martes, 29 de octubre de 2013

Un ensayo sobre el miedo, el terror, el diablo...A tomar en serio!




Horror, miedo, terror…Así en orden alfabético las pongo. Y la primera cuestión que uno se hace es,  son vocablos sinónimos? Veamos qué nos dicen los diccionarios, tanto en español, como en francés e inglés.

Horror: es un sentimiento intenso (no necesariamente miedo) causado por algo espantoso. El horror también es una aversión profunda (que no es lo mismo que el miedo) hacia alguien o hacia algo.

 El miedo o temor es una emoción caracterizada por una intensa sensación, habitualmente desagradable, provocada por la percepción de un peligro, real o supuesto, presente, futuro o incluso pasado. Es una emoción primaria que se deriva de la aversión natural al riesgo o la amenaza, y se manifiesta en todos los animales, por ejemplo el ser humano.

Terror:  el terror es un miedo muy intenso, mientras que el horror es un sentimiento intenso (no necesariamente miedo) causado por algo espantoso.
Se puede asumir que el terror sobreviene cuando el miedo ha superado los controles del cerebro y ya no puede pensarse racionalmente.
En casos graves puede llegar a inducir una parálisis completa del cuerpo, sudoración fría o regresión a pensamientos de la infancia, y en casos mucho peores, producirse incluso la muerte por paro cardíaco. El autocontrol sobre los pensamientos, miedos y remordimientos es esencial para no sentir terror, que puede desembocar en pánico. La solución más eficaz es respirar lenta y paulatinamente, dejar la mente en blanco y no dejarse llevar por la euforia.

Como pueden ver, es una muy acertada introducción para remarcar que EL TERROR, está en la cima de todos los sentimientos de miedo o temor. Así podemos decir que pasamos del miedo natural y común con los animales, al horror y finalmente al terror.


EXPERIENCIA PERSONAL DEL MIEDO y del DIABLO

Yo puedo afirmar sin temor a equivocarme que muy pocas veces en mi vida he experimentado el terror…Y que si me ha arribado una o dos veces es mucho. Pues llegar a perder la razón o dejar de ser racional, mismo por un momento, a causa del miedo…no. 

Lo que sí ha sido común en mi vida es el miedo natural, primario…Como todos he tenido miedo a la oscuridad, a quedarme solo, a lo desconocido, a las criaturas horribles y poco estéticas (de acuerdo a nuestros estándares o clichés) : como las serpientes y  las arañas, a la muerte misma, a los relatos, comics y películas de terror.

Siendo un mocoso entre los 9 y los 13 años, cuando ya había aprendido a leer y a comprender muchas cosas (pues a medida que se pierde el niño y desaparece la inocencia, la confianza) confieso que me daban miedo las historias de personajes de ficción como El SANTO, el enmascarado de Plata y Juan sin Miedo…y una que otra serie de Kalimán sobre todo las concernientes al Doctor Misterio y las criaturas mutantes.  Ahh hasta Kapax “El Tarzan colombiano” o “El héroe de la selva trajo entre su provisoria revista de aventuras enfrentamientos con el mohan y la madremonte, lo recuerdo”.

En TV, recuerdo fue en 1976 o 1977, entre los 7 y 8 anos, cuando vi  la primera escena que me causó terror, y fue entre las cobijas quizás sin que mis padres lo percibieran: la escena mostraba un hombre que decapitaba y tiraba las cabezas en una especie de volqueta.

Nuestro abuelo paterno Tomás Antonio en varias veladas nos entretuvo con sus relatos de leyendas populares, recuerdo especialmente las historias de la "patasola" que me causaban verdadero horror y escalofrío…Tanto que después se me dificultaba dormir.

Claro que les tuve miedo y mucho, y aun les tengo fobia a las serpientes, más que a las arañas. Pero por fortuna nunca llegaron a causarme terror, tanto que me impidieran pasar por parajes selváticos o por las orillas de cañadas (sobre todo en tiempos de vacaciones escolares cuando iba a visitar mis tíos y primos en el campo)…Si, las veía pero nunca me acobardaron o me paralizaron o me hicieron enfermar sin razón.

Por ejemplo, evoco cómo durante esas temporadas de vacaciones, a mis primos y a mí nos gustaba aventurarnos entre esos follajes y terrenos húmedos para auscultar bajo las piedras en búsqueda de pequeños crustáceos (cangrejos) a los que después desmembrábamos y cocinábamos para comerlos…Nunca tuvimos miedo a encontrarnos con arañas o serpientes venenosas durante nuestras búsquedas cangrejas. 

Y es más no recordamos que alguien haya sido picado o mordido por un artrópodo u ofidio peligroso.

Hoy con 44 años cumplidos, una convicción toma mayor fuerza cada día: yo vi (o se me apareció el diablo) 3 veces. Precisamente en estos días se lo relataba sin desfachatez y sin ánimo de reírme a una amiga compatriota.
Y para los que verdaderamente estén interesados y se tomen el tiempo de leerme, trataré de relatar estas sucintamente.

Todas las 3 visiones (no apariciones, luego les contaré la diferencia entre unas y otras) tuvieron lugar durante mis años tiernos, entre los 6-7 y los 12 años (o sea entre 1976 y 1981), precisamente durante mis años de escolar.

Primera visión del diablo: Recuerdo un gran grupo familiar que marchaba en un paraje, entre dos fincas en la vereda el Placer, yo hacía parte del grupo junto a mis padres, mi tío materno mayor Eduardo y quizás mi hermana menor Alba…seguramente yo iba caminando de mala gana, me sentía cansado y deseaba que alguien me cargara…

De un momento a otro yo me resbalo sobre la orilla del estrecho sendero y salgo rodando por un abismo…Voy a caer cerca otro caminito, para mi suerte nada me pasa, pero he perdido un zapato…si lo recuerdo con claridad, aquello me enerva…minutos después me encuentro sentado sobre una mesa (la mesa era blanca como que de metal) al interior de una cocina. La casa es de la familia Romero Ramírez. En la cocina hay una ventana con vista a la huerta o un solar, quizás yo gritaba y o lloraba desconsoladamente y de pronto veo lo que parece ser una serpiente gigante sobre una de las ramas del mandarino…No sé lo que pasó después.

Segunda visión de Lucifer:  Pudo haber sido dos o tres años después de la primera visión. Esta vez me encontraba de pasaje por vacaciones escolares en casa de mis abuelos paternos Tomás y Virginia. Quizás de “mala gana” estaría allí pasando unos cuantos días con ellos, visita de deber y de muestra de cariño paternal, obviamente, pero en donde me aburría a montones por la falta de compañeros de juegos…Aunque sabía que en los siguientes días tenía el permiso para ir a visitar mis primos que no vivían muy lejos.

Un atardecer cuando estaba solo con mi abuela, pues el abuelo, tal vez, se encontraba aun en los cafetales, ésta última me envió a la casa finca vecina, propiedad de mi padre pero administrada por alguien mismo de la familia, justo para que le recuperara una banca o banco de madera, no muy pesado y soportable para mi edad…La abuela me repitió varias veces la orden,  pero no obedecía, hasta que al fin sacó un rejo con el que me atemorizó y me hizo salir corriendo hacia la dirección que apuntaba a la casa del encargo. Recuerdo que a unos cuantos metros de la casa y entre un área de cafetos arábigos (que ya no se ven hoy) me detuve, quizás para seguir rumiando mi “descontento”, mi malagana y reposarme de la carrera que me había obligado hacer mi abuela…En eso, levanto mi mirada y veo sobre uno de los arábigos una gruesa serpiente, muy parecida a la que vi por primera vez…lo raro es que después de eso, lo único que recuerdo es encontrarme en casa y ante la abuela reportándole lo que me había pedido…perdí la noción del espacio, del tiempo…lo juro, fue un instante extraño en el que hice un viaje en el tiempo.

