3 de noviembre del 2013: 31o Domingo del Tiempo Ordinario (C)

Dios se hace invitar a nuestra casa

El Señor no tiene sino un deseo: que vivamos el amor con Él y con nuestros hermanos. Hoy, Él viene para tocar a la puerta de nuestro corazón. Acogerle, es comprometernos a vivir conformemente y de acuerdo a su proyecto  de amor.




EVANGELIO DE JESUCRISTO, SEGÚN SAN LUCAS 19,1-10

En aquel tiempo, entró Jesús en Jericó y atravesaba la ciudad. 

Un hombre llamado Zaqueo, jefe de publicanos y rico, trataba de distinguir quién era Jesús, pero la gente se lo impedía, porque era bajo de estatura. Corrió más adelante y se subió a una higuera, para verlo, porque tenía que pasar por allí. 

Jesús, al llegar a aquel sitio, levantó los ojos y dijo: "Zaqueo, baja en seguida, porque hoy tengo que alojarme en tu casa." 

Él bajo en seguida y lo recibió muy contento. 

Al ver esto, todos murmuraban, diciendo: "Ha entrado a hospedarse en casa de un pecador." 

Pero Zaqueo se puso en pie y dijo al Señor: "Mira, la mitad de mis bienes, Señor, se la doy a los pobres; y si de alguno me he aprovechado, le restituiré cuatro veces más." 

Jesús le contestó: "Hoy ha sido la salvación de esta casa; también este es hijo de Abrahán. 

Porque el Hijo del hombre ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido." 


PALABRA DE DIOS 




A guisa de introducción:

La parroquia de Zaqueo

El resucitado hermano sacerdote de nuestra comunidad de los misioneros de Yarumal, gran maestro de la homilética y la predicación del evangelio, P. Gustavo Vélez “Calixto”(+2009), escribía sus reflexiones alrededor del evangelio en un periódico nacional (de Colombia) dirigidas según él a la PARROQUIA de ZAQUEO y bajo el título de “tejas arriba”.

Zaqueo es el prototipo, el modelo de aquellos que se dicen creyentes católicos, que tienen la fe, están bautizados pero que por circunstancias personales (prejuicios personales, complejos, resentimientos con la comunidad eclesial, ocupaciones, negligencias, traumas, fe descomprometida y casi olvidada,  etc) no suelen venir a la iglesia y participar en la misa, es el grupo aquel, por ejemplo,  del cual tanto hablan y se sienten incluidos miles de quebequenses al decirse “creyentes pero no practicantes”.

Es quizás en esos “zaqueos” que piensa el Papa Francisco al hablar de las 99 ovejas que están fuera del redil y a las cuales hay que ir a buscar.

El evangelio de la semana anterior hablaba del fariseo y el publicano que fueron al templo para acercarse a Dios y adoptar actitudes espirituales diferentes…Esta semana me decía, a lo mejor al hablar del publicano, ya Jesús presentía y sabría del encuentro regenerador y renovador que tendría lugar en la persona de Zaqueo…O por qué no pensar que quizás Jesús  lo habría visto ya antes orando en el templo avergonzado, sumiso, humilde…No es descabellado…

Zaqueo, él tiene su parte sombría, oscura, como todos nosotros, pero el deseo de VER a Jesús anima su corazón y cuán grande es su alegría al descubrir que el Señor le busca y quiere quedarse en su casa.

Porque Dios no deja de sorprendernos. Como siempre, Él no se contenta con
contemplarnos desde lo alto y como lo hizo cuando llamó a Abraham, cuando liberó a Israel, convocando antes a Moisés…cuando oró (pidió) a María de ser la madre de su Hijo…Jesús al igual que su padre invita. Y Zaqueo se siente contento de dejarse invitar.

El Padre, lo repito, no se contenta con mirarnos desde arriba, a nosotros sus seres creados por amor.  Por pura iniciativa suya, envía a Jesús para que se nos una allí donde estamos, en nuestras rutas humanas. No para reprocharnos por nuestras debilidades, sino para hacer salir lo mejor de nosotros mismos.

Él desea habitar en nuestro corazón para iluminarlo, purificarlo, transformarlo en un corazón que ame como Él.

Quizás la vida nos ha posibilitado pequeñas felicidades y grandes alegrías.

Quizás también la vida nos ha herido, maltratado más que a otras personas. Lo que importa es que cualquiera haya sido nuestra  historia pasada y nuestra condición actual, sean como sean nuestros estados del alma, nuestras frustraciones y nuestras esperanzas secretas, el Señor nos busca y nos ama. Más todavía, si lo acogemos en nuestro corazón, Él nos impulsará para hacer el bien. No es esto acaso una Buena Noticia?

Hoy, el Señor se hace invitar y viene para quedarse en nuestra casa por su Palabra y el don de la Eucaristía.

No comulguemos por costumbre. Vivamos un verdadero encuentro con el amor en persona. Él nos contagiará de su BONDAD.


APROXIMACION POLÍTICA- PSICOLOGICA AL TEXTO DEL EVANGELIO

Ciertas personas tienen una tal sed de prestigio, sed de estatus, de posicionarse bien socialmente, que están dispuestas a hacer todo lo posible por ganárselos.

