22 de octubre del 2017: 29o Domingo del Tiempo Ordinario (A)
En
este domingo misionero mundial, la lectura del Evangelio muestra hasta qué
punto Jesús manifiesta una libertad sorprendente por su mensaje y sus gestos.
Enteramente dado a su Padre en el Espíritu, Él es perfectamente veraz y
profundamente libre. Del mismo modo, nos invita a nosotros a colaborar en su
misión de liberar la gente de todo aquello que les impide ser plenamente hijos
de Dios.
Primera
lectura
Lectura
del libro de Isaías (45,1.4-6):
Así dice el Señor a su Ungido, a Ciro, a quien lleva de la mano: «Doblegaré ante él las naciones, desceñiré las cinturas de los reyes, abriré ante él las puertas, los batientes no se le cerrarán. Por mi siervo Jacob, por mi escogido Israel, te llamé por tu nombre, te di un título, aunque no me conocías. Yo soy el Señor y no hay otro; fuera de mí, no hay dios. Te pongo la insignia, aunque no me conoces, para que sepan de Oriente a Occidente que no hay otro fuera de mí. Yo soy el Señor, y no hay otro.»
Palabra de Dios
Así dice el Señor a su Ungido, a Ciro, a quien lleva de la mano: «Doblegaré ante él las naciones, desceñiré las cinturas de los reyes, abriré ante él las puertas, los batientes no se le cerrarán. Por mi siervo Jacob, por mi escogido Israel, te llamé por tu nombre, te di un título, aunque no me conocías. Yo soy el Señor y no hay otro; fuera de mí, no hay dios. Te pongo la insignia, aunque no me conoces, para que sepan de Oriente a Occidente que no hay otro fuera de mí. Yo soy el Señor, y no hay otro.»
Palabra de Dios
Salmo
Sal
95,1.3.4-5.7-8.9-10a.10e
R/. Aclamad la gloria y el poder del Señor
Cantad al Señor un cántico nuevo,
cantad al Señor, toda la tierra.
Contad a los pueblos su gloria,
sus maravillas a todas las naciones. R/.
Porque es grande el Señor,
y muy digno de alabanza,
más temible que todos los dioses.
Pues los dioses de los gentiles son apariencia,
mientras que el Señor ha hecho el cielo. R/.
Familias de los pueblos, aclamad al Señor,
aclamad la gloria y el poder del Señor,
aclamad la gloria del nombre del Señor,
entrad en sus atrios trayéndole ofrendas. R/.
Postraos ante el Señor en el atrio sagrado,
tiemble en su presencia la tierra toda;
decid a los pueblos: «El Señor es rey,
él gobierna a los pueblos rectamente.» R/.
R/. Aclamad la gloria y el poder del Señor
Cantad al Señor un cántico nuevo,
cantad al Señor, toda la tierra.
Contad a los pueblos su gloria,
sus maravillas a todas las naciones. R/.
Porque es grande el Señor,
y muy digno de alabanza,
más temible que todos los dioses.
Pues los dioses de los gentiles son apariencia,
mientras que el Señor ha hecho el cielo. R/.
Familias de los pueblos, aclamad al Señor,
aclamad la gloria y el poder del Señor,
aclamad la gloria del nombre del Señor,
entrad en sus atrios trayéndole ofrendas. R/.
Postraos ante el Señor en el atrio sagrado,
tiemble en su presencia la tierra toda;
decid a los pueblos: «El Señor es rey,
él gobierna a los pueblos rectamente.» R/.
Segunda
lectura
Lectura
de la primera carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses (1,1-5b):
Pablo, Silvano y Tirnoteo a la Iglesia de los tesalonicenses, en Dios Padre y en el Señor Jesucristo. A vosotros, gracia y paz. Siempre damos gracias a Dios por todos vosotros y os tenemos presentes en nuestras oraciones. Ante Dios, nuestro Padre, recordarnos sin cesar la actividad de vuestra fe, el esfuerzo de vuestro amor y el aguante de vuestra esperanza en Jesucristo, nuestro Señor. Bien sabemos, hermanos amados de Dios, que él os ha elegido y que, cuando se proclamó el Evangelio entre vosotros, no hubo sólo palabras, sino además fuerza del Espíritu Santo y convicción profunda.
