domingo, 21 de junio de 2015

En los 20 años de la muerte del teólogo y cardenal francés Yves Congar



Saliendo de las sombras de la sospecha, se convierte en uno de los grandes redactores de la mayoría de textos del Concilio Vaticano II.



Yves-Marie-Joseph Congar nació el 8 de abril de 1904 en Sedan (Francia) y murió en Paris hace 20 años, un día como hoy el 22 de junio de 1995.

Religioso dominico, fue uno de los teólogos católicos más influyentes del Siglo XX. Es conocido particularmente por sus trabajos en Eclesiología (estudio de la Iglesia) y en Ecumenismo (integración de las diversas corrientes del cristianismo).

Viviò la 1ª primera Guerra Mundial durante la cual llenó 5 cuadernos con notas y dibujos que ofrecen una percepción única de la historia de la guerra desde el punto de vista de un infante (este diario de guerra fue publicado en 2001). El entra al Seminario Menor de Reims y después en 1921 al Seminario de los Carmelitas en el Instituto Catolico de Paris, donde rencuentra la filosofía tomista gracias a las obras de Jacques Maritain y de Reginald Garrigou-Lagrange.

Ecumenismo y cautividad

Después de prestar su servicio militar en 1925, entra al Noviciado de los Dominicos de la Provincia de Francia, en Amiens, después realiza sus estudios de 1926 a 1931 en el convento del Saulchoir, en Kain-la-Tombe, en Bélgica, donde se pone el acento en la historia de la teología. Desde 1928, siente un llamado a trabajar por la unidad de todos los cristianos. Su tesis de Doctorado en Teología versará sobre “La Unidad de la Iglesia”. Ordenado sacerdote el 25 de julio de 1930, con 25 años, comienza a enseñar la Eclesiología  en el Saulchoir en 1932.

A partir de 1935 ocupa el cargo de secretario de la importante revista de Ciencias filosóficas y Teológicas, frecuenta las JOC ( Grupos de la Juventud Obrera Católica), después en 1937 lanza la colección Unam Sanctam en las ediciones Cerf. En julio de 1937 publica su primera gran obra teológica “Cristianos desunidos. Principios del Ecumenismo”. La obra será publicada pero hará aparecer sospechoso  a Congar a los ojos de Roma, donde el ecumenismo es muy mal visto, y que prohíbe entonces toda participación en el movimiento ecuménico.

Movilizado en 1939 y hecho prisionero por los alemanes, Yves Congar permanece en un Campo de prisioneros de guerra de 1940 a 1945, donde da conferencias para luchar contra la ideología nazi.

De regreso de su cautiverio, retoma la enseñanza de la Eclesiología en el Saulchoir, esta vez en Etiolles, cerca de Paris.  Trabaja intensamente y publica numerosos artículos  de actualidad en la revista Temoignage Chretien (Testimonio cristiano) o artículos sobre el lugar del laicado en el seno de la Iglesia.

En efecto,  Congar, piensa que al laicado debe dársele toda su verdadero lugar que le corresponde en la Iglesia, Pueblo de Dios, y entonces participa como experto en el Primer Congreso Mundial por el apostolado de los laicos en 1951.

Los años oscuros

Después de su regreso de la prisión, en 1946, Congar sabe que permanece sospechoso ante los ojos de la Curia Romana. En 1950, publica su obra “verdadera y falsa reforma en la Iglesia”, uno de sus principales libros, que publicado antes de la Enciclica Humani Generis va hacer ver  mucho más sospechoso a Congar ante el vaticano., en una época donde la palabra reforma parece ser tabú.

Es la época donde el Papa Pio XII, haciendo uso del privilegio de la Infalibilidad, proclama el dogma de la Asunción, proclamación que escandaliza los protestantes-en la medida en que este dogma no tiene referencias bíblicas- y congelará durablemente las relaciones ecuménicas nacientes , ya antes afectadas por la publicación de la Instrucción « Ecclesia Catholica », que desaconsejaba la participación de los católicos en las actividades del movimiento ecuménico.

Esta medida  después será reforzada personalmente por Congar. Sin embargo, “verdadera y falsa reforma de la Iglesia”  es conservada dentro de la Biblioteca por Angelo Roncalli, el futuro Papa Juan XXIII.

