21 de octubre del 2018: 29o Domingo del Tiempo Ordinario (B) Domund (Domingo Mundial de las misiones)


(Monición para Colombia)

"Hoy celebramos el Domingo Mundial de las Misiones, DOMUND, con el lema: Tú le haces falta a la Misión. El Papa Francisco nos hace un llamado a reflexionar sobre esta realidad: "Yo soy una misión en esta tierra, y para eso estoy en este mundo (E.G. 273).

Recordemos que todos somos misioneros en razón de nuestro bautismo y estamos llamados a colaborar con la misión de Cristo, cada uno desde su propia vocación.

En esta jornada, los invitamos a unirse con sus oraciones, sacrificios y de manera especial con su ofrenda económica, aportando así a la Iglesia Universal para que Jesús sea anunciado en todos los rincones de la tierra. Con espíritu alegre participemos de esta eucaristía".  







 



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(Monición en otras partes del mundo)

La Jornada Mundial de las Misiones, el Domund, que hoy celebramos, nos invita a trabajar por “cambiar el mundo”. El Mensaje del Papa para esta Jornada indica que la misión es propia de corazones jóvenes que contribuyen “al crecimiento cultural y humano de tanta gente sedienta de Verdad”. Estamos, pues, invitados a llevar el Evangelio a todos los que no conocen a Dios. Si anunciamos la Buena Noticia y contribuimos a formar una sociedad más justa y más fraterna, el mundo cambiará. Pongamos nuestro pequeño grano de arena para que esto ocurra y Dios sea conocido en toda la Tierra. Hagámoslo unidos a los misioneros, a quienes tenemos muy presentes en nuestra celebración.
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Primera lectura
Lectura del Profeta Isaías 53, 10-11

El Señor quiso triturarlo con el sufrimiento.
Cuando entregue su vida como expiación, verá su descendencia, prolongará sus años; lo que el Señor quiere prosperará por sus manos.
A causa de los trabajos de su alma, verá y se hartará, con lo aprendido mi Siervo justificara a muchos, cargando con los crímenes de ellos.


Salmo
Sal. 32, 4-5. 18-19. 20 y 22

 R: Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros, como lo esperamos de ti.

Aclamad, justos, al Señor,
que la palabra del Señor es sincera,
y todas sus acciones son leales;
él ama la justicia y el derecho,
y su misericordia llena la tierra.
Los ojos del Señor están puestos en sus fieles,
en los que esperan en su misericordia,
para librar sus vidas de la muerte
y reanimarlos en tiempo de hambre.
Nosotros aguardamos al Señor:
Él es nuestro auxilio y nuestro escudo.
Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros,
como lo esperamos de ti.



Segunda lectura
Lectura de la carta a los Hebreos 4, 14-16

Hermanos: Mantengamos la confesión de la fe, ya que tenemos un sumo sacerdote grande que ha atravesado el cielo, Jesús, Hijo de Dios.
No tenemos un sumo sacerdote incapaz de compadecerse de nuestras debilidades, sino que ha sido probado en todo exactamente como nosotros, menos en el pecado.
Por eso, acerquémonos con seguridad al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y encontrar gracia que nos auxilie oportunamente.



“No he venido para ser servido sino para servir…”




LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MARCOS
10,35-45

 De camino hacia Jerusalén, Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, se acercaron a Jesús y le dijeron: «Maestro, queremos que nos concedas lo que te vamos a pedir.» El les dijo: «¿Qué quieren de mí?» Respondieron: «Concédenos que nos sentemos uno a tu derecha y otro a tu izquierda cuando estés en tu gloria.» Jesús les dijo: «Ustedes no saben lo que piden. ¿Pueden beber la copa que yo estoy bebiendo o ser bautizados como yo soy bautizado?» Ellos contestaron: «Sí, podemos.» Jesús les dijo: «Pues bien, la copa que yo bebo, la beberán también ustedes, y serán bautizados con el mismo bautismo que yo estoy recibiendo; pero el sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me corresponde a mí el concederlo; eso ha sido preparado para otros.» Cuando los otros diez oyeron esto, se enojaron con Santiago y Juan. Jesús los llamó y les dijo: «Como ustedes saben, los que se consideran jefes de las naciones actúan como dictadores, y los que ocupan cargos abusan de su autoridad. Pero no será así entre ustedes. Por el contrario, el que quiera ser el más importante entre ustedes, debe hacerse el servidor de todos, y el que quiera ser el primero, se hará esclavo de todos. Sepan que el Hijo del Hombre no ha venido para ser servido, sino para servir y dar su vida como rescate por una muchedumbre.»






A guisa de introducción:

Cuidado con el Poder…


Celebramos este domingo el llamado DOMUND 2018…Domingo Mundial de las misiones, ocasión propicia ante todo para examinar nuestra vocación misionera (“Donde nace un bautizado nace un enviado”), cómo estamos viviendo nuestro compromiso adquirido en el sacramento de la confirmación y que nos hace “testigos maduros de Jesús para anunciarlo y compartirlo con los hermanos”? Debemos convencernos que somos herederos de una gran riqueza (El Evangelio) y hemos de legar esta herencia, compartiéndola día a día con nuestros hermanos).

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 Hay en todos los evangelios un objetivo: Convencernos que los 3 verbos:
SATISFACER (Placer), TENER y PODER hemos de vivirlos y o asumirlos al estilo de Jesucristo para poder tener la VIDA ETERNA( ser feliz, encontrarle sentido a la existencia, realizarse personal y comunitariamente).
Desde el pasaje de las tentaciones,  ya los evangelistas nos muestran la respuesta de Jesús a las invitaciones y proposiciones que el tentador (Satán) le sopla al oído.
Porque es cierto que todos los seres humanos nos vemos tentados a utilizar mal:
 LA SATISFACCIÓN o PLACER  ( que puede volverse una búsqueda de la realización o plenitud egoísta, explotando y deshaciéndose de los demás). Cfr.   evangelio del domingo antepasado de  “la polémica sobre el divorcio”, que muestra cómo mismo para la vida en pareja,  el buscar solo la satisfacción personal lleva a un rotundo fracaso del matrimonio,  

 EL TENER (que puede tornarse en obstáculo para abrirnos a la sabiduría de Dios que se logra a través de la oración, la lectura y meditación de la Palabra y aceptar el amor y proyecto de Dios en nuestra vida). Cfr “El joven rico”, evangelio del domingo pasado. Aquel hombre se marchó todo triste porque no alcanzo a percibir y abrazar el amor de Jesús que le ofrecía en su mirada y sus palabras, no percibió que el compartir genera vida,  todo porque andaba demasiado encartado con sus bienes y riquezas .

 EL PODER o LA AUTORIDAD (que puede llevarnos a buscar los primeros lugares, los privilegios y ejercer el mando sobre los demás solo con el fin de lograr los propios intereses sin mirar las consecuencias). Cfr evangelio de este domingo, donde los hijos de Zebedeo (Juan y Santiago) muestran que aun no han entendido el querer de Jesús que los invita a considerar la autoridad como un servicio y no como una posibilidad de ejercer dominio sobre los otros.

Servir es el verbo por excelencia para identificar a Jesús.

Pero atención! Nuestros oídos de creyentes del siglo XXI, podrían comprender este verbo de manera halagadora, es decir, mundana. En efecto, que hay mejor que ponerse al servicio de los demás, de hacer prueba de altruismo y generosidad, sobre todo con los pequeños y los pobres?

Para Jesús no hay nada de esto. Servir en su época no es una actitud valorizada. Por qué? Porque servir es lo que se espera de un esclavo, no de un hombre libre. Ponerse al servicio de los demás y encontrarse a causa de ello en la base de la escala (o status) social no tiene nada de ventajoso.
Al contrario, es humillante, degradante. No es muy seguro que los servicios de los cuales podemos enorgullecernos sean de este orden.