Tercera visión de Satanás: A diferencia de las primeras apariciones esta tuvo lugar en el pueblo, precisamente en la Calle La Aldea. Atravesaba una de esas temporadas para olvidar…de niño malcriado, desobediente, perezoso…Venía de cometer una “fechoría”, y saliendo de mi casa y  en la otra acera  andén que llaman, ahí donde unos años más tarde construirían el Banco cafetero, veo frente a mí un personaje de traje negro con cachos y cola rojos y en su mano un tenedor…y eso no era todo, de la mano llevaba una niña como de mi edad, rubia (y a quien conocía, habitaba en el pueblo, pero en otra calle, no estoy seguro de verla por primera vez ahí , pero en todo caso la seguiría viendo años más tarde). A veces me pregunto si a lo mejor era un día de Halloween…pero era pleno día…o que alguien quiso hacerme una broma confabulado con mis padres…para darme un susto y de paso una lección. Lo confieso, es la aparición de la que más desconfío…pero no hay quien me asevere si fue verdad o mentira.

No sé por qué les cuento esto. Quizás porque hace parte de esos momentos de miedo presentes en nuestra existencia y que nos marcan.

A las mencionadas apariciones diablescas les he dado cada vez más crédito cuando con el paso de los años y a través de lecturas y referencias de grandes santos, me encuentro con que algunos vieron al diablo y batallaron con él (cfr. Santo Domingo de Guzmán,  Santa Teresa de Ávila, el Santo Cura de Ars,  El padre Pío, la Madre Laura…solo por citar algunos).

Años después Baudelaire “el poeta maldito” el de las flores del mal me corroboraría algo que ya mi abuelo paterno me había dicho siendo un joven: “el diablo existe, lo que pasa es que ya ha dejado de ser bobo, no se aparece ni asusta porque se ha dado cuenta que así gana muchas más almas”. Si, el diablo hace tiempo cambió de estrategia, desde los años 80 por ponerle una fecha.   Pero Baudelaire diría: “la gran estratagema del diablo es hacer creer que no existe”.

No quiero extenderme más en este ensayo-testimonio sobre el diablo, pero les contaré aun algo: en el 2001 o 2000, el frente 47 de las Farc que operaba en el Oriente de Caldas entró a un pueblito llamado “Arboleda”, mataron varios policías y no contentos con eso los decapitaron y jugaron fútbol con sus cabezas. Un sacerdote muy sabio que nos daba clases de teología por aquellos días en Medellín- yo estaba ad portas de mi ordenación- nos decía a propósito de aquel terrible hecho: “y que no hay diablo, qué más diablos  quieren…ahí está bien pintado!”

Es terrible que el mundo, la sociedad pareciera acostumbrarse cada vez más al horror, al terrorismo, a la muerte …particularmente Colombia, donde se dan asesinatos entre hinchas del fútbol, masacres de campesinos, soldados y guerrilleros, gente que está sucumbiendo ante el suicidio y la desesperación…pero por qué todo esto? Porque se han soltado de la mano de Dios y se empecinan en rechazarlo, en buscarle, en acogerle a través de su Palabra, de la Eucaristía, de los sacramentos, de la oración, de la vida que se comparte, se da, a través del perdón, de la reconciliación, del amor…
Bien dijo alguien, quizás el Papa Francisco recientemente: “Cuando no se le reza a Dios, se  vive, se trabaja por el diablo sin pensarlo”.

Se acerca Halloween, una anti-fiesta, personalmente pienso que no hay nada para celebrar, que es una costumbre malsana, que ha de abolirse de nuestras comunidades y familias cristianas. Disfrazar los niños, hacerles una fiesta ese día, implicaría ante nada haberlos entrenado ya en el sentido pleno de la navidad y la fiesta de la mañana siguiente de todos los santos,  también, explicarles con sus propias palabras que esa fiesta es “instrascendente”, que tienen antecedentes sospechosos y que, repito, es más importante el siguiente día EL DE LA CONMEMORACIÓN DE TODOS LOS SANTOS.

En un mundo al revés parece haber tomado más celebridad, pasión y festividad una celebración de las brujas, del horror, de la muerte, de la oscuridad que la otra que le sucede el 1o de noviembre, y es todo lo contrario, la fiesta del amor en Dios, de sus frutos en las personas, de la vida, de la luz…

Hace 1 o dos años escribía en uno de mis blogs esta entrada titulada: “No me gusta el Halloween”.
http://gusqui.blogspot.ca/2012/10/no-me-gusta-el-halloween.html

Con aterro, preocupación y mucha tristeza veo la pasión dañina por todo lo que tiene que ver con zombis, vampiros, fantasmas, en la actualidad.

Pero eso es lo de menos, lo verdaderamente preocupante es ver cuántos muertos vivientes deambulan hoy por nuestro mundo. Tantos hermanos y hermanas que no quieren saber nada de Dios ni de su amor, del compromiso compasivo y social, de la oración en familia y en comunidad (Iglesia), de la vida consagrada a Dios y al servicio a los demás...Cuando no se ama a Dios no se tiene respeto tampoco por la vida y la dignidad humana.

 Tantas personas alienadas por el deporte, la farándula, la tecnología, el internet, la ambición ciega y desmedida por el dinero y riqueza injusta acrecentando cada vez más la brecha entre ricos y pobres…y tantas otras adicciones que tornan distantes, aislados y ególatras a muchos.

Por eso se hace necesario invocar a nuestra Madre del Cielo para que interceda por nosotros ante su Hijo; para que sean mucho más lo que cada día en el mundo se dejen tocar por el Espíritu de Dios y que les regale sus 7 dones y sus frutos….y que se despierten y pongan al mundo a girar y a marchar hacia la sociedad alternativa (la tierra nueva y el cielo nuevos prefigurados en el Apocalipsis).



lunes, 28 de octubre de 2013

3 de noviembre del 2013: 31o Domingo del Tiempo Ordinario (C)

Dios se hace invitar a nuestra casa

El Señor no tiene sino un deseo: que vivamos el amor con Él y con nuestros hermanos. Hoy, Él viene para tocar a la puerta de nuestro corazón. Acogerle, es comprometernos a vivir conformemente y de acuerdo a su proyecto  de amor.




EVANGELIO DE JESUCRISTO, SEGÚN SAN LUCAS 19,1-10

En aquel tiempo, entró Jesús en Jericó y atravesaba la ciudad. 

Un hombre llamado Zaqueo, jefe de publicanos y rico, trataba de distinguir quién era Jesús, pero la gente se lo impedía, porque era bajo de estatura. Corrió más adelante y se subió a una higuera, para verlo, porque tenía que pasar por allí. 

Jesús, al llegar a aquel sitio, levantó los ojos y dijo: "Zaqueo, baja en seguida, porque hoy tengo que alojarme en tu casa." 

Él bajo en seguida y lo recibió muy contento. 

Al ver esto, todos murmuraban, diciendo: "Ha entrado a hospedarse en casa de un pecador." 

Pero Zaqueo se puso en pie y dijo al Señor: "Mira, la mitad de mis bienes, Señor, se la doy a los pobres; y si de alguno me he aprovechado, le restituiré cuatro veces más." 

Jesús le contestó: "Hoy ha sido la salvación de esta casa; también este es hijo de Abrahán. 

Porque el Hijo del hombre ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido." 


PALABRA DE DIOS 




A guisa de introducción:

La parroquia de Zaqueo

El resucitado hermano sacerdote de nuestra comunidad de los misioneros de Yarumal, gran maestro de la homilética y la predicación del evangelio, P. Gustavo Vélez “Calixto”(+2009), escribía sus reflexiones alrededor del evangelio en un periódico nacional (de Colombia) dirigidas según él a la PARROQUIA de ZAQUEO y bajo el título de “tejas arriba”.

Zaqueo es el prototipo, el modelo de aquellos que se dicen creyentes católicos, que tienen la fe, están bautizados pero que por circunstancias personales (prejuicios personales, complejos, resentimientos con la comunidad eclesial, ocupaciones, negligencias, traumas, fe descomprometida y casi olvidada,  etc) no suelen venir a la iglesia y participar en la misa, es el grupo aquel, por ejemplo,  del cual tanto hablan y se sienten incluidos miles de quebequenses al decirse “creyentes pero no practicantes”.