Palabra de Dios
Pablo, Silvano y Tirnoteo a la Iglesia de los tesalonicenses, en Dios Padre y en el Señor Jesucristo. A vosotros, gracia y paz. Siempre damos gracias a Dios por todos vosotros y os tenemos presentes en nuestras oraciones. Ante Dios, nuestro Padre, recordarnos sin cesar la actividad de vuestra fe, el esfuerzo de vuestro amor y el aguante de vuestra esperanza en Jesucristo, nuestro Señor. Bien sabemos, hermanos amados de Dios, que él os ha elegido y que, cuando se proclamó el Evangelio entre vosotros, no hubo sólo palabras, sino además fuerza del Espíritu Santo y convicción profunda.
Palabra de Dios
Lectura
del santo evangelio según san Mateo (22,15-21):
En aquel tiempo, se retiraron los fariseos y llegaron a un acuerdo para comprometer a Jesús con una pregunta.
Le enviaron unos discípulos, con unos partidarios de Herodes, y le dijeron: «Maestro, sabemos que eres sincero y que enseñas el camino de Dios conforme a la verdad; sin que te importe nadie, porque no miras lo que la gente sea. Dinos, pues, qué opinas: ¿es licito pagar impuesto al César o no?»
Comprendiendo su mala voluntad, les dijo Jesús: «Hipócritas, ¿por qué me tentáis? Enseñadme la moneda del impuesto.»
Le presentaron un denario. Él les preguntó: «¿De quién son esta cara y esta inscripción?»
Le respondieron: «Del César.»
Entonces les replicó: «Pues pagadle al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios.»
Palabra del Señor
En aquel tiempo, se retiraron los fariseos y llegaron a un acuerdo para comprometer a Jesús con una pregunta.
Le enviaron unos discípulos, con unos partidarios de Herodes, y le dijeron: «Maestro, sabemos que eres sincero y que enseñas el camino de Dios conforme a la verdad; sin que te importe nadie, porque no miras lo que la gente sea. Dinos, pues, qué opinas: ¿es licito pagar impuesto al César o no?»
Comprendiendo su mala voluntad, les dijo Jesús: «Hipócritas, ¿por qué me tentáis? Enseñadme la moneda del impuesto.»
Le presentaron un denario. Él les preguntó: «¿De quién son esta cara y esta inscripción?»
Le respondieron: «Del César.»
Entonces les replicó: «Pues pagadle al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios.»
Palabra del Señor
A guisa de
introducción:
Un hombre libre, claro, verdadero
1. Qué es lo que más habla de un ser humano…
qué es
lo que hace o distingue más a un ser humano?
Su libertad.
Uno ve que un animal no es libre: sus instintos lo empujan a
satisfacerlos poniendo en peligro su vida. Uno constata con frecuencia que el
ser humano se deja llevar también por sus sentidos externos e internos; su
libertad es a veces condicionada por su cuerpo; lo que no le arrebata toda la
libertad; de otro modo, el ser humano no sería más un ser humano.
El ser
humano es capaz de decir "si" o "no", cuando se trata de
decisiones que tocan su opción fundamental, sus orientaciones superiores.
2. El
ser humano toma una decisión libre, que es aclarada, por su inteligencia racional.
Él es capaz de prever los inconvenientes de un acto y sobre todo las
consecuencias. Con frecuencia toma conciencia después de haber actuado (de
haberla "embarrado"). Queda entonces que los eventos le hacen
reflexionar y entonces debe tomar sus responsabilidades.
3. El
ser humano libre e iluminado no tiene por qué esconder la realidad, como
tampoco tiene por qué falsearla, para complacer a otros. Tarde o temprano, la
realidad se presenta o descubre tal como
es para todos.
Hacerle
frente a la realidad es un signo de madurez.
4.
Jesús fue un hombre libre, iluminado y verdadero en sus palabras y en sus
acciones. Él ponía a las personas y a las cosas en su lugar, como la fe en
Dios.
Frente
a Él, uno veía su vida personal como en un espejo; uno no podía sino actuar
como Él o dejarlo (caer en la envidia, en el odio…deseando de este modo no
tener nada que ver con un tal hombre auténtico).
Aproximación
psicológica y política al texto del evangelio:
“Una
cuestión 50-50?”
