jueves, 20 de julio de 2017

Viviendo extraordinariamente el tiempo ordinario: 20 de julio del 2017 jueves de la 15a semana del TO



(Éxodo 3, 13-20) Dios tiene un nombre. Él es Aquel que es. Aquel que es incapaz de quedarse con los brazos cruzados ante la desgracia o miseria humana. Ésta es la razón por la que Jesús hacía milagros. Él tenía el mismo corazón de Dios, que se conmueve ante el sufrimiento de cada uno de sus hijos.






Primera lectura
Lectura del libro del Éxodo (3,13-20):

En aquellos días, Moisés, después de oír la voz del Señor desde la zarza ardiendo, le replicó: «Mira, yo iré a los israelitas y les diré: "El Dios de vuestros padres me ha enviado a vosotros." Si ellos me preguntan cómo se llama, ¿qué les respondo?»
Dios dijo a Moisés: «"Soy el que soy"; esto dirás a los israelitas: "Yo-soy me envía a vosotros."»
Dios añadió: «Esto dirás a los israelitas: "Yahvé (Él-es), Dios de vuestros padres, Dios de Abrahán, Dios de Isaac, Dios de Jacob, me envía a vosotros. Este es mi nombre para siempre: así me llamaréis de generación en generación." Vete, reúne a los ancianos de Israel y diles: "El Señor, Dios de vuestros padres, de Abrahán, de Isaac y de Jacob, se me ha aparecido y me ha dicho: 'Os tengo presentes y veo cómo os tratan los egipcios. He decidido sacaros de la opresión egipcia y llevaros al país de los cananeos, hititas, amorreos, fereceos, heveos y jebuseos, a una tierra que mana leche y miel'." Ellos te harán caso, y tú, con los ancianos de Israel, te presentarás al rey de Egipto y le diréis: "El Señor Dios de los hebreos nos ha encontrado, y nosotros tenemos que hacer un viaje de tres jornadas por el desierto para ofrecer sacrificios al Señor, nuestro Dios." Yo sé que el rey de Egipto no os dejará marchar si no es a la fuerza; pero yo extenderé la mano, heriré a Egipto con prodigios que haré en el país, y entonces os dejará marchar.»

Palabra de Dios


Salmo
Sal 104,1.5.8-9.24-25.26-27

R/. El Señor se acuerda de su alianza eternamente

Dad gracias al Señor, invocad su nombre,
dad a conocer sus hazañas a los pueblos.
Recordad las maravillas que hizo,
sus prodigios, las sentencias de su boca. R/.

Se acuerda de su alianza eternamente,
de la palabra dada, por mil generaciones;
de la alianza sellada con Abrahán,
del juramento hecho a Isaac. R/.

Dios hizo a su pueblo muy fecundo,
más poderoso que sus enemigos.
A éstos les cambió el corazón
para que odiasen a su pueblo,
y usaran malas artes con sus siervos. R/.

Pero envió a Moisés, su siervo,
y a Aarón, su escogido,
que hicieron contra ellos sus signos,
prodigios en la tierra de Cam. R/.


Lectura del santo evangelio según san Mateo (11,28-30):

En aquel tiempo, exclamó Jesús: «Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Cargad con mi yugo y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis vuestro descanso. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera.»

Palabra del Señor


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Cuál es tu nombre? Cómo te llamas?

En la antigüedad, cada divinidad tenía un nombre propio. Pero acaso un nombre puede decir todo de Dios?  Por el nombre que Dios revela a Moisés, se describe por su presente (yo soy), su futuro (yo seré) y su pasado (Yo soy el Dios de vuestros ancestros). Los musulmanes utilizan su rosario (Tasbish) de 99 granos,  para invocar los 99 nombres de Dios, aduciendo que no hay centésimo o nombre número 100 que pueda ser pronunciado, porque éste nombre sólo lo sabe Dios, es desconocido, es impronunciable. En la tradición judía, por respeto, no se pronuncia jamás el nombre divino compuesto de 4 consonantes (el famoso tetragrama) YHWH. Se reemplaza con Señor, Dios u otro sustantivo o adjetivo que invoque una cualidad suya,  como se llama en las biblias y en la liturgia.

En el Evangelio, vemos  que ante el peso o fardo opresor de la ley, de los ritos, prohibiciones, de las órdenes, Jesús nos ofrece su carga ligera. Él ofrece un sentido a nuestras vidas humilladas, Él no suprime la fatiga, ni las lágrimas, ni la sangre, sino que  lo  que exige de nosotros, Él nos da el poder de ofrecerlo. Él acepta unirse, entrar en comunión con nuestra condición despreciada, para rehacerla por dentro y trazar un sendero que será el de la libertad de los hijos de Dios. Dónde encontramos nuestra alegría? De dónde viene?  emana de nuestra vida, de sus pruebas y de la oración? La alegría es siempre, entrar en la alegría del otro, de Dios y de  los demás hombres, nuestros hermanos…Nuestro consentimiento del plan de Dios y la comunión con nuestros hermanos se convierten en las fuentes de nuestra paz interior. Seguros de ser amados, hasta en nuestra pobreza, la alabanza, entonces vendrá para habitar nuestros corazones.



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