Es quizás en esos “zaqueos” que piensa el Papa Francisco al hablar de las 99 ovejas que están fuera del redil y a las cuales hay que ir a buscar.

El evangelio de la semana anterior hablaba del fariseo y el publicano que fueron al templo para acercarse a Dios y adoptar actitudes espirituales diferentes…Esta semana me decía, a lo mejor al hablar del publicano, ya Jesús presentía y sabría del encuentro regenerador y renovador que tendría lugar en la persona de Zaqueo…O por qué no pensar que quizás Jesús  lo habría visto ya antes orando en el templo avergonzado, sumiso, humilde…No es descabellado…

Zaqueo, él tiene su parte sombría, oscura, como todos nosotros, pero el deseo de VER a Jesús anima su corazón y cuán grande es su alegría al descubrir que el Señor le busca y quiere quedarse en su casa.

Porque Dios no deja de sorprendernos. Como siempre, Él no se contenta con

domingo, 27 de octubre de 2013

Octubre mes del Rosario y de oración con María.


Se está terminado el otro mes, que después de Mayo es plenamente consagrado a la Virgen María. Pero en octubre siempre se quiere resaltar el rezo del Rosario.
Rosario que hoy a muchos que se consideran católicos no les dice nada. Les causa apatía, mismo tedio y aburrimiento. Yo también he vivido, en ciertos momentos,  esos sentimientos con respecto al rosario; pero lo que me sorprende constatar es su fuerza y presencia significativa desde mi niñez, cuando se rezaba en casa de los abuelos tanto paternos como maternos,  en los hogares campestres de los tíos de mi padre, y las primas de mi madre.
Es verdad que sólo con el tiempo vamos comprendiendo la grandeza, influencia e importancia del rezo del rosario. Una oración dicha en voz alta o mentalmente, en solitario o en comunidad, dentro y fuera de la Iglesia, en tiempos de guerra y de paz, en tiempos de desespero y de alegría.
Hoy más que nunca soy consciente de las bendiciones que me ha prodigado el Santo Rosario. Siento que María siempre me ha acercado a Jesús, de hecho fue a ella primero a quien me presentaron, fue primero a ella a quien le recé sin comprender mucho qué significaba “Anunciación, encarnación, asunción o dichosísimo tránsito como solía decir en el rezo mariano la recién resucitada “Adelfita”.
Fui testigo desde muy niño de  la devoción ferviente de mi madre por ella bajo la advocación de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, y de la advocación de La Virgen del Carmen de mis dos abuelas Virginia y Rubi.
La advocación de la Virgen de los Dolores ha bendecido, iluminado e inspirado desde hace muchos años la fe y la espiritualidad de mi pueblo marquetón por su pertenencia a la Parroquia que lleva su nombre.
Nuestra Señora de Guadalupe, la Virgen serrana, la patrona latinoamericana a través de sus apariciones y testimonios a Juan Diego han estimulado mi fe en los momentos aciagos y de duda.
La Guardiana de la Fe en Ecuador (una advocación en proceso de ser reconocida)  estuvo cerca de mi lugar de misión (Cuenca) en el año de pastoral en 1993. Muy cerca de donde se construiría años más tarde un santuario, allí sufrí un grave accidente de tránsito que dejó semi-destruido el vehículo pero a mi acompañante y  a mí no nos sucedió nada, gracias a Dios y a la Virgen.
En el año 2002 una vez ordenado, cuando fui enviado a Bélgica para estudiar el francés, me encontré con que la escuela de la lengua franca estaba en un poblado rural (Banneux) y en donde había un santuario a María bajo la advocación de Nuestra Señora de los pobres (Notre Dame des Pauvres). Casi todas las tardes y durante los 5 meses que permanecí en aquel centro de enseñanza iba solo o acompañado a rezarle a la Virgen.
Luego en el 2003 cuando llego a Camerún (África) es la comunidad parroquial de “Nuestra señora de la Visitación” que me acoge y en donde el párroco era mi hermano de comunidad padre Orlando Cruz. Allí sería nombrado párroco a finales del 2004.
Desde hace casi 5 años me encuentro en Canadá, concretamente en la provincia de Quebec y en un pueblo que se llama Rigaud. Cuál no sería mi sorpresa cuando una vez instalado acá me encontré con que había un santuario reconocido y muy visitado por los feligreses, cristianos de todo el mundo y demás dedicado a Nuestra Señora de Lourdes…
Como ven es “diosidencia” esta presencia  compañía cercana de la Virgen Madre de Dios y Madre nuestra.
Por ello quiero en estos últimos días de octubre (4) que se cierra con el “terrible” y “apático” Hallo-ween que no me gusta para nada como he dicho en otra ocasión, quiero invitarles a meditar cada día, gracias a una reflexión general de cada uno de los misterios del santo Rosario…




martes, 22 de octubre de 2013

En los 35 años de la llegada al Pontificado de Juan Pablo II, 22 de octubre del 2013



Sábado 2 de abril, 21 : 37 hora de Roma, 20 :37 en Camerún, 14 :37 hora de Colombia…Ha muerto el Papa, Resucitó el Papa ! Se fue apagando paulatinamente la vida del gran viejo sabio. De la misma manera que vivió murió, con dignidad y paz en medio del dolor y del sufrimiento…En estos momentos no hay medio de comunicación que no hable de este acontecimiento. Algunas cadenas francesas, comienzan poco después de su muerte a repetir los documentales del 2003, cuando celebraba sus 25 años en el Pontificado.

Recuerdo que tenía 9 años, aquel 26 de Octubre de 1978, cuando escuché la noticia de la elección de alguien muy importante para nuestra Iglesia. Cuatro meses atrás había “hecho la primera comunión” y mi espíritu infantil no había percibido aún la magnitud de un tal personaje dentro de mi Iglesia Católica. Solo veía que mis abuelos, mis padres y la gente mayor en casa y en mi pueblo, se preocupaba por ver la notica en televisión, escuchar la radio y leer los periódicos que llegaban al atardecer de cada día.

El papa fue alguien distante, casi un extraño durante mi infancia y mi adolescencia. Sólo de vez en cuando sabía de él. En televisión a veces le veía aparecer, lo mismo sus fotos, en los diarios o en ciertos cuadros que tenía mi madre, mis abuelas y las otras matronas de las casas de mis amiguitos y vecinos. Eso sí, el atentado que casi le cuesta la vida en 1980 me emocionó un poco y aún más me tocó , el hecho de saber que días después, este Papa había ido a la prisión donde se encontraba su agresor Ali AghKa para dialogar con él y perdonarle…Esta imagen, es para mí inolvidable.

Entre el 1o y el 7 de Julio de 1986 tuvo lugar su estadía en mi país  Colombia. Y en su visita, pasó por Cali, Medellín, Bogotá , Armero (que había sufrido el año anterior la tragedia de la avalancha donde murieron cerca de 25.000 personas), La Dorada y otras ciudades que no recuerdo. La Dorada es un puerto, el segundo municipio en importancia de mi departamento (Caldas) y está a menos de 150 kms de Marquetalia, mi pueblo. Pues bien recuerdo que en ese tiempo, el párroco y un grupo de los católicos más fervientes se organizaron y contrataron un largo bus para hacer la excursión de ida y regreso el mismo día, hasta el caluroso puerto a orillas del Magdalena para ver al Sumo Pontífice al menos de lejos. Mi madre María Nelly (q.e.p.d) mujer de fe profunda y rosario asiduo, quería que me uniera al grupo, donde ya había inscrito hasta mis dos hermanas de 15 y 13 años y otros amigos y vecinos. En esos días de vacaciones, a mis 17 años, era un chico tímido, introvertido y que amenazaba con perder el 10o grado (5o de bachillerato) por andar escuchando “Cerros Amor Stereo” y  pensando y viendo la manera de cómo acercármele a una chica quinceañera de 6o grado quien me tenía en las nubes. Además hacía tiempo que me había desinteresado de las cosas de la Iglesia, donde veía sino “rezadera”, beatería y “aburrición”. Si iba a misa, era por conveniencia social y darle gusto a mi mamá…eso era claro. En todo caso, al regreso de aquella excursión mi madre y sus amigos llegaron a casa con fotos cercanas de Karolj Woijtila. En el fondo esas imágenes me impactaron, pues le veía sonriente, sencillo, saludando a la gente de mano, cargando y besando niños.