Una vez más, dejemos a Jesús evangelizarnos. Convertirnos en esclavos nos choca? Si así es, mucho mejor, quiere decir que estamos sobre el buen camino. No olvidemos que el evangelio es locura a los ojos del mundo.




 Aproximación psicológica y política-eclesial al texto del evangelio:

 La verdadera grandeza: poder servir

 Hemos de reconocer que la tentación del poder es universal. Ella consiste fundamentalmente en querer escapar de la condición humana,  superarla o modificar sus límites. No aceptar ser dependiente, de no importa quién.

Ahora, la condición humana está precisamente hecha de dependencias. Yo soy dependiente de todo y de todos. Es otro quien me ha dado la vida…Y a lo largo de mi vida, yo soy modificado, re-modelado, transformado por los demás: los padres, los educadores, el marido por su esposa y recíprocamente, yo soy dependiente, quiéralo o no. Y finalmente yo también deberé desaparecer para que otros puedan vivir. Y sin embargo, todo en mi busca hacer desaparecer esas dependencias. Yo quisiera ser independiente, totalmente el dueño de mi mismo y de mi destino. Y justamente el poder proporciona la ilusión de estar por encima de todo eso. Dominar entonces,  no es tratar de modelar la vida de los otros sino mas bien  dejarse transformar por ellos.

Yo me pregunto si la búsqueda de poder no tiene algo que ver con un deseo de inmortalidad. Al menos, el poder me aparece como un medio de estar en seguridad a propósito de mi mismo y de mi vida…

De la tentación del poder no ha estado libre tampoco la Iglesia. Lo que nos cuenta San Marcos acá, es un testimonio donde se sienten las tensiones de la Iglesia naciente: juegos y maniobras parecen existir para ocupar puestos importantes. No es edificadora, hasta el punto que Mateo que escribes después de Marcos, siente necesidad de poner todas estas ambiciones en las espaldas de la madre de Juan y Santiago. Pero es importante reconocer que esto es el reflejo de nuestra humanidad. No es solamente el reflejo de nuestra necesidad de justificar nuestra existencia y nuestro valor; sino que también es el reflejo de nuestra necesidad de controlar los eventos (las cosas, como decimos familiarmente) con el fin de llevar a cabo nuestros proyectos. Sabemos lo que es bueno o que es bien para nosotros y los otros, por que no poseer la autoridad en consecuencia para realizar todo ese bien?

En realidad, Jesús nos revela, nos muestra  simplemente lo que es la verdad de la condición humana.

El hombre llega a ser él mismo cuando hace existir, cuando sirve. Entonces él se asemeja a Dios. Él crece, él logra llegar a la talla cuando sirve para algo y le sirve a alguien. Es en esto que ejerce un verdadero poder. Él modifica al otro haciéndolo crecer. Ustedes pueden remarcar que en ello, hay una inversión (no de poner dinero sino de revertir)  (poner de revés) de lo que llamamos el poder. Es el final de todas nuestras ideas comunes y corrientes.

He aquí quién es Dios :  en Jesús Él se revela tal como es. Él no es aquel que domina, sino aquel que sirve, que se da para que el hombre exista.

Es necesario acabar con la imagen de un Dios dominante, en quien el poder no consiste en que le rindan cuentas las personas. Dios es servidor. El servicio es una acto libre y voluntario, ahora que el esclavo no tiene voluntad propia, él depende totalmente . Podemos imaginar así al Dios de Jesucristo? Si, ciertamente, en el sentido que Él es Aquel quien por amor, hace existir todo lo que existe. Él es creador. Y Él nos invita a participar a todos, no importa quiénes seamos a su obra de creación. Ahí, y solamente ahí esta la verdadera grandeza.

