Viviendo extraordinariamente el tiempo ordinario: 10 de julio del 2017 Lunes de la 14a semana del TO



Qué maravilloso es saber que Dios permanece cerca a nosotros como lo hacía con Jacob. El lugar del encuentro con el Señor, es siempre el corazón humano, un corazón de piedra que su presencia transforma en corazón de carne.



Primera lectura
Lectura del libro del Génesis (28,10-22a):

En aquellos días, Jacob salió de Berseba en dirección a Jarán. Casualmente llegó a un lugar y se quedó allí a pernoctar, porque ya se había puesto el sol. Cogió de allí mismo una piedra, se la colocó a guisa de almohada y se echó a dormir en aquel lugar. Y tuvo un sueño: Una escalinata apoyada en la tierra con la cima tocaba el cielo. Ángeles de Dios subían y bajaban por ella.
El Señor estaba en pie sobre ella y dijo: «Yo soy el Señor, el Dios de tu padre Abrahán y el Dios de Isaac. La tierra sobre la que estás acostado, te la daré a ti y a tu descendencia. Tu descendencia se multiplicará como el polvo de la tierra, y ocuparás el oriente y el occidente, el norte y el sur; y todas las naciones del mundo se llamarán benditas por causa tuya y de tu descendencia. Yo estoy contigo; yo te guardaré dondequiera que vayas, y te volveré a esta tierra y no te abandonaré hasta que cumpla lo que he prometido.»
Cuando Jacob despertó, dijo: «Realmente el Señor está en este lugar, y yo no lo sabía.»
Y, sobrecogido, añadió: «Qué terrible es este lugar; no es sino la casa de Dios y la puerta del cielo.»
Jacob se levantó de madrugada, tomó la piedra que le había servido de almohada, la levantó como estela y derramó aceite por encima. Y llamó a aquel lugar «Casa de Dios»; antes la ciudad se llamaba Luz.
Jacob hizo un voto, diciendo: «Si Dios está conmigo y me guarda en el camino que estoy haciendo, si me da pan para comer y vestidos para cubrirme, si vuelvo sano y salvo a casa de mi padre, entonces el Señor será mi Dios, y esta piedra que he levantado como estela será una casa de Dios.»

Palabra de Dios


Salmo
Sal 90,1-2.3-4.14-15ab

R/. Dios mío, confío en ti

Tú que habitas al amparo del Altísimo,
que vives a la sombra del Omnipotente,
di al Señor: «Refugio mío, alcázar mío,
Dios mío, confío en ti.» R/.

Él te librará de la red del cazador,
de la peste funesta.
Te cubrirá con sus plumas,
bajo sus alas te refugiarás. R/.

«Se puso junto a mí: lo libraré;
lo protegeré porque conoce mi nombre,
me invocará y lo escucharé.
Con él estaré en la tribulación.» R/.


Lectura del santo evangelio según san Mateo (9,18-26):

En aquel tiempo, mientras Jesús hablaba, se acercó un personaje que se arrodilló ante él y le dijo: «Mi hija acaba de morir. Pero ven tú, ponle la mano en la cabeza, y vivirá.»
Jesús lo siguió con sus discípulos. Entretanto, una mujer que sufría flujos de sangre desde hacía doce años se le acercó por detrás y le tocó el borde del manto, pensando que con sólo tocarle el manto se curaría.
Jesús se volvió y, al verla, le dijo: «¡Animo, hija! Tu fe te ha curado.»
Y en aquel momento quedó curada la mujer.
Jesús llegó a casa del personaje y, al ver a los flautistas y el alboroto de la gente, dijo: «¡Fuera! La niña no está muerta, está dormida.»
Se reían de él. Cuando echaron a la gente, entró él, cogió a la niña de la mano, y ella se puso en pie. La noticia se divulgó por toda aquella comarca.

Palabra del Señor

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Cielo y tierra Q.A.P

En 1990 apareció una película de cine llamada "Jacob's Ladder" (La escalera de Jacob en España y Alucinaciones del pasado en Hispanoamérica), protagonizada por Tim Robins, cuyo argumento nada tiene que ver con el célebre relato del Génesis que leemos hoy. Si la película tiene tintes terroríficos y desesperanzadores, lo contrario pasa con el pasaje del Génesis; que a propósito ha inspirado a muchos artistas plásticos:

“Y tuvo un sueño; soñó con una escalera apoyada en tierra, y cuya cima tocaba los cielos, y he aquí que los ángeles de Dios subían y bajaban por ella.” (Génesis 28:12) Jacob había salido de la casa parental huyendo de la furia de su hermano Esaú. Y, sentándose para descansar con la cabeza apoyada en una piedra, adormeció y tuvo un sueño extraño.

 La escalera de Jacob, la lucha con el ángel toman significados religiosos, morales y muy a menudo simbólicos. De acuerdo con cada visión interpretativa, descubrimos variantes místicas, filosóficas, poéticas. Encontramos este tema en frescos medievales, en la obra de maestros como Rembrandt, en la Biblia ricamente ilustrada de Chagall y en los trabajos de muchos artistas contemporáneos. Las pinturas son, a veces, representaciones iconográficas, otras veces permiten amplios  paralelismos interpretativos. La escalera sugiere la evolución de la vida biológica y espiritual o la vida como una lucha incesante. Los peldaños son emblemáticos: ascensos y descensos (o caídas). En las tradiciones espirituales se acentúan las valencias simbólicas de la escalera como modelo de ascensión, progreso, perfeccionamiento.

La  visión de la escalinata o escalera, sugiere que la comunicación entre el mundo de los hombres y el mundo de Dios es posible. Y esta es una experiencia interior que cambia la vida de Jacob. Dios confirma, reafirma así la promesa que había hecho al padre (Isaac) y al abuelo (Abraham) de Jacob. La promesa no depende de la actitud de Jacob que ha hecho trampa, ha engañado y se ha fugado. Este es un regalo de Dios que no falta a su palabra, a sus promesas.

En el Evangelio, como pasa en otros pasajes, San Mateo insiste en la fe de los interlocutores de Jesús. La fe no es solamente creer en Dios, es confiar también totalmente en Jesús, y en lo que Él puede hacer.



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