Si hoy pudiera volver el tiempo atrás, mandaría al diablo a la chica idealizada y a mi “idealista, egocéntrico  y estrecho mundo” y me hubiera montado en el bus que me llevaría a contagiarme de la energía positiva del Papa amable, bueno, amigo de los niños y de los jóvenes…

En 1987 , alguien regaló a nuestra familia un gran cuadro enmarcado del Santo Padre, donde aparecía imponente con la mitra y el báculo que terminaba en punta con un bronceado crucifijo. En la parte inferior se leía una frase del propio Papa Juan Pablo II que decía: “A Jesucristo es imposible conocerle y no amarle, amarle y no seguirle”. Hoy constato que aquella frase me quedó resonando toda la vida. Encuentro en ella, el origen de mi vocación al sacerdocio, aquella consigna fue determinante. Esa frase fue el origen de ciertas cuestiones que no me había hecho hasta el inicio de mi juventud: Es que conozco a Jesucristo? es más… lo amo? Si soy cristiano; porque Jesucristo, su Iglesia, La Biblia no me han vuelto a decir nada desde mi infancia? (puesto que en mi niñez leía la Biblia y me regocijaba en ella y recordaba creía creer en Dios).

Inconscientemente Juan Pablo influenció e hizo que yo volviera mi mirada a Jesucristo, a los misterios de su concepción virginal, su muerte y su resurrección. Así de nuevo se fijaba mi interés en  su Padre, en la Palabra de Dios, los evangelios. Después fueron llegando otros acontecimientos y personas que me mostraron otra imagen de Iglesia y reavivaron en mí una vocación que había germinado hacía muchos años.

Estando en el Seminario, en 1988, en mi primer año de estudios filosóficos, comenzaría a interesarme por la personalidad del Papa. La admiración se acrecentó leyendo su biografía y viendo ciertos documentales en el momento coyuntural de sus 10 años de pontificado que mostraban facetas y rasgos de los diferentes momentos de su vida.

En 1996, estando fuera del Seminario (del que había decidido retirarme temporalmente a finales de 1993) me encontré con un maravilloso libro “Cruzando el umbral de la esperanza”. Se trataba de una serie de preguntas hechas al Papa por el periodista italiano Vittorio Messori. En un principio, el reportero quería entrevistar al Papa en la televisión, para que todo el mundo le viera. Pero el Papa consideró que lo mejor era contestar el cuestionario por escrito, meditando el tiempo suficiente para ello…El fruto final, fue una bella publicación de más de 300 páginas, donde Karolj Woijtila contesta a cuestiones tan pertinentes relativas a Dios (Es que existe Dios? Y si el existe porque permite tanto sufrimiento en el mundo? Por qué hay tantas religiones?, etc) ; es una obra que siempre recomendaré para conocer en profundidad el corazón , el Espíritu del gran hombre que ha dejado una gran herencia a la Iglesia y al mundo entero…

No cabe duda, fue un Pontífice de alta talla. Un ser polifacético, desde su infancia, mostro inclinación por la música, el teatro y la literatura. Soldado y no sé si periodista también. Alguien que en su juventud sufrió las consecuencias de ideologías alienantes y divisorias como el comunismo y el nazismo y que se propuso desraizarlas del suelo europeo, siendo Papa…

Fue sin duda el hombre más importante del último siglo, convencido de su sublime vocación se mostró Pastor y servidor más que jerarca y jefe. Comprometido con los pobres de la tierra, a quienes amaba. Un hombre que se preocupó por el diálogo entre hombres y mujeres de diversas creencias y religiones (ecumenismo). Un papa, amante de los jóvenes, por quienes mostró gran afecto en sus primeros años de sacerdocio en Polonia, su tierra natal. En fin, un padre, un pastor, un verdadero maestro, un santo…

Un signo humano, bandera de contradicciones, a semejanza de todo gran hombre. Querido y odiado. Ignorado y admirado, con amigos y enemigos. Un papa criticado por su estrechez en cuanto a la doctrina eclesial (dogmatico), por ejemplo no cedió un ápice en la posibilidad de ordenación de las mujeres y se mantuvo firme en mantener el celibato para los sacerdotes. En cuanto a lo moral fue calificado de ultraconservador. Jamás asintió con quienes se mostraban a favor de la anti-concepcion, la clonación y el matrimonio entre personas del mismo sexo. Era claro que Juan Pablo II no aceptaba la permisividad moral, pero se le apunta su apertura y progresismo en cuanto a lo social.

La historia dirá que Juan Pablo II fue el “Papa viajero”, en más de 25 años de pontificado visitó 120 países y recorrió 5 veces en kilómetros lo equivalente a la distancia que hay entre la tierra y la luna….

En fin, ha muerto y resucitado para la vida eterna, un hombre que quiso hasta el final imitar a Jesucristo en su enfermedad cargando su cruz. Juan Pablo II quiso experimentar la cruz de Cristo en su propia carne y lo hizo con serenidad, sin renegar, en paz y en diálogo constante con el Señor. “Un papa no tiene derecho a reposarse”, solía decir cuando escuchaba sugerencias que le invitaban a tomar las cosas de otro modo, o le sugerían retirarse.

Gracias querido Padre por tu existencia inmensa, tu testimonio, tu mensaje y el legado de libertad, fe, esperanza y de paz que has dejado a la humanidad.
Que Dios te tenga en Su Santa Gloria, en ese Reino en el que siempre demostraste creer y querer construir para abrazar dentro de él a todos los hombres y mujeres de la tierra…

GUSQUI
3-IV/2005 21H: 56

lunes, 21 de octubre de 2013

27 de octubre del 2013: 30o Domingo del Tiempo Ordinario (C)

Al invitarnos a descubrir la verdadera justicia, Jesucristo nos lleva a comprender mejor nuestra relación fundamental con Dios, aquella que dirige nuestra vida y hace nacer nuestra oración.
La oración es un diálogo que reposa sobre la verdad y la confianza.


EVANGELIO DE JESUCRISTO SEGÚN SAN LUCAS 18,9-14


Jesús dijo esta parábola por algunos que estaban convencidos de ser justos y despreciaban a los demás.
«Dos hombres subieron al Templo a orar. Uno era fariseo y el otro publicano.
El fariseo, puesto de pie, oraba en su interior de esta manera: «Oh Dios, te doy gracias porque no soy como los demás hombres, que son ladrones, injustos, adúlteros, o como ese publicano.
Ayuno dos veces por semana y doy la décima parte de todas mis entradas.»
Mientras tanto el publicano se quedaba atrás y no se atrevía a levantar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho diciendo: «Dios mío, ten piedad de mí, que soy un pecador.»
Yo les digo que este último estaba en gracia de Dios cuando volvió a su casa, pero el fariseo no. Porque el que se hace grande será humillado, y el que se humilla será enaltecido.»
Palabra de Dios


A guisa de introducción:

Vuelve y juega una vez más este domingo en la Palabra de Dios el tema de la humildad y la oración sinceras.

Y es que la una no va sin la otra. Una verdadera oración emerge de un corazón y espíritu humildes. A Dios no le gustan las posiciones fingidas, la poca modestia y que se critique al hermano.

En esta parábola que sucede a la de viuda y el juez injusto, Jesucristo quiere que brote de los labios justo una oración justa.

El publicano (o recolector de impuestos judío que trabaja para los invasores romanos) pecador no contento con su modo de vivir, llegará a ser justo a los ojos de Dios por su humildad frente a un hombre (fariseo) satisfecho de sus prácticas religiosas. Sus oraciones respectivas reflejan la actitud interior de cada uno. Ahora, Dios escucha a los humildes y los pobres (Cfr Lucas 1,52-53). Él no nos mira desde lo alto; Él nos estima. Su amor no se gana por méritos, éste no se compra con una actitud, mismo religiosa.
Atención a la competencia que podría conducir al desprecio de los demás!