LOS JEFES - SERVIR

 ¿Cómo debe ser un jefe? ¿Cómo se portan los jefes: el jefe de equipo, el jefe de familia? Los jefes de estado pasan sonriendo a la multitud y delante de las cámaras abrazan al niño que les rindió homenaje; pero, ¿quién sirve y quién se hace servir? Jesús ha venido a servir, y su servicio a la humanidad será su muerte voluntaria: «Se hizo obediente, tomó la condición de esclavo y murió en una cruz» (Fil 2,9). Beber la copa y bautizarse son expresiones que indican, en forma figurada, los sufrimientos y la muerte de Jesús.

 A continuación ponemos un breve poema de Lao-Tsé, un sabio chino muy antiguo, referente al mismo tema:

 «¿Qué han hecho el río y el mar para ser reyes en los cien valles? Se han puesto debajo de ellos y por eso reinan en los cien valles. Si el santo quiere estar encima del pueblo, que sepa primero hablar con humildad. Si quiere encabezar al pueblo, que se ponga en el último lugar. Así está el santo encima del pueblo y no le parece pesado, dirige al pueblo y no hace sufrir al pueblo. Con gusto lo ponen a la cabeza y no se cansan de él. Como no rivaliza con nadie, nadie puede rivalizar con él.» 

                                               (tomado de la Biblia Latinoamericana)



 REFLEXIÓN CENTRAL 

(dos opciones)

I
HOMILÍA PARA  EL DOMINGO MUNDIAL DE MISIONES


Este es un domingo lleno de motivos para celebrar, para estar en fiesta y dar gracias a Dios, les nombro al menos 3:

1.   Ante todo el Señor nos transmite en el evangelio una enseñanza clara y nos da la clave sobre el verdadero poder y en qué consiste la autoridad. “El poder es el amor y la autoridad un servicio.”

2.     Hoy celebramos el Domingo Mundial de las Misiones, DOMUND.  Nosotros compartimos este amor de Jesús con los otros por la fraternidad y la caridad. Lo comunicamos al mundo entero por la MISION. Los santos Papas invitan a toda la Iglesia desde 1926 (Pio XI) a tomar conciencia de nuestro deber misionero y a apoyar las misiones.
       
 El lema para esta jornada es "Cambiar el mundo":  "Tú le haces falta a la misión".

El DOMUND es la celebración más importante debido a que está ayudando a los misioneros que están por todo el mundo en "territorios de misión" donde no conocen a Jesús. Los misioneros son religiosos, religiosas y laicos que han entregado su vida por el anuncio del Evangelio. Se trasladan de su lugar de origen a un lugar de envío para insertarse en una comunidad compartir y enseñar la palabra de Dios y ayudarles en diferentes programas: educativos, sociales y de pastoral. 

La Iglesia trabaja incansablemente durante todo el año para las misiones, pero el mes de octubre llamado comúnmente "octubre misionero" es el mes dedicado a las misiones y en especial el penúltimo domingo del mes de octubre que es la gran celebración. 

3. QUERIDOS HERMANOS, el Papa Francisco no cesa de exhortarnos a ser testigos del amor de Jesús, a ser testigos vivos y dinámicos que muestren que Jesús está vivo. La caridad es el alma de la misión y la mejor pedagogía es la autoridad y el poder asumidos como servicio y no la ocasión para dominar u oprimir los otros (este es el mensaje de este 29º domingo ordinario). Nosotros podemos dar testimonio en todos lados del amor y del servicio, de la caridad, en la casa, como en el país de misión, en el trabajo como en el descanso, tanto en la calle como en la iglesia o capilla (hecha de cualquier material y ubicada en cualquier región), donde  nuestra asamblea o reunión es un bello testimonio de fraternidad y solidaridad.

Es el amor que hace caminar, vivir a los misioneros, es el amor el que hace predicar la verdad del Evangelio, es el amor que permite compartir el pan y las gracias recibidas de Cristo Resucitado.