Este pasaje proyecta
una gran luz sobre el compromiso de Jesús, siempre y cuando lo interpretemos
con precisión. El modo como comprendemos a menudo este texto roza con lo que Jesús quería precisamente evitar. En efecto, a menudo, le
hacemos decir, "en la práctica: la religión y la política es 50-50; déjenme
hacer mi religión y yo les dejare hacer su política…"
Si tal es la respuesta
de Jesús, es necesario decir que Él ha caído con los dos pies juntos en
la trampa que le tendían los partidarios del poder, ya que era esta exactamente
su posición.
Mas esta respuesta debe
ser interpretada de otra manera. Y uno no puede hacerlo que teniendo
claro en la cabeza (mente) la posición de Jesús con respecto a las
instituciones políticas de su tiempo. Para Él, cualesquiera que sean su
legitimidad o su carácter opresivo, estas instituciones serán muy pronto
destruidas y reemplazadas por el Reino que llega “en la plenitud del poder”
(Lucas 21,27). Se puede entonces sostener por los impuestos las instituciones
existentes en el presente: ellas serán destruidas de todas maneras, no por la
resistencia civil, sino por Dios mismo.
Pero no le den al poder
más de lo que no le reviene. Denle un poco de su dinero, pero sobretodo
no le den su libertad: “ustedes no tienen más que un solo amo (maestro) ,
ustedes no tienen más que un Padre, ustedes no tienen sino un Doctor…(Mateo
23,8-10).
Jesús toma distancia
tanto en referencia a los que oponen resistencia como a los
colaboradores. Él se rehúsa tanto a tumbar el poder como a legitimarlo.
En efecto, a Jesús no le gusta hablar de política. Nunca lo hace,
solo si se ve forzado a hacerlo. Pero mismo aquí, si él responde a la
cuestión, es para hacerla desembocar sobre otra cosa, porque es como profeta de
Dios que Él responde: ustedes tienen sobre su moneda la imagen del Cesar,
entonces ella le pertenece (al César). Pero ustedes portan la imagen de Dios,
luego ustedes le pertenecen a Él (a Dios).
La respuesta de Jesús
no tiene nada que ver con una teoría sobre el poder; ella no es, sobre todo,
un juicio al estilo de Salomón que establecería la autonomía de la
política y de la religión, una en referencia con la otra, como se ha
comprendido a menudo.
La respuesta de Jesús,
es la palabra de un profeta que pone al hombre todo desnudo frente a su Dios.
Es bien correcto interrogarse sobre las exigencias del impuesto sobre sus
ganancias (salario, entradas). Pero usted ya ha reflexionado sobre las
exigencias de Dios sobre la totalidad de su existencia?
Reflexión
Central
$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$$
“Don
dinero”
El tema del dinero, la
plata, la money, la lana, la pecunia, es bastante delicado. Desde que es asunto
que se toca en nuestras conversaciones, la desconfianza se instala y la charla
toma otro ambiente, puesto que es el dinero el que provoca “los dolores de
cabeza” en el seno de la sociedad o mismo en el seno de las familias.
Hay quienes tienen
dinero, hay otros que no lo tienen.
A partir de este hecho
inevitable, cada quien toma partido o emite su opinión sobre el llamado “actual
dios del mundo” o “estiércol del demonio”.
Para algunos el dinero
es descrito como lo peor entre todas las cosas, mientras que otros se ponen de
acuerdo en decir que es “un mal” necesario y que por lo tanto es menester
acomodarse (adaptarse).
En la antigua Europa el
dinero era considerado impuro, por tal razón fue que se dejó a los marginados
ocuparse de él: los judíos primero, los protestantes después. Allá ellos si se
ensuciaban las manos con el dinero que corrompe y pervierte, y ya que ellos
estaban fuera de la Iglesia-entiéndase también fuera (desprovistos)
de la salvación- A ellos les correspondía también hacerlo fructificar para
aquellos que se los habían confiado y esperaban obtener beneficios. Uno ve que
la hipocresía de los medios religiosos no es algo nuevo.
Se dice que el dinero
es el nervio de la guerra y lo que hace funcionar el mundo. El fenómeno de la
mundialización nos muestra que son los que poseen grandes fortunas quienes
rigen el destino del planeta, y que asesoran y están detrás de los hombres
políticos, quienes a su vez les toleran y se ponen sobre sus líneas para
conservar la ilusión de gobernar.