Es que acaso no hay en cada uno de nosotros, un poco de estos dos personajes? Fariseos algunos días, nos sentimos satisfechos de nosotros mismos hasta el punto de mirar a los otros por encima del hombro. “Él, ella! Nunca me atreveré a presentarme a la iglesia si yo hubiera engañado u ofendido a alguien como él o ella, si yo frecuentara o me relacionara con personas como ellos!” Y vivimos satisfechos de nosotros mismos.  Pero otros días, nos parecemos a ese publicano. Cuando nosotros nos detenemos por más largo tiempo, tomamos conciencia de nuestras limitaciones, de nuestras fallas. Vuelve a surgir en nuestro interior esta palabra de San Pablo: “yo no hago el bien que yo quisiera, pero hago el mal que no quiero” (Romanos 7,19).

No se trata de vivir en la culpabilidad, sino de reconocer nuestras debilidades, las debilidades que desdicen de  nuestro ser de hijos e hijas de Dios. Nosotros no somos perfectos. Jesús nos invita a volvernos a Dios cuando nos alejamos de Él. Mucho más que la observación de la ley, está esta relación íntima, profunda con Dios que nos conserva  o guarda “justos”, “ajustados” a Él.

En esta parábola, cualquier cosa  se nos escapa: la justicia de Dios. Ella no se parece a la de los humanos. Su justicia es la de un amor sorprendente e inaudito. El ser humano que se vuelve a Dios en lugar de quedarse centrado en sí mismo  y que se deja deslizar dentro del amor del Padre llega “ajustarse” a Él. Jesús nos hace ver que a pesar de nuestras fallas, Dios confía en nosotros, cree en nosotros. Él nos espera sin contabilidad, con un corazón compasivo y misericordioso. Y esto, es necesario no olvidarlo nunca .




Aproximación psicológica al texto del evangelio:

La oración vista del lado de Dios

Las personas que se presentan en psicoterapia tienen actitudes bien diferentes.  Unas que tratan de convencer al especialista de que no tienen ningún problema y que por lo tanto  todo va bien, que  funcionan bien y cumplen con todas sus obligaciones familiares y sociales, y finalmente ponen tanta insistencia en ello que no hay lugar para el diálogo, sino que esperan simplemente  aprobación a todo lo que  dicen.

A este tipo de personas, uno estaría tentado de decirles a cada una, “Mucho mejor si todo va bien para usted;  en caso tal que haya cosas que le preocupen no dude en regresar, porque no son quienes están bien quienes tienen necesidad de terapeuta sino aquellos que tienen preocupaciones, y yo no entrevisto aquellos que tienen una buena conciencia sino que hablo con aquellos que están dispuestos a cuestionarse “(cfr. Lucas 5,31-32).

Contrariamente a las primeras, otras personas llegan a la entrevista con el especialista, tratando de  convencer que no todo va bien para ellas, sino confesando de entrada sus dificultades y diciendo: “Es acá, en esto, donde me encuentro ahora, y no es fácil” (equivalente al “ten piedad  del pecador que yo soy!”). Y a menudo uno siente en sus palabras no una tendencia a auto-compadecerse por su suerte o con  la intención de conmover aquel que se encuentra al frente suyo, sino que hacen  simplemente un esfuerzo por situarse totalmente desnudos ante su verdad. Con este tipo de personas, el diálogo puede emprenderse con facilidad y de manera fructífera, porque uno no se siente distanciado como con las primeras, sino que por el contrario  uno se siente invitado a comulgar con sus vivencias.

No estará acaso aquí, vista del lado de Dios, la dinámica de la experiencia de  oración del fariseo y del publicano?  Por un lado, un hombre blindado, amurallado con sus defensas, protegido detrás su buena conciencia superficial, y que lanza piedras por encima de sus barricadas, sin correr verdaderamente el riesgo del cara a cara.

Y por otra parte, un hombre que vive al descubierto, que acepta situarse totalmente desnudo ante Dios, a la vez que acepta de hacerlo (desnudarse) también ante sí mismo, y quien hace de este consentimiento, el centro mismo de su oración: “Mi Dios, Tú me sondeas y me conoces(…) a dónde iré lejos de tu presencia?”  “Para qué sirve creerme alguien distinto a quien soy?”, “Condúceme sobre el camino…”, “Que yo retome tus senderos”…(Salmo 138,1.7.24).

“Aquel volvió a su casa justificado, y no el otro”, aquel da a Dios la posibilidad y el gusto de entrar con más fuerza en su vida, el otro no.


Es muy cierto que somos los mismos en la oración y en la vida cotidiana: a la defensiva en la vida y estériles en la oración, o bien abiertos en la vida y acogedores y acogidos en la oración.



REFLEXIÓN CENTRAL

EL Dios de Jesús, Dios de pecadores y de publicanos

De pronto algunos comprendimos por mucho tiempo que la parábola del fariseo y del publicano era un instrumento para juzgar los otros.
Y juzgando a los otros nos hacíamos o nos hacemos (aún) fariseos sin darnos cuenta.
El texto de Lucas lo dice bien. Jesús cuenta esta parábola “por algunos que estaban convencidos de ser justos y despreciaban a los demás.
Los fariseos no eran mediocres. Ellos eran una élite. La oración del fariseo del evangelio parece perfecta, pues da gracias al Señor por los dones recibidos.  Su vida es impecable y fuera de toda sospecha. Él ayuna dos veces a la semana y se muestra generoso a la hora de dar sus tributos o limosnas al Templo. El defecto del fariseo no es carecer de religión. Es un hombre fiel y religioso. Su defecto es pretender obligar a Dios y de no tener más necesidad de Él.
El publicano de la parábola, por su parte, es un pobre tipo.  Es un hombre despreciado, marginado que se encuentra preso en una situación de la cual no puede salir. Se dice del publicano que es un recaudador de impuestos. En el imperio romano, el imperio a los inmuebles, la capitación-un impuesto personal- eran recaudados por funcionarios del Estado. Pero también había otros impuestos, por ejemplo las aduanas y los impuestos de tránsito, donde el Estado no tenía funcionarios pero daba esto en forma de contratos a colectores privados. La posibilidad o poder de acción de estos funcionarios, era más grande. Ese era el trabajo del publicano. De ahí la impresión negativa que tenía la gente de ellos, los publicanos eran ladrones, pecadores públicos, traidores a su país, una especie de bandido distinguido y más o menos legalizado. 
Nuestro equivalente hoy podría ser el traficante de drogas, o el amerindio que trafica con cigarrillos de contrabando cruzando la reserva forestal; o bien la compañía privada que logra privatizar un acueducto y que no duda en cortar el agua a los pobres que no pagan su cuenta.  El publicano de la parábola se sabe rechazado, pero nada indica en la parábola que tenga el deseo o la capacidad de cambiar de situación o estado de vida. Entonces, ora como muchas personas lo hacen, desde el fondo de su desespero. Él tiene el corazón roto, partido en mil pedazos. Él no tiene nada más que su sufrimiento para ofrecerlo en oración. “Ten piedad de mí que soy un pecador”.
La enseñanza de Jesús en esta parábola es un verdadero escándalo. El Dios que proclama Cristo es el Dios de los desesperados, de la gente cuya condición es ser marginada y que arriesgan permanecer en dicha situación por siempre. Hay personas que no pueden cambiar de vida porque serán asesinados, o corren el riesgo de hacer mayor mal al cambiar, y eso sería peor.
Había en la Edad Media trabajos llamados  vergonzosos, por ejemplo los verdugos, a veces los sepultureros. En la antigüedad lo era el de los embalsamadores.  O mismo los pastores que comerciaban con animales. Su trabajo era indispensable pero vergonzoso.
Nosotros soñamos siempre con una Iglesia de puros, con una Iglesia Santa y corremos el riesgo bajo la excusa de la excelencia de hacer de esta Iglesia, una secta.
El amor de Jesús por los publicanos, es el espacio infinito de la ternura de Dios por los desesperados, los sin lugar en el mundo (o domicilio), los sin-futuro, los rechazados. Cada vez que les negamos o cerramos la salvación a los demás, estamos pretendiendo tomar el lugar de Dios y dictar el juicio en su nombre. En ese momento nos convertimos en fariseos: “El sacrificio que le gusta a Dios es un corazón contrito…un corazón roto, Tú no lo desprecias Señor” (Salmo 50 (51).


