jueves, 18 de diciembre de 2025

19 de diciembre del 2025: viernes de la tercera semana de Adviento

 

Nada es imposible para Dios

(Lucas 1, 5-25) El anuncio del nacimiento de Juan Bautista, en el contexto del culto de Israel, nos lleva a contemplar a un Dios atento a la oración, un Dios para quien nada es imposible, incluso hacer vivir la experiencia de la fecundidad allí donde la esterilidad parecía irreversible.

Un mensaje de esperanza para cada uno de nosotros, invitados a dejar que el agua de la Palabra irrigue los terrenos áridos de nuestras vidas, cualesquiera sean sus aspectos (físico, psicológico, espiritual).

Emmanuelle Billoteau, ermite

 


Primera lectura

Jc 13,2-7.24-25a
El nacimiento de Sansón fue anunciado por el ángel.

Lectura del libro de los Jueces

EN aquellos días, había en Sorá un hombre de estirpe danita, llamado Manoj. Su esposa era estéril y no tenía hijos.
El ángel del Señor se apareció a la mujer y le dijo:
«Eres estéril y no has engendrado. Pero concebirás y darás a luz un hijo. Ahora, guárdate de beber vino o licor, y no comas nada impuro, pues concebirás y darás a luz un hijo. La navaja no pasará por su cabeza, porque el niño será un nazir de Dios desde el seno materno. Él comenzará a salvar a Israel de la mano de los filisteos».
La mujer dijo al esposo:
«Ha venido a verme un hombre de Dios. Su semblante era como el semblante de un ángel de Dios, muy terrible. No le pregunté de dónde era, ni me dio a conocer su nombre. Me dijo: “He aquí que concebirás y darás a luz un hijo. Ahora, pues, no bebas vino o licor, y no comas nada impuro; porque el niño será nazir de Dios desde el seno materno hasta el día de su muerte”».
La mujer dio a luz un hijo, al que puso el nombre de Sansón. El niño creció, y el Señor lo bendijo. El espíritu del Señor comenzó a agitarlo.

Palabra de Dios.

 

Salmo

Sal 71(70),3-4a.5-6ab.16-17 (R. 22[21],11b)

R. Que se llene mi boca de tu alabanza,
y así cantaré tu gloria.


V. Sé tú mi roca de refugio,
el alcázar donde me salve,
porque mi peña y mi alcázar eres tú.
Dios mío, líbrame de la mano perversa. 
R.

V. Porque tú, Señor, fuiste mi esperanza
y mi confianza, Señor, desde mi juventud.
En el vientre materno ya me apoyaba en ti,
en el seno tú me sostenías. 
R.

V. Contaré tus proezas, Señor mío;
narraré tu justicia, tuya entera.
Dios mío, me instruiste desde mi juventud,
y hasta hoy relato tus maravillas. 
R.

 

Aclamación

R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V. Raíz de Jesé, que te alzas como un signo para los pueblos, ven a librarnos, no tardes más. R.

 