Pero con tal mala suerte que a veces los resultados obtenidos son contrarios a lo que se buscaba. Como decimos popularmente en Colombia y en Hispanoamérica: “se fue por lana y salió trasquilado”.

Este fue el caso de Zaqueo. Había aceptado un contrato muy sospechoso, con sombras, demasiado oscuro, no muy legal: recuperar los impuestos para la ocupación militar (los invasores) y tomando a veces la mitad de lo recogido para metérselo a su bolsillo.

Y así, lejos de encontrar el reconocimiento social que el dinero aporta, de pronto se ve rechazado socialmente , marginado de la comunidad en la que había logrado hacerse un lugar.

"Aquel que quiere salvar su propia vida a todo precio, la pierde", palabras más, palabras menos, dijo Jesús…

Zaqueo entonces contaminado de su dinero corrupto, después de haber esperado tanto el reconocimiento social, ahora nadie quiere comprometerse (entrar en contacto) con él.
Y viene Jesús que le dice: “Hoy, Zaqueo entraré a tu casa”. Y de un flash, un chispazo el cambio llega. Sintiéndose aceptado por él mismo, Zaqueo no tiene  más necesidad del dinero. El siente en su corazón y en su alma que la riqueza no es nada comparada al lado del don de la “comunión”, y entonces decide “hacerse amigos con el dinero injusto” (Lucas 16,9). El sentido de su vida que él pretendía encontrar en el dinero, lo encuentra  ahora en el compartir.

Y Jesús dice: “Hoy, este hombre es libre. Este es un hombre salvado porque se ha dado cuenta que su dinero (riquezas materiales)  lo alienaba (n), lo separaban de él mismo y de los otros”. Démonos cuenta que Jesús sabe que es consciente del papel que ha jugado en esto (el cambio) que le ha sucedido a Zaqueo. Y afirma que es “El quien ha venido a buscar lo que había de bueno en Zaqueo”.

Un comentarista cita a propósito la siguiente máxima de Goethe: “Si uno asume (toma) las personas como ellas son, uno las vuelve peores. Si uno las trata como si fueran lo que ellas deberían ser, uno les ayuda a llegar a ser aquello que ellas son capaces de devenir (llegar a ser)”.


He aquí entonces, como podríamos comprender en un nivel interpersonal la misión de Jesús, que es el de aportar el evangelio, es decir la buena nueva: por mi actitud hacia ti, yo te llevo a descubrir lo bueno que Dios ha puesto en ti, y yo te ayudo a descubrir el camino de liberación que Él quiere para ti.


REFLEXIÓN CENTRAL

Aceptar dejarse amar

Tensiones, fuertes palabras, señalamientos escritos y disimulados afectan a la vida política y social colombiana. Departamentos y personas se sublevan porque no están de acuerdo con la distribución de la riqueza, con los provechos de los recursos naturales…Otros se indignan por la corrupción de ciertos dirigentes políticos que son insensibles del enorme mal que causan al robar y desviar los fondos.

Hace poco tiempo, luego de la reunión de los países ricos en el marco del G8, grupos de presión  manifestaron ruidosa y abiertamente su rabia e indignación ante las injusticias del mundo.

A nivel local, aparte de la guerrilla (de la que uno dice ha perdido sus ideales) no faltan ciertos movimientos, grupos o marchas que discretamente más que abiertamente gritan en público “frenemos los ricos”. En esta búsqueda de un mundo mejor, no estamos ante un reclamo, una petición familiar?

Hagamos un pequeño juego de imaginación. Reemplacemos el G8, o los departamentos ricos o la gente rica por Zaqueo.

Conocemos el relato. Zaqueo, un cobrador de impuestos, judío, de pequeña talla, baja de su árbol donde se había subido para poder ver a Jesús estratégicamente y sin ser visto…Pero he aquí que Jesús al pasar eleva su mirada y le dice: “Zaqueo, baja del árbol rápidamente, porque hoy he de entrar a tu casa, yo quiero vivir la comunión contigo, yo te amo”. Y Zaqueo distribuye la mitad de su fortuna entre los pobres, sin pedirle nada, y promete un reembolsar con una tasa de interés de 400% por toda injusticia que hubiera podido cometer. Cual acercamiento a los ricos de hoy es mejor: el de Jesús  o el de nuestros contemporáneos? Pero, uno dirá, el método de Jesús es impracticable y es único a éste Hijo de Dios.  Será verdad?

Cuando miramos todo la historia vivida, el camino recorrido de nuestra existencia, podemos encontrar un momento parecido cuando alguien se ha fijado en nosotros  y mirarnos para decirnos : “Yo quiero estar contigo en tu casa, me gusta tu presencia, yo te elijo, yo te amo”?

Si lo hemos vivido que pasó después? Seguramente una sacudida, un revolcón completo de nuestro mundo. Lo que era importante antes, no lo será más. Aquello que antes no tenía importancia, ahora lo tiene. En ese momento, nuestro valor personal no viene de las cosas exteriores a nosotros, sino de esta misma relación que vivimos.