OBJETIVO DE VIDA PARA LA SEMANA

1.    Miro cómo me acerco al Señor: de manera interesada o acogiendo simplemente el don de su presencia?

2.    Veo cómo es fácil para mí de juzgar los otros sin antes tener una mirada realista de mi vida.

3.    Ir hacia las personas que yo sé  encuentran solas en su vida personal o en su fe.

En presencia de Dios, vuelvo a decir mis pobrezas, y me atrevo mismo a agradecer por ellas, puesto que ellas me abren a Él.


ORACIÓN-MEDITACIÓN

Señor-Amor, que tu templo sea lugar de adoración,
de Verdad, de conversión y de humanización.

Entonces, por todas esas veces en que hemos entrado
con un corazón de fariseo a tu santa morada…Perdónanos…

Por todas esas ocasiones en que hemos entrado
inconscientes dominando al otro con nuestros conocimientos…

Por todas esas veces en que hemos entrado sin arrepentirnos
por la presunción que hacemos de nuestra riqueza…

Por todas las veces en que hemos entrado
sin habernos lamentado por haber utilizado nuestro poder
para humillar en lugar de engrandecer…

Por todas esas veces en que hemos entrado a tu iglesia,
sin realizar que en el otro está tu belleza
que se ofrece aun para  ser compartida…

Por todas esas ocasiones en que hemos entrado a tu casa
sin contemplar en el rostro del otro,
tu imagen y tu semejanza…

Por todas esas veces en que hemos penetrado en tu santuario
sin darnos cuenta que al ser humildes servidores
hemos de tomar parte activa en la evangelización del mundo…

Por todas esas veces en que parecidos al fariseo, hemos hablado del pobre
sin identificarnos con su oración, sin reconocer su dignidad
y sin realizar que no podemos celebrarte, Señor-Amor,
sin antes servirle  a él sobre los caminos del Evangelio.
Perdónanos.


REFERENCIAS

-        Pequeño Misal “Prions en Eglise”, 2010-2013, Edición quebequense. Novalis.

-        HÉTU, Jean-Luc. Les Options de Jésus.


-        BEAUCHAMP, André. Comprendre la parole, année C. Novalis, 2007.

jueves, 17 de octubre de 2013

20 de octubre del 2013: 29º Domingo del Tiempo Ordinario (C)



Es bueno que a veces nos preguntemos cómo vamos con nuestra vida y o experiencia de oración. Qué lugar y qué importancia le damos?
Oramos lo suficiente? Nuestra fe en la eficacia de la oración se fortalece o se debilita con el paso de los años?
Las lecturas bíblicas de este domingo nos invitarán a reflexionar sobre estas cuestiones.


 Evangelio de Jesucristo Según San Lucas 18, 1-8
Para explicarles que tenían que orar siempre y no desanimarse, les propuso esta parábola:
En una ciudad había un juez que ni temía a Dios ni respetaba a hombre. En la misma ciudad había una viuda que iba a decirle: “Hazme justicia frente a mi adversario”.
Por bastante tiempo no quiso, pero después pensó: “Yo no temo a Dios ni respeto a hombre,  pero esa viuda me está amargando la vida; le voy a hacer justicia, para que no venga continuamente a darme esta paliza”.
Y el Señor añadió:
- Fijaos en lo que dice el juez injusto; pues Dios ¿no reivindicará a sus elegidos, si ellos le gritan día y noche, o les dará largas? Os digo que los reivindicará cuanto antes. Pero cuando llegue el Hijo del hombre, ¿qué?, ¿va a encontrar esa fe en la tierra?
 

A guisa de introducción:

LA ORACION Y SU ROL EN NUESTRA EXISTENCIA

Desde pequeños nos enseñaron en casa nuestros padres y abuelos, y en el catecismo que ORAR es hablar con Dios, presentarle nuestras intenciones o necesidades…Y llegó un determinado momento también en que se nos presentó como sinónimo de ORAR el verbo REZAR que era recitar de memoria y muchas de las veces a las carreras y sin pensar mucho o ser consciente de las palabras que se decían…Solo con el paso de los años y por un estudio profundo llegamos a diferenciar la oración del rezo.
Y es que la ORACIÓN es un camino, un aprendizaje todos los días a comenzar…Hoy muchos no sabemos orar, incluso sacerdotes y gente versada en religión saben muchas cosas pero no saben ORAR como se debe.
PORQUE ANTES de profundizar en la oración hemos de tomar conciencia cuál es la imagen de Dios que tenemos en nuestra cabeza, cómo lo imaginamos…según esa imagen será nuestra oración: "Dime cómo te imaginas a Dios y te diré cómo rezas", podríamos decir. Así PODRÍAMOS ENTONCES clasificar la oración en varios tipos:
1.    La oración mágica: que espera una intervención de Dios al estilo David Cooperfield. Para quien la hace, Dios es un mago, un brujo, capaz de intervenir en los fenómenos físicos o naturales con capacidad de cambiar el rumbo de los acontecimientos…este Dios, según nuestra creencia debería evitar los desastres, hacer menos destructivos los terremotos, desviar los huracanes, hacer desaparecer las enfermedades (como el cáncer, el Sida) "en un dos por tres" o "en menos de lo que canta un ave macho de corto vuelo" (un gallo).
 
2. La oración compensadora:
 Que nos da en su momento la satisfacción personal de lo que pedimos: que nos ganemos el baloto o la lotería, que pasemos el examen, que ganemos el partido, etc…Muy parecida a la primera pero en un nivel más individual.

3. La oración liberadora y consciente: Que en mi humilde opinión, pienso, es la que deberíamos aprender a ejercitar, poner en práctica en nuestra vida…Porque es una oración que me compromete en mis actos y me ayuda a jugar, mejor a actuar conjuntamente con Dios. Además esta oración se da más en comunidad y se da de hecho cada ocho días en la Eucaristía, pues a la luz de la Palabra de Dios deseamos aprender a ser más justos, solidarios y embajadores de paz y justicia en nuestras familias y nuestro entorno.

EL mayor problema en nuestros días con la oración es la ignorancia de la consecuencia de nuestros actos. No sentirnos responsables, corresponsables con Dios creador de nuestro mundo, nuestra sociedad, nuestra familia, nuestro Yo (o persona).

Personalmente siempre me ha tocado inmensamente esa sencilla oración del autor del libro de la Sabiduría: “Señor que yo venga a saber lo que es bueno y hacer aquello que te agrada”. Y Bien decía San Agustín: “Ama y haz lo que quieras”.
Orar como quizás no nos lo mostrará con claridad la Palabra de Dios de este Domingo es “detenernos a reflexionar, meditar antes de actuar”, “orar es rumiar los mandamientos o la voluntad de Dios”, “orar es pedir el auxilio del cielo para que hagamos lo que se debe hacer”, así la verdadera oración no buscará nunca trastocar los acontecimientos, pretender forzar a Dios de que haga o intervenga en algún acontecimiento nefasto y que no pase nada.