A partir de febrero de 1952, Congar debe presentarse ante la censura con todos sus textos escritos. En 1953 publica una nueva obra importante « Jalons pour une théologie du laïcat »,  obra que supera la censura romana  y cambiara la imagen que la teología católica presentaba de los laicos.
Su apoyo a los curas obreros y su solidaridad con la causa de la justicia social no hizo más que complicar su situación. Durante 10 años es apartado de la enseñanza, sancionado, marginado de toda actividad pública y tiene que exiliarse en Jerusalén. Fue un pionero del ecumenismo, sobre todo con su obra "Cristianos desunidos".
Sorpresivamente, Juan XXIII le encomendará trabajar en los documentos más importantes del Concilio Vaticano II, junto a otros teólogos en aquel momento considerados avanzados como Joseph Ratzinger o Henri de Lubac, y otros siempre de avanzada como Karl Rahner, Edward Schillebeeckx o Hans Küng.

No es sino a partir de 1960 que su horizonte se despejara poco a poco.

Rehabilitación:

Después de ésta condenación al silencio durante el pontificado de Pio XII, es finalmente nombrado consultor de la comisión teológica preparatoria del Concilio anunciado por Juan XXIII, en 1960, en compañía de Henri de Lubac , enseguida participa en los trabajos del Concilio Vaticano II (1962-1965) como experto. De esto compone un diario que será publicado en el 2002. A partir de 1963, en fin liberado de la sospecha, se le reconoce públicamente  y produce una suma considerable de artículos y de libros.

Congar participa de este modo en la renovación de la teología católica del siglo XX. Con Marie-Dominique Chenu, Henri de Lubac, Jean Danielou, entre otros, él reintroduce la historia en el método teológico…Con todo, él ha contribuido fuertemente a la teología contemporánea.

Pensamiento

Iglesia

Enfatiza que la Iglesia es santa, no en sí misma. Su santidad no es una cualidad propia de cada uno de sus miembros, sino que deriva de ser, en medio del pecado, ámbito de la presencia de Dios que se acerca a la miseria humana presente en la comunidad eclesial. En la Iglesia se participa de la vida divina de modo gratuito (gracia) y no por mérito por parte de la jerarquía o de los fieles que gozan de ella.
En lo que atañe a la catolicidad, esta ha de consistir en la capacidad de la Iglesia de asimilar y desarrollar los valores auténticamente humanos y la diversidad cultural de la humanidad.
Busca hacer hincapié en el papel de los laicos. Estos tienen una vocación de compromiso con las causas justas de la humanidad. La salvación cristiana asume y engloba la liberación social, política, económica, cultural y personal, dándole profundidad y plenitud en la trascendencia. El compromiso se hace desde la vivencia de la fe que conduce a un imperativo nítidamente cristiano orientador y radical, pero esta orientación permite que las opciones del creyente sean opinables y falibles y, por lo tanto, ha de respetarse el pluralismo.
A Congar le preocupa el papel de la jerarquía en la Iglesia y no escatima críticas sinceras. Los obispos, para él, están encorvados absolutamente en la pasividad y el servilismo a Roma. Defiende, frente a ello, un concepto profundo y radical de obediencia que nada tiene que ver con el simplismo insincero autoridad-súbdito.

Con Joseph Ratzinger, futuro papa Benito XVI 

Su influencia

Yves Congar mostraba la misma pasión por la Iglesia y el mundo contemporáneo. Él ha marcado profundamente la teología del siglo XX. Apoyándose en un conocimiento profundo de la historia  y una frecuentación asidua de las fuentes escriturarias y patrísticas (de los Padres de la Iglesia, sucesores de los apóstoles) notamente, Él ha contribuido a preparar teológicamente los grandes textos del Vaticano II sobre la Revelación de Dios en la Historia, la Iglesia Comunión, el Ecumenismo, la promoción del laicado y los ministerios.

A comienzos de 1980, es hospitalizado, afectado después de mucho tiempo por una grave enfermedad neurológica que supera pero que le impide definitivamente trabajar a partir de 1984. El fue hecho Cardenal, no elector en caso de Conclave por el Papa Juan Pablo II luego del Consistorio del 26 de noviembre de 1994 con el titulo de Cardenal –diacono de S. Sebastiano al Palatino.

El muere un día como hoy el 22 de junio de 1995 en el Hospital Militar de Inválidos en parís.


Referencias :



http://www.astrotheme.fr/astrologie/Yves_Congar

http://brandonvogt.com/congar/


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