Evangelio

Lc 1,5-25

Gabriel anuncia el nacimiento de Juan Bautista

Lectura del santo Evangelio según san Lucas

EN los días de Herodes, rey de Judea, había un sacerdote de nombre Zacarías, del turno de Abías, casado con una descendiente de Aarón, cuyo nombre era Isabel.
Los dos eran justos ante Dios, y caminaban sin falta según los mandamientos y leyes del Señor. No tenían hijos, porque Isabel era estéril, y los dos eran de edad avanzada.
Una vez que Zacarías oficiaba delante de Dios con el grupo de su turno, según la costumbre de los sacerdotes, le tocó en suerte a él entrar en el santuario del Señor a ofrecer el incienso; la muchedumbre del pueblo estaba fuera rezando durante la ofrenda del incienso.
Y se le apareció el ángel del Señor, de pie a la derecha del altar del incienso. Al verlo, Zacarías se sobresaltó y quedó sobrecogido de temor.
Pero el ángel le dijo:
«No temas, Zacarías, porque tu ruego ha sido escuchado: tu mujer Isabel te dará un hijo, y le pondrás por nombre Juan. Te llenarás de alegría y gozo, y muchos se alegrarán de su nacimiento. Pues será grande a los ojos del Señor: no beberá vino ni licor; estará lleno del Espíritu Santo ya en el vientre materno, y convertirá muchos hijos de Israel al Señor, su Dios. Irá delante del Señor, con el espíritu y poder de Elías, “para convertir los corazones de los padres hacia los hijos”, y a los desobedientes, a la sensatez de los justos, para preparar al Señor un pueblo bien dispuesto».
Zacarías replicó al ángel:
«¿Cómo estaré seguro de eso? Porque yo soy viejo, y mi mujer es de edad avanzada».
Respondiendo el ángel, le dijo:
«Yo soy Gabriel, que sirvo en presencia de Dios; he sido enviado para hablarte y comunicarte esta buena noticia. Pero te quedarás mudo, sin poder hablar, hasta el día en que esto suceda, porque no has dado fe a mis palabras, que se cumplirán en su momento oportuno».
El pueblo, que estaba aguardando a Zacarías, se sorprendía de que tardase tanto en el santuario. Al salir no podía hablarles, y ellos comprendieron que había tenido una visión en el santuario. Él les hablaba por señas, porque seguía mudo.
Al cumplirse los días de su servicio en el templo, volvió a casa. Días después concibió Isabel, su mujer, y estuvo sin salir de casa cinco meses, diciendo:
«Esto es lo que ha hecho por mí el Señor, cuando se ha fijado en mí para quitar mi oprobio ante la gente».

Palabra del Señor

 

 

 

1

🌟 “Nada es imposible para Dios: la esperanza enciende lo estéril”

Queridos hermanos y hermanas:

En este cuarto día de nuestra Novena de Navidad, la liturgia nos sitúa frente a un mensaje que resuena como fuego en el desierto de la vida:
Nada es imposible para Dios.

La Palabra de hoy nos invita a creer, incluso cuando todo alrededor parece muerto, silencioso, agotado o estéril. Nos invita a confiar cuando la razón duda, cuando el corazón se cierra, cuando los años pesan. Nos invita a esperar, incluso sin ver.

Porque el Dios que hizo posible el nacimiento de Sansón, y luego el de Juan Bautista, es el mismo que hoy quiere hacer germinar vida en los rincones áridos de nuestro corazón.


🌱 1. Manoj y su esposa: la vida brota donde no había vida (Jc 13,2-7.24-25a)

La primera lectura nos presenta a esta pareja israelita marcada por la esterilidad. En tiempos bíblicos, no tener hijos era casi sinónimo de fracaso espiritual.

Pero Dios irrumpe con un anuncio sorprendente:
una vida que nacerá donde no había esperanza,
una fecundidad que llega donde todo estaba cerrado,
un futuro donde solo había silencio.

Manoj y su esposa nos enseñan que ninguna historia está acabada para Dios.


🔹 2. Zacarías e Isabel: fe probada, promesa resucitada (Lc 1,5-25)

Zacarías e Isabel también habían vivido la frustración de la esterilidad. Eran “justos ante Dios”, pero heridos por un anhelo no cumplido.

La historia parecía definida por el tiempo:
demasiados años, demasiados silencios, demasiados intentos fallidos.

Y allí, donde humanamente ya no había posibilidad…
Dios abre una puerta imposible.

El nacimiento de Juan Bautista, como en la primera lectura, será signo de que la fecundidad verdadera depende de la gracia, no del tiempo.

Zacarías queda mudo por su incredulidad, y ese silencio será terapéutico. Dios lo llevará al humus de la humildad, para que desde allí florezca la fe.


💧 3. La Palabra riega los desiertos

Lo acontecido en las dos parejas, tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento, lo podemos expresar con una bella imagen:

“Dejar que el agua de la Palabra irrigue las tierras áridas de nuestra vida.”

¿Cuáles son esas tierras en nosotros?

  • La enfermedad y el dolor en el cuerpo
  • La angustia, la depresión, el miedo
  • El pecado enquistado
  • Las heridas afectivas
  • La rutina sin sentido
  • Los proyectos rotos
  • Las oraciones aparentemente sin respuesta

Adviento nos dice:
no te resignes.

