El “Nacimiento”,
también llamado el Portal, el Pesebre” o el Belén”, es uno de los símbolos más
clásicos de la Navidad en España e Iberoamérica. Se dice que fue san Francisco
de Asís (1181-1226) el que propagó esta sugerente iniciativa para ayudar a
comprender el misterio entrañable del nacimiento del Hijo de Dios altísimo.
El Nacimiento
presenta, siguiendo el Evangelio, las figuras que rodearon el gozoso
acontecimiento: La Virgen María, madre de Jesús, y su esposo san José; los
ángeles y los pastores; los Magos y el rey Herodes… Es un elemento pedagógico,
tanto en la vivienda familiar como en la catequesis y la iglesia, para
recordarnos cómo Dios se ha hecho uno de nuestra familia. (http://monasterioguadalupe.com/?m=201212)
Uno de los mejores y grandes recuerdos que tengo de mi
infancia y mis años adolescentes y juveniles junto a mi familia, mis amigos y
de tiempos de seminarista es el pesebre y la novena de navidad. Una dupla
inseparable, un dueto que le daba sabor, alegría y distinción a los 9 días que
eran la antesala de la gran FIESTA DE NAVIDAD.
YO supe en mi adolescencia que mi papá amaba armar pesebres
grandes desde los tiempos en que vivimos en el campo y sobre todo los primeros años que habitamos en
la zona urbana de Marquetalia, nuestro pueblo. Eran tiempos aquellos en que no era ilícito o
un pecado ecológico, valerse de las palmas (llamada palmicha), del musgo y unas
plantitas que llamábamos “colchón de pobre”…Yo recuerdo que la primera vez que
escuché aquel calificativo tuve la intuición de lo que era en esencia la
navidad: paz, tranquilidad, calor, sueños, simplicidad, pobreza, humildad,
compartir.
Pónganse a pensar cuánto significado encierra esa sencilla
definición de unas plantitas semejantes al cactus pero que no punzaban ni
herían, suaves, acolchonadas y verdes…
No sé si aun se encuentra en nuestras
campañas aquella planta, referente nostálgico y aditamento esencial de pesebres
y navidades.
Yo recuerdo el tamaño de esos pesebres hechos por mi padre y
completados por mi madre: Belenes de gran tamaño que se achicaban con el tiempo,
donde se mezclaba lo antiguo con lo moderno, pues sobre el mismo entablado se
hallaban chocitas humildes y casas de cartón a la perfecta imitación de las
viviendas del siglo XX, carreteras ocupadas por réplicas de land rovers, camionetas fiats modelos de los
60s y 70s, estanques con patos y cisnes de plástico, rebaños de ovejas y toros y
hasta las bestias del campo (como dice el salmo 8)…Allá una barricada o un
campo de batalla con soldaditos de goma dura y de color predominantemente verde
militar…más acá un grupo heterogéneo de animales salvajes y domésticos viviendo
en armonía como lo pintan las profecías de Isaías.
Pero el escenario principal, el que le daba el realce, la importancia
de ser a todo ese montaje “de país judío”, se hallaba siempre en la parte
superior y puesto un poco más alto con respecto a todo el conjunto, era el
verdadero pesebre, la emulación del portal donde cuentan los evangelios nació
Jesús, el Hijo de Dios.
Pues bien las figuras de María y José, así como los 3 reyes
magos y el buey y la mula se disponían de acuerdo al paso de los días. Así María y José se les hacía avanzar poco a
poco, acercándose al portal, donde llegaban la noche del 24…Los reyes magos (con los nombres apócrifos de Melchor, Gaspar
y Baltazar), estaban mucho más atrás, pues solo llegaban casi dos semanas después
y por eso creo que ni se movían de su lugar…O sólo aparecían en el conjunto del
pesebre el 25 de diciembre para ser fieles al relato del evangelio.
El pesebre recuerdo, se armaba a más tardar el 15 de
diciembre por la tarde, pues al día siguiente (16) éste debía estar listo, completo para iniciar
juiciosa y fielmente el rezo de la novena.
