdón y la reconciliación.
En nuestra compasión por las personas, nosotros esperamos que el otro malhechor se arrepienta en los últimos instantes y reconozca la salvación de Dios.

3.    Como la mayoría de nosotros tenemos el tiempo de vivir gracias al perdón recibido de Dios, nosotros tenemos la posibilidad de hacer la fraternidad y la justicia. Nosotros pensamos en un hombre (), que recibía o acogía muy mal las personas; él ha tenido la experiencia de una fraternidad cristiana vivida en pequeño grupo, y él ha decidido mejorar; en adelante,  él se toma el tiempo para dialogar con las personas, para escucharlas.

Un empleado encontraba su trabajo difícil al laborar en muy duras condiciones. Después de haber  encontrado personas amables fuera de su lugar de trabajo, descubrió a Cristo viviente entre sus hermanos, “es menos duro para él ser fraternal en el trabajo, a pesar de que las condiciones sean siempre difíciles”. 

El Espíritu de Jesús siempre obra en los corazones que confían en Él.



Aproximación psicológica al texto del evangelio:

Del rechazo al agradecimiento:


En un mundo de gobiernos al menos oficialmente democráticos, la FIESTA DE CRISTO REY, no provoca más los entusiasmos y los ecos que debería tener en un mundo donde la realidad (o la nostalgia) de reinos y de imperios estaba muy presente.

Pero la realeza o el reinado asociado a Jesús procede de una visión teológica que remonta al evangelio mismo. Esto llega a ser totalmente comprensible si se observa que el reconocimiento real  o de la realeza (del rey) es la forma más descollante del reconocimiento social, y que el reconocimiento social, él mismo es el reverso del rechazo social.

Los evangelios resumen en una fórmula bien impactante el recorrido o camino de Jesús: “El hijo del hombre debe (…) ser rechazado, , (…) ser asesinado, (…) resucitar” (Lucas 9,22). Así como la resurrección es la respuesta de Dios al asesinato de Jesús por los hombres, era necesario también que el reconocimiento de Jesús por los creyentes sea la nueva respuesta de los hombres al rechazo de Jesús. Desde luego, la simetría de la secuencia es perfecta: el rechazo trae la muerte, pero la resurrección trae el reconocimiento.

Situada en una tal perspectiva, la fiesta de Cristo Rey evita el peligro del triunfalismo facilista y superficial, pues en el fondo es la conciencia creyente la que se encuentra interpelada. No se trata de acoger a Jesús puesto que otros le han escamoteado o de imponer a Jesús a nivel social porque otros han querido eliminarlo.

Se trata de responder en la paz de la conciencia o en el fervor intenso de la asamblea eucarística a la cuestión de Jesús: “Y ustedes quién dicen que soy yo?” (Lucas 9,20). Y la respuesta podría  bien ser: no es un rey al cual yo me someto, sino un “amigo” (Juan 15,15) de quien yo aprendo a llegar a ser solidario en mi búsqueda y mi compromiso.

Puesto que Jesús se negó a reinar sobre las sociedades y de actuar sobre ellas como Señor” (Lucas 22,25), Él quiere que nuestras adhesiones sean vividas “en lo secreto” del corazón (Mateo 6,6) o expresadas en nuestros actos (Mateo 5,16), antes que dentro de declaraciones de principado (Mateo 7,21) y de procesiones (Marcos 12,38).



REFLEXION CENTRAL:

1

Acuérdate de nosotros cuando estés en tu Reino


En este último domingo del año litúrgico, celebramos a Cristo Rey del Universo. También con esta fiesta se clausura hoy el año del jubileo de la Misericordia, año que hemos aprovechado para perdonar, reconciliarnos y practicar las obras de misericordia, para velar por los más necesitados.  Por eso hemos de agradecer a Dios por los organismos y asociaciones, por las personas que en nuestro país y en el mundo entero socorren a los pobres y excluidos, a los que lo han perdido todo y no olvidar que para nosotros los cristianos es importante también responder a este llamado a ser solidarios.

Y esta misión le ha sido confiada a David. Él fue escogido por Dios para conducir su pueblo, protegerlo y ser su pastor. David y sus sucesores no son más que asistentes, ayudantes del Señor. Están encargados de hacer reinar el derecho y la justicia, en particular con los más pobres. Todo esto debe hacerse en el respeto y la alianza concluida con su pueblo.