Dios no abandona a sus hijos.
Dios trabaja en lo oculto.
Dios prepara el milagro cuando todo parece terminado.


💜 4. Intención Penitencial y Oración por los que Sufren

Hoy, especialmente, oramos con espíritu penitencial:
Señor, perdónanos por desistir demasiado pronto,
por buscar alternativas sin Ti,
por renunciar a la confianza,
por encerrarnos en la desesperanza.

Y te pedimos —como comunidad—
por quienes sufren en el cuerpo y en el alma:
los enfermos, los frágiles,
los que lloran, los que ya no esperan,
los que sienten que su vida se ha secado.

Que la gracia de esta Eucaristía los alcance,
los levante,
los consuele,
y les recuerde que:
para Dios no hay casos perdidos.


🕯️ 5. El Niño que viene es la prueba: Dios es fiel

Estamos muy cerca de la Navidad.
La cuna espera.
La esperanza late.

El nacimiento de Jesús será el cumplimiento definitivo del mensaje que hoy escuchamos:
Si Dios puede abrir el vientre anciano de Isabel,
si puede dar voz nueva a Zacarías,
si puede preparar, desde la esterilidad de Israel, el nacimiento del Mesías…

¿qué no podrá hacer en nosotros?

Nada es imposible para Dios.


Conclusión

Hermanos:
Dejemos hoy que la Palabra haga su trabajo secreto.
Permitamos que sus aguas penetren nuestras sequedades.
Confiemos, incluso sin ver.
Esperemos, incluso sin resultado inmediato.

El Niño que nace
no solo viene a salvar,
sino a fecundar nuestra vida entera:
física, psicológica, espiritual.

Que este cuarto día de Novena abra nuestros ojos a la maravilla:
Dios llega siempre.
Y cuando llega, todo florece.

Amén.

 

2

 

El silencio de Dios no es ausencia: es preparación. A veces, en la historia personal y en la vida del pueblo creyente, parece que el cielo calla. Las oraciones se repiten sin respuesta, las lágrimas se derraman sin consuelo, y la espera se hace larga. Así vivieron Zacarías e Isabel. Ambos eran justos ante Dios, pero su corazón estaba marcado por una herida profunda: el silencio de una vida sin hijos. Y en ese silencio, Dios sembró una promesa.

Cuando el ángel aparece en el santuario, rompe un silencio de décadas, pero también revela otra verdad: mientras el hombre cree que Dios calla, en realidad Dios está preparando, madurando, purificando el deseo. El nacimiento de Juan no será un simple acontecimiento familiar, sino un signo para Israel entero, la aurora que anuncia el día del Mesías. El silencio de Dios no hay que temerlo: hay que escucharlo.

 

🕯️ “Dios habla también en el silencio”

Queridos hermanos y hermanas:
Estamos ya en el cuarto día de nuestra Novena de Navidad, acercándonos al misterio luminoso del Nacimiento de Jesús. Cuando pensamos en la Navidad, solemos imaginar el brillo, el canto, la ternura y la luz. Pero antes de esa luz, hubo silencios largos, esperas duras, lágrimas y desiertos interiores.

Las lecturas de hoy nos conducen precisamente a ese territorio: al silencio de Dios que parece ausencia, pero que es preparación; a la espera humana que duele, pero que transforma; y al gran anuncio del cielo que siempre llega cuando los caminos parecen cerrados.


🌱 1. Manoj y su esposa: Dios sorprende en la esterilidad (Jc 13,2-7.24-25a)

El libro de los Jueces nos presenta a Manoj y su esposa, que viven bajo el peso de la esterilidad. Para Israel, no tener hijos no era solo una tristeza, sino también una herida espiritual. Sin embargo, en esa realidad Dios hace algo completamente nuevo:

“Darás a luz un hijo”

Un hijo consagrado desde el seno materno, un signo anticipado de salvación para un pueblo que vivía oprimido.

La esterilidad simbólica es también nuestra realidad espiritual: esos momentos en que nada florece, en que los esfuerzos no rinden fruto, en que la oración no da consuelo. Y hoy, Dios nos dice:
Lo que tú crees perdido, yo lo puedo fecundar.