Algo singular de mis pesebres en casa es que no había
pastores como los pintados en la época de Jesús, al menos no recuerdo que los
hubiera. Lo particular de las figuras de los personajes hechos en un plástico
colorido y fino, era que ya estaban en un pose definitivo (inclinadas o
arrodilladas adorando al niño), es decir, estaban concebidas para ser
dispuestas directamente en el pesebre, y
por eso al verlos en camino en tales posiciones daban la intención de estar
siempre descansando…pero avanzaban.
Los nombres de los reyes magos nos causaban desconcierto,
cuestionamientos y risa…Pues nadie sabía distinguir con claridad quien era el
uno o el otro…En algo todos estaban de acuerdo, al menos en mi casa, el negro o moreno era Melchor…pero nos
equivocábamos, pues otros decían que era Gaspar, y otro Baltazar…siendo joven
escuché llamar a los 3 reyes jocosamente
como “Malhechor”, “Caspa r” y “Va saltar”…reflejando desde ya la
incredulidad y frivolidad que se experimentaba ante los asuntos devotos, de
piedad y religiosos.
Debo decir que indudablemente mi vocación sacerdotal tuvo su
origen en el rosario de mis abuelos, la novena familiar y las charlas que los
padres daban en semana santa a los niños. Personalmente siempre me impactó la
realidad del pesebre y esa novena tradicional que hacíamos cada año desde el 16
de diciembre hasta el 24 por la noche…Una novena que parece nos llegó
procedente del Ecuador.
La novena fue creada por Fray Fernando de
Jesús Larrea nacido en Quito en 1700 y quien después de su ordenación en 1725
fue predicador en Ecuador y Colombia. Fray Fernando la escribió por petición de
la fundadora del Colegio de La Enseñanza en Bogotá doña Clemencia de Jesús
Caycedo Vélez.
En el siglo XIX, la madre María Ignacia,
religiosa de La Enseñanza (su nombre era Bertilda Samper Acosta) e hija de dos
literatos (Don José María Samper y Doña Soledad Acosta) la reformó y compuso
los denominados ‘gozos’. Según el padre Carlos Augusto Mesa, esta tradición es
tan colombiana, que prácticamente es desconocida en otros países.
La novena de aguinaldos ha pasado de generación en generación sin grandes cambios, sin embargo en los últimos tiempos se ha tratado de adaptar la terminología a una más moderna que permita entender más fácilmente su mensaje.
La novena de aguinaldos ha pasado de generación en generación sin grandes cambios, sin embargo en los últimos tiempos se ha tratado de adaptar la terminología a una más moderna que permita entender más fácilmente su mensaje.
Personalmente en mi espíritu de niño resonaban varias
palabras y expresiones que solo con el paso del tiempo llegaría a
comprender:
“Benignísimo Dios
de infinita caridad “,
“os doy infinitas gracias por tan soberano beneficio.”
“¡Oh dulcísima madre! Comunicadme algo del
profundo recogimiento y divina ternura con que aguardasteis Vos”
“¡Oh Santísimo José!, esposo de María y
padre putativo de Jesús”.
“El pecado de Adán había ofendido a un Dios y
esa ofensa infinita no podría ser condonada sino por los méritos del mismo Dios”,
(día primero)
“Aquel momento fue muy solemne: era
potestativo en María al rehusar... con qué adorables delicias, con qué inefable
complacencia aguardaría la Santísima Trinidad a que María abriese los labios y
pronunciase el fiat que debió ser suave melodía para sus oídos, y con el cual
se conformaba su profunda humildad a la omnipotente voluntad divina.” (Día
segundo).
“¡Oh sapiencia suma
del Dios Soberano”
del Dios Soberano”
“¡Oh Adonai potente”
“¡Oh raíz sagrada
de Jesé, que en lo alto
presentas al orbe
tu fragante nardo!”
de Jesé, que en lo alto
presentas al orbe
tu fragante nardo!”