La actualidad reciente
pretende por lo tanto hacernos creer lo contrario (que los políticos o
gobernantes tienen la última palabra en cosas estatales), pero eso está por verse!
Cualquiera que quiera
tener influencia en este mundo de abajo, quien quiere hacer valer o valorizar
una idea necesita del dinero para seducir los medios de comunicación y pagar el
tiempo de publicidad o de difusión en las ondas hertzianas, en tv, en internet.
Para ello debe encontrarse un mecenas (como se decía antes) un patrocinador se
dice hoy, quien le sostenga por el precio de su talento o su virtud.
De manera forzosa los
que tienen dinero y poder (gracias precisamente a la pecunia) buscan legitimar
ese poder buscando el apoyo (el aval, el respaldo) de Dios. Es lo que
hacen los interlocutores de Jesús. Ellos estaban ya en la corriente moderna de
nuestros tiempos. El modernismo tiene necesidad de ideas generosas para darle
virtud al dinero. Es así como las multinacionales compran partes de buenas
acciones en ONGs y en la ausencia o falta de virtud adquieren una moral.
Era también el objetivo de los sacerdotes del templo de Jerusalén que ensayaban
encontrar los valores morales con el tributo de la diezmo (décima parte de lo
ganado o cultivado que se daba al templo). Lo que viene después, nos mostrara
que su recolecta estaba sin fundamento teológico.
No nos sorprendamos
entonces si los que detentan el poder han buscado asociarse con quienes tienen
el dominio espiritual o al menos que sea a la inversa, ya que el movimiento va
en los dos sentidos. Esto se conoce como el principio de la alianza entre el trono
y el altar. Y por tanto la escritura bíblica ha advertido e invita a poner
atención a cuidarse oponiendo Dios y Mammon: “no se puede servir a Dios y
a Mammon “decía Jesús y los hombres poderosos replicaban: “nosotros no
servimos al dinero, nosotros nos servimos de él para servir a Dios”. Haciendo o
actuando de este modo, se comportan como buenos teólogos, porque es así como
Dios entiende la cosa. Él nos confía el dinero como uno más entre los
numerosos útiles que Él pone a nuestra disposición para regir felizmente la
evolución armónica del planeta.
Es así como las cosas
deben funcionar. Es así como el hombre ha sido previsto desde el origen de la
creación. Pero los narradores bíblicos han visto bien que esto no cuadraba con
la realidad. Entre más explota el hombre la creación, más lejos
esta él de valorizarla. Para remediar esta verdad desastrosa, se ha introducido
“el relato de la caída” (del pecado) en medio de la narración de la
creación. Si estamos atentos a los sucesos que emocionan nuestra sociedad,
podemos constatar que la caída ha sido vertiginosa.
Y por tanto, hay una
tradición que se desprende del evangelio y que se eleva al rango de virtud: y
es la pobreza voluntaria. Es lo que encontramos en los votos monásticos. Se es
pobre individualmente, pero se vive en el seno de una comunidad que gerencia el
dinero de la colectividad para el bienestar de cada uno y de los otros. Este
ideal que admiramos, vamos! Ha mostrado que podía ser pervertido. Las sectas
mundialmente conocidas se han aprovechado de este ideal para sentar su
poder con fines de dominación y no de edificación.
Hoy día se constata
(quizás sin mucha difusión) cómo hay comunidades, cofradías o compañías o
fraternidades que se han dejado sumergir en el hueco (o el abismo) utilizando
la vida en comunidad para afirmar su sed de poder y de dominación sobre el otro
por la apropiación de sus bienes. El ideal monástico, mal comprendido ( o
entendido) puede llevar a una perversión que da más poder diabólico que candor
angelical.
Estas cuantas ideas
desgranadas del aquí, allá, antes y ahora, de la actualidad nos
permiten comprender la magnitud de la trampa que se le tiende a Jesús
cuando se le demanda escoger entre el poder del dinero y el poder espiritual.
Jesús sabe que el dinero da poder a quien lo posee. Él sabe que el emperador se
enriquece abiertamente a costa de los ciudadanos. Él sabe también que los
sacerdotes del templo se enriquecen a costillas del buen pueblo haciéndole
creer que Dios aprueba, o está de acuerdo con la diezmo y el impuesto
eclesiástico. Jesús va a arreglárselas para no darles ocasión de que crean que
él está en el error, y de que ellos tienen la razón , ya que para él
ellos también va a ponerse del lado del emperador.