Queridos amigos, la Santa Eucaristía nos permite beber de la gran fuente y de manera abundante y sin reservas el amor de Jesús.

Acerquémonos con fe a su corazón eucarístico para después ir a saciar la sed, calmar el hambre de los pobres, consolar y sanar a los enfermos y visitar a todos aquellos que tienen sed de amor, paz y esperanza. Comulguemos con fervor y dignidad, ya sea de una manera sacramental recibiendo la hostia o de una manera espiritual si participamos a distancia…o no nos sentimos completamente dignos e impedidos de acercarnos a recibirlo.

Existen otras maneras de unirse a Jesús por la fe y participar en su misión. Existen tantas maneras al igual como hay tantas personas y situaciones, pues el amor es el alma de la misión y el Espíritu Santo es el Guía.

Que nuestra oración por las misiones se haga más intensa hoy, que nuestra ofrenda (o limosna) sea más generosa, para así poder sostener con el Santo Padre, los misioneros en  los territorios marginados y pobres de Colombia y los misioneros del mundo entero.

Demos gracias a Dios hoy por los más de 415.000 sacerdotes existentes en el mundo, por los 5.400 obispos, los 46.312 diáconos permanentes.
por las 659.000 religiosas,
por los 362.488 laicos misioneros,
por los 3.123.000 catequistas.

Pidamos al Señor la gracia de ser nosotros mismos testigos del amor en nuestros lugares y ambientes de vida y de trabajo.

Y no olvidemos nunca que la celebración eucarística, ella misma termina con un envío..."Pueden ir en paz..."

María, ayúdanos a anunciar y dar testimonio de Cristo y del Evangelio en el lugar donde nos encontremos.

II

Sugerencias para la homilía Domund 2018

Dar la vida para que el mundo cambie. En el Evangelio, Jesús nos pone ante un dilema: o estamos con los poderosos que tiranizan con su poder, o nos ponemos al servicio de todos para que muchos puedan salvarse. Y la única razón que da para actuar así es su propia manera de vivir: el Hijo del hombre no ha venido para que le sirvan, sino para servir. A los misioneros se les admira por su entrega, por su dedicación a la obra evangelizadora, en lugares tan diferentes a los de origen y en situaciones, a veces, nada fáciles. Pero tienen clara su misión: colaborar –a través de la Palabra de Dios y el anuncio de Jesucristo Salvador– para que las personas con quienes conviven obtengan un modo de vida de acuerdo con la dignidad que Dios quiere para sus hijos e hijas. La evangelización incluye buscar los medios necesarios para que en el mundo todos nos encontremos como en nuestra casa común. Los misioneros y misioneras se cansan, se gastan y se desgastan en el empeño.

“Junto a los jóvenes, llevemos el Evangelio a todos”. Es lo que los obispos están reflexionando estos días en el Sínodo dedicado a los jóvenes, y es el tema que el papa Francisco desarrolla en su Mensaje para el Domund. Los jóvenes, con el corazón encendido, expresan el descubrimiento del sentido y la plenitud de la vida, y así, por contagio, propagan la fe con alegría y entusiasmo, en un mundo necesitado de esperanza.

El mundo encontró el cambio al nacer Jesús en Belén. Dios se encarna en Jesús, se hace niño en Jesús, para que en el mundo los seres humanos tengamos una mirada limpia, gestos llenos de ternura y palabras esperanzadoras; en definitiva, para que el mundo progrese según el plan amoroso de Dios.

“Yo soy una misión en esta Tierra, y para eso estoy en este mundo” (EG 273). Todos estamos implicados en la obra misionera de la Iglesia. Nos lo recordó la exhortación apostólica Evangelii gaudium y hoy, Jornada del Domund, nos lo repetimos: “Yo soy una misión... para iluminar, bendecir, vivificar, levantar, sanar, liberar”. Los misioneros que, lejos de su tierra, transmiten el gozo del Evangelio enriquecen nuestro apostolado, siendo para nosotros ejemplo de entrega gratuita.

