Viviendo extraordinariamente el tiempo ordinario: 13 de julio del 2017 jueves de la 14a semana del TO



(Génesis 44, 18-21.23b-29; 45, 1-5) Lo que en principio podamos ver como un fracaso o una desgracia, más tarde puede revelarse como una etapa hacia el bienestar o una situación mejor de vida, un encuentro crucial que nos llena de alegría hoy . 
Dios nunca busca o quiere castigarnos, tengamos pues entonces confianza en Él.




Primera lectura
Lectura del libro del Génesis (44,18-21.23b-29;45,1-5):

En aquellos días, Judá se acercó a José y le dijo: «Permite a tu siervo hablar en presencia de su señor; no se enfade mi señor conmigo, pues eres como el Faraón. Mi señor interrogó a sus siervos: "¿Tenéis padre o algún hermano?", y respondimos a mi señor: "Tenemos un padre anciano y un hijo pequeño que le ha nacido en la vejez; un hermano suyo murió, y sólo le queda éste de aquella mujer; su padre lo adora." Tú dijiste: "Traédmelo para que lo conozca. Si no baja vuestro hermano menor con vosotros, no volveréis a verme." Cuando subimos a casa de tu siervo, nuestro padre, le contamos todas las palabras de mi señor; y nuestro padre nos dijo: "Volved a comprar unos pocos víveres." Le dijimos: "No podemos bajar si no viene nuestro hermano menor con nosotros"; él replicó: "Sabéis que mi mujer me dio dos hijos: uno se apartó de mí, y pienso que lo ha despedazado una fiera, pues no he vuelto a verlo; si arrancáis también a éste de mi presencia y le sucede una desgracia, daréis con mis canas, de pena, en el sepulcro."»
José no pudo contenerse en presencia de su corte y ordenó: «Salid todos de mi presencia.»
Y no había nadie cuando se dio a conocer a sus hermanos. Rompió a llorar fuerte, de modo que los egipcios lo oyeron, y la noticia llegó a casa del Faraón.
José dijo a sus hermanos: «Yo soy José; ¿vive todavía mi padre?»
Sus hermanos se quedaron sin respuesta del espanto.
José dijo a sus hermanos: «Acercaos a mí.»
Se acercaron, y les repitió: «Yo soy José, vuestro hermano, el que vendisteis a los egipcios. Pero ahora no os preocupéis, ni os pese el haberme vendido aquí; para salvación me envió Dios delante de vosotros.»

Palabra de Dios



Salmo
Sal 104,16-17.18-19.20-21

R/. Recordad las maravillas que hizo el Señor

Llamó al hambre sobre aquella tierra:
cortando el sustento de pan;
por delante había enviado a un hombre,
a José, vendido como esclavo. R/.

Le trabaron los pies con grillos,
le metieron el cuello en la argolla,
hasta que se cumplió su predicción,
y la palabra del Señor lo acreditó. R/.

El rey lo mandó desatar,
el Señor de pueblos le abrió la prisión,
lo nombró administrador de su casa,
señor de todas sus posesiones. R/.



Lectura del santo Evangelio según san Mateo (10,7-15):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus apóstoles: «ld y proclamad que el reino de los cielos está cerca. Curad enfermos, resucitad muertos, limpiad leprosos, echad demonios. Lo que habéis recibido gratis, dadlo gratis. No llevéis en la faja oro, plata ni calderilla; ni tampoco alforja para el camino, ni túnica de repuesto, ni sandalias, ni bastón; bien merece el obrero su sustento. Cuando entréis en un pueblo o aldea, averiguad quién hay allí de confianza y quedaos en su casa hasta que os vayáis. Al entrar en una casa, saludad; si la casa se lo merece, la paz que le deseáis vendrá a ella. Si no se lo merece, la paz volverá a vosotros. Si alguno no os recibe o no os escucha, al salir de su casa o del pueblo, sacudid el polvo de los pies. Os aseguro que el día del juicio les será más llevadero a Sodoma y Gomorra que a aquel pueblo.»

Palabra del Señor



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Un perdón que libera

La historia de José aparece hoy recortada. La disponibilidad para sacrificarse de Judá, no se nos cuenta.  

José se aprovecha de su posición y autoridad en Egipto para ejercer presión sobre sus hermanos y hacerles confesar el mal que han hecho (al venderlo a él como esclavo). Estos últimos, le han infligido a su anciano padre Jacob un terrible sufrimiento al hacerle creer que su hijo preferido (José) había muerto (Génesis 37, 31-35). Judá, encuentra al fin las palabras para expresar el remordimiento de los hermanos culpables. Habiendo él mismo perdido también a su esposa y dos de sus hijos (38,1-12), Judá  está dispuesto a sacrificarse (quedándose como rehén o esclavo cerca de José, en intercambio con Benjamín a quien quiere hacer traer José)  para evitarle a su padre otro duelo que sería fatal.

Y en el momento  de este emocionante encuentro con sus hermanos, José les explica cómo entiende él lo sucedido. Dios ha organizado y dispuesto todo así para salvar a su familia. Dios se ha servido de todos para cumplir sus proyectos. Entonces por qué José los ha tratado así de tan mala forma para hacerlos confesar? Era necesario que ellos expresaran su remordimiento después de tanto tiempo de silencio. Ahora José puede perdonarlos y liberarlos de su culpabilidad.

En el Evangelio, vemos a los embajadores de choque! Jesús le da a sus discípulos la misma autoridad que Él ha recibido de Dios: la de predicar y de sanar. Mateo es explícito, es únicamente a los hijos de Israel que Jesús envía a sus apóstoles en misión. Sigue una serie de recomendaciones que harán de ellos buenos embajadores, disponibles, eficaces, al servicio de Dios.

La expresión "sacudan el polvo de los pies", significa romper todo contacto. Jesús no  impone nunca la Palabra de Dios, simplemente la propone.

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