🔹 2. Zacarías e Isabel: fe probada, promesa cumplida (Lc 1,5-25)

El Evangelio nos presenta a Zacarías en el Templo, recibiendo la visita del ángel Gabriel. También él y su esposa vivían el sufrimiento de la esterilidad. Eran ancianos, y todo parecía estar ya decidido.

Pero Dios entra cuando las fuerzas humanas ya se han acabado.

El ángel le anuncia un hijo: Juan Bautista, quien preparará el camino al Señor.
Zacarías escucha sin comprender, pregunta sin creer, y por eso pierde la voz. Es el símbolo perfecto de la fe que lucha, que se confunde, que se tambalea… pero que sigue de pie.

¿No somos así?
Creemos… y dudamos.
Esperamos… y tememos.
Oramos… y callamos.

Y, aun así, Dios viene.


🕊️ 3. Dios rompe el silencio… pero también lo usa para sanar

El comentario traducido nos recordaba algo esencial:
El silencio de Dios no es ausencia, es preparación.

Cuando Dios calla, no se aleja. Está trabajando desde dentro.
Purificando el deseo.
Purificando la fe.
Purificando el corazón.

Zacarías queda mudo hasta que la promesa se cumpla. Su silencio no es castigo: es pedagogía.
Ese silencio le permite escuchar lo único necesario:
Dios es fiel.


💜 4. Intención penitencial: sanar el corazón herido

Hoy hacemos una oración penitencial profunda:
Por nuestras soberbias, por nuestras indiferencias, por la tibieza espiritual que apaga la esperanza.

Pedimos perdón por las veces en que, como Zacarías, nos cuesta creer en la posibilidad de lo imposible: que Dios puede sanar, restaurar, liberar, levantar.

Y pedimos especialmente por quienes sufren en el cuerpo y en el alma:

  • enfermos,
  • deprimidos,
  • quienes viven soledad o duelo,
  • quienes atraviesan noches espirituales,
  • quienes están cansados de esperar.

Que el silencio de Dios, lejos de quebrantarlos, los madure y fortalezca.


5. Novena de Navidad: el Niño que viene lleva luz para los que sufren

En este cuarto día de Novena, acercamos a la cuna vacía todas nuestras esterilidades.
Aún no ha nacido Jesús, pero ya está latiendo el milagro.
Aún no vemos la luz, pero ya amanece.

El Niño que nacerá viene con esta promesa:
Nada está definitivamente perdido.


🔚 Conclusión

Hermanos:
Zacarías recuperará su voz.
Isabel dará a luz.
El pueblo verá la aurora.
Y la Navidad nos traerá Vida.

Que esta Eucaristía sea:

  • bálsamo para los que sufren,
  • luz para los que lloran,
  • fuerza para los que dudan,
  • consuelo para los que esperan.

Porque Dios nunca calla por abandono:
calla para amar más profundamente.

Amén.

 

miércoles, 17 de diciembre de 2025

18 de diciembre del 2025: jueves de la tercera semana de Adviento

 

En todos nosotros

(Mateo 1,18-24) Dar un nombre a Jesús, inscribirlo en la línea davídica, velar por su crecimiento, tal es la misión de José, esposo de María, quien, por su parte, lo lleva en lo más íntimo de su ser. ¿No estamos todos llamados a dejar nacer a Cristo en nosotros, a dejarlo vivir en nosotros? Esto exige escucha y capacidad de replantearnos, para ajustarnos al plan de Dios que nos sobrepasa. Es una gracia que se debe pedir para experimentar en la fe su presencia activa, restauradora y salvadora.”

Emmanuelle Billoteau, ermite

 


Primera lectura

Jr 23,5-8

Daré a David un vástago legítimo

Lectura del libro de Jeremías

MIREN que llegan días —oráculo del Señor—
en que daré a David un vástago legítimo:
reinará como monarca prudente,
con justicia y derecho en la tierra.
En sus días se salvará Judá,
Israel habitará seguro.
Y le pondrán este nombre:
«El-Señor-nuestra-justicia».
Así que llegan días —oráculo del Señor— en que ya no se dirá: «Lo juro por el Señor, que sacó a los hijos de Israel de Egipto», sino: «Lo juro por el Señor, que sacó a la casa de Israel del país del norte y de los países por donde los dispersó, y los trajo para que habitaran en su propia tierra».