La historia mostrará en
efecto que la fe judía subsistirá con fuerza después de la destrucción del
templo y que la fortuna amasada de los sacerdotes gracias a la diezmo no
servirá de nada. Esto para los judíos, hablare de los cristianos después.
Jesús no cae en la
trampa. « Den a cada quien lo que corresponda o conviene”, les dice. El
problema no se plantea a nivel del emperador. El emperador recupera gracias a
los ciudadanos el dinero que él necesita. Mas el problema va a plantearse al
nivel de Dios. Tiene necesidad Dios del dinero? “Den al emperador lo que es
debido y a Dios lo que le corresponde”. Para el emperador, lo hemos visto, eso
no se discute. Lo que le corresponde es una parte de nuestro dinero. Jesús no
precisa lo que corresponde a Dios: el diezmo, el impuesto eclesiástico u otra
cosa? De hecho, Dios no necesita dinero, en todo caso, es decir de la misma
manera que el emperador. Pero los hombres que se dicen estar del lado de
Dios, y a su servicio, tienen necesidad del dinero. En cuanto a Dios, en lo
referente a ÉL mismo, es otro problema. Todo pertenece a Dios, todo debe
retornar a Él, y esto comprende mismo el dinero que el emperador nos
toma! No hay división entre lo temporal y lo espiritual. Todo va para
Dios, todo le pertenece. Esto pertenece al dominio de la fe y no es con el
dinero que se le da lo debido (lo que se le debe dar) a Dios.
El emperador nos toma
(coge) lo que él no nos ha dado. En efecto, el impuesto es una retención
(contribución) de nuestros salarios hecha por el poder al mando. En oposición,
o al contrario, Dios nos da lo que nos pide donar. Es al nivel del amor que
esto pasa. Dios nos da su amor y espera el nuestro. La relación no es el del
todo (igual), al mismo nivel que el dinero del emperador.
Si yo digo que uno debe
solamente (nuestro) amor a Dios, el tesorero de la parroquia no estará
contento. Es cierto, se puede manifestar su amor a Dios de muchas formas, con
su dinero, con su tiempo, con sus talentos, con sus dones, pero todas estas
cosas que se le dan a Dios no son más que útiles para manifestarle nuestro amor
que permanece primero.
Pero se ha de estar
vigilante, todo esto puede ser pervertido. Ya que algunos piensan que se puede
capitalizar todas esas cosas, que uno esta advertido, las hace por Dios y
que por tanto se puede esperar ventajas, recompensas a cambio. Pues se piensa
que entre más gestos se hagan por Dios con más veras estará asegurado nuestro
lugar (cupo, sitio) en el Reino de Dios. Es sin duda, la manera más mezquina de
apreciar nuestras acciones ya que ella, sobreentendería que Dios podría
negociar (intercambiar) nuestro amor por las buenas acciones. El
amor no se negocia, no se intercambia, no se le capitaliza, seguro que no, él
no tiene ningún valor mercantil. No se maniata el amor como el dinero. Para
subsistir, el amor debe manifestarse continuamente, porque como el corazón
nuestro amor es vivo, es dinámico y debe estar en continua actividad bajo pena
de muerte. Si el amor de Dios nos hace vivir, también Dios tiene
necesidad de nuestro amor para existir Él también a los ojos del mundo.
Nosotros estamos
entonces sobre otro registro diferente al del impuesto que se paga al rey o a
la institución eclesiástica. Nuestra relación con Dios no saca provechos para
nadie sino para Él mismo, para su propio bienestar. Es eso la gratuidad de la
salvación, saber que se ama a Dios sin esperar recompensa de su parte porque
nosotros hemos ya todo recibido. Su amor es total y Él nos pide que se lo demos
( y o entreguemos) totalmente. Es por ello que Dios reclama nuestro amor y nada
más que nuestro amor. “Ama y haz lo que quieras” decía San Agustín. Y
Rabelais hizo grabar esa divisa sobre el frontón de la Abadía de Théleme: "En
cuanto a nuestro dinero no debería éste ser concernido en nuestra relación con
Dios."