El Domund... ¿cambia el mundo? Sí, porque la misión vivida con el Evangelio en la mano transforma el miedo en valentía, la oscuridad en luz, la venganza en unión, y, a quien está postrado en el camino, lo levanta y lo ayuda a caminar con dignidad. Los misioneros lo hacen.


Oración de los fieles

Unidos a toda la Iglesia, que celebra con alegría esta Jornada Mundial de las Misiones, rogamos a nuestro Padre Dios que bendiga el trabajo de los misioneros del Evangelio. Respondemos a cada petición diciendo:

“Padre, haznos descubrir tu amor”.

- Para que las Iglesias locales de África, América, Asia, Europa y Oceanía caminen unidas en la única misión de la Iglesia, y sigan transmitiendo el Evangelio a todos los que aún no lo han descubierto. Roguemos al Señor.

- Por los misioneros, para que, a pesar de las dificultades, no desfallezcan en su labor de cambiar el mundo y sigan contagiando el amor que han recibido de Dios. Roguemos al Señor.

- Pidamos por los jóvenes, para que no tengan miedo de buscar, descubrir y anunciar a Jesús, y, como Él, entregarse generosamente al servicio de los hermanos. Roguemos al Señor.

- Por los misioneros que han tenido que regresar por diferentes motivos, para que vivan con paz y sientan que, desde donde están, pueden seguir contribuyendo a que el mundo cambie. Roguemos al Señor.

- Para que quienes participamos en esta eucaristía seamos conscientes de que somos misión y de que estamos en el mundo para transmitir el Evangelio y construir una sociedad más justa y más humana. Roguemos al Señor.

Padre de bondad, escucha la oración que te dirigimos. Lo que está en nuestro corazón y no hemos expresado, Tú lo conoces. Lo ponemos en el altar. Acógelo, por Jesucristo nuestro Señor. Amén.



Oración del domund 2018

Señor, ayúdame a cambiar
para cambiar el mundo.
Necesito renovar el corazón,
la mirada, mis modos de hacer,
para no terminar en un museo.
Y no es solo renovar lo viejo:
es permitir que el Espíritu Santo
cree algo nuevo.
Señor, vacíame de mis esquemas
para hacer sitio a tu Espíritu
y dejar que sea Él
quien haga nuevas todas las cosas.
Él nos envía, nos acompaña, nos inspira;
Él es el autor de la misión,
y no quiero domesticarlo ni enjaularlo.
Haz que no tenga miedo
de la novedad que viene de Ti,
Señor Crucificado y Resucitado.
Que mi misión sea comunicar tu vida,
tu misericordia, tu santidad.
Enséñame a amar como Tú
para cambiar el mundo.
Amén.



 ORACIÓN-MEDITACIÓN

Después de dos mil años, Señor Jesús,

la Iglesia prolonga tu Encarnación en este mundo.

Ella es el nuevo cuerpo en el que tú te das

para reunir, enseñar, bendecir y servir.


Esta Iglesia que es tuya es un cuerpo vivo,

un pueblo de múltiples colores, lenguas y culturas.

Un pueblo de "discípulos misioneros",

que encuentra su alegría

sirviendo a Dios sobre las rutas del mundo.


Esta Iglesia que es tuya sabe de la belleza

y la dignidad de todo ser humano.

Ella sabe del don de tu presencia en lo secreto de toda vida.

Ella sabe por herencia y vocación,

la responsabilidad ligada al "Padre nuestro"

y al "Danos hoy nuestro pan..."

que reinventan en lo cotidiano la fraternidad.


Nosotros somos esta Iglesia misionera,

que ocupa hoy la barca de Pedro,

de Juan y los otros apóstoles,

y que empujada por el viento del Espíritu santo.

avanza con confianza remando mar adentro,

presta a servir aquí...y hasta el fin del mundo.

 Señor Jesús, acá estamos para servir.





REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS :



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