Jesús será proclamado como "hijo de David". Pero su misión no se limitará únicamente al pueblo de Israel. Todo el evangelio nos lo presenta como aquel que viene a reconciliar todos los pueblos de la tierra entregando su cuerpo y derramando su sangre. Él cuenta con cada uno de nosotros para participar en su obra de convocación y reunión de todos los pueblos. En una sociedad donde los pobres son cada vez más, somos enviados a ellos para ser los portadores del cuidado y cariño de Cristo rey del universo. Los pobres ocupan el primer lugar en el corazón de Jesús y deben también ocupar ese mismo lugar en el nuestro.

Con este tipo de reinado, Cristo quiere crear un cielo nuevo y una tierra nueva, en nuestras familias, en nuestras parroquias y en nuestro mundo de competencia desenfrenada y de violencia sin límites.  «Ustedes saben que los gobernantes de las naciones actúan como dictadores y los que ocupan cargos abusan de su autoridad. Pero no será así entre ustedes. Al contrario, el de ustedes que quiera ser grande, que se haga el servidor de ustedes, y si alguno de ustedes quiere ser el primero entre ustedes, que se haga el esclavo de todos; hagan como el Hijo del Hombre, que no vino a ser servido, sino a servir y dar su vida como rescate por una muchedumbre.» (Mateo 20,25-28).

En su carta a los Colosenses (2a lectura), San Pablo nos dirige el mismo mensaje: Jesús no es un rey como los del mundo. Su poder es infinitamente superior a todas las fuerzas de los reyes de aquí abajo. Él es único. Ese poder concierne al mundo de lo alto, al mundo divino. El rey Jesús nos aporta la redención, el perdón de los pecados. Él es el camino que nos permite ir al Padre. Él es la imagen del Dios invisible. Él es nuestro rey porque Él es la cabeza de la Iglesia. Al entregar su cuerpo y derramar su sangre , nos abre un camino hacia el Reino de Dios.

En el Evangelio, San Lucas nos da el color o la tonalidad de este reinado de Cristo: " había sobre la cruz un letrero que decía: «Este es el rey de los judíos.» Era con toda seguridad un título de burla para Jesús;  igualmente esto era de parte de Pilato, algo muy ofensivo para los judíos; un pueblo del cual su rey es crucificado, no tiene por qué sentirse orgulloso. Y por lo tanto, es por medio de su sacrificio como Jesús manifiesta su reinado. La cruz es el trono donde él ha subido libremente para expresar su amor no solamente a los judíos sino también al mundo entero, ya que no hay amor más grande que dar la vida por aquellos que uno ama, por sus amigos".

El Evangelio nos muestra varias maneras de responder a este sacrificio de Cristo: el pueblo permanecía como espectador, observando, los jefes religiosos al igual que los soldados se burlan de Él; uno de los ladrones condenados con Él se dedica a injuriarlo. Jesús no responde a estas provocaciones, pero si acoge la oración de aquel que ha pasado a la historia con el nombre de "buen ladrón" quien le dice: «Jesús, acuérdate de mí cuando entres en tu Reino.» 

Es la misma oración que nosotros también dirigimos al Señor: "Acuérdate de nosotros". Reconocemos en Él la imagen del Dios invisible, el primer resucitado, la cabeza de la Iglesia. Él nos responde con la misericordia. Esta gracia del jubileo que acabamos de vivir a lo largo de todo este año debe extenderse al mundo entero. A través de nuestras palabras, nuestros actos y toda nuestra vida, debemos ser los mensajeros de esta misericordia.

La fiesta de Cristo Rey nos invita a reflexionar sobre la manera de servir o hacer realidad el mundo de servicio soñado por el Señor. Como la levadura en la masa, el Reino de Dios se instala entre nosotros cada vez:
- que una madre cuida a su hijo enfermo;
- que un marido cuida a su esposa disminuida por el alzhéimer;
- que un catequista prepara en la fe a un niño, un joven o un adulto,
- que un grupo de personas forman una comunidad de oración y practican la caridad,
- que un cristiano visita a personas enfermas;
-  que alguien da el primer paso con valentía para reconciliarse con sus hermanos,
- que un coro de cantantes va a una residencia para personas de la tercera edad con el fin de romper la monotonía cotidiana y compartir un poco de alegría y de música; etc, etc, etc.
Cada quien debe encontrar su propio modo o manera de establecer el Reino de Dios a su alrededor.
En este último domingo del año litúrgico, que nuestra oración llegue a ser más ardiente:

Sí, Señor, acuérdate de nosotros en tu Reino. Acuérdate de los heridos por la vida, de las víctimas de la precariedad, de las guerras y de las violencias. Haz de nosotros testigos y mensajeros de tu amor. Y nosotros seguiremos con la firme esperanza  que un día Tú nos responderás: "hoy, tú estarás conmigo en el paraíso".