2
Den
al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios
Todos conocemos esta
famosa respuesta de Jesús, pero esta no tiene nada que ver con la
separación de la Iglesia y el Estado. El Señor nos recuerda aquí, que ningún
emperador, ningún dictador, ningún jefe de gobierno no puede todo controlar en
nuestras vidas. No solamente está el César, también hay un Dios.
La moneda mostrada por
los fariseos portaba la efigie o la imagen del emperador. Significaba
entonces que le pertenecía. Pero el ser humano esta creado a la imagen de
Dios: “hombre y mujer él los crea, a su imagen él los crea” (Genesis 1).
Nosotros pertenecemos entonces a Dios y no al emperador.
A quienes buscan
tenderle una trampa con el fin de acusarlo ante el representante romano, Jesús
responde que es necesario respetar la autoridad civil, pero, subraya que el
emperador no es todopoderoso. Sobre la moneda que se le presentaba, había la
imagen del emperador Tiberio, quien dominaba sobre el inmenso territorio
(imperio) romano a partir de su isla de Capri, y sobre esta moneda se
calificaba al emperador de “divino”. Cristo replica a esta afirmación y dice
que el emperador no es divino, él no es Dios. San Pedro recordará a los
cristianos que en diversas circunstancias “es necesario obedecer a Dios antes
que a los hombres” (Hechos 5,29)
En el siglo II, un
autor cristiano, Teófilo, obispo de Antioquía, escribía: « Yo rendiré
homenaje al emperador, pero no lo adoraré. Adoraré solamente a Dios
solamente, sabiendo que el emperador es un ser humano como yo y que él ha sido
creado como yo”. Otro escritor de los primeros siglos aconsejaba a los
cristianos de “no dejarse subyugar por ninguno de los Césares de este mundo”. Y
agregaba: “No renuncien nunca a su libertad interior que es el don más
precioso que ustedes han recibido”.
Cristo repite entonces
que César es César, mas él no es Dios. El poder político, cualquiera que sea,
no tiene derecho de invadir las conciencias y de ampararse de la totalidad del
ser humano. Es esa la razón por la cual la frase más importante del texto de
hoy es donde Jesús dice: “Den a Dios lo que es de Dios”.
No daremos al emperador
y al imperio de hoy ni nuestra fe, ni nuestro comportamiento moral, ni tampoco
nuestras esperanzas ni nuestros sueños. Conservaremos nuestra libertad interior
y nuestro sentido crítico. Los gobiernos no pueden nunca obligarnos a actuar
contra nuestra conciencia.
A comienzos de la
guerra en Irak, uno se acuerda de haber leído, en una revista americana, las
remarcas de un sacerdote sobre la decisión de su país de arriesgar la vida de
sus jóvenes soldados y de invertir (gastar) millones de dólares para iniciar
una guerra que las Naciones Unidas, los mismos norteamericanos, los británicos,
los franceses, millones de personas a través del mundo, y todas las grandes
religiones, declaraban ilegal y sin razones suficientes. Después de la
misa, el sacerdote en cuestión, fue severamente criticado y amonestado por el
consejo parroquial que le pide no mezclarse en política. Para concluir su
argumento, los consejeros utilizaron el texto de hoy: “Den al César lo que
es del César y a Dios lo que es de Dios”. De hecho, estos consejeros no
habían comprendido nada de la respuesta de Cristo.
Jesús nunca les
pidió a los cristianos no criticar las decisiones del gobierno. Si él lo
hubiera hecho, los cristianos de África del sur no habrían podido oponerse a
las leyes injustas e inhumanas que permitían mantener el sistema del Apartheid;
los cristianos americanos no habrían podido combatir las prácticas inmorales de
la esclavitud y la violencia hecha a los negros por largo tiempo después que la
esclavitud había sido abolida; los cristianos de Europa y de Asia no habrían
podido resistir a las políticas ateas de la Unión soviética, de la China y de
otros países comunistas; ellos no podrían oponerse a los gobiernos musulmanes que
rechazan todo derecho a un lugar a las otras religiones y que tratan a las
mujeres como a seres humanos de clase inferior; ellos no podrían criticar a
ciertos dirigentes de nuestra propia Iglesia que protegen su poder asociándose
a gobiernos que reducen (o aplastan) todo disentimiento, que utilizan la
tortura y masacran aquellos que se oponen a su dictadura, como fue el caso en
Chile, en Argentina y en El Congo.