Palabra de Dios.

 

Salmo

Sal 72(71),1-2.12-13.18-19 (R. cf. 7)

R. En sus días florezca la justicia
y la paz abunde eternamente.


V. Dios mío, confía tu juicio al rey,
tu justicia al hijo de reyes,
para que rija a tu pueblo con justicia,
a tus humildes con rectitud. 
R.

V. Él librará al pobre que clamaba,
al afligido que no tenía protector;
él se apiadará del pobre y del indigente,
y salvará la vida de los pobres. 
R.

V. Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
el único que hace maravillas;
bendito por siempre su nombre glorioso;
que su gloria llene la tierra.
¡Amén, amén! 
R.

 

Aclamación

R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V. Pastor de la casa de Israel, que en el Sinaí diste a Moisés tu ley, ven a rescatarnos con el poder de tu brazo. R.

 

Evangelio

Mt 1,18-24

Jesús nacerá de María, desposada con José, hijo de David.

Lectura del santo Evangelio según san Mateo.

LA generación de Jesucristo fue de esta manera:
María, su madre, estaba desposada con José y, antes de vivir juntos, resultó que ella esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo.
José, su esposo, como era justo y no quería denunciarla, decidió repudiarla en privado. Pero, apenas había tomado esta resolución, se le apareció en sueños un ángel del Señor que le dijo:
«José, hijo de David, no temas acoger a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados».
Todo esto sucedió para que se cumpliese lo que había dicho el Señor por medio del profeta:
«Miren: la virgen concebirá y dará a luz un hijo
y le pondrán por nombre Enmanuel,
que significa “Dios-con-nosotros”».
Cuando José se despertó, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor y acogió a su mujer.

Palabra del Señor.

 

1

 

🕯Introducción: San José, guardián de lo imposible

Queridos hermanos:

Seguimos avanzando por el camino luminoso de Adviento. Ya huele a Navidad, ya suenan los villancicos del alma, ya sentimos dentro el misterio que se acerca: Dios con nosotros. Hoy el Evangelio nos lleva al corazón más silencioso de la historia: el momento en que José, “hombre justo”, recibe en sueños la revelación más desconcertante y hermosa de su vida.

Mientras el mundo duerme, Dios despierta los corazones. Mientras José teme, Dios lo fortalece. Mientras José duda, Dios aclara.

Y es que Dios nunca improvisa: prepara cada paso de su plan con amor perfecto.


📖 1. Promesa y cumplimiento: el Rey que viene para salvar

La primera lectura, del profeta Jeremías, anuncia algo inconcebible para un pueblo herido:

“Suscitaré a David un germen justo; reinará como rey prudente, actuará con justicia y derecho.”

Era una promesa dirigida a un Israel cansado, fragmentado, humillado… y sin embargo, Dios les dice: «No terminará así la historia». Ese “germen justo” crece silencioso a través de los siglos, escondido en generaciones que a veces parecen infieles y oscuras, pero donde Dios siempre trabaja.

Hoy, al proclamar este texto en pleno Adviento, reconocemos que la promesa tuvo cumplimiento: Jesús, hijo de David, viene a sanar, a unificar, a encender esperanza.

Y viene no con poder militar, sino con amor humilde.


🌾 2. El Salmo 72: un Reino diferente

El salmo nos hace cantar la esencia del Mesías:

“Él rescatará al pobre que clama, al afligido que no tiene protector.”

Este es el Reino:

·        justicia para el débil,

·        dignidad para el pequeño,

·        consuelo para el triste.

No adoramos a un Mesías lejano, sino cercano. Su gloria es amar. Su trono es el corazón humano.


👑 3. El Evangelio: José, llamado a lo imposible

En Mateo, José descubre que Dios escribe recto con renglones torcidos. Quiso actuar con justicia y misericordia cuando supo del embarazo de María, y justo ahí intervino el Señor:

“José, hijo de David, no temas recibir a María, tu esposa; lo engendrado en ella viene del Espíritu Santo.”