2
Para continuar creyendo en el ser humano

Muchos no ocultan su negativismo, su pesimismo frente a los hombres y mujeres que ejercen los gobiernos sobre este mundo.

Mismo hay pastores y dirigentes religiosos que no pestañean al manifestar su poca esperanza en la sociedad actual y tienden a ver y hacer creer que el mundo corre hacia su total perdición, hacia su acabose.

Por suerte hay todavía seres humanos que no solo se quedan en las malas noticias y no solo pregonan lo terrible, lo vergonzoso, lo más bajo de hombres y mujeres…En medio de la violencia, de los días negros, de la vergüenza, de lo aciago siempre se puede manifestar la verdad, la luz, puede reinar, sobresalir, Aquel que es rey.

El evangelio de este día que nos habla de un rey bastante extraño está marcado hasta cierto punto por la violencia que es necesario que nos detengamos por un instante para comprender quien es nuestro “campeón”, nuestro “líder”, nuestro “rey”.

Personajes históricos celebres, incluyendo a reyes como San Luis IX, o canonizados por el pueblo como el presidente de USA JFK de quien esta semana se conmemora un aniversario más de su asesinato en 1963, no pueden superar a Cristo (“Mesías”, “Rey de reyes”, “el ungido”, “Alfa y Omega”, al Hijo de Dios).

La violencia es omnipresente en el presente texto. Nos encontramos claro está con la crucifixión de Jesús. Pero no es en ello que quiero fijar la atención. Hay antes que nada esta muchedumbre muda que mira la escena sin comprender. Esta es una de las grandes violencias que nos hace la vida, una violencia sutil, pero bien real. Uno puede hablar de la gente que no se interesa a las grandes cuestiones de la vida. Pero esto llega a ser más dramático cuando se trata de padres de familia que no comprenden lo que les sucede o lo que les pasa a sus hijos; cuando se trata de grupos sociales que no comprenden lo que pasa al interior, en la intimidad de los otros grupos; cuando se trata de dirigentes que no comprenden la situación en su patria o no saben qué hacer con la autoridad o su poder de influencia en el mundo.

Después, está la élite político-religiosa que se burla de Jesús. Ustedes quizás ya han tenido la experiencia de la burla. Cuál es, a menudo el resultado de la burla, el “bulling” o matoneo tan en boga en estos días, sino la destrucción de las ideas y del comportamiento de una persona, y muy a menudo la persona misma que cae en este error? En los últimos años, particularmente en USA, muchos casos de adolescentes maltratados, o victimas de burla, a causa de su timidez, su tartamudeo o aparente indefensión,  han desembocado en masacres de escuela…Estas masacres son el reflejo de esa otra violencia.

Luego, están las diversas formas de fuerzas políticas representadas por los soldados, que se divertían a sus costillas, acercándole vinagre a sus labios resecos. Yo encuentro hoy, por ejemplo muy deplorables situaciones, al  constatar pequeños funcionarios divertirse con su autoridad a expensas de los otros. La violencia de personas comunes sobre personas comunes con menor autoridad tiene esto de particular: ella busca perpetuar la filosofía de la vida como prisión, como ambiente o medio sofocador y de imposibilidad (o de carácter ridículo) de toda liberación. “Si tú eres el rey de los judíos, salvate a ti  mismo!”

Finalmente está la rebelión de aquellos que están  en el fango,  uno de los malhechores crucificados con él lo injuriaba. 

Cuando miramos todo esto como un solo bloque, nosotros nos sentimos totalmente impotentes y desalentados, que sentimos  ganas, ya  sea de huir o de unirnos a ese concierto de violencia! Y por tanto la actitud de Jesús no corresponde a nuestros comportamientos normales.