No es acaso normal que dos personas que se aman se pongan a compartir todo, en particular sus recursos financieros? Un corazón pleno de amor desborda de alegría y generosidad. No es acaso esto lo que vivió Zaqueo?

Pero nosotros, cómo nos situamos en relación con Zaqueo? No decimos: “Ah si yo hubiera estado en Jericó en aquella época!”El evangelista Lucas no quiere hablar más del pasado, sino de nuestro presente, a tal punto que él utiliza la expresión Señor para hablar de Jesús, expresión que utilizan los cristianos en la oración. A través la mirada amorosa que podemos experimentar, no vemos nosotros esa misma mirada que se posó sobre Zaqueo, si en verdad tenemos la fe? El “es necesario que me quede en tu casa” se dirige a cada uno de nosotros.

Pero entonces, por qué los Zaqueos son raros hoy? Me parece que la decisión de dejarse amar es más difícil de lo que es, de lo que se piensa.

Cuando el evangelio dice: “Zaqueo desciende rápido y acoge Jesús lleno de alegría” (Lucas 19,6), él afirma que Zaqueo ha decidido dejarse amar. Y es acá que nos bloqueamos a veces. Cuál es nuestra primera reacción cuando alguien manifiesta su interés por nosotros? Quizás sea mirar cosas que no hayamos podido lograr o alcanzar: nosotros buscamos el valor al exterior de nosotros. Y por tanto la multitud, la gente dice a Zaqueo: “Este Jesús ha ido a comer a la casa de un hombre pecador”. Zaqueo no puede mirar aquello que ha realizado. Dejarse amar, es aceptar recibir su valor de esta relación misma, olvidando los errores del pasado o sus propias proezas.
Pero a qué corresponde para nosotros hoy la frase de Zaqueo: “he aquí la mitad de mi fortuna , yo la dono…”? Cuál es nuestra fortuna? No es necesaria y exclusivamente el dinero. Es nuestro tiempo, nuestra salud, nuestra energía, nuestra cultura, nuestros conocimientos, nuestras habilidades, nuestro desenvolvimiento experto, nuestro saber-hacer, nuestra experiencia, nuestro corazón amoroso, nuestra ternura, nuestra comprensión, nuestra sensibilidad, en resumen, todo eso que hace de nosotros un ser particular. Es lo que ha vivido Zaqueo.

Estamos lejos del G8 y de los países en recursos naturales o de esas personas ricas que es necesario hacerlas racionar?  No, para nada.

Estos son el reflejo a gran escala de lo que fundamentalmente somos.


Nada cambiará en esta búsqueda de un mundo mejor si nuestro corazón no cambia profundamente, como el de Zaqueo. Después de mucho tiempo el amor nos habla y nos dice: “Baja de tu árbol. Yo quiero quedarme en tu casa”. Y nosotros tenemos  tanto miedo de dejarnos amar. Si solamente nosotros nos atreviéramos, todo lo demás se volvería accesorio.





OBJETIVO DE VIDA PARA LA SEMANA

1.    Esta semana fijaré mi mirada en una persona con la cual tenga una diferencia o conflicto. Me propondré ir a su encuentro y dialogar con ella para reanudar la comprensión.

2.    Quizás podría fijarme en alguien que es rechazado en mi empresa o grupo de trabajo y lo invito a venir a mi casa para comer con él.


3.    Recordaré que la salvación también ha llegado para mí y que soy importante a los ojos de Dios.

4.    Miro qué puedo cambiar en mi comportamiento y mis actitudes y ajustarme así al amor del Señor.

5.    Hago el esfuerzo por reconocer una buena cualidad en una persona que yo tenga la costumbre de juzgar.

6.    Nombro las personas que son para mí como puertas abiertas al Señor (a Dios) y doy gracias por ellas.



ORACIÓN- MEDITACIÓN

Señor, hoy una vez más,
Tú has logrado levantar los rumores.
Todos te han recriminado.
No solamente los escribas y los fariseos. Toda la multitud!

Nadie comprende cómo es que Tú vas a comer en casa de un publicano
y no le haces ningún reproche.
Y por tanto, me parece, Tú has sido lo suficientemente claro,
que Tú has venido no para los justos y los que están sanos,
sino para los pecadores y los enfermos.

Tu lo repetiste muchas veces.
Una sola cosa cuenta ante tus ojos:
Y es que los pecadores le den la espalda al mal,
que ellos se conviertan y crean en Ti.
Entonces, era necesario que los frecuentaras
para cambiar su corazón y llevarlos a imitarte.

Ayuda tu Iglesia, a seguir tu ejemplo.
A mostrarse mucho más acogedora y abierta
hacia aquellos que ella misma ha considerado
en ocasiones como indeseables y no dignos de visitar.

Danos pastores inspiradores,
pastores que sabrán siempre, como Tú,
ir al encuentro de las oveja perdidas
y  acogerlas con ternura.




REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:

-        Pequeño Misal “Prions en Église”, edición quebequense. Novalis. 2010-2013.

-        HÉTU, Jean-Luc. Les Options de Jésus.

-        http://mystereetvie.com

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