El juez y la viuda del evangelio me invitan ante todo a cuestionarme sobre sus personas, sus hechos, su vida.
Este juez que debería impartir justicia acaso sabría en qué consistía la verdadera oración? Deducimos que no era un buen orante, pues según el relato era injusto, sordo e indiferente, poco sensible al clamor de los afligidos…Es decir, este juez no meditaba ni era sabio a la hora de aplicar justicia por falta de madurez y plenitud en su oración…
La viuda? Quizás rezaba mucho como el juez injusto (es decir rezar mucho no nos hace por ello justos como creemos). Era ante todo mujer, quizás vieja, pobre, marginada, estaba sola…consecuencia todo ello de qué? Por ahí dicen que cosechamos lo que sembramos…Esta señora que Jesús o más bien Lucas nos presenta en su parábola para darnos una enseñanza (sería realmente virtuosa?) pues el evangelista no nos da detalles exhaustivos de la dama, cuál es la razón por la que haya llegado a este estado de vida…
Pero Jesús y Lucas nos ponen como modelo estos dos personajes (no muy virtuosos quizás) para enseñarnos de la importancia de INSISTIR al momento de orar (meditar, reflexionar, entrar en diálogo con la trascendencia, nuestra conciencia, con Dios) a pesar de la injusticia que nos rodea, la maldad en el gran complejo socio-político (corrupción) , a pesar que las cosas a nuestro alrededor no vayan bien…Pero será ese ejercicio perseverante, que nos llevará cada vez más a una conciencia más lucida y por ende a una vida más llevadera, soportable y menos estresante? Nos ayudara quizás a cometer menos errores y a buscar ser más solidarios, servidores, amorosos en el ejercicio pleno de la compasión y la sensibilidad, y poder meternos en la piel del otro?

En conclusión hemos de pedir auxilio siempre al Espíritu Santo de sabiduría, para que sepamos pedir lo que nos conviene y nos hace felices y no buscar por el contrario manipular a Dios y satisfacer nuestras tendencias egoístas, que a la larga nos llevarán a ser desgraciados.


Aproximación psicológica al texto evangélico

Una opción por una clase (preferencia por el pobre)


Esta parábola posee dos dimensiones o puntas, o características podríamos decir.

Primero, ella está situada en un contexto escatológico, y eso es importante tenerlo en cuenta. Qué quiere decir escatológico?, o sea que está ligada a una creencia en un inminente final de los tiempos.

Si, es imposible comprender este pasaje de Lucas sin sumergirnos en la época en que él ha escrito su evangelio, sea hacia el año 80 o 85. La efervescencia que ha seguido tras la muerte y resurrección de Jesús, en particular la espera de su regreso inminente, se ha atenuado un poco: mientras que Pablo, de quien Lucas fue el compañero y secretario, parece esperar mientras aun vive el retorno de Cristo (cfr. su carta 1 Corintios 15,51-53), escrita hacia el año 56), los cristianos parecen vivir ahora un cierto relajo y o tranquilidad que más tarde llevará a algunos a la tentación de no creer más en esta parusía (segunda venida de Cristo) o ese mundo nuevo (ver la 2ª carta de Pedro 3,9, escrita hacia el año 125). En qué consiste este retorno de Cristo o ese mundo nuevo? Para Pablo, esta es la última etapa en la lucha contra el mal y la victoria final sobre él (ver 1 Corintios 15,24-25). Con lo que sabemos hoy, es evidente que no es para mañana por la mañana.

Lucas, en efecto,  se dirige a cristianos perseguidos a mediados del siglo I (año 50-60),  a causa de la fe y que piden a Dios lo mismo que la viuda pide al juez: “hazme justicia contra mi adversario” (no tanto, castigando al adversario sino más bien haciendo valer mis derechos ante quien me atropella).

Al decirles a los cristianos que la viuda tendrá lo que merece, Lucas está diciendo a los cristianos perseguidos: “para ustedes también, el juez actuará a pesar de la dureza de su corazón y para tener la paz, pero Dios actuará a causa de la ternura de su corazón y para compartir la paz con ustedes. Tengan paciencia un poco aun, pues su liberación se acerca y Dios hará pronta justicia.”

La primera arista o punta de la parábola es entonces la siguiente: a pesar de las apariencias (contexto de injusticia, de persecución) no duden de Dios y de su deseo de actuar en su favor. Pero la parábola posee una segunda característica (punta, dimensión o arista…) que se traduce en la eficiencia de una oración constante.
La viuda no se desalienta, no se amilana, a pesar de no contar con ningún apoyo (recursos financieros por ejemplo, que le permitirían ofrecer “pastel” o la posibilidad de hacer un “chanchullo”, o relaciones influyentes que intervendrían en su favor). Y puesto que ella debe confiar o bastarse de sus propios recursos, sólo su determinación personal, le permitirá ganar la causa.

Esta es la razón por la que Lucas nos propone esta viuda como modelo para nuestra oración, diciéndonos: si ustedes ponen la misma determinación y perseverancia que esta viuda ha puesto en su reivindicación, ustedes serán  también seguramente escuchados.

En fin, notemos que la imagen de Dios que aparece en el origen de esta parábola, es la imagen de un Dios socialmente comprometido y que está del lado de los oprimidos. Es posible que debido a la estrecha semejanza o parecido entre el presente texto y el capítulo 35 del libro del Eclesiástico (del Antiguo Testamento), Jesús haya encontrado en este pasaje la inspiración para su parábola:  “Miren lo que se dice de Dios, “no traten de corromperlo con regalos, Él no los aceptará(…)porque el Señor es un juez(…), Él no tiene parcialidad contra el pobre, Él escucha la oración de aquel a quien se trata injustamente. Jamás Él desprecia la súplica del huérfano ni de la viuda cuando explica su pena (…)la oración del humilde atraviesa las nubes y no se consuela hasta no ser escuchado , (…)El Señor no tardará, Él no tendrá paciencia  con aquellos hasta que haya golpeado las riñones del hombre sin piedad  (…) y roto el cetro de los injustos” (Eclesiástico 35,10-21).

A Dios se le presenta acá haciendo una “opción por una clase” a favor de los oprimidos, y preparándose a intervenir contra aquellos que practican la injusticia y la opresión. Este fondo o trasfondo de escenario, puede darle a nuestra parábola una coloración bien precisa para hoy: un día, Dios vendrá al encuentro de su (vuestro) compromiso y de su oración, y aquel día su (vuestra) justicia triunfará, y no solamente para las viudas sino también para todos los oprimidos.


Reflexión central:

Oración y combate espiritual

Qué lugar o cuál es la importancia que le damos a la oración en nuestra vida? Nos gusta orar o al contrario tenemos la tendencia de ver la oración como un ejercicio o trabajo fatigante y aburridor en el cual gastamos tiempo voluntariamente?

Para aprender a orar y para orar, para renovar nuestras oraciones y para perseverar, tenemos el beneficio de las enseñanzas de la Palabra de Dios, de la experiencia de los santos, de una gran variedad de celebraciones (sacramentos, ritos) donde la cima es la EUCARISTIA.

Ricos por tener todos esos tesoros, nos sucede todavía que  permanecemos sin apetito espiritual y nos negamos a ponernos en oración. Es la conclusión de la parábola lo que debería hacernos enderezar y parar las orejas. En el terreno de la más importante y de la más ruda de las batallas, “el combate espiritual…así mismo e igual de brutal que la batalla de hombres” (Arthur Rimbaud-una estación en el infierno), el nervio de esta guerra no es el dinero, sino la oración. Aquella misma que le permite a Moisés sostener la lucha de su pueblo contra los amalecitas (cfr. primera lectura de la misa de este domingo). Pero el Hijo del Hombre la encontrará aun sobre la tierra cuando vuelva?

Este domingo, la Carta de San Pablo a Timoteo, nos ofrece una respuesta. La Palabra es como la tierra nutritiva donde enraizar nuestra fe. Ella solamente puede hacer circular en nuestra vida la savia divina que la hará dar fruto. “Todos los pasajes de la Escritura están inspirados por Dios(…); gracias a ella, el hombre de Dios estará bien armado, él podrá contar con todo lo necesario para un buen trabajo”.

La oración, alimentada con la Palabra de Dios, no es una distracción que nos permitiría olvidar los enfrentamientos sin perdón y las injusticias que sacrifican tantos inocentes en todo el mundo. La oración hace parte del combate del evangelio, de la lucha de Cristo: Él mismo ha orado estando clavado en la cruz para que germine sobre nuestra tierra una semilla de resurrección.