Varios gobiernos se
rehúsan, (no quieren) muy a menudo darle a Dios lo que le pertenece. Otros
manipulan la religión con sus propios intereses y conceden a la Iglesia ciertos
privilegios con el fin de poder controlarla mejor imponiéndole su propia
ideología.
Es significativo que en
el texto de hoy, Jesús ponga en valor « nuestros deberes para con
Dios », cuando se le preguntaba acerca de los deberes para con el
emperador. Jesús no ha querido nunca impedirle a la gente ser ciudadanos
responsables, pero Él nos recuerda que la política no es la única realidad en
nuestras vidas. César no es Todopoderoso, él no es Dios. El Estado juega un
papel importante pero él no puede tener el monopolio de nuestras vidas.
En un mundo pluralista,
los gobiernos son llevados, en ocasiones, a hacer pasar leyes que son
contrarias a nuestros propios valores cristianos, pero esto no debe impedirnos
el ejercer nuestra libertad cristiana y actuar según nuestra propia
conciencia.
En un mundo donde todas
las opiniones tienen piñón sobre rueda, hace falta mucho discernimiento para
hacer la parte de las cosas y saber “dar al César lo que es del César, y a Dios
lo que es de Dios”.
REFLEXIÓN PARA EL DOMINGO MISIONERO
MUNDIAL
Dar
al Cesar lo que es del César y a Dios lo que es de Dios.
En la primera lectura,
Isaías nos dice: “Yo soy el Señor y no hay otro”. San Pablo que escribe a
Timoteo le dice que no se enrede en discusiones que no le hacen favor al plan
de Dios. Es muy claro y cierto que es necesario pagar los impuestos para que el
Estado pueda funcionar. Una vez hecho esto, enseguida es importante saber en
qué consiste el Proyecto o Plan de Dios. El Estado tiene leyes y sistemas de
control para asegurarse que nosotros le paguemos lo que es debido. Dios no
utiliza ningún poder coercitivo contra nosotros. Él nos presenta su Ley
Universal que es el amor. Después, Él nos deja libres para aceptar o ignorar su
Ley. De todas maneras, el amor no se impone, él se presenta ante nuestra puerta
y espera que le abramos.
Hoy es el DOMUND
(Domingo Misionero Mundial). Jesús, quien es nuestro maestro en el amor, nos
pide no olvidar su ultimo mandamiento o mandato que ha dado a sus discípulos
antes de su Ascensión: “Hagan discípulos de todas las naciones”. Hoy, Él nos
pide velar por nuestros hermanos humanos
de los países más pobres, de ser generosos para ayudarles junto a
aquellos (misioneros) que les llevan la Buena Nueva (Noticia).
Generosidad no
significa solamente dar dinero. Eso sería lo más fácil y podría ser una
donación sin alma. Nos es necesario amar todos los pueblos, aceptar los
extranjeros que vienen a nuestro país, manifestarles nuestro amor en todo, sin
olvidar la oración.
Oración-contemplación
(post comunión)
Bendito
seas Tú, Señor Jesucristo,
que
nos has convocado
y
nos congregas en esta Eucaristía.
Por
la escucha de tu Palabra
y
en el compartir del pan y del vino,
nosotros
formamos tu Cuerpo.
Envía
sobre nosotros tu Espíritu de Verdad;
que
Él nos libere de nuestras prisiones,
que
Él habite nuestra fe, reavive nuestra esperanza
y
haga ardiente nuestro amor.
Danos
la alegría de comulgar, hacer parte
en
tu misión de liberación.
camina
con nosotros sobre nuestros caminos inciertos;
y
nosotros te volveremos a encontrar en el rostro
de
nuestros hermanos más pobres y más olvidados.
Amén!
Referencias:
http://vieliturgique.ca
http://vieliturgique.ca
http://prionseneglise.ca
http://paroissesaintefamilledevalcourt.org
Pequeño
Misal "Prions en Église", edicion quebequense.
HETU, Jean-Luc. Les options de Jésus.
http://cursillos.ca. Réflexion chrétienne du Père Jacques-Yvon Allard, s,d,v.
Le sermon du diezmonche matin , Père John Drôme
HETU, Jean-Luc. Les options de Jésus.
http://cursillos.ca. Réflexion chrétienne du Père Jacques-Yvon Allard, s,d,v.
Le sermon du diezmonche matin , Père John Drôme
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