“¡Rey de las naciones
Emmanuel preclaro,
Emmanuel preclaro,
Otro
aspecto particular del rezo de la novena era que a la consideración para cada
día era la que más causaba tedio, monotonía y por ende se le prestaba menos
atención…Quién de entre ustedes sin ir a ver estos textos recuerda algo, podría
hacer un resumen o dar una idea clara de lo que tratan ellos? Seguro que los corché, pero para que vean les
hago este breve resumen:
Estas consideraciones para cada uno de los 9
días hace un resumen de la vida del verbo encarnado, desde antes de entrar e
iniciarse en el vientre virginal de María, imaginando la actitud, el
pensamiento de ese feto divino, eso es lo que tratan los primeros 5 días, luego
en el 6º empata con el evangelio de Lucas, haciendo alusión al viaje que deben
emprender María y José para el censo de Jerusalén, ordenado por el imperio
romano, y los otros 3 días cuenta el rechazo de la familia en Belén, la
imposibilidad de encontrar hospedaje y el nacimiento finalmente el día 9º en la
pesebrera en las afueras de Belén, todo ello contado en un lenguaje altamente
místico y teológico pero guardando la belleza y la comprensión para quienes
tiene sensibilidad por dichos misterios divinos.
“La
novena de aguinaldos”, como la conocemos es casi que una tradición
exclusivamente colombiana, con arraigo también en Venezuela y Ecuador, pues en
México y otros países se hacen “las posadas” que contienen el mismo objetivo y
se desarrollan durante los 9 días antes de la navidad.
Acá
en Quebec, Canadá, y donde estoy hace ya casi 5 años no conocen esta tradición,
ni tampoco realizan rezos o sacramentales devotos previos a la navidad, solo la
santa misa. Eso sí los niños se preparan desde fines de noviembre para cantar
solemnemente la noche de navidad; las parroquias y comunidades realizan
concursos de corales (mismo de adultos) que
interpretan los llamados cantos de “Noel”
o villancicos como los llamamos nosotros.
Otro
aspecto digno de destacar es el concurso de “crèches” (pesebres) manufacturados
o dibujados por los infantes con ayuda de sus padres, los cuales son expuestos
10 días antes de la navidad.
No
sobra decir que “père Noel” (Papá Noel) tiene una gran relevancia entre la población
infantil tanto católica-cristiana como no católica.
Queridos
amigos, familiares, lectores, les invito a no dejar morir nuestra bella
tradición-dupla pesebre-novena, inculquemos en nuestros hijos, en nuestro niños
y adolescentes esta bella costumbre…
El hecho de
reunirnos ante la cueva de Belén para contemplar en ella a la Sagrada Familia,
nos permite gustar de modo especial el don de la intimidad familiar y nos
impulsa a brindar calor humano y solidaridad concreta en las situaciones por
desgracia numerosas en las que por varios motivos falta la paz, falta la
armonía, en una palabra, falta la "familia".
El mensaje que viene de la Sagrada Familia es ante todo un mensaje
de fe: la casa de Nazareth es una casa en la que Dios ocupa verdaderamente un
lugar central. Para María y José esta opción de fe se concreta en el servicio
al Hijo de Dios que se le confió, pero se expresa también en su amor recíproco,
rico en ternura espiritual y fidelidad.
María y José enseñan con su vida que el matrimonio es una alianza
entre el hombre y la mujer, alianza que los compromete a la fidelidad
recíproca, y que se apoya en la confianza común en Dios. Se trata de una
alianza tan noble, profunda y definitiva, que constituye para los creyentes el
sacramento del amor de Cristo y de la Iglesia.
La fidelidad de los cónyuges es, a su vez, como una roca sólida en
la que se apoya la confianza de los hijos. Cuando padres e hijos respiran
juntos esa atmósfera de fe, tienen una energía que les permite afrontar incluso
pruebas difíciles, como muestra la experiencia de la Sagrada Familia."
Y
concluyo con la oración final situada al final del 9º día de consideración de
la novena tradicional de Aguinaldos:
“¡Oh adorado Niño! Nosotros también, los que hacemos
esta novena, para prepararnos al día de tu Navidad, queremos ofrecerte nuestra pobre
adoración: ¡no la rechaces. Ven a nuestras almas, ven a nuestros corazones
llenos de amor. Enciende en ellos la devoción a tu santa infancia. No
intermitente y sólo circunscrita al tiempo de tu Navidad, sino siempre y en
todos los tiempos; devoción que fielmente practicada y celosamente propagada,
nos conduzca a la vida eterna, librándonos del pecado y sembrando en nosotros
todas las virtudes cristianas. Amén
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