Desafortunadamente, por su corte o resumen del relato, la liturgia ha quitado el versículo del comienzo que le da todo su sentido: “Padre perdónales porque no saben lo que hacen”. Atención! No nos quedemos sólo en el sentido pasivo, estrecho o ingenuo de “perdonar”. No se trata de un pasaje de esponjilla o de trapo limpiador, de espíritu bonachón que deja todo pasar. Perdonar, es creer que el corazón puede ser transformado verdaderamente. En otras palabras, a pesar de toda esta violencia que se desencadena, Jesús continúa creyendo en el ser humano. La prueba, uno de los ladrones se convierte, cambia de actitud: “Jesús, acuérdate de mí cuando entres en tu reino”.

En un sentido, Jesús ha venido a cerrar el círculo del desprecio, a dar fin a todo odio y venganza. Él es el Nuevo Adán que cumple la promesa del Jardín de Edén. 

Nos hallamos acá en el jardín recuperado, en la realización del paraíso. A pesar de su falta, o de su crimen, su pecado, su error, el ladrón es reintegrado en el jardín. No es el jardín de la inocencia sino el del cumplimiento de la reconciliación, de la paz que se vuelve a encontrar.

La cruz es nuestro psicodrama. 

Somos nosotros el pueblo que mira desde lejos, sin implicarse ni comprender?

Somos acaso los jefes, los soldados, el ladrón injurioso? 

Somos nosotros “el buen ladrón” (Dimas, el otro se llamaba según la tradición de los apócrifos Gestas) ¿ Qué respuesta le damos al hoy de la felicidad, a la opción por la vida o la muerte?

El  ladrón malo,  si uno lo puede decir, quería un milagro espectacular: bajar de la cruz y recomenzar su vida. El buen ladrón probablemente también deseaba bajar de la cruz. Él ha asumido su muerte con la esperanza en Jesús. Jesús lo ha salvado de algo peor que la abreviación de su vida: Él le ha dado su plenitud de sentido a la vida. Es así como el buen ladrón entró en el Reino.

Así  también, hoy es  la ocasión para que nosotros podamos entrar en el Reino de Cristo.

La realeza de Jesús consistió en continuar en creer en el ser humano, en el momento en que  la desesperanza (o el desespero) estaba justificado. Es esta fe que nos permite decir hoy: “Jesús acuérdate de nosotros y de nuestro mundo que se aproxima al 2017”.



OBJETIVO DE VIDA PARA LA SEMANA:

1.    En nombre de mi fe en Cristo, trato de sembrar una semilla de paz dentro de una situación de conflicto de la cual soy testigo o que está cerca a mí. Por ejemplo podría comprometerme a orar por la anhelada paz de Colombia, confiando los diálogos del gobierno que continúan con los grupos armados.

2.    Pienso de qué modo podría seguir prolongando o viviendo la misericordia (una vez finalizado este año dedicado a ella).

3.    Me hago cercano a alguien que tenga necesidad de ayuda.

4.    Me propongo conformar un grupo o participar en uno, donde haya una reunión para reflexionar sobre el tiempo de adviento y las correspondientes lecturas de cada domingo, y prepararme convenientemente para la fiesta de navidad.



ORACIÓN-MEDITACIÓN

Ven a establecer  tu reino Señor
sobre toda tu creación y 
sobre el mundo más justo 
que nosotros queremos construir

R. Que venga tu Reino Señor

Ven a establecer tu Reino señor,
en nuestros sueños de grandeza y de dominación,
en nuestros corazones sedientos de poder,
tentados siempre de dominar sobre los otros. 

R. Que venga tu Reino Señor

Ante los pueblos que se dividen y se destruyen,
Ante los hermanos que se asesinan entre sí,
haz surgir la imagen de tu Hijo crucificado,
para que se establezca tu Reino señor.

R. Que venga tu Reino Señor

Por tu pueblo reunido,
por cada uno de tus hijos
a la espera de tu retorno,
que tu Reino venga Señor.

R. Que venga tu Reino Señor





REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

   http://vieliturgique.ca

   http://prionseneglise.ca

   Pequeño Misal “Prions en Église”, edición quebequense. Novalis, 2010-2013. 

   HÉTU, Jean-Luc. Les Options de Jésus.
      
        http://mytereetvie.com
       
        http://dimancheprochain.org

      BEAUCHAMP, André. Comprendre la Parole, Année C. Novalis. 2007.

9 de septiembre del 2025: martes de la vigésima tercera semana del tiempo ordinario-I- Memoria de san Pedro Claver, presbítero

  Santo del día: San Pedro Claver 1580-1654. Nacido cerca de Barcelona, ​​este jesuita se trasladó a Cartagena (Colombia), donde, duran...