José entiende que su proyecto personal no es el más grande. El plan de Dios lo supera, pero no lo anula. Lo integra.

Su misión no será comprenderlo todo, sino confiarlo todo.
No será controlar, sino custodiar.
No será hablar, sino escuchar.

Y José obedece.
Obedece en silencio, pero con una fe gigantesca.
Da nombre a Jesús, lo introduce en la casa de David, le entrega su vida completa.


🌟 4. Nacer de nuevo por dentro

Alguien, comentando este evangelio lo dice con belleza:
¿No estamos todos llamados a dejar nacer a Cristo en nosotros, a dejarlo vivir en nosotros?

Esto no es poesía espiritual: es misión cristiana.
Cristo quiere nacer en nuestra carne, nuestros hábitos, nuestro trabajo, nuestras relaciones, nuestra comunidad.

Pero como José, necesitamos:

·        escuchar,

·        dejarnos corregir,

·        renunciar al control,

·        confiar más allá del miedo,

·        abrir espacio al misterio.

Dios no busca perfectos. Busca disponibles.


🌱 5. Año Jubilar: tiempo para despertar

En este Año Jubilar somos llamados, como José, a levantarnos del sueño viejo y caminar hacia la esperanza:

·        dejar nacer en nosotros una Iglesia más misionera;

·        dejar nacer vocaciones nuevas al sacerdocio, a la vida consagrada, a la vida matrimonial;

·        dejar nacer un anuncio ardiente del Evangelio;

·        dejar nacer una fe madura y encarnada.

Evangelizar no significa solo hablar de Dios; significa permitir que Dios hable a través nuestro.


🙏 6. Intención por la Obra evangelizadora y las Vocaciones

Hoy oramos especialmente por la misión evangelizadora de la Iglesia:
por los sacerdotes, religiosas, catequistas, laicos comprometidos, evangelizadores en redes, misioneros silenciosos y heroicos.

Y oramos por aquellos que están naciendo a una vocación:
los jóvenes que buscan, los que dudan, los que temen, los que se resisten…

Que, como José, escuchen la voz del ángel que les dice:
“No temas.”


🌿 Conclusión

José dio nombre a Jesús.
María dio cuerpo a Jesús.
¿Y nosotros?

Estamos llamados a darle espacio.

Que este Adviento nos encuentre como José:
obedientes, abiertos, disponibles, enamorados del plan de Dios, sin miedo a lo nuevo, sin miedo al silencio, sin miedo al servicio.

Dios está llegando.
No por fuera.
Por dentro.

Amén.

 

2

 

 

🌟 1. Introducción: entre la imaginación humana y la verdad divina

 

Queridos hermanos:

El Evangelio de hoy nos muestra uno de los momentos más delicados y luminosos de la historia de la salvación: el instante en que José recibe en sueños la revelación del plan de Dios, y al despertar, decide obedecer plenamente.

Muchos de nosotros hemos tenido sueños raros, confusos, inquietantes o incomprensibles. Nuestra mente dormida construye imágenes mezcladas, heridas, deseos, temores, recuerdos. Pero lo de José no fue fantasía. No fue imaginación dispersa. En él, la voz de Dios penetró con claridad, y su razón y su fe permanecieron despiertas dentro del sueño, como una lámpara que arde en la noche.

Lo divino no anula lo humano: lo eleva.


📖 2. La promesa de Jeremías: un Rey que salva sin violencia

La primera lectura anuncia una promesa sorprendente:

“Suscitaré a David un vástago legítimo… y Judá estará a salvo e Israel vivirá seguro.”

Este anuncio llega a un pueblo devastado, confundido y tentado a imaginar futuros tristes. Jeremías habla a hombres y mujeres sumidos en sueños rotos. Y sin embargo, Dios les pide despertar a la esperanza verdadera:

No reinará el miedo, sino la justicia.
No triunfará el caos, sino la verdad.
No reinará la oscuridad, sino la luz.

A veces también nosotros, ante la realidad o ante la Iglesia, imaginamos escenarios oscuros: “todo está perdido”, “nadie quiere seguir a Cristo”, “no habrá vocaciones”, “la fe se está apagando”.