Se dice que el mundo va mal, que uno se burla tanto de Dios como de los hombres. Pero, oramos nosotros, como la pobre viuda, sin desanimarnos? Que sería de la historia de la humanidad sin esos millones de manos elevadas hacia Dios, día, noche, en esos corazones en oración que son como los ante postes o antesalas de la victoria de Cristo resucitado? Qué llegaría a ser nuestra tierra sin la infatigable y perseverante fe de aquellos que se niegan a bajar los brazos y que proclaman la palabra de justicia “a tiempo y a destiempo?”

Jesús también reclamó ante el silencio de Dios. Nuestra oración es un combate. El combate de la fe. Y es por ello que nuestra oración es misionera. La fe es la fuerza del espíritu que atraviesa el universo y que lo transfigura (transforma) poco a poco.


REFLEXIÓN (2)

Teniendo cuenta del contexto escatológico en el cual surge la parábola de la viuda y el juez inicuo, así podemos realizar una lectura diferente del comienzo del evangelio: “Jesús les contaba una historia inspirada en la vida para decir que era necesario orar en todo tiempo y no desanimarse. El contexto es aquel de una lucha incesante y valiente contra el mal y con la esperanza de ese mundo nuevo. Uno podría decirse: la corrupción siempre ha existido y existirá siempre, y uno baja los brazos. Pero es aquí que Jesús interviene con su historia del juez y de la viuda para afirmar que si un juez sin corazón ha podido dar finalmente a la viuda lo que ella quería, cuanto mucho más un Dios Padre y bueno sostendrá sus hijos, llamados sus elegidos, en esta lucha por un mundo nuevo, con la condición, claro está de que ellos continúen a creer. Este es justamente acá el problema. Las cosas toman tiempo, las mejoras son en ocasiones imperceptibles, los fracasos son numerosos, el giro de los sucesos no es lo que habíamos anticipado, y la fe es puesta a ruda prueba. Y todo como Dios es infinito, todo como nuestro universo es infinito, no es posible que nuestra marcha hacia ese mundo nuevo tenga las mismas proporciones?

La insistencia de Jesús en la FE, me ha sorprendido siempre. Pero cada vez más, la FE me parece fundamental, puesto que ella nos permite permanecer vivos. Nuestra mirada es tan limitada que toda una dimensión de la vida se nos escapa.

Sabían ustedes que Las raíces históricas de las cataratas del Niágara se encuentran en la glaciación, la cual culminó hace unos 10.000 años. Tanto la región de los Grandes Lagos de Norteamérica como el río Niágara son efectos de esta glaciación continental. Fue un enorme glaciar que avanzó sobre el área oriental de Canadá como una gran excavadora moliendo rocas y suelo, removiéndolos y profundizando algunos canales de ríos hasta convertirlos en lagos. De esta manera, aquel pequeño río se convirtió en las cataratas más conocidas del mundo. Imposible observar personalmente este cambio. Es como la imagen de la fe: nosotros sabemos cosas pero sin poder  ver realmente.

Hace poco yo disfrutaba mirando un partido de tenis donde la gran estrella mundial Rafael Nadal estaba en desventaja 1-4 en el segundo set, y hacia frente  a un juego decisivo que habría enseguida permitido al adversario de servir para hacer y ganar su partido. En tiempo normal, yo hubiera dicho: los huevos están cocidos, él va a perder, y yo habré pasado a otra cosa. Pero como se trataba de un partido en diferido, en donde yo sabía que él terminaba ganando, yo he podido admirar su combate hasta el fin.

La misma cosa cuando vi por segunda vez y en diferido el penúltimo partido de la eliminatoria al mundial de fútbol, Colombia-Chile, después de ver en el primer tiempo una derrota abultada de nuestra selección 0x3, difícilmente uno se imaginaba una igualdad para el segundo tiempo.

Esa es la imagen de la aventura humana. Dios conoce el resultado final, no nosotros. La fe es aquello que nos permite combatir hasta el final, sin ver la salida o conocer la meta, pero sabiendo que sea cual sea el final, éste será bueno.

Nos queda un último punto a clarificar. Qué quiere decir exactamente Jesús cuando habla de la paciencia de Dios en la frase: -“Pues Dios ¿no reivindicará a sus elegidos, si ellos le gritan día y noche, o les dará largas? Os digo que los reivindicará cuanto antes.

 Lucas ha insertado nuestro pasaje entre esta larga marcha hacia Jerusalén donde él da su enseñanza sobre la manera de vivir durante su ausencia, una marcha o caminada que habla del recorrido humano necesario para seguirle allá donde Él quiere ir.

Todo recorrido toma tiempo. Él implique muy a menudo correcciones sobre la marcha  e igualmente reorientaciones de su vida. Lo que demandamos en la oración nos refleja. Si nosotros cambiamos, nuestra oración cambiará. La paciencia de Dios, es el tiempo que se nos es dado para evolucionar, reorientar nuestra vida, dejarnos transformar por la perspectiva a la que nos ha abierto Jesús, si bien que un día no habrá más diferencia entre la oración de Jesús y la nuestra.

En mi oración, yo nombro mucha gente, mi familia, mis parientes, mis parroquianos, compañeros de trabajo, pero yo los nombro para que yo sepa aportarles aquello que realmente necesitan, no para que ellos ganen la lotería; la verdadera oración nos implica siempre.

Ha orado Jesús quizás por la lluvia? Viniendo de Galilea donde se cultivaba el trigo, Él ha seguramente deseado que la lluvia caiga, al igual que todos los cultivadores y hacendados de la región. Pero su verdadera oración está reflejada en Getsemaní cuando Él pedía a Dios la fuerza para vivir bien los eventos que se anunciaban y pedía a sus discípulos hacer la misma cosa. Ajustar su vida, y por consiguiente su oración, a este mundo nuevo es la tarea de toda una vida, y exige entonces una perseverancia enorme. Pero nunca es demasiado tarde para comenzar. Entonces, que esperamos nosotros?



Objetivo de vida para la semana:

1.    Vuelvo a leer la 2ª lectura propuesta en la liturgia de este domingo y me pregunto sobre el interés que yo pongo a la Sagrada Escritura.

2.    Me pregunto sobre la constancia y la autenticidad de mi oración.

3.    Cada día, en 3 o 4 veces, me pongo en oración durante algunos minutos. Rezo el Padre Nuestro u otra oración que elija.


ORACIÓN-MEDITACIÓN

Señor, muy bien ha pedido uno de tus discípulos al decir:
“Enséñanos a ORAR,
Como Juan Bautista le ha enseñado a sus discípulos”.
Sorprendente innegablemente.
No hacían falta ni materias ni modelos,
Puesto que el Antiguo Testamento contiene al menos 150 salmos
Y una buena centena de cánticos e himnos de todo tipo.
No faltaban tampoco maestros en la oración,
Puesto que estaban Juan Bautista y el Maestro de la Comunidad de Qumram,
Y después estabas Tú, que nos has dado una oración bien breve,
Pero que dice lo esencial.
Ella es alabanza y súplica,
Ella está dirigida hacia el Padre y su Reino,
Pero ella también habla de nuestras necesidades cotidianas:
El pan a compartir, el perdón a distribuir alrededor de nosotros
Y la lucha contra el mal y la injusticia.

No hay nada realmente de complicado,
Pero en este mundo donde abundan las guerras,
Donde se siembra la desconfianza y a veces el odio hacia el extranjero,
Uno comprende mejor por qué Tú insistes
Al decirnos que oremos siempre sin desanimarnos,
Puesto que hay tantos conflictos que quieren inmovilizar al amor.
Escucha nuestra oración insistente y acelera la venida del día de tu justicia!
  


Referencias bibliográficas:


-        Pequeño Misal “Prions en Église”, edición quebequense, Novalis, 2010-2013

-        HÉTU, Jean-Luc. Les Options de Jésus.

-        http://mystereetvie

-        http://kerit.be

26 de octubre del 2025: trigésimo domingo del tiempo ordinario- ciclo C

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