Pero Dios habla hoy como entonces:
No. Yo conduzco la historia. Confíen.


🎶 3. El Salmo 72: rostro del Rey que viene

El salmo describe al Mesías así:

“Él librará al pobre que clamaba… tendrá compasión del desvalido…”

No es un Rey para dominar, sino para escuchar.
No es un Mesías para vencer, sino para sanar.
Su trono es la misericordia.
Su cetro, la compasión.

No viene a imponer, sino a abrazar.

El pueblo esperaba un rey poderoso, pero Dios imaginó algo aún más grande: un Rey pobre, nacido de una Virgen, custodiado por un carpintero.

Lo divino supera lo humano.


👑 4. El Evangelio: José despierta a la verdad

El Evangelio presenta a un José abatido y confundido. Por su imaginación pasaron preguntas y miedos profundos. La lógica humana decía:
—Esto no tiene sentido.
—Es mejor apartarse.
—No puedo cargar con esto.

Cuando nos domina la imaginación, tomamos decisiones desde la confusión, el temor o la angustia. Y todos sabemos lo que eso produce: tristeza, dudas, pérdida de paz.

Pero en el sueño, Dios habló. Y no habló con imágenes vagas, sino con verdad:

“José, Hijo de David, no temas recibir a María… lo engendrado en ella es del Espíritu Santo.”

José comprendió entonces que no podía fiarse de sus pensamientos dispersos, sino de la Verdad que venía de Dios. En aquel sueño la razón de José no dormía; su inteligencia estaba plenamente despierta por intervención divina. Fue un sueño donde el alma comprendió y la fe obedeció.

Y por eso, al despertar, José no duda:
“Hizo lo que el ángel le había mandado.”


🌱 5. La Iglesia hoy: despertar a la misión

En este Año Jubilar, el Evangelio nos invita a preguntarnos:

¿Vivimos desde la imaginación del miedo o desde la verdad del Evangelio?

Porque muchas veces la imaginación nos inventa miedos:

·        “La Iglesia está envejecida…”

·        “Ya no hay jóvenes llamados por Cristo…”

·        “El mundo no quiere escuchar el Evangelio…”

·        “No tiene sentido insistir…”

Pero la verdad de Dios dice:

·        “Yo estoy contigo.”

·        “Mi Palabra no vuelve vacía.”

·        “Mi Espíritu suscita vocaciones.”

·        “Mi amor renueva la historia.”

Dios no nos abandona. Somos nosotros quienes, como José, debemos despertar a la verdad, dejar de lado la angustia imaginada y abrazar la misión real.


🔥 6. Vocaciones: sembradas en silencio, cosechadas en fe

Hoy oramos especialmente por las vocaciones sacerdotales, religiosas y laicales.
Pedimos por los niños que un día escucharán el nombre de Jesús en su interior.
Por los jóvenes que dudan, sueñan, temen, se cansan, se entusiasman.
Por quienes escuchan el llamado, pero se sienten indignos o incapaces.

José también tuvo miedo.
José también se sintió superado.
Pero cuando despertó a la verdad, entregó la vida entera.

Una vocación nace así:
Cuando dejamos que Dios hable más que los miedos.


🕊️ 7. Evangelización: la Iglesia despierta

En esta etapa del Adviento, la Iglesia se nos presenta como José:
llamada a custodiar al Niño, a protegerlo, a presentarlo al mundo, a ponerle nombre, a hacer que crezca.

La evangelización no es un programa ni un proyecto humano.
Es colaboración con la obra silenciosa del Espíritu.
Es despertar al mundo a la Buena Nueva.

No nos corresponde inventar mensajes nuevos:
nos corresponde encarnar el mensaje eterno.


🙏 Conclusión: despertar como José

José se durmió con temor
y despertó con misión.

Se durmió con preguntas
y despertó con respuestas.

Se durmió imaginando
y despertó creyendo.

Que así sea con nosotros.
Que este Adviento nos encuentre despiertos al plan de Dios.
Que despertemos a la verdad del Evangelio.
Que despertemos a la vocación del amor.
Que despertemos a la misión evangelizadora.
Y que despertemos a Cristo que nace dentro.

Amén.

 

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